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LECCION PARA MAESTROS – “MATEO 24 y 25”

Lección 07 Para 19 de mayo 2018

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www.upavision.com

A. ¿Cómo debemos informarnos para situarnos adecuadamente en el calendario

profético?

B. ¿Cuáles son las señales del fin? ¿Cómo distinguir las falsas doctrinas del fin y los

falsos mesías?

C. ¿Por qué no es posible conocer el momento exacto del fin?

II. Sentir: La urgencia del momento

A. ¿Por qué los acontecimientos del fin son tan aterradores? ¿Cómo debiéramos

afrontar estos sentimientos? B. ¿Por qué no debiéramos temerle a estos problemas? C. ¿Por qué estos acontecimientos nos inspiran a anhelar el reino de Dios? III. Hacer: Preparar el camino del Señor A. ¿Qué debieras hacer en tu vida personal para prepararte para su venida? B. ¿Qué debieras hacer para ayudar a otros a prepararse para su venida? C. ¿Qué debieras hacer para dar esta noticia de su venida al mundo? Resumen Las últimas palabras de Jesús antes de su crucifixión son serias advertencias de juicio que atañen al tiempo fin y al destino del mundo entero. CICLO DE APRENDIZAJE Texto destacado: Mateo 24:42‐44.

Concepto clave para el crecimiento espiritual: La noticia de la venida del Hijo del Hombre no solo tiene que ver con los acontecimientos sensacionales que preceden a su venida; el acontecimiento en sí tiene un efecto inmediato en nuestra vida espiritual. Ahora es el momento de renovar nuestra relación con el Señor. El futuro acontecimiento de la venida de Cristo impregna nuestra actual experiencia religiosa y espiritual con propósito y significado. Cuanto más nos acercamos a nuestro Señor con nuestras oraciones y nuestros cultos de adoración, más anhelaremos verlo cara a cara.

PASO 1: ¡Motiva!

Solo para los maestros: Esta lección se centrará en las profecías y enseñanzas de Jesús de su último sermón en el Monte de los Olivos. La advertencia de Jesús se aplica a sus discípulos de todas las generaciones, pero especialmente a los discípulos de los últimos días. La historia humana terminará. Jesús nos advierte que este tiempo del fin será preocupante y agitado, y nos insta a prepararnos en consecuencia. El énfasis no debiera estar en asustar a la gente sino en estimularla para que fortalezca su fe y esperanza y reajusten las prioridades. En la medida en que hayamos comprendido que llegó el tiempo del fin, la recomendación de Jesús de “busca[r] primeramente el reino de Dios” (Mat. 6:33) es más relevante que nunca.

Diálogo inicial: ¿Por qué y cómo podríamos renovar el sentido de nuestra identidad y misión “adventista” que atañe precisamente al tiempo del fin y la inminente venida de Cristo? Al considerar nuestra historia, quizá nos sintamos frustrados y desalentados y entonces nos centremos en otros puntos de énfasis. El movimiento adventista del séptimo día conoce de chascos; y ahora, después de tanto tiempo de proclamar el mismo mensaje, nos hemos convertido en una institución sofisticada y bien organizada; y, a veces, puede parecer que nos hemos establecido definitivamente en este mundo.

Preguntas para dialogar:

1. ¿Cómo podemos combinar esta necesidad de una sabia intervención en la tierra y la pasión por el reino celestial?

2. ¿Cómo podemos combinar la necesidad de sentirnos cómodos en nuestra vida con el sentido de urgencia para prepararnos para su venida?

PASO 2: ¡Explora!

Solo para los maestros: La forma en la que Jesús aborda la proclamación del tiempo del fin y su venida debiera inspirarnos. Jesús no comienza su sermón con una afirmación o un mensaje teológico o con una presentación en PowerPoint de un importante punto de doctrina. Comienza con una pregunta directa que se refiere a la situación contemporánea: “¿Veis todo esto?” (Mat. 24:2). Luego conmociona a sus discípulos con la inquietante noticia que atañe a su realidad contemporánea, el templo. Y solo cuando los discípulos le preguntan: “Dinos, ¿cuándo […] y qué […]? (Mat. 24:3), Jesús, entonces, apela a su situación actual de la que inferirá su mensaje: “Por tanto[…]”(Mat. 24:15).

Es interesante notar que el primer argumento de Jesús es tomado de las Escrituras, un pasaje muy conocido del libro de Daniel: “la abominación desoladora” (Mat. 24:15), y luego anima a sus discípulos a “lee[r]” y “entende[r]” (Mat. 24:15). Su primer mensaje es una profecía sobre la

“gran tribulación” (Mat. 24:21). Sobre la base de esta profecía del tiempo del fin, luego avanza y nos instruye sobre el “reino de los cielos” mediante parábolas (Mat. 24:22‐25: 30).

Comentario de la Biblia I. La gran tribulación

(Repasa, con tu clase, Mat. 24:15‐28.)

Desde los tiempos más antiguos, el Santuario, y posteriormente el templo, representaba el cosmos. Cuando Moisés escribió el libro de Éxodo, describió el proceso de la construcción del Santuario (Éxo. 25‐40) paralelamente a la historia de la creación (Gén. 1:1‐2:4). Ambas historias ocurren en siete etapas y ambas terminan con la misma frase técnica: “acabó […] la obra” (Gén. 2:2; Éxo. 40:33).

