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Peces. Los peces son el grupo más diverso de vertebrados. Se estima que hay especies. Introducción. Diversidad

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Peces

Leticia Huidobro Campos Xavier Valencia Díaz Nicolás Álvarez Pliego Héctor Espinosa Pérez

Huidobro-Campos, L., X. Valencia D., N. Álvarez-Pliego y H. Espinosa-Pérez. 2016. Peces. En: La biodiversidad en la Ciudad de México, vol. ii. conabio/sedema, México, pp. 376-382.

Introducción

Los peces son un grupo de vertebrados acuáti- cos que se caracterizan por presentar apéndices en forma de aletas para su desplazamiento; por lo general su cuerpo está cubierto de escamas.

En la mayoría de ellos, la respiración y captación de oxígeno se lleva a cabo en las branquias, presentan una línea lateral que funciona como órgano sensorial que les permite detectar mo- vimientos y vibraciones en el agua y una vejiga natatoria que les sirve para equilibrar la flota- ción (Lagler et al. 1977).

Se distribuyen en océanos, lagunas costeras, estuarios, ríos, arroyos, lagos, charcas y aguas subterráneas, desde regiones árticas hasta zo- nas tropicales (Helfman et al. 1997). Este grupo de animales es vulnerable, ya que depende del agua, recurso que se encuentra sumamente amenazado. En la cuenca de México existieron lagos y ríos que daban sustento a poblaciones de peces, pero en la actualidad sólo se conserva 2% del paisaje natural (Legorreta et al. 2009). En la Ciudad de México, los peces se encuentran amenazados y en peligro de desaparecer debi- do a que la mayoría de los ríos se encuentran entubados y los lagos están cubiertos por construcciones y en franco estado de extinción, salvo Xochimilco y Chapultepec.

Diversidad

Los peces son el grupo más diverso de verte- brados. Se estima que hay 27 977 especies

descritas en el mundo, lo que representa poco más de la mitad del total de especies conoci- das de todos los vertebrados (54 711) (Nelson 2006). En México el número de especies des- critas es de 2 723; en particular, la fauna de peces de agua dulce cuenta con 506 especies distribuidas en 47 familias, lo que habla de la riqueza específica del grupo (Espinosa et al.

1993, Miller et al. 2009, De la Vega-Salazar 2006, Torres-Orozco y Pérez-Hernández 2011).

En México se han contabilizado alrededor de 330 especies de peces dulceacuícolas endé- micas, de los cuales para la ciudad se han do- cumentado 15 (4.4% del total). Este número se ve incrementado por la presencia de siete es- pecies invasoras (estas últimas como resulta- do de las actividades de acuicultura y acuarismo), lo que suma un total de 22 espe- cies (apéndice 44).

De las especies nativas (cuya distribución na- tural incluye la Ciudad de México), tres se encuen- tran extintas: la carpa xochimilca (Evarra bustamantei), la carpa verde (E. eigenmanni) y la carpa de Tláhuac (E. tlahuacensis; Contreras-Balde- ras et al. 2008); tres se encuentran extirpadas (es- pecies que no cuentan con poblaciones establecidas en su hábitat natural y que es posible encontrarlas en otros sitios): la carpita azteca (Notropis sallaei), 1 el pupo del valle (Algansea

1

Schönhuth y Doadrio (2003), con base en estudios filogenéticos con

citocromo b, sugieren que Aztecula sallaei debe ser considerada como

Notropis sallaei (Gϋnther, 1868).

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tincella) y el charal de Xochimilco (Chirostoma humboltianum), estas especies es posible en- contrarlas en la Faja Volcánica Transmexicana (Miller et al. 2009). Las dos que subsisten en la actualidad son el mexclapique (Girardinichthys viviparus) y el charal (Chirostoma jordani). El mexclapique habita en la cuenca del valle de México y el charal en gran parte del centro del país. Es importante señalar que en el cuadro 1 se mencionan a Girardinichthys multiradiatus, Goodea atripinnis, Heterandria bimaculata, Lepomis macrochirus, Micropterus salmoides, Xiphophorus hellerii y X. variatus, como espe- cies nativas en la Faja Volcánica Transmexica- na y en México, pero su distribución natural no incluye a la Ciudad de México, aunque se en- cuentran translocadas (especies nativas que son introducidas en áreas diferentes a su dis- tribución natural) en algunos cuerpos de agua como Xochimilco y en Parques y Jardines Ur- banos (Huidobro et al. 2002, Miller et al. 2009).

