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Historia del hombre, historia de las misericordias de Dios

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MAX!MILIANO HERRAIZ

l. EL DIOS QUE SE DERRAl,,'IA EN EL HOMBRE

Historia del hombre, historia de las misericordias de Dios

Qué cosa es la misericordia de Dios, que mis maldades han hecho bien a vuestra merced, y con razón, pues me ve fuera del infierno que ha mucho tengo bien merecido, y así intitulé ese libro "De las misericordias de Dios" (Cta 386).

Pues para lo que he tanto contado esto es -como he ya dicho- para que se vea la misericordia de Dios ... 1 (V 8,4).

¡ Y con cuánta razón las puedo yo para siempre cantar! Su- plícoos yo, Dios mio, sea así, y las cante yo sin fin, ya que ha- béis tenido por bien de hacerlas tan grandísimas conmigo que espantan los que las ven (V 14,10-11).

Historia para creer, nunca para decir y contar

Pareceros ha, hermanas, que está dicho tanto en este cami- no espiritual, que no es posible quedar nada por decir. Harto desatino sería pensar esto. Pues la grandeza de Dios no tiene término, tampoco le tendrán sus obras. ¿Quién acabará de con- tar sus misericordias y grandezas? Es imposible, y así no os es- pantéis de 10 que está dicho y se dijere, porque es una cifra de lo que hay que contar de Dios (7M 1,1).

1 «No sin causa he ponderado tanto este tiempo de mi vida» (V 8,ll. Sobre el fondo negro de su pecado y «ruin vida» brillará potente la luz del Dios mise- ricordioso «que tanto la sufrió)).

REVISTA DE ESPIRITUALIDAD, 41 (1982), 123-136

(2)

124 lVIAXIMIUANO HERRAIZ

Es menester que castillo]; quizá será Dios entender de las mercedes mas" o (que todas será muchas" ,) 2 (lM

advertidas a esta [del servido pueda por ella daros algo a que es Dios servido hacer a las 3.1-

entenderlas nadie, según son

Podráse decir que parecen cosas y que es bien no escandalizar a los flacos, Menos se pierde en que ellos no lo que no en q'1e se a los que Dios las

y se y a más amar a hace

tantas misericordias, siendo tan grande su poder y , "

hace Dios aún mayores muestras de amor O" es muy amigo de que no pongan tasa a obras 3 (J M

Donación y de Dios

y. de hacerme tantas mercedes como me habéis hecho, ¿no tuviérais por bien" o que no se ensuciara tanto adonde tan continuo habíais de morar? Fatígame, Dios mío, aun decir porque sé que fue mía toda la culpa, porque no me parec!.:

os quedó a Vos nada por hacer para que desde esta edad no fuera toda vuestra (V 1,8),

Veía claramente lo mucho que el Señor había puesto de su desde que era muy niña, para allegarme a Sí con medios harto eficaces", Por donde claro se me representó el excesivo

amor que Dios nos tiene

(ee

14,3),

¡ Oh, qué tarde se han encendido mis deseos y qué temprano andábais Vos, Señor, granjeando y llamando para que toda me emplease en Vos!, .. ¿Por ventura, Señor, tienen término vuestras grandezas o vuestras magníficas obras? 4 (E 4,1),

2 En el epílogo de la obra escribirá: «Si algo hallareis bueno en la orden de daros noticias de él» (M. Conclusión, 3). Y siete días después de concltúr la obra señalará a un amigo el contenido con esta precisa y sintética frase: «N o trata de cosa, sino de lo que es él» (Cta. 207,10).

3 «Aún rnayores obra3/l. Taresa. tiene miedo a {<ocultan) con su pgJabra, ill,ás que su propia experiencia, la realidad misma de la comunicación de Dioso Por eso siempre tendrá cuidado de decir: «Es lo menos de lo que Vos hacéis con lID alma)) (V 27,11). La lucha de Teresa ante lB" inefabilidad del misterio es constante.

«Quisiera yo poder dar a entender algo de lo menos que entendla, y pensando cómo puede ser, hallo que es imposible» (V 38,2).

, Más abajo continúa: «y ¿qué hay que maravillar de lo que hace el Todopo- deroso? Bien sabéis, mi Dios, que entre todas mis miserias nlIDca dejé de conocer vuestro gran poder y misericordia» (4,2).

