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Grandes maestros del tablero (GM Richard Reti).pdf

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RICARDO RETI

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primera parte

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PROLOGO

AUNQUE este libro tiene el aspecto de una colección de partidas, sin embargo es un método, pero no un método al estilo de los matemáticos o de otra ciencia cualquiera. Así como que para saber nadar es necesario tirarse al agua, para saber jugar al ajedrez es necesario jugarlo, pues con libros solamente nadie habrá aprendido a fugar. Un método para este juego, sólo es un acompañante para el aficionado, es un consejero que le guiará en las falsas o erróneas ideas que de por sí haya adquirido, evitándole de adquirir otras y, a la vez, le enseñará en sus horas de solaz las bellezas y las profundidades del juego ciencia, dándole alegría que es la presunción necesaria para el éxito.

Estas son las razones que me han determinado en dar a este libro la forma de una colección de partidas. Las complicadas combinaciones son una síntesis de teorías sencillas. En el ajedrez es todo lo contrarío. La teoría es una abstracción, una generalización de experiencias adquiridas en las partidas.

Lo fundamental e indispensable en el ajedrez, es la partida viva, es en su estudio donde se adquieren los conocimientos teóricos.

He ordenado en principio histórico los resultados de los grandes maestros del tablero, por la razón de que, al mismo tiempo, es la disposición más lógica. La técnica moderna del ajedrez, se apoya en experiencias antiguas y es por esta causa que las partidas modernas jugadas por maestros sólo pueden ser comprendidas por el estudio de los maestros antiguos.

Tanto en la elección de las partidas, como en su análisis, siempre he tenido presente que escribía un método, y me he esforzado en cada caso a mirar el conjunto y no explicar solamente la teoría de las aperturas, sino también el curso del juego medio.

Espero, pues, que este libro será un fiel auxiliar en las proezas de los ajedrecistas, tanto para los que comienzan como para los que ya sean fuertes en el juego.

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RICHARD RETI

El autor de la presente obra fue, sin duda, uno de los grandes maestros de su tiempo, y aunque tal vez por modestia, no se incluyó entre ellos, es de justicia situarle en el puesto que le corresponde, al llevarse a cabo esta edición para beneficio de todos los aficionados españoles, ya que posiblemente no existe un método pedagógico de ajedrez que pueda superar la labor didáctica de Reti en LOS GRANDES MAESTROS DEL TABLERO.

Richard Reti nació el 28 de mayo de 1889, en la ciudad austro-húngara de Pezinek, incorporada después de la primera guerra europea a Checoslovaquia. Y murió a los 40 años, víctima de la escarlatina, en Praga, el 6 de junio de 1929.

Sus padres, judíos húngaros bien acomodados, le proporcionaron los estudios especiales para que a los quince años, terminado el bachillerato, hablara varios idiomas y poseyera una extensa cultura, además de conocimientos sobre música, pintura y literatura. Comienza entonces en Viena la carrera de ingeniero y frecuenta el café donde se juega al ajedrez. Aunque su entrevista con Schlechter le decepcionó y en el Torneo de Viena, su primera actuación, quedó en último lugar, no por eso perdió su afición. Ocurría esto en 1908, fecha también de su amistad con Breyer de cuyas conversaciones brotaron las nuevas ideas sobre Ajedrez, origen de la llamada "escuela hipermoderna" y que fueron expuestas en el libro de Reti "Las nuevas ideas en Ajedrez", publicado en Viena en 1921, y que tantas controversias despertó.Ganó primeros premios en los siguientes torneos: Kassa, 1918; Goteburgo, 1920; Teplitz-Schonau (empatado con Spielmann); Buenos Aires, 1924; Giessen, 1925; Viena, 1926 y Brunn, 1928.

Segundos premios en: Hastings, 1922 (tras Rubinstein); Mahrisch-Ostrau, 1923 (tras Lasker); Hamburgo, 1927, y Dortmund, 1928.

Terceros premios en: Abbazia, 1912 ; Berlín, 1919, y Scheveningen, 1923.

Ostentó el título de Campeón mundial "a la ciega", pues batió el récord establecido por Pillsbury, jugando en Sao Paulo, 1929, veintinueve partidas simultáneas a la ciega, de las que ganó 20, empató 7, perdiendo solamente en dos tableros.

El lector podrá ver en el último capítulo de este libro (Mi sistema de apertura) los datos suficientes para completar esta biografía.

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ADOLF ANDERSSEN

Antes de practicar el juego de posición, se debe aprender a combinar. Esta regla se ha confirmado en la historia del ajedrez, y no podemos recomendarla bastante a los jugadores jóvenes.

No empecéis vuestro juego con partida de peón de dama y partida francesa, sino con partidas de juego abierto, gambitos. Cierto es que jugando juego cerrado el jugador principiante perderá menos partidas, pero en cambio en el juego abierto aprenderá a jugar al ajedrez.

En los tiempos antiguos, hubo también jugadores de posición. El más grande fue André Danican Philidor, quizá habrá sido el pensador más grande hasta el momento presente. Pero el que con su ejemplo fomentó en máximo grado la potencia de combinación del mundo ajedrecista, madurándola para la práctica del juego de posición, fue Adolf Anderssen.

Anderssen nació en Breslau en el día 6 de julio de 1818. La información de la carrera de su vida es muy sencilla. Estudió filosofía y matemáticas, y hasta el día 13 de marzo de 1879, época que falleció, ocupó el cargo de profesor en el Instituto de su ciudad natal.

Ocupóse del ajedrez en los primeros tiempos de su vida estudiantil, sin embargo, la fuerza de su juego se desarrolló lentamente. Para sus compatriotas alemanes, y hasta para los internacionales, fue la revelación cuando en el primer torneo de maestros celebrado en Londres, en 1851, con el cual empezó la época moderna del ajedrez, obtuvo el primer premio. A este triunfo, siguieron otros, especialmente el de Londres en 1862, y el Baden−Baden en 1870. Recordamos al que quiera aprender, que se fije en las siguientes partidas de Anderssen, no sólo para recrearse en ellas, sino para fortalecer su juego de combinación. No hay que creer que el juego de combinación sea sólo fruto del talento y que no se pueda aprender. Los elementos son siempre los mismos que se presentan en relaciones más o menos complicadas, tales como ataques dobles, sujeciones, cambios, etc. Cuantas más combinaciones se han visto, tanto más fáciles es concebirlas por sí mismo.

En las partidas que estudiaremos, no sólo trataremos de éstas, sino que también estudiaremos las aperturas. Entre las aperturas, la primera que sigue es la de "Gambito de rey". Se entiende por "gambito" una apertura en la

cual se sacrifica un peón a fin de conseguir un avance en el desarrollo, o bien otras ventajas. El gambito conocido como el más antiguo en la literatura de ajedrez, es el de rey: 1. e4 e5 2.f4. La idea de este gambito es doble: 1 ° apertura de la columna f en la cual, una vez efectuado el enroque, la torre de rey puede entrar rápidamente en acción: 2.° la posibilidad de formarse un fuerte centro de peones, después del alejamiento, o bien del cambio del peón e, mediante d4. La fuerza de un tal centro de peones, la conoceremos más adelante. Desde luego las blancas, después de 2...exf4, no pueden jugar en seguida 3.d4, sino que deben ante todo hacer algo para evitar la amenaza de las negras £h4+.

El jugador que está aprendiendo y también el experimentado, mejorará sensiblemente su juego, si se esfuerza en tratar cada apertura conforme a su (idea) base, siguiendo un plan preconcebido. Por ejemplo, si se juega el gambito de rey, debe tener en cuenta en todo momento los dos objetos principales de esta apertura, que son la dominación de la línea f y la formación de un centro de peones.

Si, al contrario, se deja guiar por extravíos y rodeos, él mismo quita el sentido de sus primeras jugadas, y entonces la inconsecuencia de su juego le será fatal.

¿Cómo deben ahora contestar las negras al gambito de rey? En los tiempos antiguos, era usual aceptar cada sacrificio que presentaba el contrario, y, por consiguiente, se solía aceptar casi siempre el gambito de rey mediante 2...exf4 procurando defender este peón por g5.Esta defensa tiene dos fines: uno, material y otro posicional. Al defender el peón f4 queda obstruida la columna f y entonces las blancas para corresponder a la idea de la apertura que es atacar sobre la columna f, deberán casi siempre sacrificar una pieza para quitar de en medio el peón f4 de negro.

Otra réplica contra el gambito de rey, es el contra−ataque en el centro: 2...d5, a lo cual después de exd5 sigue casi siempre 3...e4. (Sería un grave error 3.fxe5 a causa de 3... £h4+.) Ahora son las negras que juegan gambito, llamado éste de Falkbeer, cuyo descubridor fue el maestro austríaco Ernesto Carlos Falkbeer, nacido en Brünn en 1819 y fallecido en Viena en 1885.

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¿Qué consiguen las negras con este sacrificio de peón? Ante todo, el fracaso completo de todos los propósitos que han tenido las blancas con la jugada del gambito. La apertura de la columna f lo mismo que la intención de formar un centro de peones, son impedidas radicalmente. Ahora no se sabe qué objeto tiene el peón f4 en su situación. Además el peón e4 causa cierta molestia en la posición de las blancas, y éstas se encuentran con dificultades para su desarrollo. En cambio, las negras, tienen cierta preponderancia en el centro. Por esta razón, en los últimos años se ha empezado a considerar el gambito de Falkbeer casi como la refutación del gambito de rey.

