• No se han encontrado resultados

Tocar el lenguaje con la mano: experiencias de método

N/A
N/A
Protected

Academic year: 2021

Share "Tocar el lenguaje con la mano: experiencias de método"

Copied!
25
0
0

Texto completo

(1)

ARTÍCULO

Tocar el lenguaje con la mano:

experiencias de método

TERESA CARBÓ

CIESAS, MÉXICO D.F.

RESUMEN. Este artículo presenta de manera sintética algunos de los postula­

dos, procesos y pasos analíticos seguidos en un estúdio extenso de discurso parlamentario, de base histórica y orientación holística, materializado en prác- ticas lingüísticas y semióticas de análisis verbal, sobre un corpus documenta­

do de desempenos institucionales. La presentación dei modelo no es exhaus- tiva pues el texto emana de un evento oral (conferência), situación de enun­

ciación que da base a ciertos juegos en las temporalidades de habla y de refle- xión y escritura, como planos superpuestos de un ejercicio discursivo que pro­

cura dirigirse a sus lectores de manera directa y en modalidad coloquial. En conjunto, el trabajo aspira a ser leído como una intervención (sintética) de ti­

po teórico, dedicada al tratamiento de lo metodológico como una instancia- ción irreductible de tramas conceptuales.Por ello, no se concibe carente de ciertos filos polêmicos en el espacio de la disciplina.

PALABRAS CLAVE:discursoparlamentario -análisis verbal- juegos tempora- lidad-habla, reflexión y escritura —intervención teórica— método.

RESUMO.Este artigo apresenta de maneira sintética alguns dos postulados, processos e passos analíticos seguidos num estudo extenso de discurso par­

lamentar, de base histórica e orientação holística, materializado em práticas linguísticas e semióticas de análise verbal, sobre um corpus documentado de desempenhos institucionais. A apresentação do modelo não é exaustiva, pois o texto se produz num evento oral (conferência), situação de enuncia- ção que permite certos jogos nas temporalidades de fala, de reflexão e escri­

tura, como planos superpostos de um exercício discursivo que procura di­

rigir-se aos seus leitores de maneira direta e na modalidade coloquial. Em conjunto, o trabalho pretende ser lido como uma intervenção(sintética) de tipo teórico, dedicada ao tratamento do metodológico como uma instan- ciação irredutível de tramas conceptuais. Por isso, não se percebe como ca­

rente de certos visos polêmicos no espaço da disciplina.

PALAVRAS CHAVE: discurso parlamentar -análise verbal- jogos temporali- dades-fala, reflexão e escritura -intervenção teórica- método.

(2)

Bira i (i)

ABSTRACT. This article presents in a synthetic manner some of the pos­

tulares, processes and analytic steps followed in an extensive study of par- liamentary discourse, historically based and hollistically oriented, material- ized in linguistic and semiotic practices of verbal analysis of a documented corpus of institutional performances. The presentation of the model is not exhaustive because the text originates in an oral event (conference); a situ- ation of enunciation that gives way to certain games in the temporal dimensions of speaking and reflecting and writing as overlapping planes of a discoursal exercise that addresses the readers in a direct and colloquial manner. As a whole, it is expected that the paper will be read a (sinthetic) theoretical intervention devoted to the treatment of method as an irre- ducible instantiation of conceptual nerworks. For this reason, the paper is not conceived as lacking in polemicai edges in the space of our discipline.

KEY WORDS: parliamentary discourse -verbal analysis- temporality games- speaking, reflecting and writing —theoretical intervention— method.

[Preâmbulo]

Escribílaprimera versión deeste texto en febrero de 1998, a partir de tres situa- cionesdeconferênciaimpartidasen Argentina, Qmi?) país, dei que salí exiliada en diciembre de 1975yal que no hevuelto a vivir. En mayo de 1994, Leonor Ar- fuchmeinvitó a conversar con los colegasdei Seminário de Análisis de Discurso que ella coordina en el Instituto de Investigaciones delaFacultaddeCiências So- ciales delaUniversidaddeBuenosAires. En julio deesemismoano,la Maestria en Sociosemióticadei Centro deEstúdiosAvanzadosdela Universidad Nacional deCórdobameabrió sus puertas para una presentación informal. Laterceraoca- sión es el Primer Congresode Análisis Crítico dei DiscursoorganizadoenBuenos Aires por laSociedad Argentina de Lingüísticaen noviembrede 1996,endonde di también una plática de índole generalsobre mi experiencia deinvestigación.

Apesardeser un texto introductorio y sencillo, este artículo ha tardadoanos en alcanzarun destino editorial. Se tejen allímuchos factores: desde viajes hasta librosuniversitários que porrazonesdiversasnologranserpublicados,ademásdei caos regular que invadenuestras vidas, actividadesy tareas (sin duda, las mias).

Ahora (en 2001), que se inaugura la revista dela Asociación Latinoamericana de Estúdios dei Discurso (ALED), a cuyo contingentede sócias fundadoras me hon­

ro enpertenecer,es grande mialegria al poder presentarestematerial, aunquesea de manera extemporânea. Quisiera pensar que este texto, que contiene sólo algu- nas reflexiones sobre el procesometódicoqueseguí en la quees hasta ahorami investigación más ambiciosa (Carbó, 1996), tal vezdespiertetodaviaalgún inte­ résen colegas jóvenes o estudiantes curiosos. He insertado algunas referencias bi­ bliográficasaltextooral, confiandoque ésas, al menos, sean de utilidad práctica.

Vayapuesestapublicación con esasinceray modesta intención.

(3)

Carbó: Tocarel lenguaje conla mano:experiencias de método

Con posterioridad al párrafo anterior, cerca dei Dia de la Madre (10 de mayo en México, último domingo de octubre en Argentina), y revisando la estructura dei texto queya urgia enviar a AdrianaBolívar, caíen lacuentade que en vários puntos de su desarrollo, tal vezporrazones retóricas de exposi- ción, había yo construído preguntas (encontré5 preguntas, 1 digresióny al­ gunosparéntesis que envié a notas, pocas). Pensandoesas marcas intratextua- les útilescomo especie de secciones, heanadido títulos [a ciertaspartes]y he marcado las preguntas preexistentes de la misma manera (sin corchetes).

Porúltimo, quisiera decir que, aunqueel contenido delo dicho sobre aná­

lisis de discurso recoge formulaciones orales y notas de los tres encuentros acadêmicos antesmencionados, he preservadoamplias partes delaversiónes­ crita que leí/comenté en Córdoba el4 de julio de 1994 en la Maestria deSo- ciosemiótica, anteun escasoaunque selectísimo publico, en mi ciudad natal y mi universidad de origen. Sirva esto para agradecer la amableasistencia de Maria Cristina Pérez Mujica, viuda de Carbó, Matilde Carbó, Maria Elisa Bettolli, StellaMarisPascual, OlgaPizarro,NoraPojomovski y Mariadei Ro­

sário Tissera, quienes me escucharon con amorosa y concentrada atención.

Por mi parte, me alegra informar a mis colegas (sobre todo a quienes estuvie- ronen Reims), que en aquella afable ocasióncordobesafuicapaz demanejar adecuadamente eltiempo asignadoy, creo/quiero recordar, satisficeen gene­

ral las felicity conditionsde relevância y claridad propias dei tipo de situación comunicativa “conferência científica”. Así,al localizar espacio-temporalmen- te eldecir (elpresente dela enunciación) en ese encuentro, re/construyo una ficción feliz. Los colegas latinoamericanos, familiarizados con el transterra- miento, sabrán admitiruna pasajera entrega ala ilusión de que lo irremedia- bleno sucedió (realmente).

[Sobre el estar aqui,]

El análisis de discurso define alos hablantes no como sujetos en un sentido personal o biográfico sino como ocupantes de lugares (abstractosaunque es­ pecíficos) endondeseintersectan diferentes líneas deadscripción, identifica- ción, pertenencia o exclusión; el trazo reticular de ciertos puntos en un tiem­ po y un espacio dados. Esas líneas acotan, delimitan, construyen una posi- ción (segundecía Michel Pecheux, la representación imaginaria de un lugar;

1978) desde la cual unavoz (esta) profiere una palabra (ésta),permeada por la historia; modelada de hecho porcircunstancias y trazos peculiares. Porotra parte,la letra de un tangofamoso afirma que es posible creer que“veinte anos no es nada”. He de asegurarles queestatarde vivo con particular intensidad y conmoción al mismo tiempo, laverdad y la falsedad de la lírica dei anhelo queesese tango, significativamente titulado,“Volver ...” (Carlos Gardely Al­ fredo LePera, 1935).

