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Universidad Manuela Beltrán Colombia
Romero Bermúdez, Erika; Hernández Garzón, Natalia Alejandra EL PAPEL DE LA MEMORIA EN EL PROCESO LECTOR
Umbral Científico, núm. 19, 2011, pp. 24-31 Universidad Manuela Beltrán
Bogotá, Colombia
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EL PAPEL DE LA MEMORIA EN EL PROCESO LECTOR
Romero Bermúdez Erika* Hernández Garzón Natalia Alejandra*
*Fonoaudióloga, M.Sc en Educación, Especialista en comunicación aumentativa y alternativa, docente investigadora del Grupo de investigación en procesos de interrelación comunicativa/Universidad Manuela
Beltrán, Bogotá, Colombia
e-mail: erika.romero@docentes.umb.edu.co
*Fonoaudióloga Universidad Manuela Beltrán, Especialista en Neuropsicopedagogía, docente Universidad Manuela Beltrán.
e-mail: natalia.hernandez@docentes.umb.edu.co
RESUMEN:El proceso lector es una actividad de naturaleza interactiva, que responde al objetivo de leer para aprender más que aprender a leer. Este concepto de la lectura supone que el individuo pueda obtener la capacidad de comprender e
interpretar una variedad de tipos de textos, que le permitan recuperar información, reflexionar sobre las intenciones de los escritos, reconocer los recursos utilizados por los autores para transmitir mensajes e influir a los lectores. En definitiva, se trata
de que el sujeto posea las capacidades necesarias para desenvolverse en la sociedad actual. De lo anterior, se deduce que el
manejo de los recursos de activación durante la lectura, están relacionados con el rendimiento final para que pueda ser lo más
adecuado posible a los objetivos de la tarea. Es aquí, donde la memoria como habilidad juega un importante papel durante el proceso lector, ya que busca mantener y redistribuir dicha activación, poniendo en juego los subprocesos relacionados con el
almacén léxico, el repertorio fonológico y la fluidez articulatoria, debido a que estos permiten llevar a cabo la decodificación
y comprensión correcta de estímulos visuales (lectura) y auditivos (lectura en voz alta).
PALABRAS CLAVES: Adquisición de la lectura, Memoria, Proceso Lector
ABSTRACT: Reading is an interactive in nature, that meets the objective of reading to learn rather than learn to read. This concept of reading is that the individual can gain the ability tounderstand and interpret a variety of texts that allow retrieval
of information, reflect on the intentions of the letters, recognize the resources used by the authors to convey messages and In
-fluence readers. In short, these students possess the reading skills and oral and written, required to succeed in today’s society, It follows tha the resource management of activation during reading are related to performance final so it can beas small as possible to the objectives of the task. This is where memory and skill, umplays important role during the reading thread as it seeks to main tain and redistribute this activation putting em stake process com store related vocabulary, phonological repertoire articulatory fluency because these can lead to After decodingand correct understanding of visual stimuli (reading) and hearing (reading aloud).
KEYWORDS: Reading acquisition, Memory, Reading Process 1. INTRODUCCIÓN
La memoria es una función cognitiva compleja, imprescindible para la adquisición de otras habilidades cognoscitivas. Incluso algunos autores han llegado a comparar la memoria con el aprendizaje, en la medida que cualquier aprendizaje en este caso, la lectura que haya logrado un individuo, necesariamente ha debido ser registrado en la memoria. Aunque no son el mismo concepto, es indudable que se relacionan entre sí. Carrión sostiene que “Mientras que el aprendizaje es el proceso a través del cual se adquiere nueva información, la memoria es la consecuencia y la exigencia del aprendizaje” [1].
Dicho aprendizaje es un proceso mediante el cual se adquiere nueva información y la memoria es la persistencia de lo aprendido; sucede con la memoria
instantánea, que tiene un curso temporal menor a un segundo; la memoria inmediata, de segundos a minutos; la mediata, de minutos a horas y la memoria tardía, que está en el intervalo de días, meses y años; todas ellas pueden evolucionar al olvido. Muchas habilidades cognitivas como el lenguaje, están mediadas por la memoria, integradora de pensamientos, impresiones y experiencias [2].
Es por esto que la memoria también brinda una reseña al individuo, permitiéndole organizar su vida cronológica y espacialmente, dándole orden y sentido a su propia biografía [3].
