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Orientaciones pedagógicas para la prevención del consumo de drogas en población escolar del nivel de educación secundaria

MÓDULO I - Prevención del consumo de drogas: Marco conceptual Equipo Técnico de la Dirección de Tutoría y Orientación Educativa Luis Alberto García Valenzuela

Erick John Pérez Farfán Johana Pomajambo Pérez

Apoyo Técnico de la Dirección de Tutoría y Orientación Educativa David Reyes Callahuacho

Corrección de estilo Esteban Quiroz

Diseño y diagramación Kike Bachmann Fernández Alberto Jesús Cajahuanca Murguía Primera Edición: Febrero 2015 Tiraje: xxx xxxx Ejemplares

Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú N XXX XXX Editado por:

Ministerio de Educación

Calle Del Comercio 193 - San Borja, Lima Lima - Perú

Impreso en:

(3)

PRESENTACIÓN

5

1.

PREVENCIÓN DEL CONSUMO DE DROGAS EN LA POBLACIÓN ESCOLAR 7

1.1. Situación actual del consumo de drogas en la población escolar

7

1.2. Prevención del consumo de drogas en la población escolar

9

1.3. Marco normativo de la prevención del consumo de drogas

en la población escolar

13

1.4. Descripción de los módulos de prevención del consumo de drogas

22

2.

MARCO TEÓRICO DE LA PREVENCIÓN DEL CONSUMODE DROGAS EN

LA POBLACIÓN ESCOLAR

25

2.1. Enfoques que sustentan la prevención del consumo de drogas en el

ámbito educativo

25

2.1.1. Enfoque del Desarrollo Humano

25

2.1.2. Enfoque de Derechos Humanos

26

2.1.3. Interculturalidad

27

2.2. Modelos teóricos relacionados con la prevención del consumo de drogas en población escolar

28

2.2.1. Modelo Ecológico

28

2.2.2. Modelo de habilidades para la Vida

29

2.2.3. Modelo Evolutivo de Kandel

30

2.2.4. Modelo de la Conducta Problema de Jessor y Jessor

31

2.3. Promoción y desarrollo de estilos de vida saludable

32

2.4. Principios para el desarrollo de programas de prevención del consumo de drogas en población escolar

33

3.

CONCEPTOS BÁSICOS RELACIONADOS CON LA PREVENCIÓN DEL

CONSUMO DE DROGAS

35

4.

FACTORES DE RIESGO Y PROTECCIÓN ASOCIADOS AL CONSUMO

DE DROGAS

41

4.1. Factores de riesgo

42

4.2. Factores de protección

47

5.

PREVENCIÓN DEL CONSUMO DE DROGAS

51

5.1. ¿Qué es prevención?

51

5.2. Niveles de prevención

51

5.3. ¿Qué entendemos por un programa de prevención del consumo de drogas?

52

5.4. Rol del docente como agente de prevención

53

(4)
(5)

El problema del consumo de drogas es una realidad que atenta contra la salud, la integración de las familias, incita a la delincuencia, la violencia y pone en peligro el sano desarrollo social. La población escolar no es ajena a estas amenazas y, por ello, se requiere de múltiples y coordinadas respuestas para enfrentarlas. En este marco, cobra relevancia la necesidad de fortalecer las actividades formativas y preventivas, siendo el ámbito educativo un contexto propicio para su aplicación, mediante acciones y programas de prevención, con énfasis en el consumo de drogas, dirigidos principalmente a estudiantes del nivel de educación secundaria, quienes se encuentran en una etapa de desarrollo de mayor riesgo frente a esta problemática.

Las acciones de prevención del consumo de drogas en la escuela buscan involucrar a educadores, directores, padres de familia y a toda la comunidad educativa, con el objetivo de contribuir en el fortalecimiento de los factores protectores y a su vez disminuir el riesgo de consumo de drogas en nuestros estudiantes, en el marco de una cultura de prevención en la Institución Educativa.

Según el último estudio publicado por DEVIDA (2012), se pudo conocer que las y los estudiantes manifiestan una disposición favorable al consumo de drogas; asimismo, informa que un sector de la población escolar ya reconoce necesitar de tratamiento para superar el consumo. Estos datos dan cuenta de la necesidad de otorgar a la comunidad educativa, herramientas que permitan fortalecer las estrategias de prevención del consumo de drogas y orientar sobre la detección y derivación de aquellos estudiantes que pudieran encontrarse en riesgo o consumo.

En este sentido, el material educativo denominado “Orientaciones Pedagógicas para la Prevención del Consumo de Drogas en la Población Escolar para el Nivel de Educación Secundaria”, es un documento técnico que debe ser utilizado de manera integral a partir del conocimiento de sus seis módulos. Es decir, que para implementar acciones de prevención en la escuela debemos conocer el marco conceptual sobre la prevención del consumo de drogas y la Tutoría y Orientación Educativa, así como las estrategias de prevención que sean viables y sostenibles en la escuela. Las principales estrategias de prevención del consumo de drogas se desarrollan a través de las sesiones de tutoría relacionadas a esta temática, los talleres socio educativos para estudiantes en riesgo, y los talleres de orientación para madres y padres de familia. Las orientaciones que se proporcionan en este material, se articulan a lo establecido en el Diseño Curricular Nacional, así como a los Lineamientos para la Educación de una vida sin drogas del Ministerio de Educación.

Esperamos que el presente material educativo contribuya al fortalecimiento del accionar preventivo en la temática de drogas en la escuela, que logre sensibilizar y promover la participación activa de toda la comunidad educativa.

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(7)

1. PREVENCIÓN DEL CONSUMO DE DROGAS EN LA

POBLACIÓN ESCOLAR

1.1. Situación actual del consumo de drogas en la población

escolar

El consumo de drogas es un problema extendido en el mundo entero, afectando tanto al que la consume como a la familia, la sociedad y al propio Estado. Por sus consecuencias es un problema de salud pública, que puede estar asociado a otros problemas psicosociales tales como: embarazo temprano, violencia juvenil, prostitución, deserción escolar, entre otros.

Con la finalidad de conocer la magnitud, características y factores asociados al consumo de drogas en la población escolar, la Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas DEVIDA (2012), realizó el IV Estudio Nacional: Prevención y consumo de drogas en estudiantes de educación secundaria. En la muestra participaron 48,025 estudiantes de 1º a 5º año de educación secundaria, de instituciones educativas públicas y privadas ubicadas en ciudades de 30,000 a más habitantes de las 26 regiones del país.

Son varios e importantes los hallazgos encontrados en el presente estudio pero citaremos algunos por su relevancia:

Establece que la edad promedio de inicio del consumo de drogas en la muestra de estudio, se ubica aproximadamente en los 13 y 14 años. La edad de inicio para el consumo de drogas legales se ubica en 13.3 (alcohol y tabaco). Para el consumo de drogas ilegales la edad de inicio más baja es de 12.6 (alucinógenos). La edad de inicio para las drogas médicas se ubica en 13.0 años para los estimulantes y 12.9 años para los tranquilizantes.

Las sustancias más consumidas por los estudiantes son las drogas legales, uno de cada dos estudiantes las han consumido alguna vez en su vida (40.5%), siendo el alcohol la droga más consumida.

En el caso de las drogas ilegales, la marihuana es la droga más consumida (4.3%) seguida por los inhalantes (2.5%) y la pasta básica de cocaína (1.9%).

Para el caso de las drogas médicas, el 4.0% de estudiantes encuestados reportan haber usado alguna vez en su vida estimulantes y el 2.4% han consumido tranquilizantes.

PREVENCIÓN DEL CONSUMO DE DROGAS:

MARCO CONCEPTUAL

(8)

8

En cuanto al uso de drogas, según género, los varones presentan mayor consumo de drogas legales e ilegales que las mujeres. Solo en el caso del consumo de drogas médicas, las mujeres consumen más tranquilizantes (2.7%) que los varones (1.6%).

Los colegios privados registran mayores prevalencias de consumo de drogas legales que los colegios públicos, siendo superados en más de 11% en el caso del consumo de alcohol y en 6% en el caso del consumo de tabaco.

