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Diplomacia cultural: escuelas misionales protestantes en México

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D I P L O M A C I A C U L T U R A L :

ESCUELAS MISIONALES

PROTESTANTES EN M E X I C O

Deborah BALDWIN

UmvcTsity of AthauscLS at Littls Rock

L A S I N V A S I O N E S M I L I T A R E S que Estados U n i d o s llevó a cabo en M é x i c o a principios del siglo x x y l a herencia que dejó la t á c i t a anuencia del embajador H e n r y L a ñ e W i l s o n en el asesinato del presidente Francisco I . M a d e r o , constituyen el n a d i r de las relaciones entre ambos p a í s e s . Por otra parte, cuando los experimentados políticos estadounidenses tuvieron que hacer frente al fracaso d i p l o m á t i c o y cribar las cenizas que dejó en M é x i c o l a dictadura porfirista, las misiones d i -p l o m á t i c a s de carácter -privado -progresaron notablemente. En-tre los esfuerzos que realizaron, l l a m a n sobre todo l a aten-c i ó n las esaten-cuelas fundadas p o r agrupaaten-ciones protestantes. L a diplomacia cultural, el aprovechamiento de la cultura para establecer relaciones pacíficas entre las naciones consti-t u y e r o n la meconsti-ta de organizaciones privadas norconsti-teamericanas antes de 1938, a ñ o en que el gobierno c o m e n z ó a participar activamente en el intercambio cultural. Agrupaciones religio-sas, agencias filantrópicas, asociaciones artísticas e institucio-nes educativas dieron su apoyo a intereses individuales rela-tivamente ajenos a una i n t e r v e n c i ó n gubernamental expresa. E n M é x i c o , el p r o p ó s i t o del gobierno en lo concerniente a controlar, planear o abrogar estas actividades d i p l o m á t i c o -culturales a u m e n t ó durante la R e v o l u c i ó n y se formalizó con la C o n s t i t u c i ó n de 1917. Evidentemente, ambos países aca-b a r o n por reconocer que era importante controlar la difusión de los valores culturales; pero, p o r otra parte, nunca se ha-b í a analizado a fondo l a naturaleza de las actividades cultu-rales que deseaban controlar. E l presente artículo apenas roza

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la superficie de la diplomacia c u l t u r a l , partiendo de las escuelas misionales protestantes. Por p r i n c i p i o de cuentas, i n -daga p o r q u é el gobierno mexicano i n t e n t ó controlar el pa-pel que d e s e m p e ñ a n los agentes culturales; aludirá, asimismo, a l a amenaza que representaban esos agentes y al tipo de re-laciones culturales que en aquel entonces estaban en manos de particulares. A u n cuando se trate de u n a cuestión i m p o r -tante para el tema que a q u í analizamos, la reacción del go-b i e r n o estadounidense excede los límites del presente estu-d i o . Por otra parte, sí examina la respuesta estu-de las misiones protestantes norteamericanas. Se catalogan las actividades educativas de las misiones protestantes en M é x i c o de 1870 a 1920, se habla de sus caudillos, se analiza el contenido de sus e n s e ñ a n z a s y su r e p e r c u s i ó n en el sistema político, p a r t i -cularmente en la labor de a d a p t a c i ó n a la Constitución de 1917 que realizaron las misiones. Este medio siglo sigue u n curso paralelo al de sucesos m u y importantes de la historia de am-bas naciones.

Se llega a la c o n c l u s i ó n de que hacia 1910 h a b í a numero-sas escuelas misionales protestantes en M é x i c o , principalmente concentradas en el norte del p a í s . E n la plana mayor de esas misiones figuraban personajes que conservaron su influencia en los gobiernos posrevolucionarios. Algunas de las institu-ciones misionales sirvieron de modelo para las reformas edu-cativas en las escuelas p ú b l i c a s d e s p u é s de la caída de Porfi-rio D í a z , cuando el gobierno revolucionaPorfi-rio buscaba modelos no porfiristas. Los programas de estudio de los colegios pro-testantes subrayaban valores relacionados con la industriali-z a c i ó n y con las ideas políticas liberales, pero sin confundir los p a r á m e t r o s correspondientes a cada grupo de valores. L a escuela misional inculcaba p u n t u a l i d a d , eficiencia, limpieza, etc., y t a m b i é n , a s í fuese de lejos, s u g e r í a algunos límites a las exigencias de los industriales. Los programas, a d e m á s , i n -trodujeron ideas relativas al patriotismo desinteresado y a los derechos ciudadanos, haciendo ver que u n electorado culto d e b í a ejercer esos derechos. E x i s t í a n paradojas no sólo en los valores que se inculcaban, sino t a m b i é n en las relaciones del m o v i m i e n t o educativo con el gobierno. L a experiencia que el personal de las misiones facilitó a los gobiernos

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posrevolu-DIPLOMACIA CULTURAL 2 8 9

cionarios algunas veces fue causa de conflictos con los supe-riores de las mismas, y otras veces p r o v o c ó el temor y el an-tagonismo de elementos de t r a d i c i ó n católica que abrigaban sospechas sobre las intenciones del nuevo gobierno. L a m u -t u a influencia cul-tural en-tre el personal de las misiones y el pueblo mexicano c o n s t i t u y ó u n intercambio d i p l o m á t i c o m u -cho m á s sutil y posiblemente m á s duradero que el que lleva-r o n a cabo los embajadolleva-res H e n lleva-r y L a ñ e W i l s o n o D w i g h t M o r r o w .

I

Los misioneros protestantes comenzaron a entrar poco a poco en M é x i c o a p a r t i r de la guerra mexicano-norteamericana de 1846. E l primer misionero —en realidad misionera— que dejó verdadera huella fue M e l i n d a R a n k i n , agente de la Sociedad Bíblica Estadounidense y de la U n i ó n Cristiana Extranjera, que t r a b a j ó en M é x i c o de 1855 a 1872. V i n i e r o n d e s p u é s m u -chos otros misioneros, y así, en 1883, a principios del gobierno de Porfirio D í a z , h a b í a ya 12 juntas misionales y 264 con-gregaciones.1

R a n k i n y todos los que la siguieron establecieron escuelas asociadas a las nacientes congregaciones. Si bien se funda-r o n colegios pfunda-rotestantes en ciudades impofunda-rtantes del nofunda-rte de M é x i c o , l a m a y o r í a se hallaba en aldeas rurales adonde no h a b í a llegado el sistema educativo mexicano. A principios de 1883 se aprobaron leyes que e s t a b l e c í a n la e d u c a c i ó n p ú -blica en el D i s t r i t o Federal, pero, en general, la e d u c a c i ó n siguió en manos de la Iglesia católica ( a d e m á s , la mayor parte de los colegios funcionaban en centros con abundante pobla-c i ó n ) . E l gobierno porfirista, bajo la d i r e pobla-c pobla-c i ó n de Justo Sie-r Sie-r a y de la Sie-recientemente foSie-rmada J u n t a FedeSie-ral de Educa-c i ó n , d e s a r r o l l ó mayor aEduca-ctividad en este r a m o que las administraciones anteriores.2 E n 1887, la C á m a r a de D i p u -tados a p r o b ó u n programa de i n s t r u c c i ó n obligatoria,

apo-1 OBER, 1983, p. 3 0 1 . Véanse las explicaciones sobre siglas y referen-cias al final de este artículo.

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yado por católicos y protestantes.3 L a meta consistía en que la e d u c a c i ó n adoptara los ideales liberales del porfiriato.4 Se d a r í a especial importancia a la e n s e ñ a n z a p r i m a r i a y a las es-cuelas normales, pero debe a ñ a d i r s e que se fundaron la Es-cuela Nacional Preparatoria y la Universidad (esta ú l t i m a en 1910).5 E n 1905 Justo Sierra q u e d ó a cargo de la nueva Se-c r e t a r í a de E d u Se-c a Se-c i ó n P ú b l i Se-c a .

L a realidad no c o r r e s p o n d i ó a las buenas intenciones del gobierno de D í a z en el ramo de la i n s t r u c c i ó n p ú b l i c a . E r a n m u y elevadas las miras del plan formulado por Justo Sierra, pero r e s u l t ó insuficiente el presupuesto que se le a s i g n ó . L a falta de profesores preparados t a m b i é n puso obstáculos al pro-greso, y la m a y o r í a de las instituciones docentes q u e d ó en los centros urbanos.6 E l gobierno reconoció que sólo 5% de toda la p o b l a c i ó n —unos 750 000 alumnos— asistía a las es-cuelas (municipales o particulares).7 Diversas publicaciones protestantes calculaban que hacia 1910 casi m i l l ó n y medio de personas s a b í a n leer y escribir.8 Ambos cálculos ponen de manifiesto que la e d u c a c i ó n sólo h a b í a llegado a u n p e q u e ñ o porcentaje del pueblo mexicano.

A principios de la labor misional realizada en M é x i c o , tanto los misioneros norteamericanos como los ministros protestantes mexicanos reconocieron que las escuelas eran u n medio m u y valioso para evangelizar, ilustrar, ejercer influencia y promo-ver cambios necesarios. Inicialmente se dijo que los colegios misionales c o n s t i t u í a n u n medio necesario para obtener con-versos, porque proporcionaban u n servicio indispensable y porque representaban una forma de combatir el catolicis-m o .9 H a c i a 1911 los colegios protestantes eran reflejo del

3 GONZÁLEZ NAVARRO, 1957, p. 550.

* VÁZQUEZ DE K N A U T H , 1970, p. 84. ^ VÁZQUEZ DE K N A U T H , 1 9 7 0 , p. 103.

