DANZAS
TRADICIONALES DENAVARRA
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Mikel Aramburu Urtasun
Nada descubro al estudioso de la cultura popular sireitero el indudable valor delastradiciones etnomusica- les en la culturade los pueblos. Las danzas tradicionales encierran en sí mismaselsecreto significadode an- cestrales creencias y primitivas pau- tas de comportamiento . En la vieja etnia vasca la danza adquieresingu- lar relevancia pues cuenta con un muyrico legado de bailesy melodias.
Su análisis, siquiera somero resulta imposible en estas breveslíneas. Por ello me limitaré a la mera enumera- ciónde los ciclosde danza más sig- nificativos de Navarra siguiendo un crite rio morfológico que permita ob- tener una panorámica visión de nuest ro patrimoniocoreográfico.
De acuerdo con lo dicho hago a continuaciónun repaso,casitelegrá- fico,de las danzas de palos,de es- pada,de hombres solos,de mujeres solas, de hombres y mujeres , de Carnaval,delCorpus ,danzasjuego, para concluir con una breve nota acerca delña músicade danza y de los instrumentos musicales.Dejo en el tinteronumerosas danzas especí- ficas,algunade ellascomo lajotade gran popularidad desde su relativa- mente reciente introducción en esta tierra,en elafánde abarcar la gene- ralidad.
DANZA DE PALOS
Eldanceo paloteado navarro,pa- riente cercano de sus vecinos ara- goneses,es un combinadoescénico popularque reúne una misceláneade elementostalescomolas danzas,los versosydichos,la música,la pasto- rada,elenfrentamientoentreelángel yel diablo,etc.Las danzas suelen ser de palos cortos con diversos núme- ros, de arcos,de cintas,raramentede espadas, y castillos humanos. El dancenavarro selocaliza enlaribera meridional junto al río Ebro y sus afluentes enQueiles yelAlhama.La villa de Cortes es la única, entre la decenalargadelocalidades queafi-
nalesdelsiglo pasado contabancon dance propio,que lo ha conservado vivo hasta nuestros días. Asistimos hoy a unproceso deinvestigacioón y empuje popular queha permitido la recuperacioríenlosúltimos años de varios delos desaparecidosdances.
Se entroncaeldance navarro con el sistema de dances que siguenel curso del Ebro y presenta en parti- cular grandes semejanzas con los dances aragoneses del Somontano del Moncayo. Paralelamente,elpalo- teado serelaciona conla culturapas- torilpirenaicade la que es en buena parte deudor, en concreto por las danzasde palos ylas pastoradas.
Cuenta precisamente la Navarra pirenaicacon unajoyafolklórica que generaciones de salacenos han sa- bido conservar: las danzas de Ot-
sagi/Ochagavia. Integran este ciclo ritual, además de las sugerentes y expresivas danzas de apios con cua- tro distintas mudanzas, la psñoto dantzaquedirigeBobo ylajo ta,va- rios elementos de alto interés antro- pológico.Los ochodanzantescon el enmascarado personaje bifronte, el Bobo, a la cabeza celebran anual- mente ante la ermitadela Virgende Muskilda una vieja liturgia plena de simbolismo cuyo sigl)ificado último se nos escapa.
Emparentados con las danzas de la vecina Laburdi y de carácter más sencillo las doce makil dantzak de Vera de Bidasoa completan el ex- tremo inventario de las danzas de palos cuyo origen,aldecirdelos ex- pertos , hay que situar en los ritos agrícolasdela cultura neolítica.
DANZAS DE ESPADAS
Noespródigaesta provinciaohe- rria/deen danzas de espadas nison especialmente llamativas las conta- das muestrasque sobrevivenhoy si las comparamos con los soberbios ciclosde danzas de este génerode Guipúzcoa o Vizcaya. Tampoco por ellocarecen deinterés.Así,las dan- zas de Lesaka en honor al patrono SanFermín,con las espadastrasto-
Palotea dopertenecien te alconjuntode Danzas en honor deNuest ra Señora deMuski eda,Otsagioc hagabia,VAllede Salaz ar.
