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Efecto de la aplicación sistématica de haloperidol y lesión electrolítica del estriado ventrolateral sobre la actividad de lsa neuronas del cerebelo

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(1)

INSTITUTO DE NEUROETOLOGÍA

DOCTORADO EN NEUROETOLOGÍA

Efecto de la aplicación sistémica de haloperidol y lesión

electrolítica del estriado ventrolateral sobre la actividad de las

neuronas del cerebelo

 

QUE PARA OBTENER EL GRADO DE

DOCTORA EN NEUROETOLOGÍA

 

PRESENTA:

MTRA. EN PSIC. GRECIA HERRERA MEZA

Directora: Dra. Marta Miquel Salgado-Araujo Codirector: Dr. Luis Isauro García Hernández  

 

Xalapa-Enríquez, Ver. Enero 2014

(2)

Agradecimientos

A mi directora de tesis, Dra. Marta Miquel salgado-Araujo y mi codirector, Dr. Luis Isauro Hernández García, por su apoyo y confianza en la toma de decisiones.

Al comité evaluador, Dra. Ma. Rebeca Toledo Cárdenas, Dr. Jorge Manzo Denes, Dr. Genaro Coria Dávila y Dr. Juan Fco. Rodríguez Landa.

Al Dr. Juan Fco. Rodríguez Landa y Dra. Leonor López Meráz por las aportaciones a esta investigación y sobretodo a Armando por el total apoyo en mi formación

profesional y personal.

A todos quienes me apoyaron y acompañaron a lo largo del doctorado, gracias por enseñarme lo que sé, y a quienes continúan en amistad.

(3)

Dedicatoria

A Valeria y Silvana,

por haber completado mi vida y enseñarme que todo mañana es hoy.

A mi madre,

por su total respaldo y su siempre amor, pues soy sólo lo que sembró.

A mi padre,

Por mostrarme la nobleza del trabajo.

A mis hermanos,

(4)

Resumen

La presente tesis se enmarca en una línea de investigación sobre la implicación del cerebelo ante alteraciones de los ganglios basales. La propuesta de una relación anatómica y funcional entre los ganglios basales y el cerebelo es reciente, tradicionalmente habían sido conceptualizadas como dos estructuras que trabajaban por separado para organizar y controlar los movimientos dirigidos hacia un objetivo. Sin embargo estudios en roedores y primates has descrito interacciones anatómicas y funcionales entre las redes cortico-basales y cortico-cerebelares, que no solo se restringen funciones motora sino cognitivas.

Concretamente en este trabajo se estudian dos manipulaciones estriatales, una farmacológica y otra anatómica, con el fin de afectar la función en estriado de los ganglios basales.

En relación con la alteración farmacológica estriatal, se exploró cómo el tratamiento crónico (IP) de haloperidol modifica la actividad cerebelar en la rata. Para ello, en el primer experimento se replicó un modelo de parkinsonismo de temblor mandibular (Salamone et al.,1998) inducido por un tratamiento subcrónico con administración sistémica de haloperidol, neuroléptico de selectividad alta como antagonista dopaminérgico del receptor D2. En el cerebelo se analizó el patrón de expresión de c-Fos en las células granulares y de Purkinje del vermis y del hemisferio derecho, así

como en los tres núcleos profundos. Se encontró una regionalización funcional que

distingue entre vermis y hemisferios cerebelares con un patrón de expresión de c-Fos opuesto, menor en el vermis y mayor en los lóbulos SIM b y crus II de los

hemisferios. Interpretamos los resultados como una hipoactivación del vermis e

hiperactivación de los hemisferios y el núcleo dentado derivadas de la manipulación dopaminérgica. El patrón de hiperactividad descrito coincide con el observado en pacientes con la enfermedad de Parkinson.

En relación con la alteración anatómica, se exploró sí la lesión electrolítica en región ventrolateral del estriado genera temblores mandibulares, y si así fuera, cuáles serían sus características conductuales y electromiográficas. Para describir electromiográficamente el temblor mandibular generado por la lesión electrolítica bilateral del EVL y compararlo con el inducido por el tratamiento subcrónico (IP) con haloperidol, se les registró a ratas con manipulación experimental y control la actividad electromiografía del músculo temporal en condiciones basales y durante los temblores mandibulares. Se encontró que la zona ventrolateral del estriado, principal entrada de la red dopaminérgicas proveniente de la SNc, es la región que, por efecto de la lesión electrolítica, induce temblores mandibulares. Además que, la amplitud de la actividad muscular en condiciones basales varía entre los distintos grupos y que los TMs asociados a la lesión electrolítica del EVL son de mayor amplitud y frecuencia a los generados por haloperidol. Atribuimos que esta variación puede estar relacionada con el tipo de afectación estriatal.

(5)
(6)

Lista de abreviaturas

6-OHDA= 6-hidroxi-Dopamina

3-NP= ácido 3-Nitropropionico

ACh= Acetilcolina

APF= amperometría de potencial fijo

AMS=área motora suplementaria

AMS=área motora pre-suplementaria

CM1=corteza motora primaria

ATV= Área tegmental ventral,

CPfm= corteza prefrontal

Crus II= lóbulo ansiforme 2 D1=receptores a dopamina D1

D2=receptores a dopamina D2

DA= Dopamina

EMG= Electromiografía

EP= Enfermedad de Parkinson EVL= Estriado ventrolateral

GPe= Globo Pálido externo Gpi= Globo Pálido interno

H=Haloperidol HZ= Hertz

MPTP=1-metil-4-fenil- 1,2,3,6 tetrahidropiridina

mV=mili volts

ND= Núcleo dentado

NF= núcleo facial

NP= núcleos pontinos

NRpc= Núcleo rojo parvocelular

NST=Núcleo subtalámico

NT=núcleo del trigémino

Sim b =lóbulo simple b

SNc= Sustancia Negra compacta

SNr= Sustancia Negra reticulada

(7)

