• No se han encontrado resultados

.Asliloii de Kiliiiihiirgii con su hermano Üuiiglás y

N/A
N/A
Protected

Academic year: 2021

Share ".Asliloii de Kiliiiihiirgii con su hermano Üuiiglás y"

Copied!
18
0
0

Texto completo

(1)
(2)
(3)

.0

( (ci)1

'(!S^NV_J)'^—

^

LUCIA

DE LAMMERMOOR.

Drama

tn

tres

actos

y

seis

cuadros,

y

en prosa,

arreglado

por

los Sres.

D. Felipe

de

Luna

y Ü.

V

de

Lalama

,

para

representarse en

Madrid,

el

año de

18C0,

'

""^

.

' l.icii. I.ADT

ASHTON.

Aticii.

Edgardo.

Lord

Ashton.

lobd dooglas.

PERSONAJES.

Lord

SEVMotias. SiR

Meltal.

Caleb.

DoN>»in.

Barklrit.

JáCHSCN.

Escuderos,palafreneros,

caba-lleros,aldeanos, pescadores,ele.

La

escenaesen Escociaá finesdelsiglo

XVL

ACTO

PRIMERO.

Silioagreste en la orilla delmar.

A

la izquierda del

arlor,eo primer termino, una cabanarústica.

ESCENA

I'RIMEUA.

Alicia,

Ana

y Sara. Ali.

Muy

larde vuelvesácasa, hijamia.

A.^A.

Nu me

riñas, abuela;te traig<iuna buenanoticia^

el señorcanciller,miss Lucia suhija, nuestra querida,

nuestrabuenaprulecliir:i, y lud"Slosescuder(/s,

nioii-leros y cazadores, enfin, lodos los del caslillo do

Lammermoor,

vienen áCüíaralbosque.

Aii.

Cómo!

Elcanciller,ese personage de Estado,- esc

gran polílico se ha

hecho

cazadorf

Te

burlas,

lu-jamid.

Ana.

No, abuela,es deveras;

mas

lodavia; estoes el lugar delacita.

Ali.

En

micaba!

A.>A. Si, para almorzar.

Aii. Para almorznrl... üios inio!

Un

almuerzo

de caza-dores! Pero, hija mia, tuda laaldea noseria

bas-tante...

.X.NA.

No

tengasmiedo. Crees

que

miss Lucia nopiensa

en todo? Los criados de milord Iraeii el desayuno;

mira, mira, (moslraudole unas frutas ) frul.is para

lospostres... mira que hermosas!

Perdóname,

madre

uiia;nunca incacuerdo de queeres ciega...Espreciso

prepar.irla cabana para recibir áesos persunagcs...

Voy

á poner Idmesa.

.\li.

No,

Sara lo har,i porli.

Sara.

Con

miiclio guslo. {vase.)

Ali.

Tengo

quehablarle, {seoye

á

lo lejos

una Irompa

dt caía.)

Ana.

Escucha...

Va

se oyenlastrompas.

ESCENA

IL

.\LICIA,

Ana.

Ali.

No

vuelvo de

mi

sorpresa, hija mia!

Una

pnrlida

decjza! -Me parece eso

muy

pocodiploinálico en un

hombre

delascsliimliresdoinilord. liavuelto

Lady

.Asliloii deKiliiiihiirgii con su

hermano

Üuiiglás y

lodosu sequilode grandessiñoies?

Ana.

.AforluiiadiinuMile lui, poique no esnada

buena

Lady .Ashloii. (Jué urgullosa! Bicii

comprende

la

po-bre miss Lucia que noes

mas

que su madrastra.

En

cuantoá laciceria, milord no viene por distraerse, al contrario, porquese corre peligro; yasabes qué

terri-bles son esos lorus salvajes,

que

no sehan podido

arrojardenuestras uionlañas.

Ali.

Vquet

Ana.

Que

hnn aparecido dos enel parque, y se cree

que aun hayotros,locual ha infundido unterror en

lacomarca...

.^LI Ese es un singular presagio; yo también lengo miedo.

.Vna.

De

qué?

.\li.

Ah! Es

una hisloria

muy

larga del tiempo de

mi

jiivciilud.

Hoy

III)se creeen nada, pero

antiguamen-te, hija mia,se decía en el púis, queesos leiribles

animaleseran en cieilo

modo

lus j;eiiios protectores

de laantigua casade

Ravenswood.

Kn

efecto,efa

fa-milia ha llevado siempre untoro en su escudo de

ar-mas; aunse ven algunos esculpidos enlapuertade la aiiiiííua torre de Wolferag, y senbservaha en olro

tiempo, quelaaparición inesperada deesos animales

terribles,era

como

W

heraldo que anunciaba un gran

suceso para aquella noble familia. Pero ay! ya nu

existe

mas

que un descendiente deesa iluslre raza!...

Yo

vimorir alúUinio

duque

de

Uavenswoüd,

y su

hijI,el jo\cii Edgardo, desheredado, proscrito y

fu-gitivo, no voUer:inuncaásu patria.

Ana.

fu llor.Tssienipie que hablasdeél!

.Ali.

No

hablenms

hoy de eso, hija mia, porque el

aulur de su infortunio Silencio, nu nos escu-chen!....

.\na.

No

hay nadie.

.\li. El aulurdesu infortunio váá llegar.

.\Na. Milord?...

.\li. Calla .. l'obreEdgardo!... Ana!

.\na.

Madre

mi.i?

Ali.

No

has uido hablar en elcaslillode quese haya presentado en el pais algiinestranjero?

i,

(4)

Lacia

«le

Lnmmernioor.

Aní.

N'ii;noreciierdi)...

Ah!

si;pero nadie losabe

mas

quemiss l-ticia yyo.

Ali.Góino?

ANi.

Es unjoven

que

encontramos enelparqae; es

de-cir; yo nó, niiss Lucia.

Ali.

y

ese joven... {ruidoque anuncia la cacería.)

A^«•

Calla, calla, {algunos aldeanos y aldeanas salen

dela cabana, otros vienenpor dislintos lados.)

.\li.

Conducidme

á lapresencia demilord. [las jóvenes

conducen

d

Alicia.

Ana

entra en lacabana.

Cuando

todos

han

desaparecido,

Edgardo

con

un

arcabuz de

caza en la

mano,

entraprecipiladamenle.)

ESCENA

III.

Edgabdo.

Es

el!...

Uabia

salido de Lammernapór... Parece

que

lasueileloseparademi.

Deberé

seguirle?..

Juramen-to falal!

Podré

ahora cumplir un deber

que

me

pare-cíatan fácil?

Me

faltaráel valor?...

Ayer

volvi a ver

áLuisa .. Luisa!..

Qué

atractivo tiene en su mirada! Pero tengo un deber sagrado...

Honor,

venganza, ¿porquéos be de escuchar?

Es

preciso.

Cómo

podré acercarmeáel en

medio

desu séquito tan

numeroso?

Cómo

pedirlecuentasdelaruina, del destierro y de

lamuerte delosmíos?...

Qué

importa?

A

todo trance

esnecesaria.

ESCENA

IV.

Edgírdo

y

Ana,

quevienedela cabana.

Ana.

Ya

estálodo dispuesto... Corramos.

Ah!

El

des-conocido?

Edc. Una

joven! Ella

me

dirá... Ana!

Ana.

Caballero!

Edc

Decidme, aquel

hombre

que sevé desdeaqui, es

el lord canciller?

Ana.

Si.Eslaisconvidadoparalacacería?

Edg.

No...

Pero

es precisoque en seguida llegue á

sus

manos

un mensage. Quisierais encargaros?..

Ana.

Por qué no? Pero es inútil; aqui vienecon su

hija.

Edg.

Con

su hija!

Ana.

Si,

con

miss Lucia.

Edg.

(Suhija!

Es

imposible!...

Oh!

no...

no puedo

en

su presencia...

Debo

huirdeella.) Joven, no habléis

demi. A.NA.

(Y

huye!)

(Apenas desaparece Edgardo, llegan porla

montaña

el canciller Ashlon, Lucia, Alicia,aldeanosy el

acom-pañamiento

decazadores.)

ESCENA

V,

,

AsHTON,

Lucia,.4licia, Am^'j/acompañamiento.

.\ll. Milord, dispensáis nn honor

inmenso

á la pobre

ciega; peroIcino que mi cabana...

AsH-

Buena muger,

noIcngaiscuidado; mi hija se

en-cargará de hacer los hüiinres.

.\na. {ap.

d Lucia)

Está aqui... acabo de verlo!

Ltc. (El!)

Ana.

(Si,eldesconocido.)

.\su. I.ncia, tebe coofiído la< importantesfuncionesde

maestra deceremonias, yel a(ielitode nuestros

caza-dores no puedeesperar.

Luc.

Voy

á dar órdenes, padre mió. Querida

Ana,

ven á ayudarme... Pero

donde

colocaremos tanta

gente?

A?iA.

No

tengáiscuidado; ya encontraremossitio

donde

poner lasmesas.

Loe. V'amos.Señores,seguidme,[lodossiguend Lucia,

y eniran en lacabana,

Dounald

quesale d este

liem-jio,detiene

á

Ashlon.)

ESCENA

VI.

AsHTON,

DoONAL.

Doo.

.Milord

I

AsH.

