Haciendo el Portal en Familia
¿Qué poner en Navidad?
EL ÁRBOL DE NAVIDAD Y EL PESEBRE
Un árbol de Navidad, ubicado en el sitio mejor de la casa, decorado con adornos y luces multicolores, estaba mirando orgullosamente un pequeño pesebre no muy bien arreglado y puesto allá en un rincón casi abandonado, y le dijo: “No tienes esperanza, ya pasaste de moda y estás destinado a desaparecer. No te pusiste al día, quedaste siempre el mismo: la misma gruta, los mismos pastores, las mismas ovejas, la misma estrella, el mismo San José, la misma Virgen arrodillada, el buey, el asno, y el mismo niño...
Tienes que aceptar que ya estás fuera de moda...”.
El humilde pesebre escuchó y dijo tristemente: “¡Tienes razón, ya no hay religión! Nunca me modernicé, quedé atrasado...; sin embargo traté siempre de transmitir bondad, paz, hermandad, humildad”.
Frente a esta humilde respuesta, el árbol de Navidad hizo un examen de conciencia; se avergonzó por haber sido tan creído, apagó las luces multicolores y sólo dejó una proyectada sobre el pesebre, único signo de esperanza.
G. Boschesi
El sueño de María
Tuve un sueño, José, y realmente no lo puedo comprender, pero creo que se trataba del nacimiento de nuestro hijo. La gente estaba haciendo preparativos con seis semanas de anticipación, decoraban las casas, compraban ropa nueva, salían de compras muchas veces y adquirían elaborados regalos. Era un tanto extraño, ya que los regalos no eran para nuestro hijo; los envolvían en vistosos papeles y los ataban con preciosos moños y todo lo colocaban debajo de un árbol. Sí, un árbol, José.
Dentro de sus casas, esta gente había decorado el árbol y las ramas estaban llenas de adornos brillantes y había una figura en lo alto del árbol, me parecía que era un ángel, era realmente hermoso. Luego vi una mesa espléndidamente servida, con platillos deliciosos, y muchos vinos, todo se veía exquisito y todos estábamos invitados.
Toda la gente se veía feliz, sonriente y emocionada por los regalos que se intercambiaban unos a otros, pero, sabes José, no quedaba ningún regalo para nuestro hijo, me daba la impresión de que nadie lo conocía porque nunca mencionaron su nombre.
¿No te parece extraño que la gente trabaje y gaste tanto en preparativos para celebrar el cumpleaños de alguien a quien ni siquiera mencionan y que da la impresión de que no lo conocen? Tuve la extraña sensación de que si nuestro hijo hubiera entrado a esos hogares, para la celebración hubiera sido solamente un intruso.
Todo se veía tan hermoso y la gente se veía feliz, pero yo sentía enormes deseos de llorar, porque nuestro hijo era ignorado por casi toda esa gente que lo celebraba. ¡Qué tristeza para Jesús, no ser deseado en su propia fiesta de cumpleaños! Estoy contenta porque sólo fue un sueño, pero ¡qué terrible sería si esto se convirtiera en realidad!
¡Haciendo el portal en familia en Adviento, con la ayuda de la Biblia!
Primer domingo de Adviento. 1 de Diciembre del 2013
Reunidos todos en familia, escogen el lugar de la casa donde van a poner el portal.
Si tienen un “encerado”, ponerlo primero. Casi siempre el encerado trae pintada a la ciudad de Belén, los reyes magos, etc. Esto recordará a la familia, leyendo Juan 7,42, Mateo 2,1.3-6 y Lucas 2,1-4 que Jesús nació en Belén, la ciudad de David y él es el descendiente de David, según 2 Samuel 7,14 y Miqueas 5,1-4. También es el momento de poner la casita o el pesebre para el niño Jesús, pues recordemos que el Señor Jesús nació en un pesebre, es decir, como niño pobre y humilde, que quiso hacer suya la situación de todos los pobres (Lucas 2,17) y que, siendo rico, se hizo pobre por nosotros (2 Corintios 8,9).
Segundo domingo de Adviento. 8 de Diciembre del 2013
Reunidos todos en familia, “adornan” sobriamente el portal. Se puede utilizar musgo o lana, recordando que la creación entera es obra de Cristo, la Palabra del Padre, según Jn 1,1-4, la cual le da vida al mundo creado. Pónganle matas al portal, recordando esto mismo. La creación entera alaba a su Señor, según el salmo 148. En los portales o
“belenes” de Costa Rica de antaño, se acostumbraba ponerle animalitos. Si le colocan algunos, nos recordarán el salmo 104, donde Dios crea todos los seres vivos. El portal sería muy “ecológico”. Servirá para catequizar sobre el cuidado de la creación (evítese recargarlo de luces y guirnaldas, pues queda muy “artificial”).