ÍNDICE GENERAL

CAPITULO I

Antecedentes………... 12

CAPÍTULO II

Artículo: c-Fos expression in the cerebellum in response to subchronic

dopaminergic alterations………...…….…………. 38

CAPÍTULO III

Artículo: Inducción del temblor mandibular por lesión electrolítica del estriado

ventrolateral y por el tratamiento subcrónico con haloperidol en rata

macho: un contraste electromiográfico... 73

CAPITULO IV

(8)

Lista de pie de figuras

Capitulo II

Figura 1. Valores promedio (±EE) del número de células IR-Fos en la capa granular-región apical- en los lóbulos I, II, IV, V del vermis cerebelar en ratas control y tratadas con haloperidol. La cuantificación celular se realizó en un área

de 20,000 µm2………62

Figura 2. Valores promedio (± EE) del número de células IR-Fos en la capa granular-región apical- de los lóbulos Sim b (VIb) y Crus II (VIII), del hemisferio derecho del cerebelo en ratas tratadas con haloperidol y el grupo control. La

cuantificación celular consideró un área de 20,000µm2..………62

Figura 3. Valores promedio (±EE) del número de células IR-Fos en la capa de purkinje -región apical-en los lóbulos I, III, IV y V del vermis cerebelar en ratas control y tratadas con haloperidol. La cuantificación celular consideró un área de

40,000 µm2. ………63

Figura 4. Valores promedio (±EE) del número de células IR-Fos en la capa de purkinje -región apical-en los lóbulos Sim b (VIb) y Crus II (VIII) del hemisferio derecho del cerebelo en ratas tratadas con haloperidol y el grupo control. La

cuantificación celular consideró un área de 40,000 µm2. ………..64

Figura 5. Valores promedio (± EE) del número de células IR-Fos en los núcleos profundos Fastigiado, Interpósito y Dentado- del cerebelo en ratas que fueron tratadas con haloperidol y el grupo control. El área de conteo de células fue en

40,000 µm2. ………65

Capitulo IIl

(9)

músculo temporal en un grupo de ratas control (C), con haloperidol (H), con lesión

electrolítica en el EVL (L). ………..93

Figura 2. Valor promedio (± EE) de la amplitud (mV) de la actividad EMG del músculo temporal en estado basal en ratas control, con haloperidol y con lesión

electrolítica en el EVL. ………93

Figura 3. A) Frecuencia (ráfagas/seg) de la actividad EMG del músculo temporal durante el temblor mandibular en ratas con haloperidol (H) y con lesión electrolítica del EVL (L). B) Amplitud (mV) de la actividad EMG del músculo temporal durante el temblor mandibular en ratas con haloperidol y con lesión electrolítica en el EVL. C) Trazos de actividad EMG de un segundo, obtenidos durante los movimientos mandibulares en un grupo de ratas tratadas con haloperidol (H) y con lesión del

EVL (L). Calibración horizontal: 200 ms. Calibración vertical: 1 mV. ………..94

Figura 4. Valor promedio (± EE) de la amplitud (mV) y frecuencia (ráfagas/seg) de la actividad EMG del músculo temporal durante el temblor mandibular en ratas con

haloperidol y con lesión electrolítica en el EVL..……….95

Capitulo IV

Figura 1. Neurocircuito afectado tras el antagonismo dopaminérgico con un tratamiento IP subcrónico de haloperidol. GPe=Globo Pálido externo, Gpi= Globo Pálido interno, NST=Núcleo subtalámico, SNr=Sustancia Negra reticulada, SNc=Sustancia Negra compacta, Tálamo NVM/NVL= tálamo ventromedial/ ventrolateral ATV= Área Tegmental Ventral, NP= núcleos pontinos, ND = Núcleo Dentado, D2= receptores a dopamina D2, D1= receptores a dopamina D1.………..107

Figura 2. Aproximación hipotética del neurocircuito implicado en la generación de temblores mandibulares. El circuito (Gpi-zona incerta/field forel-núcleo rojo) describe una proyección del GPi a áreas de control motor que no dependen del tálamo y en la que la actividad de los ganglios basales y del cerebelo puede

(10)

CAPITULO I

ANTECEDENTES

(11)

Índice

1. Sistema motor, ganglios basales y cerebelo……….…...12

1.1 Visión separada de los ganglios basales y el cerebelo………12

1.2 Función motora de los ganglios basales y el cerebelo………....14

1.3 Relación anatómica y funcional………...14

2. Dopamina en el cerebelo ……….………...15

3. Estudios sobre la contribución funciona de los ganglios basales y el cerebelo ………..17

4. Modelos de manipulación dopaminérgica estriatal para el estudio de la EP………20

6. Temblor mandibular en rata: un modelo de parkinsonismo………...22

7. Esquema de la tesis ……….23

8. Contribuciones ………..25

(12)

1. Sistema motor: ganglios basales y cerebelo

Los sistemas motores planifican, coordinan y ejecutan el movimiento voluntario en

función a las representaciones internas que el cerebro hace de la información

proveniente de los sistemas sensitivos. Las conductas motoras voluntarias y su

intencionalidad están direccionadas por las acciones de los diversos sistemas

motores organizados y controlados jerárquicamente desde las cortezas cerebrales

implicadas (Purves, 2004). Las áreas motoras corticales son reguladas por las

aferencias sensitivas periféricas, las áreas de asociación prefrontales y por los

ganglios basales y el cerebelo (Carlson, 2005). Ambos sistemas eran

considerados como módulos independientes de la corteza conectados con la

áreas motoras y asociativas corticales a través circuitos funcionales que a

participan en la planificación y ejecución de los movimientos voluntarios.

1.1 Visión separada de los ganglios basales y el cerebelo

Si bien se conocía la partición de los ganglios basales en el control del movimiento

debido a las deficiencias motoras evidentes asociadas al daño motor, los aspectos

precisos de control motor en condiciones normales no ha sido aún del todo clara.

