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Introducción teórica a un léxico-gramática del español.

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Academic year: 2021

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Resumen

El presente artículo de investigación analiza las bases teóricas y metodo-lógicas para la realización de un léxico-gramática del español. Mediante una metodología cualitativa, el análisis empieza con los principios distri-bucionales y transformacionales de Harris, del que se trazan sobre todo los aspectos traducibles en aplicaciones descriptivas, asumiendo además que todos los aspectos teóricos y metodológicos remiten a las ideas y a la proyectualidad de Maurice Gross de finales de los años sesenta hasta los principios de 2000. El objetivo será demostrar que el léxico-gramática consiste en el análisis sintáctico de una lengua desde el punto de vista ta-xonómico, es decir, considerando todas las palabras concretas que juegan un papel importante en la construcción de los discursos y de las frases: antes que todos los verbos, los nombres y los adjetivos en estructuras con verbos soporte. También las preposiciones, con marcas del régimen de los complementos, juegan un papel central.

Palabras clave

Lingüística formal, léxico, sintaxis, español. Abstract

The present research analyses the theoretical and methodological basis for the realization of a lexicon-grammar of Spanish language. With a quali-tative methodology, the article starts from the Harris’ distributional and transformational principles, whose translatable aspects are illustrated in descriptive applications, also assuming that all the theoretical and meth-odological aspects refer to the ideas and the project of Maurice Gross from the late sixties to the beginning of 2000. The objective will be to demonstrate that the lexicon-grammar consists of the syntactic analysis of language on a taxonomic basis, considering all the concrete words that play an important role in the construction of speeches and sentences: first, verbs, nouns and adjectives in structures with supporting verbs; also prep-ositions play an important role.

Keywords

Formal linguistics, lexicon, syntax, spanish.

A LEXICON-GRAMMAR OF SPANISH

Referencia: Elia, A. (2018). Introducción teórica a un léxico-gramática del español. Cul-tura Latinoamericana. 28 (2), pp. 210-231. DOI: http://dx.doi.org/10.14718/CulCul-turaLati-

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LÉXICO-GRAMÁTICA

DEL ESPAÑOL

Annibale Elia* Università degli Studi di Salerno

DOI: http://dx.doi.org/10.14718/CulturaLatinoam.2018.28.2.10

Del discurso a las frases sencillas1

Un discurso está compuesto por palabras que se juntan para adquirir un significado. El objeto de estudio de la sintaxis es el discurso, al tratarse de combinaciones dotadas de significado. El significado es lo que es producido o reconocido a través de la lengua y de mecanismos cognitivos complejos. En una frase inicial, la sintaxis formal puede prescindir de ocuparse detalladamente del significado, al dedicarse a la combinación de los elementos, distinguiendo las combinaciones bien formadas de las que no lo son.

Uno de los criterios a los que el lingüista puede obedecer para lle-var a cabo esta distinción es confiar en la percepción que él, como

1. Las investigaciones sobre el léxico gramática de la lengua española empezaron en 1981 y si-guieron hasta 1987, con respecto a los verbos, gracias al estudio de Carlos Subirats (1981, 1984a, 1984b, 1987, 1990, 1991). Tras esta fecha las investigaciones acabaron y respecto del español se estudió mucho la metodología del léxico-gramática dirigida sobre todo a los verbos soporte (Herrero Ingelmo 2001, 2002, Blanco 1995) y a los adverbios (Blanco, Català 1999, Garrigo-Iñigo 1997, 1999). Por este motivo queremos llenar un vacío importante en la construcción de los léxicos-gramáticas de las lenguas –en particular de aquellas neolatinas– echando las bases para una elaboración léxico-sintáctica del español. Para una introducción general a la metodología del léxico-gramática remitimos a Gross (1975), Elia (1984), Elia, Martinelli, D’Agostino (1985), Vietri (2004, 2014), D’Agostino, Vietri, Elia (2004), Elia (2013).

* Ph.D. en Informática Lingüística de la Universidad de París. Ha sido director del Departamento de Ciencias Políticas, Sociales y de la Comunicación de la Universidad de Salerno y actualmente coordina el doctorado en Ciencias del Lenguaje, de la Sociedad, de la Política y de la Educación, y es miembro del Senado Académico de la misma Universidad. Además, ha fundado el primer Curso en Ciencias de la Comunicación de Italia y el doctorado y el Departamento en Ciencias de la Comu-nicación con orientación tecnológico–multimedial. Autor de numerosos libros y artículos en revistas indexadas a nivel nacional e internacional, entre sus temas de investigación se destacan estudios de lingüística teórica y aplicada, lingüística computacional, aplicaciones informáticas y argumentos de ciencias de la comunicación. ORCID: 0000-0002-9728-9677. Contacto: elia@unisa.it

El artículo es resultado de un proyecto de investigación desarrollado en la Università degli Studi di Salerno.