Tercer domingo de Adviento. 15 de Diciembre del 2013
En este domingo, se le pueden poner al portal algunas figuras, si fuera posible como los de antes: personajes diversos y representativos, como niños, señoras, campesinos, amas de casa, bomberos, médicos y demás (para todos ellos Cristo ha nacido). También la figura del Ángel de gloria o del Señor de Lucas 2,9-13 que, junto con los demás ángeles, simbolizan la presencia de Dios, que trae una buena nueva: el nacimiento de Jesús (¿podrían agregarle otras figuritas de ángeles?). Comentar al respecto el texto de Jueces 13,2-7. También colocarle la “estrella del Niño”, que en Números 24,17 y Mateo 2,1-2 tiene sentido mesiánico, pues anuncia el nacimiento de Jesús el Mesías a todos los pueblos de la tierra. También el Ángel simboliza la gloria de Dios, según Isaías 60,1-3.
Cuarto domingo de Adviento. 22 de Diciembre del 2013
En este cuarto y último domingo de Adviento, vísperas de Navidad, se le pueden poner al portal la mula y el buey, pues eran los animales domésticos de muchas familias judías, que los tenían en el pesebre, a la par de la casa (Números 22,21). San Francisco de Asís, al ponerlos “vivos” en su portal, recordaba aquel pasaje de Isaías 1,3 que dice: “el buey conoce a su dueño y el asno el pesebre de su señor”. Es decir, que los animales reconocieron a Jesús no siendo racionales, pero el pueblo judío no (Juan 1,11; Mateo 2,1- 12). También colocarle al portal las figuras de los pastores, que fueron a visitar al niño Dios y que, en su tiempo eran los humildes, pero marginados y despreciados (Lucas 2,8.15-20).
Desde niño, Jesús prefiere a los pobres y los humildes. Estos pastores representan a los pobres y humildes de hoy día y además, nos recuerdan a los grandes pastores de la Biblia, como Abrahán, Isaac, Jacob, Moisés, David, Salomón, Amós...
En Nochebuena, martes 24 de Diciembre 2013, por la noche.
Reunida la familia antes de la cena de Navidad, tal vez después de la Misa del Gallo o antes, pueden darle al portal la forma definitiva, colocándole las figuras más importantes: la Sagrada Familia de José y María que fue la que hizo posible que el niño Jesús tuviera una familia en la tierra. Ellos fueron los que cumplieron la voluntad de Dios.
José, esposo de María y padre adoptivo de Jesús (Mateo 1,18-25). María, la madre de Jesús (Lucas 2,6-7), la que lo dio a luz y lo cuidó. Destacar la importancia de esta familia especial (Mateo 2,13-23; Lucas 2,22-40). Luego de colocar a estas figuras, se le pueden agregar al portal las ovejas, que recuerdan el rebaño de los pastores de Belén (Lucas 2,8).
Las figuras de los reyes magos no ponerlas esta noche, sino dejarlas para el día de la Epifanía del Señor, el 5 de Enero del 2014. Finalmente, poner la figurita del niño Jesús (Lucas 2,7.12)
(En todo este trabajo, no olviden, además de hacerlo con la participación de la familia, en especial, de los niños, que lo van a disfrutar, acompañarlo de las lecturas bíblicas, de un canto, un villancico y una oración en familia, para darle sentido cristiano a la Navidad y rescatar una devoción muy nuestra que es la del portal, que, por desgracia, si no la cuidamos, se perderá...)
Domingo de la Epifanía del Señor. 5 de Enero del 2014.
En este domingo, en que la Iglesia celebra el misterio de la Epifanía del Señor, es decir, la manifestación del Señor a todos los pueblos, se le colocan al portal las figuras de los reyes magos. En realidad, los magos eran sabios, personas que se dedicaban al estudio de los astros, o sea, eran astrólogos (Mateo 2,1-12). Al ponerlos la tradición como “reyes magos”, lo que hizo fue aplicarles una bellísima profecía de Isaías 60, 3 que dice que los reyes llegan a visitar la ciudad santa, llevando oro e incienso (Isaías 60,6), montados en camellos, los animales del desierto (Génesis 24,61; Isaías 21,7). Llegan de Oriente, es decir, de otros países vecinos de Israel, del extranjero, para adorar a Jesús y reconocerlo como el Rey verdadero. Ellos representan a todos los seres humanos, de todos los pueblos, culturas, razas y religiones, que buscan sinceramente a Jesús y lo encuentran.
Buscan su estrella, es decir, los acontecimientos de la vida y encuentran su Luz (Juan 8,12).