Tradicionalmente, se hipotetizaba que los ganglios basales estaban implicados en

la selección y la inhibición de comandos de acción (Alexander y Crutcher, 1990)

mientras que el cerebelo estaba involucrado en la regulación fina en tiempo real

de movimiento (Ito,1984). Por lo que los ganglios basales como el cerebelo se

conceptualizaban como estructuras que trabajaban por separado para organizar y

ejecutar movimientos dirigidos a un objetivo. Sin embargo, estas diferencias no

(13)

Un numero considerable de estudios apoyados en técnicas imagenológicas han

mostrado que los ganglios basales y el cerebelo están involucrados en tareas no

solo motoras sino cognitivas, tales como las imágenes mentales (Parsons et al.,

1995; Lotze et al., 1999), el procesamiento sensorial (Gao et al., 1996; Parsons, et

al., 2000), la planificación (Kim et al., 1994; Dagher et al., 1999) , la atención

(Allen et al., 1997) y el lenguaje (Leiner et al., 1993).

Al respecto, estudios anatómicos con el uso de marcadores

transneuronales (Hoover y Strick,1999; Middleton y Strick, 2000) mostraron que

los ganglios basales y el cerebelo tienen conexiones recurrentes con la corteza

cerebral a través del tálamo, formando múltiples canales “paralelos”. Además que

las eferencias a áreas corticales no se restringían a las cortezas motora y

premotora, sino también se dirigían a las cortezas prefrontal (Middleton y Strick,

1994), temporal (Middleton y Strick, 1996) y parietal (Middleton y Strick,1998) por

lo que estas evidencias correlacionan con la participación de ambas estructuras en

diversas funciones (Doya, 2000).

Debido a la participación de los ganglios basales y el cerebelo en funciones

cognitivas se sugirió una especialización de funciones en el cerebelo, los ganglios

basales y la corteza cerebral para diferentes tipos de aprendizaje. Esta idea de

especialización, orientada al aprendizaje, permitió la comprensión de las funciones

complementarias de los ganglios basales y el cerebelo en el control motor y en

(14)

1.2 Función motora de los ganglios basales y el cerebelo

En relación con la planificación y ejecución del movimiento, se concebía que los

ganglios basales y el cerebelo formaban circuitos de retroalimentación con

diferentes áreas de la corteza través de áreas separadas del tálamo, esto con el

fin de regular las áreas motoras corticales y del tronco encefálico. Asimismo que,

las aferencias provenientes de la corteza eran independientes (Delgado-García,

2001). Sin embargo, estudios como los de Percheron et al. (1996) proponían que

las interacciones importantes entre estos circuitos ocurrían en gran medida a nivel

cortical.

1.3 Relación anatómica y funcional

Actualmente la propuesta de una relación anatómica y funcional entre las redes

cortico-basales y cortico-cerebelares con interacciones no solo a nivel cortical está

actualizándose. Estudios en primates y roedores aportan información contundente

sobre la relación anátomo-funcional entre los ganglios basales y el cerebelo.

Estudios como los de Bostan et al. (2010a) con el uso de trazadores

transneuronales en monos muestran la conexión anatómica entre ambas

estructuras, específicamente una conexión disináptica entre el núcleo dentado

(ND) en el cerebelo y el estriado, con una implicación funcional del cerebelo sobre

los ganglios basales (Hoshi et al., 2005). Así mismo, un segundo estudio en

monos (Bostan et al., 2010b) mostró que el núcleo subtalámico (NST) de los

(15)

funcional y está topográficamente organizada (Bostan et al., 2010b). Además que,

el funcionamiento del NST puede tener un impacto en la función motora y no

motora del cerebelo (Bostan et al., 2010b).

La implicación del cerebelo en el control e integración de procesos motrices

(Ito, 1984), así como en funciones cognitivas (Schmahmann, 1991; Kim et al.,

1994; Ryding et al.,1993) en las que al parecer están involucrados a los

hemisferios y el núcleo dentado (Schmahmann, 1991; Kim et al., 1994), hace que

las interrupciones en el enlace de circuitos del cerebelo con el tálamo y la corteza

pre-frontal generen una serie de anormalidades en la cognición, afectando la

planeación, la fluidez verbal, el pensamiento abstracto y la memoria funcional

(Andreasen et al., 1996).

4. Dopamina en el cerebelo

Aunada a la propuesta de una relación anatómica entre los ganglios basales y el

cerebelo con implicaciones funcionales se cuenta con una serie de investigaciones

relacionadas con la presencia de dopamina en el cerebelo. Si bien, la presencia de

la DA en el cerebelo había sido considerada exclusivamente como un precursor

para la noradrenalina. Actualmente, estudios bioquímicos han demostrado la

liberación de DA y sus enlaces (Panagopoulos et al., 1991) y la presencia de los

receptores de DA (Díaz et al., 1995; Khan et al., 1998) en el cerebelo de los

roedores (Hurley et al., 2003). Un estudio en monos (Pilf et al., 1991) utilizando un

(16)

mostró una reducción en la concentración de dopamina en el caudado-putamen,

sustancia negra y en áreas extracorticales como el cerebelo. Asimismo, en

diversas Investigaciones, a través de radioligandos e inmunoreactividad, se han

identificado diferentes subtipos de receptores a dopamina en la corteza cerebelar

de roedores (Panagopoulos et al., 1993; Díaz et al., 1995; Barili et al., 2000),

primates y humanos (receptores D1, D2, y D3) (Khan et al.; 1998; Hurley et al.,

2003) .

Estudios en rata (Panagopoulos et al., 1991; Glaser et al., 2006) apoyan la

presencia de un sistema dopaminérgico en el cerebelo de la rata al mostrar una

inervación de fibras dopaminérgicas tanto en los núcleos profundos como en las

capas del cerebelo, con una mayor inervación en la capa granular. Por otra parte,

un estudio en ratones (Rogers et al., 2011) con el uso amperometría de potencial

fijo (APF), ha mostrado que la estimulación en el núcleo dentado (ND) es capaz de

evocar la liberación de dopamina en la corteza pre-frontal media y que la

dopamina de la corteza pre-frontal media es dependiente de las células de

Purkinje en el cerebelo (Rogers et al., 2011). Así, estudios sugieren que la

dopamina, mediada por regiones como la corteza pre-frontal, regula funciones

motrices y cognitivas tanto en estructuras corticales y subcorticales

(Goldman-Rakic, 1999). Por tanto, la propuesta que éstas dos redes sub-corticales

(cortico-basal y cortico-cerebelar) están conectadas y forman una macrored funcional

(17)

A pesar de la creciente evidencia sobre la implicación anatómica y funcional

de los ganglios basales y el cerebelo, aun falta por investigar cómo es su

interacción y la contribución de éstas ante una alteración.