Otra réplica: Las negras pueden tratar de ignorar la idea de gambito de las blancas, continuando su desarrollo, y en este caso, no les es necesario jugar inmediatamente 2...d6, para la defensa, porque restringirían la acción de su alfil de rey. El ataque al peón e5 es sólo aparente, porque 3...fxe5 fracasaría a causa de £h4+. Las negras pueden, por lo tanto, jugar tranquilamente 2...Ac5 y pueden defender más tarde su peón e5 con d6 sin encerrar su alfil de rey.

Tendremos ocasión de volver a menudo sobre el gambito de rey, pero rogamos el que estudie que no considere como palabras inútiles las ideas generales que aquí y más adelante exponemos sobre las aperturas. Por desgracia, las más de las veces, los jugadores de ajedrez sólo estiman las variantes exactas, pero lo justo es lo contrario. Se ha confirmado que hay más verdad ajedrecística en las ideas que en las variantes. El que comprenda el espíritu exacto de las aperturas puede tener confianza en que también sin el conocimiento de las variantes, no producirá ninguna mala partida.

PARTIDA NÚM. 1 GAMBITO FALKBEER Breslau, 1862 Blancas: Rosanes Negras: Anderssen 1.e4 e5 2.f4 d5 3.exd5 e4 4.¥b5+

Esta jugada es característica del jugador de tiempos antiguos. No es jugada posicional, es decir, no es con miramientos hacia una fina situación; se perseguía sólo una inmediata ventaja material o el mate. Hoy día se sabe que en el campo de la apertura el dominio del centro es el punto esencial de que se trata.

Un jugador moderno se esforzará, ante todo, en desembarazarse del presionador peón negro e4 y, por consiguiente, jugará 4.d3. El conductor de las blancas en la presente partida quiere por, el contrario, tal como entonces era usual, asegurar la preponderancia numérica de sus peones, aun a costas del propio desarrollo, jugando para ello 4. ¥b5+ para después de c6 cambiar su peón d5 que podría llegar a ser débil más tarde.

4...c6 5.dxc6 ¤xc6

Las más de las veces se acostumbra a jugar aquí bxc6.

6.¤c3 ¤f6 7.£e2

Aquí era mejor para las blancas jugar el peón dama a fin de recuperarse en el desarrollo que llevan atrasado.

En vez de esto, las blancas persiguen más ventaja material, es decir, ganar otro peón, el de rey.

Las negras, y con razón, no se esfuerzan en defender este peón, sino en continuar su desarrollo. Cuantos más peones desaparezcan del tablero y cuantas más columnas se abren, tanto más resalta la ventaja del desarrollo.

7...¥c5 8.¤xe4 0−0 9.¥xc6 bxc6 10.d3 ¦e8

11.¥d2

Las blancas quieren colocar a su rey en seguridad por medio del enroque largo, pero las negras han conseguido columnas abiertas también en su flanco de dama.

11...¤xe4 12.dxe4 ¥f5

(7)

Si 13...¥xc2 14.£c4, y las negras debían cambiar uno de sus buenos alfiles, pero aun así era favorable para las negras dado el atraso que llevan las blancas en su desarrollo.

14.0−0−0 ¥d4

Esto causa una debilidad en el flanco de enroque de las blancas. 15.c3 ¦ab8 16.b3

XABCDEFGHY

8-tr-+r+k+(

7zp-+-+pzpp'

6-wqp+-+-+&

5+-+-zPl+-%

4-+-vl-zP-+$

3+PzP-+-+-#

2P+-vLQ+PzP"

1+-mKR+-sNR!

Xabcdefghy

16...¦ed8!

Una típica jugada preparatoria de Anderssen, principio de una brillante combinación de la cual su contrincante está completamente ignorante.

17.¤f3

Es claro que si juegan 17.cxd4 £xd4 no tendrían ninguna salvación. Si hubiesen penetrado en el propósito de su contrario, hubieran jugado 17.¢b2, pero las negras con ¥e6 amenazando ¥xb3 hubieran ganado rápidamente.

17...£xb3! 18.axb3 ¦xb3 19.¥e1 ¥e3+! y mate a la siguiente. PARTIDA NÚM.2 GAMBITO KIESERITZKY Breslau, 1862 Blancas: Rosanes Negras: Anderssen 1.e4 e5 2.f4 exf4 3.¤f3

Con esta jugada se ha formado el gambito conocido bajo el nombre de caballo de rey. Hay otras continuaciones, las cuales se emplean a menudo: 3.¥c4 y 3.¥e2, en estos últimos tiempos, se ha probado también 3.£f3 (es el gambito de Breyer), aunque no es usado muy a menudo.En todas estas continuaciones insistiremos más adelante.

3...g5

Como durante tres siglos ya ha sido reconocido, el peón del gambito sólo puede defenderse a la larga si se cubre en seguida. De acuerdo con lo que hemos anotado ya en la primera partida ese intento de sostener la ventaja material obtenida, era, en los tiempos de Anderssen, la forma predominante de jugar. Ahora las blancas tienen en su juego dos continuaciones diversas. Una de ellas consiste en continuar su desarrollo así mediante 4.¥c4 y 5.0−0.

Esto es una manera inocente de jugar, propia de jugadores de ataque superficiales, pero no corresponde al espíritu del gambito de rey. La idea de este gambito, como ya sabemos, es el ataque a la columna f en la cual los puntos f6 y f5 han sido debilitados por la jugada g5, pues ya no pueden ser atacados o cubiertos por el peón g5 no pudiendo éste atacar una pieza blanca que tal vez se colocase en dichos puntos f6 y f5. Si las blancas quieren jugar posicionalmente en el espíritu del gambito de rey, antes de todo deben abrir la columna f y quitar de en medio el peón f4. La continuación posicional es, pues, 4.h4, minando de esta manera la defensa g5 que cubre el peón del gambito. No es por ningún azar, que jugadores típicos de posición, como Steinitz y Rubinstein, tenían esta variante en favorable concepto. Considérese además que las blancas

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deben decidir la forma de su continuación en esta cuarta jugada.

Si juegan 4.¥c4, las negras pueden contestar ¥g7, y la jugada 5.h4 ya no puede conseguir su objeto porque las negras tienen la posibilidad de jugar h6 y con ello pueden mantener intacta su cadena de peones.

4.h4 g4 5.¤e5

Esta apertura tiene el nombre de gambito de Kieseritzky. Otra continuación es el gambito de Allgaier, donde las b1ancas juegan 5.¤g5, viéndose obligadas, después de 5.h6, a sacrificar su caballo con 6.¤xf7, pero en cambio obtienen un ataque muy peligroso.

5...¤f6

Aquí se presenta una buena ocasión para demostrar el valor que tiene el haber comprendido el espíritu de una apertura y no el estudio de memoria de varias variantes, que no es tan provechoso. El jugador de café, que busca la jugada más próxima para dar ataque, probablemente jugaría aquí, 6.¥c4.

Pero también el jugador novicio que se ha tomado la infructuosa molestia de estudiar el célebre método de Bílguer, siguiendo aquellas indicaciones, hará la misma jugada, y por un contrajuego de negras, llegará a tener desventaja. No debe de extrañarnos el hecho de que en el análisis del gambito de rey, la obra de Bilguer

contenga numerosos defectos. Un análisis de variantes, en el curso de los años, llega a manifestarse casi siempre como equivocada. La ciencia de conocer variantes sólo es una ciencia aparente.

Además el gambito de rey no es ninguna apertura moderna, y la mayor parte de las variantes proceden del tiempo antiguo, cuando era insignificante lo que se pensaba sobre el juego de posición. Si se mantiene ante la vista la idea de la apertura, se llega a la conclusión de que es preciso hacer desaparecer el peón f4 para la liberación de la columna f. Por lo tanto, la jugada indicada es 6. d4, la cual ha sido muy tenida en cuenta por el maestro más antiguo y más grande del juego de posición, Philidor, y más recientemente por el gran "posicionalista" Rubinstein, que la ha calificado como ventajosa

para las blancas. Después de 6.d4 d6 7.¤d3 ¤xe4 8.¥xf4, las negras tienen efectivamente un peón más, pero se hallan en una situación nada envidiable a causa de la debilidad irreparable de la columna abierta. No podemos extrañarnos de que el jugador que conducía las blancas en esta partida, hiciera esta jugada más débil, pero aparentemente más lógica.

6.¥c4 d5 7.exd5 ¥d6

8.d4 ¤h5

Como ahora se demuestra las blancas ya no pueden abrir tan fácilmente la columna f. En buena hora debían haber jugado 0−0, a pesar de la posible contestación £xh4. Rosanes en esta partida, tal como lo hizo en la anterior, no juega posicionalmente, sino a la ventaja material.

9.¥b5+ c6 10.dxc6 bxc6 11.¤xc6 ¤xc6

12.¥xc6+ ¢f8 13.¥xa8

Las blancas tienen una torre más, pero en cambio una posición peligrosa al flanco de su rey, y un juego muy mal desarrollado.

13...¤g3 14.¦h2

Las blancas, en vez de colocar esta torre en h2, que actúa de comparsa, era más propio que debían reconciliarse con su contrario por el sacrificio de calidad, colocando el rey en f2 en esta jugada 14.

14...¥f5 15.¥d5

Le ofrecía mejor defensa 15.¥c6 para no permitir el paso de la torre negra a e8.

