• No se han encontrado resultados

Efectos y costos directos y colaterales de la aspersión aérea con glifosato

N/A
N/A
Protected

Academic year: 2020

Share "Efectos y costos directos y colaterales de la aspersión aérea con glifosato"

Copied!
26
0
0

Texto completo

(1)

EFECTOS Y COSTOS DIRECTOS Y COLATERALES DE LA ASPERSIÓN AÉREA CON GLIFOSATO1

Nicolas Torres Ochica2

Universidad de los Andes, Bogotá, Colombia Facultad de Economía

Resumen

El objetivo principal del presente trabajo es hacer un estudio comparativo entre la aplicación de la política de erradicación de cultivos ilícitos en territorio colombiano conocida como aspersión aérea con glifosato y las consecuencias de la misma: Aparición de cultivos ilícitos en otras zonas del país diferentes a las que tradicionalmente se han usado para dicho fin, efectos adversos en la salud de la población expuesta, daños penetrantes al medio ambiente y costos en los que se debe incurrir para llevar a cabo dicha estrategia. Esta investigación es de carácter descriptivo y explicativo al punto; una de las principales conclusiones del documento es que dicha política de erradicación y contención ejecutada con herbicidas vía aspersión aérea, no ha arrojado resultados positivos bajo ninguna índole tras varios años de implementación, específicamente desde la puesta en marcha del Plan Colombia en 1999, y por el contrario a devengado efectos y costos negativos en lo que concierne a aspectos sociales, ecológicos, salubres y económicos.

Clasificación JEL: H75, I15, O13, Q51

Palabras clave: Aspersión aérea, política antidrogas, Plan Colombia, cocaína, productividad, salud.

                                                                                                               

1 Agradecimientos especiales a Daniel Mejía, profesor asociado de la Facultad de Economía de la Universidad de los Andes, por su asesoría en la elaboración del trabajo y comentarios constructivos para el mejoramiento del mismo.

2  Correspondiente al autor. Estudiante de Economía de la Universidad de los Andes. Email: n.torres379@uniandes.edu.co

(2)

Tabla de Contenidos

Introducción

3

Revisión de literatura

6

Estudio

12

Costos directos asociados

Efectos colaterales sobre la Salud

Efectos sobre Agricultura y alimentos

Efectos en el Medio ambiente

Corolarios en Fauna

Conclusiones

21

Bibliografía

25

         

(3)

Introducción

En el marco de la guerra contra las drogas, Estados Unidos propuso un plan de contingencia en que se pudiera controlar y reducir la oferta de drogas ilícitas en Colombia a través de una estrategia que fuera implementada directamente en los cultivos del principal insumo de producción de la cocaína , la hoja de coca, y de reducir los alcances del crimen organizado en el país. Este plan fue anunciado por el Gobierno colombiano en 1999 en un punto donde la producción de cocaína de la región andina estaba liderada por Colombia en un 70% (Dion & Russler, 2008), aproximadamente, rezagando a Perú y Bolivia, siguientes mayores productores del continente. El Plan Colombia es el nombre oficial de este programa, el cual contaba entre sus objetivos el proveer un marco institucional para la alianza militar entre Colombia y Estados Unidos en lo que hemos mencionado como lucha contra la producción y el tráfico ilegal de drogas e igualmente contra aquellas organizaciones al margen de la ley que estén asociadas con estas actividades criminales; concretamente, el objetivo número uno de dicho programa era disminuir la producción de drogas ilícitas en un 50% en un término de seis años, siendo la cocaína la principal droga a combatir, y de manera adyacente, retomar el control de varias zonas del país que estaban bajo la jurisdicción de grupos armados ilegales para así mejorar las condiciones de seguridad en el territorio nacional (Mejía 2011).

A raíz del surgimiento de un proyecto de tal envergadura con objetivos ambiciosos que se querían cumplir en el corto plazo, se afirma que es el plan más grande que los Estados Unidos entabla con un país productor de drogas ilícitas y que destinó mas recursos monetarios para tal fin (Mejía, 2009). Según datos del Departamento Nacional de Planeación (DNP), el gasto promedio del gobierno norteamericano durante los años de vigencia del Plan Colombia, 2000-2008, fue de $472 millones de dólares por año, y el gasto promedio del Gobierno colombiano fue de $812 millones de dólares por año, lo cual es en conjunto un poco más de $1,2 billones de dólares que representan cerca del 1,1% del Producto Interno Bruto promedio anual de los mismos años (Mejía, 2011). Estos gastos se destinaron a diferentes componentes tales como la reducción de la oferta de drogas ilegales y mejoras la seguridad, promover la justicia social y económica y promover el imperio de la ley; sin embargo, la evidencia teórica y empírica demuestra que los gastos fueron muy altos en comparación con los resultados obtenidos, pues la

(4)

efectividad de la aspersión aérea era muy pequeña si se relaciona con los costos en que se incurrieron para dicha política.

Ahora bien, es conveniente recalcar que a lo largo de este trabajo se quiere dar respuesta y se quiere mostrar la eficiencia de la aspersión aérea con glifosato en materia económica, impacto ambiental, impacto en la salud de los ciudadanos de aquellas zonas en que se recurre a esta práctica, efectos que tiene en la productividad y en la violencia y en su propósito per se de reducir los cultivos ilícitos en el país. Por un lado, uno de los puntos clave a resaltar sobre la investigación que hacen Rozo, Restrepo, Mejía, es que para reducir el cultivo de coca en una hectárea, se deben asperjar aproximadamente 15,4 hectáreas adicionales cada año, lo que en un primer plano podría dejar evidenciado el pequeño efecto que tiene la aspersión con herbicidas en los cultivos ilegales de coca. Bajo el mismo escenario, se da a conocer el costo directo promedio para EE.UU. de asperjar una hectárea de coca en Colombia, estimado en $750 dólares, lo que significa que para erradicar sólo una hectárea se deben destinar $11.550 dólares en un año; de forma análoga, fuentes oficiales arguyen que por cada dólar que Estados Unidos invierte para este fin específico, el Gobierno colombiano invierte $2,2 dólares, lo que se traduce en cerca de $25.400 dólares desembolsados en un año para erradicar una hectárea de cultivo de coca, es decir, en compuesto de las inversión de ambos países, se necesitan cerca de $37.000 dólares en un año para poder suprimir una hectárea de sembrado.

Siguiendo los estudios realizados por Restrepo, Rozo y Mejía (2014), y continuando con la lógica de los costos anteriormente mencionados, se encuentra que el costo marginal de Estados Unidos de reducir la oferta de cocaína en 1 kg en el mercado de compra y venta de pequeñas cantidades es de por lo menos $462.000 dólares por medio de la inversión hecha a políticas de aspersión aérea en Colombia, lo que resulta ser también muy costoso si se compara con el precio mismo de dicho kilogramo en el mercado, que fluctúa entre los $100.000 y $150.000 dólares.

