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CAPÍTULO 6: CONCLUSIONES FINALES.

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CAPÍTULO 6: CONCLUSIONES FINALES.

6.1.- INTRODUCCIÓN

En este capítulo se exponen las conclusiones de los resultados obtenidos en el presente estudio.

Por una parte analizaremos cada uno de los ensayos por separado, describiendo brevemente en que consisten y haciendo las consideraciones oportunas respecto a los valores obtenidos; y por otra, redactaremos un resumen final en el que se intentará dar cuerpo a todas las conclusiones, presentando las diferencias entre los dos métodos utilizados.

Para terminar se propondrá un procedimiento para realizar una práctica en la asignatura “Ingeniería acústica ambiental”, en la que se pueda comprobar alguno de los rasgos diferenciadores de los dos métodos de cálculo de la potencia acústica, en los que se basa este proyecto.

6.2.- CONCLUSIONES

6.2.1.- CASO BASE

Para el caso base se colocó la fuente en el interior de la estructura que define nuestra superficie de medida, intentando colocar el conjunto fuente/superficie de medida lo más alejado posible de todas los objetos que lo rodeaban. La disposición es la que se ve en la figura 6.1:

(2)

En este caso base los tiempos de medida y la discretización de la superficie son los descritos en la normativa aplicada. Además, el ruido de fondo tiene un nivel que se puede considerar despreciable, también de acuerdo con la normativa que se ha aplicado.

Los resultados que el ensayo arrojó son:

dBA

LWA =73,0 (Cálculo de potencia a través de medidas de P) dBA

LWA =72,8 (Cálculo de potencia a través de medidas de I)

Como podemos observar, ambos resultados son prácticamente el mismo, lo cual ya valida de alguna forma el ensayo realizado si tenemos en cuenta que la desviación típica para cada uno de los ensayos es de 1,5dB.

Estos serán los valores que tendremos como referencia para el resto de ensayos.

Veamos si se cumplen los criterios descritos en la norma para medidas de intensidad:

Fig. 6.1

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Para que se cumpliese el primer criterio, ya se expuso en el apartado 2 que el indicador Fpl, debía tener un valor inferior al del índice de presión- intensidad residual menos 10, para cualquier banda. Eso significa que en todas las bandas centradas en 200 Hz o más, el indicador Fpl debería ser menor que 7, lo cual se cumple en este caso. En las 7 restantes ese valor va disminuyendo una unidad al movernos hacia frecuencias más graves, es decir, que por ejemplo en la banda centrada en 160 Hz, Fpl no debe pasar de 6 dB.

En la banda centrada en 125 Hz está limitado a 5 dB, y así sucesivamente. No obstante, habrá que ser más permisivo, o al menos tratar con más cuidado los errores en las frecuencias más graves, puesto que, como ya veremos, son mucho más problemáticas que las frecuencias altas.

Si se cumple el criterio 1, podemos asegurar que la intensidad residual, aquella generada por los errores de fase de los micrófonos y por los errores originados por las conexiones de la sonda, no es suficientemente importante como para afectar a nuestras medidas.

Para que se cumpla el criterio 2, ningún valor en banda debe superar el límite impuesto en la norma sobre el indicador F+/-, que como ya se comentó estaba en 3 dB. Esto nos asegura que las potencias negativas, aquellas relativas a sonido que entra en nuestro volumen de control, en lugar de salir, no tienen un peso demasiado importante en ningún grupo de frecuencias.

Fig. 6.2

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Por último, el tercer criterio, que hacía referencia a la repetibilidad de las medidas, lo comprueba el programa de forma automática, mostrando la cara en color verde si se cumple, y en rojo si no se cumple.

Como podemos ver, todo se cumple a la perfección en este caso, lo que nos permite asegurar que estamos ante un ensayo con un grado de precisión 2 (grado de ingeniería).

Conclusión: En condiciones normales, es decir, en las condiciones que nosotros hemos establecido como referencia (ausencia de fuentes parásitas apreciables, entorno acústico relativo a una habitación amueblada y ajuste de parámetros, siguiendo estrictamente las indicaciones de la norma ISO-9614), ambos métodos son igualmente válidos y no presentan diferencias, en cuanto a resultados se refiere, dignas de tener en cuenta.