Para el caso de las carpas endémicas y ex- tintas de la ciudad, la poca información que se obtuvo antes de su extinción las refirió como especies muy sensibles a ligeros cambios en el ambiente. Su hábitat eran los manantiales ubicados en San Gregorio y Tláhuac, hoy en día completamente urbanizados, lo que oca- sionó que paulatinamente la calidad del agua decreciera promoviendo su extinción.

Distribución

De las 506 especies de peces de agua dulce en México, 330 son endémicas, las cuales presen- tan patrones de distribución que corresponden a su historia biogeográfica. De esta manera, podemos encontrar especies pertenecientes a ocho provincias: Mesa del Norte, Cuencas de la vertiente del Pacífico noroeste, Baja California Peninsular, Complejo Tamesí-Pánuco, Provincia del río Balsas, Provincia Chiapas-Nicaraguense, Provincia del Usumacinta y Mesa Central. Es en esta última provincia donde se ubican los peces nativos de la cuenca de México (Miller et al.

2009). Los ambientes lacustres de la cuenca de

México se caracterizaron por albergar grandes poblaciones de peces y, de acuerdo con los registros obtenidos de colecciones científicas así como en literatura especializada, y por la extensión de los cuerpos de agua, en los hume- dales de Xochimilco y Tláhuac es donde históri- camente se ha concentrado la mayor diversidad de especies nativas y endémicas (Alcocer y Escobar 1990, 1992). En la actualidad, en esta misma región se sigue conservando la mayor diversidad, representada por siete especies invasoras, siete traslocadas y dos nativas: el mexclapique (Girardinichthys viviparus) y el cha- ral (Chirostoma jordani). Otra región con registros de peces en la ciudad son los cuerpos de agua en Parques y Jardines Urbanos, como el lago de Chapultepec, donde se destaca la presencia de estas mismas especies nativas, el charal y el mex- clapique. Este último se distribuye en las cuatro regiones de la ciudad que presentan cuerpos de agua: Humedales de Xochimilco-Tláhuac, Serra- nías de Xochimilco y Milpa Alta, Bosques y Caña- das y Parques y Jardines Urbanos, y se encuentra bajo la categoría de seriamente amenazado por su vulnerabilidad (Navarrete-Salgado 2004).

Cabe mencionar que algunos cuerpos de agua en la ciudad, como el río Magdalena, no han sido sujetos a un estudio exhaustivo de recolecta de peces, por lo que no se tie- nen registros documentados.

Importancia

Los peces desempeñan un papel importante en

el ecosistema donde habitan, ya que ocupan

una posición fundamental en la red alimenta-

ria, siendo presa de muchos animales y funcio-

nando como reguladores naturales de otros

organismos a través de la depredación o com-

petencia. Por ejemplo, se sabe que los mexcla-

piques (Girardinichthys spp.) (Trujillo-Jiménez y

Espinosa de los Monteros Viveros 2006) y el

guppy (Poecilia reticulata) (Rojas et al. 2004)

consumen larvas de insectos, por lo que pue-

den considerarse reguladores naturales de la

población de estos invertebrados.

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Cuadro 1. Especies de peces registradas en la Ciudad de México.

Especie Estatus nom 059* uicn* Endemismo Origen Humedales

de Xochimil- co-Tláhuac

Serranías de Xochimilco y Milpa Alta

Bosques y Cañadas

Parques y Jardines Urbanos

Algansea tincella

fvt n

X X

Carassius auratus I X X X

Chirostoma humboldtianum

dd cm n

X X

Chirostoma jordani

m n

X X

Ctenopharyngodon idella I X

Cyprinus carpio I X X X

Evarra bustamantei

cdmx n

X X

Evarra eigenmanni

cdmx n

X X

Evarra tlahuacensis

cdmx n

X

Girardinichthys multiradiatus

fvt nt

r X

Girardinichthys viviparus

p cr cm n

X X X X

Goodea atripinnis

fvt nt

r X

Heterandria bimaculata

m nt

r X X

Lepomis macrochirus

m nt

r X

Micropterus salmoides

m nt

r X

Notropis sallaei

cm n

X

Oncorhynchus mykiss I X

Oreochromis aureus I X

Oreochromis niloticus I X

Poecilia reticulata I X X

Xiphophorus hellerii

m nt

r X

Xiphophorus variatus

m nt

r X

*

nom

-059-

semarnat

-2010:

p

= en peligro de extinción. **

uicn

(2010):

dd

= datos insuficientes;

cr

= en peligro crítico. Origen:

n

= nativa;

nt

r = traslocadas;

i

= invasora. Estatus: † = extinta; € = extirpada. Endemismo:

m

= México;

fvt

= Faja Volcánica Transmexicana;

cm

= cuenca de México;

cdmx

= Ciudad de México.

Fuente: elaboración propia

Algunos peces son indicadores de la cali- dad y el estado de salud de los sistemas hidro- lógicos, debido a que son sensibles a ligeros cambios en la concentración de oxígeno di- suelto, pH, sólidos en suspensión, etc. (Huido- bro 2000). La presencia o ausencia de una o más especies, así como el restablecimiento de una población en una zona afectada de mane- ra natural o antropogénica, puede indicarnos el grado de perturbación del sistema (Karr 1981, Aguilar-Ibarra 2005). Esto ocurrió con la extinción de las carpas endémicas de la ciu- dad, al entubarse para uso doméstico el agua de los manantiales donde se encontraban originalmente.

Los peces fueron utilizados con fines ali- mentarios en el México antiguo, destaca el grupo de los charales. Actualmente ninguno

de los peces nativos tiene importancia alimen- taria; en cambio, se pueden mencionar espe- cies invasoras como la trucha arcoíris (Oncorhynchus mykiis) y las mojarras tilapias (Oreochromis niloticus y O. aureus), cuyo cultivo representa una fuente de proteína en lugares como Xochimilco, Magdalena Contreras y Cuajimalpa.

Amenazas

Los peces de la cuenca de México, particular-

mente los de la ciudad, han tenido impor-

tancia desde la época prehispánica, ya que

las primeras civilizaciones estaban asenta-

das en una cuenca lacustre compuesta por

seis cuerpos de agua interconectados entre

sí (Alcocer y Escobar 1990, 1992). En éstos se

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tienen datos históricos de ocho especies de peces con registros de grandes tamaños de población, mismos que han disminuido paulatinamente hasta quedar sólo el mex- clapique y el charal (Alcocer y Escobar 1992, Alcocer et al. 1992, 1993, Huidobro et al. 2002).

De estas especies, únicamente el mexcla- pique está incluido en la lista de riesgo de la

nom 059 ( semarnat 2010), bajo la categoría de peligro de extinción, y en la lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Natura- leza en la categoría de Peligro Crítico ( uicn 2010).

Esta especie representa 12.5% del total de las históricas registradas para la entidad, pero 50% para las especies actuales, lo que la colo- ca como altamente vulnerable. Las poblacio- nes reducidas de esta especie se encuentran en peligro de desaparecer en el mediano o corto plazo, de continuar el deterioro o modi- ficación de su hábitat como sucede en los lagos de Chapultepec y Xochimilco (Huidobro et al. 2002).

Como resultado de la disminución del área y volumen lacustre de la cuenca de México, desde finales del siglo xx y hasta el presente, los cuerpos de agua en Chapultepec y Xochi- milco están desarticulados y quedan

solamente algunos remanentes (Uribe-Peña et al. 1999, Legorreta et al. 2009). La urbanización, desecación, contaminación e introducción de especies invasoras han contribuido a la pérdi- da o extinción de las especies nativas de la cuenca. El fuerte impacto de las actividades antropogénicas en la ciudad ha repercutido en la distribución y pérdida de los peces nativos de esta región, como ocurrió con las carpas xochimilca, verde y de Tláhuac.

El pupo del valle (Algansea tincella) es sen- sible a cualquier deterioro ambiental causado por desechos domésticos, industriales y agrícolas; los últimos registros de esta espe- cie datan de 1978 en Xochimilco, y actualmen- te se encuentra extirpada de la ciudad; sin embargo, en otras localidades del país se le considera como abundante y con potencial económico importante. El charal (C. jordani) tiene poblaciones muy disminuidas en Xochi- milco y Chapultepec por la alteración y dete- rioro de la calidad del hábitat.