Elnombre dela danzaes«KATXUTXAn.
cadas enmaki/as,nos ofrecen un rico grupo de bailesen el que destacan maki/ gurutze dantza, ziarkakoa y zubigainekoa.Por su parte Lakunza posee el segundo ejemplo de este epígrafecuya atracción resideensu sencillez estructural y coreográfica.
La ezpata dantza lakunzatarra se vailaporla festividadde San Sebas- tiányen la delCorpus.Estos dos ci- clos pueden sorprender por su ais- lada presenciaaunqueno tanto sise advierte la relativa proximidad geo- gráficade ambaslocalidades con el área de la ezpata dantza guipuz- coana.Comonotas comuneshay que referirlaformación coreágraficapro- piadeestas danzascon uncapitáno buruzagialfrente yelgrupo de dat- zarisen una o dosfilas trasél.
DANZAS DE HOMBRE SOLOS Un signo diferenciador y caracte- rístico,aunque no exclusivo,delfolk-
lorevasco pirenaicolo constituye las danzas bailadaspor hombres solos en corro abierto y en sentidocontario al de las agujas delreloj.La relevan- ciade estas danzas descansa en su singularidadmelódico-coreográfica.Si biende alguna manera están empa- rentadas entresíhay que diferenciar dos tipos de danzas en este epí- grafe. De un lado los iautziak y del otro lasmuti/dantzak.Losprimeros abarcan un área extensa que com- prendelamerindad dela Baja Nava- rra y las provincias vecinas de La- purdi yXuberoaprologándose hasta el país de Beame. Un determinado númerode pasos básicoscon nom- brepropioy combinadosdemanera múltiple, pero no aleatoria, confor- manlas decenasdeiautziakdistintos que hoy se conoceny bailanconotivo de cualquier fiestaespecialcomo la bestsbem.elcarnaval,etc.Sus nom- bres y rasgos melódicos coincidenen
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algunos de ellosconlosdelasmutil dantzak.En funcióndelazona eles- tilo de baile varíaconsiderablemente aunquese trate siempre de los mis- mos pasos.Las segundas,las mutil danztak,son propiasy exclusivasdel Valle del Baztán hasta el punto de constituir pieza fundamental de su patrimonioculturaly por endedeNa- varra toda. Se han conservado una quincenade ellas y suestilo y coreo- grafíasson únicas.Sus pasos care- cen denombres propiosque puedan seranunciados durante laejecución por lo que las largas secuenciasde- ben ser memorizadas por los dan- zantes. Hay quedecirqueen ambos casos,en particular en losisutsisk;es ya frecuente y habitual la participa- ción,por otra parte lógica,de las mu- jeres en estasdanzas.
DANZAS DE MUJERES SOLAS
Aunque la cultura urbanaha asu- mido como danzas de mujeres nu- merosas versiones femeninas de danzas masculinas por la actividad creativade los grupos folklóricos de- bemos decir que sólo existe una danza tradicional estrictamente fe- menina en el extenso catálogo de nuestro patrimonio coreográfico: la danza de San Juan de Urdiain. Se trata deuna danza cantadasquese interpretala vísperade San Juanpor mujeres en corro cerrado acompa- ñandola estrofacon un movimiento pendular de sus brazos unidos porlas manos. La excepcionalidad de este canto-danza da piea la especulación sobre su carácter de manifestación residualde un tipo de danzasen otro tiempomas generalizadasy hoy de- saparecidas.
DANZAS DE
HOMBRES Y MUJERES
Las danzas de hombres y mujeres son numerosas en Euskal Herria si bien lo fueron aún mas en épocas precedentes habida cuenta la pér- didasufrida en los últimoscien años.
Su diversidadmorfológicapermitiría.
sise aplicaseelmétodo delas cien- cias naturales,efectuar una taxono- mía quelas agrupaseen base a sus comunes características en género, especiey variedad.No es ésta nues- tra actual pretensión pero creo con- veniente subrayar algunos de sus ca- racteres.Estos son,como ha venido observando Juan Antonio Urbeltz, básicamente la diferente actitud de ambos sexos en la danza,expandida en el hombre y cerrada en la mujer,y
el papelpreponderantedelos baila- rinesque abreny cierranlacadena o corro,papel quese vincula alasfun- ciones que lainstitución dela mayor- domíales otorgabaen nuestrafiesta tradicional.Junto a estos dos rasgos definitorioscabríacitar el miméticoy reiterado ceremonial,elsentido anti- horario de girodelgrupoy las cons- tantes coreográficasde la cadena o corro abierto.