Otro aporte valioso del estudio, es la información sobre el consumo de drogas en las regiones. Por ejemplo, Lima Provincias, Arequipa, Callao, San Martín, Tacna, La Libertad, Lima Metropolitana, Moquegua, Cusco y Lambayeque, presentan la más alta prevalencia de consumo de drogas legales, ubicándose por encima del promedio nacional. Respecto a las drogas ilegales, la mayor prevalencia la encontramos en Tacna, Lima Provincias, Cusco, Callao, Arequipa, Lima Metropolitana, Madre de Dios y Ayacucho. En el caso de las drogas médicas, las regiones que muestran mayor consumo son: Arequipa, Tacna, Callao, La Libertad, Lima Metropolitana, Cusco, San Martín, Lambayeque, Lima Provincias, Apurímac y Madre de Dios.

Un dato a resaltar es que los compañeros de estudio (24.3%) y amigos de barrio (31.5%) son los principales entornos de inicio del consumo de drogas.

494,929 estudiantes presentan disposición favorable al consumo de drogas ilícitas, lo que representa el 22.6% de la población escolar.

839,908 estudiantes reconocen que necesitan orientación sobre el consumo de drogas y 298.544 señalan que necesitan algún tipo de tratamiento por consumo de drogas.

◆ ◆ ◆ ◆ ◆ ◆

(9)

1.2.Prevención del consumo de drogas en la población escolar

La educación es un proceso de enseñanza y aprendizaje que se desarrolla a lo largo de toda la vida y que contribuye a la formación integral de las personas, al pleno desarrollo de sus potencialidades, a la creación de cultura y al desarrollo de la familia y de la comunidad nacional, latinoamericana y mundial. Se desenvuelve en instituciones educativas y en diferentes ámbitos de la sociedad1.

Desde esa perspectiva, la educación tiene como objetivo que los individuos de una sociedad determinada se formen y adquieran habilidades o competencias sociales que les faciliten una correcta vida en grupo, para lo cual, es necesario se incorporen y asuman normas, valores y comportamientos que faciliten su integración.

La educación implica, entonces, incidir sobre las estructuras cognitivas y afectivas de cada estudiante, ya que solo así es posible un verdadero cambio de conducta que mejore sus relaciones interpersonales, que favorezca su convivencia familiar, que cambie sus actitudes frente a la cultura y, en definitiva, que lo convierta en una persona responsable y capaz de asumir un comportamiento saludable.

Vemos así, que la educación y prevención del consumo de drogas coinciden en sus objetivos y en sus preocupaciones básicas; pues, toda educación, como proceso que busca la formación integral de las y los estudiantes, es siempre preventiva. Igualmente, toda prevención, si tiene por objeto evitar los obstáculos que pueden comprometer el desarrollo de los estudiantes y de los grupos, debe ser siempre educativa.

En ese sentido, si el proceso educativo general alcanza sus fines, es decir, el desarrollo integral de los estudiantes, estos tendrán los recursos y la disposición necesaria para rechazar conductas autodestructivas o de riesgo como el consumo de drogas.

En apoyo de este planteamiento, se considera, entonces, que el material educativo: Orientaciones Pedagógicas para el Prevención del Consumo de Drogas en la Población Escolar del nivel de Educación Secundaria, ofrece herramientas metodológicas a las instituciones educativas para desarrollar competencias, capacidades y actitudes en las y los estudiantes como factores de protección frente al consumo de drogas.

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¿Por qué intervenir en la población escolar?

“La Educación Básica está destinada a favorecer el desarrollo integral del estudiante, el despliegue de sus potencialidades y el desarrollo de capacidades, conocimientos, actitudes y valores fundamentales que la persona debe poseer para actuar adecuada y eficazmente en los diversos ámbitos de la sociedad 2”

Desde este planteamiento, la educación actúa para prevenir comportamientos de riesgo que impidan el desarrollo de las y los estudiantes o de sus grupos de pertenencia, el avance de problemáticas psicosociales, tales como el consumo de drogas, violencia, pandillaje, discriminación, ITS, VIH-SIDA o marginación.

En tal sentido, la educación básica debe incluir medidas preventivas y formativas a corto y mediano plazo, diseñadas para reducir el riesgo de involucramiento en el consumo de drogas, promoviendo un planteamiento de carácter integral, intersectorial e interdisciplinario. Considerando, sobre todo, desde edades tempranas de la adolescencia en vista que según el último reporte de DEVIDA (2012), la edad promedio de inicio del consumo oscila entre los 13 y 14 años.

Por todas estas razones, las iniciativas de prevención implementadas por las instituciones educativas, constituyen un componente importante para reducir las consecuencias negativas del consumo de drogas, sin que ello signifique que las autoridades educativas deban asumir toda la responsabilidad. Actualmente, las instituciones educativas juegan un papel esencial al garantizar que las niñas, niños y adolescentes, desarrollen aprendizajes que fortalezcan la toma de decisiones responsable frente al consumo de drogas.

Por consiguiente, la institución educativa es un espacio ideal para desarrollar acciones de prevención en el marco de la orientación educativa, fortaleciendo los factores protectores y disminuyendo los de riesgo, con el fin de contribuir a la formación integral de las y los estudiantes. Además, es un espacio ideal para detectar tempranamente, a estudiantes en situación de riesgo o en consumo de drogas, que requieren orientación oportuna. Otras razones por las cuales es importante intervenir en el ámbito educativo:

◆ A través de la institución educativa, es posible orientar al estudiante

antes de que se presente el consumo de drogas y durante los años críticos de la adolescencia.

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Las instituciones educativas pueden establecer y velar por el

cumplimiento de políticas que promuevan la creación de entornos saludables que protejan a las niñas, niños y adolescentes contra la exposición a las drogas.

Las instituciones educativas pueden ofrecer a las y los estudiantes

actividades alternativas al consumo de drogas y, que al mismo tiempo, satisfagan sus necesidades de autoexpresión, recreación y desarrollo social.

Los docentes y demás miembros de la comunidad educativa

pueden desempeñar el papel de modelos positivos como adultos y orientadores.

A través de los propios estudiantes, las instituciones educativas

educan a los padres para que asuman una actitud de rechazo frente al consumo de drogas.

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OTRAS RAZONES PARA INTERVENIR EN LAS IIEE

Porque es uno de los principales agentes de

socialización, junto con la familia y el grupo de

iguales, y es en ella donde se continúa el proceso

de socialización iniciado en su interior.

Porque actúa sobre las personas en

una fase del proceso de maduración,

en la que la intervención del adulto

tiene una gran incidencia.

Porque a lo largo de la edad escolar los estudiantes están sometidos

a cambios y momentos de crisis que los exponen a múltiples

riesgos (entre ellos, el consumo de drogas).

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1.3 Marco normativo de la prevención del consumo de drogas

en la población escolar

Normativa Internacional

Desde la década de los sesenta, a fin de enfrentar el tráfico ilícito y las graves consecuencias del consumo de drogas, se han venido desarrollando importantes foros, con el objeto de concertar un instrumento completo, eficaz y operativo que fuera marcando la pauta de un abordaje de este problema a nivel mundial.

Así, en la Convención de las Naciones Unidas contra el Tráfico Ilícito de Estupefacientes y Sustancias Sicotrópicas (Viena - Suiza, 21/12/1988), se expresa el deseo unánime de eliminar las causas profundas de este problema y se reconoce entre otros, la necesidad de adoptar mejores medidas de control con respecto a determinadas sustancias que por la facilidad con que se consiguen facilitan el aumento de la fabricación clandestina de estupefacientes; al mismo tiempo, se adquiere el compromiso vinculante de fortalecer y complementar las medidas previstas en anteriores reuniones, estableciéndose así el punto de partida para concertar, a nivel internacional, el cumplimiento de los compromisos adquiridos por los países participantes. En Cartagena - Colombia el 15 de febrero de 1990, los presidentes de Bolivia, Colombia, Estados Unidos de América y Perú, firmaron la Declaración

de Cartagena, que respalda el desarrollo y la expansión de programas de

prevención integral, como la educación pública preventiva en zonas rurales y urbanas y el tratamiento de consumidores dependientes de drogas.

