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Compasión y Misericordia
Una cualidad del corazón, una nueva manera de relacionarse
I.
UN TIEMPO PARA ABRIRSE Y ACOGER LA COMPASIÓN Y MISERICORDIA
Siguiendo nuestra reflexión sobre el Corazón de Dios/ Buen Pastor, les invitamos ahora a profundizar nuestro conocimiento del misericordioso y compasivo Corazón de Dios.
Me pregunto:
1. ¿Dónde empieza y dónde termina la compasión?
2. ¿Qué pasa en mí cuando veo que una persona está sufriendo?
3. ¿Cómo muestro compasión cuando siento que también necesito tener compasión conmigo
Descubrir, profundizar
nuestro
conocimiento de nuestra
Espiritualidad
2 misma?
Me abro a la palabra COMPASIÓN, MISERICORDIA y la dejo habitar en mí.
Acojo en mi corazón
los sentimientos que afloran por el sufrimiento del otro/a. Adoro a Jesús presente en el rostro
de aquellos/as que la vida ha maltratado
II.
UN
TIEMPO PARA CONTEMPLAR, ALABAR, DAR GRACIAS POR LA INAGOTABLE
COMPASIÓN DE DIOS
La mayoría de las definiciones de la palabra compasión se refieren a algo dirigido a alguien o que responde a algo fuera de nosotros1. Sentimos compasión porque a alguien le pasó algo, sentimos tantas cosas por el que sufre que queremos aliviar este sufrimiento.
La compasión y misericordia de Dios desafía cualquiera definición humana. Las Escrituras hebraicas revelan la misericordia de Dios en la historia de la Salvación, usando especialmente dos expresiones - “hesed” para “el amor que entrega, el amor que es más poderoso que la traición, la gracia más fuerte que el pecado”, y “rahamim” para “el amor maternal que es bueno, tierno, paciente, comprensivo y pronto para perdonar”2.
1. En el Antiguo Testamento Dios se revela como un Dios que se deja “conmover” por la miseria humana. (Ex. 34, 6-7)
Un Dios que no se irrita por nuestras negaciones (Os. 11, 8-9) Un Dios que no actúa según nuestras faltas (103 (102)
Medito estos textos y anoto las palabras claves
2. En el Nuevo Testamento Jesús es la misericordia y la compasión de Dios encarnadas, visibles. Su compasión extraordinaria se revela en las historias de curación (Cf. Lc. 13, 10-12); alimentación (Lc. 9, 10-17); perdón por las grandes deudas (Mt. 18, 23-35); regocijo por las
1
Definiciones de varios diccionarios citados en Reflexión sobre el tema del Capítulo Congregacional de 2009. Documento anexo sobre la Compasión, Septiembre de 2008
2 Juan Pablo II, Carta encíclica, Dives in Misericordia, (30 de Noviembre de 1980) Capítulo 3, pie de página
3 conversiones de los pecadores (Lc. 15, 1-31;19, 1-10). Jesús nos dice, “Sean misericordiosos, como vuestro Padre es misericordioso.”(Lc. 6,36)
Anoto lo que siento y pienso al leer estos textos y escribo las miserias, sufrimientos de sus contemporáneos que Jesús llevaba en su corazón
3. San Juan Eudes y santa María Eufrasia, demostraron con sus propias vidas, la compasión y la misericordia de Dios. Su gran deseo era comunicar el amor de Jesús, que ellos experimentaron personalmente. Su adoración a Dios y su inmersión en la compasión de Dios, les preparó a una expresión práctica de la compasión hacia las mujeres heridas por sus experiencias de vida. Ambos siguieron los tres elementos definidos por San Juan Eudes: “primero tener compasión de la necesidad ajena porque es misericordioso quien lleva en su corazón las angustias de los atribulados; tomar la resolución decidida de socorrerlos en sus necesidades; el tercero pasar del querer a los hechos” 3
Releo en mi vida la misericordia de Dios. Anoto tres vivencias relevantes
Acojo al Dios de misericordia que se deja conmover
hasta las entrañas por el sufrimiento de su pueblo.
Me doy el tiempo de agradecer
por lo que descubro en el Corazón de Dios, en el
Corazón de Jesús y María.
Me dejo impregnar de sentimientos de compasión,
de bondad, de ternura hacia todo ser que sufre.
III.
UN TIEMPO PARA VIVIR EL PERDON
Experimentamos momentos en que somos “tocados” por la compasión de Dios, especialmente cuando nos enfrentamos a la verdad sobre nosotras mismas, nuestros dones y nuestras oscuridades. Recibir y experimentar la misericordia y la compasión de Dios en nosotras mismas, nos prepara para mostrar misericordia y compasión con los demás. (1 Pedro 2:10) Nuestra
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4 compasión “debe distinguirse por no limitarse a realizar con destreza lo más conveniente en cada momento, sino por su dedicación al otro con una atención que sale del corazón, para que el otro experimente su riqueza de humanidad.”4 Recibimos también compasión de ellos porque compartimos nuestra existencia de seres humanos frágiles y vulnerables.
1. He contemplado a Dios que se deja conmover por la miseria de su pueblo. (Ex 34, 6) Después he contemplado a Jesús que se conmueve frente al dolor (Lc. 7)
o
¿Qué reacción he tenido frente a estos textos?o
¿A qué me invitan estos textos? ¿Algún cambio en mi vida? (En mi relación con Dios, con los/las demás, conmigo misma/o?o
Nombro algunos obstáculos que me impiden dejarme conmover por las dificultades y sufrimientos de los y las demás: comodidad, indiferencia, narcisismo, prejuicios raciales, religiosos, políticos.Me dejo cuestionar por este amor apasionado que Dios me tiene.
Me dejo descubrir por El, hasta mis últimas profundidades. Acepto llenarme de su luz.
Le pido perdón
IV.
UN TIEMPO PARA DARME A JESÚS, VIVIENDO LA COMPASIÓN Y MISERICORDIA
o
¿Cómo puedo recibir y hacer mío, el misterio de la compasión y misericordia de Jesús?La compasión de Dios abraza y alcanza a toda la creación. Dios quiere que respetemos la creación y que cuidemos de ella de manera responsable. (cf. Gen 1,28) Ser plenamente humano en el siglo XXI, quiere decir que estamos íntimamente implicados en cuidar de nuestra tierra. Compasión por la tierra y sus recursos escasos y fomentar una mentalidad
4
5 respetuosa hacia nuestro entorno natural es una de las responsabilidades religiosas de nuestra época.
o
¿Qué esfuerzos, que plan pueden hacer a nivel comunitario y apostólico para cuidar, conservar los escasos recursos de la tierra en el lugar dónde viven?¿Cómo ayudar a los esfuerzos que se hacen a nivel global para conservar y preservar nuestro entorno natural?
Me doy a Jesús, para entrar en so obra de liberación. Busco y encuentro palabras y actitudes que puedan aliviar, sanar a los y las sufrientes
que están cerca de mí. Les digo que son amados por Dios. Y yo estoy invitada/o a recibir de ellas y ellos
misericordia
Oración