W*2^M
M
M-.'i s
/A
HISTORIA
DE LA
CONQUISTA DE MÉXICO,
ESCRITA
POR EL R. P. Fr. BERNARDINO SAHAGUN
DEL ORDEH DE
S. FRANCISCO, TUNO DE
LOSPRIMEROS ENVIADOS A LA NUEVA ESPAÑA PARA PROPAGAR
ELEVANGELIO.
PUBLÍCALA POR SEPARADO DE SUS DEMÁS OBRAS
CARLOS MARÍA DE BÜST AMANTE,
Diputado de la cámara de representantes del congreso general de lafederación por el estado libre de Oaxaea, quien lo dedica
á
los beneméritos generales
Meólas
Bravo y Miguel Barragan, yá
aus dignos compañeros en laconjinacion que hoysufren.
Yo
traeré sobre vosotros una nación de lejos:una nación robusta y antigua: una nación cuya lengua no entenderéis...Talará vuestras mieses
y
devorará vuestros hijos é hijas...
jeremías oap. 5.° v. 15 a 17.
MÉXICO.
Imprenta de Galvan á cargo de
Mariano
Arévalo, called*
Cachua
iiúm. 2.1829.
ni.
EL EDITOR.
E
-A% bien sabidoel esmero conque el reyde España FernandoVIL, después dehaber perdidoladominación de las Américas, hamanda- do se soliciten de los archivos de Indias, todos los documentosy noti-cias importantes que tratan de su descubrimiento y conquista des- de que acometieron esta empresa los llamados reyescatólicos. Pare- ceque conesto seha propuesto justificar la conductaque ha obser- vado el gobierno español, si noen laconquista, á lo menosen lacon- servacion de estosdominios, y demostrar al
mundo
la sinrazón con que estenuevomundo
se hasubstraído de suobediencia.Porconsecuencia de estas disposiciones, se ha impreso á espen- sasde aquel monarca y en su imprenta real, una obraintitulada...
Colección deloa viages y descubrimientos que hicieron por
mar
los españoles desde fines del sigloXV,
con varios documentos inéditos concernientes á la historia de la marina castellana, y de losestable- cimientosespañolesen Indias, por D. Martin Fernandezde Nuvurrete.De
esta interesanteobrano han llegado áMéxico masque el pri.meroy segundo tomo por la viade Francia,y deseamos ansiosamen- te losrestantes; ya por la bellezacon que están escritos, y yapor- que se nos anuncia haber aparecido las cartas inéditas de Hernán Cortés que dábamos porperdidas, las cuales parece se insertarán en
el tomo4.°y darán mucha luz para la historiade la
conquista, y mo- do deestablecer el gobierno español en esta América; mas entretan- to llegan á mis manos no puedo menos de acelerarme á publicar el -doceno lU>rodel Padre Fr. Bernardino Sahagun, de los frailes menores, uno de los primeros, massabios y virtuososmisioneros que llegaron á México, quelo ilustraroncon su predicaciónasi como con sus escri- tos,y que comotestigo casi presencial de losgrandesy recientesacon- tecimientos que trastornaron este imperio, sehaesplicadocon la esac- titud ycríticaque ninguno lo habia hecho y pocos lo imitaron des- pués.
En
este libro trata úuicamente de cómo loses¡anotes conquista- ron á la ciudadde México', reservóme para lo sucesivo laedicion de los demásque hablan de la historia universalde la Nueva España.No
faltará quien atribuya á impolítica la impresión deesta obra enlas actuales circunstancias eu que nos hallamos; pero )o le pro-rv.
testoque no llevoporobjeto escitar el odio contrala nación castella- na, porque la generación presente española no fue la que despojó á Mocthecu7oma de su imperio; nosotros losmexicanos, sídebemoscon- servar la memoria deaquellos horrorosos sucesos para evitar que se nos repitan porel gobierno de su actual monarca que se resiste te- nazmente á reconocer nuestra independencia, y trabaja cuanto puede por reconquistarnos; desdichados nosotros sital sucediera, pues tor- nariamosá losaño*de 15.-21 y siguientes, y seriamos tan maltratados comolo fueron nuestros antepasados!