5. Estudios sobre la contribución funciona de los ganglios basales y el cerebelo.

Una relación anatomo-funcional entre estructuras puede verse de manera clara en

condiciones de alteración. Concretamente la alteración en los ganglios basales o

en el cerebelo que tienen efectos clínicos importantes, tales como las

enfermedades neurodegenerativas en los ganglios basales (enfermedad de

Parkinson o la corea de Huntington), que ocasionan movimientos involuntarios,

alteraciones de la postura, en procesamiento cognitivo, entre otros. O bien,

alteración del cerebelo por procesos degenerativos hereditarios o por lesiones

vasculares que producen ataxia cerebelosa, pérdida característica de la

coordinación y precisión del movimiento de las extremidades (Carlson, 2005), por

citar algunas.

Al respecto, se han sugerido que las alteraciones en la actividad del

cerebelo pueden contribuir a los síntomas motores tanto en la enfermedad de

Parkinson y como en la distonía (Breakfield et al., 2008; Payoux et al., 2004). Así

como también que, la estimulación cerebral del NST mejora los signos motores en

la EP y se normaliza consecuentemente la activación del cerebelo (Payoux et al.,

(18)

reposo característico de la EP se suprime mediante la estimulación o la lesión del

núcleo ventral intermedio del tálamo, uno de los sitios de eferencias del cerebelo

(Benabid et al., 1994).

Datos como los anteriores apoyan la idea de un sistema integrado entre los

GB y el cerebelo a través de diferentes vías de comunicación. Estos

planteamientos tienen sustento en estudios de neuroimagen (Rascol et al., 1997;

Yu et al., 2007) que muestran un patrón de hiperactividad en el cerebelo de

pacientes con EP durante las tareas motoras y sustentan que dicha

sobreactivación cerebelar tiene una función compensatoria ante la falla del circuito

de los ganglios basales (Cerasa et al., 2006).

Los datos de hiperactivación cerebelar observados en pacientes con la EP

(Rascol et al., 1997; Yu et al., 2007) y estudios neuroanatómicos en primates

(Hoshi et al., 2005) y ratas (Ichinohe et al., 2000) han generado propuestas sobre

los posibles sitios en los que este mecanismo se lleve a cabo: a) a nivel de la

corteza cerebral en el AMS, pre-AMS y CM1, sitios a donde el núcleo dentado del

cerebelo y el GPi de los ganglios basales se dirigen (Hoover y Strick, 1999; Akkal

et al., 2007), b) por una conexión del cerebelo, concretamente del núcleo dentado,

hacia los ganglios basales (estriado y GPe) mediada por el tálamo (Hoshi et al.,

2005). Lo cual supone un sistema estructurado para la comunicación entre estas

dos zonas cerebrales que interviene no sólo el movimiento, sino también en la

(19)

Asimismo, el planteamiento de una conexión dopaminérgica desde el ATV a

la corteza cerebelar de primates y roedores, distribuidos principalmente en los

lóbulos Crus I y Crus ll (Ikai et al., 1992) y la presencia de elementos neuronales

indicativos de una neurotransmisión dopaminérgicas en el cerebelo (Melchitzky y

Lewis, 2000), sustentan la propuesta de una relación anatómica y funcional entre

las redes córtico-basales y córtico-cerebelares con implicaciones dopaminérgicas.

Si bien no se ha descrito una proyección dopaminérgica en el cerebelo

desde la SNc (primera vía dopaminérgica degenerada en la EP). La hipótesis de la

implicación dopaminérgica en el cerebelo está basada en el patrón de

hiperactivación cerebelar observado en pacientes con la EP sin tratamiento y bajo

medicación con L-DOPA, durante la ejecución de movimientos automáticos

(Rascol et al., 1997; Rowe et al., 2008), dan cuenta de la implicación

dopaminérgica en el cerebelo.

Al respecto, investigaciones con modelos de parkinsonismo en animales

están explorando la relación entre la alteración dopaminérgica estriatal y la

función cerebelar. Recientemente un estudio en primates no humanos con MPTP

para inducir degeneración nigroestriatal (Heman et al., 2012) mostró correlación

entre la activación persistente de las neuronas de Purkinje con la perdida

dopaminérgica. Así pues, demostrar que la pérdida de neuronas dopaminérgicas

puede tener un efecto sobre la actividad de las neuronas del cerebelo tiene

implicaciones en la conceptualización de patologías relacionadas con alguna de

(20)

la esquizofrenia e incluso las adicciones en las que se ven involucrados los

circuitos cortico-estriatales y cortico-cerebelares.

A pesar de la serie de investigaciones que a la fecha se han desarrollado,

aun no quedan del todo claro cómo es la participación del cerebelo ante

alteraciones en los ganglios basales, ni cuáles son las alteraciones adicionales en

el cerebro ante la manipulación de circuitos implicados en el parkinsonismo.

La reducción de la transmisión dopaminérgica en dos regiones de los

ganglios basales, la sustancia negra y el cuerpo estriado, originan la mayoría de

las formas de parkinsonismo en humanos) que se caracterizan por una

combinación síntomas tales como temblor, rigidez, bradicinesia, pérdida de

reflejos posturales, postura flexionada y bloqueos motores (Hardman y Limbrid,

2003). Al respecto, la manipulación dopaminérgica, bajo ciertas condiciones,

permiten comprender los efectos motores de inicio temprano, tales como el

temblor y ayudan a aclarar los mecanismos implicados en los ganglios basales y

otras estructuras al inducir síntomas parkinsonianos (Ishiwari et al., 2004).

