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Lección 17 Dios preservó a Israel en Egipto

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Lección 17 – Dios preservó a Israel en Egipto

El segundo libro de la Biblia es el Exodo, que significa “salida”. En este libro Dios registra como sacó a Su pueblo Israel, de Egipto.

Es importante recordar que el relato del libro del Exodo, así como del Génesis, es historia real. Los acontecimientos que se detallan en estos libros, se mencionan muchas veces a través de toda la Biblia, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento. Además, los descubrimientos arqueológicos han confirmado muchos de los detalles minuciosos de estos libros.

Israel creció en número y riqueza

Después que la sequía había terminado, José y sus hermanos – con sus familias – continuaron viviendo en Egipto y no regresaron a Canaán, la tierra que Dios les había prometido a Abraham, Isaac y Jacob. Su padre Israel (Jacob) ya había muerto (Génesis 50:26) y después de algunos años, José y toda su generación murieron en Egipto, pero quedaron sus descendientes.

Pasaron alrededor de 350 años desde que Israel llegó a Egipto hasta el momento en que se retoma su historia en el libro de Exodo.

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Murieron José y sus hermanos y toda aquella generación. Sin embargo, los israelitas tuvieron muchos hijos, y a tal grado se multiplicaron que fueron haciéndose más y más poderosos. El país se fue llenando de ellos.

Exodo 1:6-7

Los descendientes de Israel prosperaron en Egipto. Su número aumentó y se hicieron muy ricos.

Tenían mucho ganado y hierba para los animales. El Faraón, rey de Egipto, era bueno con ellos.

Pero llegó al poder en Egipto otro rey que no había conocido a José, y le dijo a su pueblo: "¡Cuidado con los israelitas, que ya son más fuertes y numerosos que nosotros! Vamos a tener que manejarlos con mucha astucia; de lo contrario, seguirán aumentando y, si estalla una guerra, se unirán a nuestros enemigos, nos combatirán y se irán del país." Fue así como los egipcios pusieron capataces para que oprimieran a los israelitas. Les impusieron trabajos forzados, tales como los de edificar para el faraón las ciudades de almacenaje Pitón y Ramsés.

Exodo 1:8-11

El Faraón, para evitar que los israelitas siguieran prosperando y fortaleciéndose, ordenó a las parteras que arrojaran al río a los niños hebreos que nacieran (israelitas) y dejaran vivir a las niñas.

El nacimiento de Moisés

Hubo un levita que tomó por esposa a una mujer de su propia tribu. La mujer quedó embarazada y tuvo un hijo, y al verlo tan hermoso lo escondió durante tres meses. Cuando ya no pudo seguir ocultándolo, preparó una cesta de papiro, la embadurnó con brea y asfalto y, poniendo en ella al niño, fue a dejar la cesta entre los juncos que había a la orilla del Nilo. Pero la hermana del niño se quedó a cierta distancia para ver qué pasaría con él.En eso, la hija del faraón bajó a bañarse en el Nilo. Sus doncellas, mientras tanto, se paseaban por la orilla del río. De pronto la hija del faraón vio la cesta entre los juncos, y ordenó a una de sus esclavas que fuera por ella. Cuando la hija del faraón abrió la cesta y vio allí dentro un niño que lloraba, le tuvo compasión, pero aclaró que se trataba de un niño hebreo. La hermana del niño preguntó entonces a la hija del faraón: ¿Quiere usted que vaya y llame a una nodriza hebrea, para que críe al niño por usted? Ve a llamarla contestó. La muchacha fue y trajo a la madre del niño, y la hija del faraón le dijo: Llévate a este niño y críamelo. Yo te pagaré por hacerlo. Fue así como la madre del niño se

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lo llevó y lo crió. Ya crecido el niño, se lo llevó a la hija del faraón, y ella lo adoptó como hijo suyo;

además, le puso por nombre Moisés, pues dijo: "¡Yo lo saqué del río!"

Exodo 2:1-10

Para proteger a Moisés, Dios utilizó a la propia hermana de Moisés y hasta a la hija de Faraón.

Con todo, Dios permitió que Moisés fuera criado por su madre hebrea, pero de manera segura, pues estaba protegido por la hija de Faraón. Este mismo hecho, permitió que luego Moisés fuera educado en Egipto1 (Hechos 7:22).

Igual que en la historia de José, vemos a Dios obrando a través de una situación adversa para lograr Sus propósitos y producir el bien a Su pueblo (Romanos 8:28). Dios tiene la sabiduría absoluta y podemos confiar en El, aún en condiciones desfavorables.