15...¢g7! 16.¤c3 ¦e8+

17.¢f2 £b6

Las negras amenazan el ataque decisivo mediante ¥e5.

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Las negras amenazan mate en cuatro jugadas. Así £e2+ 20.£xe2 ¦xe2+ 21.¢g1 ¦e1+ 22.¢f2 ¦f1 mate.

Esta amenaza las blancas no la pueden parar por medio de 19.c4, porque las negras contestan con £xa4! y después de 20.£xa4, nuevamente ¦e2+, etc., y dan mate.

19.¤c3 ¥e5! 20.a4

las negras anuncian mate en cuatro jugadas.

XABCDEFGHY

8-+-+r+-+(

7zp-+-+pmkp'

6q+-+-+-+&

5+-+Lvll+-%

4P+-zP-zppzP$

3+-sN-+-sn-#

2-zPP+-mKPtR"

1tR-vLQ+-+-!

Xabcdefghy

20...£f1+! 21.£xf1 ¥xd4+ 22.¥e3 ¦xe3! 23.¢g1

A otra jugada sigue mate con ¦e2+.

23...¦e1#

Seguramente que algunos lectores se extrañarán de que no hayamos aportado las célebres partidas, Anderssen−Kieseritzky (Londres, 1851) y Anderssen−Dufresne (Berlín, 1851) de las cuales, la primera ha tenido el honor de ser bautizada con el nombre de "Inmortal". La primordial causa es que los contricantes de Anderssen.jugaron flojamente, y hoy día que el sentido ajedrecista se ha refinado, ya no producen ninguna impresión limpia. Los nuevos análisis han demostrado que estas partidas se originaron más bien por la inclinación romántica que sentía Anderssen por las combinaciones, y no por la lógica del ataque.

Somos del parecer que estas partidas no tienen ningún valor pedagógico, y, por lo tanto, no son propias para ser incluidas en un método. Respecto a la partida "Inmortal" en el libro del autor "Las Nuevas Ideas en el Ajedrez" (en

alemán y en inglés) se encuentran unas consideraciones críticas sobre el esencial punto flojo de la partida. Respecto a la de Anderssen− Dufresne, el doctor Lasker ha hecho recientemente idénticas consideraciones.

Pero de todos modos, las combinaciones de Anderssen en estas partidas, serán siempre dos brillantes perlas en el tesoro del ajedrez.

Aunque no aportemos en total las dos partidas, queremos, sin embargo, reproducir lo esencial de la crítica situación de la partida Anderssen− Dufresne, con las consideraciones mencionadas que escribió el doctor Lasker.

Negras:Dufresne

XABCDEFGHY

8-tr-+k+r+(

7zplzppsnp+p'

6-vln+-zP-+&

5+-+-+-+q%

4Q+-+-+-+$

3vL-zPL+N+-#

2P+-+-zPPzP"

1tR-+-tR-mK-!

xabcdefghy

Blancas: Anderssen

En esta posición, los dos bandos tienen ataque directo contra el rey. Sin embargo, las perspectivas de las blancas son más favorables por una razón general, que en otras partidas ya volveremos a encontrar y sobre la cual el jugador estudiante podrá reflexionar. Las blancas dominan el centro; conducen el ataque en las líneas centrales del tablero.

En cambio, las negras atacan la posición del contrario en su enroque, teniendo que cooperar la dama y la torre en el flanco de rey juntamente con los alfiles, éstos atacando desde el flanco de dama.

Si el contrario domina el centro, una cooperación de ataque en esta forma no tiene éxito, por la disgregación de las piezas atacantes. El moderno jugador de posición que continuamente se esfuerza en conocer los indicios de la posición y trata

la combinación como un medio auxiliar para demostrar después su ventaja de posición, en esta situación tratará de llevar el ataque en el centro de tal forma, que con ello impida al propio tiempo los ataques del flanco de dama negro (alfiles) contra el rey blanco.

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Así es fácil adivinar la jugada que gana en seguida, indicada por Lasker: 19.¥e4

Pero Anderssen optó por jugar:

19.¦ad1

En verdad, esta jugada es prueba de su incomparable combinación, pero puesto que no se apoya en el conocimiento de las exigencias posicionales, es más débil que 19.¥e4; tan débil que las negras contestando con ¦g4, hubieran conseguido tablas según los resultados que dieron más tarde unos especificados estudios que se hicieron. Pero las negras continuaron así:

19...£xf3

y después de esta jugada, la combinación de Anderssen sale triunfante. El lector que siga con atención todas las variantes, robustecerá su fuerza de combinación.

20.¦xe7+ ¤xe7

Las negras echan mano, pero Anderssen da mate en cuatro jugadas. Sin embargo, la principal variante de la combinación procede después de 20 ...¢d8; y seguirá 21.¦xd7+. Si las negras toman esta torre, entonces se gana la dama negra, al contestar 22.¥e2+. Por consiguiente, las negras deben jugar 21...¢c8 y luego sigue la sorpresa de 22.¦d8+.

Esta torre, se puede tomar de tres formas, pero las negras siempre están perdidas.

A) 22...¦xd8 23.gxf3. B) 22...¢xd8 23.¥e2+.

C) 22...¤xd8 23.£d7+ ¢xd7 24.¥f5+, cualquiera; 25.¥d7#.La partida continuó así:

21.£xd7+ ¢xd7 22.¥f5+ ¢e8

A 22...¢c6 seguiría mate por ¥d7#.

23.¥d7+ ¢f8 24.¥xe7#

Con tales consideraciones no queremos inducir al aficionado ajedrecista a que considere la combinación como cosa secundaria. Al contrario, la combinación es lo elemental y como lo hemos observado no se puede llegar a ser un buen jugador sin conocer la combinación.

Pero hay que esforzarse en comprender la posición y no combinar meramente por el gusto de combinar. Cuán fácil es omitir el detalle más pequeño, cuando se está seducido por bellas combinaciones, puede verse también a base de partidas de Anderssen. Vamos a presentar dos ejemplos que son tanto más demostrativos, cuanto son situaciones reproducidas a menudo, sin que ningún glosador haya encontrado la cruda realidad de la situación. Así obsesiona la combinación. Al mismo tiempo, quisiéramos que esto fuera un estímulo para el jugador estudiante, para que trabaje independientemente y no se fíe demasiado de las autoridades.

Negras: Anderssen

XABCDEFGHY

8r+-wqk+-tr(

7zppzp-+pzp-'

6-+p+-+-+&

5+-vl-sN-+-%

4-+-zPn+Q+$

3+-zP-+-zp-#

2PzP-+-zPP+"

1tRNvL-+RmK-!

Xabcdefghy

Blancas: Mayet

Anderssen había sacrificado una pieza, pero consiguió un ataque decisivo. Anderssen, en busca de combinaciones, jugó:

11...¥xd4

Las blancas contestaron con la equivocada.

12.£xe4

y las negras vencieron, continuando con:

12...¥xf2+

que pudo forzar el mate. A 13.¦xf2 seguía 13...£d1+ 14.¦f1 ¦h1+. A la jugada doce de las blancas, el libro de Gottschall sobre Anderssen, dice lo siguiente: "Las blancas no se defendieron bien; lo justo era, 12.cxd4 £xd4 13.£d7+ £xd7 14.¤xd7, etc." Es extraño que tanto jugador como crítico pasaran por alto el hecho de que las negras en la situación del diagrama, con 11.gxf2+ ; 12.¦xf2, ¦h1+ podían obligar a las blancas a abandonar.

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Negras: Hillel

XABCDEFGHY

8-+ktr-+ntr(

7zppzp-+pzpp'

6-vl-+-+-+&

5+L+-wq-+-%

4-+-+-+-+$

3+-+-vLP+-#

2PzPQ+-+PzP"

1+-+RtR-+K!

Xabcdefghy

Blancas: Anderssen

El caso que sigue es más llamativo todavía.

16.¥g5

Respecto a esta jugada el libro sobre Anderssen hace un punto de exclamación y dice: "¡Ahora las negras están perdidas!".

16...£xg5 17.£f5+ £xf5 18.¦xd8+ ¢xd8

19.¦e8#

Esta “brillante” combinación dio la vuelta al mundo entero y nadie preguntó por qué este sacrificio de una dama cuando mucho más rápidamente se conseguirá el mismo resultado con 16.¦xd8+ ¢xd8 17.¥g5+.

Con los años, y conforme la evolución, Anderssen también llegó a ser jugador de posición. Aun traeremos aquí otra partida suya, que empieza con juego de posición, pero donde en el final vuelve a triunfar la fuerza de combinación de Anderssen, lo que da un carácter particular a la partida.

PARTIDA NÚM. 3 DEFENSA PHILIDOR Blancas: Anderssen Negras: L.Paulsen 1.e4 e5 2.¤f3 d6

La defensa de Philidor. Se tiene por mejor 2...¤c6, porque de esta manera las negras preparan la jugada d5, y pueden atacar más

enérgicamente en la apertura para dominar en el centro.La jugada d6 es, en cierto modo, una resignación de las negras cediendo al contrario, que jugará d4, sin luchar la mayor libertad de movimiento. El hecho criticado por los teóricos antiguos de que con la jugada d6 queda encerrado el alfil de rey, es, en este caso, de poca importancia. 3.d4 exd4 4.£xd4 ¤c6 5.¥b5 ¥d7 6.¥xc6 ¥xc6 7.¥g5 ¤f6 8.¤c3 ¥e7 9.0−0−0 0−0 10.¦he1 ¦e8

Las blancas han terminado ya su desarrollo, en tanto que las negras sólo lo han conseguido en la medida que lo permite su restringida situación. La posición de los peones blancos en el centro, e4 y el de las negras d6 significa una ventaja perceptible de terreno para las blancas. Pueden establecer una favorable continuación las blancas, situando sus torres en e1 y en d1, respectivamente, mientras que las negras no tienen ninguna columna abierta para su torre de dama.