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cualquier otro hablante de la lengua, tiene de la buena formación consti-tutiva de las combinaciones. A esta percepción —que también implica la comprensión del significado de los discursos— se le llamará percepción de aceptabilidad, y facilitará la distinción de las combinaciones entre acepta-bles e inaceptaacepta-bles; estas últimas serán adelantadas por un asterisco.

(aceptable) Max comía el pan con satisfacción (inaceptable) *El con Max satisfacción comía

Cada discurso se presenta ordenado linealmente a lo largo de una serie de secuencias en las que cada elemento tiene su puesto en las combinaciones. Un discurso puede tener una duración muy variable e, hipotéticamente, hasta puede ser tan largo como para poner en se-rios problemas teóricos y empíricos al estudioso. Para ponerles reme-dio se puede observar que en un discurso existen combinaciones de elementos formalmente equivalentes entre sí, aunque las combinacio-nes y los elementos mismos varían en lo que se refiere al significado que vehiculan. Por lo tanto, es posible construir clases de combinacio-nes de elementos, según la distribución de estos en las combinaciocombinacio-nes.

A continuación, proponemos un ejemplo de discurso:

(a) Rosa estudia; Max trabaja. La gente cree que ellos se aburren, tal como lo estarais pensando vosotros. Yo considero que ellos son felices. Yo estoy seguro de que sabéis que ellos son felices.

Su estructura se puede esquematizar según estas clases de elementos: G=: Rosa, Max, ellos

H=: yo, la gente, vosotros

W=: estudiar, trabajar, aburrirse, ser felices U=: creer, decir, considerar, estar seguro de, saber

Nótese que de los elementos de H y U dependen, de alguna ma-nera, los de G y W. Las clases localizadas se pueden enfocar según la estructura de secuencias a continuación:

G W

G W H U G W U H H U G W H U H U G W

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En teoría, esta estructura puede parecer a la de muchos otros dis-cursos que emplean las mismas clases mas con elementos de signi-ficado diferente y con un diverso resultado comunicativo final. Por ejemplo, las siguientes clases de elementos:

G=: el perro, el gato, ellos H=: Eva, Ida, los niños, yo

W=: ladrar, maullar, balar, bromear U=: afirmar, contar, negar, imaginar, saber

con la misma estructura de (a) permiten producir un discurso di-ferente:

(b) El perro ladra; el gato maulla. Eva afirma que ellos balan, cuenta Ida. Yo niego que ellos balen. Yo imagino que los niños saben que Eva bromea.

Este ejemplo confirma que es posible analizar los discursos seg-mentándolos en clases de combinaciones formales más pequeñas. Diremos que el más pequeño conjunto de clases de combinaciones de elementos es una frase sencilla. Así las cosas, una frase sencilla es también el discurso más pequeño.

Para explicar mejor la noción de frase sencilla recurriremos a la di-visión tradicional de las partes del discurso, es decir, sin utilizar todo el aparato teórico enlazado con estas. En definitiva, nos referiremos a las categorías generalmente empleadas en un vocabulario para clasifi-car las palabras (entradas lexicales).

A continuación, vamos a dar la lista de algunas notaciones termi-nológicas abreviadas que usaremos sobre la base de las definiciones tradicionales:

F=: frase N=: nombre V=: verbo

Det=: determinante (artículo definido o indefinido; adjetivos inde-finidos demostrativos)

Adj=: forma adjetival

Pro=: forma pronominal o Pro-forma (pronombres, partículas pre-verbales, partículas posverbales)

Conj=: conjunción (coordinativas asociativas: e; coordinativas di-sociativas: o, o bien; etc.; subordinantes; que, si, cuando, etc.)

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Prep=: preposición Adv=: forma adverbial

Con la notación Modif (modificador) indicamos un elemento o un grupo de elementos que, junto con uno o más N, modifican la frase sencilla sin alterar su estructura elemental. Se puede tratar de adjeti-vos posesiadjeti-vos, adjetiadjeti-vos calificatiadjeti-vos, grupos nominales de tipo de N, partículas deícticas como aquí, acá, frases relativas, frases completivas. A continuación, damos unos ejemplos:

Det Modif N

=: Un buen libro... (Modif=: Adj) Det N Modif

=: Un libro bueno… (Modif=: Adj) =: Un libro que leí… (Modif=: F relativa) =: Este libro aquí... (Modif=: deíctico)

=: La necesidad de que yo vaya... (Modif=: F completiva)

Usaremos el término agente para indicar un N cualquiera que ten-ga un papel cualquiera en la frase, sin que esté comprometida ninguna función sintáctica. Por lo que a las funciones sintácticas se refiere, re-mitiremos comúnmente a las nociones de sujeto, objeto, complemento, muy empleado en la tradición gramatical.