Las campañas de aspersión aérea fueron llevadas a cabo por contratistas estadounidenses, cuyo máximo representante es DynCorp, usando para tal fin aeronaves de pequeño tamaño que rocían químicos como Roundup, donde el glifosato es su principal activo, el cual al ser asperjado, es absorbido a través del follaje de las plantas y es efectivo únicamente en aquellas que presentan crecimiento. Diversos métodos fueron

(5)

utilizados para identificar las zonas con mayor prevalencia de cultivos de coca, pero el más efectivo y en el que se basaron muchos de las aspersiones dirigidas fue el uso de imágenes satelitales (UNODC3) y que fueron recolectadas a los largo del período en el que el Plan Colombia tuvo vigencia, a saber, entre el 2000 y el 2010. Estos cultivos se vieron significativamente reducidos en el período comprendido entre el año 2000 y 2005, cuando el número de hectáreas con cultivos de coca pasó de 160.000 a 80.000 en dicho período; sin embargo, los resultados de esta estrategia no fueron igual de efectivos en los años siguientes al 2005, pues desde aquel año hasta el 2012 el número de hectáreas con cultivos ilícitos de coca se mantuvo en una oscilación promedio entre 80.000 y 85.000 hectáreas. Este escenario contrasta en cierta medida con la producción misma de cocaína, pues según la UNODC, entre el 2000 y el 2006 se mantuvo estable y fue en el 2007 cuando se empezaron a evidenciar significativas reducciones en la producción de esta droga ilícita4.

Se ha alegado por ciertos efectos negativos que han causado en la población, en el medio ambiente y en la productividad de las tierras estas aspersiones aéreas y que no se tenían en cuenta a la hora de poner el Plan Colombia en funcionamiento. A lo largo de este trabajo serán enunciados y explicados todos y cada uno de los efectos y costos, directos y colaterales que ésta política antidrogas trajo consigo, y a partir de ello concluir que tan efectiva fue dicha medida para la reducción de cultivos de drogas ilícitas en comparación con las consecuencias que se tienen que pagar por los impactos causados.

Este trabajo se organizará de tal manera que, siguiente a esta sección, se encuentre una breve documentación de trabajos que han evaluado todos aquellos costos en que se ha incurrido para llevar a cabo los programas de aspersión aérea con glifosato con el fin de erradicar la producción y tráfico de drogas ilícitas, y de todos aquellos efectos que se han dado a conocer a lo largo de los últimos años como consecuencia de la ejecución de dichos programas. Posteriormente, se entrarán a evaluar estos costos y efectos directos y colaterales de manera más profunda y detallada, empezando por los gastos en los que el Gobierno Nacional y el Gobierno de Estados Unidos tienen que asumir y destinar para

                                                                                                               

3 United Nations Office of Crime and Drugs

4 Fuente: Tomado de Mejía (2009), págs. 70, 75-76, cuya fuente original son los datos tomados de DNP (2006) y UNODC (2009).  

(6)

la ejecución sobresaliente del programa, así como los gastos alrededor de la producción de la cocaína, avanzando por los residuos encontrados del herbicida en cuestión en cultivos próximos, dando paso a los efectos que tiene la exposición de este producto en la salud humana y cerrando con el impacto medioambiental que deriva la estrategia en las regiones colombianas en donde se llevan a cabo las aspersiones. Por último, se reportarán las conclusiones a las que se han llegado derivadas del trabajo realizado.

Debido a la naturaleza de este trabajo, es pertinente puntualizar que no hay ningún paper académico que compendie todos los efectos y costos a los que nos hemos referido y a los que se darán cabida a lo largo del texto presente; no obstante, se utilizará una amplia gama de fuentes para cumplir con el objetivo de dar respuesta y concreción al estudio comparativo que se hace entre la aplicación de la política de erradicación las consecuencias de la misma, evaluadas por eficiencia y eficacia, entre las que encontramos principalmente los trabajos hechos por Reyes (2011), Camacho y Mejía (2012), Rozo (2014), Dion y Russler (2008), Moreno-Sanchez, Kraybill y Thompson (2002) y Mejía (2011).

Revisión de Literatura

La efectividad de las políticas de control de drogas ha sido el foco principal de los estudios hechos sobre la oferta y la demanda que el mercado de las drogas ilegales ha generado en los países productores y consumidores, y todo lo que ello trae consigo (para la producción de cada uno de los estupefacientes) y todo lo que ocasiona, no sólo una vez sale al mercado determinado narcótico sino los efectos que indirectamente se pueden contemplar en términos de la búsqueda de su erradicación. Como casos de estudio se puede traer a colación a Fowler (1990), quien analizó los efectos de los gastos de la interdicción de drogas en el uso ilegal de las mismas; Riley (1993) concluyó que las políticas de control a las drogas ilícitas podrían disminuir su producción pero sólo por períodos cortos de tiempo, valorando el impacto de la interdicción, la erradicación y las estrategias de desarrollo económico en países de la región como Perú, Colombia y Bolivia, usando para tal fin un modelo dinámico basado en la industria de la cocaína. Otra de las más importantes conclusiones en este marco de

(7)

estudios las obtuvieron Kennedy, Reuter y Riley (1993), argumentando que las estrategias que detienen y destruyen en como mucho el 70% de la producción de cocaína, tendrían un impacto muy pequeño en el mercado, pues los oferentes de dicha droga tienen la capacidad de incrementar la producción bruta para compensar aquel porcentaje del producto destruido. Esto se debe a que un aumento en los costos de una producción bruta mayor tiene muy poca relación con el precio de venta de la cocaína en el mercado. Esta conclusión se pudo obtener gracias a un modelo implementado en los tres países mencionados anteriormente, donde se analizaron los determinantes del tráfico de cocaína y se simularon los efectos de la sustitución de cultivos, erradicación y otras políticas que recaen directamente en la producción del narcótico; donde también se ha podido concluir que la sustitución de cultivos tiene un impacto despreciable en el mercado mundial de cocaína pues los traficantes pueden aumentar fácilmente sus ganancias procedentes de los programas de sustitución propuestos.

Otros estudios se han encaminado a identificar las condiciones económicas, políticas y sociales específicas que asisten a la aparición de la producción ilegal de drogas. Morrison (1997) halló que los factores que contribuyen a esto incluyen el aislamiento, inseguridad económica en las zonas rurales, y la falta de presencia estatal como causa por la corrupción o la insurgencia. Partiendo de ello, queda más que claro que estas condiciones son frecuentes en las regiones productoras de coca en Colombia, siendo las más grandes Putumayo, Nariño y Guaviare.

Centrándose en Colombia, Uribe (2002) estimó que la rentabilidad de la producción de coca para los campesinos en los tres departamentos productores más grandes, encontrando así que el ingreso neto de dichos campesinos productores de hoja de coca osciló entre $1.629 dólares a $3.895 dólares por año, cuando el costo de la mano de obra familiar no se tiene en cuenta. Si el trabajo familiar se valora en las tasas de salarios locales, el ingreso neto es menor y puede incluso ser negativo dependiendo de la región, pudiendo tener un balance negativo de $1,485 dólares hasta un balance positivo de $1,792 dólares.

Desde la implementación del Plan Colombia quien alegó por primera vez los efectos adversos de la aspersión aérea con glifosato en la población, en el medio ambiente, en la fauna y en otros cultivos legales, fue el Gobierno del vecino país Ecuador, pues la

(8)

estrategia se estaba llevando a cabo en la frontera internacional de los dos países, a lo que dicho país le solicitó al Gobierno colombiano que se asperjara a 10 km de distancia de aquel límite fronterizo, lo cual se cumplió hasta el 2006, y se incurrió nuevamente en las prácticas de aspersión al margen de la frontera con Ecuador un año mas adelante. Pero estos efectos anteriormente mencionados no son los únicos que se desencadenaron de la política antidrogas implementada por el gobierno colombiano en colaboración con Estados Unidos, direccionados principalmente por la Dirección Antinarcóticos (DIRAN); la violencia y el desplazamiento forzado hacen parte de este conglomerado de efectos directos e indirectos que son causa del programa de reducción de producción y de cultivos de coca (Mejía y Restrepo, 2013), objeto de este estudio.