6.2.2.- ENSAYO PARA COMPROBACIÓN DE LA REPETIBILIDAD

Este ensayo es una repetición del caso base con el que se busca comprobar la repetibilidad de ambos métodos, es decir, ver si nuestro método de medida es bueno y, por lo tanto, se puede llevar a cabo en varias ocasiones sin que los resultados varíen de forma inaceptable.

Hay que mencionar que a pesar de que en la definición de condiciones de repetibilidad se hace mención a que se aplique el método “a breves intervalos de tiempo”, en nuestro caso mediaron entre 18 y 24 h, lo cual a nuestro juicio no puede si no darnos mayor seguridad puesto que, como se verá a continuación, los valores obtenidos están dentro de los márgenes permitidos.

Los resultados que se obtuvieron al volver a realizar el ensayo base son:

dBA

LWA =72,9 (Cálculo de potencia a través de medidas de P) dBA

LWA =72,1 (Cálculo de potencia a través de medidas de I)

Como podemos ver, ambos valores siguen estando dentro del intervalo que delimita la desviación típica, por lo que se pueden considerar perfectamente válidos, si bien se percibe una variación algo mayor en el resultado obtenido de medidas de intensidad (0,7 dB más pequeño que en el primer ensayo).

(5)

Veamos aquí también el análisis de los criterios cuyo cumplimiento se exige en la ISO-9614:

Como era de esperar, los criterios se vuelven a cumplir aquí perfectamente.

Conclusión: Puesto que los resultados obtenidos se encuentran dentro del intervalo de la desviación típica de los ensayos, podemos concluir que no se han cometido errores de gran importancia en su realización. Nuestros ensayos son perfectamente repetibles en el tiempo.

6.2.3.- ENSAYO CON AUMENTO DE LA DISCRETIZACIÓN

Según se comenta en el Anexo A de la norma ISO-3744, la superficie de medida debe estar dividida en un número mínimo de segmentos, tal que, siendo todos iguales, tengan un longitud máxima de lado de 3d, siendo d la distancia entre la superficie de referencia y la superficie de medida.

Esto ya se comentó en el capítulo 3, donde se concluyó que en nuestro caso el número de segmentos debería ser de 5; si embargo, para comprobar la importancia, o influencia sobre los resultados, de seguir o no este precepto, se aumentó este número hasta 20. Se obtuvieron los siguientes valores para los niveles de potencia:

Fig. 6.3

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dBA

LWA =74,2 (Cálculo de potencia a través de medidas de P) dBA

LWA =72,3 (Cálculo de potencia a través de medidas de I)

Para poder afirmar que las medidas de intensidad tienen un grado de precisión 2, hay que constatar que se cumplen los 3 criterios que se describen en la ISO-9614:

Una vez más se puede asegurar que el grado de precisión de las medidas de intensidad es el buscado.

Conclusión: Como se puede ver, la potencia obtenida a través de medidas de intensidad, sigue estando entorno a los valores de los anteriores ensayos. No en vano, la norma ISO-9614 a la que se ciñen estas medidas, no pone límite superior al número de segmentos de la superficie de medida.

Por el contrario, la potencia obtenida a partir de la medida de presiones, se ha alejado más de los valores obtenidos anteriormente; y si bien la diferencia respecto al valor obtenido por el mismo método en los dos casos anteriores, no parece suficiente como para descartarlo, sí que es señal inequívoca de la influencia de la discretización sobre el cálculo de potencia a través de medidas de presión, lo que de alguna manera viene a justificar, de forma práctica, la limitación en el número de segmentos que se describe en la norma que siguen estas medidas (ISO-3744).

Fig. 6.4

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6.2.4.- ENSAYO CON RUIDO DE FONDO ELEVADO

Como ya se comentó en el capítulo 5, hemos usado un sonido grabado para generar un ruido de fondo que sobrepase el límite que en la norma ISO- 3744, se señala como límite aceptable para considerar válida la medida.

En el capítulo 3 se describe este aspecto de la norma, indicándose que si ∆ es menor de 6dB, la precisión se ve reducida y habría que indicarlo LA

claramente en los resultados.