6 LISTER y L I S T E R , 1966, p. 9 4 ; WINTON, 1928, p. 154; VAUGHN, 1975,

pp. 17-34; SCHOENTHALS. 1964, pp. 22-24.

7 SCHOENTHALS, 1964, p. 2 2 , cita a Antonio PEÑAFIEL. Cuadro sinóptico de la administración del Sr. Gral. D. Porfirio Díaz hasta 1909.

^ B u R D E T T E , 1 9 1 2 .

^ GRANT, 1896; Reavers, s/f; KNOWLES, 1908, p. 148; Eaton a Mission Board Secretary, enero de 1 9 8 3 , A B C F M .

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evangelio social de los misioneros, y se h a b l ó de ellos como de "...colaboradores del proceso e v o l u t i v o " .1 0 L a importan-cia que los protestantes asignaban a esta labor se percibe cla-ramente en el hecho de que 50% de los sitios escogidos para congregaciones protestantes c o i n c i d í a n con la u b i c a c i ó n de sus escuelas. U n poco m á s de 8 0 % de los lugares donde ha-b í a m i n i s t r o (no todas las congregaciones t e n í a n ministro re-sidente) eran asimismo localidades donde h a b í a colegio.1 1 D u r a n t e el periodo 1870-1920, las escuelas que se estudiaron a r r o j a n u n promedio anual de unos 700 alumnos por colegio (si bien en ciertos casos la cifra era bastante menor y mayor en algunos otros). E n la m a y o r í a de los colegios protestantes l a p o b l a c i ó n escolar femenina casi era el doble que la mas-c u l i n a . L a m a y o r í a de las alumnas p r o v e n í a de las esmas-cuelas normales, y la de los estudiantes de las normales y de los se-m i n a r i o s .

D u r a n t e la breve a d m i n i s t r a c i ó n del presidente Meadero se efectuaron pocos cambios en l a e d u c a c i ó n p ú b l i c a , y no a u m e n t ó el presupuesto destinado al r a m o . Los ú n i c o s cam-bios visibles incluyen 50 nuevas escuelas publicas y u n modesto p r o g r a m a de desayunos escolares. E l gobierno de V i c -t o r i a n o H u e r -t a in-trodujo varios cambios, en-tre o-tros, u n incremento, dentro del presupuesto federal, de 7 . 8 % , asignado al ramo de la e d u c a c i ó n durante el gobierno de M a d e -r o , a 9 . 9 % (suma que t a m b i é n se a p -r o v e c h ó pa-ra la cons-t r u c c i ó n de 131 nuevos edificios escolares).

El que en toda la R e p ú b l i c a M^exicana se necesitasen mas escuelas, en especial fuera del D i s t r i t o Federal, sirvió de estí-m u l o para que se establecieran instituciones protestantes, para lo cual se c o n t ó con el apoyo de profesionistas locales que ofre-cieron sus servicios como conferenciantes. D e s p u é s de la Re-v o l u c i ó n el gobierno c o n c e d i ó subsidios. L a Escuela N o r m a l de la Frontera, en Sabinas, recibió 30 dolares mensuales en 1912 y , cuando se a ñ a d i ó u n nuevo departamento, este sub-sidio ascendió a 50 d ó l a r e s .1 2 Antes de que las actividades

re-iü Wright a Mission Board Secretary, abril de 1913, A B C F M .

1 1 n = 95 escuelas, n = 204 lugares de congregación, n = 114 luga-res de luga-residencia de ministros.

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volucionarias desorganizaran el funcionamiento del Institu-to del Pueblo, en Piedras Negras, el gobierno aportaba 100 d ó l a r e s mensuales a manera de s u b v e n c i ó n . Posteriormente, el gobernador Morales r e a n u d ó el subsidio.1 3

Las misiones protestantes afirmaban que en el a ñ o de 1913 t e n í a n en M é x i c o 614 escuelas,1 4 muchas de ellas ubicadas en centros de p o b l a c i ó n del norte de la R e p ú b l i c a y en zonas rurales. Esas escuelas proporcionaban i n s t r u c c i ó n a quienes v i v í a n en (aldeas o) poblaciones donde no e x i s t í a n escuelas oficiales. E n algunas regiones proliferaron a tal grado las es-cuelas protestantes que en 1910 superaban en n ú m e r o a los colegios católicos. Se ufanaban los protestantes de que en T a -maulipas t e n í a n ocho colegios mientras que los católicos sólo s o s t e n í a n cinco.1 5

C u a n d o Venustiano Carranza p r i n c i p i ó a organizar su go-bierno el panorama de la e d u c a c i ó n era t o d a v í a lamenta-b l e .1 6 Debido a la R e v o l u c i ó n muchas escuelas h a b í a n cerra-do sus puertas, con la consiguiente d i s p e r s i ó n de alumnos y maestros. Carranza a p r o v e c h ó los servicios de u n buen n ú -mero de ministros protestantes para que lo ayudaran a re-construir el sistema educativo.

A n d r é s Osuna, consejero y amigo de Carranza, figura en-tre las personas escogidas para desarrollar esa labor. Osuna se e d u c ó en el Instituto Laurens, escuela protestante estable-cida en M o n t e r r e y .1 7 D e s p u é s de graduarse c o m e n z ó a tra-bajar en Saltillo como profesor y como m i n i s t r o protestan-t e .1 8 E l g o b e r n a d o r p o r f i r i s t a de C o a h u i l a , M i g u e l C á r d e n a s , se fijó en la labor que desarrollaba Osuna y le p i -d i ó que a c o m p a ñ a r a a u n grupo -de maestros mexicanos en u n viaje a Estados U n i d o s . A l regresar de este viaje fue n o m -brado director de la nueva escuela n o r m a l del estado e ins-pector general de los colegios oficiales, puesto que o c u p ó

Osu-1 3 HARRISON, 1920, p. 130; INMAN, 1 9 1 9 , p. 2 2 4 .

14 World Atlas, 1913. Por comparación, el censo de México de 1907

re-gistraba 1 0 2 7 escuelas en el norte del país.

1 5 GONZÁLEZ NAVARRO, 1957, p. 5 8 7 .

1 6 M E Y E R , Michael C . , 1 9 6 7 , p. 159.

1 7 ONDERDONK, 1930, p. 8 1 .

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na durante casi once a ñ o s .1 9 A l acercarse la R e v o l u c i ó n cayó en desgracia de la burocracia porfirista. S e g ú n fuentes pro-testantes h a b í a funcionarios que lo consideraban "excesiva-mente l i b e r a l " . A l parecer, cuando una c o m i s i ó n presiden-cial lo instó a que se declarara leal al r é g i m e n , c o n t e s t ó : " E s t a r í a dispuesto a hacerlo si cambiara de convicciones po-líticas con la facilidad que cambio de saco."2 0 Poco d e s p u é s de este incidente a b a n d o n ó el p a í s .

Gracias a la ayuda de las misiones protestantes, Osuna real i z ó durante seis a ñ o s estudios de posgrado en reala U n i v e r s i -dad V a n d e r b i l t , antes de regresar a M é x i c o invitado por Ca-rranza para colaborar en el programa de e d u c a c i ó n nacional. D e 1915 a 1916 d e s e m p e ñ ó diversos puestos en el nuevo go-bierno: director de e d u c a c i ó n p r i m a r i a y de e d u c a c i ó n secund a r i a en el Distrito Fesecunderal, secundirector secunde escuelas oficiales, secund i -rector de la escuela preparatoria de la U n i v e r s i d a d Nacional de M é x i c o , entre otros.2 1 E n 1917 r e n u n c i ó a los cargos que d e s e m p e ñ a b a en la ciudad de M é x i c o a fin de fungir como gobernador interino de T a m a u l i p a s .2 2 E n el verano de 1919 a b a n d o n ó la gubernatura pues se le a c u s ó de no haber con-vocado a elecciones. Poco d e s p u é s se le n o m b r ó director de i n s t r u c c i ó n p ú b l i c a del estado de Nuevo L e ó n .2 3

E l misionero Wallace escribió acerca de algunos de los cam-bios que introdujo Osuna cuando intervino en el sistema es-colar del Distrito Federal. E l propio Osuna refirió a Wallace:

En el viejo sistema la Preparatoria se había convertido en ante-sala del infierno y camino abierto a la perdición. Los

mucha-1 9 INMAN, 1915; MOSES, 1903, p. 35; EATON, 1922, p. 268.

2 0 INMAN, 1919, pp. 66-67.

2 1 The Missionary Review of the World, agosto de 1915, p. 582; INMAN,

1919, pp. 66-67; HELMS, 1955, p. 545; Wallace a Mission Board Secre¬ tary, 10 de junio de 1915, y a la familia, 21 de septiembre de 1916, PA\

PLANCHET, 1929, p. 51.

2 2 Wheeler a Mission Board Secretary, 28 de mayo de 1918, PA\ SAL-DÍVAR, 1945, no concuerda con el Diccionario Porrúa, 1976, en las fechas en que Osuna desempeñó el cargo, indicando que fue gobernador interino de mayo de 1918 a noviembre de 1919 y que G . Osuna fue gobernador provisional desde febrero a julio de 1917.

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chos — l a m a y o r í a entre trece y veinte años de edad— nunca h a b í a n sido obligados a asistir a clase, pues bastaba con que apro-basen el examen final. Consiguientemente, muchos de ellos se dedicaban a pasear y a visitar burdeles.