Para entender el patrón de desplazamiento que vivieron los habitantes de las zonas con mayor presencia de cultivos de coca se debe comprender el comportamiento que los cultivadores tuvieron en esos años cuando el plan empezaba pues acudieron a respuesta inesperadas por las autoridades colombianas y estadounidenses. Por un lado, los cultivadores empezaron a sembrar coca en grandes cantidades en pequeñas pero mas dispersadas parcelas, lo cual dificultaba su rastreo; y, por otro lado, sembraban en áreas mucho más alejadas en donde el control estatal era casi nulo, siendo esto una crítica al efecto globo o balloon-effect5 (UNODC, Colombia Coca survey. 2006). En adición, hay evidencia empírica que demuestra que la ruptura y la desorganización socioeconómica y la violencia intensa producida por la estrategia de fumigación en Colombia, desplazó un número considerables de campesinos cada año, y que pudo contribuir indirectamente al crecimiento y desarrollo de los cultivos de coca en nuevas zonas del país (Dion & Russler, 2008). Para corroborar este fenómeno de desplazamiento se trae a colación la estimación hecha por el Consejo No gubernamental para los Derechos humanos y desplazamiento en Colombia, que evidencia que en 2001 y en 2002 (años siguientes al inicio del Plan Colombia), la aspersión fue causante del desplazamiento de mas de 75.000 personas a lo largo del territorio nacional6. A esto se adiciona que las estrategias de erradicación militarizadas tienden a generar desplazamiento forzado intenso en zonas

                                                                                                               

5 Efecto globo o Balloon effect: Analogía usada en las políticas antidroga para ilustrar el proceso por el cual la producción de drogas se desplaza a través de las fronteras nacionales con el fin de evadir los esfuerzos de erradicación e interdicción.

6 Estimaciones de desplazamiento del Ministerio de Protección Social, Consolidado de Programa (2005). Tomado de

(9)

localizadas para ser fumigadas y que son objetivo militar, económico y social tanto el estado, como para los grupos al margen de la ley como la guerrilla y los paramilitares. Lo anterior sugiere entonces que si bien la aspersión aérea con herbicidas reduce directamente las plantaciones de coca en ciertas áreas, también puede reducir los cultivos ilícitos o legales de otro tipo de bienes agrícolas, debido al desplazamiento de los campesinos.

Como se ha mencionado, los efectos y costos generados por la aspersión aérea con glifosato varían dependiendo del impacto que han tenido a lo largo de su implementación como política de erradicación de drogas dentro del marco de la guerra en contra de la producción y oferta de sustancias ilícitas. Otro de los evidentes efectos que tuvo esta política de control recala en la salud de quienes habitan en zonas aledañas y cercanas a donde el ejército y las aeronaves de la Dirección Antinarcóticos fumiga los cultivos de coca. Diversos estudios se han hecho y han documentado los impactos contraproducentes que han tenido los herbicidas, y en especial el glifosato, en la salud humana. Se arguye que la aspersión aérea ha de ser la causa de enfermedades o problemas dermatológicos en personas que se encuentran expuestas al herbicida, entre los que se resaltan la irritación, las quemaduras y el enrojecimiento de la piel (Sanborn, 2004). De igual manera se encuentra que este tipo de aspersiones generan enfermedades respiratorias, principalmente irritación en el tracto respiratorio y en ciertos casos generan cáncer de pulmón (Sherret, 2005). Análogamente, se han registrado casos de envenenamiento en personas, cuyos síntomas están dados por el dolor gastrointestinal, vómito, disfunción pulmonar, destrucción de las células rojas, problemas en riñones y baja presión arterial (Cox, 1995).

De igual manera se han puesto en evidencia estudios que revelan los efectos de la aspersión aérea en malformación de fetos y abortos no inducidos. En particular, los pesticidas han de perjudicar la regulación normal del ciclo embrionario, lo cual puede conducir a un desarrollo anormal del feto (Sherret, 2005). Tanto Sanborn (2007) como Benachour y Seralini (2008), señalan problemas para las madres y los padres, pues el estar expuesto al pesticida previo la concepción está asociado a abortos durante los primeros tres meses del embarazo y advierten además que una exposición directa del padre al pesticida, en grandes cantidades, ocasiona una probabilidad mayor de muerte fetal, la cual aumenta considerablemente si la exposición se dio dentro un periodo de

(10)

tiempo de tres meses previos a la concepción; otra grave patología a la que se atribuye la aspersión aérea con glifosato y la exposición al mismo, es la anencefalia7, cuyos casos están atribuidos a la exposición directa de la madre con el pesticida en un periodo de tiempo de aproximadamente 6 meses (entre los tres meses previos a la concepción y el primer trimestre de embarazo). Se establece igualmente que problemas de fecundidad y bajos nivel de concentración de esperma son atribuidos al contacto directo que establecen las personas cuando los herbicidas son asperjados en las campañas de erradicación de cultivos ilícitos. Añádase a esto que se ha encontrado evidencia, aunque de menor robustez, de los efectos adversos que tiene la exposición al glifosato en la depresión de la población, en los niveles que manejan de ansiedad, en disfunción psicomotriz y trastornos neuronales, al igual que en cuanto a enfermedades neurodegenerativas pues se encontró que esa exposición a los herbicidas desencadena alta probabilidad de desarrollar enfermedades como el Alzheimer o el Parkinson en años posteriores al momento en que se tuvo contactos con el glifosato (Sanborn 2004 & Sanborn 2007).

Así como la literatura y los estudios hechos entorno a la aspersión aérea con glifosato han demostrado que genera costos y efectos colaterales que no se contemplaron una vez la estrategia tomó lugar en Colombia por primera vez, en productividad de cultivos, en la salud de quienes estuvieron y han estado expuestos al herbicida, en violencia y desplazamiento de cultivadores de coca, también se ha manifestado y demostrado una serie de efectos contraproducentes en el medio ambiente, específicamente en los cultivos no-objetivo de la estrategia, con lo que se evidencia que la preponderancia en las formas que las personas están expuestas al glifosato están dadas por la exposición en el lugar de trabajo (aquellas personas que utilizan productos que contienen glifosato en el cumplimiento de sus actividades laborales), consumo de alimentos contaminados, la exposición causada por los movimientos hechos por las aeronaves de pequeño tamaño (encargadas de hacer la aspersión) fuera del los cultivos objetivo de erradicación después de la aplicación, el contacto con el suelo contaminado, y beber o bañarse en

                                                                                                               

7 La anencefalia es una patología congénita que afecta la configuración encefálica y de los huesos del cráneo que rodean la cabeza. La consecuencia de este trastorno es un desarrollo mínimo del encéfalo, el cual a menudo presenta una ausencia parcial o total del cerebro. La parte posterior del cráneo aparece sin cerrar y es posible, además, que falten huesos en las regiones laterales y anterior de la cabeza. University of Chicago, Medicine Comer Children´s Hospital.