Qué

veo'... Dounald! Vcnis de

Edimburgo?

Dou.

Si, milord;

mi

primeradiligencia fuéiralcastillo;

esta prisa podrá haceros adivinar elobjeto

que

roe

trae.

AsH. Lo

sé demasiiidn.

Ha

concluido todo?

Dou.

Milord, en este

momento

la soerlede Inglaterra

se decide en el

cimpo

de balallii,-

[c

dos ejércitos

esi.TMfrenteá frente, yhoy

mismo

sesabrási Londres

reconocerá (mr señoraJacoboó á Cuillermo.

Asu.

Ypor

qué

dbandoo.irá

Edimburgo

antesdesaberse

esa inipoilante decisión?

Duda

ac;iso Milady,de que

toda nuestra existencia

pende

del resultado de esa

batalla?

Dou.

.Milüdyestádeelloconvencida, ynodejaráá

Edim-burgo mientrassu presencia seanecesariaá los intere-sesdelareyna; perounpeligro

mas

directo,

mas

apre-mianteos

amenaza

aquimismo; nos

hemos

enterado

deél en

Edimburgo,

y hecorridoásalvaros.

AsH.

Cómo!

DoD. Elhijode vuestro mortal enemigo,

Edgardo

de

Kavcnswood,

ha vueltodesu destierro;estáocultoen

latorredeNVolferag.

AsH.

Losé.

Dou. Lo

sabéis?...Pero, milord, acaso ignoráis

que

esc

joven, cscitado porel odioqueosprofesaba su padre,

y

amargado

elcorazón conel infortunio, ha jurado

vuestra muerte,

y

que

ha penetrado deocultoen las

ruinasde,su castillo, para realizarloque él llama su

deber? '

.AsH.

También

losabia.

DoB.

V

no

teméis?...

AsH.

No

esde temer.

Qué

diríaissí enla incertidumbrc

en

que

me

encuentro,sobreel porvenir cercano

que

nosamenaza, pensase,encaso deinfortunio,buscar

nn

a¡)Oyo en esejoven? Dou.

Un

apoyo en

Ravenswood!

Asu.

Por qué os estrañais de

mi

previsión? Desde el

principiodenuestras cjritiendasciviles,hescgiiidoel

partidodelareina;el padre de

Edgardo

se afilió en

eldeJ.icobo II. Senos creyó enemigos, lo fuinioí en efecto, y se

me

atribuyó la ruina de la antigua

familia que habitaba en Volferag. El viejo duque,

partícipedeesta idea, y reducidoá ladcsesper.icion,

me

acusó desu pér<lida alsuicidarse, y

encomendó

á

su hijosuvenganza... Podría disculparme facilmcnli'

á losojosdeese jóvon; be tenidocuidado en giiirdar

las pruebasdel errorde su p.idre; pero aguardo lus

sucesos. SiGoillerino triunfa hoy,la casade

Ravens-wood

esta p,ir,i sieoiprcdcslriiida, ynoleng'inli.guní

necesidad dejiistilicarme; perosi Jacobo II lleva l.i

ventaja,yo soy quien

sucumbe;

Kavcnswood

seía

po-deroso,yentoncesesíndispensabie justílicarme, y

ha-cerme

un protector deraíenemigo.

Doti.

Un

prolector!

Asn. Nada

me

será

mas

fácil. Guiado,

menos

por un

horrorosodeseode vcng.inza,

que

por la pérfida

in-íliiencia de su parieiileel

marqués

ile .Athol,

Edgardo

havenidopararealizaruna determinaciónilesespcrad.i.

Poilí.ih:icerloarrestar ininediatamente...

mas

prefiero observarle. Solo, di.ifrazado, errante,

Edgardo

ha seguido mishiiell.is; perola primera persona

que

su

(5)

I^iicíh

(le

Luiunieriuoor.

D.D.

Cómol

AsH.

L.icasiinliiljd lulialuchülodo. Esc jdvcninsensa»

loseliaeii.iiiiornil.i perdidamenlc

de

Lucia.

Dou.

V

liabeis |)oriiiilidi)?...

AsH.

Nada... han vuelto á verse siempre por casuali-dad...

Lo

sé ludo;hay quienespíe ánii luja; ella

íg-nura el

mimbre

del juveiieslran¡;cro quesigue sus

pasos;aun lodoes mislerio. Si cünserv.iinoselpuder,

yo

no

sé nula, ) diré

que

el casainierilu demi liij.i oslaba ya deeiilido en Kdinibiirj;ii; li^rd

Seymours

fue

ha pedidiisu

mano;

nii miigcr decidirá. Si la siierle

se nos declara encunlra...

Üoo.

Pensaríais...

AsH.

En

salvar

mi

fortuna, yacaso mi cabeza aliándome

con

el vencedor. Conu7.c<i á

Edgardo

y su carácter

altivo; sétambién que Milady tienesus iMeveiiciiines;

pero en losgrandes peligros todaayiid.i esnecesaria,

y paradecidirme opero... (se oi/en gritosen ta

caba--ña.)

Gran

Dios'... Esosgrilosl...

VocBS. Milord! Milord! Socorro! Socorro!

Otrus.

Milord! Salvad a vuestra hija!

AsH.

Mi

hija!...Cielos!

Qué

peligro?...

A>*

T 0TR4S

MUGBBKs.

(so/icndo.) Mílord, salvad á

raissLucia.

AsH.

0"é

li'isucedido?

.•\>-4.

Que

un loro salvage ha saltadola cercade la

cabana.

.\SH.

dran

Dios!Corramos!

Iodos. Corramos! {redoblan los gritos Elteatro

queda

tolo; algunof cazadores atraviesan la escena

corrien-doy gritando.) Está perilida' listaperdida!

{Edgardo

entraprecipitadamente porla derecha.)

Edg.

Cielos!... Delenlc, Lucia!... Valor!... Dios mió,

guia

mi

mano'...

Respondo

detn viila.

Apunta

y dispara su arcabuz.

En

el

mismo

inslante

seoye

un

gritogeneral,al cual sigue

un

silencio

pro-fundo. Lucia todavía huyendo, viene ácaer en trazos deEdgardo.

Estela sostiene,la

conduce

bastaelbanco

de césped,y la hacesentar.)

I.tc.

Ah!

Edg.

Lucid!...

Abre

los ojris'... Vuelveá l¡ vida!

Voces

dembo.

Victoria! Victoria! {sale Alicia.)

Lie.

Es

el!

Edg. Alicia, yole laconfio! Adiós! Adiós!

{Edgardo

huye

al verque lleganloscazadores.)

Aquí

la tenéis!

Ya

estásalvada!

ESCENA

Vil

LcciA,

Aucií,

Así

AíHToN, DoONÁL

y

acompaña-miento.

.\sH. Hija!

Ltc. Padremió!

.VSH.

Te

tengoentremisbrazos!... Peroá quien

debo

el tesoro

mas

precioso demi vida?

Quién

le ha

sal-vado? Lee. El!

.VsH. El! (Seria posible?...)

De

quién hablas?

Lic.

De

un joven estrangcro

que

hemos

vistoalgunas veces

Ana

y yo eii el parque.

Su

mano

generosa,

pa-dre mió. ha salvadomi vida yquizásla vuestra.

Ash.

Un

eslraiigero!

Porqué

se haocultado al vernos llegar?

Lie.

Huye

de lodo el

mundo;

parece que teme...

Diria-se qiie unagran desgracia pesasobreél;sin embargo,

su airees ni>ble y...

.AsH. Gallardo!

Ali.

(Qué

oigo!)

Duc.

Ha

sidoEdgardo, lo he visto.

Ash. Silencio'

A\i.

{d Lucia.)Milord os

observa-.'\5H. (Este encuentro... su turbación... tiempo es }a

deoponerlaprudencia alamor...

No

volverán á ver*

Se, ;i menos...)

Qué

ruido es ese? {entra

un

escu-dero.)

E<ciDKiio.

Un

Correo

que

ha llegado de

Edimburgo

Siilicita entregara inihird iles|iacliusimportantes. .\ II.Cielos! Sin duda cst.i lododecidido...

Que

venga!

(raseel escudero ) ¡So sé ipie funesio

presenlimien-lo... [entrael correo y

dd

una

carta a Ashton. este

lalcebajoy iJounald observa.) «Elejércitode

Irlan-da

ha

consr^üi11 una victoria decisiva; Jacobo

H

se dispone a pasar el estrecho.. »

Todo

está per-dido!...

\)»v. (Señor!)

Ash. (Silencio' Lo heprevisto lodo,yestiempo de

eje-cutar

mi

plan...) Hijainia!

Conozco

al eslrangero

que

nosha socorrido. >''

Lee.

Le

Conocéis? .4^a. l'ii lainbieii.

Lie.

Vo?

Ash. Es

Edgardo

de

Ravenswood.

Lie. Cielos! Vuestro enemigo!

Ash. Va

no puede serlo...

Ha

salvadoá mi hija.

Lee. Ah,

padre mi>!

Ash.

Douiiald, volved á

Edimburgo,

buscad á Milady,

y calmadsuespanto revel.indole mis proyectos y mi

resolución.

Dou.

Lo

haré.

AíH.