A n d r é s Osuna o r d e n ó que, para hacer frente a ese proble-ma, se efectuaran e x á m e n e s mensuales. A d e m á s , d e s p i d i ó a muchos viejos profesores. Wallace llega a la conclusión de que " . . . q u i z á a Osuna le haya faltado t a c t o " en estas cuestiones pues todo d e s e m b o c ó en una huelga estudiantil. Sin embar-go " . . . h a c í a falta i n t r o d u c i r r e f o r m a s " .2 4 Se ha dicho que, al t e r m i n a r su c o n v e r s a c i ó n con Wallace, Osuna afirmó que contaba " . . . c o n el apoyo incondicional del P r i m e r J e f e " .2 5

D u r a n t e los gobiernos de Venustiano Carranza, A l v a r o O b r e g ó n y Plutarco Elias Calles, M o i s é s S á e n z se d e s t a c ó como educador. Fue alumno de una escuela secundaria pro-testante y, en 1906, se g r a d u ó en el Seminario Teológico Pres-biteriano (establecido en C o y o a c á n ) .2 6 L a m i s i ó n lo e n v i ó a realizar estudios de posgrado en Washington y en el Jefferson College (Pennsylvania), donde obtuvo el título de maestro en 1912.

Ese mismo a ñ o r e g r e s ó S á e n z a M é x i c o y dio clase en su alma mater coyoacanense. A l g u n o s a ñ o s d e s p u é s (1916) fue nombrado director de la Escuela Nacional Preparatoria (en la capital mexicana).2 7 D u r a n t e el gobierno del general Ca-lles fue asimismo inspector general de las escuelas del estado de Guanajuato y subsecretario de E d u c a c i ó n . Cuando desem-p e ñ a b a este ú l t i m o cargo desem-p r o m o v i ó en la "Escuela de A c c i ó n " las ideas del educador norteamericano J o h n D e w e y .2 8 E l ú l -t i m o pues-to que o c u p ó como hombre p ú b l i c o fue el de em-bajador en P e r ú . A lo largo de su carrera política no dejó de apoyar a las misiones protestantes. E n 1917 tuvo a su cargo

2 4 Wallace a su familia, 21 de septiembre de 1916, PA. 2 5 21 de septiembre de 1916, PA.

2 6 SCHOENTHALS, 1964, pp. 22-24; informe de Halsey sobre Coyoacán, diciembre de 1 9 1 2 , PA; M E Y E R , Jean, 1976, p. 2 6 , dice que Sáenz fue obispo episcopal, lo cual es cierto.

2 7 INMAN, 1919, p. 191; PLANCHET, 1929, p. 51; informe de Coyoacán,

PA.

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l a e n s e ñ a n z a de diversas asignaturas en u n colegio presbite-r i a n o y dupresbite-rante ciepresbite-rto tiempo c o n t i n u ó como dipresbite-rectopresbite-r de la p u b l i c a c i ó n El Mundo Cristiano.

Cuando fueron secretarios de E d u c a c i ó n P ú b l i c a Félix Pa-l a v i c i n i (1914-1916) y J o s é VasconcePa-los (1921-1924) aumen-t ó el n ú m e r o de minisaumen-tros proaumen-tesaumen-tanaumen-tes que i n aumen-t e r v i n i e r o n en las escuelas mexicanas. E n la lista, a d e m á s de los ya citados, f i g u r a n Alfonso H e r r e r a , B e n j a m í n Velasco, J u a n a Palacios y J o s é M a r í a C á r d e n a s .

Alfonso H e r r e r a fue c o n d i s c í p u l o de M o i s é s S á e n z en Co-y o a c á n . Fue ordenado m i n i s t r o presbiteriano Co-y como tal tra-b a j ó durante 17 a ñ o s ; d e s p u é s se c o n v i r t i ó en m i n i s t r o de la

Iglesia metodista. Durante el gobierno de Venustiano Carran-za o c u p ó el puesto de rector de la U n i v e r s i d a d Nacional de M é x i c o y posteriormente el de director de la Escuela T é c n i -ca N a c i o n a l de M é x i c o .2 9

B e n j a m í n Velasco, m i n i s t r o y director del colegio metodista de Q u e r é t a r o , fue nombrado director de i n s t r u c c i ó n p ú -blica del estado de H i d a l g o . E n 1916 a c o m p a ñ ó a Estados U n i d o s a u n grupo de profesores mexicanos. E n una entre-vista para The Missionary Review ofthe World declaró Velasco:

Creo que el Señor ha dado en México a los protestantes una ex-traordinaria oportunidad para cooperar con el gobierno en la reconstrucción del país, para elevar el nivel de vida del pueblo y hacerle ver lo que el Evangelio puede lograr en beneficio de ese mismo pueblo mediante una educación cristiana.3 0

Posteriormente, B e n j a m í n Velasco o c u p ó u n a curul en la C á m a r a de Diputados.

L a superintendencia de las escuelas de Coahuila estuvo a cargo del protestante J o s é M a r í a C á r d e n a s . Fungieron como directores o inspectores de colegios personas educadas en ins-tituciones protestantes, por ejemplo, J u a n a Palacios y R . R . R a m í r e z . Este ú l t i m o fue diputado por Guanajuato en

1917.3 1

2 9 Wallace a Mission Board Secretary, 10 de junio de 1915, PA;

PLAN-C H E T , 1929, p. 51.

3 0 The Missionary Review ofthe World, abril de 1916, p. 243.

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Casi todos los protestantes que t u v i e r o n o p o r t u n i d a d de ingresar a la burocracia del nuevo gobierno eran de naciona-lidad mexicana. R a r a vez se ofreció empleo a los misioneros, y éstos no esperaban que las cosas sucedieran de otra mane-ra. Sin embargo, cabe s e ñ a l a r dos notables excepciones. E l misionero W r i g h t fue nombrado por el gobernador de Jalis-co para formar parte de u n c o m i t é de educadores encargados de preparar el programa de estudios de las escuelas p r i m a -rias.3 2 E l gobernador de Y u c a t á n , Salvador Alvarado, comi-sionó a Blanch Bonine para que a c o m p a ñ a r a al secretario de E d u c a c i ó n , profesor Torres Q u i n t e r o , a contratar maestros en Estados U n i d o s . Blanch Bonine c o m u n i c ó en una carta a la j u n t a misional que el gobernador A l v a r a d o le h a b í a pre-guntado en privado si la j u n t a se c o n c r e t a r í a a escoger a los maestros. Se convino, s e g ú n u n documento oficial enviado a l a j u n t a , que esta ú l t i m a c o m i s i o n a r í a a la misionera Boni-ne para que durante a l g ú n tiempo desarrollara esta labor, que su sueldo c o r r e r í a por cuenta de la misma j u n t a misional y que el estado de Y u c a t á n s u f r a g a r í a los d e m á s gastos. Boni-ne o p i n ó que en esa forma t e n d r í a o p o r t u n i d a d de influir en el t i p o de profesores que iban a seleccionarse. " P o r supues-to, no deben ser aficionados n i al vino n i al tabaco."3 3 A l fin y a la postre la j u n t a misional no a u t o r i z ó el proyecto porque " . . . t e n d r í a n que quedar arregladas ciertas cuestiones antes de que la j u n t a pueda dar pasos en f i r m e " , por ejemplo, " . . .que queden garantizados los sueldos de los maestros y las sumas necesarias para el viaje de regreso si se sintieran des-c o n t e n t o s . . . "3 4

N o hay duda de que los puestos administrativos de m a y o r i m p o r t a n c i a fueron d e s e m p e ñ a d o s por ministros protestan-tes, pero no se sabe a ciencia cierta el n ú m e r o de ellos. E n u n informe sobre labores de c a r á c t e r educativo —en el cual

582; The Missionary Herald, Boston, febrero de 1917, p. 78; Informe de Co-yoacán, 1917, TA.

3 2 The Missionary Herald, Boston, abril de 1920, p. 187.

3 3 Bonine a Mission Board Secretary, 23 de enero de 1917, PA. 3 4 Halsey a Bonine, sin fecha, pero por la colocación del documento en el expediente, puede ser de febrero de 1916, PA.

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se daba cuenta de las actividades de u n congreso nacional pe-d a g ó g i c o al que asistieron maestros pe-de tope-do el p a í s — se suge-r í a que los psuge-rotestantes d e b e suge-r í a n pasuge-rticipasuge-r en gsuge-ran escala en esas labores. Se calculó que por lo menos 10% de los asisten-tes a esa conferencia magisterial eran proasisten-testanasisten-tes, cifra que era casi diez veces m a y o r que el porcentaje que representa-b a n dentro de la p o representa-b l a c i ó n del p a í s .3 5 Los católicos — m e x i -canos y norteameri-canos— se preocuparon por el n ú m e r o de protestantes que intervinieron en la educación pública durante la a d m i n i s t r a c i ó n carrancista. E l sacerdote católico Francis K e l l y calculaba que " . . . e l 50 p o r ciento de quienes ocupa-b a n puestos de i m p o r t a n c i a en el goocupa-bierno de Carranza ha-b í a n estudiado en escuelas protestantes en M é x i c o o en Esta-dos U n i d o s " .3 6

Los lazos entre la política del gobierno de Venustiano Ca-r Ca-r a n z a y la actividad pCa-rotestante en el teCa-rCa-reno de la educa-c i ó n se observan educa-claramente en el Instituto del Pueblo y en la Oficina de I n f o r m a c i ó n y Propaganda.