(11)

aguas contaminadas. Según Dávalos (2011), la identificación de causas de la deforestación en las áreas del territorio nacional donde hay una especial concentración

de biodiversidad tropical es fundamental para evaluar las amenazas a ecosistemas y especies en particular y planificar de forma proactiva y sostenible la conservación de las mismas. En su estudio se analizaron cambios en la superficie de la tierra entre 2002 y 2007 en la parte norte de los Andes, Chocó, y los bosques amazónicos de Colombia, país al que se le atribuye la mayor producción de hoja de coca para el mercado mundial de cocaína, esto con el fin de cuantificar el impacto de este cultivo ilícito en la dinámica del bosque, evaluar la efectividad de las áreas protegidas en este contexto y determinar los efectos que ha de tener la erradicación de las plantaciones de coca en la deforestación. Los análisis que se hicieron en los bosques y selvas debido a su transformación, revelaron que la proximidad a las nuevas parcelas de coca y una proporción más grande de tierras plantadas con coca conllevan a un aumento en la probabilidad de pérdida de bosques, selvas y florestas en el sur de Colombia (Dávalos, 2011), incluso teniendo en cuenta otras variables y auto correlación espacial; de igual manera, puso de manifiesto que las áreas protegidas redujeron exitosamente la conversión de bosques en las regiones de cultivo de coca. Se debe recalcar en este punto que ni el cultivo de coca ni la erradicación predijeron tasas de deforestación a través de los municipios. En cambio, la presencia de nuevos cultivos de coca fue un indicador de los municipios, en los que el aumento de la población llevó a mayores tasas de deforestación. Debido a lo anterior surge la hipótesis, según Dávalos (2011), que el desarrollo rural lento y escaso es la razón a la relación entre la densidad de población y la deforestación en las zonas donde está presente el cultivo de coca.

(12)

Estudio

Con el propósito de entender los escenarios a los que se ha enfrentado Colombia antes y después de la implementación del Plan Colombia en 1999, se debe hacer un recuento de la producción, interdicción8, gastos, precio y oferta de la hoja de coca, posteriormente convertida en base de coca, y del producto final, cocaína. El promedio de cultivos de coca entre el año 1999 y el año 2000 (es decir, antes de la implementación del que ha sido el proyecto más grande cimentado por Estados Unidos en conjunto con un país productor de drogas ilícitas) fue de 161.700 hectáreas, promedio que se redujo entre los años 2005 y 2006 (es decir, dentro del período de tiempo en que el plan tuvo funcionamiento) a 82.000 hectáreas . De primera mano se podría pensar que efectivamente la estrategia de aspersión aérea con glifosato arrojó resultados positivos en la lucha contra la producción y tráfico de drogas, pues se reducen las plantaciones en aproximadamente la mitad comparando ambos escenarios. Sin embargo, la producción potencial de cocaína no disminuye bajo los mismos criterios, debido a que previo al Plan Colombia el promedio de esta índole era de 687.490 kilogramos al año y posterior al Plan fue de 625.760 kilogramos al año producidos potencialmente; con esto se asume que la productividad de las plantaciones de coca pasaron de 4,25 kilogramos por hectárea en un año en los años 1999 y 2000 a 7,60 kilogramos por hectárea en un año en promedio entre 2005 y 2006 (Mejía, 2011), lo que deja en evidencia que baja efectividad de la aspersión en su objetivo de recudir la oferta de cocaína producida en Colombia, sabiendo que hace parte importante del Producto Interno Bruto de la Nación, pues:

La producción de cocaína puesta en la puerta de los laboratorios en la selvas de Colombia tiene un valor de $4 billones (0,7% del PIB), con un valor agregado en este eslabón de $2 billones; finalmente, el valor del eslabón de tráfico es de $13,6 billones aproximadamente (2,3% del PIB), y es en este eslabón en donde más valor agregado se le da a la cocaína (a pesar de ser el mismo producto, a veces con menos pureza, pero puesto por fuera de Colombia en los países de tránsito). (Mejía & Rico, 2011. Pág 36).

                                                                                                               

8 Intervención de rutas terrestres, aéreas, marítimas y fluviales, asociadas a la producción y el tráfico de drogas ilícitas.

(13)

El Plan Colombia, y en general las estrategias implementadas para atacar de forma directa la producción y distribución ilegal de drogas ilícitas, estuvo acompañado de programas de interdicción, las cuales mostraron resultados llamativos dentro del territorio nacional debido a que de 49.650 kilogramos de cocaína incautados, en promedio de 1999 al 2000, se pasó a aproximadamente 120.000 kilogramos del estupefaciente en el periodo de tiempo posterior a la puesta en marcha del Plan Colombia, en promedio por año (Mejía, 2009 & Mejía, 2011) . Como se ha evidenciado, no todas las políticas y estrategias devengan positividad en los resultados, pues si bien se aumentó las incautación de cocaína dentro del territorio nacional, no se evidencia el mismo panorama en los países del tránsito de la misma cocaína colombiana, a saber: el promedio entre el ’99 y el 2000 de incautaciones del narcótico fuera del país fue de 45.500 kilogramos (aproximadamente) mientras que el promedio en los años posteriores fue cercano a 78.000 kilogramos del mismo producto, lo que una vez mas evidencia la falta de asertividad en las decisiones tomadas por los Gobiernos a la hora de enfrentar un problema de tanto fragilidad, como lo es el consumo de drogas mundial. Lo anterior se puede ver reflejado y evidenciado en la oferta final que tiene la cocaína tanto en Colombia como en Estados Unidos, ya que los promedios de la oferta en los años inmediatamente anteriores a que se aplicara el Plan Colombia fueron de 592.350 kilogramos y casi 400.000 respectivamente, los cuales disminuyeron para Colombia, pero aumentaron para Estados Unidos, es decir, que la oferta final promedio entre el 2005 y 2006 para Colombia fue de un poco mas de 428.000 kilogramos de cocaína, mientras que para el país norteamericano fue de mas de 495.000 kilogramos, lo cual constata una vez mas que así se haya atacado directamente a lo que se le podría denominar “la raíz del problema” en cada eslabón de la cadena de producción y distribución, no se obtienen los resultados esperados por las autoridades competentes encargadas de regular y en el caso del Plan Colombia de disminuir y tratar de acabar el mercado de cocaína en el país.

Ahora resulta patente la necesidad de traer a colación los precios y gastos en los que incurren los actores involucrados en las diferentes etapas de producción de la pasta y la base de coca, producto que antecede a la cocaína como producto final. Pero antes de ello, se debe tener claro a que se refiere la literatura cuando habla de estos dos insumos, que a su vez son combinación de varios insumos mas. Por un lado, la pasta de coca es

(14)

elaborada bajo ciertas etapas principales: Inicialmente y al tener las hojas de coca listas para empezar el procedimiento, se cortan y se mezclan ya sea con urea, cemento o soda cáustica; posteriormente, se mezcla la anterior combinación con gasolina y una solución ácida para disminuir su contenido de plomo; acto seguido se filtra dicha mezcla y de esta manera se expelen los residuos orgánicos, obteniendo así la pasta de coca. Al llegar a este punto lo que sucede es que se mezcla dicha pasta de coca obtenida con anterioridad con permanganato de potasio, amonio o cualquier sustancia que permita la eliminación de sustancias orgánicas y de esta manera obtener la base de coca, que según como enuncian Mejía y Rico (2011), se sigue la definición que otorga Naciones Unidas al argumentar que este último paso del proceso tiene una eficiencia del 93%, lo que quiere decir que 1 kilogramo de pasta de coca corresponden en el siguiente paso de la cadena de producción a 930 gramos de base de coca.

