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TENDENCIAS EN EL TRATAMIENTO DE AGUAS RESIDUALES DOMESTICAS EN LATINOAMERICA. Noyola, A.*

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Universidad del Valle/Insituto Cinara Noyola, A. 1 TENDENCIAS EN EL TRATAMIENTO DE AGUAS RESIDUALES DOMESTICAS EN

LATINOAMERICA

Noyola, A.*

*Instituto de Ingeniería UNAM, México, Vicepresidente de Desarrollo Tecnológico AIDIS e-mail: noyola@pumas.iingen.unam.mx

INTRODUCCION

América Latina, incluyendo el Caribe, cuenta con una población de 526.7 millones de personas (8.5% del total mundial) que convive con enormes desigualdades sociales y económicas. El producto interno bruto anual (PIB) de los países de la región va desde los 440 dólares por habitante (Haití) hasta 5,910 dólares por habitante (México). Como comparativo, la principal economía mundial y vecina del norte, los Estados Unidos, tiene un PIB de 35,060 dólares por habitante, diez veces mayor que el promedio de la región. La Tabla 1 presenta los PIB de algunos países de la región, con los datos de los Estados Unidos como comparativo. Es notorio el descenso en este indicador para la mayoría de los países de la región en los últimos años.

Tabla 1. Producto Interno Bruto para algunos países de la región y Estados Unidos Producto Interno Bruto

($dólaresUS per capita.año) 1998 2001 2002

Variación % 1998 a 2002 Argentina 8,030.0 6,950.0 4,060.0 -49 Brasil 4,610.0 3,060.0 2,850.0 -38 Colombia 2,420.0 1,890.0 1,830.0 -24 Chile 4,890.0 4,600.0 4,260.0 -13 Haití 400.0 480.0 440.0 10 México 4,020.0 5,560.0 5,910.0 47

América Latina y el Caribe 4,070 3,550 3,280 -19

Estados Unidos 30,700.0 34,400.0 35,060.0 14

Fuente: World Development Indicators Database 2003 (www.worldbank.org/data/countrydata/countrydata.html) En este contexto de escasos recursos económicos, los países de la región enfrentan un rezago histórico en materia de servicios, en particular los relacionados con el saneamiento básico y la salud. Los habitantes de América Latina y el Caribe, cifras del año 2000 del Banco Mundial, tienen acceso al agua potable en un 84.9% y al saneamiento (sea red de drenaje o in situ) en un 77.7% (las cifras mundiales son 80.5% y 56.2%, respectivamente). En los últimos años, diversas metas para atender el rezago en abastecimiento de agua y en saneamiento básico han sido presentadas por organismos internacionales y por gobiernos nacionales. Todas ellas han sido muy ambiciosas y han quedado incumplidas en grado importante. En septiembre de 2000, la Asamblea de las Naciones Unidas presentó las Metas de Desarrollo del Milenio (Millenium Development Goals). La meta 7 busca asegurar la sustentabilidad ambiental, y tiene dos objetivos que se refieren al saneamiento: - Objetivo 10: Reducir a la mitad la proporción de personas sin acceso al agua potable en 2015. - Objetivo 11: Alcanzar en 2020 un incremento significativo en la calidad de vida de al menos 100 millones de habitantes en áreas marginadas.

De acuerdo con el objetivo 10, América Latina y el Caribe deberán incrementar la proporción de su población con acceso a agua potable de 84.5% en el año 2000, a 91% en el 2015. Este incremento

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Universidad del Valle/Insituto Cinara Noyola, A. 2 en el servicio implicará una mayor demanda de infraestructura de saneamiento, ya sea de tipo convencional o in situ.