Dicho lo anterior como preámbulo ylejos de pretenderdescribir las di- ferentesdanzasy variantesexisten- tes,citaré los géneros que en este epígrafe pueden encontrarse en Na- varra.Ellantza tuzeenBaja Navarra sin protocolo específico para laincor- poraciorídelasmujeres ala serpen- teante cuerda ycon uso de pañue- los; el Ingurutxo como baile social más extendido cuyas variedades y ejemplares más significativosseha- llan, o hallaban,en el área determi- nada por los vallesdeBasaburua,UI- zama, Araiz, Larraun. Anue, Esteribar,Erroibar,Arakil,Aezkoa y cuya estructura rítmica muestra siempreuna determinadaduplicidad con partes binarias y partes terna- rias; la Soka dantza de las zonas, tambiéndela Navarra húmeda,colin- dantesy en ocasionescoincidentes conlas delIngurutxoal cualprecede a veces enel mismo ceremonial;la gizon dantza ogiza dantza de Alsa- sua y Urdian conocidas bajo la de- nominación de zortziko (palabrade múltiples significados) que presenta equivalenciasconla anteriory con el vecino aurresku; y, por último, La- rraindantza,o«baile delaera»,cuyo ámbito de extensión es la zoname- dia de Navarrayque reúne un con- glomerado de ritmosy figurascoreó- graficas superpuestas en el tiempo como si de una formacióngeológica estratificadase tratase.
DANZAS DE CARNAVAL
Puede afirmarse que todos los rasgos característicosque definenal carnaval rural europeo se manifies- tan en nuestros iñauteriak.Ritospu- rificadores y propiciatorios, ceremo- niales de fecundidad/fertilidad con regeneración de la vidaa través dela muerte.disfracesy máscaras,repre- sentacionesde oficios,de animales, travestismo,esperpentos,cuestacio- nes,y cómo no,danzas.
En esta confuso y abigarrado mundo mágicopuede la danza pare- cer relegada a un segundo plano.Sin embargo,su presencia es más que notable y vienesubrayada por elor- den y elrigorquela fiesta,pese a su aparente desorden, le confiere. AI-
gunasdanzas que podemos ver en los cicloscarnavalescossonpropias de carnaval o bien sin ser específi- camente propiasde esta fiesta han quedado fijadas en lamisma. Ocurre estoconZaragidantzaenArano yen Goizueta, con el popularizado zort- zikode Lanz,con las marchas ybo- lantiantzakde las comparsas bajo- navarras,o con el rítmico desfilede losioaldunak deIturen y Zubieta.A estasviejas danzas hay queañadir ahora la que bailan los
momotxo-
rroak alsasuarrasen su recuperado carnaval. Otras danzas,que denomi- namos quizá incorrectamente socia- les, adquierenespecial significación en este tiempo singular,efecto que comparten con la fiesta patronal, puesla propia fiestales proporciona un marco idóneo de desarrollo.Cla- ros ejemplosde elloson losiautziak ykadrilleakultrapirenaicas,lakarrika dantzade Betelu,o lasoka dantzade Aranaz.Tambiénlosjuegoscon sa- crificio de animales al son de sus propias melodías y diversasparodias bufas tienen su marcoenestafiesta invernal.
DANZAS DEL CORPUS CRISTI
Debemoshacer brevereferenciaen esta crónica urgente a las nutridas comparsas que animanen diversos pueblosdelamerindad deultrapuer- tos la solemne y brillante fiesta del Corpus Cristi. Los marciales corte- jos,que defislan y bailan al sondelas martxak,reúnen un conjuntode ana- crónicospersonajeseindumentarias tomados de los ejércitos franceses decimonónicos,de lasllamadas com- pañíasde naturales,de las carlista- das,etc.y quehan pasadoya a for- marparte del folkloredelaregión.