Teniendo presente cada uno de los insumos necesarios para producir base de coca, se debe pasar ahora al costo en que se incurre en cada uno de ellos para así llegar a un aproximado del total, usando como año de referencia el 2008. En cuanto al gasto que se hace en gasolina (calculada en litros) para producir un kilogramo de base de coca, se deben invertir un poco mas de $752.000 pesos, lo que en términos de la producción total del año de referencia se aproxima a unos $141.847 millones de pesos, teniendo en cuenta que el precio de un litro de gasolina es en promedio $1970 pesos. El siguiente insumo a analizar es el permanganato de potasio, con cual para producir un kilogramo de base de coca se deben invertir alrededor de $120.000 pesos arrojando así un costo total en la utilización de este insumo de $1.418 millones de pesos partiendo de su precio promedio de $119.000 pesos. Un tercer insumo a analizar, y del que asumimos es el segundo con mayor participación durante el proceso, es el cemento, el cual tiene un costo promedio por kilo de $525 pesos, pero al momento de necesitarse para la producción de un kilo de base de coca se deben gastar $189.000 pesos, generando así un costo total de más de $500.000 pesos. Se deben señalar ahora los insumos con menor participación dentro de todo el proceso, siendo estos el (1) amoniaco, (2) el ácido sulfúrico y (3) la soda cáustica. El primero de estos, tiene un costo promedio en el mercado de $14.700 pesos, pero como su participación dentro del proceso es bastante menor a los anteriores insumos, solo se necesitan $12.546 pesos para la producción de un kilo de base, por lo que para la producción total se invierten $1.194 millones de pesos. El segundo de estos productos con baja intervención en el procedimiento es el

(15)

ácido sulfúrico, cuyo precio promedio es de poco mas de $23.000 pesos, pero sólo se utiliza aproximadamente una décima parte de un litro de este producto en la producción de un kilo de base, con lo cual se afirma que esta pequeña parte es, según la literatura consultada, $2.318 pesos. Y por último, la soda cáustica, la cual tiene un precio promedio de $1.519 pesos por litro, aportando así cerca de una treintava parte de un litro para la producción de un kilogramo de base de coca, es decir, que para ese kilo de base son necesarios $532 pesos de soda cáustica. De esta manera y bajo estos costos, 1000 kilogramos de hoja de coca eran necesarios para producir, en promedio, 1,28 kilos de base de coca; en particular, la producción de base de coca se caracterizó por el siguiente progreso (o en este caso retroceso) en el que en el 2005 alcanzaba cerca de 960 toneladas, pasando al siguiente año con cerca de 860 toneladas producidas, y llegando a los dos siguientes años, 2007 y 2008, con una disminución continua en dicha producción, con 785 y 710 toneladas de base de coca elaboradas.

Se ha alegado que controlar la producción y tráfico de la cocaína es ciertamente difícil, no sólo por los lugares en que toma relevancia su procesamiento y desarrollo, sino porque todos los procesos, desde la plantación hasta la conversión de la base de coca en cocaína, son muy cortos. Y efectivamente lo son. Las plantaciones de hoja de coca tienen un tiempo de cosecha que fluctúa entre los 2 y 6 meses, según diversos factores que afectan su crecimiento, tal como la geografía, el tipo de planta, etc., y es que la geografía juega un papel sumamente importante en su crecimiento pues solo ha de hacerlo en zonas cuya altura no sobrepase los 1700 metro sobre el nivel del mar, por eso es que las regiones donde predominan estas cosechas son Putumayo, Guaviare y Nariño. Habría que saber también que ese proceso de conversión de base de coca en cocaína toma muy poco tiempo, a saber, 6 horas aproximadamente, tiempo que se puede lograr con facilidad si se tienen los insumos propicios y las herramientas necesarias.

Después de esta exposición sobre aquellos costos en los que se incide para la producción de la cocaína, debemos volver pues a los gastos para los Gobiernos involucrados en el Plan Colombia, debido a que, según datos del DNP, Estados Unidos no incurría en ningún gasto antes de la implementación de tan mencionado proyecto, pero un vez en marcha, el promedio del 2005 y 2006 fue de $465 millones, mientras que para Colombia los gastos aumentaron pero no de manera tan pronunciada como para EE.UU., pues eran de $420 millones en 1999-2000 y pasaron a cerca de $570 millones

(16)

en el promedio entre 2005 y 2006. Pero a decir verdad, una de las brechas mas grandes y pronunciadas entre países demandantes de cocaína y Colombia es el precio per se del estupefaciente, pues antes de que el Plan Colombia estuviera en marcha, los precios finales de la cocaína en Colombia era de $1.540 pesos por gramo, en países consumidores de $38.250 pesos y de casi $36.000 pesos en Estados Unidos, pero una vez el Plan empezó a funcionar, el precio de Colombia aumentó a $1800 pesos por gramo, aunque en los otros dos casos el precio disminuyó, a $34.300 pesos (aproximadamente) y a $25.800 pesos, respectivamente (Mejía, 2011).

Considérese ahora el análisis de residuos de glifosato en alimentos pues a pesar de ser, según los autores consultados, laborioso, complejo y costoso, son efectos que deben ser evaluados con el fin de que las políticas públicas tomadas por el Gobierno colombiano y en especial las políticas antidrogas ejercidas en el país dejen de afectar a la población. Sin embargo, los residuos de pesticidas en los alimentos no están incluidos en la seguridad en salubridad que el Gobierno le debe otorgar a sus ciudadanos, por lo que la única información disponible sobre la contaminación de los alimentos proviene de investigaciones hechas en el tema. Estos estudios abarcan varios puntos importantes: El primero de ellos es que el glifosato puede ser absorbido por las plantas y trasladarse internamente a partes de la planta que se utilizan para la alimentación, como sus frutos, por ejemplo.. Concretamente, el glifosato se ha encontrado en fresas, arándanos y frambuesas silvestres, lechuga, zanahorias, cebada, y pescado después de haberse ejecutado la aspersión aérea con glifosato. En segundo lugar, el uso de glifosato en la etapa de pre-cosecha en el trigo (para secar el grano antes de la cosecha) implica que se encuentren significativas cantidades de residuos en el grano mismo de acuerdo a estudios hechos por la Organización Mundial de la Salud. Y por último, los residuos de glifosato se pueden encontrar en los alimentos mucho después de que se han hecho campañas de aspersión, ya que por ejemplo, la lechuga, zanahoria y cebada contenían residuos del herbicida durante la cosecha incluso cuando se ha plantado un año después de que se haya asperjado la zona.

Según Cox (1995):

Los trabajadores en una variedad de ocupaciones están expuestos al glifosato. Los investigadores han documentado la exposición de los trabajadores forestales

(17)

en Finlandia y el sureste de los Estados Unidos, los trabajadores de las plantaciones de palma en Malasia y trabajadores de viveros de coníferas en Mississippi y Oregon. Todos estos estudios encuentran generalmente bajo, pero constante, tasas de exposición. (Cox, 1995. Journal of Pesticide Reform. Vol. 15 No. 4)

Contrástese ahora con el punto de vista de aquellos médicos que tienen una posición diferente y argumentan como preocupante la exposición a ese tipo de herbicidas, pues particularmente en California, el estado que posee el programa más completo para la notificación de las enfermedades causadas por pesticidas, el glifosato tomó lugar como la tercera causa más frecuente de la enfermedades de pesticidas y herbicidas entre los trabajadores agrícolas.