Lo que nos interesa más de la función sujeto es la concordancia morfológica que en la frase se establece entre el sujeto y el verbo:

*Mario miran a Rosa Mario mira a Rosa *Ellos mira a Rosa Ellos miran a Rosa

La prueba formal de individuación de la función sujeto consiste en aplicar la forma interrogativa a una frase, empleando el pronombre relativo quien, que. En la respuesta se indica el nombre o el grupo nominal que tiene la función de sujeto:

Max escucha a Rosa {-¿Quién escucha a Rosa? {-Max

En general, retomaremos de la tradición gramatical la distinción entre las partes llamadas variables y las invariables del discurso.

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Nos ocuparemos de la correlación entre variación de la forma (morfológica) y variación de la información sintáctico-semántica, y esto nos sirve para diferenciar de manera precisa el verbo de cual-quier otro elemento porque es el único que –en una lengua como el español– puede proporcionar informaciones sintáctico-semánticas de tiempo, modo y aspecto, con solo modificar su forma.

No nos interesaremos por las variaciones tiempo-modo-aspectua-les del verbo, ni de las correspondientes nociones en realizaciones nominales y adverbiales, sino que nos limitaremos sobre todo a usar formas verbales del indicativo. Las únicas variaciones de modo que se examinarán —aunque rápidamente— son las que se dan entre indica-tivo y subjunindica-tivo. Tampoco se contemplarán las formas interrogativas e imperativas.

Desde el punto de vista notacional, considérese que usaremos el signo =: para indicar el desarrollo de una estructura esquematizada con símbolos en una frase real o en una estructura más detallada. Los esquemas y las notaciones que emplearemos no son otra cosa sino abreviaturas y no conllevan particulares cálculos u operaciones típicas del formalismo lógico-matemático, excepto alguna sencilla notación de tipo polinómico, es decir, con paréntesis y signo +, que se explicará cuando se dé la ocasión. En las estructuras representadas de manera esquemática, a menudo N podrá representar también una secuencia más larga de tipo Det N o Det N Modif, que se justificará teóricamente más adelante.

En algunos casos, para ejemplificar, cuando nos refiramos a las preposiciones, las indicaremos en la forma sencilla a, de, etc., aunque en la frase aparezcan en la forma articulada al, del, etc. y deberían ir como a Det, de Det, etc. La presencia del artículo en las preposiciones se indica solo cuando la diferencia entre Prep y Prep Det implique unas consecuencias sintácticas importantes.

Cuando sea el momento, usaremos también la noción de argumento, de derivación lógica, en el sentido de sujeto u objeto lógico con relación a la noción de predicado que, en este caso, indica la propiedad que se afirma con respecto a uno o más argumentos. La noción lingüística de predicado, es decir, de grupo de elementos verbales en la frase no se empleará. Con relación al argumento, usaremos la noción de operador que es más amplia y no se limita a los verbos, sino que comprende cual-quier elemento capaz de establecer relaciones complejas con uno o más argumentos, es decir, con un sujeto y/o más complementos.

En lo que concierne a la terminología, nos referiremos constante-mente a la usada en el ámbito de las investigaciones

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léxico-gramati-cales, que se origina de la tradición de la gramática transformacional de Harris (1976) y solo, por una parte, de Chomsky (1956, 1964).

Las frases sencillas

Existen unos tipos de frases sencillas de los que no nos ocupa-remos en este trabajo por dedicarse al estudio del verbo. Se trata de frases compuestas por un solo elemento (en algunos casos por más elementos) no verbal y que —a pesar de eso— tienen un sig-nificado.

Algunas de ellas se denominan actos lingüísticos, es decir, elemen-tos mínimos de la lengua, pero con un valor comunicativo completo, aunque en un diálogo sean emitidas por un hablante único. Si toma-mos en consideración la palabra marrano, de por sí no logra formar un discurso, mientras que si la insertamos en un conjunto más amplio de elementos lo consigue:

Rosa dice que Max se porta como un marrano Te he dicho que tú eres un marrano

A pesar de esto, si consideramos un tipo particular de entonación del discurso, ¡representada gráficamente por el punto de exclamación !, esta palabra se convierte en una frase:

¡Marrano!

Este tipo de frase puede estar compuesta por nombres, pronom-bres, adjetivos, adverbios, por ejemplo: (¡Rosa!, ¡Tú!, ¡Bonito!, ¡Bas-ta!, ¡Aquí!).