Asimismo, la construcción del templo de Salomón se desarrolla en siete etapas y termina con la frase: “terminó toda la obra” (1 Rey. 7:40, 51). Esta frase particular aparece solo en estos tres pasajes. El paralelismo entre la construcción del Santuario/templo y la creación del mundo indica claramente que, para Moisés, había una relación entre el mundo y el Santuario/templo (ver además Sal. 78:69; comparar con 134:3; 150:1, 6). Entonces, cuando Jesús habló del fin del templo, los discípulos comprendieron inmediatamente que se estaba refiriendo al fin del mundo. La frase “abominación desoladora” es una expresión muy rara que Daniel usa para predecir la destrucción de Jerusalén que tuvo lugar en el año 70 d.C. (Dan. 9:27, Dan. 12:11). Y, de hecho, Jesús aplica esta expresión a ese acontecimiento. Pero Jesús lo aplica también a la destrucción final del mundo del que el templo era considerado una figura. Por lo tanto, Jesús les habla a ambos públicos: Sus discípulos que serán contemporáneos a la destrucción de Jerusalén, y sus discípulos del tiempo del fin que serán contemporáneos a los acontecimientos que tendrán lugar en el tiempo del fin (nosotros).

Al igual que los discípulos de Jesús y los judíos de es época, primero tenemos que entender que habrá un fin. Jesús únicamente declara el hecho sin indicar ningún momento para ello. Por ende, este mensaje es pertinente en general para cualquier generación de cristianos. Pero Jesús específicamente tiene en mente a la generación de cristianos que realmente vivirá estos sucesos. Estos discípulos son los únicos que podrán reconocer y “ver” esos acontecimientos finales (Mat. 24:15). Podrán “ver” y reconocer a Jesús como su Mesías, porque él les advirtió de antemano sobre los falsos mesías (Mat. 24:25).

Considera: Analiza el método pedagógico de Jesús. ¿Cómo podríamos aplicar su método a nuestras estrategias evangelizadoras? ¿Cuál es el primer foco de atención de Jesús? ¿Qué podemos aprender del abordaje que Jesús hace de las Escrituras? ¿Cómo se relacionan las Escrituras con nuestra vida y con la historia? ¿Cómo podemos evitar caer en las trampas de los falsos mesías y de las falsas interpretaciones de las profecías?

II. El reino de los cielos

Aunque Jesús anuncia que hablará del “reino de los cielos” (Mat. 25:1, 14), no tiene la intención de describirlo. Insinúa el reino de los cielos mediante una comparación: “será semejante a”. Entonces Jesús se centra en la situación de la tierra en nuestro diario vivir. La primera parábola, las “vírgenes”, pertenece al ámbito personal. La segunda parábola, los “talentos”, pertenece al ámbito empresarial. Al comparar las dos parábolas, podemos encontrar lecciones similares, aunque también diferentes, que debieran ayudarnos en nuestra preparación para “el reino de los cielos”.

Una lección común: el aceite, al igual que los talentos, simboliza los dones de Dios: el Espíritu Santo y las Escrituras. La idea es que no podemos producir luz por nosotros mismos. Necesitamos la luz externa de la fuente divina. Debiéramos aprender a tomarnos en serio estos preciosos dones. Debiéramos tener cuidado de conservar el aceite. Las vírgenes insensatas menospreciaron su antiguo aceite, así como el siervo malo menospreció su talento.

La parábola de los talentos, además de la lección que insta a la fidelidad y nos anima a cuidar nuestro patrimonio, añade la lección de ser creativo. No debemos limitarnos a conservar lo que recibimos; también debemos encontrar nuevas formas de multiplicar nuestros dones. Esto es válido también a la hora de escudriñar las Escrituras. No alcanza con seguir repitiendo las viejas verdades de siempre; debiéramos estudiar el texto bíblico para encontrar nuevas gemas. Esta lección también se aplica a la vida de la iglesia. No alcanza con conservar a nuestros miembros. Debemos ayudarles a crecer, y necesitamos integrar nuevos miembros.

Preguntas para dialogar:

¿Por qué Jesús no describió el reino de los cielos? ¿Cómo se aplican las lecciones comunes de las dos parábolas a nuestra preparación para el reino de Dios? ¿Por qué no todas las vírgenes ni todos los siervos son aceptados? ¿Cómo conciliamos la idea bíblica de un Dios amante y bondadoso con la imagen dura del novio o el señor? PASO 3: ¡Aplica! Solo para los maestros: Una de las razones por las que Jesús enseñó en parábolas sobre el reino celestial es que no solo quería que sus discípulos entendieran y apreciaran las profundas y ricas verdades; también quería que incorporaran estas verdades en su vida cotidiana. Preguntas de aplicación: 1. ¿Cómo se aplica la parábola de las vírgenes y la parábola de los talentos a nuestra vida cotidiana? Busca ejemplos en tu trabajo o en tu vida personal que ilustren las lecciones de estas dos parábolas. Actividad: Invita a tu clase a comparar las dos parábolas y a enumerar las lecciones similares o diferentes entre ambas. ¿Cómo se complementan las diferentes lecciones? PASO 4: ¡Crea!

Solo para los maestros: Así como Jesús usó parábolas para enseñar algunas de las verdades más difíciles, nosotros debiéramos hacer lo mismo. Ten en cuenta que algunas de las parábolas se encontraban en el folklore cultural de la gente de esa época. ¿Qué podríamos aprender de Jesús sobre su familiaridad con la cultura circundante y, a la vez, de su capacidad para suscitar algo nuevo? Actividades: 1. ¿Cuán ciertas son estas dos parábolas en la vida común? Encuentra casos concretos en tu vida cotidiana que muestren las verdades de estas dos parábolas de Jesús.

2. Desafía a los miembros de tu clase a encontrar historias o parábolas dentro de su folklore cultural que puedan ilustrar lecciones espirituales.