Un día, cuando ya Moisés era mayor de edad, fue a ver a sus hermanos de sangre y pudo observar sus penurias. De pronto, vio que un egipcio golpeaba a uno de sus hermanos, es decir, a un hebreo. Miró entonces a uno y otro lado y, al no ver a nadie, mató al egipcio y lo escondió en la arena. Al día siguiente volvió a salir y, al ver que dos hebreos peleaban entre sí, le preguntó al culpable: ¿Por qué golpeas a tu

1 Los escritos egipcios de esta época mencionan que los hijos de los líderes egipcios recibían capacitación en la escritura y la literatura, y también preparación en el liderazgo doméstico y militar. Seguramente Moisés también recibió instrucción en estas áreas al crecer en la casa de Faraón.

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compañero? ¿Y quién te nombró a ti gobernante y juez sobre nosotros? respondió aquél. ¿Acaso piensas matarme a mí, como mataste al egipcio? Esto le causó temor a Moisés, pues pensó: "¡Ya se supo lo que hice!" Y, en efecto, el faraón se enteró de lo sucedido y trató de matar a Moisés; pero Moisés huyó del faraón y se fue a la tierra de Madián, donde se quedó a vivir junto al pozo. El sacerdote de Madián tenía siete hijas, las cuales solían ir a sacar agua para llenar los abrevaderos y dar de beber a las ovejas de su padre. Pero los pastores llegaban y las echaban de allí. Un día, Moisés intervino en favor de ellas: las puso a salvo de los pastores y dio de beber a sus ovejas. Cuando las muchachas volvieron a la casa de Reuel, su padre, éste les preguntó: ¿Por qué volvieron hoy tan temprano? Porque un egipcio nos libró de los pastores le respondieron. ¡Hasta nos sacó el agua del pozo y dio de beber al rebaño! ¿Y dónde está ese hombre? les contestó. ¿Por qué lo dejaron solo? ¡Invítenlo a comer! Moisés convino en quedarse a vivir en casa de aquel hombre, quien le dio por esposa a su hija Séfora. Ella tuvo un hijo, y Moisés le puso por nombre Guersón, pues razonó: "Soy un extranjero en tierra extraña."

Exodo 2:11-22

En este momento, los israelitas estaban como esclavos de Faraón en Egipto. El único intento que hizo Moisés de ayudar a sus hermanos hebreos, terminó con un egipcio muerto y con Moisés huyendo para no ser ejecutado por Faraón.

Así como los israelitas eran esclavos de Faraón, nosotros y nuestros antepasados nacemos esclavos del pecado (Romanos 6:6b, Romanos 6:20). No podemos librarnos de él por nosotros mismos. Ningún ser humano puede hacer algo al respecto, solo Dios puede rescatarnos de la esclavitud de Satanás.

Moisés y la zarza ardiente

Un día en que Moisés estaba cuidando el rebaño de Jetro, su suegro, que era sacerdote de Madián, llevó las ovejas hasta el otro extremo del desierto y llegó a Horeb, la montaña de Dios. Estando allí, el ángel del Señor se le apareció entre las llamas de una zarza ardiente. Moisés notó que la zarza estaba envuelta en llamas, pero que no se consumía, así que pensó: "¡Qué increíble! Voy a ver por qué no se consume la zarza."

Exodo 3:1-3 Aunque se trataba de una zarza común, el fuego no la consumía, porque Dios estaba en medio de ella. El pueblo de Israel, igual que la zarza, corría peligro de ser totalmente destruido. Pero del

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mismo modo que Dios estaba en la zarza evitando que se consumiera, también estaba con Israel evitando que fuera destruido. Satanás y Faraón no podían destruir a los israelitas mientras Dios estuviera con ellos. Nadie tiene el poder ni la capacidad de destruir algo a quien Dios mismo está protegiendo.

Cuando el Señor vio que Moisés se acercaba a mirar, lo llamó desde la zarza: ¡Moisés, Moisés! Aquí me tienes respondió. No te acerques más le dijo Dios. Quítate las sandalias, porque estás pisando tierra santa. Yo soy el Dios de tu padre. Soy el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob. Al oír esto, Moisés se cubrió el rostro, pues tuvo miedo de mirar a Dios.Pero el Señor siguió diciendo: Ciertamente he visto la opresión que sufre mi pueblo en Egipto. Los he escuchado quejarse de sus capataces, y conozco bien sus penurias. Así que he descendido para librarlos del poder de los egipcios y sacarlos de ese país, para llevarlos a una tierra buena y espaciosa, tierra donde abundan la leche y la miel. Me refiero al país de los cananeos, hititas, amorreos, ferezeos, heveos y jebuseos. Han llegado a mis oídos los gritos desesperados de los israelitas, y he visto también cómo los oprimen los egipcios. Así que disponte a partir. Voy a enviarte al faraón para que saques de Egipto a los israelitas, que son mi pueblo.