Otro tipo de frase sencilla es aquella caracterizada por un nombre desprovisto de verbo, en expresiones como Charcutería, Flores, etc. que constituyen, en este ejemplo, letreros de tiendas, aunque, por lo que a estos tipos de frases se refiere, se podría hasta proceder a la su-presión de verbos y de otros elementos del discurso, como:

¡(Te digo que tú eres un) marrano! (Aquí se venden) flores

En el trabajo que nos ocupa no trataremos este tema, porque solo vamos a analizar discursos que contienen por lo menos un verbo.

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Ya que nuestro estudio parte de los discursos mínimos, es decir, de las frases sencillas, es necesario establecer sus límites en secuencias más largas. Partiremos de un discurso, pasaremos a la eliminación de todos los elementos posibles y observaremos hasta qué punto el dis-curso en cuestión es admisible, es decir, hasta cuándo tiene un sentido por lo menos para quien percibe su expresión.

Partimos de un discurso breve como:

Max vivía en París desde hacía años, sufriendo nostalgia y vamos cancelando poco a poco:

(nostalgia)

= Max vivía en París desde hacía años, sufriendo (sufriendo)

= Max vivía en París desde hacía años (desde hacía años)

= Max vivía en París (en París)

= *Max vivía

Observamos que la secuencia *Max vivía no es admisible y que es necesario mantener en París para que la secuencia lo sea realmente, es decir, para que tenga por lo menos un sentido. Así que

Max vivía en París

es una frase sencilla con una estructura elemental esquematizable como N V en N. Siendo útil tener en cuenta el orden de sucesión de los elementos en la secuencia, señalaremos con índices numéricos los N, hasta llegar a

N0 V en N1

Los mismos índices numéricos puestos como exponente indicarán la existencia de una relación entre los N:

Mario se acaricia la mano se esquematizará N0 se V N0

1

Hagamos otro ejemplo de discurso breve con cancelaciones pro-gresivas:

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Aquella mañana llovía a cántaros sobre el valle del Po (del Po)

= Aquella mañana llovía a cántaros sobre el valle (sobre el valle)

= Aquella mañana llovía a cántaros (a cántaros)

= Aquella mañana llovía (Aquella mañana) = Llovía

En este caso la estructura elemental de la frase sencilla está consti-tuida por un solo elemento:

V=: Llovía

En resumidas cuentas, podemos afirmar que es posible descom-poner cada discurso en discursos más pequeños con estructuras equivalentes; además, estos discursos pueden ser reducidos en frases sencillas, es decir, en discursos mínimos que tienen por lo menos un sentido y que producen una percepción de aceptabilidad con un nú-mero mínimo de elementos.

Podemos dar por sentada la posibilidad de estudiar la estructura formal del discurso, es decir, de la comunicación, limitando, en un primer momento, el análisis a las frases sencillas por las que estos dis-cursos están constituidos y, en un segundo momento, a las adjunciones que se les pueden hacer a esas frases sencillas.

Por lo tanto, antes que todo, la sintaxis deberá establecer las es-tructuras elementales de las frases sencillas de una lengua y, luego, las condiciones a través de las cuales es posible a) hacerles unas adjun-ciones; b) combinar las frases sencillas entre ellas hasta obtener las estructuras más complejas del discurso.

Dos aspectos de la creatividad: la recursividad y las condicio-nes de coocurrencia y selección2

De lo que acabamos de decir se deduce que la producción de discursos está caracterizada, por un lado, por frases sencillas que, al combinarse entre sí, forman frases complejas y, por otro lado, por una 2. Véase Gross (1975).

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adjunción de elementos nuevos a las frases sencillas, lo cual lleva a una combinación de combinaciones, a una expansión de combinaciones.

El mecanismo de combinaciones de frases es creativo porque cada vez produce frases nuevas, es decir, frases que un hablante-oyente no ha producido/escuchado nunca hasta aquel entonces y que –a pesar de ello– sabe interpretar.

Cabe suponer que, por lo que a las nuevas combinaciones y a la adjunción de nuevos elementos se refiere, se ponen en marcha unos mecanismos recursivos que explicarían (y que recurren) este primer nivel de la creatividad del lenguaje humano. Para que un mecanismo de producciones de frases sea recursivo es necesario que este dé lugar a unas operaciones que no se aplican solo una vez, sino que se les pueda volver a aplicar al final de cada operación.