Esta habilidad cognitiva es la encargada de dotar al sujeto de una historia, un pasado en el que encuentra el recorrido de sus experiencias. Así mismo, la Fecha de recepción: 30 de noviembre 2010
memoria brinda un conocimiento para adaptarse a las condiciones del contexto y la cultura; y a su vez, acompaña a otras funciones cognoscitivas, ésta
habilidad cognitiva, le permite al sujeto planificar y
organizar su futuro inmediato [4].
Así como la memoria hace parte de la vida contextual del sujeto, también juega un importante papel en los procesos adquisitivos de la lectura; lo normal hasta la década de los setenta, era estudiar los procesos de adquisición del lenguaje escrito como derivados del proceso de adquisición del dibujo, según estudios realizados por Hildreth [5] y por Lurcat [6]. En cambio, durante la década siguiente se llevaron a cabo varias investigaciones que tenían un común denominador; la aceptación de que el aprendizaje del lenguaje escrito no puede quedar reducido a una mera asociación entre
formas gráficas y sonoras; por el contrario, dicho
aprendizaje consiste en una reconstrucción conceptual del objeto a conocer por parte del niño [7], en donde la memoria genera una conexión entre lo que el sujeto ha aprendido en relación a sus experiencias, las cuales conjuga a través de redes diversas que ponen en funcionamiento los mecanismos de adquisición de la lectura.
Se trata desde luego, dimensionar el proceso lector,
como una representación gráfica del lenguaje oral.
Algunos autores [8,9,10] opinan que las causas del trastorno de aprendizaje de la lectura deben estudiarse desde los mecanismos de la comprensión y expresión del lenguaje, teniendo en cuenta los siguientes niveles de procesamiento: el léxico (Información fonológica,
ortográfica y semántica de las palabras), el sintáctico
(conocimiento de la estructura gramatical básica
del lenguaje) y el semántico (significados a nivel de
palabra; frase y texto).
Retomando a Defior [11], es necesario referirse a
la naturaleza del proceso lector desde el enfoque cognitivo, el cual se caracteriza como un proceso que es constructivo, activo, estratégico y afectivo.
Constructivo, porque el niño aprende que leer no es reconocer las letras y combinarlas para formar palabras y luego frases con sentido, sino que es un proceso personal de reconstrucción y elaboración de
significados.
Activo, porque el estudiante no se limita a recibir y reproducir información, sino que regula su conducta, mantiene su atención y crea hipótesis y estrategias de aprendizaje, que le permiten asimilar, integrar y darle uso a la información, partiendo de procesos donde
están implícitas las funciones de la memoria.
Es un proceso estratégico, porque no es necesario ser
activo en la construcción del significado, sino que
debe ser competente en el manejo de las estrategias de aprendizaje: explorar el contenido antes de leer un texto para facilitar su comprensión, distinguir las ideas principales de las secundarias, generarse preguntas
sobre el texto, planificar y organizar las ideas para
desarrollar adecuadamente un texto escrito, etc. El afecto o motivación para aprender debe ser requisito básico de todo programa de intervención. El deseo de aprender hará que el alumno se involucre activamente en el proceso.
2. DESARROLLO
El estudio de la memoria a lo largo de los últimos años, ha sentado las bases para la postulación de modelos de estudio de este proceso cognitivo de importancia y utilidad relevante, que apuntan a las propiedades del estímulo y a la duración de los recuerdos, estas han servido como punto de referencia de múltiples estudios y desarrollo de investigaciones, que permiten avanzar hacia mejores y más exactas teorías que expliquen el proceso de memoria.
Atkinson y Shiffrin [12], plantearon un modelo llamado modelo modal, que indicaba que la memoria se dividía en tres registros diferentes pero interactuantes – el registro sensorial, la memoria a corto plazo y la memoria a largo plazo.
El registro sensorial:
La información proveniente del ambiente externo (sonidos, olores, imágenes, sabores, tacto de elementos) ingresa a través de la vía de los órganos de los sentidos, y es almacenada en la memoria sensorial en la que se reconocen las características físicas de los estímulos, previa a pasar a la de corto plazo, en la que ya se hace conciencia de la información recibida. Dicha información, tiene una permanencia de 15 a 30 segundos en la memoria sensorial, que se pierde, ya sea por decaimiento o por interferencia de otros estímulos.
La memoria sensorial, a su vez, está dividida en memoria icónica y memoria ecoica. La memoria icónica juega un papel muy decisivo en el proceso perceptual, ya que puede almacenar información de
una fijación ocular durante el movimiento sacádico;
de esta manera, el procesamiento de la información
obtenida durante la fijación puede continuar [13].
en el que se almacena por muy corto tiempo la información proveniente del sistema auditivo, hasta
que el oyente logra almacenar y procesar la suficiente información, para reconocer e identificar aquello que
está escuchando [14].