El mexclapique (Girardinichthys viviparus) es un pez vivíparo muy vulnerable al deterioro de los ecosistemas acuáticos, debido a que se desarrolla en el interior de la hembra y por lo tanto no tiene una tasa alta de descendencia,

Figura 1. El mexclapique (Girardinichthys viviparus) es pez vivíparo considerado en peligro de extinción.

Foto: Héctor Espinosa, Carmen Loyola y Lluvia Márquez.

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sumado a una limitada capacidad de disper- sión y recolonización (figura 1) (Efford et al.

1997). Navarrete-Salgado et al. (2003) reporta- ron la desaparición de esta especie en el em- balse Requena, Hidalgo. El mexclapique es tolerante a condiciones de estrés ambiental y generalmente sus poblaciones son mayores cuando no están asociada a otros peces. Se ha observado que es una especie exitosa a pesar de los cambios drásticos en el ambiente acuíco- la, ya que se reportan poblaciones grandes en el lago de Chapultepec (Domínguez-Domín- guez et al. 2005a). No obstante, es considerada de alta prioridad para su conservación, por su vulnerabilidad, endemicidad y por la presión ambiental a la que están sometidas sus pobla- ciones en Xochimilco y Zumpango, donde los escasos ejemplares capturados muestran la situación de vulnerabilidad en dichos lugares (Contreras-MacBeath 2005, Domínguez-Do- mínguez et al. 2005a, b). Ante tales evidencias y el escaso conocimiento que se tiene sobre su biología, es indispensable desarrollar un pro- grama de conservación para estos peces.

Conservación

Los escasos cuerpos de agua de la ciudad per- sisten bajo condiciones críticas, lo que hace necesario aplicar programas de restauración bajo un enfoque interdisciplinario para garan- tizar en primera instancia la recuperación progresiva del ecosistema y, a largo plazo, la continuidad del mismo. Los principales facto- res a los que se les debe dar mayor atención y que deben frenarse son: la erosión de los sue- los, la desecación de los lagos, la pérdida de hábitats terrestres y acuáticos, la sobreexplo- tación y agotamiento de acuíferos, los cambios en el patrón hidrológico y la contaminación por influencia de la zona urbana-industrial. Otro factor de suma importancia para las especies nativas de la ciudad es la introducción no con- trolada de especies invasoras, mismas que es- tán modificando la dinámica natural de los sistemas (Huidobro et al. 2002).

Para el manejo y conservación de estas zo- nas, se deben establecer políticas de uso de agua y de descargas de aguas negras, revisar los per- misos y métodos de uso de suelo, involucrar a la comunidad en los proyectos de restauración y conservación de los ambientes acuáticos y extir- par las especies invasoras del área problema. En caso de que la extirpación de especies afecte a la gente de la zona, es posible generar propuestas para construir estanques con la tecnología y condiciones adecuadas para el cultivo de estas especies, obteniendo peces comestibles cuya calidad de consumo no tendría problemas de sanidad, además de representar un ingreso para las comunidades locales.

Se requieren hacer estudios exhaustivos de las poblaciones del mexclapique, con el fin de mitigar o erradicar sus principales amenazas.

Asimismo, resulta fundamental realizar estu- dios de las especies invasoras en la localidad, para conocer el grado de desarrollo en que se encuentran y proponer las medidas de control o extirpación adecuadas.

Conclusión

La situación de los peces nativos en la Ciudad de México es crítica: a pesar de que se tienen reportadas ocho especies nativas, sólo dos subsisten en la actualidad (G. viviparus y C.

jordani), el resto están extintas o extirpadas de

la región. Los principales factores que han in-

fluido en la desaparición de especies es la

pérdida de cuerpos de agua por el acelerado

crecimiento urbano, la alteración de sus hábi-

tats (contaminación, deforestación, etc.) y la

introducción de especies exóticas. Pese al pa-

norama de altísimo deterioro ecológico de los

sistemas lacustres, es posible encontrar algu-

nos ríos con posibilidades de recuperación

ecológica, esto implicaría la intervención de

distintos niveles de gestión, tanto a nivel de

sociedad civil como de instituciones guberna-

mentales, por ello la importancia de este estu-

dio que permite diagnosticar el estado de la

diversidad de peces en la entidad.

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Referencias

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