6. Modelos de manipulación dopaminérgica estriatal para el estudio de la EP  

Diversos modelos de manipulación dopaminérgica en rata permiten una

aproximación a la alteraciones en los ganglios basales, tales como el

parkinsonismo en humanos. Los modelos por neurotoxicidad a través de agentes

químicos neurotóxicos específicos para las neuronas DA y catecolaminérgicas

como el inducido por 6-hidroxi-Dopamina (6-OHDA) (Jeon,1995) o bien por MPTP

(21)

et al., 1994; Sthepans et al., 1998) el ácido 3-Nitropropionico (3-NP), el ácido

malónico (MA) y la retonona (González, 2005). En tanto que el modelo de Sauer:

usa la degeneración retrógrada de la vía nigroestriatal como un modelo de

denervación aguda y neurodegeneración progresiva y gradual, que semeja la EP

(Cadet y Lohr 1989; Sauer y Oertel, 1994).

Cabe mencionar que los modelos basados en el uso de antagonistas de DA

presentan ventajas frente a las neurotoxinas, por la reversibilidad del daño en el

animal. Estos modelos tienen la posibilidad de la administración de antipsicóticos

de eficiencia clínica para intervenir con la función transmisora de la dopamina y

producir efectos neurológicos motores. Tal es el caso de el uso de butirofenonas y

sus congéneres, como el haloperidol y pimozida, con afinidad selectiva a recetores

de dopamina D2 (Bahena-Trujillo, 2000).

El haloperidol es considerado uno de los prototipos para fármacos tipo

neuroléptico estándar que tienen perfiles similares en términos de sus efectos

motores a los observados en los enfermos con la EP (Freedman et al., 1994;

Sultana y McMonagle, 2000) tales como acinesia, bradicinesia, rigidez, temblor,

alteraciones en la marcha y postura anormal (Campos-Romo, 2008; Hardman y

Limbrid, 2003). Su administración oral o intraperitoneal (IP) estimula movimientos

mandibulares (Glenthoj y Hemmingsen, 1989; Rupniak et al., 1985; Trevitt et al.,

1998; Wisniecki et al., 2003) que correlacionan con el temblor en el parkinsonismo.

Al respecto, el modelo de parkinsonismo de temblor mandibular (TM) propuesto

por Salamone et al. (1998) es un modelo que cumple con los criterios de

(22)

bajo los planteamientos anteriores.

7. Temblor mandibular en rata: un modelo de parkinsonismo

El modelo de parkinsonismo (Salamone et al., 1998) induce en la rata un temblor

mandibular rápido y no dirigido a algún estimulo en particular, que se genera en

repetitivas oscilaciones verticales de la mandíbula (Salomone et al., 1986, 1998,

1990) en una escala de frecuencia entre 3-7 Hz (Ishiwari, 2004; Finn et al., 1995;

Salamone y Baskin, 1996; Collins–Praino et al., 2011). Las características

neuroquímicas, anatómicas y electromiográficas del temblor mandibular se

homologan con lo registrado en el temblor de pacientes parkinsonianos (Salamone

et al., 1998; Cousins et al., 1998; Cenci et al., 2002).

La inducción de los temblores mandibulares (TMs) en rata está asociada con

alteraciones en los mecanismos estriatales (Mayorga et al., 1997; Salamone et al.,

1990a). La mayoría de TMs son inducidos por una alteración en la

neurotransmisión dopaminérgica estriatal, que puede ser ocasionada por

antagonismo dopaminérgico (Salamone y Baskin, 1996; Ishiwari et al., 2005;

Collins-Praino et al., 2011) o por el efecto de la depleción de dopamina en el

estriado ventrolateral (EVL) con 6-OHDA (Jicha y Salamone, 1991; Finn et al.,

1997). Si bien se sabe que la región ventrolateral del estriado7es una área que

recibe proyecciones dopaminérgicas provenientes de la Sustancia Negra

compacta (Berke y Hyman, 2000; Hyman y Malenka, 2001), aun no queda claro

cómo la DA en subregiones estriatales específicas está envuelta en diferentes

(23)

los mecanismos que desencadenan el temblor en el parkinsonismo.

Nuestro estudio explora la alteración adicional de la actividad cerebelar ante

la manipulación dopaminérgica de circuitos implicados en el parkinsonismo. Para

ello, nos apoyamos en el modelo de temblor mandibular (Salamone, et al., 1998)

inducido por antagonismo dopaminérgico sistémico con haloperidol para emular

caracteristicas de temblor en el parkinsonismo. Posteriormente, explora los efectos

de lesionar la región ventrolateral del estriado, principal entrada dopaminérgica

proveniente de la SNc, en la inducción de temblores mandibulares. Da a conocer

además las características electromigráficas de los TMs inducido por ambas

condiciones.

8. Esquema de la tesis

La idea de un sistema integrado entre los ganglios basales y el cerebelo,

implicados no sólo en el movimiento, sino también en la cognición y el afecto

(Bostan et al., 2010b), permite plantear que, bajo determinadas condiciones estas

dos estructuras pueden actuar como una red funcional. Bajo estos supuestos, es

que esta tesis se enmarca en una línea de investigación sobre la implicación del

cerebelo en situaciones de alteración de los ganglios basales.

En la siguiente tesis se experimenta con tipos de alteración estriatal, una

farmacológica y otra anatómica. En el capitulo II se muestra el primer experimento

que se apoyó en un modelo de parkinsonismo de temblor mandibular (Salamone

(24)

del receptor D2, en la actividad de las neuronas cerebelares. Para ello se comparó

el número de células inmunoreactivas a Fos, en la capa granular, de Purkinje y en

los núcleos profundos del cerebelo, en un grupo de ratas tratadas con haloperidol

IP durante 14 días que presentaron temblor mandibular por efecto del tratamiento,

otro grupo de ratas tratadas con y un grupo control salino. Esta aproximación

permitió identificar los efectos del antagonismo dopaminérgico sistémico en la

inmureactividad a Fos de células cerebelares.

En el capitulo III, se describe el segundo experimento que implicó la

afectación anatómica del estriado mediante la lesión electrolítica bilateral en la

región ventrolateral del mismo. Dicha zona está involucrada en el control motor

oral y de extremidades (Kelley et al., 1989; Salamone et al., 1990a) y en la

generación de los TMs. Si bien hipotetizamos que la lesión en el estriado

ventrolateral generaría temblores mandibulares, se desconocían las

características electromiográficas de éstos, así que se caracterizó el TM inducido

por lesión electrolítica y se comparó electromiográficamente con el derivado del

tratamiento subcrónico con haloperidol.