En la Declaración de Cartagena los países andinos reconocen que el tráfico de drogas ilícitas y su represión varían en cada uno de los países andinos, comprometiéndose a reforzar la elaboración de programas conjuntos para el intercambio de propuestas de experiencias exitosas y de especialistas en la materia, exhortando a la comunidad internacional a intensificar el programa de información pública que destaque el peligro del tráfico de narcóticos en todas sus etapas.

En el marco de la Organización de Estados Americanos - OEA, en junio de 1997, la Asamblea General aprobó la Estrategia Antidrogas en el Hemisferio, como plataforma para un mayor esfuerzo en el continente americano para controlar las drogas en el siglo XXI. La Estrategia demuestra que los gobiernos del Hemisferio Occidental adoptan una clara conciencia que las drogas y delitos conexos, la violencia relacionada con las drogas, y las significativas consecuencias sociales y de salud por su uso y abuso, constituyen problemas comunes en todos los países; por lo que, se reconoce que frente a este problema debe adoptarse soluciones compartidas y asumirse una responsabilidad también

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14

compartida. Asímismo, se enfatiza en la necesaria atención del uso indebido de sustancias psicoactivas lícitas, como alcohol, tabaco, psicofármacos y los inhalantes, que son peligrosos para la salud y porque facilitan la fabricación clandestina de estupefacientes; y, en ese sentido, afectan los programas del control de las drogas ilícitas. Estos compromisos forman parte de una política integral que, además de prevenir el consumo de drogas y de contribuir a la rehabilitación de los afectados, asegure por medio de una legislación adecuada, la no disponibilidad de estas sustancias y la correspondiente sanción a los responsables que violen estas normas.

La Estrategia propuso también la constante revisión y perfeccionamiento de las políticas nacionales y el fortalecimiento de la cooperación internacional, teniendo en cuenta las particularidades con que se manifiesta el fenómeno en cada país y la responsabilidad de asegurar que se aborden todos sus aspectos de manera integral y equilibrada. Estas acciones se adoptan en el marco de la aplicación de los mecanismos de cooperación internacional previstos en la Convención de Viena y en la reafirmación del importante rol que le corresponde a la Comisión Interamericana para el Control del Abuso

de Drogas (CICAD)3 como el Foro regional competente.

La Reducción de la Demanda se reconoce en la Estrategia como un componente clave y de prioridad de las políticas para enfrentar el problema, por lo que recomienda el establecimiento de programas integrales de reducción de la demanda y aplicación de la ley, que aborden diversas actividades, entre ellas: investigación, prevención, rehabilitación, reinserción social, educación, capacitación, acción comunitaria, elaboración de políticas; y, aplicación de medidas de orientación para crear una mayor conciencia social en contra del consumo de drogas y alentar a quienes no consumen para que no lo hagan. Los países involucrados se comprometen a fortalecer sus programas de educación preventiva para reducir el consumo, los niveles de dependencia y las consecuencias del uso de drogas, mediante el desarrollo de programas eficaces de prevención que dependan de una estrecha colaboración, consulta y asociación con la comunidad y especialmente dirigidos a los grupos de alto riesgo.

La Estrategia reconoce la necesidad de adoptar y perfeccionar medidas destinadas a eliminar la disponibilidad de drogas naturales y sintéticas, lo que constituyó un claro avance en la Reducción de la Oferta por lo que se recomendó a los países participantes la aplicación de la ley a los agentes, los instrumentos y los beneficios derivados de esta actividad como eficaces disuasivos de la participación en su comercialización.

En cuanto a las Medidas de Control, la Estrategia recomienda que los países eviten que las organizaciones delictivas encuentren mecanismos para legalizar el producto del delito. Para ello, se comprometen a desarrollar una cooperación hemisférica efectiva, tanto en el marco de la esfera de la OEA/CICAD, como en

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el marco de la Cumbre de las Américas; implementando medidas compatibles con el Reglamento Modelo de la CICAD, con la Declaración de Principios y Plan de Acción de Buenos Aires, y con futuras medidas que sean acordadas en la materia, en especial en el marco de la OEA o de las Naciones Unidas.

La Estrategia adoptada por los países del Hemisferio, que representa un mayor compromiso para enfrentar las diferentes facetas y manifestaciones del problema de las drogas ,fue respaldada por la IV Cumbre de las Américas, realizada en noviembre del 2005 en Mar de Plata, Argentina, cuya Declaración, reitera el respaldo de los países del hemisferio al desarrollo de proyectos de crecimiento económico, el fomento de la creación de trabajo decente y el apoyo a la viabilidad económica sostenible. En el marco del Plan de Acción de la IV Cumbre de las Américas se acuerda “Continuar fortaleciendo la cooperación regional y la movilización de recursos para avanzar en la lucha contra la producción, tráfico y consumo de drogas ilícitas y sustancias psicotrópicas, llamando a los países del hemisferio, en cooperación con la Comisión Interamericana, para el Control del Abuso de Drogas (CICAD), a: desarrollar, implementar, y evaluar programas de prevención del abuso de sustancias, en particular para jóvenes y niños, como “Habilidades para la Vida”, entre otros.

(16)

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4Constitución Política del Perú-Artículo 8.- El Estado combate y sanciona el tráfico ilícito de drogas. Asimismo, regula el uso de los tóxicos sociales.

Normativa Nacional

Frente a la problemática de las drogas, el Estado Peruano, en concordancia con los organismos internacionales de los cuales es miembro, ha adoptado políticas y estrategias como expresión de rechazo frente al consumo de drogas, que se evidencia en las normas legales que respaldan su accionar. Asimismo, en lo que a la prevención se refiere, existen dispositivos muy claros, en la Constitución Política del Perú4, así como “normas específicas” que respaldan la Política de Estado.

Para el cumplimiento de este compromiso, se cuenta con el siguiente marco normativo nacional:

Decreto Ley Nº 22095 - Ley de Represión del Tráfico Ilícito de Drogas (1978). Esta norma fue el primer gran intento de configurar en el Perú

una Ley General de Drogas. No sólo abordó el tráfico de estas sustancias, sino que también estableció objetivos y acciones en materia de prevención, rehabilitación y erradicación de sembríos de coca.

Entre sus disposiciones señala que el Ministerio de Educación, en coordinación con la Oficina Ejecutiva de Control de Drogas, debe adoptar las medidas necesarias para resolver los diferentes problemas que puedan presentarse en las instituciones educativas estatales y no estatales relacionados con el uso indebido de drogas a nivel escolar y en coordinación con el Ministerio de Salud, consideren en todos los programas de formación de profesionales de la Educación, los diversos aspectos del uso indebido de drogas, ligados a la problemática de la salud física y mental, desarrollando acciones de información y orientación al educando y a grupos organizados de la comunidad.

El Decreto Legislativo N° 824 (1996) declara de interés nacional la lucha

contra el consumo de drogas en todo el ámbito nacional, constituyendo para tal efecto la “Comisión de Lucha contra el Consumo de Drogas”, “CONTRADROGAS”, como ente rector encargado de diseñar, coordinar y ejecutar de manera integral las acciones de prevención contra el consumo de drogas. El mismo que según Ley N° 27629 de enero del 2002, modifica el Decreto Legislativo N° 824, ampliando los objetivos y la conformación del Directorio de CONTRADROGAS, quedando constituido por 11 Ministros de Estado incluyendo el de Educación.

Sin embargo, el Decreto Supremo N° 032-2002-PCM, cambia la denominación del ente rector, que en adelante es la Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas – DEVIDA, la misma que establece cinco programas centrales: (a) Programa de Prevención al consumo de drogas y rehabilitación del drogodependiente; (b) Programa de Desarrollo Alternativo; (c) Programa de Interdicción, lavado de dinero y delitos conexos; (d) Programa de Erradicación y (e) Programa del cuidado del Medio Ambiente y Recuperación de Ecosistemas Degradados.