11.¢b1

Satisfecho en la lucha entablada para la predominación en el centro, resultado victorioso, Anderssen hace una tranquila jugada de espera, y contribuye así a la seguridad de su posición. En estos casos como el presente en que se tiene una permanente ventaja de posición, estas jugadas de seguridad son aplicadas las más de las veces.

11...¥d7

Las negras quieren jugar su alfil a e6; pero con ello ofrecen a su contrario la oportunidad de fortalecer más aún su ventaja.

12.¥xf6! ¥xf6 13.e5! ¥e7 14.¤d5 ¥f8

Las jugadas del bando negro son obligadas todas. Amenaza la pérdida de peón d6, y las

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negras no deben jugar 14...dxe5, a causa de 15.¤xe7+ ¦xe7 16.¤xe5.

15.exd6 cxd6

La "pointe", consecuencia de la jugada 12, introductora de la combinación de Anderssen. Si las negras ...¥xd6 16.¤xc7! y hubieran perdido un peón. Estas están obligadas a dejar aislado el peón d6 siendo ello la mayor ventaja de la posición de Anderssen, que este cambio por la ventaja obtenida en el principio de la apertura, en la lucha entablada por su peón e4 y el del contrario d6. Sobre el peón aislado diremos algo. Todo jugador sabe que un peón aislado es una desventaja, pero son los menos los que se dan cuenta del porqué y de la manera de aprovecharla. La mayoría creen que puede ser tomado fácilmente. Pero esto, cuando la posición es igualada, raras veces es fácil, pues el defensor puede apoyar el peón aislado con tantas piezas como usa el atacante para tomarlo. La esencial desventaja del peón aislado, no está en el peón, sino en la casilla de delante, por ejemplo, la de d5. Esta casilla pertenece totalmente a las blancas y éstas podrán siempre establecer una figura conservando una gran eficacia porque faltan por ambos lados los peones del contrario que podrían expulsar la figura establecida, y, por otro lado, el peón aislado es una pieza de obstrucción y en este caso lo es para las torres negras que, de otra forma, podrían atacar al caballo.

La pieza más eficaz en tal situación, es este caballo de las blancas. Las otras piezas, las mayores operan a lo lejos, pero sólo el caballo es el que halla una crecida multiplicación de valor al haber obtenido una sólida posición en el frente del contrario.

Después de todas estas explicaciones, está ya bien demostrado que según la aspiración que tengan las negras para quitarse de encima el caballo blanco d5, habrán de pagarlo con su alfil de dama. Aparentemente parece que Anderssen pierde unos tiempos, pero su táctica consiste en sostener su caballo en la posición d5 y nos enseña un instructivo estudio que lo presenta, igual que toda la primera parte de esta partida, a Anderssen como jugador de posición.

16.¦xe8 ¥xe8 17.¤d2! ¥c6

18.¤e4

Las negras no pueden ahora jugar ¥xd5, porque estaría perdido su peón de d6.

18...f5 19.¤ec3

En esta forma, las blancas aseguran la situación dominadora de su caballo.

19...£d7 20.a3

Tal como en la jugada 11.ª volvemos a ver cómo Anderssen asegura su ventaja de posición, al hacer una tranquila jugada de espera que mejora la colocación de su rey.

20...£f7 21.h3

Ahora empieza un nuevo acto de la partida: ataque de peones en el flanco de rey. En las partidas de café, se ve muy a menudo, pero raramente es justificado este ataque en juego de posición.

La preciosa antecondición de un ataque de peones en el flanco es que esté bien segura la posición del centro, tal como lo está en esta partida. Caso que fuese posible una ruptura en el centro, regularmente, es falso el agresivo ataque por el flanco.

21...a6

Lo peor de la situación de las negras es la imposibilidad de jugar g6, para colocar el alfil en g7, porque si g6, seguiría siempre ¤f6+. Ahora se reconoce la gran fuerza de ¤d5.Las negras intentan la preparación de g6 jugando ¦e8 para después jugarla a e6, sustrayendo en primer lugar el peón de a7 al ataque de la dama blanca.

22.g4

La continuación del ataque de peones y, al mismo tiempo, la contramedida al propósito de las negras.

22...¦e8 23.f4 ¦e6

(13)

Con esta jugada se frustra el propósito de las negras, pero tenemos por falso el modo de cómo ha sido contrarrestada la última jugada de Paulsen. Evidentemente, Paulsen quería provocar g5, para díficultar la apertura de la columna g que intentaban las blancas, y que por medio de gxf5 hubiera resultado.

24...b5

Las negras, que no pueden emprender nada, intentan una demostración en el flanco de dama.

25.h4 ¦e8 26.£d3!

Anderssen conduce fina e inexorablemente el ataque contra el enroque. La jugada de dama prepara h5.

26...¦b8 27.h5 a5 28.b4!

En el momento oportuno, las blancas cierran la acción a las negras. El peón negro de b4 obra ahora como obstáculo para el ¥ de c6.

28...axb4 29.axb4 £xh5

De otra manera los peones blancos serían demasiado fuertes. Las blancas amenazaban, por ejemplo: ¦g1, quizá antes £f3, además g6; h6 es otra amenaza y, caso que g6, entonces ¤f6+ y £d4.

30.£xf5 £f7 31.£d3 ¥d7

Tal jugada liberta el caballo de c3, pero las negras no tienen otra jugada en contra de la amenaza de 32.¦h8.

32.¤e4 £f5

Las blancas amenazaban ¤g3, dominando la casilla f5 y además ¦h1. A 32...¥f5 naturalmente hubiera seguido: ¤f6+.

33.¦h1

Amenazan las blancas, que conducen el ataque con precisión admirable: 34.¤e3 £g6 35.f5... Para impedir esto, las negras casi no tienen más jugada que la que sigue frente a la cual Anderssen nos da otra vez una demostración de su gran fuerza de combinación.

33...¦e8

XABCDEFGHY

8-+-+rvlk+(

7+-+l+-zpp'

6-+-zp-+-+&

5+p+N+qzP-%

4-zP-+NzP-+$

3+-+Q+-+-#

2-+P+-+-+"

1+K+-+-+R!

xabcdefghy

34.¤ef6+ gxf6 35.¤xf6+ ¢f7 36.¦xh7+ ¥g7 A ¢g6, seguiría 37.£f3. 37.¦xg7+ ¢xg7 38.¤xe8+ ¢f8 39.£xf5+ ¥xf5 40.¤xd6

(14)

PAUL MORPHY

La biografía de este eminentísimo jugador, el mayor de todos los maestros de ajedrez, está explicada en muy pocas palabras.

Paul Morphy nació en 1837 en Nueva Orleans. En el año 1857, luchando en el primer Torneo Americano, ganó el primer premio, delante del maestro alemán L. Paulsen.

Durante los años que siguieron, visitó Europa a fin de probar sus fuerzas con los maestros del continente.

Cuantos le fueron presentados fueron vencidos. Los más significados−encuentros que tuvo fueron contra Löwenthal, Harrwitz y Anderssen, siendo el primero en Londres y los dos últimos en París. Poco tiempo después, ya satisfecho de torneos y luchas, regresó a su ciudad natal donde murió el 10 de julio de 1884.

Morphy fue tachado por sus compañeros de dechado de aridez, igual que los campeones del mundo ya antes y después de él. Se le reprochaba que para ganar un miserable peón, cambiaba las damas, o sea, en principio, lo propio que hoy se censura a Capablanca, con la única diferencia de que el cambio de damas para la ganancia de un peón es hoy un hecho natural aun para jugadores débiles, mientras que en Capablanca se trata de ventajas de posición mucho menores.

Hoy día los tiempos han cambiado, y muchos aficionados que todavía no han llegado a comprender el difícil modo del juego cerrado, admiran, contrariamente, el juego abierto de Morphy.

Un jugador débil, hoy día comprende muy fácilmente el juego abierto, pero en la época de Morphy no era este el caso, pues a él precisamente le debemos la comprensión.

La superioridad de Morphy sobre sus contemporáneos estriba en que ha sido el primero en comprender la esencia de las situaciones abiertas que se creó en sí por los buenos fundamentos.

Se dice que una posición es abierta cuando han sido cambiados varios peones del centro, de modo que las piezas

tengan líneas libres. Las aperturas que empiezan por 1. e4 e5, son las más predestinadas en conducir a posiciones abiertas, porque en la regla debe seguir d4 y el cambio de peones del centro. En las aperturas de 1. d4 d5 ocurre todo lo contrario. La jugada 2. e4, es mucho más

difícil, porque las blancas no pueden cubrir su casilla e4. Las partidas de apertura de peón de dama, conducen casi siempre en situaciones cerradas. En las que son abiertas se da un desarrollo rápido de figuras, y esto era el conocimiento principal de Morphy. Ante todo, se desarrollaba rápidamente en las piezas, llevaba un juego activo y no perdía ningún tiempo. En contraposición al principio desarrollativo de Morphy, encontramos entre sus contemporáneos, ataques prematuros a causa de desarrollo insuficiente o unas jugadas superfluas en asustados momentos de defensa.