Probablemente unos mecanismos recursivos están presentes en todas las lenguas, pero los más significativos que se producen en italiano son:

A) COMBINACIONES DE FRASES 1) La coordinación

Dadas dos frases F1 =: Rosa estudia y F2 =: Rosa trabaja: F1 conj coord F2 = Rosa estudia y trabaja

2) La subordinación circunstancial Dadas las dos frases F1 y F2:

F1 conj SubCir F2 = Rosa estudia para trabajar F1 conj SubCir F2 = Rosa estudia cuando trabaja F1 conj SubCir F2 = Rosa estudia donde trabaja F1 conj SubCir F2 = ...

3) La subordinación completiva Dadas la frase F1 =: Max sabe algo y la frase F2 =: Rosa estudia

F1 Conj Sub Comp F2 =: Max sabe que Rosa estudia Dada la frase F3 =: Ugo quiere algo

F1 Conj Sub Comp F2 Conj Sub Comp F3 =: Max sabe que Ugo quiere que Rosa estudie

4) La relativación

Dadas las frases F1=: Isa ve al gato; F2 =: El gato persigue al ratón; F3 =: El ratón comió el queso:

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F1 Pro-Rel F2 =: Isa ve al gato que persigue al ratón

F1 Pro-Rel F2 Pro-Rel F3 =: Isa ve al gato que persigue al ratón que comió el queso

Al aumentar el número de las frases, estos cuatro tipos de combi-naciones siguen aplicándose de manera recursiva.

B) EXPANSIONES DE COMBINACIONES

A un N de una frase podemos añadir un modificador de tipo de N: Max lee el libro

= Max lee el libro del hijo

= Max lee el libro del hijo de aquella señora = ...

Para cada elemento adjuntivo podemos añadir un modificador adjetival al que –a su vez–podemos agregar otros N mediante prepo-siciones:

Max lee el libro del hijo de aquella señora

= Max lee el libro del hijo de aquella señora buena

= Max lee el libro del hijo del aquella señora buena en la costura = ...

Si consideramos que todos estos mecanismos —además de las nor-males adjunciones de las que ya hemos hablado— pueden juntarse en-tre sí, podemos llegar a formarnos una idea de la creatividad sintáctica basada en la recursividad. Para hacer un ejemplo más, es suficiente añadir una sola relativa a la frase anterior:

= Max lee el libro del hijo de aquella señora buena en la costura, que es un arte antiguo como el mundo, ...

A estos mecanismos —que, teóricamente, tienen una recursivi-dad infinita— es necesario imponer unas restricciones de carácter empírico, derivados de la naturaleza limitada de la memoria huma-na y de los umbrales de comprensibilidad que se relaciohuma-nan con esta. Sin embargo, la recursividad no es otra cosa sino un aspecto secundario de la creatividad del lenguaje humano. Otra vertiente es aquella relacionada con las condiciones llamadas de coocurrencia y selección.

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Los discursos producidos por los seres humanos tienen la caracte-rística de poder estar caracterizados por un sentido sobre la base de niveles diferentes. Esto significa que, además de la aceptabilidad de las formas de las combinaciones —es decir, además de la buena y só-lida forma de determinada construcción— existe la aceptabisó-lidad que es necesario percibir con relación a la combinación de las entradas lexicales entre sí.

De ahí que la coocurrencia no sea otra cosa sino dos o más elemen-tos que se dan conjuntamente en una estructura determinada. Ahora bien, no todas las entradas lexicales que forman parte de una misma clase pueden coocurrir con todas las entradas lexicales de otras clases. Por ejemplo:

N0 V N1

=: Max bebe vino

En esta frase, N0 =: Max, N1 =: vino y V =: beber. Tanto Max como vino forman parte de la misma clase N contrariamente a beber que forma parte de la clase V. Intentemos elaborar una construcción en la que N0 =: vino, N1 =: Max:

N0 V N1

=:*El vino bebe Max

cuyo resultado será una frase inaceptable desde el punto de vista de la coocurrencia.

Ahora podemos cambiar la entrada lexical de V; en cambio de beber consideremos comer y pongamos N0 =: Max y N1 =: vino:

N0 V N1

=:*Max come vino

el resultado seguirá siendo una frase inaceptable.

Así las cosas, resulta evidente que no es suficiente indicar que be-ber y comer entran en una estructura N0 V N1, sino que es necesario explicitar cuáles entradas lexicales de N pueden coocurrir con los dos verbos. Esto significa que cada entrada lexical conlleva una informa-ción que permitirá seleccionar, entre las diferentes entradas de una clase, las subclases que pueden coocurrir con esta. Por eso hemos ha-blado de condiciones de coocurrencia y selección.

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Si se consideran las posibilidades de coocurrencia aceptables, es decir, aquellas seleccionadas por el léxico, se nos dará un número muy elevado de combinaciones eventuales; por ejemplo, por lo que con-cierne a una estructura de frase de nueve elementos tendremos un número total de frases de 4,1023, con respecto a una estructura de 20

elementos tendremos un número de frases equivalente a 1050, esto es,

números que se aproximan a lo infinito. Y este es el segundo y más importante aspecto de la creatividad sintáctica del lenguaje humano.