(4)

EJE2 i d)

Hacecasi veinteafios me fui deesta ciudad, habiendo sido cesada admi­ nistrativamenteen abril de 1975 deicargodeJefade Trabajos Prácticos en la Cátedra de Metodologia deAnálisis Literário(conel profesoríber Verdugo), que obtuve por concurso, en laFacultaddeFilosofia y Humanidades de esta mismaUniversidad Nacional deCórdoba1.

Volver a tener la palabra en el contexto acadêmico universitário cordobés después de todo ese tiempo es una experiencia poderosísima que renuncio a in­ tentarexplicar. Desde luego me inundan recuerdos personales que no vienen a cuento, y porello no los trataré, aunque estarán implicados (latiendo aqui) en todocuantodiga, mientras con singular zozobranopuedo menos que saberque, como diría el maestro Benveniste (1976), hic etnunc, soy ego en el discurso:

quien ocupa en este momento este lugarde habla enparticular.

Pero aparte, y puesto que esverdad queen sentido estricto esta voz es la voz de un lugarno biográfico, y que las líneasquellevan, traen,llegan, has­

ta mi presenciahoy aqui son institucionales ysuprapersonales, intentaré ha- blar desde una posición profesional o científicaque escasi por entero figura­

da. Diréque, para los efectos de esta comunicación, quien habla es una in­ vestigadora mexicana que presentaresultadosde un estúdioreciente ante co­ legas y especialistas argentinos; también ante algunos familiares cercanos y amigosde buenavoluntad, curiososde las rarezas a las que me dedico desde hace tanto tiempo.

[viniendo de allã.]

He trabajado por afios en el análisis de algunas formas dei discurso político dela élite dominante en México, procurando detectar ycaracterizar algunas de las operaciones y procesos discursivos puestos en juego para alcanzar lo que se conoció como “el milagro mexicano”, experienciasingular en el con­ texto delos regímenespolíticos latinoamericanos dei siglo XX, yque desper- tó en tantos de nosotros, allá exiliados, unaextrafieza tan profunda que he- nos aqui, investigando2.

Los rasgos básicos dei supuesto milagro sociopolítico de México en el ciclo histórico que inició con la Revolución Mexicana de 1910 soncono- cidos: a lo largo de ciertos momentos y etapas en el siglo pasado, hasta 1960 o 65 (sin duda,hasta antes dela matanza de obreros y estudiantes en la plaza deTlatelolco en octubre de 1968, poderoso emblema de cambio de tiempos y métodos), el México post-revolucionario había alcanzado cierto crecimientoeconômicoyuna notable estabilidad política. Entre los grupos dominantes, prevalecia un régimen de distribución relativamente negociadadei poder, el renombre y la riqueza, dentro de un mismo parti­ do político, formalmente electo al gobierno durante décadas. Allí, en la administración más o menos pacífica (o violenta, asimismo, de manera

(5)

Carbó: Tocar el lenguaje con lamano: experiencias de método

ocasional) de acceso a un poder inmenso, también el llamativo logro de una rotación al parecer flexiblede los equipos, grupos y alianzas,junto con unaimagen internacionalaceptable en elcontinentey en elmundo. Y, so­ bre todo, estabilidad político-institucional (relativa siempre) en manos de gobiernos civiles, algocuya resonancia es poderosísimaentre nosotroshoy aqui, lo sé.

Ante ese panorama, desdela teoria dei discurso meresultó plausiblepen­ sar que ese tipo de logros se hubieran beneficiado de la labor prolongada y eficazde un conjuntode instituciones discursivas que contribuíana la legiti- midaddeuna democracia sui generis, que semantuvo porlo demás juridica­

mente legal a lo largo dei ciclo, al menos en términosformales. Es también sabido, y vários grupos de historiadores mexicanos lo formulan desde hace tiempo (Aguilar Camín y Meyer, 1989; Meyer, 1976y 1977, entre otros), que, además de la retórica postrrevolucionaria, han contribuído también al prolongado funcionamientode este complejísimo aparato(y proceso), laco­

rrupción instituíday estructural,elfraude electoralsistemático yla represión precisa y selectiva, dentro de un sistema social, político yeconômico de desi­

gualdades inmensas, crecientes de manera cada vez más acelerada (Lustig, 1992). Completan este panorama pordemásesquemático un Poder Legisla­ tivo claramente subordinado aun poderoso Ejecutivo, una “presidência im­

perial” le ha llamado Krauze (1997),antequien se inclina el Poder Judicialy todo el aparato de impartición de justicia,y un movimiento obrero contro­ lado (con mano dura) porlíderes sindicales cooptados hacialacúspide. Enel campo, porsu parte, fuereprimida con ferocidadla emergencia de organiza- ciones independientes, junto ala provectaexistênciade una reforma agraria lenta e ineficaz aunquesiempre invocada y prometidaen el discurso oficial.

Empero, tampoco es verdaderoque sólo la coerción o la fuerzaalcanzaran a explicarla idiosincraciahistórico-política deicaso mexicano.

Luego entonces, y una vezdespertada en mi recorrido personal la pre- guntasobre elvalor y función delosdiscursos en estaescenade particular interés, me puse a haceralgunos trabajos sobre discurso presidencial (un lugarcentralenel régimen), sobrediscursopolítico-panfletario y periodís- tico (Carbó, 1984; Carbó y otros, 1987), para luego coincidir con los po­

ços especialistas de análisis político que objetaban el sobredimensiona- miento dei papel asignadoal Poder Ejecutivo en el logro de esta asombro- sa maquinaria de poder (notoriamente, de la Garza, 1972). Intrigada por la configuración histórica dei régimen político en el que me tocaba vivir, me orienté al discurso parlamentario; específicamente hacia lo que acon­

tece en la Câmara de Diputados. De allí proviene el estúdio que hoyles presentaré de manera sumaria.

Afiado que,a lolargodei (largo) proyecto, fui motivodeburlas impiado- saspor parte de amigos ycolegas (conla honrosaexcepción de Roberto, ‘Can- che’, Melville, guatemalteco querido y transterrado, también él en Ciesas),

(6)

Rira i (d

quienes no lograbanverquésentidopodia tener analizar el discurso parlamen­

tado en un régimen político flagrantemente presidencialista. Además de res­ ponder por escrito (Carbó, 1997), tuve ocasión dereir la última pues esclaro quela actual prominenciadei Poder Legislativo Mexicano en la agitada esce­ na política nacionalconfirma la crucialidadde esta institución en el ordende los procesos dere/construcción de legitimidad. Antes, comopuesta en escena o escenificación ritual (contrafáctica) de la existência de una efectiva separa- ciónde poderes, negadaa diário porla preeminenciaincuestionable dei Poder Ejecutivo (Carbó, 1996). Hoy, como território necesario para la negociación entre partidos y poderes dei Estado, en pos de una efectiva democratización política y talvez una profunda refundaciónconstitucional.

Lo anterior, porcierto, constituiría un logro cívico que es todavia másque dudoso, a pesar dei memorabledesalojo dei partido gobernante de la Presi­ dênciadelaRepúblicaen laseleccionesde julio de 2000, por parte dela opo- sición (neo)conservadoracuyos inanes primeros desempenos discursivos ana- licé, elPAN oPartido de AcciónNacional. Hacepocos dias,después de Sema­

naSanta (2001), la inauditaaprobaciónparlamentaria,unanime en el Sena­ do (unai me, sí, como en tiempos de pleno milagro mexicano) y al vapor’

por mayoría en la misma versión en Diputados, de una supuesta ley indíge­ na, que está más distante de los Acuerdos de San Andrés Larraínzar que la pergenada por el anterior presidente Ernesto Zedillo Ponce de León, reitera el continuado valorfuncional de la institución discursiva legislativaen la os- curaadministración cupular dei poder.

[Sobre lengua e historia,]

Mi investigación tuvo entonces, desde su inicio, una dimensión descripti- va e interpretativa enel área de lo político y lo históricoensentido amplio.

Se propuso contribuira un mayor conocimiento y a una explicación más fina de ciertos procesos institucionales de dominación, cuya materialidad discursiva no había sido analizada por la politología o el derecho. Al mis­ mo tiempo yen virtud de sucarácter extenso y longitudinal, que toma co­ mo lugar de observación yfuente una misma institución discursivaalo lar­

go de varias coyunturas (1920, 1935 y 1948), creo que mi trabajo cumple una función, que me parece valiosa, con respecto a lo que, a partir dei maestro Benveniste (1976, 1977), interpreto como la responsabilidaddes- criptiva de la lingüísticapara con las lenguas deeste mundo.