Lo juzgaremos más exacto aún en las partidas que siguen. PARTIDA NUM. 4 GAMBITO ESCOCES Mobile, 1855 Blancas: Meek Negras: Morphy 1.e4 e5 2.¤f3 ¤c6 3.d4 exd4

Queremos decir unas palabras sobre la posible pérdida de tiempo por el cambio, pues en esto nos han sorprendido a veces los contrincantes de Morphy.

La jugada 3....exd4, en verdad no es ninguna jugada de desarrollo, pero sin embargo, no es ninguna pérdida de tiempo porque si las blancas quieren ganar un peón en seguida o más tarde han de jugar ¤xd4, que tampoco es una jugada de desarrollo porque juega una pieza que ya ha sido empleada, el caballo f3. Caso que las negras contestasen con 4...¤xd4, este cambio sería una pérdida de tiempo, porque las blancas con 5.£xd4, desarrollan una figura que hasta ahora no lo había sido.

Si se reflexiona la posición antes de este cambio errado, se ve que por ambas partes se ha desarrollado una figura, las blancas ¤d4, las negras ¤c6. Después del cambio, las blancas tienen siempre una figura desarrollada, la de dama a d4, en cambio las negras no tienen

(15)

ninguna figura en juego. Por lo tanto, se debe reconocer por el resultado de este cambio, que ha sido una manera drástica de perder un tiempo.

Otra es la cosa, si las blancas, por ejemplo, en la partida escandinava, después de 1.e4 d5; continúan con exd5. De todas maneras, las negras ganan un tiempo por £xd5, porque la dama está expuesta en d5, por lo cual las blancas pueden ganar un tiempo en seguida con 3.¤c3. La apertura 1.e4 e5 2.¤f3 ¤c6 3.d4 tiene el nombre de partida escocesa. Ya que el peón e4 está atacado y no pudiendo ser bien cubierto, las negras no tienen mejor contestación que 3...exd4.

La contestación más usual es 4.¤xd4, pues aparentemente, y gracias al peón e4, las blancas tienen más terreno en el centro y también un juego libre. Sin embargo, esta ventaja se manifiesta como no duradera, si las negras juegan consecuentes, y es alejar el peón e4 ya por ataque ya por cambio, que después de preparaciones propias se puede alcanzar por mediación del peón d5.

Con el ejemplo de esta apertura escocesa, quisiéramos demostrar cuánto más ventajoso es comprender el espíritu de una apertura que estudiar sus variantes. Después de lo precedente, las jugadas mejores para las negras serán las que sean de desarrollo, que son las que atacan las casillas e4 y d5, pues sólo de esta forma se desvía el peón presionador e4, para poderse lograr d5.

Por otro lado, las blancas sólo podrán afianzar su aparente ventaja si logran cubrir los puntos e4 y d5 para demorar la liberación del juego negro por d5. Ambas partes se verán empeñadas en encontrar las tales jugadas de desarrollo que ataquen las casillas e4 y d5. Así resultan. forzosamente las comprensibles combinaciones siguientes: 4...¤f6 (ataca e4 y d5) ; 5.¤c3 (defiende e4 y d5); 5...¥c5 (continúa el ataque); 6.¤xc6 (las blancas no tienen mejor continuación para abrir e4 que esta preparación para la jugada ¥d3) ; 6...bxc6 ; 7.¥d3 d5. Las negras han conseguido su objetivo, se ha cambiado el peón e4 y el juego está equilibrado. Como se ve, comprendiendo el espíritu de la apertura, así se logra la manera de jugar que en todos los métodos se califica como lo mejor, pero, muchos principiantes se la habrán aprendido de memoria y sin idea.

4.¥c4

Esta jugada, puede acontecer sin desventaja aunque se sacrifique un peón interesadamente, por el más rápido desarrollo. Caracteriza el "gambito escocés". Pero las blancas cometen la falta que ya veremos, no para jugar el gambito con rápido desarrollo, sino en el interés de un ataque prematuro contra la casilla f7, ideas propias de aquel tiempo y cuyo error ha sido probado por Morphy.

4...¥c5 5.¤g5

Esto es un error por dos fundamentos: 1.º Las blancas en esta situación abierta, juegan una pieza por dos veces, la cual ya había sido desarrollada, por lo tanto, pierden un tiempo, mientras que las negras consiguen una ventaja en el desarrollo. 2.º Las blancas olvidan que la apertura es una lucha en el centro y, con la jugada del texto, pronto cede a su contrario la preponderancia del mismo. La continuación mejor es aquí 5.c3, para continuar después de dxc3 6.¥xf7+ ¢xf7 7.£d5+.

5...¤h6

Las negras se defienden con una jugada de desarrollo. Si hubieran hecho ¤e5, en vez de la del texto, que también cubre y ataca, habríanse obrado de la misma manera que lo hicieron las blancas en jugar por segunda vez una figura desa rrollada ya. Por esta combinación, y en el curso de la partida, las blancas hubieran llegado a una ventaja.

6.¤xf7 ¤xf7 7.¥xf7+ ¢xf7

8.£h5+

La combinación que han introducido las blancas, probablemente gustará a los principiantes. Un experimentado jugador, se recela enfrente de una combinación tal, porque las figuras desarrolladas de las blancas desaparecen del tablero, y las que permanecen están aún en sus puestos sin haber sido movidas. Así no puede resultar ataque alguno.

8...g6 9.£xc5

(16)

XABCDEFGHY

8r+lwq-+-tr(

7zppzpp+k+p'

6-+n+-+p+&

5+-wQ-+-+-%

4-+-zpP+-+$

3+-+-+-+-#

2PzPP+-zPPzP"

1tRNvL-mK-+R!

xabcdefghy

Las consecuencias del juego de las blancas tan errado es claro de verse. Tan sólo una figura está desarrollada, la dama y, prontamente, estará expuesta al ataque del contrario. De esta forma las negras van rápido a una decisiva ventaja. Si éstas en la jugada 5.ª en vez de jugar ¤h6 hubiesen hecho 5...¤e5, se verían ahora al contemplar el diagrama la diferencia de que el caballo c6, estaría indesarrollado en g8, a causa de la continuación del juego que hubiera sido así: 6.¤xf7 ¤xf7 7.¥xf7+ ¢xf7 8...£h5+ g6 9.£xc5, etc. 9...d6 10.£b5 ¦e8 11.£b3+

Las blancas, por jugar erradamente con la dama, pierden tiempo. Ahora es el principio de la victoria de Morphy, en una forma apremiante. Debía hacerse 11. 0−0. 11...d5 12.f3 ¤a5 13.£d3 dxe4 14.fxe4 £h4+ 15.g3 ¦xe4+ 16.¢f2 £e7 17.¤d2

Ahora siguen unos bonitos cambios de situación que estriban en que la dama blanca no puede ni debe abandonar el apoyo de la casilla e2.

17...¦e3 18.£b5 c6 19.£f1 ¥h3 20.£d1 ¦f8

Los principiantes que en el calor de la lucha sólo juegan con las piezas que tienen ya

desarrolladas, olvidándose de traer las reservas, pueden aprender mucho de esta jugada.

21.¤f3 ¢e8 22.Abandonan. PARTIDA NÚM. 5 GAMBITO ESCOCES Nueva York, 1857 Blancas: Th. Lichtenhein Negras: Morphy 1.e4 e5 2.¤f3 ¤c6 3.d4 exd4 4.¥c4 ¤f6

Como ya hemos dicho antes, en las situaciones abiertas, ante todo hay que poner las figuras en juego rápidamente.

En el juego abierto, aunque superficialmente, se puede formar una idea abarcante de la situación con sólo contar las figuras que ya están en juego.

Es a esto a lo que vamos ahora. Las blancas tienen dos figuras desarrolladas, el caballo de rey y el alfil de rey, además han jugado los dos peones del centro, los cuales para el incondicional desarrollo de las figuras es necesario. En la posición de las blancas podemos contar cuatro tiempos; las negras, en cambio, tienen también dos figuras desarrolladas, pero sólo un peón. Esto prueba solo tres tiempos. Por lo tanto, ¿están las blancas mejor?

No; no es este el caso, pero tienen ahora un peón menos.

Para recuperarlo deben jugar ¤xd4, que no es ninguna jugada de desarrollo, porque, el caballo de f3 ya está desarrollado. Para recuperar el peón, las blancas tienen que devolver el tiempo que antes habían ganado, y así, después de esto, los juegos quedan iguales.

5.e5

Tenemos ahora de nuevo el caso que ya hemos conocido en la partida anterior en la jugada 5.ª y es la pérdida de tiempo por una jugada de ataque. La jugada 5.e5, en verdad ataca al

(17)

caballo f6, pero no continúa el desarrollo. Si las negras estuviesen obligadas en contestar con una jugada defensiva, con una jugada que no desempeña nada en favor del desarrollo, se igualarían los dos tiempos de pérdida, y el ataque de las blancas sería justificado. Pero tal como en las partidas anteriores Morphy puede contestar a su contrario con una jugada de desarrollo y con esto gana un tiempo.

Lo justo hubiera sido 5. 0−0. Si ahora las negras juegan ¤xe4, entonces la blancas recuperan ambos peones sacrificados con 6.¦e1 d5.