He
aqui la mira con que doy á luz este precioso y no publicadoescrito.El lector de él notará en el P. Sahagun cierta especie de reca- to y miramiento al tiempo de referir algunos hechos atroces de la conquista, y que aun cortay trunca ciertos capítulos. La causa de un obrar tan estraño, nosla manifiesta el historiadorBetancourt en su Crónica de la provincia del Santoevangelio de México, puesfor-
mando
el catálogode los varones ilustresde ella, yhablando del P.Sahagun dice(*) ,,que el nono libro que compuso este escritor fue
la Conquista de México hecha por Cortés; que después en el año de 1585 la volvió á escribir enmendala... cuyo original (añade) vide fir-
mado
de su mano en poderdel sr. D.Juan Francisco de Monte-ma- yor, presidente de lareal audiencia, que lollevó á España con inten- ción dedarlo ála estampa, y de él tengo en mi poder un traslado donde dice,queel sr.D. Martin de Villa-Manrique, virey de Méxi- co, le quitó los doce libros y los remitió á S. M. para su cronista-'*En
el prólogodel librosegundo de la obra grande del P. Saha- gun consta su dedicatoria al P. comisariogeneral de S. Franciscode MéxicoFr. Rodrigode Sequera, el cual gobernó según el mismoBe- tancourt, desdelosaños de 1476á 1582. Conque habiendosido des- pojado el padre Sahagun de sus escritos por el virey VillaManri- que, quegobernó de 1585 á 1590, es claro que en la segunda con- quista queescribió reformó la primera, habiendo sufrido persecucio- nes y desprecios por sus relacionesde que en parte lo indemnizó dicho P. comisario Sequera, protegiéndolo,yporcuya causa lededicó sus obras.¿Y
por que, pregunto, seria esta persecución sino por la verdad conquehabló acerca de lasatrocidadesdelosconquistadores?¿Porqué fueron tan vejadoslo» que enaquella época informaban
á
(*) lágina 138.
V.
la corte contratos déspotas gobernantes?
La
persecución ene9ta par.te llegó á tal estremo, que un prelado eclesiástico de México, para que el rey supiera loque habia pasadoen sus dias, temeroso de la interceptaciónde las cartas, se valiódel arbitrio de mandar por obse- quio á lacorte un hermoso crucifijo hecho por un indio, en cuyope- chohueco ibadepositado un largo memorial dequejaspara el soberano.
Resulta por lo dicho, que la presenteobra que hoypublico es la que reformó el P. Sahngun, y si aun con la rebajade muchasco-
sas aparece tan dura la relación ¿cuánto mas no estaña la primera?
Resulta asimismo, ó queel P. Belancourt se equivoca en decir que
el nono libro de lasobras del P.Sahagun es la historia de la conquis- ta, ó que posteriormente escribió otros dos mas, pues semejante re- lición ocupa el doceno y últimolibroque trato después de publicar- con los restantes. Este escrito va sin duda á causar unarevolución en la historia de la conquista, porque su autor con la noble senci- llez de un hombre debien que habla la verdad,solo se ocupa dede-
cir aquello que ha visto ó de que está convencido, pero sin dete- nerse en impugnar á los que le han precedidoy dicho lo contrario.
El detalla
muy
circunstanciadamente los personages que intervinie- ron en las escenas de horror que cuenta, los mienta por sus nom- bres, designa sus cargos, sus empleos y acciones; señala el ubi 6 lugar de los sucesos, y algunas veces marcaaquellos lugares, dicien- do por ejemplo,., tal batulla se dio en elpunto que hoy se conoce coneste nombre... y lo refiere. El realde losmexicanos estaba don- de hoy se halla fundado el convento de laConcepción, quesellama- baAmaxác
&c.&c. ¿Quién osará pues tacharde embustero é inesac- to á un hombre sencilloque escribe deeste modo, que acomoda el lenguage de sus relaciones á los modismos mexicanos, pues poseíasu idioma á maravilla, habia formado un calepino para conservarsu pu- rezaprimitiva, é instruir á los párrocos en sus usos, costumbres é historia, para anunciarlesel evangelio y dirigir con provecho suscon- ciencias?Yo
no encuentro quien pueda contrahacer el modo sober- bio y petulante de Hernán Cortés, á quien describe en la primera visitapública que tuvo acompañado de Quauh/emoctzfn y de su cor- te repantigado enuna silla, y pidiendo por principiode cuentas torio el oro que poseía Mocthecuzoma...Allí se ve saltar por los ojos del conquistador la rabiosa pasión del oro, y concluir su razonamiento cual pudiera el despechado Orestescon estas palabras...es menesterfuego que parezca...