(3)

DIOS EN HISTORIA DEL HOMBRE

En el del hombre se revela

que muchas veces me

contento que me se entienda de vuestras misericordias

y para lo que yo el gran de

pues a un

U:U"-""", es para que se 'entlen-

Para que vean su misericordia y el gran bien que fue para mí no haber la oración y diré el artifi- cio y misericordia con que el Señor procura tomarla alma]

a Sí (V 8,10).

¿Es que

hagáis mercedes semejantes y deL..? Sí hay, por cierto, y no yo ,,; mientras mayor más tras misericordias 5 14,10).

alma que llegue a que Vos la que os torne a ofen- una vez, sino que soy

¡JHU-""V •• 'v el gran bien de vues-

Dios, incansable e insaciable en el don de si mismo

Acuérdense de sus palabras y muen lo que ha hecho con- migo, que primero me cansé de ofenderle que su Majestad dejó de perdonarme. Nunca secansa de dar, ni se pueden agotar sus misericordias 6 (V 19,15).

A ella [el alma] no parece que hay más que desear; mas a nuestro Rey sacratísimo fáltale mucho por dar: nunca querría hacer otra cosa si hallase a quién. Y como he dicho muchas ve- ces ... , no se contenta el Señor con darnos tan poco como son nuestros deseos 7 (Me 6,1).

5 Desde esta constante y honda experiencia dirá con satisfacción: «La miseri·

cordia de Dios me pone seguridad» (V 38,7), Y refiriéndose a los años de la máxima postración moral afirmará: «De su misericordia jamás desconfié» (V 9,7),

6 «Jamás por muchas maneras deja de dar que no entendemos» (C 35,1).

7 «¡Qué bajos quedaríamos si conforme a nuestro pedir fuese vuestro dar!»

(MC 5,6), «¿Qué no dará quien es tan amigo de dar y puede dar todo ]0 que quiere?» (5M 1,5),

(4)

126 MA-XIMIUANO HERRAIZ

que no tengo ninguna razón [para quejarse de Dios], porque siempre he visto en mi Dios harto mayores y más cre~

cid as muestras de amor de lo que yo he sabido ni desear (E

Pues verá vuestra """,.r'."'"l

en darse todo ..

por lo que aquí va, cuán bien se tan sin tasa se nos da

Dios "necesita" darse, Ahora como entonces.

hijas que tan aparejado está este Señor a hacer-

nos merced ahora como más necesitado

de

Para hacer Dios grandes mercedes a quien de veras le sirve, siempre es

Oigo algunas veces de los princlplOs de las Ordenes decir que, como eran los cimientos, hacia el Señor mayores mercedes a aquellos santos nuestros Y es así, mas habían de mirar que son cimientos de los que están por venir 8 (F 4,5-6).

Porque necesita darse, Dios "busca" tener a quien dar.

Porque, aunque es verdad que son cosas que las da el Señor a quien quiere, sí quisiésemos a su Majestad como él nos quiere, a todas las daría; no está deseando otra cosa, sino tener a quien dar 9 (6M 4,12).

No queda por Vos el no hacer grandes obras los que os aman sino por nuestra cobardía y pusilanimidad. Como nunca nos de- terminamos sino llenos de mil temores y prudencias humanas, así, Dios mío, no obráis Vos vuestras maravillas y grandezas.

¿Quién más amigo de dar, si tuviese a quien ... ? 10 (F 2,7).

• En el número 7 matizará: «Bien sé que está la falta en mí de no me hacer las m,ereedes que a r.o.is pasados.})

9 N o entro ahora en la cuestión de si la contemplación infusa es para todos o no. He estudiado este tema en mi artículo Santa Teresa de Jesús y el «pro- blema místico», en Teología Espiritual, 24 (1980), 371·398.

10 Al iniciar las 5M, primeras puramente místicas, llamará la atención del lector sobre la «disponibilidad» o donación de sí como «medida» de la donación de Dios:

«No quiere que os quedéis con nada, poco o mucho, todo lo quiere para si, y conforme a lo que entendiereis de vos que habéis dado, se os harán mayores o menores mercedes» (l,3).