5...d5 6.¥b5 ¤e4

Por ambas partes se debía jugar ahora una pieza de las desarrolladas.

7.¤xd4 ¥d7

Ahora vamos a contar los tiempos otra vez. Las blancas no han conseguido ninguna ventaja. Todavía tienen dos figuras desarrolladas y jugados los dos peones del centro, o sea como antes, sólo cuatro tiempos desarrollados. En cambio, las negras tienen tres figuras desarrolladas, los dos caballos y el alfil de dama, y los dos peones del centro, en total cinco tiempos de desarrollo. De esta manera, las negras tienen un tiempo adelantado, a consecuencia de la jugada 5.ª de las blancas.

8.¤xc6

Este cambio significa nuevamente una pérdida de tiempo, pues las negras, al rematar con el peón, obligan al alfil de rey blanco ya desarrollado a jugar otra vez.

8...bxc6

Hasta ahora las blancas han perdido dos tiempos.

Vamos a ver si los apercibimos por nuestra cuenta:

Las blancas tienen una figura desarrollada y jugados los dos peones del centro, por lo tanto, son tres jugadas de desarrollo. Las negras tienen tres figuras desarrolladas e igualmente dos peones del centro también han sido jugados.

Resulta, por lo tanto, por el examen de la posición, que las blancas tienen dos pérdidas de tiempo.

9.¥d3 ¥c5 10.¥xe4 £h4!

11.£e2 dxe4 12.¥e3

En la situación abierta se debe, especialmente, cuando se lleva retrasado el desarrollo, ante todo poner a salvo el rey, 12. 0−0 era lo más indicado. 12...¥g4

XABCDEFGHY

8r+-+k+-tr(

7zp-zp-+pzpp'

6-+p+-+-+&

5+-vl-zP-+-%

4-+-+p+lwq$

3+-+-vL-+-#

2PzPP+QzPPzP"

1tRN+-mK-+R!

xabcdefghy

13.£c4

Las blancas buscan la salvación con el contraataque, pues 13.£d2, pierden en seguida por ¦d8. Así nace un furioso juego de combinación, ofreciendo las mejores posibilidades de combinar a aquella parte que tenga más figuras en juego.

13...¥xe3! 14.g3

Sería bonito:14.£xc6+ ¥d7 15.£xa8+ ¢e7 16.g3! ¥xf2+ 17.¢xf2 e3+ 18.¢e1 (a 18 ¢g1, sigue e2) 18...£b4+ 19.c3 £xb2 20.£xh8 ¥g4, con mate inevitable.

14...£d8 15.fxe3 £d1+

16.¢f2 £f3+ 17.¢g1 ¥h3

Las blancas ya no pueden defender el mate.

(18)

19.£xa8+ ¢e7 20.Abandonan. PARTIDA NÚM. 6 GAMBITO FALKBEER Nueva York, 1857 Blancas: Schulten Negras: Morphy 1.e4 e5 2.f4 d5 3.exd5 e4 4.¤c3 ¤f6 5.d3 ¥b4 6.¥d2 e3!

Aquí tenemos el caso típico en Morphy, del sacrificio del peón, no en busca de posibles combinaciones, sino con miras posicionales. Morphy, después de reconocer que en las situaciones abiertas, ante todo hay que apresurarse en desarrollar, aun tuvo que ir más lejos, o sea, convencerse de la necesidad de crear una posición lo más abierta posible, cuando se tiene ventaja en el desarrollo, cambiando peones, rompiendo la cadena de peones enemigos y, como consecuencia última, si es conveniente sacrificarlos incluso, a fin de obtener más columnas libres para sus piezas. En el presente caso, las negras sacrifican su peón de rey, porque así obtienen mucho más rápidamente la columna de rey que su mal desarrollado contrincante. 7.¥xe3 0−0 8.¥d2 ¥xc3 9.bxc3 ¦e8+ 10.¥e2 ¥g4 11.c4

En esta y la próxima jugada, las blancas no debieron aferrarse tan temerosas a la mayoría de sus peones. Pero ni con mejor juego era sostenible la partida.

11...c6

Nuevamente el principio de abrir el juego, dado el mejor desarrollo. 12.dxc6 ¤xc6 13.¢f1

XABCDEFGHY

8r+-wqr+k+(

7zpp+-+pzpp'

6-+n+-sn-+&

5+-+-+-+-%

4-+P+-zPl+$

3+-+P+-+-#

2P+PvLL+PzP"

1tR-+Q+KsNR!

xabcdefghy

13...¦xe2! 14.¤xe2 ¤d4 15.£b1 ¥xe2+ 16.¢f2 ¤g4+ 17.¢g1

Caso de 17.¢e1, sigue £h4+, y luego £e7. Tras la jugada del texto, las negras dan mate forzoso en siete jugadas. 17...¤f3+ 18.gxf3 £d4+ 19.¢g2 £f2+ 20.¢h3 £xf3+ 21.¢h4 ¤h6 22.£g1 ¤f5+ 23.¢g5 £h5 PARTIDA NÚM. 7 PARTIDA FRANCESA Nueva York, 1857 Blancas: Morphy Negras: Meek 1.e4 e6

Puesto que las negras van atrasadas en un tiempo, deberían tratar, desde principio, de entorpecer la acción de las blancas para abrir el juego, ya que el juego abierto favorece siempre a quien está mejor desarrollado. Es extraño que este hecho sólo se haya reconocido en los últimos años, y en los torneos modernos, después de la jugada 1.e4, se ven mucho más a menudo defensas cerradas que no la antigua

(19)

contestación ...e5. Entre las defensas cerradas, la partida francesa 1...e6 es la más antigua.

2.d4 c5

La exacta es d5. Con la jugada de texto, las blancas consiguen preponderancia en el centro.

3.d5 e5

En lo general, Morphy no trataba las partidas cerradas tan bien como las abiertas, pero la jugada del texto que es pérdida de tiempo le da ocasión para abrir el juego con ventaja.

4.f4 d6 5.¤f3 ¥g4 6.fxe5 ¥xf3

Una pérdida de tiempo nuevamente, y en verdad, es el caso que ya hemos tratado anteriormente. Es pérdida de tiempo, por el cambio, porque las blancas no rechazan con desarrollo simultáneo. Antes del cambio, las blancas tienen una figura en f3, las negras una figura en g4. Después del cambio la figura negra ha desaparecido, mientras que la blanca queda reemplazada por otra.

7.£xf3 dxe5 8.¥b5+ ¤d7 9.¤c3 ¤gf6 10.¥g5 ¥e7

11.d6!

El sacrificio de peón típico de Morphy, con la intención de abrir una columna, decide aquí en seguida.

11...¥xd6 12.0−0−0.

Abandonan, pues pierden una pieza.

PARTIDA NÚM.8 GAMBITO EVANS Nueva Orleans, 1858

De seis partidas simultáneas a ciegas.

Blancas: Morphy Negras: Aficionado

1.e4 e5 2.¤f3 ¤c6

3.¥c4

En las partidas que hemos tratado hasta ahora, sólo se ha encontrado la continuación 3.d4, partida escocesa. Con la jugada del texto las blancas continúan su desarrollo y se reservan aun la forma de abrir el juego cuando quieran, o con d4, o después de la preparación c3, o también después de 0−0 y algunas jugadas de preparación con f4. La jugada del texto, tiene para el jugador la desventaja de no ser consecuente. Después de 1. e4, el impasible peón e de las negras es objeto del ataque de las blancas, con cuya ayuda, y más tarde con d4 o f4, se puede abrir el juego, única manera de hacer valer la iniciativa que tienen las blancas. Con 2.¤f3, las blancas toman en seguida el ataque y, después de ¤c6 de las negras pueden continuar consecuentes con d4 o con la fuerte jugada 3. ¥b5, que es la partida española. Con 3.¥c4 las blancas continúan su desarrollo, pero no el ataque al peón e5. Esta es la causa de que en los torneos modernos haya desaparecido casi del todo.

Las negras contestan lo mejor con la jugada 3...¤f6, con la cual, en cierto modo, las negras toman la iniciativa mediante el ataque a e4. Es menos seguro 3...¥c5 (partida italiana), porque de esta forma aunque de momento se impida d4, las blancas pueden probar 4.c3 y luego continuar jugando d4 con ganancia de tiempo. Podría probarse 3....¥e7 (partida húngara), cuya jugada es bien notario cede iniciativas a las blancas.

3...¥c5 4.b4

Otro intento de aprovechar la colocación del alfil c5 para lograr la iniciativa.

(20)

Las blancas quieren, como en las anotaciones anteriores, jugar c3 además de d4. Pero quisieran una ganancia de tiempo con la jugada c3 y atraer el alfil a b4 o el ¤ por medio del sacrificio del peón. Esta apertura se llama, según el nombre de su inventor, "Gambito Evans". En tiempo de Anderssen y de Morphy fue muy jugada.

4...¥xb4

El gambito Evans se puede rehusar muy bien con ¥b6. El adelantado peón b4, muy a menudo se manifiesta como débil. Sin embargo, el alfil en b6 es muy eficaz, lo propio que si está en c5, pero menos expuesto. Por esto, no es de recomendar el gambito Evans.

5.c3 ¥a5

Esto es mejor que ¥c5, porque más tarde estaría expuesto al ataque d4.

