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TIEMPOS DE AVIVAMIENTO Viviendo en Santidad II Obediencia

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TIEMPOS DE AVIVAMIENTO

“Viviendo en Santidad II

Obediencia”

Jeremías 35: 1 “Palabra de Jehová que vino a Jeremías en días

de Joacimhijo de Josías, rey de Judá, diciendo: 2 Ve a casa de los

recabitas y habla con ellos, e introdúcelos en la casa de Jehová, en

uno de los aposentos, y dales a beber vino.3 Tomé entonces a

Jaazanías hijo de Jeremías, hijo de Habasinías, a sus hermanos, a

todos sus hijos, y a toda la familia de los recabitas; 4 y los llevé a la

casa de Jehová, al aposento de los hijos de Hanán hijo de Igdalías,

varón de Dios, el cual estaba junto al aposento de los príncipes, que

estaba sobre el aposento de Maasías hijo de Salum, guarda de la

puerta. 5 Y puse delante de los hijos de la familia de los recabitas

tazas y copas llenas de vino, y les dije: Bebed vino. 6 Mas ellos

dijeron: No beberemos vino; porque Jonadab hijo de Recab nuestro

padre nos ordenó diciendo: No beberéis jamás vino vosotros ni

vuestros hijos; 7 ni edificaréis casa, ni sembraréis sementera, ni

plantaréis viña, ni la retendréis; sino que moraréis en tiendas todos

vuestros días, para que viváis muchos días sobre la faz de la tierra

donde vosotros habitáis. 8

Y nosotros hemos obedecido a la voz de

nuestro padre Jonadab hijo de Recab en todas las cosas que nos

mandó, de no beber vino en todos nuestros días, ni nosotros, ni

nuestras mujeres, ni nuestros hijos ni nuestras hijas

; 9 y de no

edificar casas para nuestra morada, y de no tener viña, ni heredad, ni

sementera. 10 Moramos, pues, en tiendas, y hemos obedecido y hecho

conforme a todas las cosas que nos mandó Jonadab nuestro padre. 11

Sucedió, no obstante, que cuando Nabucodonosor rey de Babilonia

subió a la tierra, dijimos: Venid, y ocultémonos en Jerusalén, de la

presencia del ejército de los caldeos y de la presencia del ejército de

los de Siria; y en Jerusalén nos quedamos.

12 Y vino palabra de Jehová a Jeremías, diciendo: 13 Así ha dicho

Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Ve y di a los varones de Judá, y

a los moradores de Jerusalén:

¿No aprenderéis a obedecer mis

palabras? dice Jehová

. 14 Fue firme la palabra de Jonadab hijo de

Recab, el cual mandó a sus hijos que no bebiesen vino, y no lo han

bebido hasta hoy, por obedecer al mandamiento de su padre;

y yo os

he hablado a vosotros desde temprano y sin cesar, y no me habéis

oído.

15 Y envié a vosotros todos mis siervos los profetas, desde

temprano y sin cesar, para deciros: Volveos ahora cada uno de

vuestro mal camino, y enmendad vuestras obras, y no vayáis tras

dioses ajenos para servirles, y viviréis en la tierra que di a vosotros y a

vuestros padres; mas no inclinasteis vuestro oído, ni me oísteis. 16

Ciertamente los hijos de Jonadab hijo de Recab tuvieron por firme el

mandamiento que les dio su padre; pero este pueblo no me ha

obedecido. 17 Por tanto, así ha dicho Jehová Dios de los ejércitos,

(2)

Dios de Israel: He aquí traeré yo sobre Judá y sobre todos los

moradores de Jerusalén todo el mal que contra ellos he hablado;

porque les hablé, y no oyeron; los llamé, y no han respondido.

18 Y dijo Jeremías a la familia de los recabitas: Así ha dicho Jehová

de los ejércitos, Dios de Israel:

Por cuanto obedecisteis al

mandamiento de Jonadab vuestro padre, y guardasteis todos sus

mandamientos, e hicisteis conforme a todas las cosas que os

mandó; 19 por tanto, así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de

Israel: No faltará de Jonadab hijo de Recab un varón que esté en mi

presencia todos los días

.

Introducción.