Enfrente del puerto [de Veracruz] se encuentra un bello edificio por el cual se pagan quinientos pesos mensuales de alquiler. Sirve de cuartel general de la Oficina de Información y Propaganda Revolucionaria.3 7

Wallace afirma: "...se trata de u n centro totalmente pro-testante".3 8 L a oficina mencionada p e r t e n e c í a , en t é r m i n o s generales, a la j u r i s d i c c i ó n del Departamento de I n s t r u c c i ó n P ú b l i c a , y estaba directamente bajo las ó r d e n e s de G . A . V e -l á s q u e z , quien anteriormente d i r i g í a u n a academia particu-lar en M o n t e r r e y . E n 1914 llegó a ministro metodista (tras de haber pertenecido p o r poco tiempo a la Iglesia presbite-r i a n a ) .3 9 E n M o n t e r r e y r e d a c t ó propaganda en favor del m o -v i m i e n t o carrancista y m á s tarde asistió a la C o n -v e n c i ó n de Aguascalientes, durante l a cual p e r m a n e c i ó leal a Carranza.

35 Howland a Mission Board Secretary, mayo de 1916, A B C F M .

3 6 K E L L E Y , 1936, p. 312; The Missionary of the World, 1918, p. 183. 3 7 Wallace a Mission Board Secretary, 10 de junio de 1915, TA. ss Wallace a Mission Board Secretary, 10 de junio de 1915, PA. 3 9 IRELAN, 1944, p. 53.

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Por ello se le n o m b r ó para diversos puestos oficiales, inclu-yendo el de censor de la oficina de prensa y director de escuelas comerciales en la ciudad de M é x i c o . Su labor m á s i m -portante consistió en organizar la Oficina de I n f o r m a c i ó n y Propaganda Revolucionaria, encargada de distribuir textos revolucionarios y enviar oradores a todas las regiones del país. L a oficina t e n í a t a m b i é n entre sus metas la de educar al pue-blo de conformidad con las miras y planes del m o v i m i e n t o carrancista.

M i e n t r a s V e l á s q u e z estuvo al frente de la oficina "atrajo a sus filas al mayor n ú m e r o posible de protestantes porque comprenden mejor que otros la verdadera democracia y me-recen confianza gracias a su firmeza de c a r á c t e r " .4 0 Entre las personas a quienes e m p l e ó la oficina figuran J o s é Velas-co, pastor metodista y superintendente de las escuelas del es-tado de Hidalgo; Pedro N a v a r r o , Conrado Morales y Jacinto T a m e z , antiguos alumnos del colegio presbisteriano de Coy o a c á n ; M o i s é s S á e n z , L u i s Torregrosa Coy Lisandro C á m a ra. Torregrosa h a b l ó en la O f i c i n a de I n f o r m a c i ó n , en V e r a -cruz, y a b o r d ó diversos temas, entre otros, el papel que los principios religiosos d e b í a n d e s e m p e ñ a r en la r e c o n s t r u c c i ó n nacional. C á m a r a , uno de los fundadores en 1896 del Pres-biterio del Golfo, p r o n u n c i ó en diversas ciudades una serie de conferencias. S á e n z , como conferencista, desarrolló una labor parecida.

E l Instituto del Pueblo, en Piedras Negras, es otro ejem-plo de los lazos existentes entre la e d u c a c i ó n y la política du-rante el gobierno de Carranza. E l Instituto Panamericano des-c r i b i ó des-como sigue al I n s t i t u t o del Pueblo:

El Instituto del Pueblo presenta características excepcionales den-tro de las instituciones mexicanas. Combina labor social, biblio-tecas públicas y obras de beneficencia con muchas organizacio-nes de carácter educacional y reformista. . . . El Instituto apoyó decididamente los conceptos comunitarios, y para ello se pro-puso transformar a los individuos en trabajadores competen-tes. . . y convertir los ideales de moralidad y buen gobierno en

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DIPLOMACIA CULTURAL 2 9 9

obras de valor práctico realizadas por buenos ciudadanos. . . . Esta aplicación de principios abstractos al terreno de la morali-dad práctica —aquí y ahora— ha sido el objetivo del Instituto del Pueblo.4 1

El Instituto dio su apoyo a clases especiales dedicadas a quie-nes no estaban inscritos en u n a escuela secundaria. E n ellas — l o cual no s u c e d í a en los establecimientos de e n s e ñ a n z a secundaria— se daban por la noche conferencias sobre cues-tiones morales y asuntos de actualidad. E l misionero Jasper Moses dijo que el trabajo que desarrollaba el I n s t i t u t o era

" . . . a manera de reuniones populares a b i e r t a s " .4 2

Samuel G . I n m a n f u n d ó el Instituto del Pueblo y fue su m á s distinguido patrocinador. E n 1908, los Discípulos de Cris-to enviaron a I n m a n a Piedras Negras, en el estado de Coa-h u i l a . E n el terreno de la e d u c a c i ó n p ú b l i c a i n a u g u r ó sus ac-tividades con el establecimiento de u n salón de lectura vespertino (para hombres). E l p ú b l i c o fue tan numeroso que p r o n t o se iniciaron clases de inglés y se f u n d ó u n centro en donde se d e b a t í a n cuestiones sociales y morales de actuali-dad. E l centro l l a m ó l a a t e n c i ó n y puede considerarse pre-cursor del I n s t i t u t o . I n m a n consiguió en Estados U n i d o s — y con simpatizantes mexicanos— 12 000 d ó l a r e s destinados a la c o n s t r u c c i ó n del edificio del I n s t i t u t o .4 3

Durante la R e v o l u c i ó n el Instituto a d q u i r i ó fama como cen-tro de actividades carrancistas, The Missionary Review qf the

World i n f o r m ó en 1915 que u n gran n ú m e r o de ex alumnos

del I n s t i t u t o del Pueblo ya ocupaban puestos de i m p o r t a n c i a en el gobierno. I n m a n , por ejemplo, recordaba que el alcal-de alcal-de Piedras Negras, en una é p o c a en que casi no sabía leer, se contaba entre los asistentes a las clases nocturnas del t u t o . Luego, como alcalde, f o r m u l ó planes para que el Insti- Insti-t u Insti-t o ofreciera sus servicios en oInsti-tras parInsti-tes de l a c i u d a d .4 4

4 1 Mencionado en INMAN, 1919, pp. 2 2 1 - 2 2 2 .

4 2 MOSES, 1 9 0 3 , p. 5 8 ; INMAN, 12 de octubre de 1 9 1 1 , IP. Para

des-cripciones adicionales ver diversos ejemplares de The Missionary Review qf the World o The Missionary Herald.

4 3 HARRISON, 1 9 2 0 , p. 9 9 .

4 4 The Missionary Review of the World, enero de 1915, p. 6 5 ; INMAN, 1915,

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Venustiano Carranza era el amigo m á s importante de Sa-m u e l G . I n Sa-m a n , quien refiere que c o Sa-m e n z ó a tratar a Carranza cuando éste llegó a la frontera para reunirse con M a -dero. ' ' A l ver que aquellos dos hombres se daban u n abrazo, deseé que en vez del nervioso visionario de corta estatura fuera a l a capital aquel hombre alto, fornido, de pensamiento lógi-co y d u e ñ o de sí m i s m o . "4 5 E n esa ocasión Carranza visitó por p r i m e r a vez el Instituto del Pueblo. Cuenta I n m a n que el presidente m u n i c i p a l llevó a Carranza al Instituto y le dijo " . . . que los caudillos de la nueva democracia en aquel dis-t r i dis-t o h a b í a n recibido su endis-trenamiendis-to en el cendis-tro de deba-tes, en las conferencias y en las clases n o c t u r n a s " .4 6 L a amistad que u n i ó a Carranza y a I n m a n se b a s ó en u n p u n t o de vista c o m ú n sobre el valor del enfoque que el Instituto asig-naba a la e d u c a c i ó n .

Q u i z á s poco d e s p u é s de esta r e u n i ó n en el I n s t i t u t o , Ca-rranza e I n m a n volvieron a tener otra c o n v e r s a c i ó n . E n sus notas personales refiere I n m a n que fue a ver al gobernador al hotel C o a h u i l a , durante una de las visitas de C a r r a n z a a Piedras Negras.4 7 D e s p u é s de hacer antesala j u n t o con otras 20 o 30 personas, I n m a n explicó al secretario que ya no po-d í a esperar m á s , por lo cual el secretario le r e c o m e n po-d ó que regresara d e s p u é s de anochecer. E n las notas se percibe claramente que I n m a n casi prefería no ver a Carranza pues d u -daba que el gobernador se acordara de su r e u n i ó n anterior. Sus temores desaparecieron cuando Carranza lo r e c i b i ó con u n efusivo abrazo. E l gobernador le dijo que h a b í a hablado con diversos educadores coahuilenses sobre el Instituto del Pueblo y s u g i r i ó que t a m b i é n I n m a n hablara con ellos.

Esta r e u n i ó n hizo crecer la a d m i r a c i ó n que I n m a n s e n t í a por Carranza, y escribió lo siguiente:

Entre los importantes funcionarios mexicanos que he conocido, el señor Carranza es el más demócrata. Su modo de ser abierto,

4 5 INMAN, 1915.

4 6 INMAN, 1915.

4 7 Notas personales de la reunión con Carranza archivadas y fechadas en 1908, IP, fecha a todas luces incorrecta porque se hace referencia al asesinato de Madero que ocurrió en febrero de 1913.