Frente al tamaño del reto, es imperativo desarrollar e implantar nuevas soluciones al eterno déficit en infraestructura para el manejo del agua residual. Los nuevos sistemas administrativos y tecnológicos deberán considerar las limitaciones y posibilidades propias de la región, con una alta dosis de innovación y adaptación, deslindándose en muchos casos de las soluciones convencionales. La situación del saneamiento en América Latina

En materia de saneamiento, si bien la cobertura de este servicio es relativamente importante en la región (77.7%), el alcantarillado solo sirve al 49%, ya que el 31% dispone de letrinas o tanques sépticos (OPS, 2001). De cualquier forma, el tratamiento de las aguas residuales municipales es aún muy limitado, puesto que solo se trata el 15% del caudal captado por los sistemas de alcantarillado. La Tabla 2 presenta los porcentajes de tratamiento de las aguas residuales municipales para algunos países de la región.

Tabla 2. Tratamiento de aguas residuales en algunos países de América Latina y el Caribe, con grado de tratamiento aplicado

Porcentaje por nivel de tratamiento País tratado (%) Porcentaje Primario Secundario Otros

Argentina 10 0 100 0 Bahamas 80 60 25 15 Bolivia 30 33 67 0 Brasil 20 10 68 22 Colombia 10 65 35 Costa Rica 4 33 67 0 Dominicana 50 80 0 20 Ecuador 5 - - - El Salvador 2 46 54 0 Haiti 0 Mexico 25 46 54 0 Nicaragua 34 Peru 14 Puerto Rico 100 Trinidad 65 50 28 22

Fuente: OPS (2001) con ajustes

Las tecnologías de tratamiento que se aplican en América Latina y el Caribe son en mayoría lagunas de estabilización, seguidas por el proceso de lodos activados. La aportación de diversas tecnologías en el tratamiento de las aguas residuales en México se presenta en la Tabla 3 y puede ser considerado como representativo de la región.

En los datos presentados en la Tabla 3 se destaca que si bien las lagunas representan el mayor número de instalaciones (54.4%), son los lodos activados los que presentan mayor capacidad de tratamiento (40.3%). Es de notar el surgimiento en los dos últimos años del tratamiento primario avanzado (primario con adición de coagulantes) con instalaciones de tamaño importante. Esta tendencia surge y puede acentuarse debido a la norma mexicana para descargas a cuerpos receptores (NOM-001-SEMARNAT-1996), la cual es laxa, si se compara con las regulaciones de otros países de la región.

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Universidad del Valle/Insituto Cinara Noyola, A. 3 Tabla 3. Procesos de tratamiento de aguas residuales municipales en México. Número de plantas,

flujo de diseño y porcentaje de flujo total realmente tratado, para los años 1998 y 2002 Tipo de proceso Número de plantas, años 1998 (2002) (%) 1998 Flujo de diseño (m3/s) 1998 (2002) (%) del flujo de diseño (%) del flujo de diseño en operación Lagunas 497 (532) 54.4 17.2 27.3 Lodos activados 181 (226) 19.8 25.4 40.3 Lagunas aireadas 7 0.8 4.1 6.5 Filtros percoladores 28 (34) 3.1 3.7 5.9 Filtros percoladores y lodos activados 4 0.4 3.3 5.2 Tratamiento primario avanzado (4) (3.5) Otros 196 (336) 21.5 9.3 14.8 Total (2002) 913 (1132) 100 63 (80.6) 100 60 (63) Fuente: CNA (2000 y 2003)

Según datos del CEPIS (2002), para varios países de la región (Argentina, Bolivia, Chile, Costa Rica, Ecuador, Nicaragua, Paraguay, Perú y República Dominicana) entre el total de 252 instalaciones de tratamiento, se contabilizaron 10 sistemas de lodos activados (525 l/s), 158 lagunas de estabilización (4,851 l/s) y 27 lagunas combinadas (3,304 l/s).

En Chile, la Superintendencia de Servicios Sanitarios (SISS) contabilizó en 1998 un total de 81 plantas de tratamiento con una cobertura de 17%, de las cuales 75% eran lagunas de estabilización. En ese año no se habían instalado aún sistemas de lodos activados. La evolución se ha dado en ese país de tal forma que en la actualidad existen 152 plantas de tratamiento, con 48% de cobertura, de las cuales 16% son lagunas de estabilización y 40% son plantas de lodos activados. Más aún, las empresas sanitarias concesionarias del servicio de abastecimiento, evacuación y tratamiento en Chile han previsto que el 77% de las nuevas plantas de tratamiento serán de tipo lodos activados y ninguna laguna de estabilización. La Tabla 4 presenta la evolución programada en ese país.