También pueden comentar al respecto, el salmo 72,10 e Isaías 49,23.
¿Por qué poner…en Navidad?
¿Por qué poner el portal en Navidad? Porque nos recuerda el nacimiento del Salvador, en su belleza y pobreza, siendo el centro de nuestras casas, hogares y diversos lugares, recordando que Jesús tuvo una casa y una familia (Lc 2,6; Mt 2,11).
¿Por qué poner animalitos en el portal en Navidad? Porque los animales son creaturas de Dios, al servicio del ser humano (Gén 1,20-25; 2,19-20), y porque anuncian la llegada de los tiempos mesiánicos (Is 11,6-8).
¿Por qué poner la mula y el buey en el portal en Navidad? La mula y el buey son los acompañantes del acontecimiento navideño. En efecto, en Isaías 1,3 se dice concretamente: “Conoce el buey a su dueño, y el asno el pesebre de su amo, pero Israel no entiende, mi pueblo no tiene conocimiento”. El Niño Dios en el portal de Belén, abrió los ojos de Israel, de manera que ahora todos reconocen ya la voz de su dueño, la voz de su Señor. ¿Por qué poner unas ovejas? Las ovejas significan obediencia y docilidad, inspiran confianza. Ellas nos recuerdan el rebaño de los pastores, de aquella primera Navidad (Lc 2,8).
¿Por qué se pone una estrella en el portal o encima del árbol de Navidad? La estrella que guiaba a los Magos en Mt 2,1.9-10, no es ningún fenómeno celeste que haya aparecido realmente en el cielo, sino el símbolo de la luz de la fe, que brilla en las tinieblas del pecado, cuando el Redentor viene a este mundo. Es Cristo, Luz del mundo que se manifiesta a quienes lo buscan de corazón (Jn 8,12).
¿Por qué poner el Ángel de Gloria encima del portal en Navidad? El Ángel de gloria es el mensajero del Señor, que anuncia a los pastores el nacimiento de Cristo y canta, junto con el coro celeste, el himno del Gloria. También simboliza la bondad, el amor y la misericordia (Lc 2,9-14).
¿Por qué poner los pastores en el portal, por Navidad? Porque ellos eran tenidos en los tiempos de Jesús, como personas, además de ser pobres, despreciadas e ignorantes. Eran los humildes y los sencillos, los preferidos del Señor, el verdadero Pastor de Israel (Ez 34, Jn 10; Lc 2,8-20). Ellos son los primeros evangelizadores de la Navidad.
¿Por qué se ponen a los reyes magos en Navidad y qué significan? Los Magos no eran reyes, sino sabios o astrólogos, que probablemente pertenecían a una casta sacerdotal persa, que se dedicaban a las ciencias y tenían conocimientos religiosos.
No eran judíos sino paganos. San Mateo, al contarnos su hermosa historia en Mt 2,-1-12), quiso explicar que Jesús, una vez nacido en Belén como un niño judío y para salvar a su pueblo de Israel, deseaba ofrecer también al paganismo, ya desde su cuna, la posibilidad de un encuentro, para lo cual envía la luz de la fe (estrella), cuya misión es guiar a los gentiles (magos) hasta el lugar donde se encuentra el Salvador (Jesús). Los Magos simbolizan a todos los seres humanos, de toda raza, lengua y condición social que viven en todo el mundo, que buscan sinceramente a Dios y lo encuentran. Ellos adoran al verdadero Rey que es Cristo Señor (Mt 2,1.11).
¿Por qué poner un Colacho en los días de Navidad? El Colacho, como tal, no es una figura cristiana, sino que forma parte de la propaganda consumista de la Navidad comercial. Pero nos recuerda al verdadero San Nicolás, un gran obispo de Myra, del siglo IV, que era famoso por su caridad, amor y cuidados por los pobres, a quienes siempre les daba los necesario para vivir, incluso golosinas y regalos a los niños. Su figura tal vez podría alentar en Navidad, la alegría del compartir y de la caridad cristiana, lejos del consumismo y despilfarro de estos días.
¿Por qué poner luces en las casas, bombillos y luminarias en estos días de Navidad? Porque la Navidad es luz, además de que las luces indican fiesta y alegría. Que Dios es Luz y que su Hijo Jesucristo es Luz del mundo (1 Jn 1,5; Lc 2,8- 11; Is 9,1-2; Lc 1,78-79; Éx 3,1-6; Jn 1,5.9; 8,12; 9,4). Luz que nos aleja de las tinieblas del pecado, para ser transformados por la luz de Cristo, siendo nosotros,
“hijos de la luz” en estos días, para iluminar con nuestras buenas obras a los demás (ver Ef 5,8-9).