6.d4

La continuación en el estilo de gambito. Las blancas quieren poner a las negras ante la alternativa, o bien dejar intacto el centro blanco, o bien optar por la ganancia de peones. En este caso, las blancas tendrían una excelente ventaja de desarrollo por su juego tan abierto, una partida al puro estilo Morphy. En la presente partida, las negras se deciden por lo último.

6...exd4

Aquí estaría muy bien 6...d6, para sostener el apoyo del centro y el del peón e5, o bien si las blancas juegan 7.dxe5, simplificar el juego.

7.0−0 dxc3 8.¥a3

Probablemente la ventaja del desarrollo de las blancas no puede equilibrar de ningún modo los peones sacrificados. Aquí se debe jugar 8.£b3, después de lo cual las negras deben cubrirse con £f6, pudiendo continuar las blancas el ataque con 9.e5. Pero las negras tienen a su disposición la cómoda jugada ¤h6, que puede seguir a £b3.

8...d6 9.£b3 ¤h6

10.¤xc3 ¥xc3

Este cambio facilita a las blancas una posición de ataque.

11.£xc3 0−0 12.¦ad1

Para hacer valer su ventaja de desarrollo, las blancas deben tratar de abrir el juego. La jugada de ataque es e5, pero las negras la impiden con habilidad.

12...¤g4 13.h3 ¤ge5 14.¤xe5 ¤xe5

15.¥e2!

A 15.¥b3 las negras, para la simplificación, jugarían ¥e6. Ahora las blancas continúan con f4 para la preparación del juego abierto.

XABCDEFGHY

8r+lwq-trk+(

7zppzp-+pzpp'

6-+-zp-+-+&

5+-+-sn-+-%

4-+-+P+-+$

3vL-wQ-+-+P#

2P+-+LzPP+"

1+-+R+RmK-!

xabcdefghy

En esta situación las negras hicieron un error instructivo. Puesto que las blancas tienen un fuerte desarrollo, las negras debían mantener el juego cerrado. Era muy bueno, por ejemplo, f6, además ¤g6 a fin de dominar la llave e5, pues las blancas con e5, amenazan abrir el juego. Probablemente les sería a las negras más ventajoso, debido a su ventaja material. En vez de esto, abren el juego, probablemente, con la falsa idea de libertar sus movimientos, y solucionan así el difícil problema que su mismo enemigo no pudo solucionar, de abrir el juego.

15...f5

Con esto se abre: 1.º la columna e; 2.º la diagonal a2−g8, y 3.º la diagonal a1−h8 que ya no puede ser obstruida por f6.

(21)

Con sus jugadas 17, 18 y 19, Morphy se apodera de estos tres elementos.

16.f4 ¤c6 17.¥c4+ ¢h8

18.¥b2 £e7 19.¦de1 ¦f6 20.exf5 £f8

Las blancas tienen ahora una ocasión para decidir la partida mediante una brillante combinación.

21.¦e8! £xe8 22.£xf6 £e7 23.£xg7+! £xg7

24.f6 £xg2+

¡Desesperación! A 24...£f8, las blancas dan mate forzoso con 25.f7+ ¤e5 26.fxe5 h5 27.e6+ ¢h7 28.¥d3+ ¢h6 29.¦f6+ ¢g5 30.¦g6+ ¢f4 31.¢f2!, etc. 25.¢xg2 Rinden PARTIDA NÚM.9 DEFENSA PHILIDOR París, 1858 Blancas: Morphy

Negras: Duque de Brunschwig y Conde Isouard

1.e4 e5 2.¤f3 d6 3.d4 ¥g4

Esta jugada significa una pérdida de tiempo. Después de dxe5 para evitar la pérdida del peón, las negras deben jugar ¥xf3. Esto es, la pérdida de tiempo de que ya se ha hablado. Véase la partida número 7.

4.dxe5 ¥xf3 5.£xf3 dxe5 6.¥c4 ¤f6

La pérdida de tiempo de las negras se deja entrever claramente en la situación. Las blancas, con situación simétrica de los peones, tienen desarrolladas dos figuras, las negras sólo una. La última jugada de las negras es, además, un

error que permite el siguiente ataque doble de Morphy.

7.£b3 £e7 8.¤c3

En consideración de la gran ventaja de su desarrollo, Morphy no se conforma con la ganancia de un peón. Para juzgar la situación, nótese que la dama en e7 no se puede considerar como desarrollada porque está obstruyendo el camino del alfil rey, perdiendo además, las negras, un tiempo para cubrir el peón b7.

8...c6 9.¥g5 b5

Esto da ocasión a las blancas a la decisiva combinación de sacrificio, pero de otra manera las negras aún estarían más encerradas.

10.¤xb5 cxb5 11.¥xb5+ ¤bd7

12.0−0−0

El ataque contra el caballo d7 es el objeto principal de la combinación.

12...¦d8 13.¦xd7! ¦xd7

14.¦d1 £e6

Ahora las blancas pueden ganar de varias formas. lo más fácil era 15.¥xf6 £xb3, con ¥xd7#. Morphy prefiere aún un camino más elegante.

XABCDEFGHY

8-+-+kvl-tr(

7zp-+r+pzpp'

6-+-+qsn-+&

5+L+-zp-vL-%

4-+-+P+-+$

3+Q+-+-+-#

2PzPP+-zPPzP"

1+-mKR+-+-!

xabcdefghy

15.¥xd7+ ¤xd7 16.£b8+ ¤xb8 17.¦d8#

(22)

WILHELM STEINITZ

Wilhelm Steinitz nació el 18 de mayo de 1836 en la ciudad de Praga. Como estudiante se presentó en Viena a la edad de 22 años, empezando su carrera de ajedrecista en la "Wiener Schachgesellschaft" que ha sido la escuela de muchos maestros de ajedrez. En el año 1862, en representación de su país, tomó parte en el torneo internacional de Londres, donde obtuvo el sexto premio y reconociéndose como la mejor partida del torneo una de las que jugó.

Establecióse en Londres viviendo allí hasta 1883. En el año 1866 jugó un match contra Anderssen, quien, después de la retirada de Morphy, había vuelto a ser el gran maestro. Steinitz ganó por ocho a seis partidas sin empate alguno.

Con esta victoria, y aunque el título de campeón del mundo entonces no se había establecido todavía, Steinitz lo alcanzó en realidad. Los sucesivos resultados en los torneos internacionales en que tomó parte fueron: Baden-Baden, 1870, segundo premio; Viena, 1872, primer premio; Viena, 1882, segundo premio. En este último torneo, J. H. Zukertort ganó el primer premio, y junto con Steinitz fueron los dos directores y sin contradicción de nadie los guías del ajedrez. En el año 1886 tuvo lugar la primera lucha para el campeonato del mundo, entre ellos, y como que Steinitz habíase establecido en los Estados Unidos, los encuentros tuvieron lugar en la ciudad de Nueva York, St. Luis y Nueva Orleans, alcanzando Steinitz el título oficial por 10 a 5 y 5 tablas.

Posteriormente defendió su título en varias luchas y con gran éxito, entre las cuales dos contra Tschigorin en 1889 y

1892 fueron las más interesantes, rindiéndose más tarde, en 1894, contra el doctor Em. Lasker. Como Lasker mismo dice, el pensador fue superado por el jugador.

Después que Steinitz perdió su título de campeón mundial, frecuentó aún varios torneos, no consiguiendo ya ningún primer premio más. Murió en 1900.

Hemos nombrado primero a Morphy como el más célebre de los maestros del ajedrez. Para el gran público es efectivamente el héroe del ajedrez. En contra, los conocedores del juego ven en Steinitz al jugador más profundo, la más significada personalidad ajedrecista.

En el método de Lasker, su autor ha levantado un gran monumento a su antecesor, señalando las ideas filosóficas base del juego de Steinitz. En este libro, fieles a su objeto, vamos a demostrar la manejabilidad de aquel juego a base de partidas prácticas de Steinitz.

Mientras que Morphy practicó el estudio del juego abierto, Steinitz se esforzó en conocer las legalidades de las situaciones cerradas.

No es eso una elección fortuita ni casual, pues en ajedrez cada maestro pugna por aquel estilo que mejor se adapta a su carácter.

El juego abierto de Morphy nos demuestra el carácter de un hombre de rápida libertad de acción que desea el éxito rápidamente. Steinitz es todo lo contrario, no buscaba lo brillante y la rapidez de la acción, sino el valor duradero. Así lo vemos a menudo entretenerse en larga defensa, sólo por conservar la más ligera ventaja de posición.

Esta fue la cualidad de su carácter que hacía de las situaciones cerradas su campo predilecto. En la posición cerrada, los peones están inmóviles por ambas partes, señal de una larga lucha; en posición abierta tenemos más mudanza. En el estudio de esta lucha de posición se resume la obra principal de Steinitz y la base de toda la técnica ajedrecista moderna.

PARTIDA NÚM. 10 PARTIDA ITALIANA Londres, 1862 Blancas: Dubois Negras: Steinitz 1.e4 e5 2.¤f3 ¤c6 3.¥c4 ¥c5 4.0−0

Siguiendo los métodos modernos es más conveniente esperar a enrocar, a fin de reservarse la posibilidad de enroque largo. Es de notar que esta tardanza en el enroque no se encuentra en las partidas anteriores al tiempo de Steinitz, por ejemplo, Morphy, el cual para facilitar el avance rápido de los peones

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centrales, debía abrir el juego, y es evidente que para colocar a su rey en seguridad debía enrocar cuanto antes.

