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Masaje cardíaco interno mínimamente invasivo

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Correspondencia: Fernando Viña Pena. Avenida La Salle, 7 1º C

20140 Andoain (Guipúzcoa)

Fecha de recepción: 1-9-2003 Fecha de aceptación: 19-1-2004

RESUMEN

L

a Reanimación Cardiopulmonar ha sido el método habitual de atención ante la parada cardiaca; al mismo tiempo se con-tinúa investigando y desarrollando diversos sistemas y técni-cas para intentar mejorar la supervivencia ante esta patología. Presentamos una nueva técnica que está siendo evaluada y utili-zada en diversos países, el Masaje Cardiaco Interno Mínimamente Invasivo.

ABSTRACT

Minimally invasive internal cardiac massage

C

ardiopulmonary resuscitation is and has been the usual im-mediate measure when faced with cardiac arrest, but va-rious systems and techniques are being researched, asses-sed and developed with the aim to improve survival in this particular situation. We here present a new technique, which is being assessed and used in a number of countries: Minimally In-vasive Internal Cardiac Massage.

Masaje cardíaco interno mínimamente invasivo

F. Viña Pena

TÉCNICOEMERGENCIASMÉDICAS. AMBULANCIASLARRIALDIAK– IRÚN(GUIPÚZCOA)

Palabras clave: Parada cardiorrespiratoria. Reanimación cardiopulmonar. Masaje cardiaco interno.

Key Words: Cardiopulmonary arrest. Cardiopulmonary resuscitation. Internal cardiac massage.

INTRODUCCIÓN

La parada cardiaca es una de las principales causas de muerte en los Estados Unidos1, se estima que el porcentaje de

supervivencia en parada cardiaca prehospitalaria es de entre el 3% y el 5% y del 17% o menos en parada cardiaca hospitala-ria2.

La variable más importante en el tratamiento de la parada cardiaca es el tiempo, ya que la supervivencia, con recupera-ción neurológica, disminuye rápidamente y es virtualmente cero a los 20 minutos3.De hecho sólo una pequeña minoría de

víctimas consigue una supervivencia a largo plazo mantenien-do intactas sus capacidades neurológicas3-8. Asimismo la

efec-tividad de la Reanimación Cardiopulmonar (RCP) se reduce dramáticamente con el tiempo9.

A pesar de todas las medidas de resucitación, la mayoría de pacientes no sobrevive. La inadecuada perfusión miocárdi-ca es una de las posibles razones del bajo porcentaje de

super-vivencia y de la pobre respuesta de los pacientes en paradas cardiacas prolongadas10,11, además la mayoría de la victimas de

parada cardiaca tienen algún tipo de enfermedad coronaria12,13.

Los porcentajes de supervivencia, tras la parada cardiaca, han disminuido entre las décadas de los 60 y los 8014. Una de

las razones de esta reducción puede deberse a que en los últi-mos años se intenta reanimar a personas mucho más enfer-mas.

Se están desarrollando técnicas que mejoren el flujo san-guíneo cardiaco y cerebral. Entre estas técnicas están la circu-lación extracorpórea de emergencia, RCP con compresiones abdominales interpuestas, RCP con compresión descompre-sión activa, el chaleco de RCP y la RCP con el Lifestick15-20.

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HISTORIA

La técnica del masaje cardiaco a tórax abierto (MCTA) fue publicada en 187421,22y fue el tratamiento estándar para la

parada cardiaca hasta la década de los 6023,24. Esta técnica

so-lamente era aplicada en el medio hospitalario, ya que requería de personal muy entrenado y equipo adecuado.

A partir de los años sesenta apareció la RCP y, debido a que era una técnica no invasiva y que podía realizarse en cualquier lugar y por cualquier persona, se convirtió en están-dar de asistencia prehospitalaria. La RCP evolucionó y tam-bién se hizo estándar de asistencia intrahospitalaria, aunque esta evolución intrahospitalaria no estaba apoyada por estu-dios; de hecho datos actuales indican menor grado de supervi-vencia con RCP que con el MCTA5,25.