He
aquí un hombre decidido á cometerlasma- yores crueldades para encontrar ese metal por el que ha pasado los mares, afrontado los peligrosde toda clase,ysufrido privaciones inde- cibles; por el que hizo atormentará Quauhtemoctzin, y morir á su ministro en la tortura. Muchos rasgosde estanaturaleza presentael padre Sahagun que no pueden referirseesactamente, y solo se reser- van á un lector curiosoyprofundo: el que tuviereentendimientoque entienda, el que tuviere alma sensibleque llore...¡Pobre humanidad ultrajada!!! Su idioma es el de la sencillez, anticuado y propio dd quien no sabeesplicar las esencias de las cosas por sinónimos, sino con susverdaderos términos.El P. Sahagun ha llamado á juicio á nuestros conquistadores,
y
losha llenado de ruboren el gran teatro delmundo
filantrópico,donde solo aparecen grandes y magnánimos loshombres de sutem-
ple, los Casas, los Luises de Beltran, los Motolinias, y otros genios benéficos cuyos nombres nuncapronunciaránmis labios sinque lata mi corazón agradecido, asi comojamás proferirá el de los Bobadillas, Alvarados yPizarros, nombres execrables, sin que les acompañeun anatema. Sin embargo, yoruego á mislectores, distingan siempre el gobierno español de sus subditos, y á la vez tiranizados porel mis- mo. -*Qué idea no presenta hoy por hoy aquella nación, sino la de un pueblo desgraciado que ha luchado inútilmente por ser libre,
y
que después de haber gozado del crepúsculo alegre de una bella li- bertad, ha tornadosegundavezá lamasdeplorable servidumbre?iOjalá españoles, y osvean mis ojoslibresy felices! ¡ojaláreconozca vues- trogobierno obstinado nuestra independencia, para que serompan lastrabas que hoy nos impiden abrazar mutuamente! Somos hermanos por un origen, por una religión, por unos mismos usos, y no debemos
estar divididos: Dios nos dio el mundo hermoso de Colon para que lodisfrutemos en paz, y nuestras satisfacciones sean recíproca?;lle- gue este suspirado diade concordia, ydescienda yo al sepulcro; este suelo dichoso en queboy habito, sea una nueva cuna del género hu- jmano, y el asilo seguro de ,1a libertad perseguida por los Uranos dela Europa.
VIL
AUTENTICA DE ESTA OBRA.
Xia
original historia generalde
las antigüedadesde
los indiosde Nueva
España,y
parte del tiempode
la con- quista, es bien sabidoque
fue elprimer
escritor el R. P.Fr.
Bernardino de Sahagun, uno de
los primeros predicado- res del santo evangelio,y
del orden seráfico,que
á los principiosde
la conquista pasaron á aquellos dilatados do- minios.Como
esta original historia no se dio á luz ni seimprimió
acaso por no haberse podido encontrar en elespacio
de mas de
dossiglos, lamentaron su falta varios escritores é historiadores,
que
después escribieron las cosasde
aquellaAmérica:
con particularidad nota la faltade
esta obra el caballero Boturiui en su tratadode
idea general&c.
D. Juan
BautistaMuñoz,
oficialsegundo de
la secre-taria del
despacho
universalde
graciay
justicia deludías, cosmógrafomayor de
ellasnombrado
por S.M.
y sugetobien conocido por su literatura y erudición, para
empren- der
su vasta obra de historia generalde
ludiasde
laque ya vemos
elprimer tomo que
demuestra lorecomendable de
la obra, recogió cuantas impresas
y
manuscritas se habían estendido, tantode
laAmérica
meridional,como de
lasep- tentrional á espensas
de
su activo zeloy
conato,y de
los realesauxiliosque
para ello se le franquearon;mas
no en- contrando la original historiade
laNueva España
escritapor
el R. P. Fr.Bernardino
deSahagun,
por todas partes la solicitó, pasando á reconocer distintos archivos,como
elde
Sevilladonde
sinduda
debían encontrarse buenos pa- peles,y
obrasde
las cosasde
Indias.No
encontró laque
buscaba del P.Sahagun
nitampoco
enel archivode
Simancas; pero después supoque
el único ma- nuscritoque
habia, obra del referido religioso misionero, se hallaba enel conventode
S. Franciscode
Tolosa de Navarra,de donde
efectivamente lapudo
estraer, en virtud de rea- les órdenes paraque
se le entregasen, y por la amistadque
tengo con D.Juan
BautistaMuñoz
no dejando de reconocer los motivos poderososque
tengo para pretender leer, y aunvnr.
éopiar la indicada obra del lJ
.