Tabla 4. Evolución del número de plantas de tratamiento de aguas residuales municipales y tipo de tecnología para Chile

Tecnología 1998 2002 2009 Lodos activados 0 60 178 Lagunas estabilización 61 25 0 Lagunas aireadas 9 41 70 Emisarios Submarinos 11 22 35 Otros 0 4 5 TOTAL 81 152 288 Fuente: SISS (2003)

El plan de incremento en la cobertura de tratamiento considerado por las empresas sanitarias chilenas, con participación privada mayoritaria, muestra que la vía tecnológica es de corte convencional y mecanizado, a pesar de los costos de inversión y de operación importantes que requieren los procesos de lodos activados. Ante esto, la SISS se encuentra desarrollando un estudio para evaluar opciones de tratamiento de menor costo sin comprometer la calidad del agua tratada.

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Universidad del Valle/Insituto Cinara Noyola, A. 4 El reto para el saneamiento en la región

Como se mostró en el apartado anterior, las necesidades por cubrir para el suministro de agua potable y saneamiento son enormes. Ante el fracaso de los programas mundiales y regionales para reducir significativamente la fracción de la población sin acceso a estos servicios básicos, y frente a las nuevas metas, es evidente que debe producirse un cambio radical en las formas en que se ha abordado el problema.

Las inversiones estimadas para atender este rezago son cuantiosas y fuera del alcance de las economías de los países de la región. El Banco Mundial estimó en 1995 que el sector agua y saneamiento en América Latina y el Caribe requería de 12 mil millones de dólares anuales durante diez años para alcanzar niveles de cobertura solo “razonables”. De esta suma, 5 mil millones deberían ser destinados al abastecimiento de agua potable y 7 mil millones al saneamiento (en miles de millones de dólares: 4.4 para sistemas de drenaje; 1.2 para plantas de tratamiento; 1.2 para rehabilitación de la infraestructura y 0.2 para saneamiento rural). En este sentido, el gobierno mexicano destina actualmente 1.4 mil millones de dólares por año al sector agua y se ha trazado como meta para el año 2025 doblar esa inversión al llevarla a los 3 mil millones de dólares anuales. Un elemento importante a considerar es que el 74% de la población en los países de la región vive en centros urbanos, lo que implica la centralización de los servicios, entre ellos la recolección del agua residual y su tratamiento. El aspecto positivo es que el factor de escala favorece los costos por habitante; el negativo es que conduce a la aplicación automática de los modelos tradicionales del saneamiento.

En muchos países de la región, se aprovechan las aguas residuales, sin tratar en su mayoría, en riego agrícola de grandes extensiones de tierra. Esta es una práctica que remonta a muchos años atrás, y ha dado lugar al florecimiento económico de importantes áreas cercanas a los centros urbanos generadores de esas descargas líquidas. Se estima que en América Latina se riegan con aguas crudas alrededor de 1,300,000 hectáreas. En la zona norte de la Ciudad de México se irrigan 90,000 hectáreas desde hace aproximadamente un siglo. El aprovechamiento de las aguas residuales municipales en riego agrícola es una característica propia de países en desarrollo y por lo tanto, debe ser abordado con enfoques adaptados, no convencionales. Adicionalmente, diversos tipos de reuso del agua residual tratada se practican en forma cada vez más frecuente en los países con escasez del recurso y constituirán un elemento básico en la gestión sustentable del agua.