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Por otro lado, existen dispositivos legales que sirven de apoyo a la política del Estado y forman parte del compromiso en la lucha contra las drogas, como el D. S. N° 027-2007-PCM, que en su Artículo 2, inciso 3.6, en Materia de Juventud, establece: “Desarrollar planes, programas y proyectos que garanticen la prevención y rehabilitación de jóvenes que se encuentren en situación de vulnerabilidad, atendiendo su heterogeneidad, en el marco de una cultura de paz, tolerancia y seguridad ciudadana”.

Una propuesta que expresa el compromiso del Estado para detener o prevenir el consumo de drogas en el país, se refleja en la Estrategia Nacional de Lucha

Contra las Drogas (ENLCD) 2007-2011, aprobada por el Consejo de Ministros

en la sesión del 20 de diciembre del 2006. Considera como objetivo estratégico: “Priorizar el fortalecimiento e institucionalización de políticas y programas de prevención a nivel nacional, dirigidas especialmente a adolescentes y jóvenes para orientar la recuperación de la salud del drogodependiente y su reinserción social”.

Cabe mencionar que el Estado peruano cuenta con la Ley Nº 28705, Ley

General para la Prevención y Control de los Riesgos del Consumo del Tabaco,

que tiene por objeto establecer las medidas que permitan proteger a la persona, a la familia y comunidad contra las consecuencias sanitarias, sociales, ambientales y económicas del consumo de tabaco y de la exposición al humo de tabaco; asegurando, al mismo tiempo, que los productos del tabaco sean comercializados de manera responsable, controlando que su publicidad, promoción y comercialización estén dirigidas solamente a mayores de edad, y que, éstas sean coherentes con el principio que “el consumo de tabaco debe ser una opción sólo para adultos informados de los riesgos de su consumo”. Debe precisarse que desde abril de 2010, la Ley 29517 ha modificado a la Ley 28705, Ley General para la Prevención y Control de los riesgos del consumo de tabaco en algunos de sus artículos, para adecuarse al Convenio Marco de la Organización Mundial de la Salud para el control del tabaco. Entre los artículos que fueron modificados se encuentran el 3ro, 4to, 7mo y 11avo relacionados a la protección contra la exposición del humo de tabaco, obligatoriedad sobre No Fumar en un lugar visible con carteles; de las frases de advertencia e imágenes alusivas al daño a la salud; de las prohibiciones de comercialización, donde se prohíbe vender cajetillas de menos de diez cigarrillos.

En cuanto al alcohol, tenemos la Ley Nº 28681: Ley que Regula la

Comercialización, Consumo y Publicidad de las Bebidas Alcohólicas, cuyo

objeto es establecer el marco normativo de la comercialización, consumo y publicidad de bebidas alcohólicas de toda graduación, a efectos de advertir y minimizar los daños que producen a la salud integral del ser humano, a la desintegración de la familia y los riesgos para terceros, priorizando la prevención de su consumo, a fin de proteger, a los menores de edad. La misma, que con Decreto Supremo N° 012-2009-SA aprueba su reglamentación.

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5 Se realiza brindando la información y asesoría correspondientes; regulando y coordinando la información y difusión destinada al público para prevenir el uso indebido de drogas.

Si bien es cierto que las acciones de las instituciones particulares comprendidas en el área educativa relacionadas con la problemática de las drogas, serán coordinadas por los Sectores de Salud y de Educación5; es innegable que el

trabajo de prevención no encuentra mejor escenario y responsabilidad que en la labor educativa, en salvaguarda del logro de sus objetivos y por una Educación Integral.

Normatividad específica en materia de prevención del consumo

de drogas que regula intervenciones en el ámbito escolar:

En el marco de la Política Nacional de Lucha contra las Drogas y en cumplimiento a los acuerdos internacionales, como respuesta sistemática y permanente a las demandas sociales que genera el consumo de drogas en general y la población escolar en particular, el Ministerio de Educación ejecuta desde la década de los ochenta, Programas Multisectoriales con el apoyo del Fondo de las Naciones Unidas para la Fiscalización del Uso indebido de Drogas, implementado por la Organización Panamericana para la Salud (OPS).

Emite normas como la Resolución Ministerial Nº 122–88-ED que conforma la Comisión de Prevención del Uso Indebido de Drogas COPUID, teniendo como

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finalidad mejorar las actividades de capacitación de docentes y de prevención del consumo de drogas en las instituciones educativas del país.

Posteriormente, a través de la Resolución Ministerial Nº 1668–91–ED, el Ministerio de Educación planteó la incorporación de objetivos, contenidos y estrategias referidos a la prevención del consumo de drogas en la estructura curricular de educación secundaria, buscando la generalización progresiva en las escuelas del país.

Pero, es el marco de la Ley Nº 28044 “Ley General de Educación” (28 de julio del 2003), que establece como objetivo de la Educación Básica, formar integralmente al educando en los aspectos físico, afectivo y cognitivo para el logro de su identidad personal y social, con miras a ejercer la ciudadanía y desarrollar actividades laborales y económicas que le permitan organizar su proyecto de vida y contribuir al desarrollo del país. Brinda el marco normativo que sustenta el desarrollo de campañas sostenibles de sensibilización para la prevención del consumo de drogas ilícitas y otras adicciones; así como la promoción de estilos de vida saludables que contribuyan en esa atención integral.

Recordemos, que desde la creación de la Oficina de Tutoría y Prevención Integral, establecida mediante Decreto Supremo N° 025-2001-ED, la misma que por Decreto Supremo Nº 006-2006-ED, se convierte en la Dirección de Tutoría y Orientación Educativa-DITOE, tiene la responsabilidad de “Normar, planificar, coordinar, asesorar, monitorear y evaluar las acciones de Tutoría y Orientación Educativa. Incluye las áreas de la tutoría, la educación sexual, la promoción para una vida sin drogas (DS N° 006-2012-ED).

Es así, que mediante R.M.Nº 0537-2003-ED, se constituye, de manera obligatoria, la “Campaña Permanente por Escuelas Saludables, sin Alcohol, Tabaco y otras Drogas” en los centros y programas de los diferentes niveles y modalidades del sistema educativo nacional.

El Ministerio de Educación (MINEDU), a través de la Dirección de Tutoría y Orientación Educativa (DITOE), ha continuado normando acciones que garanticen el cumplimiento de las políticas del Estado, asesorando, monitoreando y evaluando las acciones realizadas en las instituciones educativas. En este marco se desarrolla la Campaña Educativa Nacional permanente de sensibilización y promoción para una vida sin drogas: “Estudiantes Sanos, Libres de Drogas” aprobada con Resolución Vice Ministerial Nº 004-2007- ED. La Campaña Educativa Nacional de Sensibilización y Promoción para una Vida sin Drogas “Estudiantes Sanos, Libres de Drogas” tiene la finalidad de promover y comprometer la participación de los estudiantes, docentes, padres de familia y de otros agentes educativos, así como a las organizaciones

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de la sociedad civil y a profesionales destacados, de cada localidad, para el desarrollo de las siguientes actividades:

De sensibilización y difusión en la comunidad educativa.

Talleres con madres y padres de familia para la prevención y detección

del consumo de drogas.

De experiencias y aprendizajes. De tutoría y orientación educativa.

Talleres de desarrollo personal: autoestima, solución de problemas,

manejo de conflictos, liderazgo e inteligencia emocional.

Marchas, pasacalles, campeonatos y otros.Concursos de afiches y eslóganes.

Organización y publicación de periódicos murales alusivos a la campaña. Concursos de música, danzas y teatro.

Esta campaña, de periodicidad permanente, contribuye a fortalecer la autoestima y el desarrollo socio emocional de las y los estudiantes, en el marco de una sólida educación integral. Estas y otras acciones forman parte de los planes de acción para la prevención del consumo de drogas.