Ahora bien, es pertinente encaminarse hacia los efectos resultantes del contacto con el glifosato en la salud de la población, y para ello se debe tener muy presente el estudio presentado por Camacho y Mejía (2012) donde se da respuesta a cuales han sido dichos efectos que ha suscitado la aspersión aérea con el herbicida en cuestión. Inicialmente, se acude al Registro Individual de Prestación de Servicios de Salud, el cual contiene todos aquellos registros de consultas médicas, hospitalizaciones, y procedimientos que tuvieron lugar en cualquier centro médico de Colombia entre los años 2003 y 2007, brindando así información detallada de cada una de las citas y consultas e igualmente información detallada sobre los pacientes que acuden a estos centro médicos. Partiendo de esta base, se han de considerar tres grupos diferenciados de diagnósticos en pacientes, los cuales podrían estar altamente relacionados con la aspersión aérea, siendo estos aquellos que sufren de enfermedades dermatológicas, respiratorias o abortos.

Las consultas por problemas dermatológicos asociados a la aspersión aérea con glifosato correspondían al 2% del total de los diagnósticos reportados, cifra que es mas grande para las consultas hechas sobre problemas respiratorios asociados a la misma estrategia de control de drogas ilícitas en Colombia, con un 5% del total de todas aquellas valoraciones reportadas en la base. Adviértase pues, que los abortos no fueron reportados de la misma manera, ni hubo consultas que ratificaran que se procedió a realizar un aborto, por lo que se usa la información disponible para hacer una aproximación del número de abortos que tuvieron lugar en dicho periodo de tiempo.

(18)

Esencialmente se hace un empalme entre las citas prenatales que se hicieron y el número de nacimientos exitosos, y aquellos casos en que no hubo un nacimiento registrado pero si hubo citas prenatales se ha de considerar como un aborto. Existen, empero, problemas con este tipo de aproximaciones, debido a que no se tienen en cuentas todos aquellos nacimientos que se dieron en lugares diferente a hospitales, clínicas y en general, diferente a cualquier centro médico autorizado, por lo que esos nacimientos, que pueden contarse como abortos, no están registrados de forma oficial; a esto se agrega que las regiones donde las plantaciones de coca son mayores, y donde por obvias razones se asperja con mayor frecuencia, son zonas alejadas de las cabeceras y de la presencia del Estado, presencia que hace referencia no solamente a la seguridad y control, sino a los medios que se deben prestar para que las poblaciones tengan acceso al servicio de la salud, educación, y demás deberes que debe cumplir el Gobierno con sus ciudadanos.

Por último, se trataran los efectos colaterales que ha tenido la aspersión aérea con glifosato en el medio ambiente y cual ha sido su papel en el deterioro del mismo, y que mejor manera de empezar este tópico que refiriéndonos a la contaminación de agua generada por dicha estrategia de control de producción y de tráfico de drogas ilícitas. Con base al conocimiento predominante de que el glifosato se une fácilmente a las partículas del suelo, no tiene las características químicas de un pesticida el cual puede filtrarse en el suelo o en las aguas superficiales. En cualquier caso, el glifosato puede moverse en las aguas superficiales cuando las partículas del suelo a los que está unido se han de unir a los arroyos, ríos o cualquier cuerpo de agua. La frecuencia en que este proceso sucede es desconocida debido a que un monitoreo rutinario para el glifosato que se encuentra en el aguas es de muy baja frecuencia. No obstante, este tipo de pesticida ha sido encontrado tanto en el suelo como en agua superficial, con la salvedad de que la persistencia del glifosato en el agua es más corta que su permanencia en los suelos pues estudios han revelado que el químico ha persistido durante 36 días en promedio en agua estancada después de haber sido asperjado directamente, mientras que la persistencia en sedimentos, aunque varía de región a región, supera los 120 días.

Sin intención previa, el glifosato a afectado a diversos organismos que no estaban contemplados como objetivos de las campañas de aspersión. Estos organismos afectados están divididos en plantas y en animales, por lo que en primera medida se

(19)

evaluarán los efectos en las plantas. A saber, el glifosato tiene efectos tóxicos agudos en la mayoría de las especies de plantas, sin embargo, hay otros tipos de efectos graves, los cuales incluyen aquellas secuelas especiales sobre las especies en peligro de extinción, la reducción de la capacidad de fijar el nitrógeno, y el aumento de la susceptibilidad a las enfermedades que las plantas puedan sufrir. Particularmente las especies en peligro de extinción se han visto gravemente amenazadas porque, en esencia, todas las plantas son sensibles a los daños causados por el glifosato el cual puede afectar seriamente las especies de plantas en peligro de extinción en mayor medida. De manera análoga, la fijación de nitrógeno es importante para la plantas debido a su específica cercanía a las membranas, proteínas y material genético de los seres vivos. La mayoría de los seres vivos no pueden utilizar el nitrógeno en su forma común y en su lugar utilizan amoníaco y nitratos, compuestos mucho más raros cuyos procesos de creación se llaman fijación de nitrógeno y la nitrificación, los cuales se llevan a cabo por ciertas bacterias. Añádase a esto que las pruebas hechas en las bacterias cultivadas fijadoras de nitrógeno han demostrado que el glifosato indudablemente inhibe la fijación de nitrógeno. Estos estudios incluyeron las especies de bacterias mencionadas en las raíces de la soja y el trébol. Y para concluir con aquellos efectos que hay sobre las flora expuesta al glifosato debido a que las campañas de su uso aumentan la susceptibilidad a un número considerable de enfermedades. Por ejemplo, el glifosato reduce la capacidad de las plantas de frijol para defenderse contra la antracnosis (Cox, 1995). De igual manera el herbicida en cuestión aumentó la probabilidad de contraer una serie enfermedades específicas en el suelo de un campo de trigo.

El siguiente impacto a estudiar es el que el glifosato ha tenido en la fauna, que por obvias razones ha sido afectada como efecto colateral de la estrategia que seguramente no contempló el daño que podía hacerle a diferentes especies. Una de estas especies son los insectos beneficiosos, pues aquellos productos que contienen glifosato generan riesgos para los insectos que son económicamente beneficiosos porque matan a otros insectos que son considerados como plagas. La Organización Internacional del control Biológico encontró que la exposición al Roundup (principal elemento del glifosato) ha de matar a más del 50 por ciento de las tres especies de insectos beneficiosos: una avispa parasitoide, una crisopa y una mariquita, y en especial más del 80 por ciento de una cuarta especie que entra en consideración, el escarabajo depredador, fue suprimido. Tanto el glifosato como los productos comerciales que contienen este insumo son

