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EL ASCENSO DE LOS OBISPOS DE ROMA AL PODER ABSOLUTO. Wenceslao Calvo ( ) EL ASCENSO DE LOS OBISPOS DE ROMA AL PODER ABSOLUTO

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EL ASCENSO DE LOS OBISPOS DE ROMA AL PODER ABSOLUTO

Wenceslao Calvo (30-08-2007)

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EL ASCENSO DE LOS OBISPOS DE ROMA AL PODER ABSOLUTO

En esta etapa de la historia se siguen poniendo las bases teológicas y políticas de la primacía de Roma y sus obispos sobre las demás iglesias. Figura destacada es Gregorio Magno, quien por su recia personalidad y dotes administrativas impulsará el prestigio y la influencia de la sede romana.

En este tiempo surgirán documentos espurios relativos a las prerrogativas de Roma, como las Decretales pseudo-Isidorianas o la Donación de Constantino, que serán reiteradamente usadas por algunos papas en sus pretensiones hegemónicas.

EL ASCENSO DE LOS OBISPOS DE ROMA AL PODER ABSOLUTO OBISPO

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Hormisdas (514-523)

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'Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi iglesia.' Estas palabras han sido

confirmadas por los hechos: en la Sede Apostólica se ha

conservado siempre, sin mácula, la fe universal.'

'Primordial salud es guardar la regla de la recta fe y no

desviarse en modo alguno de las constituciones de los Padres. Y pues no puede

pasarse por alto la sentencia de nuestro Señor Jesucristo que dice: Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, etc. [Mateo 16, 18], tal como fue dicho se comprueba por la experiencia, pues en la Sede Apostólica se conservó siempre inmaculada la religión católica.

No queriéndonos separar un punto de esta esperanza y de esta fe, y siguiendo las constituciones de los Padres, anatematizamos todas las herejías, señaladamente al hereje Nestorio, que en otro tiempo fue obispo de

Constantinopla, condensado en el concilio de Éfeso

por el bienaventurado

Celestino, Papa de la ciudad de Roma, y por el venerable varón Cirilo, obispo de Alejandría . Igualmente anatematizamos también a Eutiques y a Dióscuro de Alejandría, condenados en el santo concilio de Calcedonia , que seguimos y abrazamos, el cual, siguiendo al santo

Concilio de Nicea predicó la fe apostólica. Detestamos también al parricida Timoteo, por sobrenombre Eluro ("Gato"), y a su discípulo y secuaz en todo, Pedro Alejandrino.

Condenamos y anatematizamos también a Acacio, obispo en otro tiempo de Constantinopla, condenado por la Sede

Apostólica, cómplice y secuaz de ellos o a los que

permanecieren en la sociedad de su comunión; porque Acacio mereció con razón sentencia de condenación semejante a la de aquellos en cuya comunión se mezcló. No menos condenamos a Pedro de Antioquía con sus secuaces y los de todos los suprascritos.

Mas aceptamos y aprobamos también las epístolas todas del bienaventurado papa León, que escribió sobre la religión cristiana, como antes dijimos, siguiendo en todo a la Sede Apostólica y proclamando sus constituciones todas. Y por tanto, espero merecer hallarme en una sola comunión con vosotros, la que predica la Sede Apostólica, en la que está la íntegra, verdadera y perfecta solidez de la religión cristiana;

prometiendo que en adelante no he de recitar entre los sagrados misterios los nombres de aquellos que están separados de la comunión de la Iglesia católica, es decir, que no sienten con la Sede Apostólica.

Y si en algo intentare

desviarme de mi profesión, por mi propia sentencia me declaro cómplice de los mismos que he condenado. Y esta mi profesión, yo la he firmado de mi mano y la he dirigido a ti, Hormisdas, santo y venerable papa de la ciudad de Roma.'

(Memorial de profesión de la fe, añadido a la Carta Inter ea quae, a los obispos de España)

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Juan II (533-535)

'Esta sede es ciertamente la cabeza de todas las iglesias, como las reglas de los Padres y los decretos de los emperadores afirman y las palabras de su reverenda piedad testifican.' (Respuesta de Juan II al emperador Justiniano) 'No solamente se le asigna a Roma el origen de las leyes, sino que además no hay nadie que dude que en ella reside la cima del más alto pontificado.' (Corpus Juris Civilis)

'De ahí que, de acuerdo con las resoluciones de estos concilios, ordenamos que el muy santo Papa de la antigua Roma ocupe el primer rango entre todos los Pontífices, y que el muy bendito Arzobispo de Constantinopla o Nueva Roma, ocupe el segundo lugar después de la santa Sede Apostólica de la antigua Roma, la cual tomará la precedencia sobre todas las demás sedes.' (Corpus Juris Civilis)