Instruidos por su patriarca Jonadab, hijo de Recab, los recabitas habían obedecido fielmente el mandato de no beber vino. Desde los tiempos en que el rey de Babilonia, Nabucodonosor, mantenía acciones expansionistas, los recabitas se ocultaron en Jerusalén y se quedaron a vivir allí junto con los judíos, y por lo que podemos observar de las escrituras leídas, los judíos no sabían mucho de ellos, pero Dios sí.

Dios le dio instrucciones a Su profeta Jeremías para que reuniera a algunos de ellos en el templo y les llevara para beber vino. Jeremías no tenía ninguna idea de lo que Dios se proponía con ello pero obedeció la instrucción. Gran asombro se llevó Jeremías cuando los recabitas se disculparon con él y se negaron a beber del buen vino que les había servido.

“No podremos beber el vino”, le dijeron al profeta, “sucede que Jonadab, hijo de Recab, nos dio instrucciones de no beber vino, junto con otras instrucciones que hemos seguido desde entonces.

Entonces la voz de Dios vino sobre Jeremías para traer una exhortación para toda la nación: ¿Cómo es posible, le dijo, que los recabitas no beban vino solo porque su patriarca les dio dicho mandato, y mi pueblo no es capaz de obedecerme a las instrucciones y Yo una y otra vez les he dado?

Les he enviado a mis profetas, les he hablado de diferentes formas, pero mi pueblo no me obedece, como estos recabitas si han obedecido a su patriarca en mandatos que no tienen ninguna trascendencia.

Y hoy el Espíritu de Dios ha dado esta pregunta a nosotros, cristianos, hijos de Dios por la fe en Jesucristo: ¿Cómo es posible que sigan los mandatos de sus padres, mandatos emanados de sabiduría humana, y no puedan obedecer mis Palabras, que tienen sabiduría y conocimientos divinos y perfectos?

¿Cómo es posible que prefieran honrar los mandatos de sus padres a los divinos?

Los recabitas obedecieron al mandato de su patriarca y por ello eran reconocidos como parte de ese pueblo, ¿cómo podrán ser reconocidos mis hijos, dice Dios, si no pueden obedecer mi voz?

(3)

Una vida de santidad está basada en la limpieza del corazón como lo pudimos apreciar en la conferencia pasada, pero este corazón limpio deberá producir obediencia a las instrucciones de nuestro Dios.

DESARROLLO

1. Una casa que cae, otra que permanece.

Mateo 7: 24 “

Cualquiera

, pues,

que me oye estas palabras, y las

hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre

la roca

. 25

Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y

golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada

sobre la roca

. 26

Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las

hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre

la arena

; 27

y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y

dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina

Grandes enseñanzas aporta esta declaración de Jesús. Muchos son, los que dentro de una congregación cristiana, escuchan una y otra vez, la Palabra de Dios. Muchos hasta dicen: “Otra vez esa enseñanza, ya me la se”. Sí, muchos escuchan, pero ¿Cuántos han edificado sobre la roca su matrimonio, su familia, sus finanzas, su salud, su vida misma?

Podemos comprender, a partir de las palabras de Jesús, que todos en este mundo están edificando para un futuro. Algunos ciertamente lo están haciendo sólidamente, otros trabajan mucho, se esfuerzan grandemente, pero lo están haciendo tan débilmente que todo podrá terminar en ruinas.

Ahora bien, a pura vista, no hay diferencia entre unos y otros. Finalmente allí están sus edificaciones ¿no es cierto? Puede verse una familia, puede verse una economía, puede verse una matrimonio. Pero lo que separa a unos y otros son los vientos, los ríos, las tempestades que sin lugar a dudas azotaran a cada uno de los que edificaron.

Como podrán darse cuenta, Jesús asegura que habrán tempestades sobre unos y sobre otros. Llevar una vida santa y correcta delante de Dios no te exenta de estar bajo fuertes tempestades que te dará la vida en esta tierra; lo que sí te asegura, es que no sufrirás perdidas al enfrentarlas.

La diferencia entre quien edifica obedeciendo las instrucciones de Dios y quien no lo hace, son las perdidas que sufrirán después de las tempestades. Porque, te aseguro, habrán tempestades.

Quiero que quede muy clara la enseñanza de Jesús. Puedes ser tu un hijo de Dios por la gracia de Jesús, heredero de bendición; pero solo “OBEDECIENDOLE” estarás edificando sobre la roca.