DANZAS JUEGO
La actividad lúdica tradicional de losjóvenes vinculada al ritmo y ala músicaha dejado en nuestro acervo cultural un sinnúmero de danzas- juego consistentes en divertimentos popularesdehabilidad,gracia ydes- treza ejecutados alson de una me- lodía y,generalmente, mediante un sencillo y determinadopasodebaile.
El inventario es proljoyes la zona de losvalles deUlzama,Baztán,Erro y Aezkoa la que posee la casi exclu- siva del mismo. Hay danzas-juego -conocidastambiéncomo irri-dant- zako danzas parahacerreir- en las que lahabilidad exigidaconsisteen seguireimitar loscomplicadoso dis- paratados movimientos del que di-
rige la fila,en saltar un cinto colo- cado cada vez a mayor altura, en bailarsobreun almud aritmo in cre- cendo, análogamente sorterar una hilerade sillassin tropezar conellas o conlos compañeros.Otras consis- ten endiversos juegos de palmadas porparejas,esku dantzak,asimismo aritmocadavezmásrápidoyalguna de ellas encombinación con unariñ- ariñ, o juegos de señalización pro- gresiva departes delcuerpocon las quehayque tocar elsuelo,saltar y seguir bailando,etc.
LA MUSICA DE DANZA Y LOS
INSTRUMENTOS MUSICALES
Lamúsicade lasdanzastradicio- nalesdebe estudiarsedesdeuna do- blevertiente. La de las característi- casdelamúsica folklórica vascaen generaly la dela relación existente entreésta yaquéllasen su origeny evolución. Es obvio que ni siquiera aproximadamente puede acome- terse en este espacio taltarea.Del examen del sonido, estilo, forma, ritmoyescala puedeconcluirseque nuestramúsicatradicionalpertenece ala músicaoccidentalcon predomi- nio dela formasilábicasobrelame- lismática,esta últimavinculada al área mediterránea deNavarra,confrases regulares de ochocompases,abun- danciade ritmos binarios simples y escala predominantemente diató- nica. En relacióna losinstrumentos musicales hay que decir en primerlu- gar que la música de nuestrasdan- zas esfundamentalmenteinstrumen- tal siendo relativamente escaso el repertorio de danzascantadas. Los instrumentos tradicionales más po- pulares soneltxistuysu familiains- trumental (flauta de pico con tres agujeros acompañada de tamboril que tañe el propio ejecutante) y la gaita (óboe popular de doble len- güeta que suele tocarse en duos acompañados de tambor). Junto a elloscoesixtenen laactualidaddiver- sos instrumentos de tipo universal profundamentearraigadosen elfolk- lore como el acordeón (hasta hace pocotiempodiatónica),elclarinete,el violín, la guitarra,etc.que se combi- nan formando distintas orquestas popularesy pequeñasbandasofan- farriasque incluyeninstrumentos de metal.Hay noticiadel uso dela cor- namusao gaitadeodrehoy perdida mientrassesiguen tocando,aunque no para la danza, los ancestrales idiófonos latxalapartaylatobera.
Un aspecto de interés sociológico enrelación con ladanza tradicionales
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el de sufuerza en un importante sec- tor delajuventud comprometidacon la defensa de la cultura tradicional.
Unos tres mil jóvenes entre los die- ciochoyveinticincoaños integranlos cerca de cuarenta grupos de danza estables,tanto autóctonos como ur- banos,que trabajanenNavarra enla recuperación y divulgación de su folklore. Puedeobservarseen todos ellos el denominador común de su conciencia del valor de las danzas como cualificadofactor de la idiosin- crasia de una cultura. En Navarra, como en elresto delpaísvasco yal igual que en tantos otros pueblos del
mundo,el folklore ha sido refugio del nacionalismoenlos momentosdere- presiónpolítica.En latransiciónycon la decantación delos partidospolíti- cos aquel movimiento pierdefuerza militantepero conservaeincrementa la referida concienciade cultura po- pularfrenteala culturaoficialdomi- nante unitormadora. Es esencial comprenderesto para situar en sus justos términos la actividad que en torno ala danzatradicionalse desa- rrolla en Navarra.
n
Miembro de ORTZADAR folkloretaldea ydel Consejo Navarro de Cultura.32
•Sagarda ntza. delCarna val deArizcun (Baztán)