Para ello a un grupo de ratas tratadas con haloperidol durante 14 días por

vía IP, otro grupo administrado con solución salina por el mismo periodo de tiempo

y vía y a un tercer grupo con lesión electrolítica bilateral en el EVL les fue

implantado electrodos bipolares en el músculo temporal derecho con el fin de

(25)

Un análisis posterior con inmunoreactividad a Fos en células cerebelares en

los animales con lesión electrolítica bilateral de EVL mostrará si la afectación

específica en esta región del estriado tiene implicaciones en actividad de la

neuronas cerebelares.

9. Contribuciones

En lo inmediato, los resultados derivados de la presente tesis aportan información

sobre la expresión de c-Fos en el cerebelo en respuesta a una alteración

dopaminérgica sistémica con un tratamiento subcrónico de haloperidol.

Muestran las características EMG y conductuales que tiene los temblores

generados por la lesión electrolítica en el estriado ventrolateral en comparación

con los temblores inducidos por antagonismo dopaminérgico.

En lo general, contribuye a la información sobre causas de hiperactivación

cerebelar en pacientes con la Enfermedad de Parkinson. Puede apoyar a la

comprensión de otras patologías córtico-basales como la adicción. O bien a

entender la participación del cerebelo en condiciones de alteración dopaminérgica,

(26)

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(38)

CAPÍTULO II

The Basal Ganglia: c-Fos expression in the cerebellum in response to subchronic dopaminergic alterations

(datos aceptados para publicación)

Datos de este estudio se consideraron

para envío a Neurocience Journal

6 de noviembre de 2013.

Grecia Herrera-Meza3; Luisa Aguirre-Manzo3; Genaro A. Coria-Avila1; Leonor

Lopez-Meraz1, Rebeca Toledo1; Jorge Manzo1, Luis I. Garcia1; Marta Miquel2.

1 Centro de Investigaciones Cerebrales, Universidad Veracruzana, Xalapa, Ver., Mexico 2 Área de Psicobiología, Universidad Jaume I, Castellón, Spain

3 Postgrado en Neuroetología. Instituto de Neuroetología. Universidad Veracruzana,

(39)

II Índice

1. Abstract...40

2. Introducción...41

3. Materiales y Método ...45

4. Resultados ... 48

5. Discusión... 51

(40)

1. Abstract

Cortical motor areas are influenced not only by peripheral sensory input and prefrontal association areas, but also by the basal ganglia and cerebellum. Both conceptualized as two separate structures working to execute movements. However, an anatomical and functional relationship between cortico-basal networks and cortico-cerebellar has been registered. So in pathological conditions of the basal ganglia, the cerebellum probably acts as an integrated system to compensate the functional deficit. In this context the objective of this study was to analyze the activity of the cerebellum with the expression of c-Fos in the model of Parkinsonism induced tremor jaw movements. This model characterized the tremulous jaw movements in male rats to which we chronically administered dopamine antagonist haloperidol and then we quantified the expression of c-Fos in the cerebellum. Our results indicate that the alteration of the basal ganglia produces an increment in the activity of the granular cell layer of the hemispheres and in the interpositus and dentate deep nuclei. The vermis and the hemispheres appear to be regulated in opposite ways. There were also fewer Fos IR cells in the lobules I, III, IV and V of the vermis in contrast to the control group and an increased expression in the lobules Crus II and Sim b of the cerebellar hemispheres. This suggests a hypoactivation and hyperactivation of the vermis of the hemispheres in animals associated with the effect of dopamine antagonism.

(41)

2. Introduction

Sensory systems send information to the brain to construct internal representations

of the external environment that are the context in which motor systems plan,

coordinate and execute voluntary movement. Therefore, different voluntary motor

conducts and intentionality are routed by the actions of various motor systems

hierarchically organized and controlled from the cortexes involved (Purves, 2004).

Apart from being regulated by the peripheral sensory afferents and prefrontal

association cortex, the cortical motor areas are regulated by the basal ganglia and

the cerebellum (Carlson, 2005). Both systems are considered as independent

modules in the cortex, although they form functional circuits with motor and

associative areas of the cortex thus participating in the planning and execution of

voluntary movements.

The proposal of a functional relationship between structures may be evident

in situations of injury or alteration. Such is the case of the degeneration of the

nigrostriatal dopaminergic pathway that occurs in Parkinson's disease (PD). During

such disease hyperactivation of the cerebellum has been observed, perhaps as a

mechanism that apparently compensates for the dysfunction of the cortico-basal

circuits, this aspect is inferred in neuroimaging studies in PD patients (Rascol et

al., 1997; Cerasa et al., 2006).

The possible compensation that the cerebellum carries out before this

(42)

SMA and CM1, places where the dentate nucleus of the cerebellum and basal

ganglia GPi target (Hoover and Strick, 1999; Akkal et al., 2007). On the other hand,

it may be a connection from the cerebellum, particularly the dentate nucleus to the

striatum in the basal ganglia via the thalamus (Hoshi et al., 2005, Yu et al., 2007),

a hypothesis that is supported by Hoshi et al. (2005) in their studies with rats and

Ichinohe et al. (2000) with data in primates.

In this regard, data from cerebellar hyperactivation in PD have led to

develop neuroanatomical studies as those of Yu et al. (2007), who describe a

connection between the basal ganglia and the cerebellum through two pathways:

from the dentate nucleu (DN) to the striatum and subthalamic nucleu (STN) to the

cerebellar cortex. This implies a structured system for communication between

these two brain areas which intervenes not only in movement but also in cognition

and affection (Bostan et al., 2010b). Also, the approach of a communication

between the two structures through dopaminergic connection from the VTA to the

cerebellar cortex of primates and rodents, mainly distributed in the lobules Crus I

and Crus II (Ikai et al., 1992) and the presence of neural elements indicative of

dopaminergic neurotransmission in the cerebellum (Melchitzky and Lewis, 2000),

support the proposed relationship between anatomical and functional cortical-basal

and cortico-cerebellar, hypothesis which states that under certain conditions the

basal ganglia and cerebellum act as a functional network (Bostan et al., 2010).