Sahagun, me
laha
facilitado.Está en dos volúmenes gruesos
de
letra manuscrita,muy
metida, antigua y en estilo natural y sencillo del tiem-po
enque
se escribió. Asi la hehecho
copiar á la letra, sin variar en cosa algunade como
la escribió el autor citado con intentode que
enregresándome
áNueva
Es-paña
tal vez podré conseguirque
se dé á luz,y
se impri-ma
enMéxico,
nodudando
del aprecioque
harán los li-teratos
y
escritoresde
una obraoriginal,que
hasta ahorano
se ha visto, pormas que
se hasolicitado, ysolo la casualidadque
llevo referidapudo
facilitarme esta obra tan apreciable.Su
autor la escribió endoce
libros divididos en dos volúmenes,que
aun con letramuy
metida abultaronmu-
cho; y
como
la copia en letra claray moderna
produci-ría
mas
gruesos los volúmenes, la dispuse en tresque
en- cuadernados tengo en mi poder, con la satisfacciónde
po- seer una obra tanrecomendable y
deseada.Aun
elmismo D. Juan
BautistaMuño?, me
advirtió,que
si por casuali-dad
seme
proporcionase imprimirla enMéxico,
procura-se fuese sin variar cosa alguna según la habia copiado
de
la original,
porque
así tendrá siempre su particular mérito,y
sinduda
lo perdería si se variase la narración,y
esti-lo del principal autor. Asi este
primer tomo
contiene cin- co libros con sus apéndices: elsegundo tomo
cuatro libros también conapéndices; y el tercertomo
tres libros lomismo.La
obra se ha copiado á la letra y enmi
presencia, según ycomo
está la original historia manuscrita delR.
P. Fr. Bernardino
de Sahagun, que
devolví al cosmógrafomayor de
IndiasD.
Juan BautistaMuñoz. Aunque me ha
causado bastante costo, dedicación y trabajo
por
conseguir esta copia; uno y otro lo he mirado conmucho
agrado porla satisfacción de
poder
llevar áNueva España
un ejemplarde
la historia tan deseada por los literatosy
curiosos,con
el fin
de
si allíseme
proporciona imprimirla, ya sea por suscricion, ó por otros medios;de
estemodo
consigan las gentes tener esta obraque
ha sido tanrecomendable
en es- ta corte el hallazgode
su original.Madrid 2í de
octubrede
1793.=zDiego García
Panes. =:Es
copia del originalque
cevúñcoz-JSusíamante.
1
DOCENO LIBRO
QUE TRATA
DE COMO LOS ESPAÑOLES CONQUISTARON A LA CIUDAD DE MÉXICO.
Ali LECTOR,
*A?ungue muchos nan
escritoen romance
ux>conguista ae esta t/V ueva
ÓsfiaTuz Jegun (a
relación ae
tosaue la conauútaron, aulseta yo
ejcriuir en
lengua meocicanaj no tanto hor fa*
car atgunas veraaaej ae ta relación ae
tosrnú*
mai indios
atoe teñauaron en ta canauista
}cuan*
to hor
Jwner
evtenguaae ae ¿as cosas ae ta
guer*
ra u ae tas armas gue en eiia usan
ios na<=turaws, hzra aue ae aili
Je //incoan focar vo^
cautos u maneras ae
aecir,hrohias
Jtara na*
utar en ta
lengua, 7neocicana acerca ac &tta ?na*
teria.
*A/t/égase tamáien a
&ttoaue
iosgue uie*
a
ron conaucjtados Juhieron u dieron relación de mucnaá coáaó aue Áataron entre evwú durante
wt>
atierra, ¿aá cuatei ¿añoraron wé aue
toicon*
auiótaron, Aor éaá cuates razone* me
Jiarece aue no na
fictotraftafb áuherjiuo et uauer
ejcritoeáta notoria, ta cual
Je
eóc?<iuióen tiemño aue eran ihvoó
tosaue Je
tíaiuororien la mioma
conauiáta, u
evíoádieron ejta relación, y herwnaé
hrincihaieá u de uuen
Juicio, u aue
Je tiene
éwr
ciertoaue d'Jeron toda verdad.
3
LIBRO DOCENO.
DE LA CONQUISTA DE LA NUEVA ESPAÑA QUE ES LA CIUDAD DE MÉXICO.
CAPITULO PRIMERO.