4...¤f6 5.d3 d6

Contrarresta el juego de Steinitz con el de su contrario, en que espera para el enroque.

6.¥g5

Las blancas no sospechan lo que provocan con esto. Les hubiera convenido más desarrollar su alfil en e3.

6...h6 7.¥h4 g5

Estas son las consecuencias del anticipo de las blancas y del retardo en el enroque de las negras. En Morphy, el jugador de ataque no encontraremos tales ataques, que hoy nos parecen tan naturales.

Un avance así en el flanco, sólo es admisible en cuanto se tiene asegurada completamente la posición en el centro y desde luego, cerrando, mientras que Morphy abría siempre en el centro y obraba rápidamente.

En el fondo del ataque de esta partida, se ve el medio precursor de las de Steinitz, centro cerrado, seguro y un presión de peones en el flanco de rey.

8.¥g3 h5! 9.h4

Hubiera resultado una combinación admirable después de 9.¤xg5 h4! 10.¤xf7 hxg3 11.¤xd8 ¥g4 12.£d2 ¤d4 13.¤c3 ¤f3+ 14.gxf3 ¥xf3 y mate en breve.

9...¥g4

Supongamos que se jugara 10.hxg5 seguiría h4 ; 11.¥h2 ¤h7 y las negras alcanzan ventaja. Las blancas tratan de contrarrestar el ataque del flanco negro con la apertura del juego en el centro, que indudablemente sólo es posible con el sacrificio de peones. 10.c3 £d7 11.d4 exd4 12.e5 dxe5 13.¥xe5 ¤xe5 14.¤xe5 £f5!

Con esta jugada se ha vencido el contrajuego que tenían las blancas en el centro, reforzándose el ataque de las negras.

15.¤xg4 hxg4 16.¥d3 £d5

17.b4

Intentando continuar después de ¥b6 con 18.c4 y c5. Las negras sacrifican su alfil amenazando, a previsión de que el ataque contra la columna h será decisivo. El eje de la combinación está en la jugada 22 de las negras, pues Steinitz, a pesar de la pérdida de una pieza cambia las damas para quitar la casilla de huida f2 al rey blanco.

17...0−0−0 18.c4

Relativamente es lo mejor. Las blancas quieren quitar a la dama negra el dominio de la casilla f5 y de la gran diagonal. En este último caso las blancas tenían la posibilidad de poder jugar g3. En el transcurso de la partida ya veremos la importancia de la casilla f5.

18...£c6 19.bxc5 ¦xh4

Ahora la amenaza de las negras es: 20...¦dh8 21. f3 g3 22.¥f5+ (con el intento ¥h3), £e6! y un mate próximo.

20.f3 ¦dh8 21.fxg4 £e8

Naturalmente, si se juega ¤xg4; hubiera sido un error, por la continuación de 22.¥f5+.

22.£e1

Si 22.¦e1, seguiría 22...¦h1+ 23.¢f2 £xe1+ 24.£xe1 ¤xg4+ 25.¢e2 ¦e8+.

(24)

XABCDEFGHY

8-+k+q+-tr(

7zppzp-+p+-'

6-+-+-sn-+&

5+-zP-+-zp-%

4-+Pzp-+Ptr$

3+-+L+-+-#

2P+-+-+P+"

1tRN+-wQRmK-!

xabcdefghy

22...£e3+ 23.£xe3 dxe3 24.g3 ¦h1+ 25.¢g2 ¦8h2+ 26.¢f3 ¦xf1+ 27.¥xf1 ¦f2+ 28.¢xe3 ¦xf1

Por la trabazón de las piezas blancas en su situación, este final les es insostenible. Después de pocas jugadas ganaron las negras.

PARTIDA NÚM. 11 GAMBITO EVANS Londres, 1863 Blancas: Blackburne Negras: Steinitz 1.e4 e5 2.¤f3 ¤c6 3.¥c4 ¥c5 4.b4 ¥xb4 5.c3 ¥c5

Como ya en otra ocasión lo hemos apuntado, es mejor la jugada ¥a4, porque el alfil no queda expuesto al ataque por d4. Según los métodos de apertura de aquel tiempo, ambas eran consideradas como equivalentes.

6.d4

Si el alfil estuviera en a4, las negras no tendrían ahora necesidad de abandonar el centro con exd4 , sino que podrían jugar 6...d6. Si las blancas juegan 7.dxe5 dxe5 8.£xd8+ ¤xd8 9.¤xe5, quedan en desventaja por la mala

posición de sus peones al intentar reconquistar el peón del gambito.

6...exd4 7.0−0 d6

Sería malo dxc3 porque seguiría 8.¥xf7+ ¢xf7 9.£d5+.

8.cxd4 ¥b6

La situación presente era considerada como la normal en el gambito de Evans, porque las jugadas que se han empleado hasta ahora por ambas partes, se conceptuaban como las mejores.

9.¤c3

Es significativo que este lance que aparece como comprensible jugada de desarrollo, la introdujera Morphy en la práctica del juego. Antes de él, preferíase el ataque directo, como, por ejemplo, 9.d5 aunque se ve claramente que tal jugada tiene también sus reveses. Por un lado, limita la eficacia de ¥c4; por el otro, inmoviliza los peones blancos del centro.

9...¥g4

En verdad que las blancas tienen un peón menos, pero en cambio un desarrollo mejor y, además, un centro de peones. Esta formación de peones, e4 y d4 blancos, y d6 de las negras, la encontraremos a menudo. La ventaja para las blancas es que dominan el centro, dándoles la posibilidad de poder llevar las figuras de uno a otro flanco. En cambio, las negras están cohibidas, sus flancos de rey y dama tienen mala comunicación entre sí. Véase, por ejemplo, ¥b6, que sólo puede ser llevado con grandes dificultades y con pérdida de tiempo al flanco de rey.

De estas consideraciones se deduce la forma en que ambas partes han de continuar, dado el centro igualado.

Las blancas pretenderán llevar el ataque contra un flanco, a lo mejor, naturalmente, contra el de rey, porque pueden presentarse con una superioridad. En cambio las negras, tratando de atacar el centro blanco, mudarán su táctica hacia el centro, a consecuencia de la disgregación de sus fuerzas, que una vez reunidas es el resultado

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único que pueden practicar. Además, las negras se darán por muy satisfechas, dada su situación cohibida, de ir al cambio de figuras, si éste puede realizarse, pues es evidente que todo el interés de las blancas será oponerse a semejante cambio.

Con la jugada del texto, Steinitz se nos presenta con una fuerte posición para emprender un ataque contra el centro de las blancas.

10.¥b5

En una partida Morphy−De Riviere, que siguió idéntica hasta esta posición, las negras, para destruir la amenaza d5, no encontraron nada mejor que ¥d7, con lo que abandonaban el ataque contra el centro de sus contrarias. Con la jugada siguiente, Steinitz nos demuestra que lo que le impulsaba era la conducción del juego posicional, su primer principio, y aceptaba buenamente las pasajeras dificultades que se le presentaban, para lograr su intento.

10...¢f8 11.¥xc6 bxc6

12.¥a3

Es difícil ahora encontrar un plan mejor para las blancas, que el de preparar el avance del centro, a fin de posibilitar la explotación de la mala situación del rey negro.

12...¥xf3

Aparentemente esto es peligroso, porque el abrir la columna g, beneficia el ataque de las blancas, pero Steinitz continúa consecuente en su juego de inmovilización del centro del blanco y al debilitamiento del peón d4.

13.gxf3 £g5+ 14.¢h1 ¤e7

Para conseguir el ataque, las blancas deben avanzar antes de todo su peón f ; por lo tanto, deben aspirar a la posición de la casilla f5.

15.¤e2 ¤g6 16.¦g1 £f6 17.£d3 ¢g8

Ahora se impide e5, intentando con h6 y ¢h7, unificar la acción de las torres para la

continuación del ataque contra el centro de las blancas.

18.¥c1 h6 19.f4 ¢h7 20.f5 ¤e7 21.¥b2

La debilidad del peón d4 se manifiesta sensible. Las blancas lo cubren con el alfil, para amenazar ¤e2−f4−h5.

21...d5

Continuación del ataque contra el centro blanco.

22.f3 ¦ad8 23.¤f4 ¦hg8 24.¤h5 £h4

25.f6

Con su ataque, las blancas recobran su peón del gambito.

25...£xh5 26.fxe7 ¦d7 27.exd5+ g6

28.¦ae1

Las últimas jugadas de las negras, nos dan la impresión de que Blackburne ataca impetuosamente y que Steinitz apenas se defiende, devolviendo el peón. En el fondo, es otra la cosa. Mientras que Blackburne nada en el mar de la combinación, Steinitz encuentra, en lo característico de su estilo, lo esencialmente posicional y, a pesar de las dificultades de la defensa, no ha perdido de vista ni por un momento el objeto de su partida: la posición del dominio del centro.

Parecía, por ejemplo, más indicado jugar en la jugada 26...¦de8, y no ¦d7, porque esta torre en d7, quedaba expuesta al ataque mediante dxc6; pero la siguiente jugada de las negras nos demuestra la previsión de Steinitz, queriendo reservar la casilla e8 para la otra torre.

28...¦e8

Ahora está claro que las negras, después de 29.dxc6 ¦dxe7, por el dominio de la columna e y por la flaqueza de los peones blancos, quedarían en ventaja. Pero Blackburne evita la

Referencias

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