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SI CRISTO NO RESUCITÓ, VANAL SERÍA NUESTRA FE! P. Héctor Zúñiga

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Academic year: 2021

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¡SI CRISTO NO RESUCITÓ, VANAL SERÍA NUESTRA FE!

P. Héctor Zúñiga

Vicario Parroquia Casablanca

UNA NOTICIA QUE RESULTO SER FALSA

Estaba en Australia desempeñando mi tarea pastoral como párroco de habla hispana en la arquidiócesis de Brisbane, cuando apareció por ahí por el mes de marzo de 2007, una noticia que dio revuelo entre los noticieros de todo el mundo: “supuestamente habían encontrado un sarcófago con los restos del cadáver de Jesucristo”.

En el primer instante, la nota turbó mi atención, pero reaccioné inmediatamente porque me di cuenta que no podía ser otra cosa que una historia “trucha” (como dicen los argentinos) o sea, una cosa falsa, impostora.

La primera reacción fue de impacto, pues para hacer la cosa más impúdica, más jocosa y por ende, mucho más morbosa para la sociedad de hoy, que en un gran porcentaje vive alimentándose de morbosidad, encima no apareció solo el sarcófago “con los restos de Jesús” sino que juntito al de Jesús estaba el de María Magdalena.

Pero al final de la misma noticia, decía que habían prendido e interrogado a quién encontró los sarcófagos, y allí nomás al verse descubierto el tipo dijo que lo había organizado Él para obtener dinero.

Seis años después, el 18 de febrero de 2013, volví a ver la nota en la que según Pablo J. Ginés de la revista electrónica Religión en Libertad, habían encontrado tres sarcófagos, pero no con los restos de Jesús, sino con los restos de Herodes el Grande y de dos mujeres. Esta noticia confirmó que la nota del 2007, sólo había sido una estrategia de mercado para vender.

Por cierto la única creatividad que tuvo el tipo fue pensar en esta

falacia, pero nada más, porque al llevarla a cabo se notó que ni siquiera tuvo la menor brizna de creatividad, ya que los sarcófagos estaban blancos, bien nuevitos; siquiera le hubiera puesto pintura vieja, así como para hacer creer que los encontró después de 2000 años, obvio que el tipo fue arrestado.

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Personalmente, la única preocupación de esta noticia, fue que mucha gente, incluyendo algunos de nuestra comunidad parroquial, verdaderamente creen estas cosas, eso si es altamente lamentable, hondamente preocupante.

Para terminar esta historia solo quiero resaltar que estas cosas las hacen para despertar el morbo de la gente, porque el morbo vende y vende bien; Así que, no nos sorprendamos de todo lo que vamos a seguir viendo y escuchando referente a nuestro Dios y la Iglesia.

¡RESUCITÓ, ALELUYA, ALELUYA!

Leyendo al Teólogo José Antonio Pagola, sobre temas Cristológicos (Parte de la teología que estudia todos los temas referentes a Jesucristo) me gustó mucho como él entreteje el binomio MUERTE-RESURRECCIÓN, dando pleno sentido y valor al sacrificio de Jesús.

La ejecución en una cruz, puso en entredicho todas las pretensiones de Jesús. La cruz parecía dejar las cosas claras: Jesús había sido un hombre bueno y justo quizás, pero un hombre iluso totalmente equivocado. Si de verdad Jesús tenía razón al anunciar un mensaje de salvación a todo ser humano, al garantizar el perdón a los pecadores y al invocar a Dios como Padre, solo Dios lo podía decir. Si en Jesús se encerraba algo único, solo Dios lo podía confirmar. Y lo ha

hecho resucitando a Jesús de la muerte.

La resurrección de Jesús es la mejor noticia que podíamos recibir. Es la resurrección de Jesús

la que sostiene y da sentido a nuestra fe. “Si Cristo no resucitó, vana es nuestra predicación, vana también vuestra fe” (Cf. 1ª Cor 15: 14-20).

Si solamente para esta vida terrenal tenemos puesta nuestra esperanza en Cristo, somos los más desgraciados de todos los hombres. Pero no… ¡Cristo resucitó de entre los muertos!... y con su resurrección nos ha abierto las puertas de la Eternidad.

La resurrección de Jesús ha sido y es, el acontecimiento decisivo para la fe cristiana. A partir de la resurrección, los cristianos católicos creemos en Dios con una luz nueva, vivimos nuestra fe en Jesús con una profundidad nueva, comprendemos nuestra existencia y nos enfrentamos a ella con una esperanza nueva, novedad que nos aporta la resurrección de Jesucristo.

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UNA FE NUEVA EN DIOS, PADRE DE JESUCRISTO

A partir de la resurrección de Jesús, los creyentes podemos creer en Dios con una luz nueva, podemos mirar al Padre como:

A) Dios, fiel a sus promesas

Si Dios Padre ha resucitado a Jesús, quiere decir que Dios es fiel a sus promesas. Dios es incapaz de abandonar en la muerte al que le invoca como Padre. Si Dios ha resucitado a Jesús, quiere decir que Dios no abandonará a los hombres y

mujeres, no defraudará nunca la esperanza que los hombres y mujeres pongan en El, no permitirá jamás el fracaso final de aquellos que le invoquen como Padre. En Cristo resucitado, Dios se nos descubre como un Padre fiel a sus promesas de salvar al Ser Humano, un Padre dispuesto a salvar a hombres y mujeres por encima de la muerte.