De
las señalesy
pronósticosque
aparecieron antesque
los españoles viniesen
á
esta tierra, ni hubiese noticia de ellos, (a)\3\tx
años antesque
viniesen los españoles á esta tierra pareció en el cielo una cosa maravillosa y espantosa,y
es,que
pareció una llamade
fuegomuy
grande,y muy
resplan- deciente: parecíaque
estaba tendida en elmismo
cielo, eraancha de
la partede
abajo,y de
la partede
arriba aguda,como cuando
el fuego arde; parecíaque
la puntade
ella lle-gaba
hasta elmedio
del cielo, levantábase por la parte del oriente luego despuésde
lamedia
noche,y
salíacon
tanto resplandorque
parecíade
dia; llegaba hasta lamañana,
en- tonces se perdía de vista:cuando
salia el sol estaba la llama en el lugarque
está el sol ámedio
dia, estoduró
por espa- cio deun año
cada noche;comenzaba
en lasdoce
casas,y cuando
aparecía á lamedia noche
toda la gente gritabay
se espantaba: todossospechabanque
era señalde
algúngran mal.La segunda
señalque
aconteció fue,que
el chapitelde un Cú (b)de
Vitzilopuchtli,que
se llamaba Tlacoteca,se en- cendió milagrosamentey
sequemó:
parecíaque
las llamas(a) Está conforme con lasrelaciones del cronista Herrera en el capítulo octavo y noveno de sus decadas lib. 2.°, y solo falta aqui el prodigiode la piedra habladoraque mandó labrar Moctheeuzoma para aumentar los sacrificios, que no se dejó llevar y se hundió en laace- quia de san Antonio Abad de México, cuyo hecho refiere entre va- rios D. Fernando Alvarado Tezozomoc. (Véase la vidade Moctliecu- zoma oue publiqué en el Centzontli escrita por mi.)
(bj Templo-
4
de
fuego salíande
dentrode
losmaderos de
las columnas,y muy
de presto se hizo ceniza:cuando
ardíacomenzaron
los sátrapas á dar voces diciendo: ¡O mexicanos! venid prestoá
apagar el fuegocon
cántarosde
agua, y venida elagua
echábanla sobre el fuego y no se apagaba, sino antesmas
se encendía,y
así se hizo todo brasa.La
tercera señal fueque cayó un
rayo sobre elCú de de
Xiuhteoutli, diosdel fuego, elcual estaba techado con pa- ja, llamábaseTzumulco:
espantáronse de estoporque no
llo- vió sinoaguamenuda, que
no suelen caer rayoscuando
asi llueve, nihubo
tronido, sinoque
no sabencomo
se encendió.La
cuarta señal, ó pronóstico fueque de
día haciendosol
cayó
una cometa, parecían tres estrellas juntasque
cor- rían á la parmuy
encendidasy
llevabanmuy
grandes colas:partieron de acia el occidente,
y
corrieron acia el erien-te, iban
echando
centellas de sí:de que
la gente las vio co-menzaron
á dar grita,y sonó grandísimo ruido en toda la co- marca.La
quinta señal fueque
se levantó la mar, ó lagunade México con
grandes olas: parecíaque
hervía, sin hacer aire ninguno, la cualnunca
se suele levantar sin gran viento: lle- garon las olasmuy
lejosy
entraron entre las casas, sacudían en los cimientosde
las casas, algunasde
estas cayeron: fuegrande
espantode
todos por verque
sin aire se habíaem-
bravecidode
talmanera
el agua.La
sesta señal, ó pronóstico fue,que
seoyó de noche
en el aire una vozde
unamuger que
decía: ¡O hijos míos, ya nos perdemos! algunas veces decia: ¡O hijos mios,adonde
os llevaré!La
séptima señal fueque
los cazadoresde
las aves del agua, cazaron una ave parda deltamaño
de una grulla,y
luego la fueron á mostraráMocthecuzotna, que
estabaenuna
sala
que
llamabanTiitlancalmecat', eradespuésde medio
dia:tenia esta ave en
medio de
la cabezaun
espejo redondo, don-de
se parecía el cielo,y
las estrellas, y especialmente los mastelejosque andan
cerca de las cabrillas:como
la vioMoc-
thecuzoma
espantóse,y
lasegunda
vezque
miró en el espe- jaque
tenia el ave:de
ahíun poco
viomuchedumbre de
gente juntaque
venían todosarmados encima de
caballos,y
5
luego
Moctheeuzoma mandó
llamar á los agorerosy
adivinosy
preguntólos, ¿no sabéisque
es estoque he
visto?que
vie-ne mucha
gentejunta,y
antesque
respondiesen la adivinos desapareció el avey
no respondieron nada.La
octava señal, ó pronóstico fue,que