Señores,

vamos

ádirigirla cacería hacia las rocas delNorte, {dd un bolsillo d Alicia.)

Buena

muger;

volveremosávuestra cabana.

.Ali. Sefior...

An».

Señora...

Ltx. Volverás alcastillo.

Tengo

necesidad Jeconfiarte todaslasesperanzas de micorazón.

AsH. Vamos,

señores.

MUTACIÓN.

Sulondela torrede Wolferag, de arqui-tectura góticay severa.

Una mesa

y un sillón antiguos

componen

todo el mueblaje,

ün

elfundo tres puertas

vidrierascerradas,y al Iravís de losvidrios sevenlas

ruinas,

que

áintervalos iluminan losrelámpagos.

A

la

izquierdade estas ruinas una

tumba

iluminada por

una

luz

muy

viva,quecontrastoconlo

demás

delcuadro.

La

entrada del salun estáensegundo terminoálaizquierda. Silvaelvientoy seoye la

turmema.

ESCENA

VI M.

MvsiA,

Caleb.

Mys.

Cuántoha cambiadoel tieinp^ide una hora acá!

La

tempestad abanza, el viento silva por entre las

almenas dela torre, con un ruido espantoso; sobre

lodo,en mi alcoba. .No

me

atrevo á

quedarme

sola

cuando 1,1 tormenta hace temblar los vidrios!...

Dón-de estará Caleb' Le buscopor todas partes-

No

parece sino

que

siempreestaocupado!... Caleb! Caleb!

Caí., (fníranrfoporelfondo.)

Qué

seos ofrece? Chilláis

mas

que la curnejadela

torre-Mys.

Por

amor

de llios,no podéis

acompañarme?

No

oís la tempestad? ,\o sabéisque tengo miedo?

Qué

hacéis porahí denlrn,hace

mas

de doshuras? Caí..

V

se lo preguntáis aun

hombre

queos ha

dado

laníaspruebas de exactituden losdeberes, yde inge-nio para buscar recursos? Estaba encendiendo los

ciriosdelacapilla.

MtS

Es verdad; no

me

acordaba...

(6)

liar lie

comer

á niiesiro <eñor,

cuando

vuelvade la

caza, porqueal

Gn

se conieporgrandes que sean las

penas;y sea cualquieraelobjeto,agradableófúnebre, lodo aniversarioes buenaocasión para comer. Esto

preocupa...

Mts. Tengo mied

j, Caicb; no séqué negros

prcsenli-niientos...

CiL. Bah!

Mys.

No

habéisobservadoquenuestro señor salióal

des-puntar eldía,conairesoinbrioy resuello?

Os

acordáis

con qué tono os pidió su arcabuz?

C*i.

Me

hacéis temblar!,.. Seria sin

duda

paia ir de

caza.

Mys. No,

Calcb... Uabia en su mirada una chispa de

ese fuegoque nunca brilla en vanoenlos ojos de un

Ravenswood. Recordad

que hace un año...

Os

lodigo

temblando, nodesearlaá

mi

mayor

enemigo,

que

estu-bieie'eii el lugar delcanciller.

CtL.

A

qué también rae vais á hacer temblar?...

(í/u-man

d lapuerta.)

MíS.

Diosmió!

Qué

eseso?

Cal. Toma!

Que

están llamando! Quizás sea nuestro

señor,á quienel mal tiempolehabrá obligado á \ol-verse.

\í)Z. {dentro.) Abrid, Caleb,

somos

amigos

de

Ed-gardo.

Mis.

Estaos quieto; quizásvendránáprenderle.

Cal. Será m.jor que echen abajola puerta? Allá voy! (abriendo.)Adelante!

Mis.

(Sabe Dios si seránbandidos!)

ESCENA

IX.

Dichos,

Barbleit,

JaCkson y dos caballeros escoceses.

Bah.

Mucho

oshacéisde rogar, señormayordorao.

No

Veisquellueveá torrentes?

Cal. Ignoraba que mi señor esperasevisita; las

recibi-mos

muy

rara vez.

Bau. Decidleque unos amigos del

marqués

de Alhol hanllegadode

Edimburgo,

yquieren hablarle.

Cal. Sir

Edgardo

noestá en elcaslillo.

Bar. Anciano, iin temáis nada... Dadle este billete.

{presenlandounacarta.)

Cal.

Os

aseguro, señores,

que

salió

mi

amo

aldespuntar

1)aurura.

Bah. Al despuntarla aurora!... Varaos, señores, esto esde

buen

agüero.Bien osdige

que

este era el dia elegido,

y que un

Kivenswoud

noolvida supromesa.

Señor

mayordomo,

dadnosdel mejor vinoque haya en labodega.

Cal.

Le

lenemns detodas clasesyescelente; pero hace

quince meses quenose bajaá la bodega, y nadie se

atreverlaá pcjielrarcuellacon luz.

BiB. Por qué?

Cal. Por qué? Catorce barriles de pólvora para cañón hayentre las pipas. Esiiu depósito

que

nosdejó el

reyJaeobo II cuandoen1687 nos hizo el honor de pernoctaren elcastillo.

Ua».

Tenéisaqui pólvura?

Cal. La sulicienie para hacernos saltar á lodos.

Desde

rnloncesestán gu.irdailas las llaves de la bodega, y

puedo

asegúralos

que

no se ha sacado siquiera una

gulade vino.

Jic. [que

ha

esiadobuscando yencuentra dos botellas.)

Kntuoces,

amigo

U.ileb,di;

donde

procedeesto?

Cal. .Vil!... Eso ... Esperad Si,ya

me

acuerdo; son dosbotellasdeceiveíaque nos haenviado liv-

prueba

unfabricaiilede

Utu. Bueno, probaremos lacerveza: venganvasis!

Lucia

de

Laiumermoor.

Cal. M)sia,traedvasosá eslos señores.

Mvs.Voy

al instante.

Cal. (Las dos últimas búlellas

que

guardaba

como

una

reliquia!...

V

son

muy

capacesde beberseha^lala

úl-timagola!

Mys.

Turnad,estos son losque no« quedan; los otros se hanroto.

Bar.

Vamos,

señores,

como

buenos escoceses,

poned

las

manos

enlasespadas, y brindemos.

Porque

Ed-gardoiriunleenelcastillode

Lammermuur.

Todos. Porque Inuiife! {beben-.]

.Mys. Oís? {llaman.)

Bar. Silencio!

Cal. Essir Edgardo. Todos. Edgardo!

ESCENA

X.

Los mismos,

Edgardo.

Edg.

Buenos

dias,señores.

Qué

os trae á

Woiferag?

Bar. Por nosotros oslo diráeste billete

{Edgardo

dá algunasseñales de impacienciay

loma

elbillete.)

Mys.

Habéis sufrido

mucho

conlatempestad? Cal.

De

poco

oshabrá servidoel arcabuz.

Edg.

Te

engañas, amigo,jamás lo he disparado con

tanta fortuna. (

Mysia

y Cateh hacenun movimientode horror, losotros de satisfacción..] Caleb!

Guarda

ese

arma

preciosa; yanoservirá mas; hacumplidosu

des-lino.Keliraus.

{Edgardo

lee

para

si elbillete, vanse

Caleby

Mysia.) El

marqués

de Athol,

mi

pariente,

06envía

Qué

queréis?

Bau. Si

hemos comprendido

las palabras

que

acabáisde

pronunciar, solo nos resia felicitaros y volver para deciral

marqués

de Athol,

que Kavenswood

ha

cum-plido su promesa, y

que

el partido contra el cu.il

combatimos,tieneungefe menos. Edg.

Os

engañáis.

Baiu

No

habéissalidoesta

mañana

dela torre para ir á

Lammermoor?

EuG.

Ue

ido.

Bui. Habéis encontradoalcanciller?

Edg.Si.

Bar. Estabais

armado?

Edg.

Afortunadamente.

Bar.

Os

esplicjsteis?

Edg. No.

Bar.

Qué

no,decís!...

Comprendo;

el séquito del

can-ciller esnumeroso, yse llega hastaél difícilmente.

Eu

ese caso, Sir Edgardo, estoy encargado du deciros,

que variosdenuestrosamigos esperan en la hostería

de Wolplni|)p lasOrdenes

que

queráis darles. Están

bienarmados.

Edg.

Les ordenoque idperiiiaiiezcan una hura

siguie-raen lastierras de

Lammermoor.

Bar.

Cómo!

Esoestodolo que

debemos

respand<T al

marqués

de .Vlliol. y todo lo

que podemos

es|.'ciar ile

un

Kavenswood?

Edg. Poco

me

inl[)urta,señores, loque esperéis d; rai;

no esavosolrus á (piienes

debo

es|)licar

mi

conducta; pero siqueréisencargaros de uiirespuesta al

mar-qués de Alhol,helaaqui: lediréis,

que

indp|)en¡iieii

-ley lilireenelseno de

mi

desgracia, soy duoiio

de

mi voluntad,y que soloaDios

debo

ciicnlas de mis juramentosyde misacciones.