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Pelagio II (579-590)

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'...No queráis, pues, por amor a la jactancia, que está siempre:

muy cercana de la soberbia, permanecer en el vicio de la obstinación, pues, en el día del juicio, ninguno de vosotros se podrá excusar... Porque, si bien por la voz del Señor mismo en el Evangelio [cf. Mateo 16, 18]

está manifiesto dónde esté constituída la Iglesia, oigamos, sin embargo, qué ha definido el bienaventurado Agustín, recordando la misma sentencia del Señor. Pues dice estar constituída la Iglesia en

aquellos que por la sucesión de los obispos se demuestra que presiden en las Sedes

Apostólicas, y cualquiera que se sustrajere a la comunión y autoridad de aquellas Sedes, muestra hallarse en el cisma. Y después de otros puntos:

"Puesto fuera, aun por el nombre de Cristo estarás muerto. Entre los miembros de Cristo, padece por Cristo;

pegado al cuerpo, lucha por la cabeza". Pero también el bienaventurado Cipriano, entre otras cosas, dice lo siguiente:

"El comienzo parte de la unidad, y a Pedro se le da el primado para demostrar que la Iglesia y la cátedra de Cristo es una sola; y todos son pastores, pero la grey es una, que es apacentada por los Apóstoles con unánime consentimiento".

y poco después: "El que no guarda esta unidad de la Iglesia,

¿cree guardar la fe? El que abandona y resiste a la cátedra de Pedro, sobre la que está fundada la Iglesia, ¿confía estar en la Iglesia?". Igualmente luego: "No pueden llegar al premio de la paz del Señor porque rompieron la paz del Señor con el furor de la discordia... No pueden

permanecer con Dios los que no quisieron estar unánimes en la Iglesia. Aun cuando ardieren entregados a las llamas de la hoguera; aun cuando arrojados a las fieras den su vida, no será aquélla la corona de la fe, sino el castigo de la perfidia; ni muerte gloriosa, sino perdición desesperada. Ese tal puede ser muerto; coronado, no puede serlo... El pecado de cisma es peor que el de quienes

sacrificaron; los cuales, sin embargo, constituídos en penitencia de su pecado, aplacan a Dios con plenísimas satisfacciones. Allí la Iglesia es buscada o rogada; aquí se combate a la Iglesia. Allí el que cayó, a sí solo se dañó; aquí el que intenta hacer un cisma, a muchos engaña arrastrándolos consigo. Allí el daño es de una sola alma; aquí el peligro es de muchísimas. A la verdad, éste entiende y se lamenta y llora de haber pecado; aquél, hinchado en su mismo pecado y

complacido de sus mismos crímenes, separa a los hijos de la madre, aparta por solicitación las ovejas del pastor, perturba los sacramentos de Dios, y siendo así que el caído pecó sólo una vez, éste peca cada día. Finalmente, el caído, si posteriormente consigue el martirio, puede percibir las promesas del reino; éste, si fuera de la Iglesia fuere muerto, no puede llegar a los premios de la Iglesia".'

(De la Carta 2 Dilectionis vestrae a los obispos cismáticos de Istria)

Enfrentado al patriarca de Constantinopla Juan el Ayunador , que se había atribuido el título de 'ecuménico', Pelagio le responde que el título de

Patriarca Universal

corresponde sólo al obispo de Roma.

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El hecho de que Gregorio Magno rechace para sí y para cualquiera el título de Obispo Universal, no quiere decir que no crea que Roma no tiene prerrogativas. La diferencia con otros antecesores y predecesores suyos es que nunca lo hace a expensas de subsumir la comisión episcopal general en el papado ni interfiriendo en el ejercicio canónico de la independencia de jurisdicción que tienen otras sedes apostólicas.

Concibe la superioridad de Roma en el sentido de su prerrogativa para conservar

inviolable la fe católica y la observancia de los cánones.

Gregorio Magno (590-604)

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'Os ruego que no me deis más estos títulos... en lo que a mí concierne yo no deseo distinguirme por títulos, sino por virtudes.

Además no juzgo que sea un honor para mí lo que causa detrimento al honor de otros.

Pues mi honor es el honor de la Iglesia Universal: mi honor es el sólido vigor de mis hermanos. Yo recibo la mayor honra cuando el honor debido a todos y cada uno no les es negado.

Porque si vuestra santidad me llama Papa universal (Ecuménico), está negando que vos seáis también lo que admitís que yo soy o merecido...

déjense las palabras que alimentan la vanidad. E hieren la caridad. Pues ya en el sínodo de Calcedonia y posteriormente por otros Padres, vuestra Santidad sabe que esto fue ofrecido a mis predecesores y que ninguno de ellos usó jamás tal título ' (Carta a Eulogio) 'Confiadamente afirmo que cualquiera que se llame a sí mismo, o desea ser llamado, Obispo Universal, por su orgullo se convierte en precursor del Anticristo, ya que en su orgullo se antepone a los demás.'