En mi caso,laconstrucciónde un corpushistórico complejo (un comple- jo longitudinal de corpora, en realidad) permite observar con particularniti­ dezel peso de lo histórico en la conformación de una institución discursiva, el Poder Legislativo de losEstados Unidosde México, quecumple una fun­ ción de granimportância en la reproducción formalmente legítima de ese de­

(7)

Carbó: Tocarel lenguaje con la mano: experiencias de método

terminadosistema político. Porotraparte, el corpus habla también de la de­

licadeza y‘astúcia conlaque el sistema de la lengua, el hablade sujetos suje- tados auna estructura suprapersonal, despliega, por ejemplo, en el desempe- no parlamentario, posibilidades verbales que, en conjunto, generan efectos discursivos que no son azarosos ni dispersos, sino que contribuyen positiva­

mente ala consolidaciónideológica de uncierto régimen dedominación. To­

do ello en espanol mexicano dei siglo XX. Considero un estúdio de discurso deesta naturaleza como un aporte ala descripción de una sincroniadada de lengua, en la evolución deuna variantenacional dei espanol americano con­ temporâneo, testimoniada en una recopilación, intencional y sistemática, de producciones discursivas de índole polêmicay pública, en un registroestán- dar o culto’.

Ello nos introduce en la segundadimensión básica demi trabajo; prime­ radiría según la cronologia personal de mis curiosidades: el hechode queés- tese ocupade asuntosde lengua, observados desde la lingüistica. Conciboel análisis de discurso comoun área delalingüistica, entendida ésta en el sen­

tido amplio con el que, entre otros, la ofreciera el maestro Benveniste (1976, 1977). Pero asimismo,quisiera subrayar, como un áreade la lingüistica des- criptiva. Mi práctica de análisis de discurso escucha la lengua con atención primera (y absorta) a la materialidad verbalde los productosdiscursivos. Di- ré más: la intensidad y fineza con la que diversas prácticas, escuelas o enfo­ ques en análisis dediscurso trabajan lo que pudierallamarse ‘la forma (de la lengua)dei discurso’, es un factor decisivoparami con respecto al interés que me despiertan.

[y algunos maestros.]

Porsu parte, mipropuesta teórico-metodológica sefundamentaen launion in- separabledehistoria yformalingüisticaen losprocesossociales deconstrucción de sentido. Pensando yhablandoen Argentinatantosanosdespuésdetantoshe- chos tandolorosos,creo oportuno citar a Eichenbaum(1970), granmaestro en método realista. Dice así:

Para nosotros [los formalistas rusos], teoria e historia se confunden; es­

ta aseveración puede considerarse en su espíritu y en su letra. La histo­

ria nos ha ensenado demasiado como para poder creer que pueda evitar- se esta unión (p. 54).

Además de suscribir categoricamente lo anterior, confieso ser cautiva dei lenguaje,de la lengua, el hablar,el leer; sin duda, el leer, yen general, lo que es simplemente el decir, con toda suextraneza y fulgor. Ello empieza aqui, en Córdoba, hace muchos anos, en la Escuela de Letras Modernas de la Facul- taddeFilosofiaen la CiudadUniversitária (jinolvidables Pabellones “Espafia”

(8)

Kgsg i (d

y “Francia”,y “elAnexo”!), pero persevera en el ciclomexicanode mi vida: el doctorado en lingüística en El Colégio de México, que inicieapenas llegada al D.F., situado aún en la calle Guanajuato 125 de la Colonia Roma Sur, en un edifício que secayóenelterremoto de 1985 (fenômeno geológicoque en México llamamos ‘temblor’ o ‘sismo’; Bradby, 1989).

Volviendo: personal y teóricamente, para mí, elenigmaes, ante todo, el lenguaje; el lenguajeentre hombresen sociedad,ysusinagotables maneras de significar. Por lo tanto,el análisis dediscursoquepracticose pregunta con in- terés particular acerca dela arquitecturadela forma verbal. Usa lente de apro- ximación cercana; se pega al material de íntima manera, siguiendo algunos de los múltiples perfiles lingüísticos, ‘propiamentelingüísticos’, de lasuperfície textual de losprocesos discursivos. Allí seconfigura y esperceptibleladensi- dad histórica, política, significante, dei discurso puesto en acto. Es el dúctil território donde la forma verbal, la formadei decir, despliega una de sus in- contables potencialidades expresivas y formativasen una situación social da­

da. Hallo magnífico este nivel de obsevación de ciertos usos (documentados) de lalengua, fenômenos semióticos con/en los quecon/vivimos los hombres, y que constituyen instânciasciertamenteno inocentes depráctica significan­ te,en tanto son historicamente trazadas y andadas. Pero,asimismo, son usos específicosalapropialengua, ese sistema semiótico de incomparable eficacia, como dice Jakobson (1976);y también remiten al hablante; los hablantes, to­

dos nosotros, como opción supuestabiográficaque pensamosser cada uno y, en cierto modo, somos. También esoes verdad.

En suma, y tantísimomejor de lo que yonunca aspirara a concebirlo, Ban­ hes (1987) formula el espejismo incansabledei lenguaje. Quisiera leerenvozal­ ta ante ustedesahora, el epígrafe que escogíparami libro,disfrutando delaher- mosura de la expresión dei maestro, ybeneficiándomede la luz oblicua que un epígrafeconfiere a la propiaytitubeante palabra. Dice así:

... lo imposible no es lo inconcebible: el susurro de la lengua constituye una uto­

pia. jQué clase de utopia? La de una música dei sentido ... En su estado utópico la lengua se ensancharía, se desnaturalizaria incluso, hasta formar un inmenso te- jido sonoro en cuyo seno el aparato semântico se encontraria irrealizado; el sig- nificante fônico, métrico, vocal, se desplegaría en toda su suntuosidad ... La len­

gua, susurrante, confiada ai significante en un inaudito movimiento, no por ello abandonaria un horizonte de sentido: el sentido, indiviso, impenetrable, innomi- nable, estaria, sin embargo, colocado a lo lejos, como un espejismo ... el punto de fuga dei placer (p. 101).

Y, además, ya entregada al placer de hablar por voces tan sabias y bellas, quisiera ofrecer también esta otra cita, enlaquesedibuja unareflexión sobre método que estimo magistral. Proviene de las ciudades invisibles, sonadas y tenues de ítalo Calvino. Por su voz reflexionan de esta suerte el Honorable Kan y Marco Polo, el huéspedviajero:

(9)

Carbó:Tocar el lenguaje conla mano:experiencias demétodo

De ahora en adelante seré yo quien describa las ciudades, había dicho el Kan. Tú en tus viajes verificarás si existen.

Pero las ciudades visitadas por Marco Polo eran siempre distintas de las pen­

sadas por el emperador.

-Y sin embargo, he construído en mi mente un modelo de ciudad, de la cual se pueden deducir todas las ciudades posibles —dijo Kublai-. Aquél encierra todo lo que responde a la norma. Como las ciudades que existen se alejan en diverso gra­

do de la norma, me basta prever las excepciones a la norma y calcular sus combi- naciones más probables.

-También yo he pensado en un modelo de ciudad de la cual deduzco todas las otras -respondió Marco-. Es una ciudad hecha solo de excepciones, impedi­

mentos, contradicciones, contrasentidos. Si una ciudad asi es cuanto hay más de improbable, disminuyendo el numero de los elementos fuera de la norma, aumentan las posibilidades de que la ciudad verdaderamente sea. Por lo tanto, basta que yo sustraiga excepciones a mi modelo y, en cualquier orden que pro­

ceda, llegaré a encontrarme delante de una de las ciudades que, si bien siempre a modo de excepción, existen. Pero no puedo llevar mi operación más alia de cierto limite: obtendría ciudades demasiado verosímiles para ser verdaderas (Calvino,1991, p. 81).

<QUÉ ES LO QUE TRATO DE DECIR POR VIRTUD DE ESTAS VOCES AJENAS Y HERMOSAS?

jMenuda pregunta! En primer lugar, queelanálisisde discurso (ytambiénla lingüística y quizás la ciência toda) es, entre otras cosas, laexpresión de una mania, de una obsesión, de un empecinamiento en suma, cuyo valor meto­ dológico y teórico no es menor. Al mismo tiempo, que todo ello emanadei placer, dei gozo;dei goce, en nuestro caso,de la lengua; delaconvicción que el lenguaje es belloy elocuente,yque induceun estado de entrega alsignifi- cante que susurra.Se trata, diría, deuna rendición(casi) a la materialidad de la palabra; el ingreso a lo que Barthes llama un “estado de resonancia”(1986).

Aunque por supuesto también intentodecir que, en última instancia, el análisis de discurso esunaapuesta perdida. El tal momento fundador dei de­

cir (en estado de formación) es, por principio, inalcanzable; inexistente des­

de luego; un punto de fuga, lo sabemos ya. Y el modelo de ciudad, por su parte; estoes, el método, no puede prevalecer por encima de su objeto, bo­

rrando de lasuperfície de ese rostro discursivo los perfiles que lo caracterizan enun tiempoy un lugar determinados.