Le

diréis también,

que

nunca bedoscoiiotiilo losjiiolivos secretosde su

(le-bgripsaprotección. quereclia/o,

y quela

mano

de un

Kavenswood

no

cómele

unasesinato in pio»eclio de

un

marqués

de .Vthol. Añ.idireis, queacaso hoy

(7)

les-liucla

du

liauauíeruioor

ligus liumbres

de

hunur, y

que

hasln i,i liorn del

cómbale, vel.iréporlui enemigo; ya

me

lialieis

co;ii-preiidiilu; aluir.i,seíiürcs, raedispensareisun fjvureii

s.ilirlie micasa.

Bill. Sir liclg.iriio, fsoesun iiUrage.

liDO. Üi darésalisfacciüii cuando queráis. Caleb! {sale Caltb.)

ESCENA

XI.

Dichos, r,»LFB, MySII; (if.OCO

JlCKSOM

Edg.

Acompaña

áesl.is señnres.

{Edgardo

se vá por la

puer(adela

derecha. Caleb vd á abrir la ü( la

c-quierda y enlra

Jackson

precipUadamenU.

Se vye

llover.)

Cal.

Qué

es cslu?

IkC. Silencio!

Donde

está

Edgardo"

BiR. N'> lu busquéis; iiusbuce Iraiciun, salgamos do

aqni.

JaC

IVleneos;ojiIraigounanoticiaimportante. El

can-ciller ha s.ilidode

Lammermoor;

ibaácazar, pero la

tempestad li.idis|iersadua ios cazadores,lordAsliton

sella perdiiloen laespesura del bosque; sele cree errante por este fado.

Ba».

SoIo^

Jac.

Con

subija.

B»B.

Si sepudiera....

Jac. ILiblai bajo.

Bar. Señores, la casualidad nos favorece; mil

ducaloí

nosesperan..V ver

como

nos pasamos sin Edgardo, y

corramos en busca denuestros amigosá Wolflioop.

Tocos. Vamos!

Bar. Abridnos.

Cal. Con

mucho

gusto, señores. Vuestras señorías

quie-ren pasar poresapuerta ó porladel bosque?

Bak.

Hay

otra s.dida?

Cal.

Si, señores; la

que

en otro tiempofué la pueril principal;aunse vé enella nuest oescudofeudal, Ct'i

una cabeza de loro {los caballeros consultan

tn-Ire si.)

Mvs. (Qué

necesidad hay dedecirles eso?)

Cal.^l'araprobarlesqueeslo esuncastillo.)

Bah.

.Abridnos la puerla delbosque.

Cal.

En

seguida. Tened la

bondn)

tíj seguirme, {los

cuatrocaballeros salen con Caleb porelfondo.)

Mvs.

(irjcias á Diis yaeslamus libres deesos

emboza-dos, qtic no

me

daban

muy

buena espina.

Cu.

(detrás delos vidrios.) Torcedá

mano

derecha,

atraves.id el ¡iiilio . . ilelaule tenéis la puerta

grui;-de....

Buen

viage!

Me

parece, Mysia,

que

esos señores han reñido conniieslro

amo.

Mvs.

Si digcque rto {ncdaban

muy

buena espinal...

{llaman.)

Cal. Vuella áUauíar. {mirando

por

lacerradura.) Dios mió.es una joven. . ,

ilvs. llMfijüvcHl .\bridpronto.(C'aíebabre.]

ESCENA

XII.

Dichos,

AsHTON

y Licia en Irage de caza, aquel cun

capay esta con un

manto

yvelo.

Mvs.

Esposible' linajoven en el bosque con semejanlc tiempo! Sentaos, Miiady; permitid

que

os quite ese

manto

lodomojado.

ASH.

La tempestadtíos hisor[irendiiloenuna partidade

caza, y nos ha dispersa.lo. .'\forlunadamenlc be.iios

visto esta murada.

Puedo

tenerelhonor desaludar al

dueño?

Cal.

Es

verdad, caballero,que eidueoo,esdecir, el

se-ñor deeste castillo,recibe siempre cun magnificencia

ii los viageros

que

le'hacfin el lioiiorde pedirle

lios-pitalhlad.

A

lis. l'edidsela en mi

nombre.

Cal. Curro á anunciaros. Mysia, procurad averiguar

quiénesson.

ESCENA

XIII.

Dichos,

menos Caled.

^íAíoíi y

Lucíate

descubren un

puco.

Mvs.

(Cielos!Elcanciller!...

Qué

vendrááhaceraquí?)

I.i'c.

Qué

tristeinorada!

Dónde

estamos,padre

mió?

Asi!. Eiila torre de Wulferag.

l-ic.

En

sucasa!

.Mvs. Milord,os bereconocido.

En

el

nombre

del cielo,

si el genio del mal no os ha conducido aqui,

re-tiraos.

Asii.

No

tengo nada

que

tem«r de quien

me

hospi-talidad.

Mvs.

Hoy

milord.... (apareceCaleb.)

.\su.Silencio!

ESCENA

XIV.

Dí'c/ioí^

Edgardo

precedido de

Caleb.

Lucia

baja

el

veto;Ashtonsesubeelembozo.

Edg.

Quienquiera queseáis, caballero, á quienlasuertt obligaá pedir hospitalidad bajo este lecho miserable,

seáis bien venido. Oirás veceslosviageros eran

reci-bidosdignamente; hoysolo podéisencontrar una aco-gida amistosa, unabrigoyesasilla! Caleb busca algo

con que llenarpara estecstrangcrolacopa de la

hos-pilalidad. {Caleb

examinando

las botellas.)

Cal.

Aun.

queda una botella iiilacta.

Oh!

frovideucia!

Mysia, traedlacopa.

[Mysia

la traey Calebla llena

devino.) Lie.

No

lehabláis? .Vsu. Al iiislaiite.

Edg.

Porla bien venida del huésped

que

se digna

lion-nrmlcasa.

(Hci'o/a copa

á

íhs labios y la presenta

alcanciller.)

Ami. Porla esperanzado que recibirá el

mismo

honor desirEilgardo en el ca.stillode

Lammermoor.

{Ashton

y Luisase deseuhren.)

Edg.

Qué

veo!...lord Asbioij!Lucia!

Ltc. Milord!

EuG.

Qué

viene ábuscaraquielautorde mi infortunio

y dela

muerte

de

mi

padre?

Lee. Ciclos!

AsH.Tranquilízale. SirEdgardo, el canciller de

Lam-mermoor,

lustruidu dela gr.uiludque debjá

Ravens-wood,

vieneá satisfacer sudeuda trayendo la prueba

dequeese

rescnlimienlo es injuslo, y ese odio hijo

(íel error.

No

podéis rehusarlaentrevista

que

exige

mi

juslificacion, ni prohibirelagradecimieuloal

cora-zón .leunpadre.

Acaso

deesta eiitrevísla

dependen

toda vuestrafelicidad; todo vueslro porvenir,

Edg.

Deteneos,milord,- vuestra juslificaQion es inútil v

mifcliclitailimposilile,

Llc. Uehiis.osescuchará mi padre? EuG..\h! vos i.niiorais.... perolo pedis....

Lie.

Os

losuplico.

Edg.

Mysia, conduce ácslajoven ála habitación.

Oja-lasus miradas nose espaiilende nuestra miseria.

Ca-leb, retírale. (/.orrf Ashton pareceinquieto y Lucia

vacila endejar

d

supadre.) Milurd,estáisbajola

(8)

ESCENA

XV.

F.DGIRDO,

ASUTON.

Edü.

lis posible, iniloíd, que hayáis Iraspasado sin

lemhlir,losluiinbniUsdeesle cislillo,

donde

l¡i voz

de mi padrel.inlooslin snüidecido?

Y

qué dia,

qué

moiiieiilü, qué épocü h,il)eiselegido para venir á

con-lemplar undesesperación!...

No me

atrevoá

decíros-lo, peromirad á >ueslro alrededor, reconoced vuestra

ohr.i; ruinas, lágrimas! .Allihaclias mortuorias!...

Sa-béisqué juramento he hecho?V^enisáijue lo

cumpla?

.\sH. .Asi cumplís la promesa de proteger á \ucslru

huésped? Eslov sindefensa.

lÍDG. (arrojándola espada lejos de si.) Milord,

me

ofendéis!

,\SH. Keconozco el corazón de un noble escocés.

Un

error fatal, una cruel prevención os han estraviado hasta hoy.

Me

creéisautor de vuestra desgracia, de

vuestro destierro, yloque colma vuestro dolor,

me

acusáis dela muerte de unpadre. ICscuchadme,

Ed-gardo,ha llegadola hora ile la verdad y la

reconci-liación.

Yo

fui

enemigo

político de vuestro padre,

pero nosu perseguidor.

EoG.

Milord,esa esplicacíon es irritante.

Mi

padre os

acusóen su lechode muerte.

.VsH.

Su

hijo

me

váá

juzgar.

Vuestro

padre fué

enga-ñado. ..

Edg-

Porvos.

.^SH.

Por

su propiopariente, píirquien hoy

mismo

os

engaña yos pierde.

Leed

y conocedalfin la verdad,

(¡edd algunos papeles que

Edgardo

recorrecon la tiísía y coníinua.1

En

esaépoca fatal, instruido por

sus espías del

próximo

regreso de la reina, el

mar-qués de .\htol, próximo á verse

comprometido,

se

apresuróá

comprar

su graciacon una infame dela-ción, y

como

sabe quela prueba llegó á mis manos, despuésde

haberme

acusado desu pro(iio ciímen, os

pidemi muerte parasegurar su secreto.

