“La dura competencia por
la captación del alumnado
obligará a una mayor
calidad de la enseñanza”
¿Cuál es la situación ac-tual de la Escuela, desde el punto de vista del alumna-do?
Actualmente hay unos 3.000 alumnos matriculados, con alrededor de 650 incorpora-ciones anuales al primer curso.
La tendencia en los últimos años ha sido estacionaria, des-pués de un muy fuerte creci-miento en la década anterior.
¿Cuáles son las especiali-dades más solicitadas por los alumnos, y cuáles lo son más por la empresa?
ENTRE
VIST
A
por José Manuel Burgueño
de Ingeniería (ICAI)
Luis Pagola (1970) Doctor Ingeniero, lleva cuatro
años al frente de las Escuelas del ICAI, en la
Universidad Pontificia Comillas, donde además da
clases en el Departamento de Electrónica y
Automática. En la pasada primavera se ha creado la
Escuela Técnica Superior de Ingeniería (ICAI), que
engloba además la Escuela Universitaria de
Informática y el Instituto de Investigación
Tecnológica. En este tiempo le ha tocado consolidar
la aplicación de los nuevos planes de estudio, hacer
frente a la creciente competencia de universidades
públicas y privadas y seguir manteniendo y
potenciando la calidad de los estudios, las
relaciones con la empresa y la excelencia en la
investigación. Sin embargo, en los próximos años la
posible reducción del número de alumnos generará
un problema serio para todas las universidades, por
lo que ya se está estudiando un plan estratégico.
“La dura competencia por
la captación del alumnado
obligará a una mayor
Ahora tenemos entre todos los títulos cinco es-pecialidades: mecánica, electrónica, electricidad, organización e informáti-ca. Entre las ingenierías industriales, las dos pri-meras especialidades son las mas solicitadas por los alumnos, también por los ingenieros técnicos. En cuanto a lo que las empresas demandan, hay un alto porcentaje que no especifican espe-cialidad, a no ser que quieran un informático. Lo que necesitan y nos piden es una buena for-mación general, integral, y capacidad analítica y de resolver problemas, y eso está en todas las es-pecialidades.
Pero, ¿todos los in-genieros de todas las ramas pueden desem-peñar las mismas fun-ciones en la empresa?
La formación de la Escuela es siempre sufi-ciente para empezar. Obviamente, las condi-ciones de las empresas son muy variadas, los puestos son muy diferentes y en cada uno se va a pedir distintos conoci-mientos y habilidades, que hay que seguir adquiriendo con cursos de formación. Pero aquí se dan las bases para que se puedan aprender esas especifi-caciones de cada empresa y para que el ingeniero sea capaz de afrontar problemas y salir de ellos con éxito. El proceso de “aprendizaje” dura luego toda la vida profesional.
¿Siguen saliendo los inge-nieros de la Escuela “coloca-dos”, es decir, con puesto de trabajo?
Se puede decir que los úni-cos que tienen algún problema de salida profesional son los in-genieros técnicos de la especia-lidad electrónica. El resto, yo diría que si no tienen trabajo inmediatamente después de acabar sus estudios es porque anteponen, por ejemplo, com-pletar su formación con otros
estudios, un postgrado, o un curso en el extran-jero, o porque tienen que hacer todavía la mi-li. Existen, en todo ca-so, bolsas de trabajo. Pero un dato revelador se da en la propia Aso-ciación, donde se exige el pago de las cuotas a partir del tercer año, y es realmente insignifi-cante el porcentaje que se excusa del pago por estar en paro. Conside-ro que no solo es méri-to de la Escuela, sino que también la coyun-tura económica ha ayu-dado mucho, así como el rumbo de la indus-tria, que demanda mu-chos ingenieros indus-triales e informáticos.
¿Cómo valora la relación de la Escuela con el mundo de la empresa?