En este caso se obtuvieron los siguientes valores para los niveles de potencia:

dBA N

L

N

i L PA

PAi 78,7

1 10 log 10

1 1 ,

0 =

 

⋅ 

′′ =

=

dBA N

L

N

i L PA

PAi 78,6

1 10 log 10

1 1 ,

0 =

 

⋅ 

′ =

=

dBA

LWA =72,3 (Cálculo de potencia a través de medidas de I)

Conclusión: Si nos fijamos en los niveles de presión acústica de la fuente y del ruido de fondo, parece que no tiene mucho sentido calcular el valor de potencia acústica, puesto que está claro que el nivel de la fuente es despreciable en este caso; sin embargo, si buscamos dar un valor a toda costa, podríamos hacer lo que quedó expuesto en el anterior capítulo, donde ante la imposibilidad de calcular el valor del coeficiente de corrección por ruido de fondo, se optó por tomar el valor máximo de dicho coeficiente (1,3dB) que se indica en la norma. No obstante, ya pudimos comprobar que esto nos lleva a un valor de nivel de potencia acústica, bastante alejado de los que hemos considerado como referencia.

En la medida de la potencia a través de medidas de intensidad, podemos comprobar como el resultado obtenido es prácticamente el mismo que en los ensayos anteriores, por lo que se puede concluir que las medidas de intensidad no se ven afectadas por el ruido de fondo, como ya se había adelantado en capítulos anteriores.

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Veamos también el análisis de los criterios de las medidas de intensidad:

Tal y como se explicó en su momento, con el cumplimiento del criterio 1 podemos asegurar que la intensidad residual, tiene un valor suficientemente pequeño como para no afectar a la intensidad medida.

Para que este criterio se cumpla, el valor de Fpl, parámetro que se representa en la gráfica y que se definió en el capítulo 2, debe ser menor que 7 para todas las bandas centradas en frecuencias iguales o mayores que 200 Hz, como se desprende de la tabla 2 que aparece en la norma UNE-61043. Como se puede ver en la figura 6.5, esto se incumple en este caso en 5 bandas.

Concretamente en las centradas en 160, 200, 250, 400 y 1000 Hz.

Mirando los espectros de medida de los niveles de presión y de intensidad en cada cara (fig. 6.5), se puede observar que son precisamente aquellas bandas en las que sale una intensidad muy negativa en la mayoría de los segmentos.

También se podría interpretar, teniendo en cuenta lo dicho antes, que el bajo nivel de intensidad en esas bandas, hace que la diferencia entre este y el nivel de intensidad residual sea mayor y, por tanto, que el criterio no se cumpla.

Habría que saber de qué modo comprueba el programa dBFA el primer criterio, para poder entender correctamente por qué señala en estas bandas

Fig. 6.5

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una incidencia mayor de errores de fase en los micrófonos, cuando el resultado no varía mucho del que hemos encontrado para el caso base.

Fig. 6.6

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El que estas frecuencias tengan un sentido predominantemente hacia adentro, podría deberse a que se generan en alguno de los equipos que existen en la habitación. Posiblemente pertenezcan a reverberaciones inducidas por el ruido de fondo.

Sea como fuere, hay que notar también que esto ocurre siempre en frecuencias bajas, lo que nos debería llevar a estudiar si nuestro equipo trabaja peor en estos rangos, y cuáles son los motivos.

Para salvar estos inconvenientes, la norma ISO-9614, dispone dos acciones distintas que se describen en la tabla adjunta a continuación:

En las bandas centradas en 250, 400 y 1000 Hz, además falla el segundo criterio, abriéndose una nueva posibilidad para remediar el problema, que viene descrita en la acción b.

Esta última acción tiene bastante sentido en nuestro caso, puesto que precisamente esa es la particularidad de este ensayo, el que existe una fuente parásita muy elevada.

Por último hay que señalar que para la cara izquierda, tampoco se cumple el criterio 3. Si tenemos en cuenta además, que para la mayoría de las

Fig. 6.7

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bandas de frecuencia sí se cumple el criterio 2, la norma aconseja llevar a cabo la acción e.

Esta acción también es bastante lógica sabiendo que la fuente parásita de ruido, estaba precisamente frente a la cara que no cumple el criterio 3, y por tanto tiene sentido que se nos indique que dupliquemos la distancia a la superficie de medida, puesto que para la sonda el mismo efecto debe tener estar muy cerca de una fuente u otra.