Sin embargo, al regresar a los ejemplos precedentes tenemos que observar que las frases que hemos considerado inaceptables se po-drían encontrar en contextos discursivos en los que la aceptabilidad se recuperaría. Un primer tipo de contexto discursivo es el llamado ‘me-talingüístico’, es decir, un discurso que tiene como objeto al discurso mismo. En efecto, la frase el vino bebe Max es totalmente natural en los discursos:

(a) Los lingüistas dicen que la frase “el vino bebe Max” es inaceptable (b) Aquí tenemos una lista de palabras: “el, vino, bebe, Max” Otro tipo de contexto es el llamado ‘metafórico’. Por metafórico entendemos un uso de las entradas lexicales diferente de aquel selec-cionado en el léxico, pero igualmente comprensible si se reconstruyen las condiciones de coocurrencia.

La frase el vino bebe Max es perfectamente aceptable en un cuento de ciencia ficción en el que, por ejemplo, el vino se presenta como una entidad dotada de vida y de libre actividad como los seres animados y que se alimenta bebiendo de los seres humanos después de haber-los licuados gracias a un particular proceso de transformación de la materia.

La frase Max come vino podría aparecer en una descripción irónica de una sociedad consumista que, por motivos comerciales, haya soli-dificado el vino, transformándolo en bizcochos. Sin embargo, de esta manera se podría creer que las condiciones de selección de las coocu-rrencias ya no existen, pues siempre es posible imaginar un contexto discursivo adecuado a una frase inaceptable.

En realidad, la recuperación de la aceptabilidad interviene gracias a la modificación (creativa) de las características de selección conteni-das en un elemento, respetando —claro está— las selecciones admiti-das en una determinada estructura sintáctica.

Si se supone que la entrada lexical beber contiene la información: “puede entrar en una estructura N0 V N1, en la que N0 =: N animado

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y N1 =: N no animado, de estado líquido”, observaremos que, en el cuento de ciencia ficción, vino =: N animado y Max =: N no animado, de estado líquido, por lo tanto, que se respetan las selecciones de la estructura.

De la misma manera, por lo que a la otra entrada comer se refiere, diríamos: “puede entrar en una estructura N0 V N1, en la que N0 =: N animado y N1 =: N no animado, de estado sólido”, por lo cual la frase Max come vino se interpreta con vino =: N no animado de estado sólido.

Todo eso nos hace llegar a la conclusión de que un estudio sobre la sintaxis del verbo no puede prescindir de las condiciones de coocu-rrencia y de selección que se determinarán para cada entrada verbal y según clases de N (y de otros elementos importantes) eventualmente agrupadas en subclases significativas.

Léxico y estructuras de la sintaxis

Como hemos podido ver, el estudio de la sintaxis de una lengua implica un doble punto de partida: por un lado, están las estructuras que constituyen las combinaciones elementales o frases sencillas y, por otro lado, las condiciones de coocurrencia y selección de las clases de entradas lexicales. En otras palabras, el estudio de las estructuras implica aquel del léxico y viceversa; cabe destacar, además, que es menester establecer unas prioridades en la investigación y que algunos problemas se deben estudiar antes que los demás.

Es evidente que los primeros argumentos que se analizarán serán aquellos relacionados con la estructura de la frase sencilla, es decir, verbos, nombres y preposiciones y que los elementos adjuntivos o de expansión y los aspectos de la recursividad que atañen a frases com-plejas se difieren a un momento sucesivo.

Algunas informaciones sobre una teoría de los operadores Partiendo de la teoría sintáctica de Harris (1976), podríamos cla-sificar las estructuras de las frases elementales sobre la base de ele-mentos que son operadores y otros que son arguele-mentos. Un operador “opera”, es decir, establece unas relaciones con uno o más elementos que representan los argumentos. Los argumentos pueden ser elemen-tales o, más bien, y ejemplificando, operadores a su vez; podemos su-poner que los verbos son esencialmente unos operadores y los nombres

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unos argumentos elementales, aunque esta partición no es correcta ya que, para Harris, operadores pueden ser también elementos diferen-tes de los verbos: nombres, adjetivos, adverbios.