EdG.

Otropérfido!... .\h! Sifuese verdad,

deque

hor-roroso tormentose libraría

mi

corazón! Sien efecto

sois inocente dela desgracia de mi familia, con mi

sangre toda

debo

repararelullrage.

.\sH. No, Edgardo; aun os

debo mas

queesta

justifica-ción.

Vos

salv.isteis lo

que

tengo de

mas

caro en la

vida; confiadme vuestra esperanzay vuestra

fortu-na.Sé....

Edg. Mi

esperanza!...

Mi

fortuna'...

Ah!

Yo

solo

de-seola muerte, (oyese

un

ruido terrible.)

Gran

Dios!

Qué

tumulto!...

.VsH. HorrorosaIriicion!

Edg.

Milord,

pongo

;il cielo por lesligo....

C*L. (corriendo.) Señor! La torre está atacada;

esta-mos

rodeados deenemigos....Losasesinos buscan ;í

Milord.

.\sH.

A

mi! Misasesinosen vuestra casa

Edg.

No

conclujais!

Cdeb,

es |irrciso moriró «aharle'

aumerUa

ellumiilto; Caleb se retiraporelfondo y

ul

mismo

tiempollegan

Mysia

y Lucia.)

ESCENA

XVI.

Dichos, Mysi», Lucia.

Mt?.

Socorro! Socorro!

l.rc. I'adre mió!... Edgardo! Edgardo! Salvad ;í mi

padre!

EnG

Si, Lucia,desdeeslc

momento

luda mi sangre es

suv i'

Yo

respondo de su vida!

Lie

arrnjíindnte en braros de su padie.) .Vli! Estáis

liada de

Laninteriuoor.

salvado! (se oyen golpes repetidos ygritos

amenaza-dores.)

C»L. (lo/i'i'endocon/a espada desnuda.)

Echan

ab.ijo

las puertasde lalorre. Milord, no podcis

proporcio-narningúnsocorro?

AsH.

Mis

gentesestán cercadeaqiii.... enelbosque;.íÍ alguien [ludiesesalir

Cal. .Mysia,locadia

campana

de alarma.

Todos, Sí!

Mys.

Alinstante!

Edg.

Vuestroséquitooirií la señal,ymientrasllega, por

gramlesque sean el

número

y el furor devuestros

enemigos, no habrán

derramado

toda misangre.

Lüc. Deteneos!

.\su.

Yo

ossigo; quédale aquí; \a ves que nos

pro-tege.

Edg. Marchemos!

(Ruidoterrible

como

sise rompiese una puerta

pesa-da, quecae con estrepito,y al

mismo

tiempo se oyen

gritosamenazadores. Luciase

ampara

de su padre.

Al-gunos

caballerosinvaden elfondo:

Suena

la

campana

de

alarma.)

Cal.

Ya

es

muy

larde!

Asu.

Hijamía!

Edg.

(ú Caleb.) Valor! [ábrese lapuerta de enmedioy

lade la izquierda. Loscaballerosaparecenendos gru-pas; lodos conlasespadas en la

mano

y con el gesto

señaland Ahslon.)

Bak.

Helo

ahí! E>él'

Que

mucral

(Seprecipilan enlasala,yocupanla izquierda.

Lu-cia ha caídoenelsillóndeladerecha; su padre la

pre-tege: EdgardoyCaleb estándelantede ellos espada en

mano)

Edq.

Miserables! Si en micastillosevierteuna sola

go-ta dela sangre de lord .Vshton, ni

uno

de vosotros saldrá vivodeestas ruinas; lojuro por esa tumba!

Bak.

Edgardo, has violado tujuramento;perecerás

tam-bién.

Que

muera! Tonos.

Muera!

(Los caballerosdan

un

pasoadelante.

Edgardo

y

Ca-lebse lanzanáellos.Ashton quiereseguirlos, pero

Lu-ciase agarraáélexhalandoungrito. Al primer

encuen-trodeEdgardo conBarkleitledesarma.Este cae.

Todos

los caballerosle rodean.

En

este

momento

llegael sé-quitode Ashton, se precipita sóbrelos caballeros, los

desarma

y losprende.)

Edg.

Milord, los asesinos eslan á vuestras plantas. .\sn. Edgardo, habéis sido mi dcfiíiisor.... yhabéis

sal-^adopor dosvecesla vid.ide mi luja.

FIN

DEL

ACTO

PllIMEUO.

ACTO

SEGUiDO.

Vista pintorescadel parque de

t.ammermcor A

la

de-rcehasevéelángulosnlieiiledeuii ala delgóticocastillo

tonuna delaspuertas de entrada.

A

la izquierda varios árhidesformando bóveda,yen su centro un

monumen-togóticorepresentando lafuentedelaSirena. Al pie<lc

la fuente

un

bancode piedra.

ESCENA

1>UIMEU\

Edgaiido, Caleb.

C,\i. Este es el antiguo castillo, esta lanoliU- uiDraJa 111que he servidoá miioitianoseñordurante

cuareii-la .h'ios, y

donde

vinacer aljovenEdí(ard"i ru la

opu-lencia yelesplendor!

Aqoi

guié susprimeros pasos,,.

Ueconozco aun la prailera enque Ivicia piafarásu

(9)

Laiu-tiuriiijür ,i cii).i siimbr.i yo descansahí

mtJl's, ) yo lie eoibejccido ya!

(iuG. VAlilase accrc.i.... Sedi;;iijr,i mi hermosa, concc

-(leriiie l.i citaque ie he peilidn?

Ahí

Lo

temo

lanío

como

lode^eo.

("iC.Vuella ásiis|)irarl... Ilcahi coin.)

hemos

pasa.lo

lüiia la nuche..-.

Vos

sobre esehaiico.... yo de |iie...

Vos

enainoradi', yo aburrido. .Vlt* parece

que

la

brisadela inañaiía es

mas

fresca que de coslimili.-c.

No

sieiilc vuestra seíioria la frescura de este bosipu?

Kdg.

l'erdoiia, mi viejj amigo;

abuso

de tu buliKiil.

Debería respetar tus años; peri>has querido

seguir-me...

lilifiu, \a lucelaaurora ... Dentro de un

iiis-lanle volveréa >erla, quizas jut últunavez,. Tu,

ami-go

luig, vuelvea SVolfera;;; preparalodo lo

necesa-iiupara iniparlida;lioy lüisuio salgodoKscocia.

CiL. l'artib'

lÍDü.-Misuerteestádecidida.

Te

dejo miasilo.

Cuslo-diai.iscon Mysia laluniba deinipadre.Si

vueho

.1

serfeliz,sabré recompensaros.

, ;

Cit.

V

os he deabondüiiar?...

Edg-

EíCucha....noosesalajovenáquien fedisLe

mi

mensaje?

-1 ; 1

l'ii. Si.-.,esAna....

Teme

acercarse.

{Ana

W

actrca

se deiiene

mirando

d

Edgardo

y

liuola

de

liaiuuieriiioorc

Vuii cslan limidamenle ,

CaUb.)

Si, se-Desdo

ESCENA

ir. Dichos,

.4m.

Cal. .Vo tengáis miedo, querida niña: yo soycl vicji

Caleb, y eslees miseñor.

Anh.

Lo

sé,pero tengo miedo.

Hdg.

.\cercaos, joven. Vuestra señora ha atendido... misruegos?

.•VHi. Queréisdecirsiha recibido vuestra caria?

ñor; pero

me

arrepiento de habérsela dado,

quele)ó esebillete, no ha cesado dellorar.

Edo.

Lucia ha

derramado

lágrimasl

Ani. Porqué

lacausáis penas?

Edg.

Conlestadine por favor. S' dignarávenir? .Vna.

No

losé; primero dijoqueno, luego

que

si.

Edg.

Olí' La veré!

.Vn*. Callad,callad'...

Oigo

pasos en la escalera de la

lorre.... Se abrela puerla.... Tiene también miedo.

Edg.

V

qué lemor

puede

causarlelas lágrimasde un

desgraciado? Tranqiiilizadla.

{Ana

corre al encucniro

de Lucia.) Caleb, obedecela úllicnaorden que

reci-birásde mi; vuelveá

Wolferag

y que lodoesté

prcn-to para mi¡lartida.

ESCENA

III.

.', < Dichos,

Licu.

:.;!'..) .:

Lee.

Ahi

eslá!

.\n4..\iiirao!

Ldc.

Temo

y

dudo

Edg.

Un

eterno adiós!

Cal.

Qué

imprudencia!

Lee.

No

le .dejesdeeslesitio.

Am.

No.... permaneceré enlre esos árboles, cerca de

vos.

.Edgardo hace unaseñaá Calebp3ra

que

se retire;

Calebsale, .\na sealeja haciael fondo,despuésse

acer-caá losárbolesyno desaparece hasta

que

ha

empezado

la escena siguiente. Edgardo conduceáLucia basta el

banco,enqueesta sesienta.)

Edg.

Lucia, noleinaisenpresencia de un infortunado,

cuya desesper.ic¡on

debe

cscitar vuestra piedad.

Con

cnantorespeto no

debo

yoIratar á la

que

selia digna-do escucharme?