The cerebellum is related to the control and integration of motor processes,

(43)

posture (Ito, 1984). Although it is known that the cerebellum may be involved in

cognitive functions (Schmahmann, 1991; Kim et al., 1994), as shown by imaging

studies in humans during word association activities (Petersen and Fiez, 1993) and

mental arithmetic ( Ryding et al., 1993). Processes that appear to involve lateral

hemispheres and dentate nucleus (Schmahmann, 1991; Kim et al., 1994). As said

before, interruptions in the circuits of the cerebellum, thalamus and prefrontal

cortex contribute to many of the abnormalities in cognition, affecting planning,

verbal fluency, abstract thinking and working memory (Andreasen et al., 1996),

circuits that involve the cerebellar hemispheres and dentate nucleus (Melchitzky

and Lewis, 2000). Unlike the cerebellar vermis which is involved in certain

functions such as motor control of trunk and head (Ito, 1984).

Just as the cerebellum appears to be involved in most motor and cognitive

functions, the data suggest that dopamine, mediated by other brain regions such

as prefrontal cortex regulates such functions both in cortical and in subcortical

structures (Goldman–Rakic, 1999). DA has been implicated in the pathophysiology

in some cognitive disorders such as schizophrenia, autism, among others, typically

associated with a pathology of prefrontal cortex (Andreasen and Pierson, 2008)

and in which the cerebellum is recently being involved. Although the presence of

DA in the cerebellum was considered only as a precursor to norepinephrine,

studies suggest it as a neurotransmitter (Melchitzky and Lewis, 2000).

In this regard, using the model of Parkinson’s disease in monkeys which

(44)

reduction in dopamine concentration was obtained in the caudate, putamen ,

substantia nigra and extracortical areas such as the cerebellum (Pilf et al., 1991).

Through radioligand and immunoreactivity for the types of dopamine receptors,

different subtypes have been identified in the cerebellar cortex of rodents

(Panagopoulos et al., 1993, Diaz et al., 1995; Barili et al., 2000) in primates, and in

human beings dopamine receptors D1, D2, and D3 (Khan et al., 1998) and

specifically the D2, D3 and D4 in Purkinje cells (Khan et al., 1998). Moreover, the

mRNA for D3 receptors (lobules IX and X) in these cells in the cerebellum of

rodents (Diaz et al.,1995). Also it has been described the presence of membrane

transporter DAT-dopamine-lobes in II, III, IV, VIIIA, VlllB, IX and X of the granular

layer of the vermis in primates, as well as axons containing tyrosine hydroxylase in

the vermis and the hemispheres of the cerebellum.

The objectives this paper are based in the context of an anatomical and

functional relationship between cortical-basal and cortical-cerebellar networks,

which under certain situations the basal ganglia and cerebellum would act as an

integrated system; it is aimed at analyzing in depth the effect of alteration of the

basal ganglia as a model of Parkinson’s disease in the activity of cerebellar

neurons. For such aim the first and second phase of the experiment were

developed, that involved, on the one hand, to characterize the model of

Parkinson´s and to determine the lobes to be analyzed and, on the other hand, to

induce tremulous jaw movement with haloperidol as a model of Parkinson’s and to

analyze the expression pattern of c Fos in the cerebellum. By

(45)

detect a specific epitope. This epitope is then visualized using a detection system

and a chromogen.

3. Materials and Method

Study Subjects

In a group of 25 male Wistar rats with a body weight of 250 -300 g, 8 animals were

randomly selected as control group and 17 were experimentally treated with

haloperidol. The rats were housed in collective, clear acrylic boxes, under reverse

cycle under light-dark conditions during 12 × 12 h periods and fed with food and

water on demand.

Drug, dosage and administration time

Haloperidol was manufactured by RBI Research Biochemicals International

(Natick, MA 01760 USA), dissolved in warm distilled water and added 0.3%

DL-tartático acid 99% (Germany ALDICH 49-7329970). To establish the tremulous jaw

movements model described by Salamone (1996) a DA antagonist effective

dosage of 1.5 mg / kg was used, at a concentration of 1 ml in relation to body

weight and animals that formed the control group were treated with 0.3%

DL-tartático acid 99% dissolved in saline. It was observed scarcity and slowness of

movement in all animals (bradykinesia) and in 50% of them chin tremor behavior

occurred. To verify the phenomenon described by Salamone et al. (1998) , the

local frequency of tremulous jaw movements was recorded by electromyography in

(46)

Perfusion

After treatment with the antangonist, the rats were transcardially perfused for brain

removal and cryoprotection in an ascending series of sucrose (10, 20 and 30%)

and 0.1M phosphate buffer (0.1 M PB). Coronal and sagittal cuttings of the brain

and cerebellum were made, with a thickness of 40 µm and at a temperature of -24

° C.

Quantitative analysis of Fos-IR cells

To observe Fos immunoreactive cells, digital images were obtained with the

ImagenPro Plus program, coupled to a light microscope (OLIMPUS, Provis) and

Image J program to count. With which previous count was performed in 10 lobes

(proximal, medial and apical) of the granular layer of two experimental and two

control animals (15 slides per rat) for the expression pattern of Fos-IR throughout

the cerebellum. Subsequently the lobes were considered significant with a marking

for counting cells granular and Purkinje, in deep nuclei and in the ventrolateral

striatum (VLS) of the basal ganglia in all of the rats.

Statistical Analysis

The response variable number of cells immunoreactive to c-Fos (Fos-IR) in the

granular layer of the cerebellumwas processed by applying a multivariate analysis

of variance (MANOVA), in which each lobe was considered as a variable response

(47)

which were a group of rats treated with a chronical intraperitoneal for 14 days of

haloperidol plus tartaric acid and a control group of animals with saline plus tartaric

acid. After the multivariate analysis and to obtain the value of Wilks' lambda, the

univariate analysis was performed for each lobe with its multiple comparisons. Also

the assumptions of homogeneity of variance and normality were verified to comply

with the guidelines of the statistical test.