Los pilares de esta relación son cinco: la bolsa de trabajo para graduados que he men-cionado, la dirección de proyectos fin de carrera, las prácticas en empresas, oferta de formación para empresas y proyectos de investigación pa-ra empresas. Creo que la rela-ción es muy positiva y está a un nivel muy competitivo en relación a otras Escuelas, aun-que tenemos aun-que seguir poten-ciándola. Habría que pedir un mayor esfuerzo por ambas partes.
¿Cuántos profesores tie-ne hoy la Escuela?
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Lo que las empresas
necesitan y nos piden es una
buena formación general,
integral, y capacidad analítica
y de resolver problemas y eso
está en todas las
especialidades
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En total hay unos 400 profe-sores, de los cuales unos cien son de plena dedicación.
¿Cómo se com-pagina en el ICAI enseñanza e inves-tigación?
Cada vez hay una relación más es-trecha. El número de profesores que se
dedican a la investigación es creciente, así como el de inves-tigadores que dan clases. Un dato que corrobora esta aproxi-mación entre ambos ámbitos es la incorporación del Instituto de Investigación Tecnológica (IIT) a la Escuela, ya que antes de-pendía directamente del Recto-rado. Casi todo el personal del Instituto está dando alguna cla-se. Y yo creo que es tremenda-mente positivo, aunque requiera
un proceso de adaptación, tanto de los profesores para dedicarse a investigación, como de los in-vestigadores para entrar en la
docencia. Pero es un esfuerzo que está mereciendo la pena.
¿En que terreno destaca la investigación de la Escue-la del ICAI?
El IIT es sin duda un centro de investigación puntero en va-rias ramas, y así está considera-do también en el extranjero. To-da la Escuela se beneficia de ello, y diría incluso que toda la
Universidad. Fundamentalmen-te se puede decir que destaca en el campo de la electricidad (incluidos estudios de planifica-ción, económicos, etc.), la electrónica y control (con un la-boratorio financiado por el antiguo Patro-nato con muchísi-mas actividades, proyectos, publica-ciones y formación de doctores) y la parte de me-cánica (que está potenciando un núcleo de investigación, con actividad y número de proyec-tos en alza).
¿Cómo enjuicia el desa-rrollo de los estudios de doc-torado y postgrado del ICAI?
En la actualidad hay cerca de un centenar de estudiantes de doctorado. Al año defienden su
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La relación con el mundo de la
empresa es muy positiva y está a
un nivel muy competitivo en relación
tesis alrededor de diez nuevos doctores, e ingresan en estudios de postgrado y doctorado unos veinticinco alumnos
(de los cuales no to-dos terminan el doctorado). Lo cierto es que mu-chas empresas no lo valoran, pese a que no puede dudarse que también es
for-mación. No hace falta que en su puesto de trabajo un doctor ten-ga que dedicarse a la misma ma-teria de su tesis. Lo importante es que se ha enfrentado con problemas nuevos y los ha saca-do adelante, y eso es lo que ha demostrado ser capaz, aunque nada tenga que ver con el con-tenido de su tesis. Estos docto-res están capacitados para po-tenciar la innovación de la em-presa, y seria bueno que se valorase esta capacidad. Hoy el doctorado es en buena medida una forma de “˙autorreproducción” en el mundo académico, y aun-que esto no sea malo, tam-bién sería muy positivo que se pudiese aportar más de forma directa a la sociedad a través de la empresa.
¿Y la relación con universidades extranje-ras?
Mantenemos un nota-ble grado de intercambio de alumnos, de entre 30 y 40 estudiantes por curso que se van fuera durante uno o dos años y otros tantos extranjeros que vie-nen aquí. Tenemos relacio-nes con escuelas y univer-sidades de mucho prestigio
en Europa y América, con las que tratamos en un plano de igualdad. Los intercambios más
frecuentes son con centros de Reino Unido, Francia y Alema-nia, además de Latinoamérica, y ahora empezaremos con Es-tados Unidos. Los años que es-tudien fuera los alumnos no son cursos perdidos, porque se reconocen, de forma que es una vía muy interesante de completar la formación y per-feccionar idiomas.
¿Cuál es la tendencia so-cioeconómica del alumnado?