Ante el reto de llevar mejores condiciones de salud y vida a todos los habitantes de América Latina y el Caribe, las soluciones para el saneamiento deben ser en buena medida innovadoras y surgidas del conocimiento profundo de la problemática específica que presenta la región. El enfoque convencional importado de los países desarrollados ha mostrado sus limitaciones, fundamentalmente por requerir montos de inversión y operación muy elevados, además de incrementar la dependencia tecnológica. Es imperativo que se desarrollen e implanten sistemas administrativos, financieros y tecnológicos que realmente respondan a las necesidades y limitaciones de los usuarios latinoamericanos si se quiere cumplir con las metas del sector. Para ello, la experiencia y la innovación del gremio profesional debe aplicarse con compromiso, en el entendido de que enfrentará muchos intereses creados, nacionales y extranjeros. Para responder ante este gran reto, se deberá contar indispensablemente con el apoyo decidido de la sociedad y con la voluntad política de los gobernantes.

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Universidad del Valle/Insituto Cinara Noyola, A. 5 Procesos de tratamiento de aguas residuales domésticas adaptados a la región

El agua, al ser utilizada, incorpora diversas sustancias en forma suspendida, coloidal o disuelta que contaminan y degradan su calidad o pureza. Un agua contaminada necesariamente tendrá restricciones en cuanto a sus posibles usos y podrá implicar riesgos a la salud y cambios en el equilibrio ecológico del cuerpo receptor. Por ello, es necesario eliminar, por medio de un proceso de tratamiento, las sustancias que la contaminan y la hacen inadecuada para su descarga en el ambiente o para su reuso.

Para el tratamiento de aguas residuales o contaminadas existen diversos procesos y operaciones unitarios que con una adecuada selección y combinación, pueden resolver la mayoría de las necesidades de disposición final o reaprovechamiento. En términos muy generales, existen procesos fisicoquímicos y procesos biológicos. Los primeros hacen uso de las diferencias en ciertas propiedades entre el contaminante y el agua (operaciones de sedimentación y flotación, por ejemplo) o -mediante la adición de reactivos- cambian la forma del contaminante a una más fácil de separar del agua, o bien inofensiva. Por su parte, los segundos utilizan microorganismos que se alimentan de la materia orgánica contaminante y con ello, la eliminan del agua en forma de nuevas células o de gases, que pueden separarse más fácilmente del agua en tratamiento. Se puede considerar que las reacciones bioquímicas que se llevan a cabo en estos procesos son las mismas que se realizan en el medio natural (río, lago, suelo, etc.), sólo que en forma controlada dentro de tanques o reactores y a velocidades de reacciones mayores. Utilizan por lo tanto, las herramientas depuradoras de la propia naturaleza.

Otra clasificación que puede hacerse de los procesos de tratamiento de aguas residuales está basada en su grado de complejidad o de mecanización. Existen los procesos intensivos y compactos, con tecnología más desarrollada (procesos tecnificados) y los llamados naturales, con mayor requerimiento de área y que recurren a la acción de la naturaleza con intervención humana reducida. Los sistemas lagunares, los lechos de raíces y los humedales o wetlands constituyen los procesos naturales más conocidos.

Entre los procesos compactos, existen aquellos altamente mecanizados, como los lodos activados en sus diversas variantes, los reactores secuenciales alimentados por lotes, los filtros biológicos convencionales (percoladores), los filtros biológicos sumergidos y los discos biológicos rotatorios, todos ellos de tipo aerobio. Los procesos anaerobios compactos tienen menores requerimientos de energía y por lo tanto de motores y piezas mecánicas, siendo los más representativos el reactor anaerobio de lecho de lodos de flujo ascendente (UASB por sus siglas en inglés) y el filtro anaerobio, ya sea horizontal o vertical.

Un nuevo elemento viene a sumarse a los sistemas compactos, esta vez de tipo fisicoquímico, el llamado tratamiento primario avanzado, que consiste en la sedimentación primaria mejorada con la adición de reactivos químicos (coagulantes).