Fue en 1995 cuando se describió por primera vez el uso de la técnica conocida como Masaje Cardiaco Interno Míni-mamente Invasivo (MCIMI)26.Esta técnica permite

compri-mir, mediante un dispositivo, directamente el músculo cardia-co. Solamente es necesario realizar una mínima incisión torácica y, a diferencia del MCTA, se evita la necesidad de

Aunque hay pocos estudios al respecto, parece evidente que el MCTA es mejor que la RCP, de hecho es fisiológica-mente superior, ya que produce mayores perfusiones cerebral y coronaria29,30, consigue mejoras hemodinámicas y en flujo

sanguíneo miocárdico31y ha conseguido reanimaciones

huma-nas eficaces (supervivencia neurológica intacta) donde ha fa-llado la RCP27.

Asimismo el Masaje Cardiaco a Tórax Abierto produce mayor gasto cardiaco en humanos32,33, mayor perfusión

cere-bral y miocárdica en perros34,35, mejores porcentajes de

resuci-tación36,37, mejora los resultados de la resucitación en humanos

y animales cuando se compara con la RCP38,39y en algún caso

ha demostrado mantener la actividad electroencefalográfica hasta 1 hora después de la parada cardiaca40.

De todas formas la cuestión principal cuando evaluamos el MCTA en la parada cardiaca, es determinar si estas mejoras hemodinámicas y en reanimación que indican los estudios se trasladan en mejoras en la supervivencia. Esta supervivencia depende de la duración de la inadecuada presión de perfusión coronaria antes de la iniciación del MCTA41, es decir, el

masa-je cardiaco a tórax abierto es superior a la RCP pero se ha uti-lizado demasiado tarde en la cadena de supervivencia42, por lo

que esta técnica puede ser muy efectiva en las fases tempra-nas de la parada cardiaca22. En concreto el MCTA instituido

después de 25 minutos de RCP, aunque acertaba en mejorar la hemodinámica, no mejoraba la supervivencia43pero si se

ins-taura antes de los 15-20 minutos mejora la hemodinámica y aumenta la supervivencia44.

Estos datos aconsejan que el MCTA debería ser aplicado precozmente22. El problema reside en la dificultad técnica para

su realización fuera y dentro de un hospital, ya que requiere recursos materiales y humanos muy especializados. Estos in-convenientes pueden ser superados con la introducción del MCIMI, el cual ha mostrado que el masaje cardiaco interno sin toracotomía mayor es técnicamente posible.

Cuando se comparan el MCTA y el MCIMI no se notan diferencias entre las técnicas; el nivel de flujo sanguíneo sisté-mico que se alcanza con el MCIMI es hemodinámica y meta-bólicamente similar al obtenido utilizando el MCTA bimanual y convencional26. El MCIMI es también capaz de producir

ín-dices metabólicos y hemodinámicos semejantes, proporcionar perfusión cerebral y coronaria análogas a las alcanzadas con el MCTA26,45y las presiones diastólicas y el flujo arterial

caro-tídeo son similares con ambas técnicas46.

Igualmente, en estudios animales, los parámetros hemo-dinámicos y metabólicos obtenidos utilizando el dispositivo no son diferentes de los obtenidos con el MCTA y son sig-nificativamente mayores que los obtenidos con la RCP47; así

el MCIMI fue superior a la RCP en el retorno de la circu-lación espontánea y en la presión de perfusión coronaria48.

Por otro lado, en algunos casos, tanto el MCTA y el MCI-MI han originado contusiones leves sobre el epicardio de la pa-red libre ventricular. Estas contusiones eran menos extensas en los corazones que fueron masajeados utilizando el dispositivo de MCIMI que en aquellos que fueron masajeados a mano26.

DISPOSITIVO Y TÉCNICA DE UTILIZACIÓN

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El dispositivo para realizar el MCMI consiste en un eje cilíndrico que en un extremo dispone de un mango y en el otro un elemento circular de unos 8 cm de diámetro que entra en contacto con el corazón. Este elemento se encuentra plega-do y dentro de un cilindro para facilitar la entrada y salida de la cavidad torácica (Fig. 1).

Técnica de utilización

La técnica de utilización del MCMI es sencilla (como in-sertar un tubo de drenaje torácico); el dispositivo puede ser insertado y desplegado en 30-60 segundos. Está diseñado para simular el masaje cardiaco manual directo y los pasos necesa-rios para realizar el procedimiento son:

1) Hacer una pequeña incisión (de 2 a 3 cm) anterolateral en el cuarto espacio intercostal izquierdo.