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DIOS EN LA HISTORIA DEL HOMBRE 127

Dios se multiplica en dones cuando el hombre quiere recibirlos

Pllescomenzando a quitar ocasiones y a darme más a la oración, comenzó el Señor a hacerme las mercedes, como quien deseaba ... que yo las quisiese recibir (V 23,2).

Yo estaba ya desviándome de todo lo que me parecía os podía enojar; que en haciendo yo esto, comenzasteis, Señor, a abrir vuestros tesoros para vuestra sierva. No parece esperabais otra cosa sino que hubiese voluntad y aparejo en mí para reci- birlos (V 19,7).

Comencé más a darme a oración y a tratar menos en cosas que me dañasen ... Como no estaba su Majestad esperando sino algún aparejo en mí, fueron creciendo las mercedes espiritua- lea 11 (V 9,19).

No me parece acababa yo de disponerme a quererle servir, cuando su Majestad me comenzaba a tomar a regalarme (V 9,9).

Caminos múltiples de donación

Que poderoso es el Señor de enriquecer las almas por mu- chos caminos y llegarlas a estas moradas, y no por el atajo que queda dicho (5M 3,4).

Cierto, estado para desear y que al parecer no hay por qué se les niegue la entrada hasta la postrera morada, ni se la ne- gará el Señor, si ellos quieren, que linda disposición es para toda merced (3M 1,5).

No penséis que importa poco que no quede por nosotros, que cuando no es nuestra la falta, justo es el Señor y su Ma- jestad os dará por otros caminos lo que os quita por éste 12 (3M 2,11).

Que es muy cierto que, en vaciando nosotros todo 10 que es criatura y desasiéndonos de ella por amor de Dios, el mismo Señor la ha de henchir de Sí (7M 2,7).

11 Esta !<ley» constata en el grupo primitivo de San José: porque "todas juntas se ofrecen en sacrificio por Dios», «lo que su Majestad no acabó conmigo en tanta multitud de afios... acaba con ellas en tres meses -y aun con alguna en tres días-»

(V 39,10·11). Lo mismo asegura de algunos letrados (V 12,4).

12 "Si persevera en esta desnudez y dejamiento de todo, que alcanzará lo que pretende» (3M 1,8).

9

(6)

128 MIAXIMIUANO HERl1AIZ

Darse para que se nos dé Todo el está en que se le demos por suyo con toda determinación y le desembaracemos para que poner y quitar como en cosa ., y como él no ha de for~

zar nuestra toma lo que le mas no se da a Sí del hasta que nos damos del todo., : es de todo concierto

Así que, pOl'que no se acaba de dar junto, no se nos da este tesoro,., Harto gran misericordia hace a da y áIlirno para detenr,inarse a procurar con sus fuerzas este bien; porque si persevera no se niega Dios a nadie (V 11,3-4).

Tengo por cierto que nunca cesa de dar hasta llegar a muy alto grado. Cuando no nos damos a su con la determi- nación que él se da a nosotros ...

Dios no es aceptador de personas

No hayáis miedo que quede por él, si no queda por nosotros y pues no venimos aquí a otra cosa, ¡manos a la obra!, como dicen; no entendamos cosa en que se sirve más el Señor, que no presumamos salir con ella, con su favor. Esta presunción que- rría yo en esta casa, que hace siemprecreoer la humildad: tener una santa osadía, que Dios ayuda a los fuertes, y no es acepta- dor de personas (CV 16,12).

Mirad que es así cierto, que se da Dios a Sí a los que todo 10 dejan por éL No es aceptador de personas, a todos ama, no tiene nadie excusa por ruin que sea ... Mirad que no es cifra 10 que digo de lo que se puede decir (V 27,12).

Para que podamos "darnos" a él, siempre él nos da

Bien hicisteis, nuestro buen Maestro, de pedir la petición pasada, para que podamos cumplir lo que dais por nosotros;

porque cierto, Señor, si así no fuera, imposible me parece. Mas haciendo vuestro Padre 10 que Vos le pedís de darnos acá su reino, yo sé que os sacaremos verdadero en dar lo que dais por

(7)

DIOS EN LA HISTORIA DEL HOMBRE 129

nosotros; porque hecha la tierra cielo, será posible hacerse en mí vuestra voluntad. Mas sin esto ... yo no sé, Señor, cómo sería posible 13 (CV 32,3).