<QUÉ FORMULACIONES CONCEPTUALES Y DECISIONES DE MÉTODOSE DESPREN- DEN DE LO ANTERIOR?

Unas cuantas,de importância fundamental para eltipo de análisis de discur­ soqueintento practicar.Sintetizaré toscamente, me temo,para abreviar el re­

lato. En cuanto método, quisiera destacar antetodoelrecurso a la lectura; sí, a la lectura como herramienta metodológica específica en el marco de una lingüística que no reniega dela propia competência dehablante dei analista, sin que ello implique para nadala conversión de éste en un sujeto todopode-

(10)

EJE2 i (d

rosoen el centrodei sentido yel saber (Carbó, 1996). Porlo demás, cuando hablo de lectura, habloverídicamentede leer, de leer y releer el material, y de volverlo a leer y releer hasta queel oído dei analista se afina, se educa y sin­

toniza, diría, conaquello que, desde el discurso, comienza a hablarle. En aná­ lisis de discurso, ejerzo(y recomiendo) la práctica de unaserie de movimien- tos de lectura y relectura. Sólo de ese modo, lento y paciente, es posible al- canzar la inmersión en una escucha de estilo flotante, una lectura/escucha- /mirada (fija, o casi) que, deliberadamente distraída, se va dejando asir por ciertos perfiles de lo dicho (Carbó, 2001).

Todo estoserelaciona a suvez conel (otrora)dilema enel áreadisciplinaria, con respecto a normalización o literalidad de losmateriales que integranel cor­

pus. Ejerzo (y recomiendo) la preservación de una completa integridad textual en los productos discursivos que se estudian. Estoyconvencidade que la litera­ lidad de lo dicho es un dato fundamental en elanálisis (jyen la vida! véase Car­ bó, 1989, citadaen Piccini,1989). Al respecto, meinteresasubrayar que,en los tiemposdelanormalización instituída porMichel Pecheux ylarevistaLangages, sólo Eliseo Verón (1971) sehalóel valor crucialde lapreservación dela literali­ dad. Lo hizoen un trabajo clásico,elaboradoen 1967para un seminário deiIns­ tituto “Torcuato di Telia” enBuenos Aires, conel interésanadido de vincular el asuntodelaliteralidad con un ‘no saber’ dei analistarespectoa laíndole ylugar de ocurrencia de los fenômenos cuyo estúdio emprendía;discursivos,diriamos hoy; ideológicos y semânticos se designaban entonces. En esos mismos anos, Denise Maldidier(1971) publico en Paris un trabajo sobre la guerra deArgélia en elque adoptaba una solución muy inteligente(jy elegante! se diría enciertos modelos científicos) con respecto al curso dei tiempoen el objeto yla necesaria regularidaden elanálisis dela matériatextual. Lo hizo pormedio dei estableci- miento de frases (documentadas) en cada ciclo o sincronia como ‘canon’ o epí- tomedei asunto (en movimiento),analizando el grueso de la producciónverbal habida en cada sincronia en relación conesasfrases, asumidas emblemáticas; un trabajobreve, precioso, donde ladiscusión más apasionantesobre decisiones de método aparece, lástima,en notas.

Miopción por la literalidad,y otros asuntos teórico—metodológicos que no podre desarrollar aqui, meconducen a unacceso analítico a la materiali- zación verbal de los fenômenos discursivos que transcurre predominante­ mente en el nivel delaestructura sintácticade dichos procesos y productos, y que esde índole manual. Manual, e incluso manteniéndoseel analista siem- pre próximo a su objeto Qfetiche?). En la senda dei maestro Jakobson (1981:87-97), he podido comprobar que lo sintáctico es un espacio privile­ giado para ladetección de los principios constructivos con los cuales el dis­

curso, histórico por definición, adquiere su peculiar trazo y espesor signifi- cante en cuanto matéria verbal (Carbó 1984, 1996).

En suma, el método, entendido como conjunto ordenado de decisiones de conversión dei material en dato, esto es, en material parlante, aspira a

(11)

Carbó: Tocarel lenguaje con la mano:experienciasde método

construir los cimientos y lasfronteras de una escucha, de unalectura,queno actúe sobrelosmateriales como el modelo maquinaria dei Honorable Kan, peroquetampoco seauna lectura delirante (la psicosis seria lacreencia en la significatividad profunda e intencional de todo cuanto nos rodea). Laprácti- cametodológica compleja que intento esbozar, aspiraa ser una lectura que no sólo sea mi lecturapero tampoco unalectura o escucha cualesquiera. Lo diré otra vez: es el conocimiento histórico, lahistoria en suma,quien educa, informa,afina o sintoniza eseoído (^lingüístico? ^sintáctico? ciertamente, es- tructural y pautado) que escucha aldiscurso discurrir.

X

jQUÉ LOGROS DESCRIPTIVOS SEALCANZARON DE ESTAMANERA?

En primerlugar, se pudo comprobar la verosimilitud de la teoria dei discur­

so con respecto a lacapacidadconstitutivadelo discursivo en lo social y po­

lítico. Es decir: fue posible detectar la contribución primordial dei Poder Le­ gislativo Mexicano a la legitimación y estabilidad dei régimen político en su conjunto. Ello sucede por medio de operaciones que el análisis logró estable- cer con cierta nitidez: la Câmara de Diputados funciona como una caja de resonancias para la presentación ygarantizada aprobación de las propuestas de un Poder Ejecutivo prácticamenteomnímodo.En esa condición, los suje- tos institucionales que participanen la escena discursiva (esto es, los diputa­ dos concebidos como hablantes) ejercen labores verbales que son predomi­ nantemente de glosa, paráfrasis y expansión argumentai sobre los textos es­

critos (oIniciativas) que emanan dei Presidente de la República, un hablan- tedehecho inobjetable.

Porelmismo principio, en el momento dei discurso oral o debate, fue po­ sible observar que la etapa interaccionaldei fenômenoparlamentario consis­

tia en la realización de una compleja escenificación ritual (me siento en la obligacion desubrayar que también apegada a derecho) de aquello de lo cual el régimen precisamente carece defacto. El desempefio discursivo dei Poder Legislativo Mexicano actúa, poneen acto, la existênciade unaefectiva sepa- ración de poderes, cual en un sistema de democracia política representativa.

Al mismo tiempo, permite también aflorar y procesar dentro de la Câmara de Diputados (sólo hasta cierto punto, desde luego), las reales diferencias de intereses, las discrepancias argumentales e ideológicas ylas confrontaciones persistentes, que delatarían la presencia de profundas grietas y fisuras en el sector de la élite dominanteallí admitido. Por último,ypuesto que mi estú­ dio, comodije, cubre un ciclo cronológico bastante extenso, fue también po­

sible observar el laborioso proceso histórico de disciplinamiento dei propio PoderLegislativo comoeltipo de institución sui generis arriba esbozada, den­

tro dei repertório de recursos, con frecuencia feroces, con losque los deten- tatarios dela revolución triunfante ejercieron tareas de (auto)control.

Esta élite postrevolucionaria puede ser caracterizada comolaexpresiónde una alianza opacto corporativo interclasista que, pordefinición y práctica, ha

(12)

ER3il i (i)

estado plagada, a lo largodeicicloque estudié, de tenaces conflictos y luchas de poder. La calladay más o menos armoniosa escenificación parlamentaria no logró nunca dei todo soterrarestas heridas activas (contradicciones, en- frentamientos) con respecto al rumbo dei proceso de dominación que com- partieron en un ciclo. Todo ello, además, hubo deser logrado (y en ese sen­

tido, elêxitoes notable) sin atentar contra la autoridad o el prestigio dei Po­

der Ejecutivoen turno;aunque ha habido, porsupuesto, diferencias percep- tibles entre ciclos.

En cierto momentodeitramo 1920-1950, en el ciclo de la postguerra, las crecientes necesidades de legitimación política dei régimen dictaron la con­ veniência de incluir en la Câmara de Diputados algunos representantes, así fueran cuasisimbólicos, de los escasos y pequenos partidos de oposición. Es­ tos diputados, incorporados al Congreso por medio de una reforma a la ley electoral en 1946, cumplieron importantes funciones en el ciclo de mayor es- tabilidad dei régimen mexicano. Además de contribuir a la plausibilidad de la puesta en escena deunademocracia formal, inyectaronal momento de de­

bate una cuota de vivacidad que emanaba de las reales inconformidades de unaverídicaoposición política,muypequena al principio (;y proveniente de la derecha católica!), contra el partido hegemônico, ante el cual esta fue de todos modos siempreconminada a actuarcomo unaoposición leal y “razo- nable” (Meyer, 1977).