aparecieronmu-
chas veces monstruos en cuerpos monstruosos, llevábanlos áMoctheeuzoma,
y en viéndolos luego desaparecían.CAPITULO
II.De
losprimeros
naviosque
aportaron á esta tierra,que según
dicenfue Juan
de Grijatva.La
primera ve?,que
parecieron navios en la costade
esta
Nueva
España, los capitanesde Moctheeuzoma que
se llamabanCalpixques que
estaban cercade
la costa, luego fueron á verque
era aquelloque
venia,que nunca
habian visto navios,uno de
los cuales fue el Calpixquede
Cuexte- catlque
se llamaba Pinotl: llevaba consigootros calpixquesuno que
se llamaba Yaot?in,que
residia en el pueblode Mic-
tlanquauhtla, y otro
que
se llamaba Teo7.inzocatl,que
resi-dia en el pueblo
de
Teociniocan,y
otroque
se llamaba Cui-tlalpitoc, este no era calpixque sino criado de
uno de
estos calpixques,y
principalejo,y
otro principalejoque
se llama- ba Tentlil. Estos se fueron á verque
cosa era aquella,y
llevaban algunas cosas para venderlas, só colorde
verque
cosa era aquella: lleváronlos algunas mantas ricasque
soloMoctheeuzoma
y ningunootrolas usaba,ni tenia licencia para usarlas: entraron en unas canoas y fueron á los navios, dije- ron entre sí, estamos aquí en guardade
esta costa, convie- neque sepamos
de ciertoque
es esto, paraque
llevemos lanueva
cierta áMoctheeuzoma:
entraron luegoen lascanoas ycomenzaron
áremar
hacia los navios,y como
llegaron jun-to á los navios,
y
vieron los Españoles, besaron todos las proasde
las naos en señalde
adoración, pensaronque
era el Dios Quetzalcoatlque
volvía, al cual estaban ya esperando según parece en la historiade
este Dios.Luego
losEspaño-
les los hablaron, y dijeron: ¿Quien sois vosotros? ¿de
dónde
venis? ¿dedónde
sois?Respondieron
losque
iban en lasca-noas:
hemos
venidode México:
dijéronlos los Españoles, si es verdad que soisMexicanos,
decidnos¿como
se llama e! se-ñor de México?
Ellos respondieron:señores nuestros, llámaseMocthecu/oma, y
luegole presentaron todo loque
llevabande
aquellas mantas ricas, alque
iba por general en aquellos naviosque
según dicen era Grijalba,y
los Españoles die- ron á los Indios cuentas de vidrio, unas verdesy
otrasama-
rillas, y los Indios
como
las vieron maravilláronsemucho, y
tuviéronlas en
mucho, y
luego se despidieronde
los Indios diciendo, ya nos volvemos á Castilla, y presto volveremos,y
iremos áMéxico. Los
Indios se volvieron á tierra, y luego se partieron paraMéxico donde
llegaron enun
dia y enuna
noche,á darlanueva
áMocthecuzoma de
loque
habían visto,y
trajéronle las cuentasque
les habíandado
los Españolesy
dijéronle
de
esta manera: señor nuestro, dignossomos de
muerte,oye
loque hemos
visto,y
loque hemos
hecho.Tú
nos pusiste enguarda de
la orilla de la mar,hemos
visto unos dioses dentro en lamar
y fuimos á recibirlos,y
dímosles va-rias mantasricas,
y
veis aqui estas cuentasque
nos dieron,y
dijéronnos, si es
verdad que
sois mexicanos, veis aqui estas cuentasdadlas áMocthecuzoma
paraque
nosconozca,y
dijé- ronle todo leque
habia pasadocuando
estuvieron con ellosen
lamar
en los navios. RespondiólesMocthecuzoma y
díjo-les: venis cansados y fatigados,idos á descansar,
yo he
reci- bido esto en secreto, y osmando que
no digáisnada de
loque ha
pasado.CAPITULO
III.De
loque Mocthecuzoma
proveyó despuésque
oyólasnueva»
de los
que
vieron losprimeros
navios.Como hubo
oidoMocthecuzoma
las nuevasde
losque
vinieron de la mar,
mandó
luego llamar almas
principalde
ellos
que
sellamaba Cuextecatl, y losdemás que
habían ve- nido con la meusageria,y
mandólosque
pusiesen guardas,y
atalayas en todas las estancias
de
la ribera de la mar, launa
se llamaba Naulitlantoztlan, otraMútlanquactla,
paraqup
mirasencuando
volviesen aquellos navios paraque
lúe-7
go
diesen relación.Con
esto se partieron los Calpixquesy
capitanes,
y mandaron
luegoponer
atalayas en las dichas estancias,y Mocthecuzoma
juntó luego sus principales los níasprivados,y