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DIPLOMACIA CULTURAL 301

la forma franca en que habla del pasado y del presente del país, junto con su ilimitada confianza en el pueblo (sin excluir a los más ignorantes), demuestra que es un demócrata en el más auténtico significado de la palabra.4 8

Comenta I n m a n que de conocidos pasaron a ser amigos cuyos lazos no se c i r c u n s c r i b í a n a la política y cuyas familias se visitaban. C u a n d o d e s p u é s del asesinato de M a d e r o , Ca-rranza se convirtió en caudillo de las huestes n o r t e ñ a s , su cuar-tel general estaba situado enfrente de la residencia de I n m a n . Las familias se visitaban todos los d í a s . Cuando la lucha se intensificó m á s y m á s , " t u v e el triste p r i v i l e g i o " , escribe I n -m a n , " d e llevar en nuestro coche . . . a Texas [a la fa-milia de C a r r a n z a ] " .4 9

C o n estos antecedentes, no es de e x t r a ñ a r que se haya usado el Instituto del Pueblo para fines políticos. Cuando C a r r a n -za instaló su cuartel general en Piedras Negras, el Instituto e n t r ó en estrecho contacto con muchos dirigentes políticos me-xicanos. M á s a ú n , el Instituto era casi u n segundo cuartel general para los hombres de Carranza. " L o s soldados usa-b a n las m á q u i n a s de escriusa-bir, los liusa-bros, los mapas, etc. . . . L a sala de lectura se aprovechaba constantemente y estaba siempre a b i e r t a . "5 0

Cuando las fuerzas federales se dirigieron al norte para ata-car a Carranza, I n m a n escribió que todos los colaboradores y d e m á s miembros de la m i s i ó n se dirigieron a Piedras Ne-gras para de a h í h u i r a Estados Unidos. " M u c h o s t e n í a n relaciones con carrancistas", y t e m í a n que se ejercieran re-presalias contra ellos.5 1 I n m a n no a b a n d o n ó la ciudad pero a y u d ó a que otros lo hicieran.

Nuestros dos estudiantes que se preparaban para ser ordenados ministros . . . y en quienes deposité grandes esperanzas, habían trabajado a favor del gobierno . . . se suponía que figuraban en las listas negras. . . Conservé a uno de ellos aquí, aun después

48 jp

4 9 INMAN, 1915; 1917, p. 38.

5 0 IRELAN, 1944, p. 58; MOSES, 1903, p. 59.

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de la llegada de los federales, pero como éstos comenzaron a crearle dificultades, lo ayudé a que cruzara el r í o .5 2

C u a n d o el ejército federal llegó a Piedras Negras en octu-bre de 1913, d e s p u é s de combatir a los carrancistas, se la-mentaba el misionero I r e í a n : " y a se h a b í a n ido todos nues-tros a m i g o s " .5 3 Los federales t a m b i é n lo lamentaron porque algunos, sin duda, v e í a n a I n m a n con malos ojos. E n cierta o c a s i ó n I n m a n quiso obtener u n pase para que uno de los colaboradores mexicanos de la m i s i ó n cruzara el río. Los em-pleados de la oficina se negaron a proporcionarlo pero auto-r i z a auto-r o n a I n m a n a cauto-ruzaauto-r el auto-río " . . .a c o n d i c i ó n de que no regresara como extranjero indeseable, simpatizador de los constitucionalistas, etc., e t c é t e r a " .5 4

I I

Los protestantes descubrieron en la R e v o l u c i ó n una oportu-n i d a d de hacer propagaoportu-nda: " L a geoportu-nte ioportu-nsistirá eoportu-n algo que . . . sirva de alimento para el porvenir del p a í s " .5 5 L a m i -sión propuso que se diera al pueblo u n a e d u c a c i ó n cristiana — t é r m i n o que p o d í a significar muchas cosas, pero que a me-nudo se interpretaba como la c o m u n i c a c i ó n de u n sistema de valores capaz de p r o d u c i r rectitud y vigor moral. Por ejem-plo, A n n a A t w a t e r escribió al respecto:

Hoy en día, en medio de grandes dificultades, el pueblo mexi-cano lucha por subir hacia un orden mejor, tanto en lo social como en lo industrial. Quizá no se han dado cuenta —y otro tanto sucede con ciertos cristianos norteamericanos— que, por encima de todo, México necesita gran fuerza moral, la cual pro-viene de las grandes enseñanzas de Jesucristo.5 6

5 2 Inman a Mission Board Secretary, 7 de octubre de 1917, IP; INMAN,

1919, p. 2 2 4

5 3 IRELAN, 1944, p. 5 8 , ver t a m b i é n HARRISON, 1920, pp. 1 3 0 - 1 3 5 .

5 4 Inman a Mission Board Secretary, 20 de octubre de 1913. IP.

5 5 The Missionary Review of the World, 1 9 2 0 , p. 6 9 5 .

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DIPLOMACIA CULTURAL 303

D e n t r o del contexto del evangelio social, A t w a t e r y otros m á s v i e r o n que las fuerzas morales eran indispensables para combatir a quienes h a b í a n corrompido el ambiente social. L a escuela protestante a s u m i ó la responsabilidad de difundir esos requisitos conceptuales en el seno del proceso de la evolución social. E n la C o n s t i t u c i ó n de 1857 se hallaba la justificación política que la misión necesitaba para preconizar p ú b l i c a m e n t e sus ideas.

E l p r o g r a m a a c a d é m i c o variaba de escuela a escuela, de acuerdo con el nivel cultural y el enfoque intelectual de cada u n a de ellas. A h o r a bien, con pocas excepciones, todos los colegios protestantes e n s e ñ a b a n a leer y escribir, daban cla-ses de inglés y lecciones sobre la B i b l i a (en algunos casos las tres asignaturas formaban parte de u n a misma sesión). Ge-neralmente, la m i s i ó n compraba en Estados U n i d o s los libros adecuados. Entre las obras que m á s a menudo se p e d í a n fi-guraban los Readers o libros de lectura de H e n r y M a n d e v i l l e ,

Sabbath Manual por J u s t i n Edwards y Catechism o/Bible History

por H . N . M c T y e i r e . Los libros de Mandeville eran m u y po-pulares entre el personal de la m i s i ó n porque se c o n s e g u í a n t a n t o en inglés como en e s p a ñ o l , y c o n s i s t í a n de una serie de textos adaptados a diversos niveles y capacidades per-sonales.

H e n r y M a n d e v i l l e se d o c t o r ó en teología y era profesor de "ciencia moral y bellas letras" en el Hamilton College, de Nue-va Y o r k .5 7 D e c í a que sus libros de lectura s e r v í a n de intro-d u c c i ó n al vocabulario y a la buena p r o n u n c i a c i ó n , con lo cual se facilitaba paso a paso la labor de profesores y alum-nos a t r a v é s de los cinco libros de la serie. E n todos ellos se hablaba de responsabilidad, progreso, honradez, eficiencia y del papel que l e g í t i m a m e n t e corresponde a la mujer.

A c o n t i n u a c i ó n de las listas de palabras vienen cuentos cortos (a m e n u d o con una l o n g i t u d m á x i m a de dos o tres p á g i -nas). E l l i b r o n ú m e r o 1 contiene diversas lecciones que en-cierran valores morales, por ejemplo, el relato sobre George Washington y el cerezo y el cuento del niño que estuvo a punto

5 7 MANDEVILLE, 1851; para comentarios introductorios a los lectores de Mandeville ver Libro Primero (1867).

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de ahogarse en u n lago helado por haber desobedecido a su padre y a l a sagrada escritura. E n ese mismo l i b r o aparecen varios trozos dedicados ai tema de la responsabilidad (es ne-cesario que los n i ñ o s cuiden a los animales, los miembros de u n a familia deben ayudarse responsablemente los unos a los otros y depender los unos de los otros, e t c é t e r a ) .

El n ú m e r o 2 de los libros de lectura de M a n d e v i l l e conser-va las mismas c a r a c t e r í s t i c a s , pero en las lecturas se subra-yan los aspectos interpersonales, como se ve claramente en el c a p í t u l o titulado " S e l f D e n i a l " ( " A b n e g a c i ó n " ) . Sara la Solitaria estaba casada con u n borracho que " . . . l a maltra-taba y despilfarraba lo que ella ganaba". N o lo abandona, " p o r amor a sus h i j o s " . C o m o no le era posible llevárselos consigo prefirió "soportar el s u f r i m i e n t o " .5 8 T a m b i é n se ha-bla de l a responsabilidad maternal en u n cuento sobre dos n i ñ o s que van a visitar la t u m b a de su madre. A l g u i e n les pregunta q u é recordaban sobre su madre, y uno de los n i ñ o s responde: " . . .. j a m á s p a s ó u n solo d í a . . . en que no nos llevara a su aposento para que o r á r a m o s j u n t o s . . . "5 9

El l i b r o n ú m e r o 3 t r a n s m i t í a sus e n s e ñ a n z a s en forma m á s sutil, menos obvia. Esta obra encierra u n a selección de te-mas h i s t ó r i c o s y políticos acerca del sistema de gobierno chi-no, Descartes, S ó c r a t e s , la a n t i g ü e d a d romana, la guerra, el despotismo y la democracia. E l libro cuarto de la serie con-tiene e n s e ñ a n z a s referentes a la mala costumbre de blasfe-m a r , a la generosidad y a la u n i d a d cristianas, a d e blasfe-m á s de tro-zos bien escogidos sobre temas relacionados con la e c o n o m í a : en los p á r r a f o s introductorios se habla del " d i n e r o " y de las ventajas que encierra una e c o n o m í a regida por la moneda so-bre una e c o n o m í a basada en el trueque. V i e n e a continua-ción u n a lectura que lleva por título " C o m m e r c e " , en la cual se preconiza el libre comercio y se afirma que son pecamino-sas las restricciones que se le intentan i m p o n e r . " E s locura y pecado que las naciones tengan celos las unas de las otras, en vez de comerciar p a c í f i c a m e n t e entre s í . "6 0 E n este libro

M A N D E V I L L E , M A N D E V I L L E , M A N D E V I L L E ,

1851, p. 111. 1851, p. 120. 1849, p. 88.