(20)

altamente tóxicos para los peces. Aunque en este punto cabe resaltar la existencia en la diferencia en toxicidad de diversos productos derivados del glifosato o que lo contienen en su composición; parte de estas diferencias en la toxicidad para los peces puede ser explicado por la toxicidad del agente tensoactivo (detergente dentro de los ingredientes) en el herbicida. El glifosato también tiene impactos indirectos sobre las aves. Debido a que el glifosato mata las plantas, creando un cambio dramático en la estructura de la comunidad vegetal. Esto afecta a las poblaciones de aves, ya que las aves dependen de las plantas para la alimentación, la vivienda, y el apoyo en diversas necesidades que puedan tener. Los artrópodos son también víctima de los fuertes efectos que tienen los herbicidas en la fauna que habita adyacentemente a las plantaciones de la hoja de coca; con una ilustración más detallada, alrededor del 50 por ciento de la población de un ácaro depredador con el que se hicieron pruebas de exposición al herbicida, el cual es un depredador importante plagas de ácaros, fue eliminado por la exposición al Roundup. En otro estudio de laboratorio, la exposición Roundup causó una disminución en la supervivencia y una disminución en el peso corporal de cochinillas; estos artrópodos son importantes en la producción de humus y la aireación del suelo. De igual manera, y como era de esperarse, se ha evidenciado afecciones significativa en el crecimiento, desarrollo y supervivencia del gusano de tierra, encontrado en los suelos dispuestos a la agricultura que han sido expuestos a la utilización del glifosato como herramienta para la erradicación de plagas o que simplemente fue víctima de las desviaciones de las aeronaves que cumplen el objetivo de erradicar cultivos ilícitos utilizando el herbicida que ha sido eje central para la discusión llevada a cabo hasta ahora.

(21)

Conclusiones

Sobre la base de la literatura consultada, hay pocas razones para creer que las medidas de control de la oferta han sido eficaces en el objetivo de reducción de la producción o el tráfico de estupefacientes ilegales. Ninguna estrategia de política de drogas parece ser capaz de reducir de forma permanente la producción debido a las características que son inherentes y particularmente propias de la industria de la cocaína: la disponibilidad de tierras de bajo costo, el trabajo en regiones políticamente inestables, y la facilidad de transportar el producto final debido a su bajo volumen y bajo peso. Por otro lado, al tener conocimiento de que la aspersión aérea se dirige a través de las imágenes de satélite que la UNODC ha obtenido, hay varias preocupaciones cuando de identificar su efecto se trata. Gran parte de estas preocupaciones están relacionadas con los dos tipos de endogeneidad entre la asignación del tratamiento y los resultados, principalmente que, sabiendo que los cultivos de coca son ilegales en Colombia se encuentran en las zonas más pobres y remotas cuya presencia estatal es más baja que el promedio del resto de la Nación, y que además, cambios en los indicadores socioeconómicos a través del tiempo hacen que algunas áreas sean más susceptibles a encaminarse y entrar en el mercado de la coca, iniciando su cultivación.

Ahora bien, los análisis de resultados que se consultaron a lo largo de esta investigación, muestra las relaciones existentes entre la erradicación aérea, el desplazamiento y el cultivo de hoja de coca, teniendo así una relación compleja y estrecha entre sí. La aspersión aérea con glifosato, siendo la estrategia principal de los esfuerzos del Plan Colombia para obstaculizar las exportaciones colombianas de cocaína, tiene un pequeño impacto global en el cultivo de coca, en comparación con otras variables. De manera análoga, los efectos de la erradicación aérea de las plantaciones coca parecen derivarse no directamente de la fumigación de la planta en sí misma, sino más bien de los efectos secundarios asociados a la aspersión de los herbicidas, a saber, la violencia y la interrupción de la agricultura en las regiones donde los cultivos de coca tienen lugar. El hecho de que la aspersión aérea afecte principalmente el cultivo de coca mediante la generación de niveles significativos de desplazamiento, sugiere que los costos inintencionados, tanto económicos como humanos de dicha estrategia, se deben considerar de manera explícita y contemplar seriamente en todas aquellas políticas que se llevan a cabo para mantener un control

(22)

pronunciado y manifiesto sobre el territorio nacional y que se evidencie la presencia estatal en buenos resultados reflejados en la disminución de la producción potencial de cocaína. Los costos económicos y humanos de desplazamiento debido a la erradicación aérea podrían ser los causantes y los perpetuadores de la pobreza y el subdesarrollo común en las regiones agrícolas que poseen más probabilidades de cultivar coca, creando un ciclo continuo y un patrón transitorio en la plantación de coca. Como recomendación para la obtención de mejores resultados, las políticas de erradicación aérea deben complementarse con fondos suficientes para mitigar los costos humanos y económicos y con ello reducir la probabilidad de que la erradicación continúe generando un efecto globo o balloon-effect, explicado con anterioridad.

El análisis que se ha hecho hasta el momento, indica claramente que la política de erradicación de coca implementado por el Gobierno colombiano no ha logrado satisfactoriamente su objetivo mismo de reducir los cultivos y plantaciones de coca. Por el contrario, el área cultivada tendió a incrementarse (o mantenerse constante en ciertas regiones del país) durante la segunda mitad del periodo de tiempo en que el Plan Colombia estuvo en vigencia en contraposición a la intensidad de los esfuerzos que se invertían para tal fin; los cultivadores de coca encontraron varias soluciones ante la destrucción de sus cultivos, y una de ellas fue sembrar más extensivamente, lo cual generaba mayores gastos para las autoridades el poder controlar la cultivación del que es el principal insumo de la cocaína. Al encontrar que el precio de un cultivo agrícola alternativo a la coca está negativamente relacionado con la producción misma de coca, se podría sugerir que el Gobierno de Colombia debería incentivar e incrementar los ingresos que los agricultores perciben por sembrar y tener cosechas legales, lo que podría resultar en una política anti-narcóticos efectiva. Estas políticas podrían estar acompañadas por la estipulación de derechos de propiedad para la tierra, la provisión de asistencia técnica y crédito, mecanismos para mejorar las condiciones de comercialización de los productos agrícolas, y las inversiones en infraestructura. Si bien es sabido que las inversiones tanto públicas como privadas en las zonas rurales pierden factibilidad en la medida en que el conflicto armado interno continúe, y que a pesar de que los programas de sustitución de cultivos en otros países no han demostrado ser una solución mientras persistan condiciones socioeconómicas y políticas adversas, el análisis que se puede concebir a lo largo del trabajo sugiere que la sustitución de

(23)

cultivos (legales e ilegales) resulta ser más efectiva en el afán de controlar la oferta de cocaína, que la erradicación forzosa por medio de las aspersiones aéreas con glifosato.

Como es de esperarse, el cultivo de coca en Colombia se relaciona positivamente con el precio de la misma, por lo tanto la reducción de la demanda de cocaína en los países consumidores puede dar lugar a un precio más bajo para la coca, y consecuentemente a una disminución en las plantaciones que se buscan disminuir, insatisfactoriamente, con el herbicida en cuestión. Habiendo traído este escenario a colación, se debe hacer especial énfasis en que los objetivos de las políticas anti-drogas en los países demandantes y consumidores de cocaína probablemente se podrían lograr con mayor eficacia concentrándose en el control de la demanda en el país propio y no en el de control de la oferta como en el Plan Colombia.