2) Utilizar el dedo índice enguantado para limpiar el área, facilitar la inserción del dispositivo y detectar adherencias pe-ricárdicas.

3) Insertar el dispositivo de MCIMI hasta que el tope se posicione contra las costillas, limitando de esa manera la pro-fundidad de penetración.

4) Empujar el mango, liberando y desplegando el ele-mento circular plegado, el cual se quedará situado bajo las costillas y sobre los ventrículos por fuera del pericardio, que al dejarse intacto reduce el riesgo de lesión coronaria o car-diaca.

5) El mango y el eje del dispositivo permanecen fuera de la cavidad torácica y la presión aplicada sobre el mango en dirección posterior y media comprime los ventrículos y expul-sa la expul-sangre de ellos.

6) El movimiento anterior del mango del dispositivo posi-bilita el relleno ventricular, preparando así al corazón para la próxima compresión.

7) El elemento circular puede volver a ser plegado y de esa manera retirar el dispositivo del tórax del paciente46-50

(Fig. 2).

DESFIBRILACIÓN CON EL DISPOSITIVO

Está documentado que una dosis excesiva de energía en la desfibrilación causa daño morfológico y funcional, siendo da-ñino para el paciente51,52; asimismo solamente el 4% de la

co-rriente aplicada usando la desfibrilación externa cruza el cora-zón53ya que la mayor parte de la energía es disipada por la

pared del tórax y los tejidos de alrededor antes de alcanzar el corazón54.

La desfibrilación interna, por otra parte, requiere niveles más bajos de energía que la desfibrilación externa ya que la corriente se aplica directamente al corazón55-57, incluso si uno

de los electrodos se sitúa externamente y el otro internamente, la mayor parte de la energía se dirige hacia el corazón, siendo el umbral de desfibrilación también más bajo que en la desfi-brilación externa58.

El dispositivo de MCIMI puede ser utilizado como elec-trodo interno de desfibrilación, siendo el segundo elecelec-trodo situado externamente en el tórax. Es lo que se conoce como desfibrilación epicárdica transtorácica. La desfibrilación in-terna, utilizando este dispositivo, sólo requiere entre el 10-15% de la energía requerida para la desfibrilación externa47,49

(Fig. 3).

F i g u r a 1 . D i s p o s i t i v o d e M a s a j e C a rd í a c o Mínimamente Invasivo desplegado.

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Figura 3. Esquema del dispositivo de MCIMI con el adaptador para realizar la desfibrilación epicárdica transtorácica.

USO CLÍNICO

Este dispositivo empezó a utilizarse en pruebas clínicas hospitalarias en Melbourne (Australia) a principios del año 1999 en pacientes con menos de 10 minutos de parada cardia-ca presenciada, es decir, pacientes viables. Posteriormente va-rias ciudades de Australia entrenaron paramédicos y se empe-zó a utilizar prehospitalariamente a partir de agosto de 2000.

En Europa, el SAMU francés comenzó a utilizar el MCI-MI prehospitalariamente a finales del año 1999 en pacientes considerados no viables (pacientes cuya resucitación tras 20 minutos había fallado).

En Estados Unidos 15 grandes ciudades entrenaron para-médicos y comenzaron a usar prehospitalariamente este dispo-sitivos a principios de 2001. A continuación se unieron a los ensayos de esta técnica países como Nueva Zelanda, Bélgica, Alemania y Países Escandinavos. A mediados de 2001 había más de 30 puntos de investigación en todo el mundo.

Hasta ahora tanto los médicos como los paramédicos que han utilizado este dispositivo han considerado que su utiliza-ción es fácil y simple, que requiere un entrenamiento mínimo y se tarda menos de 1 minuto en su inserción. Aún así es im-portante que se lleve a cabo un programa de entrenamiento especifico, idealmente en cadáveres humanos, para médicos o técnicos en emergencias que no están familiarizados con la in-serción de tubos torácicos50,59,60.

CONCLUSIONES

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Figure

Figura 2. Dispositivo de MCIMI introducido y desplegado dentro de la cavidad torácica.
Figura 3. Esquema del dispositivo de MCIMI con el adaptador para realizar la desfibrilación epicárdica transtorácica.

Referencias

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