Señalando al operador con O y al argumento con n, se nos dan esas clases de operadores:

Operadores elementales

Ellos solo se aplican a un argumento elemental: On ej.: Max duerme

Onn ej.: Max come melocotones

Onnn ej.: Rosa pone el oro en la caja fuerte Operadores que se aplican a un discurso Oo ej.: Se trata de salir

Operadores que se aplican a argumentos elementales y a un dis-curso

Ono ej.: Max recuerda que Rosa era hermosa Oon ej.: Me extraña que salga

Onno ej.: Max ha dicho a María que hace calor

Operadores no asociativos que se aplican a dos discursos

Ooo ej.: El hecho de que Rosa se haya desnudado ha favorecido que todos huyeran

Operadores asociativos que se aplican a dos discursos Ooo (as) ej.: Max ha llamado y Pat ha llegado

Si se considera que las preposiciones y las conjunciones en la teoría de Harris intervienen en un momento sucesivo, podemos enmarcar nuestro análisis del verbo como operador en este esquema y distin-guir, esto es, entre verbos que operan solo sobre argumentos elemen-tales y verbos que operan sobre discursos (es decir, frases).

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Un caso particular de operadores

Dentro de los verbos que operan sobre operadores (Oo, Oon, Ono, Onno) hay algunos que desarrollan un papel sintáctico particular. Ellos ponen en juego diversas operaciones, incluso de naturaleza mor-fológica.

Por ejemplo, frente a la frase

El farmacéutico ha analizado el compuesto se da una frase similar como

El farmacéutico ha hecho el análisis del compuesto

De estas dos frases se puede decir que están relacionadas morfoló-gicamente por lo que atañe a un verbo y a un nombre con este enlaza-do por una relación de derivación (analizar <---> hacer el análisis), por lo cual el N se volverá a escribir como V-n.

En la frase que contiene el V-n se inserta un verbo que desarrolla la función de auxiliar del V-n y que con él forma una unidad compleja: se señalará como Vsop, es decir, verbo soporte3 para diferenciarlo de

los verbos auxiliares de verbos (ser, haber, etc.) que se marcan directa-mente con Aux. Entre las dos frases existe una correlación de evidente sinonimia que podemos definir relación de paráfrasis.

Los Vsop constituyen una clase muy amplia de verbos de difícil ais-lamiento. Lo que los caracteriza es el hecho de ser empleados como si fueran “vacíos” desde el punto de vista semántico-lexical y de formar una unidad léxico-sintáctica con el V-n.

Regresando a las frases precedentes, podemos fácilmente registrar que si, por ejemplo, sustituimos hacer con apreciar tendremos una fra-se aceptable:

El farmacéutico aprecia el análisis del compuesto pero sin relación de paráfrasis con las demás.

En algunos casos, la relación entre Vsop y V-n puede hacer interve-nir una o más preposiciones como ante en:

3. Para profundizar, véanse por lo menos Gross (1975), Giry (1978), Cicalese (1999), Gross, Pon-tonx (2004).

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Max adora a Mari

Max está en adoración ante Mari

De por sí, el Vsop no se considera una entrada lexical, pero esto ocurre en el conjunto Vsop (E + prep) V-n, de manera que el Vsop es como si indicara el tiempo-modo-aspecto que el V-n no posee.

Los V-n pueden ser analizados también con relación directa a los verbos con los que están en relación de derivación; en este caso, pues, no intervendrán Vsop:

Los aviones bombardeaban la ciudad con bombardeos con napalm Observaremos que, desde el punto de vista morfológico, el V-n puede ser de dos tipos: (a) de sufijo vacío; (b) de sufijo lleno. Frente a la frase

Los aviones bombardeaban la ciudad con bombas H

el resultado será que dado V =: bombardear, V-n (a) =: bomba y V-n (b) =: bombardeo.

La operación de sustitución de un V-n entra en el marco de las nominalizaciones de un verbo, en el que no se nos limita a un criterio derivacional morfológico estrecho en el que se especifique la orienta-ción de la derivaorienta-ción:

N -> V bomba -> bombardear (<- bombardea) V -> N bombardear -> bombardeo

Por lo tanto, la nominalización será toda relación morfo-fonológica derivacional entre N y V : N↔V. Es por eso que hablaremos —ejem-plificando— de sufijo lleno (Sfx) y de sufijo vacío (Sfx Ø).

La nominalización puede interesar tanto la posición complemento objeto como la posición sujeto, como en:

Max construye casas

Max es un constructor de casas

Para cada tipo de nominalización se pueden dar diversos tipos de sufijos con resultados semánticos divergentes.

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Un tipo particular de correlación con Vsop =: ser es el que, en lugar de usar un V-n, emplea un adjetivo (Messina, 2017) registrado como V-a en relación derivacional con un verbo.