A partir de 1885, fecha que podría tomarse como el “inicio” del estudio experimental de la memoria – a raíz de los trabajos de Ebbinghaus-, se mantenía una visión que sólo a partir de los 70 comenzó
a modificarse, basada fundamentalmente en la
temporalidad de dicha facultad. Durante todo este tiempo se hablaba de una memoria dividida en dos etapas: la primera denominada memoria a corto plazo (MCP), de una duración del orden de segundos a minutos, mientras que la segunda, llamada memoria a largo plazo (MLP), era entendida como la parte consolidada de la memoria, los recuerdos que ya no se borraban fácilmente como los de la MCP, Ardila [15], Baddeley [16], Squire [17] y Luria [18].
Memoria a corto plazo
La memoria a corto plazo cuenta con un modelo de explicación relevante, como es el de memoria de trabajo de Baddeley y Hitch (1974), que posteriormente fue reelaborado por Baddeley (1986, 1992, 1996) “Este modelo considera este tipo de memoria como el sistema cognitivo encargado de manipular y almacenar temporalmente la información necesaria para realizar tareas mentales complejas, como la comprensión del lenguaje o el razonamiento” (Baddeley, 1992; en Manso y Ballesteros, 2003) [19].
El modelo de memoria de trabajo se puede representar de la siguiente manera:
Tomado de Manso y Ballesteros, 2003 EJECUTIVO
CENTRAL
Bucle fonológico Sistema de control articulatorio, almacén
fonológico.
MLP Episódic
MEMORIA A LARGO PLAZO
Bucle episódico
Semántica visual Lenguaje
Agenda viso espacial
La función del ejecutivo central es ejercer inspección atencional y “controlar, coordinar y supervisar las actividades realizadas por el sistema cognitivo” (Manso y Ballesteros, 2003); esto permite que se mantengan en la memoria los objetivos puntuales, así como lo que se debe hacer para conseguirlos [19].
El bucle fonológico es el “encargado de la conservación
transitoria del material que se codifica verbalmente
con ayuda del control articulatorio o también llamado sistema de repetición verbal, es el encargado de renovar el almacén léxico, a través de la repetición subvocal de los estímulos.
La agenda visoespacial es la encargada de almacenar por unos pocos segundos, toda la información de tipo visual y/o espacial.
Memoria a largo plazo:
Uno de los modelos más importantes de la memoria a largo plazo es el de Irving Tulving [20], quien plantea que la memoria no es un proceso único, sino que por el contrario, es un grupo de subsistemas, que responde al tipo de información que se está recibiendo.
El esquema de clasificación de la memoria a largo
plazo según Tulving [20] es el siguiente:
La memoria declarativa, se refiere a aquel proceso
La memoria declarativa a su vez, se encuentra subdividida en:
Memoria episódica: Se refiere a la información de
acontecimientos de la vida propia, permite recordar eventos puntuales, su buen funcionamiento depende de “la integridad del hipocampo, giro dentado o circunvolución dentada, de la amígdala y núcleos talámicos” [21].
Memoria semántica: Es la memoria de los hechos, allí se almacena la información que no requiere de un
contexto espacio-temporal específico; esta se compone
de “los conocimientos que la persona tiene sobre el mundo, entre los que se incluyen los conceptos y el vocabulario, así como las reglas y fórmulas para su uso correcto [22].
Memoria no declarativa (implícita o procedimental): Es la memoria relacionada con el “cómo” de las cosas,
se manifiesta a nivel de conducta y se aprende a través
de la práctica y la repetición. Implica hábitos, rituales, habilidades, labores y demás. Guarda una relación con la conducta motora. Al momento de la evocación, se accede a ella de manera inconsciente [23].
Habilidades y hábitos: Se incluyen todas aquellas actividades motoras para las que se tiene una destreza y los rituales que posee cada persona en particular (bañarse, lavarse los dientes, cocinar, coser, etc.).
Facilitación – priming: Significa un incremento
de habilidades, pero en este caso perceptuales. Se demuestra que si hay un incremento en la probabilidad de reconocer un objeto, visualizado éste con anterioridad, que puede tener un intervalo de tiempo de horas, días o meses [24].