Hay que señalar que a pesar de todo lo que hemos expuesto en estas conclusiones, el resultado obtenido para la potencia acústica a través de medidas de intensidad es perfectamente aceptable, estando muy cercano al valor de los ensayos anteriores, por lo que debemos asumir que a pesar de no cumplirse los 3 criterios en su totalidad, la medida sigue siendo válida.

6.2.5.- ENSAYO AL AIRE LIBRE

Para este ensayo, los resultados obtenidos son:

dBA

LWA=75,0 (Cálculo de potencia a través de medidas de P) dBA

LWA =74,2 (Cálculo de potencia a través de medidas de I)

Como vemos, los valores calculados por ambos métodos siguen estando bastante próximos, aunque se debe destacar que ambos son muy superiores a los obtenidos para el caso base y, en general, para el resto de ensayos, hasta el punto de no poder considerarlos aceptables, pues sobrepasan incluso el margen que las respectivas normas consideran para la reproducibilidad, es decir, 1,5 dB.

Nos encontramos aquí con una de las incógnitas que este proyecto dejará sin resolver completamente, pues aunque vamos a describir algunos factores que pueden estar en el origen de este incremento del valor de la potencia en ambos métodos, no se ha podido averiguar cuál es el motivo real.

Vamos a comprobar primero si se cumplen los criterios que aseguran el grado de precisión deseado:

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Como vemos, las bandas centradas en 100, 250, 315 y 400 Hz no cumplen los dos primeros criterios, lo que puede significar varias cosas:

• Respecto al primer criterio, puede significar que en esas bandas la intensidad residual es muy elevada, es decir, los errores de fase de los micrófonos son elevados, o que el nivel de intensidad medido en esas bandas es muy bajo, con lo cual la intensidad residual se hace más importante.

• Respecto del segundo criterio, su incumplimiento significa que existen demasiados segmentos en los que la potencia parcial de esa banda es negativa.

Está claro que los 3 criterios cuyo cumplimiento es obligado para poder verificar el grado de precisión 2 de nuestras medidas, no se cumplen. Además, las acciones que la norma describe para intentar salvar este inconveniente (a, b o c), van las tres en el sentido de intentar reducir la afección del ruido externo a la fuente. Para este ensayo ya se había comprobado con anterioridad que el ruido de fondo era despreciable según la norma ISO-3744, lo cual significa que tampoco para las medidas de intensidad debe ser significativo. No obstante, quedaría por comprobar si llevando a cabo alguna de las acciones comentadas se soluciona el problema, aunque como ya hemos visto en otros casos

Fig. 6.8

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anteriores, incluso incumpliéndose los 2 primeros criterios en un número de bandas mayor, se obtenían resultados más cercanos al valor del caso base.

Es significativo el que ambos métodos han respondido de la misma manera, recogiendo en sus resultados un incremento parecido (en torno a 2 dB).

Otro dato a tener en cuenta es que además del entorno, pues en este caso se realizó el ensayo al aire libre, también la superficie reflectante era distinta, estando constituida en este caso por grava de gran tamaño de la usada para cubrir tejados no transitables.

Hay que comentar que existían unos muros de más de un metro de altura, a lo largo de todo el perímetro de la azotea en la que se realizó el ensayo; no obstante, estaban a unos 4 metros de la fuente en el lado más cercano, por lo que no debería haber tenido influencia apreciable.

6.2.6.- ENSAYO CON LA FUENTE FUERA DE LA SUPERFICIE DE MEDIDA

Ya hemos comprobado en algún ensayo anterior que el ruido de fondo no afecta a las medidas de intensidad, puesto que al tener carácter vectorial y realizarlas sobre superficies cerradas, lo que en un lado se mide de más, se mide de menos en el resto, como ya se explicó en el capítulo 2. Sin embargo, y para ver hasta que punto esto se cumple, hemos diseñado este ensayo en el que se coloca la fuente bajo estudio fuera del volumen determinado por la superficie de medida.

Obviamente no se ha obtenido el valor que teóricamente debería aparecer para la potencia (puesto que no hay nada en el interior de la superficie de medida, ese valor debería ser 0dB), como ya se vio en el capítulo anterior. Está claro que la intensidad residual, por ejemplo, contribuye al error.

El resultado obtenido en este ensayo es:

dBA

LWA=56,4 (Cálculo de potencia a través de medidas de I) Veamos que ocurre con los criterios:

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Como se puede comprobar, existen muchas bandas (8 concretamente) que incumplen los dos primeros criterios, lo cual tiene sentido pues ambos criterios hacen alusión directa o indirectamente, a que el ruido de fondo es demasiado elevado comparado con el nivel que emite la fuente, lo cual es rigurosamente cierto en esta ocasión.