La crisis, que hoy estálejos de resuelta, comenzó a ser visible dentro dei ciclo cubierto por la observación. Se manifesto, por cierto, en dimensiones específicasdelos fenômenosdiscursivos que habían sidodetectados como ca­ racterísticos deiobjeto analizado. Procuraréexplicarmepuestoqueello esin- teresante conrespecto alasapuestas teóricas y metodológicas que yo me ha- bía formulado. Establecido que fue mi objeto deestúdio, la lectura y descrip- ción subsiguiente detectaron en él la presenciade ciertos rasgos de compor- tamiento interaccional; por ejemplo, usos claramente polêmicos de ciertas posibilidades pragmáticas implicadasen la situacióndedebate, trátese de mo- cionesde orden o de pedidos de la palabra “para hechos”, juicios de im/per- tinencia en el desempeno interaccional (“apartarse dei asunto a debate”, en­

tre otros), amén de interrupciones, aplausos, chiflidos y ruidos diversos.

En 1988, loque sucedió en México durante el informe dei Presidente de la República al Congreso de la Union, puede sintetizarse en el fenômeno, muyfrecuente durante el período queestudié (aunque, desde luego, entre pa­ res y no hacia el Presidente), de “Serie de interrupciones al hablanteen tur­ no” (Carbó, 1996, p. 181, 184-5). El entonces senador Porfirio Munoz Le­ do lo quehizo fueuna simpleQ?) transgresión estatutaria: interrumpió en va­

rias ocasiones, con claraorientación disruptiva, al presidente en ejercicio Mi­

guel de la Madrid Hurtado mientras éste rendia ante el Congreso su último informeanualde laboresel Io de septiembre, ensolemne ceremonia. Lo que allíserompió,esclaro, fue mucho másque un calladoacuerdo interaccional

(13)

Carbó: Tocar el lenguaje conla mano: experiencias de método

y político. Se tratabadei quiebre, primero y final se diría, de un ritual políti­ co de alto valor simbólico, que expresaba una alianza enlacúspide. Desde en- tonceshacia acá, lacrisis dei modelo no ha hecho sino agravarse. Será preci­

so un nuevo pacto constituyenteen México para que ciertos espacios institu- cionales, el Congreso por ejemplo, recupere elejercicio pleno desus faculta- des, al tiempoquesereconfiguran sus potencialidades discursivas.

^PORMEDIODEQUÉPROCESOS Y RECURSOS DE MÉTODO SE LOGRÓ ESTA DES- CRIPCIÓN INTERPRETATIVA?

Algunos, en términos generales, han sido ya mencionados. Otros lo serán brevemente. En la línea dei grupo francês de analisis de discurso, mi trabajo analiza un corpushistórico amplio, construído apartirde un acervode archi- vo significativamente más extenso. El ingreso al archivo fue de orden léxico;

noen el sentido de búsqueda de recurrencias, sino léxico en una dimensión temática o tópica. Seextrajeron dei archivo todos aquellostrâmites legislati­ vos, entre 1920 y 1970, cuya designación en el registro oficial de la institu- cióndiscursivaestudiada(el Diário de los Debates de la Câmara de Diputados dei Poder LegislativoMexicano) incluyera uno u otro o los dos siguientes ele­

mentos léxicos o términos: “indi/o/s, indí/gena/s,étnic/o/a/s” y“educación” (con variantes y derivaciones). La fuente, así interrogada, de maneramanual sistemática, ofreció un volumen amplísimo de materiales que constituyeron el acervo deiestúdio y fueron posteriormenteel origen de su corpusu objeto de análisis. El acervo registra 165 entradasa lolargode 55anos y elcorpusse compone de siete entradas en tres grupos a lo largo de 28 anos (Carbó,

1996); lacapacidadde generalización dei estúdio con respecto a losrasgos bá­

sicosdela escenadiscursiva observada se extiende hasta después de 1970.

La construcción o constitución (que no “recopilación”) dei corpus, como siguientemomentometódico, implica el recursoa critérios de otro orden. La selección de los materiales en el nivel mismo dei acervo obedece aprincípios deselecciónycombinación que son en realidad argumentales:buscamos (to­ dos nosotros), encadacaso, de/mostrarciertas cosas con el análisisdei corpus como evidencia empírica. Ciertamente, mi accesoléxico-temático al archivo implicaba ya,desde un punto de vista teóricoymetodológico, la concepción deun cierto asunto histórico-político ylapresenciade hipótesis (almenosex­ ploratórias) con respecto a superfil específico. Ciertamente, también, mi es­

crutínio de documentos y trâmitesen el archivo partia dei (prévio) saberque el tópicodela educaciónindígena enel discurso parlamentariomexicano po­ dia constituir una instancia adecuada (que resultó óptima, por cierto) para observar el desempeno dei régimen postrrevolucionario en sus procesosdis­

cursivos de diseno de acción gubernamental. Ello, en tanto el asunto de los grupos étnicosysu participación en los benefícios posteriores a la lucha ar­

mada exhibe con particular nitidez las dificultades que laélite gobernante hu- bo deafrontar con respecto alas contradicciones que emergíanentre un ré-

(14)

QEQ

i (i)

gimen discursivo que se decíaheredero de un movimientoinsurgente deori- gen campesinoy orientación democrática, ylos hechos de un régimen polí­ tico y econômico crecientemente desigual en ladistribuciónde casi todos los bienesdeseables deeste mundo.

[Sobre el corpus^

De igual modo, alo largodei proceso de conversión dei material endato, los critérios de construcción dei corpuscombinaron varias dimensiones. Por un lado un cierto saber histórico e institucional (no desdenable) con respecto a laperiodización ‘macro’ dei prolongadociclo que se observaba (el de la post- rrevolución triunfante enel siglo XX). Es claro también que lacolocación de esta mirada de pertinência histórica, si así puede llamársele, seajustaba a las preguntas que orientaban el propósito de la demostración. En este caso: la obtención de evidencia discursivasobreel proceso de construcción dei más tarde cuasi ‘naturalizado’presidencialismo mexicano, desde un lugardiferen­

te al propio Poder Ejecutivo, y apropósito de un tema (el indigenismo) de clara importância en el ejercicio retórico dei régimen político. Porotra parte, la construcción dei corpus escrutó también si las coyunturas institucionales preseleccionadas (la creación parlamentaria de algunas instituciones indige- nistas de alcancenacional y propósito asistencial específico) ostentaban ensu realización verbal parecidaso diferentes configuraciones discursivas, o mor- fologíasespecíficas, podría también decirse.

Todo ello con el grato resultado de que la teoria con respecto a la imbri- cación estrechísima (co-constitución es sin duda una designación más apro- piada) entre historiay materialización significante delos procesos discursivos se confirmabade una manera plena y hasta casi hermosa: no sólo era posible encontrar quelacreaciónde instituciones indigenistas ocurría en determina­

dos momentos históricos de particular ‘densidad’ (institucional, política, ideológica, cultural, econômica), sino que también y por el mismo principio (ypuesto que se trataba de coyunturas muy diferentes a lo largo dei proceso deemergenciay consolidación dei presidencialismo mexicano), los tres sub­

conjuntos dei corpus (ocomplejo decorpora) mostraban realizaciones discur­ sivasaltamente diferenciadas con respectoavariables constitutivas(“laforma dela lengua dei discurso”) en ese espacio institucional a lo largo dei tiempo.

Por ejemplo,enelprocesode 1920, la responsabilidadde iniciativa legis­

lativa correspondió a ungrupo de diputados de orientación ideológica ‘radi­

cal’ o progresista dentrode la Câmara,quienes a su vez ofrecían resistência a una iniciativa presidencial que todos ellos sabíandilecta(lacreación de la ac- tual Secretaria de Educación Pública), en condiciones de micro-coyuntura histórico-política sumamente enredadas, que el análisis tuvo que desenmara- nar aunqueno puedo exponer aqui (Carbó, 1996).

(15)

Carbó: Tocar el lenguaje conla mano: experiencias de método

Ésefueel caso de 1920,entantoque transcurridos quinceafios, en 1935, asistimosaun despliegue casi excesivo de c/reciente autoridady poder presi­

dencial: la Iniciativa de Ley provienedei presidente general (revolucionário) Lázaro Cárdenas dei Rio, a lasazóndedicado a instituir y consolidar el luego famoso presidencialismo mexicano. En efecto, el presidente Cárdenas pro- movió con mano vigorosa la construcción dei território institucional para el (unipersonal) ejercicio simbólico y operativo de más alto poder en el régi- men; lo que en anos posteriores, en el habla de funcionáriosyallegados, se­

ria reverencialmentealudidocomo: “lasoficinas de (la) Presidência” (y ane­ xos y derivados). En 1935y pocos meses antes dei trâmite legislativo analiza- do,habían sido desaforados un número elevado de legisladoresde ambas Câ­ maras, presuntoso declarados partidários dei opositor al Presidente, el ‘Jefe Máximo’,el nortefio general (revolucionário también) Plutarco Elias Calles.