Ltc. Soy culpable, losé!... y sienlo queel

ánimo

me

abandona... Pero qué habéis osado cseribiriiic?...

Queréis partir.... desterraros.... abandonar vuestra

patria....irá buscarla muiTle!...

Y

vos

me

lodecis, á

ami, (|ue

me

habéis salvadola vida!

Edg.

.\h!Sinesa idea lan querida

que

aun

me

liga á la

existencia, quizásboy hubiera dejado de acusar a

mi

destino.

Lie. (laaníanrfose.)

Qué

decís?....

Qué

sombrio dolor

retratan vuestras miradas!...Por qué?...

EiiG. Estáis

muy

lejosde poder apreciar lodo

mi

infor-tunio á

mi

mismo

me

espanta.

Ltc.

No, conozco vuestras desdichas, perola amislod,

elrcconiiciniierito,lajusticiade mipadre....

Edg.

No, Lucia....

Mi

suerleno

depende

deél.

Yo

no

me

acuerdoya de un odio repugnante; ha salido de

mi

alma, y alfin

me

deja respirar. Peroyo110espero

quela piedad denadie acabe con mi miseria.

Ciim-|ilirésolo

mi

destino, y enlaúnica carrera que

puedo

abrazar con honor,solo se necesitan unaespada,

un

corazón animosoy un brazo decidido. La Francia

aceptará mis servicios, y todo

hombre

determinado

encuentraenel

campo

debatalla la fortunaóla

muer-te....Lucia! ah!perdonad! Vuestra almadulcey

tier-na se espaolacon

mi

sombriodolor.

Luc.Partid, Edgardo. Sois librepara hacerlo.... nada

os detiene aquí Hice mal en esperar... pero no

seréisvos quienenadelanle pueda acusarnos de

in-gratitud.

Edg.

Cómo!...

Vos

me

condenáis? Sabéis

que

senti-mientoha sustituido enmi almacl deseo do

vengan-za? Sabéis

qué

nuevo

tormenlo

ha puesto

colmo

á

mi

desdicha? Proscrito, miserable,sinotroasiloque rui-nas;sin esperanzas,sin porvenir, en este estreno de

miseria y deiiiforlunio, juzgad vos

misma

mi

suer-te.... Lucia!

Yo

osamo!....

V

el

amor

en mi corazón

domina,...

Perdonadme,

no quise hablaros

mas

que de

mi

desesperación.

LiC. Uablail. Edgardo.

Edg.

Av

!

W

finha salidode

mi

bocaestaconfesión

que

rae arr.mcaeldolor.

Me

permiteel honor

quedarme

donde

pueda veros' No! lo sé....debo huir....

no

paraolvidaros.... vuestraimagen

me

seguirá hasta la

lumb.i.... Podréllevar

conmigo

unsolorecuerdo de Lucia?

Lee.

No

partiréis! '

Edg.

Después de esla confesión.... d«spues de haber osado deciros....

que

os

amo?

Lic.

Mi

padrelosabe.

Edg.

El!... granDios!....Yvos?...

Luc.

Lo

esperaba.

Edg. Cielos!

Me

habrá

hecho

eldeslino

dueño

del co-razóndeLucia?

Ah!

no 05 burléisde una esperanza que

me

costaría lavida.

Ldc. Vuestroorgullorechaza laamistad de

mi

padre;

vuestro resenlimienlo sospecha aun de su

sinceri-dad!... Dudareis demi corazón?

Edg.

Nunca!

Lúe. Puesbien, ospertenece

como

mi

vida

que

habéis salvado.

Edg.

Mía Lucia' Lucia

me

pertenece!... Pero qué

di-go?...

No

lemblaisalsolo pensamiento de semejante

compromiso?

l'endiiaisvalorpara unir vuestra

suer-te ála míadeplorable? '

Ltc.

Yo

pondré finá vuestras penas, yoosdaré la fe-licidad.

(10)

abismo!..-8

Lnota de

Lanimemioer.

\o

os atrevéis

Pero elcieloqueosha

dado

lavirludde unángel

tam-bién'os lubra coi.ce.liio sil poder; la desgracia no

debe

acercarseá vos.... Sin

embargo,

ysivuestro

pa-dre nos Píigañase? .

Luc.OiR-sospeclia! Podrá privarosdeuai corazon'r

Edg.

Vos

me

ainaisl Pues bien, Lucia, perdonad este

receloqueel

mismo

amor

me

inspira; sivuestra

al-ma

esmía

como

la mía vuestra, si vuestro corazón

comparle mi

embriaguez. Iiag.imos indisolubleel

la-zoque debe uuirnoi; decídele¡i encadenar tu vida conmideslino!

No

vacilesen ser mia.

I.i'c. Vuestra! .-, , j ,

Edg.

Conoceslaslevesdeesto país, la santidad de los

lizos que unena ladesposada con un casto

himeneo

quesecelebra ante Dios.

Lie.

Gran

Dios! Sin elconsentimiento de

mi

familia...

Edg.

Mira...laoscuridad, el silencio,lodo nos prole-ge. Si tn

amor

es sincero, si quierespermanecer fiel

quéeslo

que

espanla:i tu corazón?...

"

á responderme!...

Va

tembláis!

I.cc.El deber, elrespetoá mi padre...

Edg.

f)eben sofocar

mi

amor.... Adiós!

Loe. Deteneos! Ah!...

Qué

exigís de mf?

Edg.

Vuestrafé.

Lee.

Os amaré

siempre.

Edg.

Desconfió de mi destino. No, Lucia, una vana

promesa

notranquiliza mi corazón. Si

me

amas, es

preciso que

me

pertenezcas, que tus dias sean los

mios,que un juramentonos una.

Loe. Queréis...

Edg.

1-0quieropara conjurar mi desgracia, para creer

en tu ternura.

Luc. Vuestro dolor

me

espanta.... Vuestro

amor

llena toda mi alma; osbe dado

mi

vida..-.,recibid

también

mi

fé.... Seré vuestra esposa. ^ .o!Íii?^i'.

Edg. Mi

esposa!

"

'

'

I.iie.Tiemblo!

Edg.

Cumple

tu promesa, cambia mideslino.

fxc. (hincándosede rodillas]

Diosmio,

prolegednos!

En

¡ircsenciade Diosque recibe mi juramento,

Ed-gardode

Raveoswood,

jo os doy

mi

fé.

Edg. Promete que

serás mia, mientras tni voluntad no

le relevedeUijuranienlo.

Luc.

Lo

Juro.

Edg.

y

yo hago también juramenlo de no tener otra esposa, [levaníando

d

Lucia.)

eres miay yo tuvo

hastalatumba..

Lee.JListala lumba!

Edg.

Añade

átu promesalaprenda sagrada que no

de-besepararsede mi raziinmientras

me

seasfiel.

Lee.

Toma

este anillo.

Edg.

Recibeelmío: que

ambos conservemos

esta

pren-da hasta eldía delIduieneo, ó hasta el dela miierlc.

Luc. SI.... basta la muerte.

Edg.

Si algún dia uno de losdos fuese infiely per-juro

Lee. Nunca!

Edg.

Olí! no.... no,

músicabrillante.)

Lee.

Qué

roldoesese?

Eos

.Ño sé....

"

"•

ESCENA

V.

Dichos, .-INA,y

Calbb.

ANk.

señora, señora!... Enlr.inenel castillo

ciirriia-ges ) caballeros... Elpaiiuse llena

C»L..'^eñorl Señor!... Ali! .Señdiila viiheos al

cas-lillu,'osbuscany osllaman!

Nunca! (oye»íá lo lejos

una

Loe. V

Edg.

Quién?

Cal. Vuestra madaslra;

Udy

Ahslon, acaba de llegar de

Edimburgo.

Lee. Miladv!... Cielos!...

Edg.

Qué

os.iterra?

Lee.

Temo

aesainiiger.

Cal.

Es

preciso

que

os separéisal inslanle.

.Ana.Si, al instante.

Egd.

Lucia, puseo vuestro

amor

yvuestra fe.

Cal.

Qué

oigo!

Lee. Dejidiiie prevenir ámipadre.

Cal.Separaos. .\NA. Venid, señor.

Lee. .-Vdios!

Edg.

.\dios! [la música que

ha

continuado se oye

ma»

cerca. Cateb arrastra

á Edgardo

hacia el

parque.

Lucia y

Ana

entran en elcastillo.)

ESCENA

VL

MUTACIÓN.

Interior deun pabellón de veranoen el

castillode

Lammermoor.

El fondoabierto deja ver

un

terradoylamar.Seoyengritos de vivael gobernador,

viva lord Aslitonly al

mismo

tiempo se ven correr

una

multitud de aldeanosy aldeanasyservidores del castillo,

que

invadenelterrado,

¡nmedialamente

después entran en elordensiguiente.

Lobdi/Ladv

Ashton,

Lord

Doiglás, Lucia,

Bkrta, Dounald

y tosescuderos.

.Km,

!,ADy Si,miloril, después de un

momentü

de Incer-liilumbre y de espaiili, la

mas

brillante

victo-riaha coruiiado lisarmas de Guillermo;

Edimburgo

celebra su triunfo, y vosestáis

nombrado

gubernador

de

Lammerinour. Lord

Doiiglás,

mi

hermano,

nnode

los vencedoresenesla jornada, ha soliclladoel ho-nor de traeros en persona vuestro iioiubramicnto.

firmado por lareina deInglaterra.