loscomunicó
lasnuevasque
habían llegado,y
mostrólos las cuentas
de
vidrioque
habían traído losmen-
sageros y díjolos:
pareceme que
son piedras preciosas, guár- densemucho
en la recámara, no se pierda ninguna,y
si al-guna
se perdiere pagarlahan
losque
tienen cargode
guar- dar la recámara.Desde
ahí áun
afio, en el aflode
trece conejos, (c)vieronenlamar
navios losque
estaban en las ata- layas y luego vinieron á dar noticia áMocthecuzoma con
gran priesa.Como oyó
lanueva Mocthecuzoma despachó
gen-te para el recibimiento
de
Quctzalcoutl,porque
pensóque
era elque
venia,porque
cada dia le estaban esperando,y como
tenia relaciónque
Quetzalcoatt había ido por lamar
acia el oriente, y los navios venían
de
acia el oriente, por esto pensaronque
era él: envió cinco principales áque
le recibieseny
le presentasen un gran presenteque
le envió.De
losque
fueron elmas
principalde
ellos se llamaba Yalliz- ehan; elsegundo
Tepuzlrcatl, el tercero Tizaoa, el cuartoVevetecatl, el quinto Veicaznecatlhtca,
CAPITULO
IV.De
loque
proveyóMocthecuzoma cuando supo
lasegunda
vezque
losEspañoles habían
vuelto, estefue D. Her- nando
Cortés.A
los sobredichos hablóMocthecuzoma
y les dijo: mi- radque han
dichoque
ha llegado nuestro señor Quetzal- coatí, id, y recibirle,y oid loque
os dijere conmucha
dili- gencia: miradque
no se os olvide natíade
loque
os dijere, veis aquí estasjoyasque
le presentéis de mi parte,que
son todos los atavíos sacerdotalesque
á él convienen: primera-mente
una máscara labradade
musaicode
turquesas, tenia(c) SeRun Boturini fue el año de onee Tochlli ó conejos,de lo
que se infiere que el cálculo de este está errado, y lo confirma el que Veitia que lo conocía, vivió con el,y fue au albacea, dice, que contaba fiado en su memoria.
8
esta
máscara
labradade
lasmismas
piedrasuna
culebra do- bladay
retorcidacuyo
doblez era el pico de la nariz, lue-go
se dividia la colade
la cabeza,y
la cabezacon
parte delcuerpo
iba por sobre elun
ojode manera que
hacia ceja,y
la cola con parte del
cuerpo
iba por sobre otro ojo,y
hacia otra ceja. Estaba esta máscara engerida enuna
corona al- tay
grande, llenade plumas
ricas, largas ymuy
hermosas,de manera que
poniéndose la corona sobre la cabeza se ponia la máscaraen
la cara: llevaba p(rjoyeluna
medallade
ororedonda y
ancha: estaba asidacon nueve
sarta- lesde
piedras preciosas,que
echadas al cuello cnbrianlos
hombros y
todo el pecho; llevaban también una rodelagrande
bordadade
piedras preciosascon
unas bandasde
oro,que
llegabande
arriba á abajo por toda ella,y
otras bandasde
perlas atravezadas sobre lasde
orode
arriba abajo por toda ella,y
los espaciosque
hacian estas bandaslos cuales -eran
como
mallasde
red, iban puestos unos za- pitos de oro.Tenia
esta rodela unos rapaeejos en lo bajo, iba asida en lamisma
rodelauna bandera que
saliadesde
la manija
de
la rodela,hecha de plumas
ricas: llevaba tam- bién una medallagrande hecha de
obrade
musaicoque
la llevaba atada y ceñida sobre los lomos; llevaban también unos sartales de piedras preciosas con unos cascabeles
de
oro entre puestos á las piedras para atar á la gargantade
los pies: llevaban también
un
cetro de obispo todo labra-do de
obrade
musaicode
turquesas, y la vueltade
arri- ba era una cabezade
una culebra revuelta ó enroscada.También
llevabanunascotaras(d)como
losgrandesseñores selas suelen poner: 2.° llevaron también los ornamentos ó ata- vios con
que
se ataviaba Tezcatlipocaque
era una cabe-llera
hecha
depluma
rica,que
colgaba por la partede
atrás hasta cerca
de
la cintura y estabasembrada
todade
estrellas
de
oro: llevaban también unas orejeras de oro: lle-vaban
colgados unos cascabelitosde
oro,y
sartalesde
ca- racolitos marinos blancos y hermosos.De
estos sartales col- gabaun
cueroque
era corno peto, y llevábale ceñidode manera que
cubria todo elpecho
hasta la cintura: lleva-(d) Especie de calzado.