Asimismo, el “Proyecto Educativo Nacional al 2021” (R.S.N° 001-2007-ED), producto y expresión del diálogo y concertación social, de la comunidad educativa nacional y los diversos sectores del Estado y la sociedad civil, establece como política nacional la protección a niños y jóvenes, de factores nocivos existentes en el medio; previniendo el consumo de drogas ilegales, el pandillaje, el embarazo en adolescentes y otras situaciones y conductas perjudiciales para su salud física y mental.

Una de las principales medidas propuestas fue la realización de campañas permanentes de información y sensibilización a las niñas, niños y adolescentes con la finalidad de prevenir los principales problemas que amenazan su desarrollo integral.

En el Diseño Curricular Nacional de Educación Básica Regular aprobado con R.M.Nº 0440-2008- ED, que determina, que los aprendizajes se deben adquirir según cada grado, ciclo y nivel de la Educación Básica Regular, distribuidos en un grupo de organizadores, que permiten identificar las competencias,

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capacidades, contenidos y actitudes que los estudiantes deben lograr a su término. Las mismas que contribuyen a la prevención del consumo de drogas. Se cuenta con la Resolución Directoral Nº 0343-2010-ED que aprueba la Directiva “Normas para el Desarrollo de las Acciones de Tutoría y Orientación Educativa en las Direcciones Regionales de Educación, Unidades de Gestión Educativa Local e Instituciones Educativas”. Promueve y compromete la participación de los estudiantes, docentes, padres de familia y se convoca a las organizaciones de la sociedad civil y profesionales destacados, de cada localidad, para que colaboren con la Campaña Educativa Nacional permanente de sensibilización y promoción para una vida sin drogas.

Finalmente, la Resolución Ministerial Nº 0622-2013-ED señala que la acción tutorial tiene un carácter formativo-preventivo y atiende situaciones de vulneración de derechos que afectan a las y los estudiantes como el consumo de drogas.

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Este módulo, brinda información sobre diferentes conceptos básicos que son usados en el campo de la prevención del consumo de drogas según lo señala la Organización Mundial de la Salud. Se explican las diversas maneras como son clasificadas las drogas. Se presenta la clasificación de las drogas según la condición sociocultural y por sus efectos en el Sistema Nervioso Central. En este módulo se identifican las razones por las que algunas personas se inician en el consumo de drogas y porqué muchas otras son menos vulnerables a esta problemática psicosocial, señalando a los factores de riesgo como aquellos que incrementan el uso o abuso de drogas y a los factores de protección los que inhiben, reducen o atenúan la probabilidad del uso o abuso de drogas. No podemos dejar de mencionar que el abuso de sustancias psicoactivas afecta tanto al que consume como a la familia y a la sociedad. Por ello se aborda el tema de prevención, como una propuesta para evitar que las y los estudiantes tengan contacto con la droga.

Módulo I

Módulo II

El módulo II, hace referencia a como la tutoría contribuye a la formación integral de las y los estudiantes, a través del acompañamiento socioafectivo cognitivo y pedagógico de las y los adolescentes, a lo largo de todo el proceso educativo, previniendo las problemáticas que pudieran aparecer.

En ese sentido, la tutoría, por ser un acompañamiento cognitivo y pedagógico, es fundamental para el desarrollo de acciones preventivas en la institución educativa, a través de la tutoría grupal e individual o en otras acciones previstas en el Plan Anual de Trabajo de la institución educativa como: campañas, concursos, pasacalles, contribuyendo a que los estudiantes puedan enfrentar las diversas amenazas que atenten contra su desarrollo integral.

1.4 Descripción de los Módulos de Prevención del Consumo de

Drogas

A continuación se presenta una breve descripción del material educativo: “Orientaciones Pedagógicas para la Prevención del Consumo de Drogas en la Población Escolar del Nivel de Educación Secundaria”.

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Módulo III

Módulo IV

La educación y la prevención del consumo de drogas coinciden en sus objetivos y en sus preocupaciones básicas. En ese sentido, si el proceso educativo alcanza sus fines, como es el desarrollo integral de las y los estudiantes, estos tendrán mayores recursos y la disposición necesaria para rechazar conductas autodestructivas o de riesgo como el consumo de drogas.

En ese sentido, el módulo III propone estrategias de prevención del consumo de drogas en la población escolar para el nivel de educación secundaria, que contribuya al logro de los aprendizajes de las y los estudiantes.

Estas estrategias se implementan a través de los espacios de Tutoría y Orientación Educativa e incluye estrategias para articularse a las áreas curriculares, garantizando los aprendizajes en la formación integral de las y los estudiantes con proyección a las familias y comunidad. También se señala en este módulo, aspectos de detección temprana ante casos de estudiantes en riesgo o consumo de drogas, asi como realizar la derivación y seguimiento de los casos detectados.

Está diseñado específicamente para brindar a las y los docentes herramientas pedagógicas para prevenir el consumo de drogas y problemas asociados, a través de la hora de tutoría, con el fin de contribuir con el proceso de formación integral de las y los estudiantes.

Presenta un esquema metodológico que exhibe los momentos de una sesión de tutoría. El módulo muestra una matriz donde se visualizan los aprendizajes a lograr por ciclo y grado de estudios para la prevención del consumo de drogas, y cómo estas se articulan a las áreas curriculares y a las áreas de tutoría.

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Módulo V

Módulo VI

Contiene una propuesta de trabajo con madres y padres de familia para prevenir el consumo de drogas en las y los estudiantes. Su finalidad es sensibilizar y fortalecer el rol educativo y formativo de las madres y padres de familia involucrándolos en el trabajo preventivo.

Este módulo ha sido dividido en tres partes: I Parte: La familia principal agente protector.

II Parte: Los adolescentes y el consumo de drogas. III Parte: Rol de la familia frente al consumo de drogas.

Contiene el desarrollo de talleres socioeducativos, como una estrategia de prevención selectiva del consumo de drogas. El módulo tiene la finalidad de orientar el trabajo a realizarse con aquellos estudiantes que presentan mayor vulnerabilidad, por encontrarse expuestos a diversos factores de riesgo del consumo de drogas.

De esta manera, se trata de responder a las necesidades de las y los estudiantes en riesgo realizando acciones que eviten o disminuyan aquellos factores que incrementan la posibilidad de consumir drogas y como consecuencia el posible abandono de sus estudios.

◆ ◆ ◆

(25)

2.

MARCO TEÓRICO DE LA PREVENCIÓN DEL

CONSUMO DE DROGAS EN LA POBLACIÓN

ESCOLAR

2.1. Enfoques que sustentan la prevención del consumo de

drogas en el ámbito educativo

En la prevención del consumo de drogas es necesario tener en cuenta enfoques que contribuyan al desarrollo integral del estudiante, el respeto por sus derechos y las diferencias culturales.

2.1.1.Enfoque del Desarrollo Humano

Las Naciones Unidas define al desarrollo humano como: “La creación de un entorno en el que las personas puedan desarrollar su máximo potencial y llevar adelante una vida productiva y creativa de acuerdo con sus necesidades e intereses”.

Desde el Ministerio de Educación entendemos el desarrollo humano asociado a la calidad de la educación, según lo indica la Ley Nº 28044- Ley General de Educación en su Artículo 13: “El nivel óptimo de formación

que deben alcanzar las personas para enfrentar los retos del desarrollo humano, ejercer su ciudadanía y continuar aprendiendo durante toda su vida”

Por ello, es importante entender al desarrollo humano, como un conjunto de cambios cualitativos y cuantitativos que ocurren en las personas desde el momento de la concepción hasta su muerte, caracterizándose por su múltiple dimensionalidad que abarca aspectos: físicos, cognitivos, social y de personalidad; y su múltiple direccionalidad; es decir, no existe un solo camino en el proceso de desarrollo de la persona, sino que existen cambios que se dan en distintas etapas de la vida, pudiendo ser positivos o negativos. En la complejidad del proceso pueden existir etapas de mayor vulnerabilidad y, frente a los problemas psicosociales a los que está expuesto, puede provocar que el desarrollo tenga una dirección no esperada. Por ejemplo, la etapa de la adolescencia es considerada la edad de mayor vulnerabilidad para el consumo de drogas. Millman y Botvin (1992, citado por Becoña 1999), sostienen que si bien es cierto el origen del consumo de drogas se sitúa en la infancia temprana, la iniciación real del consumo comienza normalmente, para la mayoría de los individuos, en la adolescencia temprana.