A raíz de la literatura consultada y de los estudios que se han utilizado para poder hacer una investigación de carácter descriptivo y explicativo, es válido afirmar que se han estudiado los efectos y costos del programa llevado a cabo en Colombia en el corto y en el largo plazo, lo cual arroja resultados bastante llamativos; a pesar de la reducción de los cultivos de coca en el corto plazo entre un 25 y un 50 % y que esto se hace permanente en el tiempo, hay una muy fuerte deterioración de los indicadores socioeconómicos en las zonas evaluadas. Con esto se quiere dar razón a los efectos negativos que la estrategia de control de drogas ilícitas en el país ha suscitado en las zonas rurales y en su bienestar, lo cual debe ser de especial cuidado pues, como ya se ha mencionado con anterioridad y de forma reiterativa, las regiones en dónde se cultiva y produce la hoja de coca son las más pobres y con peores indicadores de desarrollo y crecimiento del país.

Después de esta exposición sumaria, solo cabe concluir que en cuanto a los resultados obtenidos que han sido revisados para la elaboración de este trabajo se sugiere que, aunque de forma involuntaria, los programas de erradicación que están estimulando una reducción mínima en la producción de cocaína crean efectos negativos severos sobre la población expuesta y afectada directamente tanto por la estrategia como por el glifosato en sí mismo. Dicha población puede estar percibiendo que estos efectos surgen por obra del gobierno, que a su vez, puede generar inestabilidad política en las zonas productoras de coca alimentando aún más el conflicto armado interno colombiano. Debido a lo

(24)

anterior surge la urgencia de explorar nuevas alternativas para el control de la producción de cultivos ilícitos en los países productores o de combinar la aspersión aérea con glifosato con otros programas de apoyo que pueden contrarrestar los efectos negativos de las zonas productoras de coca.

(25)

Bibliografía

Benachour, N., & Seralini, G. E. (2008). Glyphosate formulations induce apoptosis and necrosis in human umbilical, embryonic, and placental cells. Chemical Research in Toxicology, 22(1), 97-105.

Camacho, A. y Mejía, D. (2012). The health consequences of aerial spraying of illicit drugs: the case of Colombia. Working Paper.

Cox, C. (1995). Glyphosate, Part 2: Human exposure and ecological effects. Journal of Pesticide Reform. Vol. 15 No. 4.

Dávalos, L., Bejarano, A., Hall, M., Correa, H., Corthals, A., and Espejo O. (2011) “Forests and Drugs: Coca-Driven Deforestation in Tropical Biodiversity Hotspots.” Environ. Sci. Technol., 45 (4):1219-1227.

Dion, M. & Russler, C. (2008). Eradication efforts, the State, DIsplacement and Poverty: Explaining coca cultivation in Colombia during Plan Colombia. Journal of Latin American Studies. 40, 399-421

Fowler, T. (1990). Winning the war on drugs: can we get there from here?. Journal of Social, Political and Economic Studies 15(4), 403-421

Kennedy, M., Reuter, P., Riley, K. (1993). A Simple Economic Model of Cocaine Production, RAND, 1993.

Mejía, D. (2011). Políticas Antidroga en el Plan Colombia: costos, efectividad y eficiencia. En Políticas Antidroga en Colombia: éxitos, fracasos y extravíos. Ediciones Uniandes.

Mejía, D., Restrepo P. y Rozo S. (2014) On the Effects of Enforcement on Illegal Markets: Evidence from a Quasi-experiment in Colombia.

Mejia, D., and Rico, D. (2011) “The Microeconomics of Cocaine Production and Trafficking in Colombia,” in Anti-drug policies in Colombia: Successes, failures and lost opportunities (A. Gaviria and D. Mejia, eds), ch. 1. Ediciones UniAndes, Bogota.

Mejia, D. and Restrepo, P. (2013b) “Bushes and Bullets: Illegal Cocaine Markets and Violence in Colombia,” Documento CEDE No. 53.

Mejia, D. and Restrepo, P. (2013) “The Economics of the War on Illegal Drug Production and Trafficking,” Documento CEDE No. 54.

Mink, P. J., Mandel, J. S., Lundin, J. I., & Sceurman, B. K. (2011). Epidemiologic studies of glyphosate and non-cancer health outcomes: A review. Regulatory Toxicology and Pharmacology, 61(2), 172-184.

Morrison, Shona, (1997). The Dynamics of Illicit Drugs Production: Future Sources and Threats. In: Crime, Law and Social Change (27): 121-138, 1997

(26)

Moya, A. (2005) “Impacto de la Erradicación Forzosa y el Desarrollo Alternativo Sobre los Cultivos de Hoja de Coca,” Facultad de Economía. Universidad de Los Andes, Bogotá, Colombia.

Plan de Manejo Ambiental. (2003) Programa de erradicación de cultivos ilícitos mediante aspersión aérea con glifosato (PECIG). Tomado de https://www.minjusticia.gov.co/Portals/0/PECIG/4.%20Qué%20es%20el%20%20PE CIG%20y%20PMA/PMA/1.%20Plan%20de%20Manejo%20Ambiental%20PECIG %20(documento%20completo).pdf

Reyes, L. (2011) “Estimating the Causal Effect of Forced Eradication on Coca Cultivation in Colombian Municipalities,” Department of Economics. Job Market paper. Michigan State University.

Riley, K. (1993). Snow Job? The Efficacy of Source Country Cocaine Policies. RAND Graduate School Dissertation series. RGSD-102

Rozo, S. (2014) “On the Unintended Consequences of Anti-Drug Programs in Producing Countries” Online-paper collection Association for Public Policy Analysis and Management.

Sanborn, M., Cole, D., Kerr, K., Vakil, C., Sanin, H., & K., B. (2007). Non-cancer health effects of pesticides. Ontario College of Familiary Physicians.

Sherret, L. (2005). Futility in Action: Coca Fumigation in Colombia. Journal of Drug. Vol. 35 No. 1, 151-168.

UNODC (United Nations Office against Drugs and Crime) & Government of Colombia. (15 de Diciembre de 2011). Colombia: Monitoreo de cultivos de coca 2009. Obtenido de http://www.unodc.org/documents/crop-monitoring/Colombia/Colombia-Censo-2009-web.pdf

Uribe, S. (2002). Costos de Producción de pequeños y medianos cultivadores de coca en Putumayo, Caquetá y Guaviare. Estudio realizado durante 1999 para la Dirección Nacional de Estupefacientes.

Referencias

Documento similar

Cedulario se inicia a mediados del siglo XVIL, por sus propias cédulas puede advertirse que no estaba totalmente conquistada la Nueva Gali- cia, ya que a fines del siglo xvn y en

El nuevo Decreto reforzaba el poder militar al asumir el Comandante General del Reino Tserclaes de Tilly todos los poderes –militar, político, económico y gubernativo–; ampliaba

De acuerdo con Harold Bloom en The Anxiety of Influence (1973), el Libro de buen amor reescribe (y modifica) el Pamphihis, pero el Pamphilus era también una reescritura y

El acelerado crecimiento económico y tecnológico de China en las últimas décadas amenaza con desbancar la posición hegemónica de Estados Unidos en el orden

Un caso particular de nodo de azar es el llamado nodo determinista, que es aquel que representa una variable cuyo valor es una función determinista de sus predecesores. Fi-

Primeros ecos de la Revolución griega en España: Alberto Lista y el filohelenismo liberal conservador español 369 Dimitris Miguel Morfakidis Motos.. Palabras de clausura

Tras establecer un programa de trabajo (en el que se fijaban pre- visiones para las reuniones que se pretendían celebrar los posteriores 10 de julio —actual papel de los