Düü.

Helo

aqui, inilord; esta recompei>sasedebía á

vuestra fidelidad, (bajo.) El consejono sabe

que

ha-béis titubeado.

Ladv.

Lucia, debéis estar orgullosa porel honor

que

re-cibe vuestrafamilia; al

ocuparme

delos intereses de miesposo, he pensadoen vuestrafelicidad.

Luc.

Cómo,

mlladj?

Ladv

Va

hablaremos

mas

larde sobre este asunlu.

Tengo que comunicaral gobernador órdenesdel

con-sejo.Dejadnos sol'is.(ío(í».sseretiran. Lucia

inquie-tayturbadasaleconBerta y

Ana;

Lady

Ashton la

Sigueconla vista; lord Uouglds, observaal

gober-nador.)

ESCENA

Vil.

El

Gobebnador,

Ladv

Asuton

y

lobd

Douqlís.

LiDv.

Debo

creer, milord. enel mens;ije vuestro

que

herecibldu?

Cómo!

Vos

tan pruilenle, tan político

solo por un avisod.ido precípiladamenle, quizás con

pérfida inlencl'in,os alarmáis, corréis á

Wolferag

y

habéis csladu;> punió de implorar la piedadde un Ravcnswoiid!

Asii.

No

me

condenéis conlanía ligereza, en mi

con-ilncla han presididola prudencia y discreción

que

el

peligro aconsejah.i El éilto eradudoso,yelavisoque

me

ha engañado(imceilla<lel almirantazgo.

l).iU.

No

inlenleisjustificaros, milord; losabemoslodo,

fuisteis á poneros bijo el puñal de vucslroí ene-;

nrgos

\'-n. Eelgardoseha mostradogeneroso.

(11)

liuela

<le

Lniuiiiei*iiioor.

DcL.

Qué

dccis?

Asu.

Me

lio

ulrudí

Ij vida.

LiDT.

Os

cng.ina.

Uou.íii, iniliird, i>sengaña, ó ynliabeis coniprometido

rlhuiiur do

MusUa

cisa, ofrcciúiidolc lu

mano

de

Lu-cí;)^ piirque

tdgardu de

Raveiiswuod había jurado

íuesiratiiurrlf.

Aju..

Ya

noabrigacsossciilimienlos,

luuY.

os S'iiiriijvis siiiiiiiiiond')que hubieseis sido

capaz deadiJiiiir l.isilvacioiide un llavfiiswuod.

Pe-ro laforlunaos favorece nías que vucilra polilica, J

cslaordendelconsejo que iruigo para elgulrernador, váá repararen \uesUüs

manos

la imprudencia del

canciller.

Asu.

Esaorden....

LiDY. EnUraos

deella.

Uof.

Vuestro deber es cumplirla.

AsD.

Qué

»cu! Cunoo,Aliladj!...

Mandamiento

de

pri-sión conlia Edgardo!

Vo

eulrcgaileasusenemigos!..

Eso

seriaenviarleá (itorir.

Ooc.

No

pudeis discutirlasordenesdel consejo; ya el

marqués

de Allmly sus parliilariosestán arrestados:

Edgardo

de

Ravenswood

(lerlencceaintíiiiero de los

reosde Estado; vos sois gobernador y respondéisde

que

se

cumpla

esc nrandaniieiito.

A'H.

Callad, inilurd!...

V

vos, Milady, ignoráis qtie ,dosvicesen un luisnio dia,

Edgardo

ha prulegido á

mi

bij.1 y

me

ha salvado ámi?

Que

se vea

abandona-do,proscrito, eleoníejuloordena; pero

que

mis

pro-pias

manos

leenlreguen

Eso nunca!

I>>v.Uaceis traiciónalconsejo;

dadme

esa orden.

ASH-

A

vos?

LiDS.

Deteneos, (eníioDannalJ.)

UuM.Seiiora, apenas

me

alrevuá deciros el

motivo

que

me

irae aquí; un eslran^erosolicita hablar con

mi-lord.... piesenlárussus respetos. Este eslrangcro es

sir

Edgardo

de Ka\cntwuo(Í.

L*DV.

El!

U'iu.

Qué

audacia!

AíH. (V

en qué

momento!)

Do.N,

Qué

ordenáis, señora?

LiDV.

Que

nosepresente delante demi.

Dov.

No

llevareisánialquenos

apoderemos

deél?

Asu.Eiimi

casa'... El resentimiento os estravia;

Ra-venswQod

me

ha

dado

lahospitalidad en VVolferag y

tiene derecho á,e5pernrla de mi.

Tuda

violenciaseria

culpable é inúlil;dibe conocer'sii peligro; .'-i viene á

implorar

mi

pruleecioii, veré,lo que

debu

hacer.

Don-nald,decidle

que

ctilre. [üauglasescribealgunas

pa-labras.)

I.ádt. por

qué

no enviáis tambiéna buscarávuestra

hija?

Asu. Alí hija no hará nadasin el consenlimienlo desu

padre.

juv.

(d bonnáld, üdndole

una

carta ) Corredá llevar

esaorden;

me

respondéisde su egeciicion. (posaal lado de

Lady

Ashlon )

No

volverán

Wolferag

(í/n escuderoanuncia. Eilgaido se jiresenla,

Üormald

y

tiescudero salen.

LaUy

Asliton se sienta, Dougldi es-tá

á

la iiquierda.)

ESCENA

VIH.

LtDT

y

LoBD AsBToN, EoGiBDO, Doietis.

Edo.

{después dehaber

mirado

á todos,conla

sorpre-saque lecausaelsilencio y

embarazo

de cada

uno

)

Li presencia dil último de los

Uivcnswnod

en el

tastillode

Laminennoor,

no

debe

sorprenderos,

rai-Iddy,sios lian

hecho

sa|)er

que

luvé'el'

honor

de

re-cdiir;i milord en

Wolferag

y deser invitadopor élái

olreccrosmisrespetos. •> .oa'A

l,.H)v. Esa atención, caballero, nola esperaba.

Edc.

Acabo

de saberviiPstroúltimo triiinfu....

No

ir»

rila auncorazónnihieremiorgullo. Dicenquela In-glaterra será dichosa, yesees

mi

principal deseo.

La

amistad de milord, la esperanza deublciietla vucs*

ira, escuanto ambiciono.

Ayer empezó

para

mi

una

.

existencianueva,y solodevuestra bondad, de

vues-troaprecioyde

mi

energía,

me

atrevoá esperar una

suerte

mas

próspera.

I,*nY. Ignoro qué

promesa

osha

hecho

milord: ['ero

dudo,caballero,

que

elgobernador de l.amraermoor

quieraratificardv

buen

gradolas

que

haya

hecho

el canciller.

Edc.

Elgobernador!

Asii.

No

he hecho en

Wolferag

ninguna

promesa

á sir

Edgardo. '.;,

EüG. No, milord; pero

me

habéis ofrecido vuestraamij* '

tadal pedirmelaraia....

Os

habéis arrepentido?

I,»DT. (Apenas*

puedo

coiUenenne!) Respondéis,

mi-lord, ó

me

encargo vo dehacerlo?

Edg.

Cómo!

Me

habréisengañado?...

AsH.

Nada

oshe dicho para que podáispensarlo.

EoG. Perdonadme,

milord, si lo creodespués de este

recibimienlo.

También

habéis

engañado

á vuestra

liija! '

Lady.SuIiíJ»!

Asu.

Esto ya esdemasiado.

Edg.

Diosluio!

Me

hacéis temblar.

Lady.

Eso noesuna sospecha,- el

nombre

de vuestra

hija lissalido de sus labios;él os acusa. Habéis

ol-vidado hasta ese punto tantainjuria y laníoodio? .AsH. Aseguro....

Edg.

Basta!... Tantoodio habéis dicho? Esa palabra

terrible

me

ihiniina;veo con horror el

nuevo abismo

que

seabre ámispies, y ahora midesesperación

con-sisteen no caer solo No,milord, vus no

me

habéis

prometido la

mano

devuestra hija; pero permitisteis

que ella

me

diese su corazón; sincera y sin doblez,

ella hacreídoamiprenderos; podía ver lasredes

que

selatendían? Vuestracruel política ha preparado el

lazofatal

que

nosune,á pesarvuestro,-ahorasolo

de-pende de mi voluntad;lodoel poder de la tierra no

lodesalaría. Vuestra hija,milord, eslaidesposada

de

Edgardo Ravenswood.

AsH.

Justo cielo!

Lady.

lie ahí vuestra obra!

V

tenéis la paciencia de

respetarla,

cuando

con unasola palabra bastaría

Hermano

mío!

Duf.

Todo

estápronto. Puesto

que

milordcalla y sufre

que

seleullrage, yo

tumo

por

mi

cuenta el insulto y

laamenaza.

ErG.(//i'i'andola

mano

dlaespada.) Milord!

DoU.

No

tenéisderechopara llevar esaespada. Entrad,

señores! {entran cinco úseisescuderos.)

AsH.

Milord!

En

el

nombre

delciclo, nada de

escán-dalo!

Doi!. Elgobernadoros arresta en

nombre

del consejo.