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en este proceso y prevenir tempranamente cualquier problema que pudiera cambiar la dirección de su desarrollo hacia comportamientos no saludables. Es aquí donde la prevención del consumo de drogas centra su atención en el desarrollo de las potencialidades y capacidades de la persona.

La adolescencia es una etapa donde la persona necesita consolidar su identidad y expresar sus deseos de autonomía respecto a los adultos, por ello el grupo de amigos adquiere mayor importancia para ellos; además está cognitivamente “preparado” para reevaluar, rebatir las normas y creencias inculcadas en la niñez; siente una cierta “invulnerabilidad” frente a los peligros que puedan acarrearle las conductas de riesgo y un cierto desinterés frente a las consecuencias que pueden reportarle a largo plazo. Así pues, existe la tendencia a sentir una suerte de “inmunidad” frente a los riesgos que puede acarrear la conducta del consumo de drogas. Al adolescente le costará imaginarse, por ejemplo, que el consumo de drogas podrá conducir a patrones destructivos y problemáticos (Luengo, Romero, Gómez, Guerra y Lence, 1999).

En este marco la prevención de problemas psicosociales, como el consumo de drogas, debe suponer:

- El mejoramiento de la calidad de vida.

- El desarrollo de las potencialidades personales y colectivas. - La satisfacción de necesidades.

Por lo tanto, es relevante considerar las etapas de desarrollo de los estudiantes y los factores a los que están expuestos, al momento de definir las acciones y estrategias de prevención del consumo de drogas.

2.1.2. Enfoque de Derechos Humanos

De conformidad con los principios proclamados en la Carta de las Naciones Unidas, los Derechos Humanos se expresan en la libertad, seguridad, integridad física, emocional y sexual de las personas. Implica la existencia de condiciones de vida y acceso a los bienes materiales y culturales, así como la construcción de una sociedad más justa.

Considerando que los derechos humanos son universales, indivisibles, inalienables y se expresan en los diferentes ámbitos en los que se desarrollan los seres humanos; estos deben estar vinculados no solo a la parte intrínseca de la vida y la integridad física, sino a todo aquello que sea inherente a la condición humana y permita el progreso de la persona, específicamente en lo que se refiere a subsistencia, educación, y a los derechos cívicos y políticos.

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En este contexto, la Ley General de Educación reconoce que las niñas, los niños y adolescentes son sujeto de derechos, esto implica que sean respetados, protegidos y que el tipo de relación que establezcan con los diferentes actores sociales: familia, escuela, comunidad, servicios públicos y privados, garanticen la no vulneración de sus derechos fundamentales. Por tanto, considerar el enfoque de derechos humanos en la prevención del consumo de drogas, parte por reconocer a los niños, niñas y adolescentes como sujetos de derecho, que requieren de espacios que favorezcan su desarrollo integral, que desarrollen capacidades, actitudes y valores que les permita hacer frente a situaciones de riesgo relacionados al consumo de drogas, garantizando su permanencia en la escuela y un trato digno sin discriminación, a pesar de presentar problemas relacionados al consumo de drogas.

2.1.3.Interculturalidad

La Interculturalidad abarca todas las formas y procesos de socialización, promueve el intercambio y las relaciones interpersonales y colectivas, erradicar toda clase de inequidad sin suprimir las diferencias ni las identidades culturales (Vázquez, 2007).

El enfoque intercultural implica dar una mirada distinta a una serie de aspectos de nuestra labor educativa. Exige repensar toda nuestra práctica docente y analizar su pertinencia a la luz de las características socioculturales de las y los estudiantes, de sus necesidades como personas y como miembros de un grupo social particular (MINEDU, 2005b).

En este contexto, la prevención del consumo de drogas, parte por asumir positivamente la situación de diversidad cultural de nuestro país, por tanto se convierte en un enfoque orientador que abarca todas las formas y procesos de socialización, los cuales incluyen costumbres, prácticas, códigos, rituales, normas de comportamiento y diferentes prácticas religiosas.

En tal sentido, no es posible realizar una prevención eficaz del consumo de drogas sin considerar las costumbres y tradiciones que expresan los miembros de una comunidad. Para ello, es necesario indagar sobre la interpretación, significados y los motivos que llevan al inicio o mantienen un consumo de drogas, para sugerir intervenciones e instrumentos adecuados y diferenciados, los cuales permitirán garantizar el logro de los resultados esperados.

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2.2. Modelos teóricos relacionados con la prevención del consumo

de drogas en la población escolar

Toda intervención está enmarcada en algún punto de partida, de forma implícita o explícita, desde el cual se explica un determinado proceso social y se proponen estrategias concretas de actuación. La prevención del consumo de drogas en el ámbito escolar, toma como referencia los siguientes modelos:

2.2.1. Modelo Ecológico

El modelo ecológico, desarrollado por Bronfenbrenner (1979) considera la interacción de los aspectos individuales y ambientales para la explicación de un problema psicosocial. Entiende al individuo inmerso en una serie de espacios de relación más o menos cercanos, sobre los que es preciso intervenir en su conjunto, si queremos conseguir una mejora en la calidad de vida de las personas. Los niveles macrosistema, mexo-sistema y microsistema, influyen en el proceso de desarrollo de la persona de forma más o menos directa, interrelacionándose entre sí. Por lo tanto, todos tienen que ser considerados para entender un fenómeno social tan complejo como el consumo de drogas.

Figura 1. Modelo ecológico de Bronfenbrenner (1979)

MACRO - SISTEMA Sociedad Política

MICRO-SISTEMA

Persona,

Familia,

Grupo de amigos

MEXO-SISTEMA

Escuela

Este modelo permite entender el problema del consumo de drogas de una manera integral y por lo tanto orienta la intervención preventiva hacia la interacción de las y los estudiantes con su ambiente, tomando en consideración los diferentes niveles en los que este se desenvuelve, siendo necesaria la intervención sobre ellos para lograr una mejora en la calidad de vida personal, además de considerar los aspectos que van desde la familia, la institución educativa, el grupo de amigos o pares, hasta las condiciones macro sociales, políticas y económicas.

Fuente: Urie Bronfenbrenner. Ecological models of human development. In International Encyclopedia of Education

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Este enfoque, basa su intervención en:

Potenciar las características personales que permitan al estudiante afrontar con éxito las situaciones cotidianas de riesgo.

Intervenir en todos los niveles, desde el personal hasta el macrosocial, para potenciar los factores protectores y minimizar los factores de riesgo.

Potenciar una relación coherente entre los niveles y los distintos agentes que intervienen en cada nivel. Por ejemplo potenciar la relación entre la institución educativa y la familia.

2.2.2. Modelo de habilidades para la vida

Las habilidades para la vida, son un grupo de destrezas psicosociales que facilitan a las personas enfrentarse con éxito a las exigencias y desafíos de la vida diaria (OPS, 2001). Son todas las habilidades que desarrollan las personas para establecer buenas relaciones con los demás y se fortalecen en el proceso de socialización; es decir, en la interacción social dentro de la familia, las instituciones educativas y el grupo de amigos.

Las iniciativas internacionales para impulsar la enseñanza de habilidades para la vida en las instituciones educativas, surgieron del reconocimiento de las competencias sociales en el desarrollo integral de la persona, en su individualidad y en el desarrollo de sus relaciones de convivencia social. Este modelo propone el desarrollo de habilidades específicas para rechazar el ofrecimiento de las distintas drogas, y habilidades generales que permitan ante problemas cotidianos y emocionales, actuar de manera constructiva y saludable. En tal sentido, el desarrollo de la prevención del consumo de drogas bajo el modelo de las habilidades para la vida tiene como propósito conseguir que las y los estudiantes elijan conductas saludables (Junta de Andalucía. Consejería de Educación y Ciencia, 1993).