He escuchado a muchos cristianos confundir la bendición de Dios con aprobación de Dios. Dicen: “mira como Dios me ha bendecido, y te muestran algún bien que Dios les ha dado, o un viaje que han logrado hacer, o una respuesta de Dios a sus oraciones”. Esto te lo muestran para que veas, que aunque no están obedeciendo a las instrucciones de Dios están siendo muy bendecidos, de alguna

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forma quieren decirte que no es tan necesario obedecer a Dios, que todo irá bien si le obedecen o no.

Cuando esto ocurre la preocupación empieza a rodearme, porque sé que están confundiendo bendición con aprobación. Por la gracia de Dios en Cristo Jesús tu eres un bendito suyo, por la obediencia de Jesús tu estás recibiendo bendiciones y estas te siguen. Esto es maravilloso. Dios es fiel, aunque tu no lo seas.

Pero hay un peligro terrible que no han visto: Vendrán las tempestades cuando quizá menos se lo esperen, y entonces su edificación será probada. Si edificaron obedeciendo a las instrucciones de Dios entonces ninguna pérdida verán, pero si no fue así, si no hubiera sido así, que terrible desenlace será. La pérdida del matrimonio, la pérdida de la economía, la ruina de la familia, y peor aún: Perder la salvación.

Quiero que comprendas que todas las instrucciones de Dios para tu vida tienen

como propósito que te vaya bien a ti y a tu descendencia. Dice

Deuteronomio 12:

28 “

Guarda y escucha todas estas palabras que yo te mando, para que

haciendo lo bueno y lo recto ante los ojos de Jehová tu Dios, te vaya

bien a ti y a tus hijos después de ti para siempre

Los mandatos de Dios no tienen como propósito hacer la vida de cuadritos, ni cuartar tu libertad. ¡Dios quiere que te vaya bien! Edificar fuera de los principios divinos es edificar sobre arena, no hay soporte en ello.

Quisiera también que comprendieras que al obedecer a Dios no lo haces mas grande, ni más poderoso. Dios es Dios con tu obediencia o sin ella. Si tu le desobedeces Dios no pierde gloria ni poder.

2. La verdadera fe produce obediencia.

Ahora bien, tal vez al escuchar estas palabras tu puedas estar un poco intranquilo a darte cuenta que, aunque has gozado de la bendición de Dios, has estado edificando sobre la arena y todo pudiera ser una gran pérdida en cuanto llegara la tempestad de una enfermedad o de un desempleo o de algún conflicto familiar.

¿Qué puedo hacer? Sería la pregunta obligada. Quizá estás dispuesto a obedecer pero hay una lucha dentro de ti. Yo quiero darte el secreto más extraordinario para obedecer a Dios.

Hebreos 11: 7 “Por la fe Noé, cuando fue advertido por Dios

acerca de cosas que aún no se veían,

con temor preparó el arca en que

su casa se salvase

; y por esa fe condenó al mundo, y fue hecho

heredero de la justicia que viene por la fe.

8

Por la fe Abraham, siendo llamado, obedeció para salir al lugar

que había de recibir como herencia; y salió sin saber a dónde iba

. 9

Por la fe habitó como extranjero en la tierra prometida como en tierra

ajena, morando en tiendas con Isaac y Jacob, coherederos de la

misma promesa

La única fuente perfecta de obediencia en la vida cristiana es la fe. El secreto es sencillo: Dios te da una instrucción totalmente diferente a lo que tu piensas, y entonces le crees a Dios. Él sabe más, Él es el autor de todo lo que existe, Él es un

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obedecer lo que Dios te ha dicho. Puede ser ilógico, puede ser irracional; pero algo va a hacer Dios al respecto, puesto que le crees. Entonces haces lo que Dios te ha dicho.

Una obediencia a ciegas es la prueba más evidente de tu confianza en Dios. ¿Quieres saber cuál es tu nivel de fe? Tan solo medita en tu obediencia a Dios.

Dios te dice que trates a tu esposa como vaso más frágil, que la ames como Cristo amó a la iglesia. A las esposas les dice que estén sujetas a sus maridos y que no estén murmurando acerca de ellos. Dice que diezmen para aprendan a tener temor de Él y para que se multiplique lo que siembran. Secretos para edificar economías, secretos para edificar matrimonios, secretos para edificar hogares.

3. Ministración

a) Arrepentimiento por desobediencia b) Pidamos que la fe sea incrementada. c) Irreprensibles por obediencia.

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