Conclusión: A pesar de que no es cero el resultado que se obtiene, su valor es tan pequeño respecto del valor de referencia, que para nosotros es el del caso base, que podemos verificar la conclusión que se adoptó en el ensayo con ruido de fondo elevado, es decir, que se comprueba una vez más que las medidas de intensidad no se ven afectadas por los niveles de fuentes externas a la de medida.

El pequeño valor que se obtiene como resultado de este ensayo, vendrá dado en parte por la intensidad residual. También se puede barajar la posibilidad, no tenida en cuenta hasta ahora, de que los elementos usados para determinar la superficie de medida (construidos en metal), actúen como superficies reflectantes, y al estar siempre en el límite de nuestras medidas, sumarían siempre un valor no determinado que falsearía en cierta medida nuestros resultados.

Se puede comprobar también en este ensayo el carácter directivo de las medidas de intensidad, capacidad que nos permite identificar la procedencia del sonido que estamos midiendo. Esto se puede observar en el mapa de ruido

Fig. 6.9

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que el programa dBFA permite obtener como resultado de un ensayo de medida:

Se ve claramente que uno de los segmentos presenta un nivel de ruido prácticamente nulo (debe entenderse que el programa considera en este caso sólo los sonidos que provienen de nuestra fuente), lo cual significa que no sale nada de sonido por ese segmento. Esto es totalmente cierto, puesto que era frente a esa cara de la superficie de medida donde estaba situada la fuente en este ensayo.

6.2.7.- ENSAYO PARA ESTUDIO DE LA DIRECTIVIDAD

La directividad es la característica fundamental de las sondas de intensimetría, puesto que gracias a esta, se consigue incluir el carácter vectorial de la intensidad en la medida. Para comprobar este hecho, se programó este ensayo que pretende encontrar algún indicio que nos ayude a entender esta característica.

El resultado obtenido fue el siguiente:

dBA

LWA=70,5 (Cálculo de potencia a través de medidas de I)

Vamos a comprobar si se cumplen en esta ocasión los criterios exigidos Fig. 6.10

(16)

Como podemos comprobar, tan sólo una de las bandas presenta un valor de Fpl que se pasa del límite impuesto, lo cual es poco significativo, y puede deberse a reflexiones de los equipos presentes en la habitación.

Conclusión: Está claro que, puesto que en ningún momento la sonda apuntaba directamente a la fuente, la intensidad medida debía ser menor. Tal y como se explicó en el capítulo 2, la directividad de los micrófonos hace que el mayor valor que es transmitido por estos sea el que captan de frente.

Este resultado es realmente interesante, no por corroborar de forma práctica la directividad de la sonda, sino por resaltar la importancia de ser riguroso a la hora de tomar las medidas, intentando mantener una velocidad uniforme, una separación entre líneas uniforme y, sobre todo, mantener en todo momento el eje de la sonda perpendicular a la superficie de medida. De hecho, este puede haber sido un factor determinante en algunos de los ensayos, en los que se obtuvieron valores de intensidad menores que los aceptados aquí como válidos, a pesar de no existir diferencia alguna en la disposición de los equipos ni en el medio que los rodeaba.

Fig. 6.11

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6.2.8.- ENSAYO CON AUMENTO DEL TIEMPO DE MEDIDA

La última variación con respecto al caso base consistió en el aumento del tiempo de medida para las medidas de intensidad. Puesto que este ensayo se llevó a cabo en una visita distinta al laboratorio, debemos hacer algunas consideraciones previas:

a) Existe una diferencia notable entre el valor de la potencia obtenido a través de medidas de intensidad aquí, y el obtenido para el caso base de este proyecto. Esta diferencia supera la indicada en la norma para la reproducibilidad de los ensayos, no obstante nos servirá para nuestro propósito, puesto que se realizaron dos ensayos seguidos para comprobar la repetibilidad, obteniéndose en ambos casos el mismo resultado.

b) Esta diferencia también existe entre el valor de potencia a partir de medidas de intensidad y el obtenido a través de medidas de presión; sin embargo, nos servirá para ver la influencia que tiene el aumentar el tiempo de medida en las medidas de intensidad.