While the response variable cell number IR-Fos in Purkinje layer was

analyzed using a one-way ANOVA to compare the experimental vs control group

with the adjustment of the variable response to Poisson distribution because it did

not meet the assumptions of homogeneity of variance and normality. For the

number of cells in the deep cerebellar nuclei and the ventrolateral striatum of the

basal ganglia, this was also analyzed with one-way ANOVA but with adjustment to

normal distribution.

4. Results

Ventrolateral striatum (EVL) of the basal ganglia

The average values of the number of Fos-IR cells in the striatum showed that

ventrolateral animals with dopamine antagonism (=42.00±4.11) show greater

cellular immunoreactivity to saline-treated rats (=4.85±6.22) (F1,21=39.4,

(48)

Granular layer vermis

Multivariate analysis for the lobes (I, III, IV, V) in the cerebellar vermis shows that

there are significant differences between treatments (Wilks' λ = 4.02, P <0.01),

since the lobes show different immunoreactivity in animals treated haloperidol in

contrast to the control group.

In the lobe I, there were significant differences between treatments in the

number of Fos-IR cells (F1,25=4.7, P<0.03), since the group of rats with haloperidol

treatment had a number of cells expressing IR Fos on average lower than the

control group (Fig. 1). The average number of cells expressed in the lobe III did not

differ between treatments (F1,25=3.4, P<0.07), being equal the average value in the

group of rats with dopamine antagonism (Fig. 1). Additionally, registration of cells

in the lobule IV differed significantly (F1,25=12.04, P<0.001) and the response was

similar in lobe V (F1,25=7.9, P<0.01), as rats treated with haloperidol had lower

average number of cells with IR-Fos expression than those who did not have

antidopaminergic treatment (Fig. 1).

Granular layer in the right hemisphere

Multivariate analysis for comparison of the number of granule cells showed

significant differences between rats with haloperidol treatment and control group in

(49)

Univariate analyzes of the mean values of the number of Fos-IR cells that

were quantified in the SIM by CRUS II lobes of the right hemisphere of the

cerebellum were different between animals treated with haloperidol and the group

with saline administration. On the one hand, in the SIM b lobe average number of

Fos immunoreactive cells Fos (IR-Fos) was observed ,higher in the experimental

group than in the control group (F1,25=9, P<0.004, Fig. 2). On the other hand, in the

CRUS II lobe, the group of rats treated with haloperidol showed again a higher

average number of Fos-IR cells in contrast to that recorded in the saline group

(F1,25=27.4, P<0.00001, Fig. 2).

Vermis Purkinje layer

The nonparametric analysis of variance for a Poisson distribution of the variable

number of Fos immunoreactive cells in the lobule I of the Purkinje layer shows no

significant differences between treatments (χ2= 0.18, P=0.6), since the average

values were similar between the saline and the haloperidol groups (haloperidol

=0.93±0.25 y saline =1.1±0.33). In contrast, in the lobe III there were significant

differences (χ2=3.8, P=0.04), the same as in the fourth lobe (

χ2= 6.5, P=0.01,

Fig.3), since the group of rats treated with haloperidol had lower average number

of cells expressing Fos-IR with respect to the group with saline application (Fig. 3).

However in the lobule V, the observed differences follow a different pattern as rats

with haloperidol showed greater number of cells immunoreactive for c-Fos (χ2= 8.4,

(50)

Purkinje layer in the hemisphere

The average values of the number of Fos-IR cells quantified in the SIM b lobe of

the right hemisphere did not differ (χ2= 2, P<0.15, Fig. 4) between the animals that

were given haloperidol (χ2= 4.4 ± 0.11) and those treated with saline (

χ2=3.2 ±

0.19). the same as in the lobe CRUS II where there were no differences, since the

average number of Fos-IR cells in each lobe (haloperidol χ2 = 3.7 ± 0.12 and saline

χ2 = 3.0 ± 0.20) was similar between groups (χ2= 0.9, P=0.33, Fig. 4)

Deep nuclei

The average values of the number of Fos-IR cells quantified in the deep cerebellar

nuclei showed differences between the animals subjected to treatment with

haloperidol and those administered saline. Specifically, the haloperidol group

showed less Fos IR neurons although this trend was not statistically significant

(F1,23= 3.3, P=0.08) [experimental group (=73.8 ± 6.4) and control (= 94.3 ± 9.1)

(Fig. 5). However, it was observed that in the interpositus nucleus that treatment of

rats with haloperidol had an average value significantly higher than the control

group (F1,23= 11.3, P=0.003, Fig. 5). The same differences were obtained for the

(51)

5. Discussion

As part of the research on the involvement of the cerebellum in cases of alteration

of the basal ganglia, the experiment suggested as a way to alter the basal ganglia

model of Parkinson´s Disease (Salamone, et al.,1998) based on the use of

dopamine antagonists such as haloperidol, neuroleptic that under specific

conditions generates tremulous jaw movements in rats with similar characteristics

to resting tremor in PD patients (Ishiwari, 2004; Finn et al., 1995; Salamone and

Baskin, 1996).

Studies in rats indicate that the chin tremors are induced by dopaminergic

manipulation (Steinpreis et al., 1993; Steinpreis and Salamone, 1993; Trevitt et al.,

1998) and that its induction is accompanied by an increase in c-Fos inmunorectivity

of c-Fos in the ventrolateral striatum (Lee et al., 2007; Salamone et al., 2008b;

Betz et al., 2009), direct target of SNcompacta dopaminergic projections. The

increase in Fos cell immunoreactivity observed in the ventrolateral striatum of the

rats treated with haloperidol is associated with reduced inhibition of gabaergic

striatal neurons expressing D2 receptors (via indirectly) and which results in

increased activity of striato-nigral neurons, as indicated by Salamone et al. (2009).

These data are also reported in patients with PD (Obeso et al., 2002).

The premises to discuss the immunoreactive pattern of Fos observed in the

cerebellum, are based on the hypothesis of an anatomical and functional

Referencias

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