B) Dios, vencedor de la muerte

En Cristo resucitado descubrimos que Dios es capaz de resucitar lo muerto. Dios no es

solamente el Creador. Dios es un Padre, lleno de amor y de vida, capaz de superar el poder

destructor de la muerte y dar vida a lo que ha quedado muerto (Efesios 1: 18-20).

Se entiende la fe de los primeros creyentes que mantienen su esperanza en Cristo Viviente en medio de esta vida en que todo camina hacia la muerte. “No pongamos nuestra confianza en

nosotros mismos, sino en Dios que resucita a los muertos” (2ª Corintios 1: 9).

C) Dios, futuro de hombres y mujeres

Si Dios ha resucitado a Jesús, quiere decir que Dios no es un Dios de muertos sino de vivos.

Dios no quiere la muerte sino la vida de hombres y mujeres. Al resucitar a Jesús, Dios se nos descubre como Alguien que no permitirá que una vida humana vivida en el amor termine en el fracaso de la muerte. Dios es el futuro que le espera al Ser Humano que sabe amar.

Los primeros cristianos han vivido convencidos de que Dios no permitirá jamás que un

hombre, que una mujer que ha vivido como Jesús, termine su vida en la muerte. Dios no

permitirá jamás que quien ha cumplido sus mandamientos desde el amor y para el amor, entregado al Padre y a los hermanos, termine su vida en la muerte.

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Así escribe uno de ellos: “Nosotros sabemos que hemos pasado de la muerte a la vida porque amamos a nuestros hermanos” (1ª Juan 3:14)

D) Dios protesta contra el mal

Al resucitar a Jesús, Dios Padre nos revela que Él no está de acuerdo con nuestra existencia actual, llena de sufrimientos y

dolor, y destinada fatalmente a una muerte que rompe todos nuestros logros y proyectos.

Todavía más. En Cristo resucitado. Dios Padre se nos descubre como “Alguien” que no está conforme con un mundo injusto en el que los hombres y mujeres somos capaces de crucificar al mejor

hombre que ha pisado nuestra tierra. Al resucitar a Jesús, Dios Padre nos descubre su

reacción y su protesta final ante un mundo de injusticia y de violación de la dignidad humana. Así predicaron los primeros creyentes y así se seguirá predicando hasta el final de los

tiempos: “Ustedes lo mataron, pero Dios lo resucitó” (Hechos 2: 23-24).

Con la Resurrección de Cristo Jesús, nuestra vida va más allá de los que nosotros podemos concebir y entender como Vida, la hondura de la resurrección se extiende más allá del

horizonte de lo físico, de lo natural, de lo fáctico, de lo que aparece.

Es el ámbito de lo sobrenatural, de lo espiritual, de lo prodigioso, de lo místico, de lo divino y celestial que la Resurrección de Cristo abre levantándose de la fosa de la muerte. Y es este perímetro, el anhelo más hondo, más profundo de las aspiraciones humanas, es de lo que más suspira nuestro corazón, aunque no lo sepamos o aunque no lo tengamos consciente.

De hecho, noten como apenas tocamos el ámbito de la enfermedad, de la muerte, de la limitación humana y se abre en nosotros este profundo horizonte de anhelo sobrenatural, esta ansia de protección de Dios.

Y este ámbito sobrenatural solo Cristo Vivo - Jesús Resucitado puede sosegar la sed de nuestra existencia más profunda, más impalpable. En este tiempo estupendo de PASCUA toda la Iglesia alrededor del mundo, en la comunión de los Santos, celebramos y actualizamos esta RESURRECCION GLORIOSA.

Y una vez que el hontanar de nuestro ser más vivo queda desbordado de Cristo joven, de Cristo Viviente, de Cristo Nuevo, de Cristo Santo…

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…hemos de llevar esta experiencia a otros, porque Cristo Resucitado hoy no tiene manos, sino las tuyas y las mías, no tiene

pies, sino los tuyos y los míos; no tiene boca sino la tuya y la mía… para que juntos podamos llevar a los otros la experiencia del Resucitado, así como los discípulos de Emmaús, que después de encontrarse tonel Resucitado, regresan precipitadamente jubilosos a Jerusalén a comunicar a otros el enorme portento de que… ¡Jesús está

vivo!

Nosotros, a ejemplo de los discípulos de Emmaús, constructores de realidad, hemos de solidarizarnos con aquellos que necesitan tanto a Dios aunque no lo sepan, aunque no lo quieran saber, aunque no lo reconozcan, pero que sabiéndolo o no, tienen taaaanta necesidad de Él.

¡FELIZ PASCUA DE RESURRECIÓN!

P. Héctor Zúñiga

Referencias

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