Y así creo hiciera [tornar atrás] la mía [mi alma], si el Señor tan misericordiosamente no lo hiciera todo de su parte; y hasta que por su bondad lo puso todo, ya verá vuestra merced que no ha habido en mí sino caer y levantar (V 31,17).

La pobre alma, aunque quiera, no puede lo que querría, ni puede nada sin que se lo den; y ésta es su mayor riqueza: que- dar mientras más sirve, más adeudada ... Porque, aunque haga lo ,que es en sí, ¿qué podemos pagar los que ... no tenemos qué dar si no lo recibimos ... ? 14 (CV 32,13).

Dios "obra" gracia para enriquecer al alma, no para "pagar' sus merecimientos

y así acaece no las hacer [las mercedes] por ser más santos a quien las hace que a los que no, sino porque se conozca su grandeza -como vemos en San Pablo y la Magdalena- y para que nosotros le alabemos en sus criaturas (1M 1,3).

Quien no creyere que puede Dios mucho más y que ha te- nido por bien y tiene algunas veces comunicarlo a sus criaturas, que tien~ bien cerrada la puerta para recibirlas; por eso, herma- nas, nunca os acaezca, sino creed de Dios mucho más y más y no pongáis los ojos en si son ruines o buenos a quien las ha- ce 15 (5M 1,8).

Que no me quejaré de Dios que dejó de darme bastar¡tes ayudas para que se cumplieran vuestros deseos... Mas bien sabe su Majestad que sólo puedo presumir de su misericordia; y ya que no puedo dejar de ser la que he sido, no tengo otro reme- dio sino llegarme a ella y confiar en los méritos de su Hijo ... 16 (3M 1,3).

13 «No pOdemos nada sino lo que él nos hace poder» (CV 16,10). «Que no tene·

mC)S nada que no lo recibimoóm (CV 33,7). «Mas, pues, no puede haber buen pen- samiento si Vos no le dais, no hay que me agradecer; yo soy la deudora» (V 38,22).

14 «No habemos vergüenza de querer gustos en la oración y quejarnos de seque·

dades» (2M 1,7). Desde esta base construye su crítica a «las almas concerta·

das» (3M).

)5 Esta experiencia la padeció Teresa neomistica, cuando oyó decir a sus pri·

mel"OS consejeros «que aquellos regalos eran ya de personas que estaban muy aprovechadas y mortificadas)) (V 23,11).

16 La aiirmación de que ella sólo puede presumir de la misericordia de Dios

(8)

130 MAXIMILIANO HERRAIZ

Dios "obra" gracia siempre. Por fidelidad a sí mismo

¿Cómo podré encarecer las mercedes que en estos años me hicisteis? .. A la verdad tomabais, Rey mío, el más delicado y penoso castigo por medio que para mí podía ser ... : con regalos grandes castigabais mis delitos (V 7,19).

Otras [veces me decía el Señor], que me acordase lo que le debía, que cuando yo le daba mayor golpe, estaba él haciéndo- me mercedes 17 (V 38,16).

Dios espera al hombre

y vosotras, hermanas, no tengáis en poco esta primer mer- ced ni os desconsoléis, aunque no respondáis luego al Señor, que bien sabe su Majestad aguardar muchos días y años, en especial cuando ve perseverancia 18 (2M 1,3).

Pues si a cosa tan ruin como yo tanto tiempo sufrió el Se- ñor - y se ve claro que por aquí se remediaron todos mis ma- les-... ¿Ni quién podrá desconfiar, pues a mí tanto me fU-

frió ... ? 19 (V 8,8).

¡Oh, gran dIgnidad, digna de despertarnos, para andar con diligencia a contentar este Señor y Rey nuestro! Mas, ¡qué mal pagan estas personas la amistad, pues tan presto se tornan ene- migos mortales! Por ci~rto que es grande la misericordia de Dios. ¿Qué amigo hallar,emos tan sufrido? (MC 2,19).

Un Dios "así" "pasma" y maravilla a Teresa

Muchas veces he pensado espantada de la gran bondad de Dios y regaládose mi alma de ver su gran magnificencia y mise-

tiene fuerza mayor en el contexto en que la pronuncia: las «almas concertadas».

"Crea que no ha obligado a nuestro Sefior para que le haga semejantes mercedes»

(ib., 8). Exhiben sus obras como «derecho» ante Dios. Presumen de sus obras.