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ba
este peto,muchos
caracolitossembrados y
colgados por todo él: llevabantambién uo
coseletede
tela blanca pinta- do, la orillade
abajo de este coselete iba bordada con plu-mas
blancasen
tres listas por todo el rededor: llevabanuna manta
rica, la tela de ella eraun
azul claroy
toda labra-da encima de muchas
laboresde un
azulmuy
fino: estamanta
se ponia por la cintura atada por las esquinas al cuerpo, sobre estamanta
ibauna
medalla de musaico ata-da
alcuerpo
sobre los lomos:también
llevaban unos sar- talesde
cascabelesde
oro para atar á las gargantasde
los pies, y también unas cotaras blancascomo
los señores lassolian traer. Llevaron también los
ornamentos
y atavíos del diosque
llamaban Tlalocantecutli,que
era unamáscara con
su plumage,y
una banderacomo
laque
se dijo arriba: tam- bién unas orejerasde
Chalchivitlanchasque
tenia dentro unas culebrasde
Chalchivites,y
también un coselete pinta-do de
labores verdesy
unos sartales ó collarde
piedra»preciosas,
y
también una medallacon que
se cenia los lo- mos,como
laque
arriba sedijo
con
unamanta
ricacon que
se ceniacomo
también arriba se dijo,y
cascabelesde oro paraponerá
los pies, y su bítculo (1)como
elde
arriba. Otrosornamentos
tambiénque
llevabaneran delmismo
Quetzalcoatluna
mitrade
cuerode
tigre, y colgabade
la mitrauna
capilla
grande hecha de plumas de
cuervo: llevaba la mi-tra
un
chalchivitlgrande
yredondo
en la punta,y
tam- bién unas orejeras redondas de musaicode
turquesascon un
garabatode
oroque
llamabanEcacnzcatU y una man-
ta rica con
que
se cenia, y unos cascabeles de oro para los pies,y
una rodelaque
tenia en elmedio
una planchade
oro redonda, la cual rodela estaba bordada con plumas ricas.En
lo bajode
la rodela salia unabanda
de plumas ricas en la formaque
se dijo arriba: llevabaun
báculo labradode
musaico de turquesas, y en la vueltade
arriba pues- tas unas piedras ricas ó perlas eminentes.En
lo alto de arri- ba también llevaban unas cotarascomo
los señores solian traer; todas estas cosas llevaban los mensageros y las pre- sentaron según dicen á D.Hernando
Cortés. Otrasmuchas
cosas lepresentaron
que
no se escriben,como
fue una mi- trade
orohecha á manera de
caracol marisco con unos3
10
rapacejos
de plumas
ricasque
colgaban acia las espaldas,y
otra mitra llana tambiénde
oro y otras joyas de oroque
no se escriben (2).Todas
estas cosas metieron en sus petacas ytomada
la licenciade Mocthecuzoma
díjoles:„Jd
con pri*sa
y no
os detengáis', idy adorad
enmi nombre
al diosque
viene,y
decidle, acá nos envía vuestro siervoMocthe- cuzoma,
estas cosasque aqui
traimos os envía,pues
ha*beis venido á vuestra casa
que
esMéxico." Tomaron
luegoel
camino
los mtn>agerosy
llegaron á la orillade
lamar y
alli entraron en caflas (3), y llegaron á un lugar
que
se llama JCicahmco: de alli tornaron otra vez á entraren otras cañascon
todo su hato, y llegaron á los navios* luego les pre- guntaron de los navios:¿Quién
sois vosotros, dedonde
habéis venido? dijeron los de la canoa: venimos deMéxico, y
dijeron losde
la nao:¿Por
venturano
sois deMéxico,
sinoque
decís con falsedadque
sois deMéxico, y
nos en-gañáis?
y sobre estotomaron y dieron,y
deque
se satisfaeie- ron los unos á los otros, juntaron la canoa con el navio y he- cháronles una escalera conque
subieron al naviodonde
estaba D.
Hernando
Cortés. (4)CAPITULO V.
De
loque pasó cuando
losmensajeros
deMocthecuzoma
entraron en el navio deD. Hernando
Cortés,Comenzaron
á subiral naviopor
las escaleras,y
lleva-ban
el presenteque Mocthecuzoma
lesmandó
llevar. Co-mo
estuvieron delante del capitán D.Hernando
Cortés be- saron todos la tierra en su presencia, y habláronle de es- ta manera: ,,Sepa el diosa quien venimos áadoraren
perso»na
de
su siervoMocthecuzoma,
el cual le rige y gobiernala ciudad de
México,
y dice ha llegado contrabajo el dios"y
luego sacaron los ornamentosque
llevaban, y se los pu- sieron al capitán D.Hernando
Cortés ataviándoie con ellos:pusiéronle
primeramente
la corona y máscaraque
arriba sedijo,