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DIPLOMACIA CULTURAL 305

se encuentra asimismo una selección de textos favorables a l a d i v i s i ó n del trabajo, en los cuales se hace ver que la ausen-cia de esa división es propia de salvajes. " T o d o s salen ga-n a ga-n d o cuaga-ndo cada quiega-n trabaja a su maga-nera, cuaga-ndo uga-no suministra a los d e m á s lo que necesitan y éstos a su vez nos prestan servicios. Cuando todos trabajan exclusivamente para sí mismos las cosas resultan m a l . . . "6 1 Por ú l t i m o , el libro n ú m e r o 4 encierra una a n t o l o g í a sobre " E l valor del tiem-p o " . E l autor calcula que u n i n d i v i d u o cuenta con diez a ñ o s de actividad útil y despierta, aconseja al lector que sustrai-ga los periodos desperdiciados " a causa de la negligencia, de l a ociosidad, así como t a m b i é n los a ñ o s asesinados por el v i c i o . . , "6 2

Para el quinto v o l u m e n de la serie Mandeville escogió es-critos de otros autores; muchos de ellos eran ministros protes-tantes, como W . T . B r a n d y , H e n r y W a r d Beecher y J o h n A n g e l í James; otros eran políticos o c a t e d r á t i c o s universitarios. E l p l a n de esta obra es diferente pero las lecciones m o -rales encierran esencialmente los mismos valores. Los textos de J o h n Angelí James — " H o m e , the Sphere of W o m a n " ( " E l hogar, esfera de la m u j e r " ) precisan al lector las responsabi-lidades que corresponden a la mujer: " . . . hacer que en el hogar se asienten las costumbres intachables y la felicidad"; t a m b i é n se refieren al " p o d e r " que ejerce en la e d u c a c i ó n de sus n i ñ o s .6 3 E n unos p á r r a f o s de Guizot — " T h e Mea¬ n i n g o f C i v i l i z a t i o n " ("Significado de la c i v i l i z a c i ó n " ) — se a f i r m a que las ideas acerca del progreso y el desarrollo son elementos esenciales para definir la civilización. E n este l i -bro hay, a d e m á s , una interesante selección de escritos de Char-les Sumner sobre la " C o m p a r i s o n o f Expenditure for Edu¬ cation and W a r " ( " C o m p a r a c i ó n entre el presupuesto para e d u c a c i ó n y el m i l i t a r " ) , en la cual se dan detalles sobre lo que costó el navio Ohio, y se llega a la conclusión que el patrim o n i o total de la U n i v e r s i d a d de H a r v a r d supatrima 100 000 d ó -lares menos que el costo de ese barco. Esta selección t e r m i n a

MANDEVILLE,

MANDEVILLE, MANDEVILLE,

1849, p. 88. 1849, p. 207. 1856, p. 306.

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con las siguientes palabras: "Escoged, conciudadanos m í o s de este estado cristiano, entre aquel cofre y este a t a ú d . "6 4

Sabbath Manuel, por Justin Edwards, publicado por la A m e

-r i c a n T -r a c t Society, habla de la santidad del D í a del S e ñ o -r y proporciona normas para respetarla. E l libro presenta d i -versas alternativas acerca del trabajo dominical y las explica recurriendo a u n buen n ú m e r o de situaciones hipotéticas. Este l i b r o ofrece, en particular, normas sobre la observancia del D í a del S e ñ o r aplicables tanto a los transportes como a la i n -dustria manufacturera, tanto a los patrones como a los obre-ros (aun en casos relacionados con la competencia y otobre-ros pro-blemas e c o n ó m i c o s ) . E l Catechism of Rible History (Catecismo de

Historia Sagrada), por H . N . M c T y e i r e , estudia la Biblia a base

de preguntas y respuestas.

Las e n s e ñ a n z a s de M a n d e v i l l e , Edwards y M c T y e i r e que-daban reforzadas por el contenido de numerosos periódicos misionales publicados en M é x i c o . Todas las denominaciones protestantes publicaban p e r i ó d i c o s y algunas de ellas m á s de u n o . E n todas las escuelas industriales se i m p a r t í a n cursos sobre artes y oficios relacionados con la imprenta. L a p r o l i -f e r a c i ó n de p e r i ó d i c o s se explica porque las di-ferentes deno-minaciones animaban a sus afiliados a que se suscribieran a varios. Los artículos y noticias se e s c r i b í a n en e s p a ñ o l por mexicanos, a menudo supervisados por el personal extranje-ro de la m i s i ó n . Esto era m á s seguextranje-ro que confiar del todo en la h a b i l i d a d lingüística del personal extranjero: H . R . Mosely escribió " T h r e e Centuries o f R o m a n i s m i n M é x i c o " y al tra-d u c i r l o equivocatra-damente " . . . c a u s ó su tra-d e n t e n c i ó n " .6 5 L a c i r c u l a c i ó n de estas publicaciones variaba mucho de caso en caso. Algunas t e n í a n c a r á c t e r meramente municipal (entre 400 y 600 suscriptores), como El Testigo. Otras gozaban de u n a d i s t r i b u c i ó n m á s amplia en toda la R e p ú b l i c a , y algunos otros, como El Faro, ó r g a n o oficial de los presbiterianos de M é -xico, llegaban hasta Cuba, Puerto Rico, Argentina y E s p a ñ a .

Los p e r i ó d i c o s publicaban noticias políticas y sociales, lo m i s m o que cualquier revista o diario laico, pero las misiones

6 I MANDEVILLE, 1856, p. 2 7 4 .

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los consideraban ante todo como medios para difundir la edu-c a edu-c i ó n edu-cristiana. Por eso t a m b i é n daban edu-cabida a historias to-madas de la B i b l i a , a relatos de contenido m o r a l o a ensayos sobre t ó p i c o s relacionados con la e d u c a c i ó n cristiana. A l re-v é s de los libros de texto, cuyo contenido c a m b i ó poco desde mediados del siglo x i x , el material publicado en los p e r i ó d i -cos reflejaba los diferentes enfoques que se fueron presentando en las misiones a lo largo de los a ñ o s . L a salvación i n d i v i -dual p r e d o m i n ó a fines del siglo X I X ; por otra parte, el Social Gospel M o v e m e n t ( M o v i m i e n t o Social Evangelista) influyó m u c h o en la actividad misional, y esto se refleja en lo que publicaban los p e r i ó d i c o s .

E n 1895, The Adisswuary Review of the World publico u n ar-t í c u l o debido a la p l u m a de uno de los jerarcas en el cual se enumeraban las virtudes del protestantismo, incluyendo su "respeto p o r las autoridades constituidas" y " e l gran apoyo que dan a las instituciones políticas existentes en M é x i c o " .6 6 E l misionero Butler insistió en 1902 en que el protestantis-mos se p r o p o n í a " n o poner obstáculos a los esfuerzos cada vez mayores que realiza el gobierno, sino por el contrario coo-perar en todos e l l o s " .6 7

A l mismo tiempo que estas declaraciones, en las que se apo-yaba al gobierno, se publicaron artículos sobre la libertad y los efectos de la l i b e r a c i ó n . E n casi todos los casos los comen-tarios se enlazaban directamente con el aspecto religioso. E n u n n ú m e r o de 1885 de El Faro, se enumeraban las diferen-cias que existen entre el protestantismo y el catolicismo. " E l protestantismo es la religión de la libertad, el catolicismo es la r e l i g i ó n de la autoridad. E l protestantismo es progresista e independiente; el catolicismo es conservador y tradicio-nalista. E l protestantismo es moderno; el catolicismo es me-d i e v a l . "6 8

H a c i a 1905 cambia el enfoque de los a r t í c u l o s que sobre patriotismo y libertad aparecen en la literatura protestante. A p a r t i r de esa fecha, los artículos sobre patriotismo ya no

6 6 The Missionary Review of the World, 1859, p. 843. 6 7 The Missionary Review of the World, 1902, p. 203. 6 8 El Faro, México, D . F . , diciembre de 1885.

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acatan reverentemente el concepto de apoyo al gobierno. M á s a ú n , en u n informe de la Iglesia episcopal se insiste en la ne-cesidad de que exista u n " p a t r i o t i s m o desinteresado".