La diversidad de opciones tecnológicas disponibles en la actualidad hace complicada la tarea de evaluar y seleccionar el sistema y la tecnología más adecuada para cada aplicación. Se puede considerar que el mejor tren de tratamiento será aquel que con el máximo de economía y el mínimo de complejidad, alcance la calidad de agua requerida, ya sea para su descarga al medio natural o para su reuso. Este concepto, aparentemente obvio, no se ha aplicado en un buen número de ocasiones, lo que ha llevado al abandono de muchas instalaciones de tratamiento en la región. Las principales causas de la ineficiencia o el abandono de las plantas son los altos costos de operación y que el sistema fue impuesto al organismo responsable de la operación con base en decisiones de corto plazo y sin considerar al operador ni a los usuarios del servicio.

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Universidad del Valle/Insituto Cinara Noyola, A. 6 Con base en las grandes necesidades de infraestructura de saneamiento que enfrenta la región y con la evidente escasez de recursos financieros para atenderlas, las opciones tecnológicas por considerar deberán cumplir con ciertos criterios.

• La materia no se destruye, solo se transforma. Esto lleva a los inevitables subproductos y residuos y por lo tanto a integrar un sistema completo, que contemple el manejo de los lodos y otros subproductos

• Limitar las necesidades de insumos (energía, reactivos)

• Minimizar los residuos y aprovechar los subproductos (reciclar) • Cumplir con la calidad especificada de descarga

• Incorporar a la población (usuarios) en la toma de decisiones con objeto de que adopte como propia la opción seleccionada

Con los argumentos expuestos, se puede concluir que la vía biológica, al ser una herramienta de la naturaleza, está mucho mejor ubicada para resolver los problemas del tratamiento de aguas residuales biodegradables, como lo son las de origen municipal. A su vez, los procesos anaerobios cumplen los requisitos deseables para establecer una tecnología perdurable. De considerarse estos atributos al momento de seleccionar tecnologías de tratamiento de aguas residuales, se avanzaría, aunque fuera en modesta forma, en la construcción del desarrollo sustentable (Noyola, 1996). Para la selección de tecnologías de tratamiento en América Latina y el Caribe se pueden identificar dos grandes subconjuntos, los cuales a su vez se combinan entre si:

• En función de la densidad de población: área urbana y área rural • En función del clima: zonas cálidas y zonas frías o templadas

Sin entrar en detalle sobre los procedimientos para la selección de sistemas y tecnologías de tratamiento de aguas residuales, puede identificarse la pertinencia de tipos de tecnologías para cada uno de los grupos señalados. Es así que el medio urbano, donde el terreno es escaso y caro, los procesos compactos tendrán mayor aceptación, mientras que en el medio rural, la ventaja la tendrán los sistemas naturales. Una combinación entre ciertos procesos compactos, con menor grado de mecanización, y procesos naturales podrá en ocasiones ser una ventajosa opción, en particular cuando los costos de operación deban ser reducidos y se tengan ciertas limitaciones de terreno. Por otro lado, la influencia del clima y de la temperatura del agua es particularmente importante para los sistemas naturales, así como para los sistemas compactos anaerobios. De esta forma, temperaturas del agua inferiores a 20ºC o ambiente mínimas cercanas a 0ºC pueden limitar la aplicación de estos procesos, lo que resulta menos problemático para los procesos compactos aerobios o fisicoquímicos.

El debate de hace algunos años, que llevaba a oponer las tecnologías anaerobias modernas con las aerobias, ya ha sido resuelto en buena medida en el sector industrial; se ha ganado madurez y experiencia. Ahora lo que se acepta en forma creciente es que ambos tipos de procesos no se oponen, por el contrario, se complementan al aportar cada uno su parte, paliando entre ambos sus respectivas desventajas o limitaciones. El esquema anterior es menos claro en el caso de aguas más diluidas, como las de origen doméstico o municipal. En este sentido, la evidencia de la madurez de la tecnología anaerobia aplicada en efluentes industriales ya es clara, pero aún falta mucho por convencer en el ramo de las aguas residuales municipales. Es conveniente señalar el hecho que la última edición (4ª) del libro editado por Metcalf y Eddy (2003) ya incluye una sección completa (capítulo 10) para los procesos anaerobios, la cual trata en detalle la tecnología UASB, aunque sin

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Universidad del Valle/Insituto Cinara Noyola, A. 7 prácticamente mencionar su aplicación al tratamiento de aguas residuales municipales. Lo anterior es un reconocimiento a la madurez de la tecnología, al menos en el sector industrial. Por el contrario, el capítulo sobre sistemas de tratamiento naturales (capítulo 13) de la edición anterior, fue eliminado en la nueva edición.