Va Wolferag

estáen poder de la justicia; va

note-neis asilo, estáis proscrito.... (ti los escuderos.)

Ha-ced vuestrodeber.

Edg.

{desnudándola espada,lordDougiis hace lo mis-mo.1

Os

aguardo!

AsH

Deteneos! Deteneos! {Lucia, desprendiéndo-e d*

las

manos

deHería y

Ana, abanta

exhalandoun

gri-toysearrojaenlos brazosde

Edgardo

)

Elc.

Ah!

Respetad su vida! Es el salvador de mi

(12)

10

Todos.

Lucia!

Edg.

(con tío:enírecoríaáa.) Milord!... Milord!...

Su

corazón, su viil,i,

me

periencce anteel cielo.

LtDv.

(aujiendn dela

mano

d Lucia y separándola de

Edijardo)

Nunciil

(Se oye

un

tumulto horroroso;

una

luz

muy

viva

alumbra

elfondo del parque.

La

muchedumbre

de

al-deanosylagente del castillocorren gritandoyllenan los

últimos términos.

En medio

de este

movimiento que

re-trata

un

gran desorden,se vé correr á

Donnald

seguido

de algunas

hombres

dearmas.)

.

ESCENA

IX.

Dichos,

Donnald

ylosaldeanos

Di»,

(d Douglds) Milord,el fuego devoralalorrc de WolTerag.

-VsH. Desgr,ic¡ad<)!

Qué

habéishecho?

l,*Dv.

Os

ha vengado.

Don. No. milady,iiu

somos

losautores del incendio. Oid,

oid, sir Edgardo. Por orden de milord Douglás ha-blamos rodeadovuestra morada.

Íbamos

á desquiciar

laspuertas,

cuando

un ancianoapareció cu¡as

alme-nas delatorrecon una antorcha en la

mano.

«No

os acerqncis, nosdijo, esteasilo esla

morada

de mi

se-fior,y encierra la

tumba

desu padre! .Anatema sobre

vosotros,sitraspasáis estos umbrales!'- Se desprecio su amenaza; piri en seguida hrdiaroulas llamas por

todas pirtes, y tnil gritos horrorosas nosanunciarüii

que

un depósito de pólvoraoculto en los

subterrá-neos,iba ásepultarnos entre lasruinasde la torre. T')Dos. Están perdidos!

ESCENA

X.

Dichos,

ClLEB.

(se arrodilla delante de

l..neia

de

Lninnierinoot^.i

Ed-Ca-l. Señor! Señor!

gardo.)

V.bG.{Icvanlándok.)

CMcb,

apruebo

tu valor y tu de-sesperación; losescombros de nuestro asilo defienden

de

unagravioá la

tumba

demi padre....

Y

vosotros

temblad, criK'los! Esa injusta

venganza

devorará

vues-troscorazones.... Escuchad! Lágrimas

desangre

cae-ránSobre

mas

de unavíctima!

AsH.

y

Ladv. Gran

Dios!

EuG.

.Miexiste:icia csiáligada para siempreá

loque

te-néis

mas

CITO en el

mundo.

Lirilazo sagrado, una

ca-denaeterna

me

uneá vuestra hija. Oídlo desu

misma

boca. Luci.i, os liablue.i

nombre

denuestros

juramen

los.S>'s

u"

prometida.

Me

seréis liel? Escuchad!...

Lee

(próxima

d

desmayarse

) Lo he jurado....

Siem-pre!... Il.ista la tuuib.i!

Dou.

(íilosguardias.) Egcculad mis órdenes!

Asu.

Qué

liaceis?...

Edgardo

me

ha

dado

hospita-lidad....

Qué

salga librede mi casa!

ToDi.s. Salid! Salid!

EoG.

Habéisoido vuestro fallo y

mi

triunfo.... Adiós!

EIN

Ur.l,

ACTO

SEÜIJNDO.

ACTO

TERCERO.

Galería ó peristilo de

l.ammcrmuor

quo

d^ i uo

jarlin

ESCENA

I'UIMERA.

LouD

y

Lady

Ashtu.n,0.>i'gljIs,

Ana.

!>lU.

Ya

estácumplido, tnilady,el decreto del consfijo.

Edgardo queda

arrestado; por orden detnilord.

AsH. Si. milady.

Dou.

No

es esto lodo; esta carta

que

acabo derecibir,

me

anunciaque lord

Seymours

no

puede

tardar en

llegar.... Milord, voyá recibirleá laentrada de

vues-trosdominios; qué lediréen favor desus

esperan-zas?

t^ómo

prqiarolarecepción que le destináis?

.isii

Os

encargoqueleanunciéisque accedoálos

com-promisos

que

mi

esposa ha contraído con él

en

Edimburgo.

Hou.

Os

felicito porello.

Ladv.

Id,

hermano

mío, á llevar á

Seymours

esa

iin-porlnutc segiuiíiad. l'o<leisañadir,que la palabra

de

milord-cs irrevocable.

Diiu. I'arlo,

bormana

mia.

I.ADY. ((¡ Ana.)

Que

venga mibij,;. {vast Ana.)

ESCENA

II.

Lord

y

Ladv

Ashton,

Lucia. >í.

Lie. Estoy nquisin necesidadde que

me

llamen!

AsH.

Lucia,osle

momento

es para nosotrosde la

mayor

importancia.

Cuando

eldestinoparece que

colma

to-dosmisdeseos, espero

que mi

hija semostrará digna

de mi

nueva

elevación.

I.L'C.

Qué

vais á

mandarme?

.Asii.

Lo

que

deba

asegurar lu felicidad y la fortuna de

lu familia.

Lady.

Escucbadnos, Lucia; no

me

informo

para nada

(le vuestroi secretosseniiuiieiilos;

no

<lebeis

tampoco

matiifcstarkis; una bija respetuosa

scsomele

ásu

de-ber, y no conoce otraley que la voluntad desus

pa-dres.Talesla siiiTte de

Us

jóvenescolocadas en alto

rango;

puede

esto costaralgunas lagrimas, pero el

tiempolasenjuga!

Ya

veisque hoydianos

encontra-mos

alacabeza delasfamilias

mas

ilustresde

Esco-cia; un solo paso nos resta que dar para notener

ri-validad alguna,y ese pasoesuna alianza con lo»

Seymours.

Lie.

Una

alianza!

L.vDY. Esa familiasolapuede conlrarcstar nuestro

cré-dito; nos

tememos,

y es preciso unirnos. Lord

Sey-mours

os havisto hace algunos meses, y le parccei.i

enc.iiitadora;os conviene porsu edad, por.su rango,

por sus resp-'lablescualidatles.. .

Ha

pcuido vuestra

mano.

Lee. El!

Lady.

Y

vuestro padre

f

yo se la

bemos'

conce-dido.

Luc.

Mi

padre!... Esoes imposible; mi padre no ha

sa-crificado

mi

libertad, mifelicidad, mi*ida! '

Asii.

Qué

decis. Lucia?

Lie.

Que

res(icto vuestra voluntad; quepreferirla

mo-rir a ofenderos; pero culpable ó eng.iñada, he

dis-puestode mi. .\y!

Yo

creía obedeceros.

Ahora

no

iiay podersohrclatierraquo pueda

romper

mis

com-promisos;elcielo ha recibido

mi

juramento, yo no

me

pertenezco ya! I'adrc mió, soy la desposada de

Edgardo.

.'\sii. Ui'sengáñalc,bija mía; esa unión

que

la ley

des-conoce, notiene para nosotros valor.

Lady.

l'oiteispensarque una absurda

costumbre

esco-cesa,

que

desprecianlos lllgle^es, nos privará

de

dc-recliosquenos ba dailola naturaleza?

Li!c.

Lord Seymours

no.iceplará la

mano

de una mii-ger cuyo cirazon

no

le iiertcncceránunca.

Ladv.

Osareis decirle?...

Ltc. Si.milady; pararespetar mi juramento, le diré á

loril SeyuíoufS; I'ilgardo herecibido mí fé, y jo la

suya; estamos unidos ante el ciclo, y él solo ticno dercc'io paraTolvermclalibertad.

Referencias

Documento similar

Debido a que las lesiones orales son la forma de inicio más frecuente de la enfer- medad, es importante que el odonto-estomatólogo y el cirujano maxilofacial incluyan esta

1. LAS GARANTÍAS CONSTITUCIONALES.—2. C) La reforma constitucional de 1994. D) Las tres etapas del amparo argentino. F) Las vías previas al amparo. H) La acción es judicial en

(Sindicato Nacional de Industria- les de Alimentación Animal-Francial la TASA DE CORRESPONSABILIDAD no va a servir más que para disminuir la produc- ción de cereales en la

Consejería de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural

En nuestra opinión, las cuentas anuales de la Entidad Pública Empresarial Red.es correspondientes al ejercicio 2010 representan en todos los aspectos significativos la imagen fiel

En nuestra opinión, las cuentas anuales de la Entidad Pública Empresarial Red.es correspondientes al ejercicio 2012 representan en todos los aspectos

La Intervención General de la Administración del Estado, a través de la Oficina Nacional de Auditoría, en uso de las competencias que le atribuye el artículo 168

La Intervención General de la Administración del Estado, a través de la Oficina Nacional de Auditoría, en uso de las competencias que le atribuye el artículo