17 Singular combate: Teresa «siempre haciendo males y procurando deshacer las mercedes que Vos me habéis hecho» (V 19,6) .

. " Desde ahí exhorta a la perseverancia a la oración «a los que no son buenos».

<<¡Oh qué buen amigo hacéis, Sefior mío, cómo le vais regalando y sufriendo, y esperáis a que se haga a vuestra condición, y tan de míentras le sufrís Vos la suya!» (V 8,6).

19 «Tanto me ha sufrido» (V 4,11). «Tanto me esperó» (V pról., 2).

(9)

mos EN LA mSTORIA DEL HOMBRE 01

ricordia. Sea bendito por que he visto claro no sin pagarme, aun en esta vida, ningún deseo bueno ... [Las obras

las iba y y

los males y pecados luego los escondía 20

Conocer lo que él hace con nosotros nos al servicio generoso

y para que lo que hace con las que ya tiene por esposas ... ; que podrá ser haber ordenado nuestro Señor que

me 10 mandasen p3ra que Jos

y viendo cuán sin ta~a es su í.nisericordia ... , 103

su grandeza,corramos encendidas en su amor (5M 4,10).

Es imposible -conforme a nuestra cer- tener ánimo para

favorecido de Dios ... si Dios le tiene

a mi pare- no entiende está

del amor que

Está claro que se han de tener por más deudores y más obli- gados a servir y entender que no teníamos nada de esto, y co- nocer la largueza de Dios, que a un alma tan pobre y ruin, y de ningún merecimiento como la mía, que bastaba la primera joya de éstas, y sobraba para mí, quiso hacerme más riquezas que vo supiera desear (V

Grande es el "artificio" de Dios y muchas sus "invenciones"

para provocar al hombre a su amor

Por cierto, cuando no hubiera otra cosa de ganancia en este camino de oración, sino entender el particular cuidado que Dios tiene de comunicarse con nosotros y andamos rogando -que no parece otra cosa- que nos estemos con él 21 (7M 3,9).

Harto me parece hacía su piedad, y con verdad hacía mu~

eha misericordia conmigo en consentirme delante de sí y traer- me a su presencia, que veía yo, si tanto él no lo procurara, no viniera (V 9,9).

20 «Fie de la bondad de Dios que es mayor que todos los males que podemos hacer, y no se acuerda de nuestra ingratitud» (V 19,17),

21 «Vuestra Majestad buscando modos y maneras e invenciones para mostrar el amor que nos tenéis,.,» (Me 1,4).

(10)

132 MAXIMILIANO HERRAIZ

Para que vean su misericordia ... , y el artificio y misericor- dia con que el Señor procura tomarla a Sí... y sobre todo, por el amor de nuestro Señor y por el grande amor con que anda granjeando tomamos a Sí... (V 8,10).

Y vi la gran merced que hace Dios a quien pone en campa·

ñía de buenos. Paréceme andaba su Majestad mirando y remi- rando por dónde me podía tomar a Sí (V 2,9).

Bastara, ¡oh sumo bien y descanso mío!, las mercedes que me habíais hecho hasta aquí, de traerme por tantos rodeos vues- tra piedad y 'grandeza a estado tan seguro ... (V 4,2) .

. Bendito seáis por siempre que, aunque os dejaba yo a Vos, no me dejasteis Vos a mí tan del todo que no me tornase a le- vantar, con darme Vos siempre la mano; y muchas veces, Se- ñor, no la quería, ni quería entender cómo muchas veces me llamabais de nuevo 22 (V 6,9).

Un amor del que Teresa no puede escapar. Dios le pone cerco

Cuanto más procuraba divertirme, más me cubría el Señor de aquella suavidad y gloria, que me parecía toda me rodeaba y que por ninguna parte podía huir, y así era (V 24,2).

n.PRESENCIA "PERSONAL" DE DIOS EN EL HOMBRE

Experiencia del Dios "presente" o de engolfamiento en Dios

Acaecíame ... venirme a deshora un sentimiento de la pre- sencia de Dios, que en ninguna manera podía dudar que estaba dentro de mí, o yo toda engolfada en él 23 (V 10,1).

