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Ojo De Sangre. Ojo De Sangre

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Academic year: 2022

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“Ojo De Sangre”

Autor: Aura Johannessen

Resumen: Un rumor recorre las calles. “No salgas por la noche” “No lo mires” son las frases que más se repiten. ¿Qué ocultas detrás de ese mechón de pelo? ¿Puedo ver tus ojos? Es un error.

Banner: Creación de GoXi.

Clasificación: PG-13 Categoría: General Género: Criaturas, Horror, Paranormal, Suspenso Advertencias: Muerte

Estado Actual: Terminado Total Capítulos: One-Shot Serie: No

“Ojo De Sangre”

Tom:

Dicen que cada noche ronda un demonio por las calles. Dicen que viste de negro, dicen que tiene cabello oscuro, piel pálida, grietas en su rostro, un ojo verde, y el otro está oculto por un mechón de pelo. ¿Por qué? Nadie vivió para contar que esconde detrás de ese cabello. Todos los que pudieron verlo, murieron. ¿Cómo mata ese demonio? ¿Se los come? ¿Los quema? ¿O qué tal si al ver su ojo oculto, mueres? Nadie lo sabe. Las muertes continúan en esta ciudad, nadie hace caso a las advertencias. “No salgas por la noche” “No lo mires” son las frases que más se repiten. Este demonio, aunque muchos no se lo crean, y piensen que solo es un simple cuento de adolescentes, es real.

(2)

&

Era una de las épocas más lluviosas y a veces podía presentarse mucha niebla. Llovía a cántaros y las luces de las calles parpadeaban, se escuchaba el viento entrar por las ventanas y se sentía el frío recorrerte la piel.

Suspiré. Me había quedado observando la calle desde la ventana por media hora. Solo quería salir un rato a mojarme. Me encanta la lluvia. Escuché las risas de mis dos amigos, quienes jugaban en mi consola de juegos. Sus padres todavía no venían a recogerlos, y ya era muy tarde. Fui a la cocina y me llevé una bolsa de nachos, me senté en el sofá junto a mis amigos y comencé a comer.

-Al menos invítame- dijo Gustav sin quitar los ojos de la pantalla mientras metía una mano a la bolsa de nachos.

-¡Oye! ¡Son míos!- me quejé.

-Niños- llamó mi madre, quien se apareció con cuatro tazas de chocolate caliente. Para mis amigos, mi hermano y para mí. –Sus madres llamaron y me dijeron que no podrán recogerlos esta noche, vendrán mañana- anunció.

-¡Fiesta de Pijama!- gritaron Georg y Gustav mientras celebraban.

-¿Por qué no pueden venir?- pregunté.

-Ya sabes que ahora nadie puede salir por la noche.

-Oh, sí. Es por ese demonio que anda suelto por las calles- dijo Georg mientras se tapaba un ojo con algunos mechones de pelo. –Si te ve merodeando por ahí, te seguirá, llamará tu atención, y luego, te mostrará lo que oculta detrás de esos mechones de pelo… ¡y morirás!- dijo en forma aterradora. Mi hermanito, de solo unos tres años, se puso a llorar.

-¡Georg!- todos le gritamos. Pero él comenzó a reírse.

Mi madre tomó a mi hermano en brazos. –Niños, niños, no hablen sobre esos cuentos de terror frente a mi bebé. Además, no existe tal demonio. Seguramente sus padres ya les habrán dicho que solo es un asesino suelto por ahí- dijo mi madre.

-Lo sabemos, pero la leyenda es muy buena- dijo Gustav.

-Está bien, pueden contarse historias de terror entre ustedes, pero no frente a mi bebé.

Bueno, me iré a dormir, que pasen buena noche- y se fue.

Después de que se fue, jugamos algunos video-juegos, comimos pizza, vimos una película, y terminamos la noche con una historia de terror sobre aquel demonio. Yo en realidad no creía en él, eran puro cuentos para hacer mojar la cama. Mi madre tenía razón, solo era un asesino suelto por ahí. Dios, la gente está loca. Pero lo que más odiaba, era que habían prohibido en toda la ciudad salir de noche. Pero la noche era hermosa, todas esas luces, espectáculos nocturnos, conciertos, todo se había perdido.

(3)

Esa noche dormimos en los sofás. Gustav durmió en el más grande, Georg en el mediano, y yo en el pequeño. No me molestaba, con tal de que mis amigos estuvieran cómodos yo era feliz. Nos pusimos a charlar un rato, porque todavía no teníamos mucho sueño, pero tampoco teníamos nada para hacer.

-¿Chicos?- llamé.

-¿Sí?- dijeron al unísono.

-¿Se atreverían a salir a recorrer las calles, esta noche?- pregunté.

-¿Estás loco?- preguntó Georg.

-Nadie sale desde que pusieron la nueva ley- le siguió Gustav.

-Lo sé, pero, ¿no sería genial? Además, no creo que el asesino esté merodeando por aquí esta noche.

-Tom, ni lo pienses, es muy arriesgado- dijo Gustav.