Existe un grupo esencial de habilidades que son relevantes desarrollar en el trabajo formativo preventivo de las y los estudiantes, los cuales se pueden agrupar en cinco grandes áreas.

Conocimiento de sí mismo - Empatía.

Comunicación efectiva o asertiva - Relaciones interpersonales.Toma de decisiones - Solución de problemas y conflictos.Pensamiento creativo - Pensamiento crítico.

Manejo de sentimientos y emociones - Manejo de las tensiones y el

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Para lograr la eficacia de un programa preventivo en el ámbito educativo, basado en este modelo es preciso promover el desarrollo de estas habilidades no solo en las y los estudiantes; sino también en toda la comunidad educativa (directivos, docentes, auxiliares, madres y padres de familia).

2.2.3. Modelo evolutivo de Kandel

El modelo evolutivo, explica cómo se va involucrando la persona en el consumo de drogas, desde los primeros contactos con las drogas legales hasta el consumo de drogas ilegales.

De acuerdo con Kandel (Citado por Becoña, 2002), el consumo problemático de drogas no aparece de un modo repentino, sino que se va desarrollando a lo largo de un proceso evolutivo, de tal modo que el consumo de ciertas drogas precede al consumo de otras. Para explicar este proceso, Kandel identifica cuatro etapas en el consumo. En primer lugar, aparecería el consumo de alcohol, el paso siguiente viene dado por el consumo de tabaco; tras el consumo de drogas legales, aparece el consumo de marihuana y la cuarta etapa sería el consumo de otras drogas ilegales (pasta básica de cocaína, clorhidrato de cocaína, éxtasis, etc.). Cada etapa de consumo es un “factor de riesgo” que favorece el paso a la siguiente, aunque no determina de forma inevitable ese avance, por ejemplo: consumir alcohol y tabaco no implica que necesariamente se llegue a consumir marihuana u otras drogas ilegales, pero existe mayor probabilidad de que eso ocurra.

Familia

Figura 2. Modelo evolutivo de Kandel

FUENTES DE INFLUENCIA

Grupo de iguales

Personalidad

Involucramiento en

actividades desviadas

ETAPAS DE CONSUMO

Cerveza - Vino

Tabaco - Licores

Cannabis

Otras drogas

ilegales

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El Ministerio de Educación, tomando en cuenta la situación actual del consumo de drogas en la población escolar, considera importante tomar en cuenta este modelo porque permite desarrollar y mejorar estrategias de intervención en las instituciones educativas de acuerdo a los niveles de prevención. Por ejemplo, desarrollar estrategias de prevención universal que orienten y fortalezcan las capacidades de las y los estudiantes para que no se inicien en el consumo de drogas; y de las estrategias de prevención selectiva que orienten su accionar hacia las y los estudiantes identificados en riesgo o los que se encuentran en las dos primeras etapas de consumo (alcohol y tabaco) propuestas por Kandel.

Además, el modelo evolutivo señala atender algunos factores que influyen en las etapas evolutivas como son: familia, grupo de pares, factores individuales e involucramiento en actividades riesgosas.

La prevención, según Kandel, debe tener como objetivo el retrasar la edad de inicio en el consumo de drogas, para evitar el avance hacia patrones problemáticos.

2.2.4. Modelo de la conducta problema de Jessor y Jessor

El modelo de Jessor y Jessor (Citado por Becoña, 2002) define los comportamientos de riesgo como conductas que dificultan el desarrollo personal y la adaptación social general del adolescente. Un gran aporte del modelo es considerar que la red causal que determina la conducta depende de: factores biológicos y genéticos, el entorno social, el entorno percibido, los rasgos de personalidad y la conducta del adolescente.

A su vez, explica cómo la estructura de la personalidad viene definida por factores tan importantes como: la motivación, las ideas y creencias sobre sí mismo y el nivel de autocontrol. Es fundamental también señalar que la conducta puede considerarse aceptable socialmente (conducta convencional) o no (conducta problema o de riesgo).

Jessor y Jessor (Citado por Becoña, 2002), da importancia a como el estudiante percibe el ambiente, en el cual integra dos componentes: la estructura “distal” y la estructura “próxima”.

La estructura “distal” se relaciona a la percepción del estudiante sobre el apoyo y control percibido por parte de los padres y de los amigos. Por ejemplo, si el estudiante está más influenciado por sus amigos que por sus padres será más vulnerable a la conducta problema.

En la estructura “próxima” se dan variables relacionadas a la prevalencia y la aceptación de la conducta problema en el contexto psicosocial. Por ejemplo, si un estudiante se relaciona en un ambiente donde se consume y aprueba el consumo de drogas tiene mayor vulnerabilidad para que las consuma.

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2.3. Promoción y desarrollo de estilos de vida saludable

La prevención del consumo de drogas en el sistema educativo requiere que las y los estudiantes no solo desarrollen capacidades para el autocontrol y la toma de decisiones, sino además es importante emponderar a su familia y entorno. Por consiguiente, es necesario promover estilos de vida saludables en los diferentes agentes de la comunidad educativa y la sociedad en general, para que asuman modelos adecuados de comportamiento, como por ejemplo actitudes a favor de una vida libre de drogas (Nutbeam, 1998). En ese contexto, será posible que las y los estudiantes desarrollen habilidades que les permita ejercer una actitud responsable frente al ofrecimiento o disponibilidad a las drogas, resistiendo a la presión de grupo y expresando abierta y voluntariamente su rechazo a las mismas.

Estilos de vida saludable supone la intención de mantener relaciones armónicas con la naturaleza, la sociedad y con uno mismo, a través del autocuidado de la salud, el desarrollo y fortalecimiento de las habilidades para la vida, el respeto a los derechos humanos-fundamentalmente de equidad - la diversidad y las opiniones e intereses de las y los otros. Por lo tanto es fundamental que las y los estudiantes desarrollen hábitos, costumbres y estilos de vida saludables a fin de que repercuta en su calidad de vida. En el sistema educativo, la conceptualización de estilos de vida saludable debe entenderse como un proceso permanente de aprendizajes de un estilo de vida, de una forma de vivir que garantice el desarrollo integral de las y los estudiantes y de la sociedad en general. Por lo tanto, debe estar centrado en el fortalecimiento y desarrollo de capacidades, actitudes y valores. Asimismo, establece logros educativos que contribuyen a empoderar a las y los estudiantes para una mejor toma de decisiones sobre su salud integral, personal, familiar y social y alcanzar cada vez mejores niveles de bienestar y desarrollo.

La Tutoría y la Orientación Educativa contribuye a la formación integral del estudiante, a través de espacios, momentos y relaciones que permitan prevenir o enfrentar las diferentes problemáticas psicosociales que se presentan a lo largo de su ciclo vital. Por esta razón, es considerada como transversal y permanente en el quehacer pedagógico.

El término de estilo de vida saludable se utiliza para designar la manera general de vivir basada en la interacción entre las condiciones de vida en su sentido más amplio y las pautas individuales de conductas determinadas por factores socioculturales y características personales (Nutbeam, 1998).

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Dentro de este marco, la Tutoría y la Orientación Educativa (TOE) busca fortalecer los factores protectores y reducir los factores de riesgo ante las posibles dificultades psicosociales.

Por su carácter formativo, preventivo y los propósitos de la TOE, se entiende que los estilos de vida saludable se articulan perfectamente a este. Contribuye al desarrollo de las potencialidades de las y los estudiantes en su múltiple dimensionalidad, direccionando su formación hacia el desarrollo y fortalecimiento de factores protectores y disminución de los factores de riesgo frente a problemas psicosociales. Un estilo de vida saludable es precisamente una forma de vivir con las fortalezas necesarias para que una persona sea menos vulnerable a los efectos negativos de los numerosos problemas psicosociales, siendo uno de estos el consumo de drogas.