Es el caso de frases como: Rosa desea caricias en las piernas

Rosa es deseosa de caricias en las piernas El verbo ser

En algunos tipos de frases sencillas el verbo ser se puede encontrar como Vsop de N, de Adj o de Adv en frases como:

(a) N0 es N°1

=: Max es un farmacéutico (b) N0 es Adj°1

=: Rosa es bonita (c) N0 es Adv° =: Oreste es así de pie

En estos casos, N°1 podría ser un N clasificador (N clase), mientras que Adj° un Adj-evaluativo (Adj-eval), Adv° un Adv-de posición (Adv-pos) y ser sería un Vsop de estos elementos que, a solas, no poseerían carácteres temporales.

Harris consideraría las secuencias ser N clase, ser Adj-eval, ser Adv-pos unos operadores únicos similares a una entrada verbal. De ahí que podamos diferenciar unos On de este tipo de Oo del mismo tipo en frases como:

Que tú venga es un hecho

en la que un hecho sería un N operador (Nop) y Que tú partas es posible

en la que posible sería un Adj operador (Adjop).

En este trabajo no nos hemos ocupado de estructuras similares que exigen un estudio específico acerca de la estructura del Vsop, de los Adj y de los Adv.

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El papel central de la taxonomía en la teoría sintáctica

Dada una estructura sintáctica, las entradas lexicales —tanto como argumentos elementales, como operadores— se combinan con un nú-mero muy elevado de posibilidades.

Una de las finalidades de la sintaxis es asignar unos rasgos de se-lección de coocurrencia a cada entrada para cada clase de estructura. Esto lleva a que el léxico se deba considerar en su globalidad, es decir, se deben clasificar y subclasificar todas las entradas lexicales. De ahí que la tarea inicial del estudioso de sintaxis sea redactar las taxono-mías (clasificaciones) léxico-sintácticas.

Por lo general, en el ámbito lingüístico, con el término taxonomía se indica la mera recopilación de datos observativos en clases como una de las aproximaciones metodológicas posibles, en oposición a otras de naturaleza hipotético-deductiva consideradas más “teóricas”.

En cambio, en nuestro estudio empleamos una noción de taxono-mía que está estrechamente enlazada con la de teoría sintáctica. En nuestra opinión, la descripción del funcionamiento de la sintaxis de una o más lenguas implica el análisis de las condiciones de coocurren-cia y de selección y, por ende, la creación de taxonomías preliminares. En la investigación práctica, eso implica la redacción de listas de entradas lexicales ordenadas según rasgos de selección pertinentes en el interior de una determinada estructura sintáctica.

Discusión: el léxico-gramática

Una de las finalidades del lingüista es describir el funcionamien-to de sistemas comunicativos complejos, las lenguas, e individualizar aquellos aspectos que, al ser comunes a todos los idiomas, pueden ser considerados universales.

Por lo general, a partir de estos resultados se espera poder contri-buir a aclarar el complejo y aún oscuro fenómeno del aprendizaje lin-güístico, y también la relación entre conocimiento y lenguaje. Existen aproximaciones diversas y, por lo tanto, metodologías diferentes en la lingüística contemporánea, pero los objetivos fundamentales parecen ser más o menos comunes.

Nuestra aproximación se fundamenta en una hipótesis de base se-gún la cual la individualización del objeto prioritario de estudio en el aspecto formal de las lenguas se acompaña con el reconocimiento de la esencialidad del léxico para su correcta descripción.

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Ya que consideramos la lingüística como una ciencia no solo em-pírica, sino también hipotético-deductiva, antes de limitarnos a una mera recopilación de datos observativos o de pasar directamente a la construcción de un modelo abstracto de gramática universal, nuestra intención es crear el modelo abstracto de una lengua particular sobre la base de hipótesis teóricas concernientes a aquella lengua y de la máxima consideración de los datos observativos extraídos de su estu-dio. Esto no nos induce a construir una “gramática”, sino más bien un “léxico-gramática” de la lengua.

La primera fase del léxico-gramática de una lengua consiste en describir —desde el punto de vista taxonómico— las propiedades sintácticas específicas de las estructuras elementales de la frase sen-cilla en las que se combinan las entradas lexicales de una lengua. Las propiedades observadas conciernen no solo aspectos de los mecanis-mos recursivos, sino también, y sobre todo, unas condiciones de coo-currencia y selección.

Por nuestra parte, creemos que la constitución de léxico-gramáti-cas de las lenguas facilita localizar sus propiedades léxico-sintáctiléxico-gramáti-cas comunes y pasar al estudio de universales lingüísticos bajo la perspec-tiva tipológico-comparaperspec-tiva.

Partiendo de esto, queremos seguir el trabajo empezado por Subi-rats en 1984 (durado hasta 1990) para realizar un léxico-gramática del español, tal y como ya se hizo a su tiempo para el francés y el italiano.

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