Dentro de los procesos anaerobios de tipo compacto, el conocido como reactor anaerobio de lecho de lodos de flujo ascendente es sin duda el más aplicado a nivel mundial en aguas residuales industriales. En aguas de tipo municipal, es también la tecnología que se ha instalado a escala mayor, particularmente en Brasil, Colombia, India y México. Otro proceso anaerobio que se ha aplicado, pero a menor escala, es el filtro anaerobio, con una etapa o con compartimientos, ya sea con flujo horizontal, ascendente o descendente.

A pesar de que el reactor UASB es un proceso relativamente sencillo de operar con aguas de tipo municipal, su simplicidad no implica que no se requiera de atención y cuidado en su diseño y operación. El buen diseño de un reactor UASB es esencial para su correcto funcionamiento. No puede esperarse que un reactor con fallas en el diseño hidráulico tenga un buen desempeño. El diseño de un reactor que trate aguas residuales municipales debe partir de la carga hidráulica como parámetro fundamental y no de la carga orgánica, como sucede con reactores que tratan aguas concentradas.

En la mayoría de los casos en los que se han empleado reactores anaerobios (en particular tipo UASB) como proceso depurador de aguas residuales municipales, se ha incluido en el proceso global, un postratamiento. Las principales razones por las cuales el efluente de un reactor UASB puede requerir de un postratamiento son:

• Remoción de materia orgánica remanente (DQO y DBO) en el efluente, debido a que la digestión anaerobia tiene un límite de remoción que depende, básicamente, de la cinética global de degradación, y por lo tanto de la temperatura, el contenido de biomasa activa y del grado de contacto entre el sustrato y los microorganismos.

• Remoción de nutrientes (N y P), ya que la digestión anaerobia tiene bajos requerimientos de nutrientes y prácticamente no remueve nitrógeno ni fósforo. Esta remoción, sin embargo, puede no ser necesaria, ya que si el agua será usada para riego, la presencia de estos elementos puede ser muy valiosa como nutrientes para las plantas.

• Remoción de organismos patógenos, debido a que el reactor UASB no es eficiente en la remoción de bacterias y virus patógenos, aunque sí tiene capacidad de remoción de huevos y quistes de protozoarios, pero con un postratamiento se aseguraría una remoción del 100 %. Con excepción de las lagunas de oxidación, todos los procesos biológicos tienen, sin embargo, esta limitante.

• Remoción de sólidos sedimentables que hayan permanecido en el efluente o que se hayan descargado en una desestabilización del reactor.

La necesidad y el tipo postratamiento del efluente de un reactor anaerobio que trate aguas residuales municipales estará determinada, fundamentalmente, por los parámetros de calidad del efluente que la legislación haya fijado en particular. Otro requerimiento importante, común a todo proceso anaerobio y en ciertos casos, en la fase de pretratamiento de cualquier sistema, es el prever un sistema de control de olores, sobre todo si la planta de tratamiento se ubica cerca de zonas habitadas. Estos sistemas pueden ser relativamente sencillos, como los biofiltros de compost (Morgan-Sagastume et al., 1999).

Por su parte, en algunos países (México, Colombia y Brasil) el nuevo debate entre los procesos biológicos y el tratamiento primario avanzado seguramente terminará como el debate previo entre

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Universidad del Valle/Insituto Cinara Noyola, A. 8 lo aerobio y lo anaerobio; se reconocerá que toda tecnología es buena, siempre y cuando se seleccione en forma cuidadosa y rigurosa, considerando todos los factores involucrados. Dentro de este proceso de selección se deberá abordar el problema con un enfoque integral, sin discriminar otras corrientes del proceso y reconocer que la materia solo se transforma. En este caso, las implicaciones de la inevitable transferencia de contaminantes de un medio receptor a otro tomarán un peso fundamental en la decisión final (Noyola, 1998).