Exodo 3:4-10

Moisés no supo que Dios estaba en la zarza hasta que Dios le habló. El Señor le dijo a Moisés que se quitara los zapatos como una señal de respeto hacia El, que es perfecto y santísimo. Estar descalzo era una señal de humildad y sumisión. Los esclavos andaban descalzos.

Dios le dijo a Moisés que lo había elegido para liberar a los israelitas de la esclavitud de Egipto y llevarlos de nuevo a la tierra que Dios le había dado a Abraham. El Señor elige a quien quiere para hacer Su voluntad y cuando llega el tiempo de llevar a cabo sus planes, nadie puede detenerlo (Salmos 115:3, Salmos 135:5-6).

Pero Moisés le dijo a Dios: ¿Y quién soy yo para presentarme ante el faraón y sacar de Egipto a los israelitas? Yo estaré contigo le respondió Dios. Y te voy a dar una señal de que soy yo quien te envía:

Cuando hayas sacado de Egipto a mi pueblo, todos ustedes me rendirán culto en esta montaña.

Exodo 3:11-12 Dios le prometió a Moisés que, después de sacar a Su pueblo de Egipto, lo llevaría de vuelta a la misma montaña, llamada monte Sinaí o monte Horeb, donde se encontraba la zarza ardiendo.

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YO SOY

Pero Moisés insistió: Supongamos que me presento ante los israelitas y les digo: El Dios de sus antepasados me ha enviado a ustedes. ¿Qué les respondo si me preguntan: ¿Y cómo se llama?

Exodo 3:13

Moisés no estaba convencido aún. Su propio pueblo, los israelitas, lo habían rechazado cuando había tratado de ayudarlos y tenía dudas si le creerían si regresaba y les decía que el Dios de Abraham, Isaac y Jacob lo había enviado para rescatarlos de la esclavitud.

YO SOY EL QUE SOY,respondió Dios a Moisés. Y esto es lo que tienes que decirles a los israelitas: YO SOY

me ha enviado a ustedes.

Exodo 3:14

En la época que se escribió la Biblia, los nombres tenían significados. El nombre de una persona enfatizaba alguna característica o cualidad personal. Por ejemplo, el nombre de Moisés significaba

“sacado de”, porque la hija de Faraón lo había sacado del agua cuando lo encontró.

¿Qué nombre podía ponerse Dios que transmitiera a los israelitas todas Sus cualidades? Dios le dijo a Moisés que tenía que decirles a los israelitas que “YO SOY” lo había enviado. Este nombre significa tantas cosas, que es difícil comprenderlas por completo. Hace referencia a su inmutabilidad, es decir, que Dios no cambia. De acuerdo a la etimología de Su nombre, se puede entender como “el que es”, haciendo referencia a que Dios existe por sí mismo. También significa

“el que da el ser”, aludiendo a su calidad de Creador que hizo todas las cosas y le dio vida a todo ser viviente.

Además, Dios le dijo a Moisés: Diles esto a los israelitas: El Señor, el Dios de sus antepasados, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, me ha enviado a ustedes. Éste es mi nombre eterno; éste es mi nombre por todas las generaciones. Y tú, anda y reúne a los ancianos de Israel, y diles: El Señor, el Dios de sus antepasados, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, se me apareció y me dijo: ‘Yo he estado pendiente de ustedes. He visto cómo los han maltratado en Egipto. Por eso me propongo sacarlos de su opresión en Egipto y llevarlos al país de los cananeos, hititas, amorreos, ferezeos, heveos y jebuseos. ¡Es una tierra donde abundan la leche y la miel! Los ancianos de Israel te harán caso. Entonces ellos y tú se presentarán ante el rey de Egipto y le dirán: El Señor, Dios de los hebreos, ha venido a nuestro encuentro. Déjanos

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hacer un viaje de tres días al desierto, para ofrecerle sacrificios al Señor nuestro Dios.Yo sé bien que el rey de Egipto no va a dejarlos ir, a no ser por la fuerza. Entonces manifestaré mi poder y heriré de muerte a los egipcios con todas las maravillas que realizaré entre ellos. Después de eso el faraón los dejará ir.