2.4. Principios para el desarrollo de programas de prevención

del consumo de drogas en población escolar

La Comisión Internacional para el Control del Abuso de Drogas (CICAD) propone principios que orientan la construcción de programas preventivos en el ámbito escolar (OEA-CICAD, 2005, pp. 16-17):

Los Programas deben estar dirigidos a disminuir los factores de riesgo y a fortalecer los factores de protección. Los factores de riesgo, son los que aumentan la posibilidad de que se usen drogas; y los factores de protección, son aquellos que reducen la posibilidad de consumo de drogas y otras conductas de riesgo social.

Deben incluir contenidos de prevención del consumo de drogas legales (alcohol, tabaco y abuso de medicamentos), e ilegales.

Los programas de prevención escolar deben fortalecer habilidades socio-afectivas y competencias sociales positivas que refuercen el rechazo hacia el consumo de drogas.

Deben incluir métodos interactivos y participativos que promuevan la relación horizontal entre los estudiantes y el docente para generar espacios de confianza.

Deben estar dirigidos a toda la comunidad educativa: estudiantes, docentes, padres y madres de familia y personal administrativo.

Deben adaptarse a las condiciones particulares de la comunidad donde la institución educativa está localizada, para que el trabajo de fortalecimiento de factores de protección sea directamente proporcional a la presencia de factores de riesgo en dicha localidad.

Deben incluir programas preventivos, selectivos e indicados para grupos de estudiantes en riesgo y potenciales desertores escolares, que permitan desarrollar estrategias de detección temprana del consumo de drogas y orientadas a aquellos jóvenes que ya se han iniciado en el consumo.

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Los programas deben ser específicos para cada grupo de edad, género y nivel educativo. Asimismo, deben estar acompañados de formación continua del docente y de los agentes preventores.

Deben ser permanentes en el tiempo y a largo plazo. Los programas se deben iniciar en la educación pre-escolar y continuar en todos los niveles educativos con repetidas intervenciones para reforzar las metas preventivas originales.

Mientras más alto sea el nivel de riesgo de la población meta, el esfuerzo preventivo debe ser más intenso y debe iniciarse lo más pronto posible.

Los programas deben complementarse con medidas de bajo costo y alta efectividad como por ejemplo: el aumento de impuestos al alcohol y al tabaco, controles estrictos de prohibición de venta a menores y la eliminación de su publicidad.

Los programas preventivos que incluyen campañas en medios de comunicación y modificación de políticas (como nuevos reglamentos que restringen el acceso al alcohol, el tabaco y otras drogas), deben estar acompañados de intervenciones escolares y familiares porque son mas eficaces.

Los programas preventivos necesitan reforzar las normas contra el consumo de drogas en todos los ambientes de prevención del abuso de drogas, como la familia, la escuela, el trabajo y la comunidad.

Aumentar la calidad y cobertura de los programas asegurando continuidad y sostenibilidad en el tiempo.

Los programas deben ser monitoreados y evaluados a corto, mediano y largo plazo.

La capacidad organizacional de las instituciones ya sean gobiernos, instituciones educativas o agencias locales son claves para la implementación exitosa de programas comprensivos y coordinados.

Debe promover que cada institución educativa cuente con una propuesta preventiva del consumo de drogas en su proyecto educativo institucional que defina un equipo responsable, cuente con docentes capacitados para abordar el tema, fije normas y procedimientos para enfrentar situaciones relacionadas al consumo de drogas, disponga de mecanismos de apoyo y derivación y defina programas de prevención universal y selectiva, para todos los niveles educativos.

Deben desarrollar mecanismos y fortalecer las redes y recursos asistenciales existentes que permitan referir y/o derivar los casos de consumo temprano a establecimientos especializados.

(35)

3. CONCEPTOS BÁSICOS RELACIONADOS CON LA

PREVENCIÓN DEL CONSUMO DE DROGAS

A continuación, presentamos algunos conceptos que son utilizados en el campo de la prevención del consumo de drogas. Su conocimiento y actualización ayudará a entender mejor el tema del presente material.

Droga

“Es toda sustancia que introducida en un organismo vivo modifica una o más funciones de éste, capaz de generar dependencia, caracterizada por la pulsión a tomar la sustancia de un modo continuado o periódico, a fin de obtener sus efectos y, a veces, de evitar el malestar de su falta” (OMS, 1981, p.45).

Para efectos de nuestra intervención, tomaremos la siguiente definición (MINEDU, 2005, p. 41):

“Droga es toda sustancia de origen natural o sintético que provoca un cambio en alguno de los sistemas de nuestro cuerpo. En esta definición, se considera tanto sustancias legales como ilegales, incluyendo aquellas que son para la mejora de nuestra salud. Una droga puede ser usada para tratar el alivio de una dolencia o enfermedad o modificar un proceso químico en el cuerpo con un propósito determinado. Esta modificación puede ser perjudicial o beneficiosa para el ser vivo, dependiendo del tipo de droga, tiempo de administración y dosis”.

Uso de drogas

Es aquella conducta que no genera consecuencias negativas a la persona, ya sea porque la consume en cantidades mínimas, no la consume frecuentemente o las circunstancias impiden que se materialicen las consecuencias negativas (DEVIDA, 2008).

Abuso de drogas

Está referido al consumo frecuente, intenso y descontrolado de una sustancia, cuyos usuarios presentan áreas afectadas de su vida como: descuido personal, familiar, social, académico y laboral, lo que comúnmente se le denomina disfuncionalidad (DEVIDA, 2008).

Dentro de esta definición se incluyen la infinidad de sustancias tanto naturales como sintéticas, las socialmente aceptadas como

prohibidas, de consumo doméstico, medicinal o industrial.

Por ejemplo: La utilización de medicamentos por prescripción médica es adecuada y su uso beneficioso para la persona.

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Para identificar cuando el uso se convierte en abuso, debemos de tener en cuenta lo siguiente (DEVIDA, 2008):

El tipo de sustancia que se consume y sus características.La cantidad y frecuencia de su consumo.

Las características de la persona que consume.Las circunstancias en que se produce el consumo.

Es importante señalar que el límite entre el uso y el abuso es difícil de identificar, ya que en ocasiones las personas que consumen drogas no son conscientes del momento que comienzan a abusar de ellas.

Dependencia

De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS, citado por Graña Gómez, 1996) “La dependencia de las drogas es un estado psíquico o físico que resulta de la interacción entre un organismo vivo y la droga. Se caracteriza por respuestas conductuales y por otras reacciones que siempre incluyen el deseo compulsivo o necesidad de utilizar la droga de manera continua, con el fin de experimentar sus efectos y a veces, para evitar el malestar producido por la privación”.

Aparición de síntomas físicos y psicológicos desagradables cuando se reduce o interrumpe el consumo de la sustancia.

Otros autores como Becoña (2002), manifiestan que la dependencia surge por el uso excesivo de una droga, que genera consecuencias negativas significativas a lo largo de un amplio periodo de tiempo y se caracteriza por:

Deseo dominante de continuar consumiendo la droga y obtenerla por

cualquier medio.

Tendencia a incrementar la dosis.

Dependencia física y psíquica, con síntomas de abstinencia al retirar la droga.Efectos nocivos para el individuo y la sociedad.

Tolerancia

Se dice que una droga produce tolerancia cuando es necesario ir aumentando la cantidad consumida para sentir o alcanzar los efectos iniciales. Ello ocurre debido a que el organismo se adapta a los efectos de la sustancia, tornándose más resistente o menos sensible. Al generarse esta adaptación del organismo a la sustancia, obliga al consumidor a aumentar la dosis de forma progresiva (MINEDU, 2006).

La dependencia es entonces, la necesidad imperiosa e incontrolable que tiene una persona de ingerir una determinada sustancia, que

puede ser de naturaleza física y psicológica.

La tolerancia no se presenta en todas las drogas, ni el organismo se acostumbra de igual modo a los distintos tipos de sustancias. Dependiendo de estas y de las características propias del individuo,

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Figura 1. Modelo ecológico de Bronfenbrenner (1979)

Referencias

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