En todo lo anterior, el proceso de estabilización, la forma y la ubicación del sitio de aprovechamiento o de disposición final de los lodos tendrán un peso específico determinante al momento de seleccionar los procesos para una planta de tratamiento de aguas residuales. El enfoque integral agua-gases-sólidos (lodo) tendrá que asumirse, y con él, el respeto al olvidado concepto elemental del balance de masa y de la ley de la conservación de la materia.

CONCLUSIONES

Los retos para recuperar el rezago en infraestructura de saneamiento y el adecuado manejo del agua en América Latina y el Caribe obligan a utilizar los escasos recursos en forma óptima, a lograr más con menos y a ser innovadores en las soluciones.

Para todo proyecto de saneamiento debe seleccionarse la mejor opción, la más sustentable (perdurable), lo que implica situarse en el largo plazo y asociar a la comunidad servida en todo el proceso de selección, construcción y operación.

Existen las opciones tecnológicas, tanto convencionales como adecuadas a la región, estas últimas en diverso grado de desarrollo. El reto es alcanzar más experiencia, diseminar las tecnologías propias y utilizarlas óptimamente, todo en un tiempo corto ya que las oportunidades no esperarán. Los montos que deberán invertirse en el mediano y largo plazo, son una oportunidad para demostrar la creatividad e innovación de la ingeniería latinoamericana para buscar respuestas propias.

REFERENCIAS

CEPIS. (2002). Resumen Ejecutivo de Proyecto Regional Sistemas Integrados de Tratamiento y Uso de Aguas Residuales en América Latina: Realidad y Potencial, Centro Panamericano de Ingeniería Sanitaria y Ambiental (CEPIS-OPS), Lima Perú, 34 pp.

CNA. (2000). Inventario Nacional de Plantas de Tratamiento de Aguas Residuales, Comisión Nacional del Agua, México D.F.

CNA. (2003). Estadísticas del Agua en México 2003, Comisión Nacional del Agua, México D.F., 105 pp.

Metcalf & Eddy. (2003). Wastewater Engineering: Treatment and Reuse, fourth edition, McGraw-Hill, New York, 1819 pp.

Morgan-Sagastume, J.M.; Revah, S. y Loyola, A. (1999). Malos olores en plantas de tratamiento de aguas residuales. Su control a través de procesos biotecnológicos, Ingeniería y Ciencias Ambientales Año 10, (41), 22-29.

NOM-001-SEMARNAT-1996. (1997). Norma Oficial Mexicana “Que establece los Límites Máximos Permisibles de Contaminantes en las Descargas de Aguas Residuales a Bienes Nacionales”. Diario Oficial de la Federación. Enero 6 de 1997. 67-81.

Noyola, A. (1996). Anaerobic technology as a tool for the sustainable environment: the context of Mexico, en Biodegradación de Compuestos Orgánicos Industriales, Ilangovan K. y Briones R. editores, Instituto de Ingeniería UNAM, México, 169-172.

Noyola, A. (1998). Anaerobio vs Aerobio, un debate (casi) superado: Biológico vs Primario Avanzado, ¿el nuevo debate? Ingeniería y Ciencias Ambientales (México), Año 10, (34), 10-14.

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Universidad del Valle/Insituto Cinara Noyola, A. 9 OPS. (2001). Informe Regional sobre la Evaluación 2000 en la Región de las Américas,

Organización Panamericana de la Salud, Washington D.C. 81 pp.

SISS. (2003). Bases Técnicas del Estudio Alternativas Tecnológicas para el Tratamiento de Aguas Servidas en Chile, Superintendencia de Servicios Sanitarios, Santiago, Chile.

Referencias

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