Exodo 3:15-20

Dios sabía exactamente cómo iba a reaccionar el rey de Egipto, pues Dios conoce todos nuestros pensamientos, palabras y acciones, aún antes que las pensemos, digamos o hagamos. Sabe todo sobre nosotros, desde antes del nacimiento hasta después de la muerte. (Salmos 139, Hebreos 4:13)

Dios puso a Aarón como ayudante de Moisés

Señor insistió Moisés, te ruego que envíes a alguna otra persona. Entonces el Señor ardió en ira contra Moisés y le dijo: ¿Y qué hay de tu hermano Aarón, el levita? Yo sé que él es muy elocuente. Además, ya ha salido a tu encuentro, y cuando te vea se le alegrará el corazón. Tú hablarás con él y le pondrás las palabras en la boca; yo los ayudaré a hablar, a ti y a él, y les enseñaré lo que tienen que hacer. Él hablará por ti al pueblo, como si tú mismo le hablaras, y tú le hablarás a él por mí, como si le hablara yo mismo.

Pero no te olvides de llevar contigo esta vara, porque con ella harás señales milagrosas.

Exodo 4:13-17

Moisés todavía no estaba tan convencido de ser el apropiado para semejante cometido, así que le pidió al Señor que enviara a otra persona. Sin duda que sorprende la cantidad de obstáculos que pone Moisés al Señor, a pesar de todas las señales y promesas que le fueron dadas. Sin embargo, tenemos que admirar su sinceridad y franqueza al expresarlas.

El Señor se enojó con Moisés por seguir resistiéndose, pero le prometió enviar a Aarón, el hermano mayor de Moisés, para ayudarlo.

Moisés se fue de allí y volvió a la casa de Jetro, su suegro. Al llegar le dijo: Debo marcharme. Quiero volver a Egipto, donde están mis hermanos de sangre. Voy a ver si todavía viven.Anda, pues; que te vaya bien le contestó Jetro. Ya en Madián el Señor le había dicho a Moisés: "Vuelve a Egipto, que ya han muerto todos los que querían matarte." Así que Moisés tomó a su mujer y a sus hijos, los montó en un asno y volvió a Egipto. En la mano llevaba la vara de Dios.

Exodo 4:18-20

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El Señor le aseguró a Moisés que el rey, y todos los que antes querían matarlo, ahora estaban muertos. Sin duda esto debe haber animado a Moisés, que finalmente salió para Egipto.

El Señor le dijo a Aarón: "Anda a recibir a Moisés en el desierto." Aarón fue y se encontró con Moisés en la montaña de Dios, y lo besó. Entonces Moisés le comunicó a Aarón todo lo que el Señor le había ordenado decir y todas las señales milagrosas que le mandaba realizar. Luego Moisés y Aarón reunieron a todos los ancianos israelitas, y Aarón, además de repetirles todo lo que el Señor le había dicho a Moisés, realizó también las señales a la vista del pueblo, con lo que el pueblo creyó. Y al oír que el Señor había estado pendiente de ellos y había visto su aflicción, los israelitas se inclinaron y adoraron al Señor.

Exodo 4:27-31

Moisés y Aarón regresaron a Egipto, llamaron al los ancianos israelitas y les repitieron todo lo que el Señor le había dicho a Moisés. Los israelitas creyeron en la Palabra de Dios, que recibieron a través de Moisés. El pueblo estaba agradecido porque el Señor había estado preocupado de ellos y había escuchado su clamor. Cuando no creemos en la Palabra de Dios, lo estamos llamando mentiroso. El Señor no puede ayudar a quienes se niegan a creer en Su Palabra.

Conclusiones

 Dios sabía exactamente la condición de esclavitud y opresión por la que estaba pasando el pueblo de Israel.

 Dios es capaz de obrar aún en situaciones adversas y puede hacer todo lo que al ser humano le pueda parecer imposible.

 Los israelitas fueron sabios al escuchar y creer el mensaje de Dios por medio de Moisés.

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Lección 17 – Dios preservó a Israel en Egipto

1] ¿Por qué el rey de Egipto convirtió a los israelitas en esclavos?

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2] ¿Por qué Dios protegía y cuidaba al pueblo de Israel?

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3] ¿Por qué Dios permitió que la hija de Faraón adoptara a Moisés?

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4] ¿Por qué la zarza que estaba ardiendo no se consumía?

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5] ¿Qué significa el nombre de Dios “YO SOY”?

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Respuestas

1. Porque los israelitas eran muchos y el rey tenía miedo que se unieran a los enemigos de los egipcios en una guerra. 2. Porque estaba siendo fiel a la promesa que había hecho a Abraham, Isaac y Jacob. 3. Para protegerlo y para que fuera instruido. Así Dios lo usaría a Moisés para rescatar a los israelitas de la esclavitud. 4. Porque Dios estaba presente. 5. Significa que Dios no cambia, que existe por si mismo y que es el creador de todo.

Referencias

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