'Ninguno deseó jamás ser designado con semejante título.

Ninguno tomó para sí este nombre audaz, porque de haber tomado para sí la gloria de la singularidad en el rango del

pontificado, hubiera parecido que le negaba a todos los demás hermanos... por este abominable título de orgullo, la Iglesia está

conmovida y los corazones de todos los hermanos expuestos al escándalo.' (Epístola a Juan) 'Si un solo Patriarca es llamado Universal, este patriarca se erige por encima de los demás. Mas, lejos esté de la mente de todo cristiano el desear tomar para sí aquello mediante lo cual el honor de los demás

hermanos pueda parecer disminuido aunque sea en grado mínimo...

por consiguiente, que sus santidades, en sus cartas, no llamen a nadie universal.' 'Permaneced firmes en vuestros puestos, seguros, no aventurándoos nunca en dar o recibir escritos que lleven la mentira del nombre universal.'

(Epístola a Eulogio y Anastasio)

'No debéis considerar esto como una cuestión de poca

importancia, porque si lo permitimos

corrompemos la de toda la Iglesia... Y esto sin hablar de la injuria que se hace a vuestro honor, si alguno es llamado universal, pues toda la Iglesia se tambalearía si éste, siendo universal, cayese.

Mas, apartad esta locura, apartad de mis oídos tal frivolidad.' (Epístola a Anastasio) 'Como ministros del Dios Altísimo guárdese cada uno de tal venenosa infección, ni dé lugar a semejante estratagema; ya que ello constituye una injuria y un quebranto a toda la Iglesia, y, como hemos dicho a cada uno de

vosotros. Porque si uno suponemos que es universal, se sigue entonces que ninguno de

vosotros es obispo.'

(Libro IX, ep.68)

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Adriano I (772-795)

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'... Aquel pseudo-sínodo, que sin la sede apostólica tuvo lugar... contra la tradición de los muy Venerados Padres, para condenar las sagradas imágenes, sea anatematizado en presencia de nuestros apocrisiarios... y cúmplase la palabra de nuestro Señor Jesucristo: Las puertas del infierno no prevalecerán contra ella [Mateo 16, 18]; y también:

Tú eres Pedro... [Mateo 16, 18- 19]; la Sede de Pedro brilló con la primacía sobre toda la tierra y ella es la cabeza de todas las Iglesias de Dios.' (De la Carta Pastoralibus curis, al patriarca Tarasio)

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Nicolás I (858-867)

'Ahora bien, si a nosotros no nos oís, sólo resta que necesariamente seáis para nosotros cuales nuestro Señor Jesucristo mandó que fueran tenidos los que se niegan a oír a la Iglesia de Dios, sobre todo cuando los privilegios de la Iglesia Romana, afirmados por la boca de Cristo en el

bienaventurado Pedro,

dispuestos en la Iglesia misma, de antiguo observados, por los santos Concilios universales celebrados y constantemente venerados por toda la Iglesia, en modo alguno pueden disminuirse, en modo alguno infringirse, en modo alguno conmutarse, puesto que el fundamento que Dios puso, no puede removerlo conato alguno humano y lo que Dios asienta, firme y fuerte se mantiene...

Así, pues, estos privilegios fueron por Cristo dados a esta Santa Iglesia, no por los Sínodos, que solamente los celebraron y veneraron...

Puesto que, según los Cánones, el juicio de los inferiores ha de llevarse donde haya mayor autoridad, para anularlo, naturalmente o para

confirmarlo; es evidente que, no teniendo la Sede Apostólica autoridad mayor sobre sí misma, su juicio no puede ser sometido a ulterior discusión y que a nadie es lícito juzgar del juicio de ella. A la verdad, los Cánones quieren que de cualquier parte del mundo se apele a ella; pero a nadie está permitido apelar de ella...' (Carta 8 Proposueramus quidem , al emperador Miguel)

Excomulgó a Juan arzobispo de Rávena.

Desautorizó a Hincmaro arzobispo de Reims.

Echó mano de las falsas decretales que enseñan el derecho de los obispos

diocesanos sobre sus

metropolitanos y afirman la superioridad del papa sobre los sínodos y los metropolitanos.

Tergiversó el canon 17 del Concilio de Calcedonia para que dijera que todo el clero de Oriente y Occidente tenía derecho de apelar a Roma, haciendo al papa juez supremo de todos los obispos y clero de todo el mundo.

Excomulgó a Lotario por tener a Walrada como concubina.

No reconoció la elección de Focio en el oriente.

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