-Son unos cobardes- dije. Todo fue silencio después. No pude evitarlo, la noche se veía tan increíble y nosotros aquí adentro. Quiero salir, puedo hacerlo, lo haré. Me levanté del sofá rápidamente, me puse mis zapatos y una chaqueta. Me dirigí a la puerta y la abrí.

-¿Tom? ¿Qué haces?

-Voy a salir.

-¡No! ¿Estás loco? ¡Quédate aquí!- gritaron mientras corrían para detenerme. Demasiado tarde, ya estaba con los pies en el frío suelo del exterior.

-¡Vuelve aquí!

-No- me quejé mientras comenzaba a adentrarme a la calle, y llegué a la carretera.

Suspiré al ver la oscuridad del lugar, y seguí caminando hacia adelante.

-¡Tom! ¡No vayas! ¡Vuelve ahora!- gritaron los dos al unísono. Aunque, ya estaba muy lejos. Me volteé y les mostré la lengua. Hice un ademán para que me siguieran, pero ellos se negaron. Me encogí de hombros y seguí con mi camino. Pero no me di cuenta de lo que estaba pasando a mis espaldas.

Georg:

Estábamos muy preocupados por nuestro amigo, esto era muy arriesgado y peligroso. No puedo creer que sea capaz de hacer algo así. Mi corazón latía a mil por hora, y al parecer el de Gustav también latía como el mío.

-¡Tom! ¡Vuelve!- le grité una última vez. Suspiré, se estaba sacrificando a sí mismo. Solo esperaba que volviera pronto. Bajé la cabeza mientras maldecía entre dientes.

(4)

-Georg- me llamó Gustav, pero no le hice caso. –Georg- volvió a molestar. –Georg.

-¿Qué quieres?- casi grito.

Me hizo un ademán para que me callara, y luego apuntó hacia adelante. Miré. En la carretera, se apareció un chico, pero no era Tom. Vestía de negro, su cabello era oscuro, y de piel pálida. ¿Quién era? De repente, volteó su mirada y nos vio con atención. Sus ojos eran verdes, pero había algo malo, el otro ojo estaba tapado por unos mechones de pelo. –No puede ser- susurré. –Esto debe ser una broma.

El chico se acercó a nosotros a paso muy lento. Daba un paso, otro paso, otro paso, se acercaba. –Cierra la puerta, Gustav- lo miré con temor. Él estaba parado, con los ojos bien abiertos, y sin habla. –Gustav- le dije nuevamente mientras lo sacudía un poco. –

¡Gustav!- me preocupé. De repente, mi compañero cayó al suelo. Muerto.

Miré frente a mí. Sin duda alguna, ese demonio, ya no tenía el mechón de pelo escondiendo su otro ojo.

Tom:

Seguí caminando por ahí. La noche era hermosa y pacífica, no entiendo por qué no puedo salir de noche, esto es hermoso. Sonreí y respiré este aire puro mientras daba vueltas con los brazos abiertos, dejando que la lluvia mojara mi cuerpo. Estaba muy feliz. Apoyé mi espalda contra un árbol, estaba cansado, tal vez lo mejor era volver a casa para dormir.

Volteé, y me encontré con una silueta a unos metros frente a mí. Seguramente era Gustav o Georg. -¡Hola!- salude y corrí hacia él. En cuanto estuve a dos metros de distancia, me di cuenta que no eran ninguno de ellos. Era un chico vestido de negro, piel pálida, cabello oscuro y un ojo verde. ¿Pero el otro? Estaba oculto bajo un mechón de pelo. Se parecía al demonio de esas historias. Pero seguramente era algún gótico que se hacía pasar por ese personaje para asustar a las personas.

-¿Quién eres?- preguntó. Su voz era profunda.

-Soy Tom, ¿Y tú?

-Bill.

-¿Cuántos años tienes?

-Catorce.

-Yo igual- sonreí.

-No deberías estar en casa, no es seguro andar de noche.

-Pues entonces tú también deberías estar en casa- contraataqué.

-No, yo no. Yo tengo que quedarme aquí- me quedé intrigado.

(5)

-¿Por qué?

-Ya lo sabrás- se acercó a mí a paso lento. No pude evitar ver ese ojo tan verde. Era muy lindo. ¿Por qué ocultaba el otro? No debería esconder esa preciosidad.

-¿Puedo ver tus ojos?- pregunté.

-¿Estás seguro?

-Sí. ¿Qué es lo escondes detrás de ese mechón de pelo?- pregunté intrigado.

Bill se acercó un poco más, bajó la cabeza y quitó todo rastro de cabello que había en esa zona. Y de repente. Un ojo de color rojo sangre reflejó mi muerte una y otra vez, hasta que caí al suelo atravesado por aquella visión.

& Fin &

Notas de la autora: ¡Hola! ¿Qué les pareció? ¿Les gustó? ¿O les asustó? Jajaja. Gracias por leer. ¡Besitos!

Notas de MizukyChan: Si declaran toque de queda, pues obedece y no salgas de noche!!! Ahora ya quedó clara la lección. Gracias por el fic, Aura, se sintió corto, pero buen final.

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