Acaecióme a mí una ignorancia ... , que no sabía que estaba Dios en todas las cosas, y como me parecía estar tan presente, parecíame imposible. Dejar de creerlo que estaba allí no podía, por parecerme 'casi claro había entendidO' estar allí su misma presencia 24 (V 18,15).

!22 «Alabo la misericordia de Dios que era sólo el que me daba la mano» (V 7,22),

«Que era menester ayuda de otros, y darme la mano para levantarme. Bendito sea el Señor que, en fin, la suya fue la primera)) (V 23,4),

23 «Una presencia de Dios que se siente muchas veces .. , que parece en queriendo comenzar a tener oración hallamos con quién hablar» (V 27,4),

]4 La misma gracia narrada doce años más tarde en 5M 1,10.

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mos EN I-"'1I3TORIA DEL HOlviBRE 133

Presencia "dentro", Dios comunicarse

Pues consideremos que este castillo tiene". muchas mora- das .. , y en el centro y rrutad de todas éstas tiene la más

que es adonde pasan las cosas de mucho secreto entre Dios y el hombre 1

Primero que se que es debe tener en el

y

méteIa así COIno la tiene en el alma una estancia adonde sólo su Ma-

En este de en esta morada suya, sólo él y el alma se gozan con grandísimo silencio (7M

El misterio trinitario de Dios "obrando" en el interior del hombre

, .. Se le muestra la Santísima Trinidad, todas tres Perso- nas" " y estas Personas distintas, y por un'i noticia admirable que se le da al entiende con verdad ser todas tres Personas una sustancia y un poder .. , se le comunican todas tres Personas y la hablan (7M 1,6).

Y así me parecía hablarme todas tres Personas y que se re- presentaban dentro de mi alma distintamente ... Entendía aque- llas palabras que díce el Señor, que estarán con el alma que está en gracia las tres divinas Personas 25 (CC 14,1).

Lo que a mí se me representó son tres Personas distintas, que cada una se puede mirar y hablar por si... Estas Personas se aman y comunícan y se conocen 26 (Ce 60,3).

Dios "vivo" y

Estaba una vez recogida con esta compañía que traigo siem- pre en el alma, y parecióme estar Dios de manera en ella, que

25 «La paz interior y la poca fuerza que tienen contentos ni descontentos por quitarla... esta presencia tan sin poderse dudar de las tres Personas, que parece claro se experimenta lo que dice San Juan {(que haria morada en el alma» (CC 66,10).

26 El realismo de la visión de las {(tres» Personas es llamativo. {(Las Personas veo claro ser distintas -como lo vela ayer cuando hablaba vuestra, merced con el Provincial-» (CC 54,18). "Verdad es que la Persona que habla siempre, bien puedo afirmar la que me parece que es; las demás no podría así afirmarlo. La una bien sé que nunca ha sido» (ib., 19),

(12)

134 MAXIMIUANO HERRAIZ

me acordé de cuando San Pedro : "Tú eres hijo de Dios vivo"; porque así estaba Dios vivo en mi alma 27 (ee 41,1).

se entiende claro, por unas secretas

Dios el que da vida a nuestra alma, muy muchas veoes tan que en ninguna manera se dudar 2,6).

~

Dios "vivo" y y cada día se parece se fueron de con están en lo interior de su cosa muy honda 1

en lo muy interior del hombre porque nunca más le sino qUe notonamente ve... que en lo muy muy en una

Parece que estando el alma en el deleite que queda dicho, que se siente estar toda engolfada y amparada c:on una sombra y manera de nube de la Divinidad, de donde le vienen influen- cias al alma... (Me

y aun no se contenta con todo esto ···cosa maravillosa y de mirar mucho- de que el Señor entiende que un alma es toda suya, .. sino por quien es su Dios, y por el amor que tiene, como nunca cesa de comunicarse con ella de tantas maneras y

como quien es la misma Sabiduría (Me 5,5).

Dios, Verdad tontal y Amor originan te

Parecióme estar metido y lleno [mi espíritu] de aquella ma- jestad que he entendido otras veces. En esta majestad se me dio a entender una verdad que es cumplimiento de todas las ver- dades ...

Esto que entendí es darme el Señor a entender que es la misma Verdad... Es en sí misma verdad y es sin principio ni fin, y todas las demás verdades dependen de esta verdad, como todos los demás amores de este amor 28 (V 40,1.3-4).