Dado que las ta-sas son altas, el nivel socioeconómico es medio-alto, en ge-neral, aunque desde la Fundación Uni-versitaria Comillas (donde se fundió el Patronato del ICAI) se está haciendo un gran esfuer-zo para conceder ayudas a alum-nos de menor nivel económico.
¿Cuántas becas se conce-den?
La Universidad Pontificia Comillas dedica mas de 500 mi-llones a becas, de los que unos 180 proceden del Ministerio. A ICAI le corresponden en torno a 80 millones de pesetas para poder becar a casi un diez por ciento de los alumnos, entre 250 y 300, aunque no son todas becas completas; la mayoría cu-bren la mitad, o dos tercios del coste total de los estu-dios. En total, hay en la Universidad unos mil alum-nos con beca, de los que muchos se concentran en carreras como Trabajo So-cial, Filosofía, Teología, y algún estudio más caro que el ICAI, como los de Tra-ducción e Interpretación.
¿Cree que con el au-mento de estudiantes de los últimos años se ha masificado en alguna medida una enseñanza que se ha caracterizado siempre por el trato hu-mano y personal?
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Los intercambios más frecuentes
son con centros de Reino Unido,
Francia y Alemania, además de
Latinoamérica, y ahora empezaremos
El crecimiento en el número de alumnos apenas ha afectado a las clases, que nunca exceden de 60 estudiantes por grupo y son frecuentes las clases de 40 o menos. En los laboratorios los grupos son incluso mas reduci-dos, ya que forman con entre diez y veinticinco alumnos por profesor. El trato humano y per-sonal se mantiene, existen mu-chas oportunidades para hablar y contactar con los tutores, profesores y jefes de estudios.
¿Le preocupa la compe-tencia de las nuevas univer-sidades privadas y públicas?
El ICAI desde su fundación en 1908 está acostumbrado a com-petir. La creación de nuevas uni-versidades siempre es un factor sobre el que hay que estar alerta, especialmente en lo que se refiere a competidores públicos. Es indis-cutible que siempre se ha valora-do nuestra formación tanto por la sociedad, como por la empresa y otras universidades de prestigio. Lo que debemos hacer es mante-ner ese nivel y ofrecer una calidad proporcionalmente mejor.
El ICAI que siempre se ha destacado por la calidad de su enseñanza, ahora tiene un reto muy importante, pues, por su coste (no tiene ninguna sub-vención) tendrá que ofrecer “algo” que no den las otras uni-versidades y especialmente las públicas, fuertemente subven-cionadas y con un coste infe-rior para el alumno. A este res-pecto el Rectorado está perfi-lando un Plan Estratégico.
Para los próximos años, según se ha manifestado
pú-blicamente, se prevé una fuerte reducción del total de alumnos universitarios ¿qué repercusión puede tener es-ta cuestión en el ICAI?
En los próximos diez años se registrará una importante re-ducción del número de universi-tarios a causa del descenso de la natalidad, que ya se ha empeza-do a notar este año en el exa-men de selectividad -se ha cal-culado que en ocho años, la po-blación universitaria en Madrid será la mitad que la actual. Por otro lado, está el factor de la proliferación de nuevas universi-dades, especialmente públicas, dentro y fuera de Madrid, lo que incrementa la oferta para los alumnos y además permite a muchos cursar sus estudios sin desplazarse de su ciudad, es
de-cir, sin tener que venir a Ma-drid. Actualmente el 20 % del alumnado del ICAI, procede de otras ciudades.
Esta mayor oferta será be-neficiosa para el alumnado, es-pecialmente para el de ICAI, por cuanto es indudable que repercutirá en dar una mayor calidad de enseñanza.
Entonces ¿es usted opti-mista?
Por supuesto. Un hombre de fé no puede ser pesimista. Las dificultades, de uno u otro tipo, siempre existirán, pero para eso, para resolverlas, estamos. Ade-más al ICAI le avalan Ade-más de 90 años durante los cuales ha so-brevivido a las más diversas y grandes dificultades.