Condicionamiento clásico: Responde a un aprendizaje asociativo, en el que un estímulo condicionado es asociado con un estímulo incondicionado hasta lograr
para el primero la misma respuesta fisiológica que
se presenta ante el segundo. La reacción puede ser emocional o músculo – esquelética.
Aprendizaje no asociativo: Es aquel aprendizaje en el que exponiéndose de manera repetida al mismo estímulo, se genera un cambio en el comportamiento. Si bien resulta importante mencionar, los niños
presentan dificultades en la integración del lenguaje asociado a un bajo nivel lector causado por un déficit fonológico que interfiere en el funcionamiento de la
memoria de trabajo, por ello hay que tener en cuenta un adecuado aprendizaje del proceso lector, siendo necesario contar con una serie de etapas donde el eje
principal es la memoria, descrita en tres momentos por diversos autores.
El primer momento es llamado codificación o
registro, que inicia con la llegada de un estímulo que ha sido seleccionado por el individuo”. Según Etchpareorda y Adad-Mass [25 ], la información
puede codificarse como una imagen, sonidos, experiencias, acontecimientos o ideas significativas.
Este primer momento requiere de otras variables como la atención, la concentración, el estado de ánimo y la intencionalidad para que la información sea registrada de manera adecuada. Es aquí que se relaciona con la memoria a corto plazo. Según lo anterior, es posible
considerar la idea de que la fase de codificación está
mediada por los procesos de motivación, percepción y atención del individuo, de tal manera que para
evaluar la eficacia o déficit en ésta primera fase de
la adquisición del proceso lector, se deben considerar
y descartar dificultades en éstos importantes procesos
cognoscitivos. En este orden de ideas, el proceso de registro requiere que el sujeto tenga la capacidad de seleccionar el estímulo relevante e inhibir aquellos estímulos que el ambiente provee pero que no son el objetivo central de atención y aprendizaje.
El segundo momento, es el almacenamiento o retención que se asocia con la memoria a largo plazo, cuando la información ha pasado a un segundo almacén que perdurará por un periodo más prolongado y a la cual se denomina “aprendizaje” [26].
En esta etapa la información es ordenada, categorizada o sencillamente titulada, lo cual requiere tanto de estructuras cerebrales como de metodologías adquiridas por la experiencia o la educación. De lo anterior se puede inferir, que para que se logre un proceso de almacenamiento exitoso, el sujeto requiere no solamente del óptimo funcionamiento de su aparato cerebral, sino también de la utilización de diferentes tipos de estrategias que le permitan consolidar la información registrada y lograr un verdadero aprendizaje. Ballesteros y Reales [27], mencionan en
su artículo “Influencia de la atención en la memoria
implícita y explícita” que algunos mecanismos o estrategias como la repetición, la organización de la información y la asociación son indispensable para el proceso de la lectura.
La etapa final del proceso es la evocación o
en la MLP.” [29]. Gillund, 1984; Clare y Wilson, 1997, mencionan que “En general, el reconocimiento se logra más fácilmente que la evocación libre, por lo cual, la evocación se dispara con una clave. Esta puede ser un pensamiento, una imagen, un sonido, una palabra, un olor, etc., que activa la recuperación de información del almacenaje en la memoria a largo plazo.” Esto se evidencia en el proceso lector, cuando el niño da una respuesta a nivel inferencial con conceptos o ideas previas.
De acuerdo a lo anterior, se hace necesario establecer la relación entre el aprendizaje del proceso lector y memoria, siendo la primera una actividad cognitiva compleja en la que intervienen múltiples procesos cognitivos a diferentes niveles, que van desde la percepción visual de letras (microprocesos),
hasta la obtención del significado global del texto
(macroprocesos) [30].
La memoria y la lectura están estrechamente relacionadas, por cuanto las áreas cerebrales que permiten su realización, interactúan para lograr la comprensión de la información; siendo de gran importancia la memoria de trabajo, para llevar a cabo el proceso de adquisición del código lector,
específicamente con respecto al reconocimiento y
asociación fonografémica; puesto que se involucra en procesos tales como: recibir, analizar y procesar cada uno de los sonidos del lenguaje (fonemas), que van luego a los almacenes de información de la memoria a largo plazo. Igualmente, la memoria de trabajo ayuda en el procesamiento de información, es decir, en los diferentes procesos cognitivos que
permiten la codificación, el procesamiento y registro
de información instantánea. Además, la memoria de trabajo facilita el procesamiento fonológico,
Por su parte, la memoria a largo plazo, es una memoria de almacenamiento ilimitado, debido a que contiene la información, la organiza y ayuda a reconocer las tareas de aprendizaje en las primeras etapas de adquisición de las habilidades lectoras.