El Poder Legislativosealineabay auto-purgaba. En elfuncionamiento parla- mentario para lacreación deiDepartamento deAsuntos Indígenas, la coyun- tura reciente se tradujo en la ausência completa de debate en el momento asignado a estatarea legislativa. A la hora de la votación, hubo una sólida unanimidad, favorabledesde luego (en versión idêntica a la presentada, falta- bamás), a la creación de undepartamentoadministrativo cuya obra institu­ cional seriaimpresionante, y alcanzaría mítica condición fundacional en la estirpe de institucionesindigenistas mexicanas post-revolucionarias.

En 1948, por suparte, la escena seexhibe estabilizada en unaforma ca­

nônica’para el ciclo de mayor êxito dei modelo: una Câmara de Diputados conoposición (casisólo ritual pero presente y audible; vocinglera, de hecho) que recibe y aprueba, poramplísima mayoría de votos (ya no más monolíti­

ca unanimidad), iniciativas presidenciales en las cuales no ha introducido ninguna modificación de importância, aunque ello se halogrado, y allí resi­ de su importância, sólo después de transcurrir undebate extensoy por mo­ mentos hasta acalorado entre los ciudadanos representantes parlamentarios (dediferentes partidos, poranadidura).

Sientoque nos encontramos, sisemepermiteuna digresión,en un pun­

tode riesgocon respecto a laverosimilitudde lalegitimidadmetodológica de lademostración teórica que sostengo haber alcanzado por medio dei estúdio empírico de caso que les estoy presentando (perdón por las asonancias técni­ cas). En concreto: meha sido atribuída con desgraciada frecuencia “una gran suerte en el hallazgo” (nc) de materiales como los dei corpuscuya construc­ ción teórica me empecino en argumentar. Aprovecho la ocasión (como loha- go siempre, porlo demás) para formular una negativarotunda: no existe en este asunto másazar afortunado que el delaplausibilidadde la teoria de dis­

curso con la cualtrabajo, yde suaplicación metódica ysistemática, amén de explícitayregular, en un caso particular y complejo.

Lajusteza de los materiales que el propio estúdio construye como su ob­

jetodeanálisis está en deuda,sí,con la generosidad deiacervo que se acumu-

(16)

CTBíl i (i)

ló pormedio de critérios léxicos, aplicados, como se dijo, de manera (manual yhumanamente)estricta, aunque ello por sí sólo tampocoessuficiente. De- bemás biensu precisión o puntería (“tino” se diría en espanol mexicano con­ temporâneo)al tejido estrechoqueexiste entre loquehellamadoel saber his­

tórico (el saber formularse preguntashistóricas pertinentes o no triviales) y el desarrollo de la capacidad de escrutínio o de escucha, lectura, observación, análisis, descripción (lingüística inclusive), interpretación ocomo quiera11a- mársele, en elpolo de las habilidadesanalíticas; esto es, laeducación y forma­ cióndei propioanalista como instrumento y conductordei análisis (en el do- ble sentido de “transmisor eléctrico” y “guia”), gracias a su contacto cercano y prolongado con numerosos productos discursivosdeuna misma institución alolargode un ciclohistórico extenso;leídos y releídos y vueltos a releer (con esmerada ydistraída atención).

[y la lectura.]

Ello se inscribe en lo que he llamado un uso teórico y metodológico de la lectura, y no hubiera sido tampoco suficiente si el análisis no se hubiera obligadoademás a transcurrir sobre una red dedecisiones metódicasquese aplican de manera uniforme al conjunto de los materiales en sus respecti­ vos niveles, y de este modo funcionan como imprescindibles controles (científicos, podría decirse) en este asunto, quizás un poco inquietante, de la lectura como método (Carbó, 2001, 1996; véase sinduda Jitrik, 1982 y 1987). Resumiendo, diré que el análisis de discurso que intento practicar (de inspiración materialista y orientación semiótica sobre bases lingüísticas formales) se impone a sí mismo la tarea de hallar soluciones a problemas que podrían considerarse propios de la lingüística descriptiva, en cuyo se- no,como hedicho, este experimentoanhela ser reconocido. Todo esto, des­ de luego, invoca interesantes discusiones sobre temas de teoria (dei cono­

cer), y en torno al principio de evidenciao inclusive de compre/he/nsión que seria bonitodesarrollar alguna día.

Porejemplo, el asunto de la segmentación es un verídicoasunto. En con­ creto, precisa una noción de frontera, simple y liana, entre unidadesanalíti­

cas, con la complejidadconceptualy práctica que conlleva el establecimien- to detal principiosobrela(terca) evidencia empírica. Noobstante, estoy con­ vencidaquelos critérios para loquese llamacorte oparsingenanálisis de dis­

curso han deser regulares y explícitos en los múltiples niveles de suobjeto de análisis;en este caso, una constelación de complejos significantes como es el discurso. jMenudo problema! pues si movemos el punto de vista y el objeto observado, según diferentes colocaciones recíprocas, ese desplazamiento da como resultado la ocurrencia de diferentes perspectivas, ângulos y cortes po- siblesde segmentación (noarbitraria).

(17)

Carbó: Tocar el lenguaje con la mano: experiencias demétodo

Lamento no poder proseguir este tema, aunque sidebo decir que mi ins- piración y guia aqui es la concepción memorable dei maestro Benveniste (1976) sobre el nivelcomo un operadordei propio análisis, y no como algo externo o impuestoal material. El concepto de nivel, junto con elprincipio de función,y he aqui unaestructura que trabaja, pues las unidades dei aná­ lisis lingüístico, dice Benveniste, sólo pueden ser establecidas como tales si constituyen partes funcionales dei siguientenivel. En el território trazado por estos princípios cabe muy bien la noción dediscurso con la que trabajo: un objeto de materialización en principio verbal, lingüístico se diría. Pero ade- más,ydadala capacidadgenerativaque lo discursivotiene sobre los espacios sociales de concepción, desarrollo y combate de significaciones estratégicas (desde luego, noidênticasni compartidas), el discurso como aparato semió­ tico es asimismotributário deisistemadela lengua ensu sentido más abstrac- to y poderoso: una estructura de partesfinamenteajustadas, jerárquica, com- pleja y replicable sobre si misma en una serie de ampliaciones y desplaza- mientos sucesivos; de hecho, potencialmente infinita o incesante, podría también decirse.

Aprovecho para subrayar que la práctica de segmentación, de re- /des/construcción dei materialen series de datos, excluye ciertamente eluso ejemplarizador defragmentos o trozos textuales de estatuto teóricoy meto­ dológico indefinido, provenientes de una edición discrecional normalmen­ te no explícita; uso ilustrador de conceptos o argumentos, que se observa con ciertafrecuencia en prácticasanalíticasautodefinidas como análisis de discurso; dicho sea esto en disposiciónsólodidáctica, ruegoque seme crea.

Otras decisiones haciaabajo, en niveles crecientemente ‘micro’, se van te- jiendo con lasyaexpuestas: el material analizado en finoen lo verbal, queno esla totalidad dei corpus, y ello según critérios de pertinência que no puedo detallar aqui aunque revisten gran importância(Carbó, 1996) sigue siendo trabajado una yotra vez. Todo esto incide sobre la concepción y manejo de los datos y, en ese mismo território, sobre el asunto de los niveles ylas uni­ dades deanálisis. Éstas pueden correspondera textoscompletos, propios de diferentes etapas(fácticas o normativas) en unasecuencia intertextual, o bien a párrafos,oraciones, sintagmas, lexemas o morfemas, si es preciso.

De regreso hacia arriba,esta estructura significante que trabajapuede lle- varnos, con una mínima flexión verbal de pretérito (Carbó, 1996), desde la disonancia detectadaporel oídoanalítico en laocurrencia en unacierta zo­ na textual, de una única forma verbal de pasado en Ira persona dei plural, dentrodeuna serie extendidadeformasde futuro simple en impersonal, has­

ta niveles superiores y superiores, de complejidad significante creciente, en una espiral semiótica que va desplegándose y, en cierto modo, senalando al moverse algunos lugares dónde indagar. Al mismo tiempo que se atienden esosenigmas en una suerte de estructurada entrega o ‘rendición teórica’ a su carácter intrigante, la comprensión se ampliay se matiza. Porejemplo, en el

(18)

0E2

i d)

caso que he citado arriba, la flexión de pretérito nos condujo hasta la detec- ción de un pacto (extra y preparlamentario) entre sectores de la Câmarade Diputados; estoes, el espacio ‘extralingüístico’ de las cambiantes alianzas par- tidarias dentro dei Poder Legislativo en el primerciclo postrrevolucionario, y hacialos personajesmás destacados de la escena política nacional con respec­ to a Poder Ejecutivo y más allá, en un momento dado entrejuniode 1920 y agosto de 1921 (Carbó, 1996).