Los resultados obtenidos son los siguientes:

dBA

LWA=72,4 (Cálculo de potencia a través de medidas de P) dBA

LWA=70,6 (Cálculo de potencia a través de medidas de I) dBA

LWA=70,6 (Cálculo de potencia a través de medidas de I. Repetibilidad) dBA

LWA=71,1 (Cálculo de potencia a través de medidas de I. Tiempo: 30 s)

Comprobemos los criterios para este caso:

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Tan solo un par de bandas incumplen ligeramente el criterio 1, y sólo una incumple también el 2, lo que no se puede interpretar como un hecho que desacredite el ensayo.

Conclusión: Como vemos, el segundo valor de potencia a través de medidas de intensidad nos asegura la repetibilidad del ensayo, y la diferencia respecto del valor obtenido a través de las medidas de presión, nos indica que existe algún tipo de error sistemático de procedimiento o de configuración del equipo, que perfectamente podría estar relacionado con lo expuesto en la conclusión del ensayo anterior; no obstante, se puede comprobar que sin haber variado nada, sólo aumentando el tiempo de medida de 20 a 30 segundos, se registra un aumento de la potencia obtenida, que más que por el valor numérico en sí, es importante por la tendencia que apunta.

En la norma ISO-9614 se comenta que realmente existe relación entre el grado de precisión y el tiempo de medida, para medidas de intensidad. Por eso, no parece descabellado pensar que, aunque no con mucho peso, este ensayo viene a corroborar este aspecto de las medidas de intensidad. Desde luego hubiese sido mucho más clarificador, haber seguido aumentado el tiempo de medida para constatar esta tendencia.

Fig. 6.12

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6.3.- COMPARATIVA DE LOS DOS MÉTODOS UTILIZADOS

En este apartado vamos a intentar condensar las conclusiones del apartado anterior, para establecer las diferencias entre el método de cálculo de potencia que usa medidas de presión, y el que usa medidas de intensidad.

1. En condiciones normales, ambos métodos son igualmente válidos en cuanto a resultados, además de ser perfectamente repetibles, como se ha podido constatar en los dos primeros ensayos.

2. La gran diferencia entre ambos métodos es la complejidad del método de medidas de intensidad frente al de medidas de presión. Esta diferencia es además insalvable, y se ha podido constatar en el ensayo para análisis de la directividad, donde se concluyó que es necesario tener mucho cuidado a la hora de realizar las medidas con la sonda.

3. El método intensimétrico, no se ve afectado por el número de segmentos de la superficie de medida, mientras que el otro presenta variaciones notables en el resultado, como se vio en el ensayo número 3.

4. Ante un aumento del ruido de fondo, ha quedado claro que las medidas de presión pueden llegar a ser inútiles para la determinación de la potencia acústica. Por el contrario, mediante medidas de intensidad se consiguió, no sólo un valor coherente, sino el mismo resultado que en el ensayo que le precedió, lo cual certifica la nula influencia que el ruido de fuentes parásitas tiene sobre este tipo de medidas.

5. Otra ventaja de las medidas de intensidad es que proporcionan información direccional acerca de la fuente, como ya se comentó en el ensayo número 6, y como se puede observar en la figura 6.13, perteneciente al ensayo número 3, en el que se aumentó la discretización de la superficie de medida.

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Observando la figura, se puede comprobar el lugar donde estaba situada la fuente, respecto a la superficie de medida.

6. De forma similar a lo anteriormente dicho, se puede identificar el origen de un ruido en una máquina compleja, lo cual puede aportar información exclusiva acerca del problema.

7. Aunque no de forma rotunda, el ensayo 8 nos indica que en las medidas de intensidad, el tiempo de barrido influye en la precisión de las medidas. No obstante habría que corroborar esto con algunos ensayos más en ese sentido.

Fig. 6.13

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6.4.- PROCEDIMIENTO A SEGUIR PARA LA REALIZACIÓN DE LA PRÁCTICA DE LA ASIGNATURA DE INGENIERÍA ACÚSTICA AMBIENTAL

Como parte de este proyecto de estudio sobre las medidas de potencia a través de intensidad, se propone a continuación un ensayo con el fin de incluirlo en el programa de prácticas de la asignatura Ingeniería Acústica Ambiental, impartida en la Escuela Superior de Ingenieros Industriales de Sevilla. En este ensayo, se podrá comprobar directamente alguna de las características que diferencian los dos métodos que, para el cálculo de la potencia acústica, se han usado en este proyecto.