Finalmente, al terminar de hacer el portal ¿Por qué ponemos el Pasito el 24 de diciembre? Porque en Belén, que significa “Casa del Pan”, vino a este mundo el Verbo, la palabra encarnada, el Hijo de Dios (Jn 1,1-14; Lc 2), naciendo allí y porque el Hijo de Dios se hizo niño, nació como nosotros de una madre, María de Nazareth, teniendo como padre a José de Belén, es decir, en una familia. Ellos son los más importantes de toda la Navidad y a ellos debemos referirnos en estos días.
Por eso, José es el varón que inspira obediencia y fortaleza, la Virgen y Madre representa la fidelidad y el amor a Dios, mujer compresiva y bondadosa. El niño Jesús es el Mesías que se aloja en el corazón del ser humano, para transmitirle su amor al mundo. Y la casa, cueva o gruta representan la pobreza, la sencillez y la humildad.
¿Por qué poner un Árbol de Navidad?El Árbol de Navidad pertenece a la cultura del norte de Europa, donde el otoño y el invierno dejan sin hojas a todos los árboles, con excepción de los cipreses, pinos, abetos y otras especies parecidas. A este árbol se le dio el tributo por ser el eternamente vivo, refiriéndose a Jesucristo, el Señor Resucitado. Además de su belleza, que nos recuerda la creación y el cuidado que debemos darle, nos recuerda el árbol de la vida del paraíso (Gén 2,9) y el árbol de la cruz, desde el cual Cristo nos trajo la salvación (Gál 6,14; Col 1,20). Es símbolo de la Vida, de la esperanza, sus luces nos recuerdan a Cristo Luz y sus adornos el compromiso de embellecer el mundo con nuestra preocupación y dedicación por él y por los hermanos.
¿Por qué regalar en Navidad? Porque al recordar que los Magos dieron a niño Jesús regalos reales (Mt 2,11), como homenaje al Rey y Señor que es Jesucristo, todo regalo debe ser muestra de aprecio, cariño y dedicación a quienes les damos.
Son signos de amor y de amistad, pero no de compromiso, ni de cumplir, ni de aparentar. Recordemos que el don más grande Dios al mundo es su Hijo Jesús (Jn 3,16). Los regalos a los más pobres, abandonados o marginados serían un bello signo de nuestra solidaridad con ellos en esta Navidad y expresión de amor a Cristo Sufriente. De lo contrario, serán una caricatura o bofetada de nuestra sociedad consumista.
¿Por qué cantar villancicos en Navidad? Porque estos cantos populares, sencillos y bellos, expresan la alegría del nacimiento del Redentor, pues son la música y el tema propios del tiempo de Navidad, del misterio que se celebra. El primer canto de Navidad lo entonaron los ángeles en Belén (Lc 2,13-14) y el prólogo de san Juan es todo un “villancico”, que Juan nos dejó para alabar al Verbo hecho hombre (Jn 1,1-14).
¿Por qué adornar en Navidad? Los diversos arreglos y adornos de Navidad tan diversos, acompañados de campanas, flores, velas, ramos, coronas de ciprés y pastoras, deben recordarnos la fiesta a la que la Iglesia nos invita a celebrar: la Navidad como Luz y alegría, como amor y fraternidad, como fiesta de esperanza y renovación, como entusiasmo, frescura y vida abundante… Todo ello debe invitarnos a vivir estos momentos de felicidad, de cuidado de la creación, de compromiso en hacer del mundo un lugar bello y digno para vivir. De vivenciar de antemano el Reino de Dios traído por Cristo, de anticipo de los cielos nuevos y la tierra nueva, que nos habla el Apocalipsis, de la Jerusalén celeste (cf. Ap 21,1-7.9- 12). Nada de esto debe ser simplemente funcional, o poner o adornar por hacerlo sin más…
Pero lo más importante de todo esto y de todo lo que hemos dicho anteriormente: nada tiene sentido si no ponemos o colocamos a Jesús, el Protagonista de la Navidad como el centro y el Señor de nuestras vidas en los días de Adviento, Navidad y Epifanía. Es más, en todo tiempo. Porque no tendría sentido todo lo que ponemos… en Navidad, si no es Él quien ocupe el lugar más importante en nuestra casa, familia, pueblo, comunidad o Iglesia. Todo lo anterior debe manifestar lo más bello que se aparece y que se manifiesta en Navidad y en todo tiempo, Cristo, el Hijo de Dios, nacido de María para nuestra salvación, como escribe san Pablo a Tito y que escucharemos en los días de la celebración de Navidad: “Porque se ha manifestado la gracia salvadora de Dios a todos los hombres…”
(Tit 2,11).