[Bueno, pero ^cómo se hace (jy d/escribe!) de manera, acadé- micamente aceptable/realizable un simple proyecto de aná­

lisis de discurso?]

(Pienso que podría preguntar/se/me algún joven practicantede la disciplina.) Una empresacompleja de comprensión histórica ydescripción verbal, según la persigue y desea cierto tipo de análisis de discurso, por ejemplo el ‘mate- rialista-semiótico-lingüístico’ que practico y he intentado exponer, u otros afines,sólo pueden realizarse con muchos esfuerzos, hartas dificultadesyuna persistente curiosidad porel lenguaje, sumado todo ello a una docilidad ex­ trema ante lasexigências, no sólo metodológicas, que demanda la delicaday exacta descripción de los fenômenos lingüísticos (Benveniste, 1976)3. Ade- más,habré de senalar que, en micasoyen otrosqueconozco cercanamente enMéxico, algunos estúdios (integrales)dediscurso tomaron mucho tiempo, en uncontexto pre-post-moderno y pre-liberal-salvaje enla investigación ins­

titucional (Coronado, 1999; Fonte, 1998; Lema, 1998; Ruiz Ávila, 1998), obras mayores todasque no sési alcanzarían a madurar en los tiempos apre- murados de las investigaciones de doctorados por proyecto que se imponen hoy en día. En cuanto a la marcha saludable de un proyecto análisis de dis­

curso,en términosconcretos, sólo puedo aconsejar,esosí con énfasis, untra­

bajoordenado ygenerosoen cuanto al acervo,seguido poruna labor despia- dada de cenimiento y ajuste dei corpus de análisis, a fin de queéste guarde una relación con las hipótesis dei estúdio que sea al mismo tiempo fina (o precisa) y flexible (o promisoria), además de econômicayelocuente. (Sobre asuntosdela construcción dei corpus, en un texto más o menos complemen­

tado a éste, puede consultarse Carbó, en prensa; también Verón, 1971 en la p. 145,y allí mismo, n° 9).

A lo largo y a lo ancho de este tejidometódico, los tiempos dei análisisy de esta exposición se mueven yse traicionan ineludiblemente. Hay siempre en juego porpartedei analistauna suerte de ‘(más) saber’, un saber quepor principio se instituye Qfinge?) como ignorante: el ‘no saber’, y que de esa ma­ nera, distraída o absorta por principio, aguza laescucha, sensibiliza un esta­ do de sintonia y alerta ante la lengua y sus figuras. En suma: intento asir lo

(19)

Carbó: Tocar el lenguaje conla mano: experiencias demétodo

que es, quizásineludiblemente, unaficción metódica, en cuyo transcurso las preguntas y las respuestas se van tejiendode manera imperceptible aunque te­ naz,según unadinâmicacuyalógica profunda se revela siempre expost. La fi­ gura de una luz oblicua conviene a loque intento decir.

Luegoentonces, es verdadero aunque tambiénesencialmente falso que sea sólo y en sí mismo un determinado uso verbal (lamentada flexión de preté­ rito, por ejemplo) el que, como undiamante con su propia luz, nos haya aler­

tado sobre la evidente y altísima complejidad histórico-política en la cual transcurre lacreacióndei Departamento de Educación y Cultura paralaRa- zaIndígena (Decri)en 1920, ylos movimientos posibles de los participantes en esa escena dada. Es cômico, por su parte, pensar que algo en lo histórico (en cuanto historiográfico) podia habernos sugerido observaren particularel paradigma de tiempos verbales en ese texto específicamente(quees a su vez una partede unturno dehablaenelconjuntode58 turnos transcurridos en el debate). Aunque, desde luego, es tambiénverdadero que el turno en el que el fenômeno ocurreen la sesión es uno de los quecategorizo “turnos discur­

sivos mayores” (Carbó, 1996), en boca de un personaje (actor, participante, figura) que ocupa un punto específico de intersección de líneas de adscrip- ción (o suma de rasgos característicos), y que historiográficamente se perfila esencial enlamicro/coyuntura. Toda estainformación proviene de diferentes

‘paradas’, close-ups (en elsentido visual o perceptivo global), o puntos de ob- servación, que sondetectados, construídos a lo largo de una apreciación glo­

bal de, en este caso, la fuerza pragmáticaque se implica en ese “episodio in- teraccional” dentrodelaestructuradelasesióncomo untodo (Carbó, 1996).

Confio quesepercibaya un poco más desarrollada la noción de una lec- tura de orden linguísticoque, además de no sersorda, procura no ser mensa (coloquialismo mexicano por “tonta”, “ingênua”; fig. “plana”), pues ha sido sistemáticamente desencantada, iluminada, por un cierto saber histórico. De todosmodos es, insisto, lectura, yestambién lingüística, tanto ensentido es- trictocomo lato. Quisiera a este respecto invocar, como lo hago confrecuen- cia, la nociónde ‘delicadeza analítica’, yanticiparme alas críticas (frecuentes también) sobre su cômoda imprecisión. Empleo estanoción para referirme no sólo a un nivel de detalle o profundidad en el análisis, sino también (o quizássobre todo) a una disposición (^sentimental?) hacia la naturaleza e in- tensidaddei movimiento queacerca, vincula, al analista a suobjeto. Mi uso seinspiraen lo queJakobson (1981) hallamado awareness: unestado de aler­ ta, un tipo de atención en el que se combina la percepción de las múltiples funcionesdeun texto con laaprehensión desuintegridad. Asimismo, el ana­

listadediscursopodríaserconcebido como Benvenistedefiniera al psicoana- lista: alguien que escucha “los desgarrones deidiscurso” (1976). Secompren- derá,sin duda, el valor insustituible de la preservación de la literalidaden un acercamiento deesta índole a los procesos yproductos discursivos.

(20)

SI33 i (i)

^Cómo concluir?

Nolosé, porlo que aprovecharé para anadir que, ala antigua usanza en la lin- güística, dos dimensionesbásicas en mi prácdcade análisis son forma y lugarde ocurrenciade los fenômenos que seanalizan. Elconceptode formahasidosu­ ficientemente argumentado. El de lugar, porsu parte, da cabida al tiempo, no sólo el tiempo histórico de los grandes relatos o mitos(o formas de periodiza- ciónhistórica)paraunciertocaso,sino también el tiempodei análisis, en sus di­ ferentes decursos según los distintos niveles dei objeto, allí incluida también la materialización verbal con la que lo temporalizado (lo que ya ocurrió) se va en­

carnando enel desarrollodelos propios textos yprocesos. Locación final es un áreatextualtansubrayada o densa comolocacióninicial, a laque Barthes (1987, en lapág. 166, nota 13) llamó el lugarde lalucha contra laafasia.

Concluiré entonces subrayandoqueelestablecimiento de niveles yunida­

des enel material que integrael corpus, ysu consecuente re/integración (shuf- flingand reshuffling expresamejor mi idea, con permiso), al igual que nume­ rosos movimientos metódicos asociadosen seriesde aplicación paralelao se- cuencial, yquenohe podidodesarrollar ahora, sustentan unproceso de aná­ lisis quereconoce su filiación en ciertosprincípios básicos dela lingüísticaes- tructural clásica. En esamisma fuente, leída y releída durante afios, en esos maestrosadmirables, encuentro inspiración para unacercamiento al lengua­

je que, como reza el título de este trabajo, nodesdena tocarlo con lamano.

Se funda en una concepción a la vez materialista y abstracta dei funciona- miento de los procesos significantes, que no reconoce fronteras de tipo sus- tancial entre lo que se acepta como lingüístico (o verbal) y lo que se senala diferente delo lingüístico; lo extralingüístico, a menudo bajo la designación de contexto (otra discusiónque no haré hoy).

Así, laobservación ytratamiento dei asunto en forma a la vez paradigmá­ tica y sintagmática puede ampliarse, tal como lo senalara en 1970 RomanJa- kobson (1976),en un crecimiento desucesivosdomíniosanalíticos.Talesdo- minios o regímenes han de estar dotados de capacidad para movimientos oblicuos yrecursivos sobrela estructuracompleta dei objeto re/des/construi- do, me atrevo aanadir, aunque es seguro queesto seimplicabaen la observa­

ción dei maestro. El único limitea este inagotabledes/re/tejido de redes ha- bría de ser, lo admito, el dei delirio totalo, preferiblemente, el de las lindes razonables queha de fijarse a sí misma una empresa de estúdio decidida, a pesar de todo, a mantenerse en el reino deeste mundo.