Quizás la ventaja más significativa para el uso industrial de este método, sea el poder usarlo aun teniendo un nivel elevado de ruido de fondo, lo cual suele ser habitual en cualquier tipo de industria. Por eso se incluye a continuación el diseño de un ensayo enfocado a comprobar esta ventaja sobre el método basado en medidas de presión.

Para la realización del siguiente ensayo necesitaremos: una fuente de sonido, a ser posible de potencia sonora conocida; unos elementos que delimiten la superficie de medida, como los usados para la realización de este proyecto; un sonómetro normalizado para la medición de la presión sonora; una sonda intensimétrica para medir la intensidad sonora (supondremos en el procedimiento que se describe más abajo, que tenemos una sonda como la usada en este proyecto) y una fuente secundaria que nos servirá para generar ruido de fondo (debe ser lo suficientemente potente como para afectar de forma considerable a las medidas de presión).

Una vez situada la fuente que vamos a someter al estudio en el volumen que delimita la superficie de medida, llevaremos a cabo el procedimiento que a continuación se describe.

1. Realizamos en primer lugar las medidas del ruido de fondo con el sonómetro. Habrá que hacer una medida en cada uno de los vértices del cubo que hemos escogido como superficie de medida (se ha escogido un cubo porque es la forma geométrica más fácil de reproducir como

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superficie de medida), excepto en aquellos que limitan con la superficie reflectante (el suelo). Además medimos también en el centro de cada una de las caras del cubo.

2. Ponemos en marcha la fuente, y realizamos medidas de presión en cada uno de los puntos que se han descrito en el paso anterior.

3. Una vez apuntados todos los valores de Leq en cada punto, para el ruido de fondo y con la fuente en funcionamiento, seguimos el procedimiento descrito en el capítulo 3 del presente proyecto para calcular el nivel de potencia de la fuente sonora.

4. A continuación montamos la sonda intensimétrica G.R.A.S. tal y como se describe a continuación: cogemos la caja donde se encuentran los micrófonos, y los montamos, pues vienen separados en dos partes.

Debemos recordar el número de serie que viene en cada uno de los micrófonos, pues no son intercambiables, es decir, el micrófono llamado A es uno concreto de los dos, lo cual se puede comprobar mirando la configuración de los transductores en la aplicación dBConf. Debemos escoger a continuación la separación entre micrófonos, que para un ensayo como el que se plantea aquí con una fuente como esta, puede ser el más pequeño (12 mm). Ahora abrimos la otra caja, donde están los preamplificadores y montamos cada uno en un micro. De esta manera tenemos ya ensamblado todo en una pieza (los dos micrófonos y los dos preamplificadores), y sólo queda montarlo en el brazo donde se encuentra el control remoto. Debe quedar como se muestra en la figura 6.14:

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5. Ya sólo queda conectar la sonda al Symphonie, teniendo cuidado de conectar el cable correspondiente al micro A en la entrada 1, y el correspondiente al micro B en la entrada 2.

6. A continuación, y siguiendo las indicaciones de la norma ISO-9614, llevamos a cabo las medidas de intensidad con la sonda, siguiendo también los pasos descritos en el capítulo 4 para el manejo del programa dBFA.

7. Una vez obtenido el valor del nivel de potencia, lo compararemos con el obtenido mediante medidas de presión, que debe coincidir con éste de forma aceptable.

8. Ahora conectamos la fuente auxiliar que nos debe permitir generar un ruido de fondo suficientemente elevado, como para comprobar la influencia sobre ambos métodos.

9. Volvemos a desarrollar cada uno de los métodos de medida, tal y como se ha hecho antes, y vemos las diferencias en los resultados que se han obtenido. Si se ha seguido bien el procedimiento, se debe llegar a una conclusión similar a la obtenida en este capítulo para el ensayo titulado

<<Ensayo con ruido de fondo elevado>>.

Nota: En el apéndice A de este proyecto, se incluye un boletín para la realización de la práctica que se ha descrito aquí, donde se puede encontrar todo lo necesario para el desarrollo de la misma.

Fig. 6.14

Referencias

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