Dios, "espacio" de vida de todo io creado

Se me muy en breve,. o cómo se ven en Dios todas las cosas y cómo las tiene todas en sí. ..

27 «Estando una vez con esta presencia de las tres Personas que traigo en el alma, era con tanta luz que no se puede dudar el estar aIl! Dios vivo y verdadero»

(CC 42,1). «Tan verdaderamente me parecía ser Dios vivo» (CC 44,3).

28 «También acaece así muy de presto ... , mostrar Dios en sí mismo una ver- dad ... , y muy claro dado a entender que él sólo es Verdad» (6M 10,5).

(13)

mos EN LA HISTOR¡A DEL HOMBRE 135

ser la Divinidad como un muy claro muy mayor que todo el mundo ... ; y que todo lo que hacemos se ve en este siendo de manera que él encierra todo en

nada que salga fuera de esta 29 (V

Parecióme se me v embebe el

sentí estar el alma tan dentro

HLU.HU'V, sino embebida en él. Dió~

Et exultavJ.t

como cuando en una

del hombre y "cielo"

Ya sabéis que Dios está en todas Pues claro está que adonde está el Rey, allí dicen está la corte; en que adonde está Dios es el cielo. Sin duda, lo podéis creer que adonde está

su está toda la Pues mirad que dentro

de sí mismo [del hohbre] (CV 28,2).

Pues tomando a lo que decía, quisiera yo saber declarar cómo está esta compañía santa con nuestro acompañador, Santo de los santos ... ,cuando esta alma dentro de sí quiere entrarse en este paraíso con su Dios (CV 29,4).

Desde el Dios se comunica a toda la creación

Parecíame que de dentro de mi alma -que estaban y veía yo estas tres Personas- se comunicaban a todo lo criado, no haciendo falta ni faltando de estar conmigo (CC 15,4).

Dios presente, da al "señorío" sobre todo

Una vez ... me mostró el Señor ... , cómo e~taba el alma que está en gracia, en cuya compañía vi la Santisima Trinidad por

29 «Hagamos cuenta que es Dios como una morada o palacio muy grande y her- moso, y que este palacio". es el mismo Dios. ¿Por ventura puede el pecador, para hacer sus maldades, apartarse de este palacio?» (6M 10,3).

:o Cfr. ce 49.

(14)

136 MAXIMILIANO HERRAIZ

visión intelectual, de cuya compañía venía al alma un poder que señoreaba toda la tierra

(ee

21,1).

Señorío del hombre porque "fortalecido" por la presencia del "Fuerte"

y cómo la compañía que tiene le da fuerzas muy mayores que nunca. Porque ... no hay que dudar sino que estando hecha una cosa con el fuerte, por la unión tan soberana de espíritu con espíritu, se le ha de pegar fortaleza (7M 4,10).

Dios "don" convierte al hombre en "don" de sí mismo para los demás

Que no nos puede su Majestad hacérnosle mayor [regalo], que es darnos vida que sea imitando a la que vivió su Hijo tan amado; y así tengo yo por cierto que son estas mercedes para fortalecer nuestra flaqueza ... para poderle imitar en el mucho padecer 31 (7M 4,4).

Presencia para hacer presente al hombre c; sus hermanos Mas luego se le representa con tanta fuerza estar presentes estas tres Personas, que con esto se ha remediado la pena de esta ausencia y queda el deseo de vivir, si él quiere, para ser- virle más y si pudiese ser parte que siquiera un alma le amase más

(ee

66,10).

Es en tanto extremo el deseo que queda en estas almas que se haga la voluntad de Dios en ellas ... su gloria tienen puesta en si pudiesen ayudar en algo al Crucificado... y ofrece a su Majestad el querer vivir, como una ofrenda la más costosa para ella que le puede dar (7M 3,4.6).

Sin salir de aquel centro de la comunión plena con "los Tres"

Parece que quiere aquí la divina Majestad disponer el alma para más con esta admirable compañía ... y le parecía [habla de sí misma] que -por trabajos y negocios que tuviese- lo esencial de su alma jamás se movía de aquel aposento (7M 1,10).

31 Mucho padecer que es mucho amar y mucho servir. El hombre no puede hacerse presente servicialmente a los otros si no es fortalecido por Dios.

Referencias

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