Quisieraanadir que, dada la naturaleza de su objeto de estúdio (discurso de tipo parlamentario), es crucial en mi trabajo el análisis específico disena- dopara el tratamiento de unasituacióninteraccional como laquele concier- ne, de tipo institucional, público, oral,momentâneo, múltiple y cara a cara (debate ensesión parlamentaria). Para ello acudo al aparato formal dei análi­

sisconversacional, tal comofuera formuladocon ejemplar claridad porSacks

(21)

Carbó: Tocarel lenguaje con lamano:experienciasdemétodo

yotros (1974),y lo hago con autentico placer intelectual. Claro está queme esfuerzo en enriquecerlo con la inserción (estructurada) dei ya mencionado saber histórico, tal como se proyecta sucesiva o simultáneamente sobre los mismosconjuntos de hablantes, en laformade pares de rasgos contrastados (Carbó, 1992).

Diré en brevequeel escrutínio de la dimensión pragmática de los desem- penos interaccionales de los participantes en el nivel local, se insertaen una ampliaestructura analítica, en una lecturacompleja y extensa dei caso, que esla que he intentado presentar. En matéria interaccional, entonces, elvalor polemico de un turno dehabla en una cierta locación, la ocurrenciao no de interrupciones a lo largo de una intervención, o la forma dada a un tramo textual de aperturade turno(en contra dei asuntoadebate, por ejemplo), se construyen como datos demanera semejante a laflexión verbal depretérito:

hilos que se vanligando en ellaberinto dei sentido dei decir, a partir de una observación/escucha desu forma/lugar específicos (Carbó, 1996).

De hecho, todo el análisisde la construcción verbal que los actoresparti­

cipantes hacen de símismos, y en conjunto, el establecimiento de una suer- tedemapa ored entrelos mismos, descansa sobreelmismo doblemovimien- to de saber/no saber, paradigma/sintagma, forma/lugar, pregunta/respuesta,

‘micro7’macro’, historia/lengua, que impulsa la empresa toda.

Compartiendo, comolo hago, la admiraciónenamorada que tan grandes maestros han dedicadoal fenômeno de la lengua, y a la estructura exquisita de su poder significante, mi metaes emularsu informado y riguroso asom- bro. ^Qué otra cosa, si no, esel análisis?

NOTAS

1. Nota para lectores no argentinos: llegué a México, en efecto, en ese mismo ano, como tantos otros cordobeses de la Universidad Nacional. Habíamos sido par­

te (afortunada según lo que vino después) de la limpieza ideológica y política que, en algunas províncias (Córdoba, notoriamente), precedió a la dictadura militar. Ésta se instauró en marzo de 1976, por medio de un golpe de estado contra la hasta entonces Presidenta de la República, senora Isabel Martínez, viuda de Perón.

2. Nota para lectores argentinos y no argentinos: me honra destacar que, prove­

nientes no sólo de la Facultad de Filosofia y Humanidades de la Universidad Nacional de Córdoba, sino inclusive de la misma Escuela de Letras Modernas que fue la mia, han hecho presencia insustituible en la investigación y la críti­

ca en México, los siguientes queridos colegas: Horacio Crespo (1988-90), Raúl Dorra (1981, 1989, 1994), Antonio Marimón (que en paz descanse;

1999a y b), Mabel Piccini (ed., 1989, 2000), Mier y Piccini (coord., 1987), Luisa Ruiz Moreno (1993, 1998) y Carlos Zolla (1984, 1988). Sin olvidar, por supuesto, a Noé Jitrik (1982, 1985, 1987, 1988; ed. 1990, 1991, 1993), fundador de la revista Discurso y baluarte de la misma durante anos en la UNAM. No coincidí con él en Córdoba pues se exiló en Francia cuando el gol­

(22)

KJE2

i (d

pe dei General Juan Carlos Onganía en 1966. Después, en México, me dio clases en el doctorado dei CELL (Centro de Estúdios Linguísticos y Literários, El Colégio de México), en 1978.

3. Como de costumbre, el maestro merece ser escuchado en su propia voz. En el prefacio al primer volumen de los Problemas, dice: “Quienes descubran en otros domínios la importância dei lenguaje, verán asi [fórico; por los trabajos allí in­

cluídos] cómo aborda un lingüista algunas de las cuestiones que se [le] plan- tean, y acaso advertirán que la configuración dei lenguaje determina todos los sistemas semióticos. A aquéllos habrá páginas que les podrán parecer difíciles.

Que se convenzan de que el lenguaje es por cierto un objeto difícil, y de que el análisis dei dato lingüístico se consuma por vias arduas”.

4. Estos temas se acercan a una (necesaria) reflexión sobre los procesos formati- vos de la superfície textual, o morfología (lingüística, significante) de los fenô­

menos discursivos. En ese complejísimo território, está implicado, entre tan­

tos otros, el tema de la ‘huella’ en análisis de discurso; asunto de mucho inte­

rés que tampoco podré desarrollar en esta ocasión, aunque concierne a un au­

tor que leo con provecho, el ya citado Eliseo Verón. Diré sólo que, aunque la noción de huella se teje más o menos fluidamente con su exposición dei con- cepto de semiosis infinita, estoy convencida de que tal designación es una ma­

la decisión léxica. Pienso que una concepción materialista de los procesos so- ciales, allí incluídos los de construcción de sentido; esto es, una visión global­

mente semiótica de lo significante, excluye el principio de huella como evi­

dencia dei trânsito de un fenômeno de sentido desde un nivel a otro (más o menos discretos ambos) y, sobre todo, excluye la presuposición de que la hue­

lla seria un ‘rastro’, un fragmento de evidencia de una materialidad significan­

te regida por diferentes principios de los de su origen. Por lo demás, su obra (alguna de la cual incluyo en esta bibliografia), además de coetánea a la de Mi- chel Pecheux y oblicua de muy inteligente manera con respecto a la hegemo­

nia de ésta, fue seminal en la constitución dei campo dei discurso. Pecheux, a su vez, acusó serio recibo de las observaciones que en ese tiempo le formuia- ron Verón y Fisher (Pecheux, 1978).

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

AGUILARCamíN, H. Y Meyer, L. (1989). A la sombra de la Revolución Mexicana. Mé­

xico: Cal y Arena.

Barthes, R. (1983). El grano de la voz. México: Siglo XXL

BARTHES, R. (1986). Fragmentos de un discurso amoroso. México: Siglo XXL BARTHES, R. (1987). Elsusurro dei lenguaje. México: Paidós Comunicación.

BENVENISTE, E. (1976). Problemas de lingüística general I. México: Siglo XXL BENVENISTE, E. (1977). Problemas de lingüística general II. México: Siglo XXL BRADBY, B. (1989). Review of Teresa Carbó y otros, Una lectura dei sismo en la

prensa capitalina, Cuadernos de la Casa Chata, Ciesas, México, 1987. Socio- linguistics, 18, 116-18.

CALVINO, I. (1990). Las ciudades invisible. México: Minotauro.

Carbó, T. (1984). Discurso político: Lectura y análisis. México: Cuadernos de la Ca­

sa Chata 105, Ciesas.

CARBÓ, T. (1987). ^Cómo habla el Poder Legislativo en México? Revista Mexicana de Sociologia, 43, (2), 165-180.

Carbó, T. (1992). Determinaciones discursivas sobre episodios interaccionales en si­

tuación de debate parlamentario. Morphé, 8, 25-51.

Referencias

Documento similar

Si la inclinación supera la latitud del lugar de lanzamiento (gura 2c) hay dos posibilidades en las que será necesario determinar el Azimut, Az adecuado para insertar directamente

Where possible, the EU IG and more specifically the data fields and associated business rules present in Chapter 2 –Data elements for the electronic submission of information

The 'On-boarding of users to Substance, Product, Organisation and Referentials (SPOR) data services' document must be considered the reference guidance, as this document includes the

In medicinal products containing more than one manufactured item (e.g., contraceptive having different strengths and fixed dose combination as part of the same medicinal

Products Management Services (PMS) - Implementation of International Organization for Standardization (ISO) standards for the identification of medicinal products (IDMP) in

Products Management Services (PMS) - Implementation of International Organization for Standardization (ISO) standards for the identification of medicinal products (IDMP) in

This section provides guidance with examples on encoding medicinal product packaging information, together with the relationship between Pack Size, Package Item (container)

Package Item (Container) Type : Vial (100000073563) Quantity Operator: equal to (100000000049) Package Item (Container) Quantity : 1 Material : Glass type I (200000003204)