Ya pasó la época, si es que alguna vez existió, en que el gobier-no mexicagobier-no habría dado la bienvenida a un eficaz recurso reli-gioso contra el influjo de la Iglesia de Roma. Quiero decir que hoy, a nivel nacional, se necesita algo que pueda preservar la integridad de la conciencia pública. . . se necesita algo que ins-pire un patriotismo totalmente desinteresado.69

Las discusiones en torno a la libertad y los derechos no se r e d u c í a n a la esfera religiosa. Y a en 1892 El Faro dio noticias sobre los resultados de las elecciones y a f i r m ó que el votar " e n t r a ñ a b a una gran responsabilidad".7 0 E n la c o l u m n a "Reflexiones P o l í t i c a s " se insistía en que los ciudadanos ne-cesitaban conocer sus derechos.7 1

A fines del porfiriato, las discusiones sobre los derechos ciu-dadanos fueron a ú n m á s adelante, y en la literatura protes-tante c o m e n z ó a afirmarse que era necesario eliminar los obs-táculos que se o p o n í a n a las libertades civiles. Antonio Valiente y Pozo escribió para El Evangelista Mexicano una serie de artí-culos sobre el patriotismo en 1910. Comenzaban hablando de la necesidad de liberar a los ciudadanos de las cadenas del despotismo, de la a n a r q u í a y la ignorancia, y a c o n t i n u a c i ó n presentaban a las comunidades protestantes como modelos de m o r a l i d a d , d e d i c a c i ó n al trabajo y democracia.7 2 Es evi-dente que los protestantes vieron en la R e v o l u c i ó n la demo-cracia a la que h a b í a n hecho propaganda. E l informe de la A B C F M correspondiente a 1911 indicó que los estorbos e i m -pedimentos que h a b í a n surgido a causa de la R e v o l u c i ó n " p r o n t o e n c o n t r a r í a n el contrapeso de u n e s p í r i t u m á s de-m o c r á t i c o " .7 3

6 9 Annual Report of the Protestant Episcopal Church, 1907, p. 247,

conser-vado, en parte, en Mission Archives, Austin, Texas.

70 El Faro, México, D . F . , abril de 1882. 71 El Faro, México, D . F . febrero de 1886.

72 El Evangelista Mexicano, 15 de febrero y 15 de septiembre de 1910. 73 Annual Report of the Northern Mexican Mission, julio de 1911, A B C F M .

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Si bien esta literatura protestante de fines del porfiriato en-cerraba cierta agresividad, su radicalismo político se v e í a a m o r t i g u a d o por este hecho: se hablaba de los derechos de los ciudadanos cultos, no de los de las masas populares. L a Iglesia episcopal a c l a r ó este punto en 1910:

Mientras el pueblo no esté preparado, es indispensable la exis-tencia de un fuerte gobierno central . . . L a s grandes m a y o r í a s están constituidas por personas demasiado ignorantes para com-prender sus derechos constitucionales o demasiado temerosas para poder defenderlos.7*

El Evangelista Mexicano s u b r a y ó el mismo punto de vista

tamb i é n en 1910. " L a s elecciones son í n d i c e de litambertad, y la l i -bertad presupone c o n o c i m i e n t o . "7 5 W i n t o n , El Faro, El

Bau-tista y El Evangelista Mexicano t a m b i é n se refirieron a ese mismo

tema.

Estos í m p e t u s de las publicaciones misionales en parte se d e b í a n a que los periódicos laicos a menudo se negaban a pu-blicar noticias —aun pagadas— sobre las actividades protes-tantes. E n 1912, E l Rev. H o w l a n d r e c o r d ó que, en é p o c a s anteriores, " . . . resultaba imposible que se publicaran n o t i -cias sobre la labor de los evangelistas, pero ahora el principal d i a r i o publica cualquier cosa si pagamos el precio señala-d o " .7 6 Otros misioneros t e m í a n que aun cuando los p e r i ó -dicos comerciales publicaran las noticias que ellos enviaban, q u i z á aparecieran m a l interpretadas " o falseadas".7 7 El

Co-rreo, periódico chihuahuense, dijo en una gacetilla que u n

grupo de protestantes h a b í a regalado una Biblia al presidente M a -dero, pero r e c o r d ó a los lectores la p r o h i b i c i ó n de leer una B i b l i a protestante " y que no e s t á p e r m i t i d o poseer n i n g ú n ejemplar de e l l a " .7 8

Algunos mexicanos acogieron bien el movimiento

educa-7 4 Annual Report of the Protestant Episcopal Church, 1910, p. 376. 7 5 El Evangelista Mexicano, 1 de enero de 1910.

7 6 Howland a Mission Board Secretary, 8 de julio de 1912, A B C F M . 7 7 J . W . Butler a Mission Board Secretary, 27 de abril de 1911, Met-hodist Church Archive.

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t i v o protestante, pero otros lo detestaban. Y a en 1875 los pe-r i ó d i c o s católicos declape-raban que los n ú m e pe-r o s que dedicó a la j u v e n t u d una p u b l i c a c i ó n c u á q u e r a " . . . c o n s t i t u í a n u n peligro superior a cuanto hasta entonces se h a b í a visto, y que si no se les o p o n í a u n contrapeso la g e n e r a c i ó n venidera aban-d o n a r í a en su totaliaban-daaban-d a la Iglesia aban-de R o m a " .7 9 E n Zacate-cas, en 1882, el obispo Guerra A l b a a p r o v e c h ó el p e r i ó d i c o local para atacar a los protestantes de esa ciudad. Y en 1929 d e c l a r ó que la e d u c a c i ó n protestante era producto de una alianza entre los yanquis y los liberales mexicanos para co-r co-r o m p e co-r la espico-ritualidad del pueblo de M é x i c o . A d e m á s , acusó a las misiones de inclinarse al " i m p e r i a l i s m o " y al "ane-x i o n i s m o " .8 0

I I I

Los conflictos que surgieron dentro de las filas carrancistas pueden en parte atribuirse a que elementos protestantes se i n t r o d u j e r o n en las filas de la burocracia, especialmente en la S e c r e t a r í a de E d u c a c i ó n . Los desacuerdos llegaron al m á -x i m o durante el Congreso Constituyente de Q u e r é t a r o con-vocado para p r o m u l g a r una nueva C o n s t i t u c i ó n .

El Congreso se instaló el 1 de diciembre de 1916, d e s p u é s de haberse elegido los diputados propietarios y suplentes en las elecciones del 22 de octubre de 1916 y d e s p u é s de efectuadas las juntas preparatorias (del 20 al 30 de noviembre). I n -mediatamente saltó a la vista la división que reinaba entre los diputados. N o se trataba exclusivamente de facciones fa-vorables o desfafa-vorables a los protestantes. H a b í a división entre los partidarios de Carranza y los de O b r e g ó n , enentre m i l i -tares y civiles y entre cultos e incultos.8 1 Los brotes antipro-testantes sólo sirvieron para caldear t o d a v í a m á s el ambiente.

C a r r a n z a p r e s e n t ó el 1 de diciembre de 1916 su proyecto

« KNOWLES, 1908, p. 61. a» PLANCHET, 1929, p. 51.

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de Constitución al Congreso para que fuera discutido. Se t o m ó p o r modelo l a C o n s t i t u c i ó n de 1857 y se a ñ a d i e r o n disposiciones orientadas a i n t r o d u c i r reformas sociales y e c o n ó m i -cas. A s i m i s m o se incluyeron normas acerca de la e d u c a c i ó n laica, la libertad religiosa y los ejidos, pero c a r e c í a n de p r e c i s i ó n .

E l 5 de diciembre se n o m b r ó una c o m i s i ó n encargada de redactar el texto de la C o n s t i t u c i ó n , b a s á n d o s e en el proyec-to presentado por Carranza. L a c o m i s i ó n p r e s e n t ó sus reco-mendaciones el 11 de diciembre. Los artículos I o y 2o no sufrie-r o n modificación alguna, pesufrie-ro sí se sugisufrie-riesufrie-ron ligesufrie-ras enmien-das al a r t í c u l o 4o. E l a r t í c u l o 3o, relativo a la e d u c a c i ó n , sus-citó debates m u y acalorados. L a c o m i s i ó n propuso que acep-t a r a el p r e á m b u l o que h a b í a redacacep-tado.

A ú n antes de que se inaugurara el Congreso de Q u e r é t a -r o , A n d -r é s Osuna a d v i -r t i ó a las iglesias p-rotestantes que se i b a n a discutir cuestiones que afectarían sus labores en el te-rreno de la e d u c a c i ó n . Si bien diez de los delegados eran protestantes, la iglesias evangélicas organizaron u n c o m i t é de m i -nistros mexicanos para que representaran los intereses de los protestantes.8 2 L . R . C á m a r a r e p r e s e n t ó a los presbiterianos. N o conocemos el nombre de los d e m á s ministros que inte-graron el c o m i t é .8 3 Los ministros deseaban poner en juego toda su influencia para que no se introdujesen en la Consti-t u c i ó n c l á u s u l a s en que se hablase de e x p r o p i a c i ó n o confis-c a confis-c i ó n de propiedad de las misiones.8 4 Los protestantes de-seaban por encima de todo conservar el derecho a tener escuelas; sus derechos de propiedad eran importantes pero no ocupaban el p r i m e r lugar.

E l a r t í c u l o 3o del proyecto de Carranza d e c í a :

H a b r á plena libertad de e n s e ñ a n z a ; pero será laica la que se dé en los establecimientos oficiales de e d u c a c i ó n , y gratuita la en-s e ñ a n z a primaria en-superior y elemental, que en-se imparta en loen-s mismos establecimientos.8 5

8 2 Wallace a Mission Board Secretary, 17 de noviembre de 1916, PA. 83 Brown a Mission Board Secretary, 6 de diciembre de 1916 , PA.

8 4 Wallace a Mission Board Secretary, 17 de noviembre de 1916.