Existe otro paso que acompaña el proceso lector, que está relacionado con la conciencia fonológica, (conocimiento de que una palabra está compuesta por fonemas), como primer mecanismo para la adquisición del proceso lector, una vez los niños y niñas han adquirido completamente esta habilidad se da paso al desarrollo de la conciencia metalingüística, la cual establece a su vez la relación entre ésta y el aprendizaje
de la lectura. Varias investigaciones afirman, que un
buen desempeño en esta puede predecir un éxito en la
lectura a través de la ruta fonológica. A medida que el lector se apropia de este proceso, se hace más fuerte el funcionamiento de la memoria de trabajo fonológica y se automatiza, dejando más espacio en la memoria
de trabajo para la comprensión del significado de las
palabras y textos; sin embargo, la memoria de trabajo sigue siendo necesaria para recibir la información de la lectura y activar la memoria a largo plazo.
Otro proceso que no se puede desligar es la comprensión de la lectura en relación con la memoria, que se basa en tres condiciones esenciales:
1. La capacidad de lectura mecánica y
automatizada (Lectura global)
2. El contenido léxico-semántico para obtener el
significado de una palabra o texto.(Cohesión)
3. La relaciones léxico sintácticas; indispensables para conocer la estructura del texto (Coherencia)
Teniendo en cuenta lo anterior, se deduce el importante papel que juega la memoria en los diferentes procesos de adquisición, siendo considerada como uno de los factores determinantes, para que dichos aprendizajes se den de manera exitosa; se requiere por tanto, estimularla y ejercitarla desde los primeros años escolares para instaurar condiciones necesarias en relación al andamiaje cognitivo, para el abordaje del proceso lector.
3. CONCLUSIONES
Como se ha mencionado, el aprendizaje de la lectura se asociado con el desarrollo de habilidades lingüísticas como no lingüísticas, sin embargo, pocos estudios han desarrollado la relación entre las destrezas de lectura y el desempeño en pruebas cognitivas como la memoria de tipo neuropsicológico en niños de diferentes edades.
La velocidad en la lectura se correlaciona especialmente con destrezas atencionales, en tanto que la comprensión en la lectura se correlaciona más con pruebas de memoria verbal.
Según Tulving [20], la memoria es considerada como uno de los secretos más celosamente guardados de la naturaleza, justamente porque así como las gnosias y las praxias; son procesos complejos que dependen de la
organización específica; asociaciones neuronales que
constituyen una vasta red distributiva por la corteza cerebral y las formaciones subcorticales [31]. La memoria, es por tanto una función cognitiva esencial, ya que representa el conjunto de estructuras y procesos cognitivos que, como se ha dicho a lo largo de esta
revisión permiten fijar, guardar y recuperar diferentes
plantea la premisa de que la memoria humana está organizada en diferentes sistemas independientes, no únicamente en términos cognitivos, sino también en su representación cerebral, lo que indica que todo el cerebro está implicado en la memoria; y cualquier alteración en ésta produce una gran incapacidad en las actividades de la vida diaria.
A modo de conclusión; entre esas alteraciones se encuentran las que comprometen el proceso de lectura; por ejemplo la memoria visual: básica para el aprendizaje de esta habilidad, cuando la memoria visual es pobre, generalmente todas las modalidades de memoria se verán limitadas, al margen de las capacidades de razonamiento y de inteligencia. Es por esto que es muy importante encontrar maneras para
compensar este déficit.
La memoria visual a corto plazo, permite al niño reconocer inmediatamente el estímulo presentado por este canal. Cuando hay fallas a este nivel, los niños deben aprender diferentes maneras para compensar
esta deficiencia, utilizando destrezas fonéticas o
verbales.
La memoria visual a largo plazo es necesaria para la ortografía. Mientras más asociaciones se realicen con la palabra, mayor será la retención.
Las dificultades en la memoria auditiva generalmente
se dan unidas a un procesamiento auditivo pobre
o deficiente, los niños que no pueden seguir
instrucciones largas, usualmente necesitan que se les de las instrucciones por pasos.
La memoria auditiva a corto plazo, parece ser una destreza del hemisferio izquierdo. Memorizar ritmos,
melodías, tono e inflexión de voz, son destrezas que
pertenecen al hemisferio derecho. El memorizar las combinaciones de letras con el sonido, es decir, conversión grafema - fonema, requiere de una integración de ambos hemisferios [32].
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