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L a c o m i s i ó n modificó el texto a fin de que la i n s t r u c c i ó n fuera laica en todas las escuelas primarias, tanto en las ofi-ciales como en las particulares:

H a b r á libertad de e n s e ñ a n z a ; pero será laica la que se dé en los establecimientos oficiales de e d u c a c i ó n , lo mismo que la ense-ñ a n z a primaria elemental y superior que se imparta en los esta-blecimientos particulares. Ninguna corporación religiosa, minis-tro de a l g ú n culto o persona perteneciente a alguna a s o c i a c i ó n semejante, podrá establecer o dirigir escuelas de instrucción primaria. . .8 6

C o n este texto se d e s o r g a n i z a r í a n o incluso d e s a p a r e c e r í a n los colegios protestantes j u n t o con los católicos. Esto suscitó grandes protestas en las cuales los delegados católicos sobre-pasaron ampliamente a los protestantes. Citamos a continua-ción uno de los pocos relatos que se conservan sobre la forma en que actuaron los delegados protestantes:

L o s dirigentes de la asamblea constituyente atacaron duramen-te a O s u n a porque se opuso al artículo 3o. L o llamaron ex obis-po. Se le a c o n s e j ó que, si no estaba contento, renunciara. Se le hizo ver que no iban a rehacer la C o n s t i t u c i ó n porque un pro-testante no la a p r o b a b a .8 7

E n vez de formar u n frente c o m ú n integrado por católicos y protestantes para i m p e d i r la a p r o b a c i ó n del a r t í c u l o 3o, los opositores católicos, encabezados por Félix Palavicini, atacaron el sistema educativo protestante y se sirvieron de este recur-so para rechazar el texto propuesto por la c o m i s i ó n . Palavi-cini dijo lo siguiente:

Si la e x p l o t a c i ó n de las conciencias ha de continuar idéntica, se-ría por d e m á s injusto e inmoral minar las características de nues-tra nacionalidad, facilitando la substitución de un culto nacio-nal por el del vecino poderoso y dominador , . , L a c o m i s i ó n hace bien; pero no ha pensado en un peligro inmediato y próxi-mo, no ha pensado en la conquista yanqui. . . el mimetismo del

86 Diario de los Debates, 1960, I , p. 543.

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blecimientos oficiales disfrazado de revolucionario radical. . . co-bra con la mano derecha el sueldo de profesor laico, mientras

testantes. . .

¿Creen ustedes, señores diputados, que admitamos nosotros,

Bien . . . el director general de e d u c a c i ó n , en M é x i c o , es un

A pesar de los argumentos aducidos por Palavicini, tras de i n t r o d u c i r ligeras modificaciones en la r e d a c c i ó n —no en el fondo— se a p r o b ó el artículo 3o. De haberse puesto en p r á c tica sus disposiciones se h a b r í a n clausurado las escuelas p r i -marias protestantes; por o t r a parte, las normales, los institu-tos de e d u c a c i ó n superior y los seminarios h u b i e r a n podido permanecer abiertos.

Las amenazas encerradas en el a r t í c u l o 3 o —a las que ha-b r í a que a ñ a d i r las del a r t í c u l o 27 que p r o h i ha-b í a a las iglesias tener propiedades— se a m i n o r a r o n con lo que O s u n a

asegu-8 asegu-8 Diario de los Debates, 1 9 6 0 , I , pp. 7 0 4 - 7 0 6 , traducido en NIEMEYER,

1954, pp. 34-35. Otros conflictos con Palavicini se mencionan en comuni-caciones de Wood a la Mission Board Secretary, 2 8 de agosto de 1915, PA, por ejemplo, que a fines de 1915 Velásquez fue despedido del cargo que tenía en la Oficina de información Pública a causa de dificultades con Palavicini, Pañi y el Dr. A t i . Wallace a su familia, 21 de septiembre de 1916, PA, comentaba que la dificultad había sido principalmente con Pa-lavicini. Resulta interesante que poco después del congreso de Querétaro el gobierno, en vez de conservar a Osuna en el cargo que desempeñaba en la ciudad de México, lo enviara a Tamaulipas. Es posible que este cambio en la carrera de Osuna se haya debido a las diferencias con Palavicini, asunto que no se ha investigado debidamente.

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r ó a las misiones protestantes, que los a r t í c u l o s mencionados no i n t r o d u c i r í a n reformas d r á s t i c a s en la labor que realiza-b a n . L l a m a la a t e n c i ó n la p r o n t i t u d con que las organizacio-nes protestantes creyeron lo que afirmaba Osuna. A fiorganizacio-nes de marzo de 1917 sus palabras aparecieron citadas en la corres-pondencia de varios ministros presbiterianos, congregaciona-listas y bautistas, y en septiembre de 1919 aparecieron publica-das en The New York Times.»9 S e g ú n u n a carta del misionero

H o w l a n d , Carranza r e c o m e n d ó en privado a Osuna que las misiones se dirigieran a él a fin de que mediante el pago de u n alquiler m u y bajo ocuparan sus antiguas propiedades, con lo cual no se i n t e r r u m p i r í a el desarrollo de sus programas edu-cativos.9 0

L a l i t e r a t u r a protestante sobre la nueva C o n s t i t u c i ó n hizo propaganda en este sentido: las restricciones impuestas por el a r t í c u l o 3o no eran antirreligiosas sino meramente anticatólicas. U n folleto escrito para ser distribuido en Estados U n i -dos comentaba:

Cualquier persona que estudie atentamente lo establecido en la Constitución mexicana. . . verá sin duda . . .que el documento no intenta poner obstáculos a la predicación del Evangelio . . . No hay nada que indique una actitud hostil al trabajo misional. . . . Los obispos que dirigen nuestra labor . . . interpretan la Constitución de acuerdo con el verdadero espíritu y la finalidad del documento. . . la meta principal es acabar con el clericalis-mo . . . y nosotros, coclericalis-mo iglesia, nos adhericlericalis-mos decididamente a la consecución de esa meta.9 1

Esta actitud e q u i v a l í a a cooperar con el gobierno e hizo a u n lado el choque que esperaban algunos revolucionarios. Las escuelas protestantes comenzaron a revisar los cursos que i m p a r t í a n a fin de adaptarlos a las directivas

gubernamenta-89 Cheavens a Mission Board Secretary, 2 6 de marzo de 1917, SBCA; Howland a Mission Board Secretary, marzo de 1917, A B C F M ; Mariane E . McKechnie entrevistó a S . F . Inman en 1964, M C K E C H N I E , 1970, p. 131; The New York Times, 9 de septiembre de 1919, p. 2.

90 Howland a Mission Board Secretary, marzo de 1917, A B C F M .

91 CANNON, s/f; HEIRONOMUS, 1941, p. 17; informe de Fritts a Mission

Board Secretary, 1918, A B C F M ; Howland a Mission Board Secretary, marzo de 1 9 1 7 , A B C F M .

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DIPLOMACIA CULTURAL 315

les. Por otra parte, hay m u y pocos indicios de que el gobier-no haya actuado como censor de estas actividades protestan-tes. U n misionero se q u e j ó de que h a b í a dedicado muchas horas extra a adaptar los programas oficiales, y a ñ a d í a , " [ p o r o t r a parte], n i u n a sola vez nos ha visitado u n i n s p e c t o r " .9 2 Las misiones no descuidaron, pero tampoco dieron gran importancia, a la cuestión de las propiedades eclesiásticas. Las propiedades de los congregacionalistas estaban en manos de u n a c o r p o r a c i ó n denominada " L a I l u s t r a c i ó n " , no en manos de particulares. L o que al respecto comentaban los m i -sioneros parece indicar que como el título — " L a I l u s t r a c i ó n " — no a l u d í a a nexos religiosos, las propiedades no c o r r í a n peli-gro. C o m o d e s p u é s las cosas t o m a r o n otro r u m b o , los misioneros decidieron que las propiedades se registraran a n o m -bre de u n profesor mexicano: " . . . e l arreglo pareció satisfacer a las a u t o r i d a d e s " .9 3 E l misionero Cheavens fue uno de los m á s optimistas en lo relativo a estas cuestiones. " Q u i z á no podamos tener propiedades", escribió, " Q u i z á perdamos las que tenemos, pero creo que se t r a t a r í a de u n precio ínfimo si con ellos se libera a M é x i c o del yugo e c l e s i á s t i c o " .9 4

H u b o una e x c e p c i ó n en lo referente a los esfuerzos por co-laborar realizados en los colegios: la del Instituto M a d e r o , escuela bautista establecida en Saltillo. E n marzo de 1917 el misionero Cheavens i n f o r m ó a la j u n t a misional que se h a b í a expropiado el edificio por hallarse en terrenos que anterior-mente p e r t e n e c í a n al m u n i c i p i o ;9 5 pero a ñ a d i ó que probable-mente otras instituciones protestantes no s e r í a n molestadas pues se hallaban en terrenos que eran propiedad de particu-lares. Cheavens esperaba que el caso del Instituto M a d e r o no tuviese c a r á c t e r político, y que sólo proviniese de diferen-cias con u n empleado m u n i c i p a l que vivía en el edificio del

9 2 Informe anual de la Northern Mexican Mission, 1917, A B C F M ; también en The Missionary Herald, Boston, noviembre de 1917, p. 512, y Wright a Mission Board Secretary, diciembre de 1917, A B C F M .

93 Informe de Fritts a Mission Board Secretary, 1917, A B C F M . 9 4 Cheavens a Mission Board Secretary; marzo de 1917, SBCA; The Missionary Review of the World, 1918, p. 162.

9 5 Cheavens a Mission Board Secretary, 12 de marzo y 29 de abril de 1917, SBCA.

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