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Hábitos de cuidados podológicos
en personas mayores de 65 años
Fátima Santalla Borreiros1, Manuel Romero Soto2, Pedro Gil Manso3, Abián Mosquera Fernández4, Mª del Carmen Suárez Cotelo1, Mª Matilde Maceira Castiñeira5
1Licenciado en Podología. Experta en Patomecánica del Pie y sus Tratamientos Ortopodológicos. Técnico
Orto-peda. 2Licenciado en Podología. Experto en Podología Deportiva. Experto en Patomecánica del Pie y sus
Trata-mientos Ortopodológicos. Técnico Ortopeda. 3Licenciado en Podología. Profesor colaborador E.U. de Enfermería
y Podología. Universidad de A Coruña. Experto en Patomecánica del Pie y sus Tratamientos Ortopodológicos. Técnico Ortopeda. 4Licenciado en Podología. Profesor colaborador E.U. de Enfermería y Podología. Universidad
de A Coruña. Máster en cirugía podológica. 5Diplomada en Podología. Licenciada en Medicina y Cirugía. Correspondencia:
Fátima Santalla Borreiros
Garda nº2, Portal 9, 5ºC. 15570 Narón. A Coruña. E-mail: fsantalla@hotmail.com
Resumen
En este estudio realizado en la comunidad autónoma gallega sobre una muestra de 815 pacientes mayores de 65 años se evalúa el conocimiento de la figura del podó-logo, importancia de los pies para el paciente y hábitos higiénicos más comunes. De la población de estudio un 54,2% no conocía la figura del podólogo y sólo un 35,5% lo destaca como profesional de referencia para problemas en los pies. Un 61,2% alegaba problemas económicos para acudir al podólogo aun presentando dificultades para cuidar sus uñas y patologías dérmicas. Entre estas dificultades destacan la falta de movilidad en un 67,4% y el grosor de las uñas en un 20%.
Palabras clave: Podólogo. Cuidados podológicos.
Geriatría.
Summary
In this study taken in the region of Galicia on a sample of 815 patients 65 and older, awareness of the podiatrist role, the importance of the feet for the patient and the most common hygienic habits are evaluated. 54,2 % of the people did not know the figure of the podiatrist and only 35,5 % emphasizes it as professional of reference to problems in feet. 61,2 % cited economic problems to come to the podiatrist even presenting difficulties to take care of their nails and dermal pathologies. Lack of mobility in 67,4 % and nail thickness in a 20% stand out among these difficulties.
Key words: Podiatrist. Podiatric care. Geriatrics.
Introducción
En las últimas décadas la población mayor es-pañola ha experimentado un crecimiento muy considerable. El número de personas mayores de 65 años se ha duplicado en los últimos treinta años del siglo XX, pasando de 3,3 millones de personas en 1970 (un 9,7% de la población total) a más de 6,6 millones en el año 2000 (16,6% de
la población total)1.
En la Comunidad Autónoma Gallega los datos no son más alentadores, por cada niño gallego menor de cuatro años hay hoy seis ciudadanos por
encima de los 65 años. Casi un 21,6% de todo su censo lo ocupan personas en edad de jubilación, lo que la convierte en una de las zonas europeas con mayor índice de dependencia y con mayor
porcentaje de población mayor1.
Todos los expertos que estudian las consecuen-cias que para las sociedades modernas tiene el fenómeno del envejecimiento coinciden en afir-mar que el problema fundamental es cubrir las necesidades de cuidados y atención a las personas dependientes.
Los programas de promoción de la salud y pre-vención de las enfermedades y lesiones en los
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afectar a su calidad de vida, para poder marcar las mejores soluciones en beneficio del conjunto de la población.
Son objetivos generales de este estudio conocer los hábitos higiénico-podológicos de la población estudiada, identificar el conocimiento que tiene del podólogo dicha población y determinar la importancia que dan al cuidado de los pies.
Población y método
La población de estudio se compone de los pacientes atendidos en el Programa de Podología Itinerante de atención podológica a las personas mayores de 65 años con dependencia, llevado a cabo en diferentes puntos de la comunidad autónoma gallega.
Los participantes del programa son personas mayores de 65 años, que presentan algún tipo de dependencia para realizar el autocuidado diario de sus pies y que, de forma voluntaria, han que-rido participar en este programa.
Los lugares donde se lleva a cabo el Programa de Podología Itinerante son seleccionados por la Vi-cepresidencia de Igualdad y Bienestar Social de la Xunta de Galicia en base al número de habitantes (municipios de más de 5000 habitantes y próximos a zonas rurales) y a la existencia o no de un Centro Social de Atención a Personas Mayores de la Xunta de Galicia, donde poder llevar a cabo el programa. Se seleccionan cuatro municipios por provincia, un total de 16 municipios de la comunidad autó-noma gallega.
Una vez seleccionados los municipios, se realiza la captación de los participantes, a través de la di-vulgación y difusión del programa en los servicios de atención primaria y en los centros de mayores de cada uno de los municipios.
Para ello se realiza la distribución de pósters y dípticos, y la impartición de charlas informativas, en cada uno de los centros seleccionados. El único requisito imprescindible para participar en el programa ha sido tener 65 o más años de edad y concertar cita previa en el centro donde desea ser atendido/a. Se registra en primer lugar a aquellas personas que por motivos socio-econó-micos o físicos podían tener un mayor grado de dependencia para el cuidado de sus pies.
Aunque a través del sistema de cita previa se podía calcular una muestra de 900 personas, se obtiene al final una muestra total de 815 participantes. La recogida de datos se lleva a cabo por los podólogos encargados de dar asistencia podológica en el Pro-grama de Podología Itinerante. Cuatro podólogos ancianos son el único medio de que disponemos
para frenar la progresiva demanda de cuidados asistenciales.
Las afecciones podológicas son uno de los princi-pales problemas presentes en las personas de edad avanzada. Se ha calculado que en un porcentaje elevado, superior al 70%, las personas mayores de 65 años comunican que sufren algún problema
en sus pies2.
El Programa de Podología Itinerante de Atención Podológica a las personas mayores de 65 años con dependencia, impulsado por la Vicepresidencia de Igualdad y Bienestar Social de la Xunta de Gali-cia, nace con la intención de permitir el acceso a este tipo de población a los cuidados de salud y sociosanitarios que garanticen una mejora de su calidad de vida.
El objetivo principal del Programa de Podología Itinerante es prestar atención podológica básica a las personas mayores de 65 años, de la comunidad autónoma gallega, tratando de evitar y/o retrasar problemas de inmovilidad que puedan llevar a dependencia en este grupo de edad.
Entre las modificaciones y alteraciones que más inciden en las enfermedades de los pies destacan los problemas biomecánico-ortopédicos, los trastornos dermatológicos y ungueales y los
pro-blemas en el paciente diabético3.
Según el primer estudio realizado en España para conocer la incidencia de las dolencias de los pies en los mayores de 60 años, el 90,7% sufre pato-logía podológica relacionada con la estructura morfológica del pie; el 78% presenta enfermedad
dermatológica y el 71,7% ambas patologías4.
El principal problema relacionado con el cuidado de los pies en las personas mayores es la dificul-tad para cortar y cuidar las uñas y el dolor que
produce su manipulación5.
A pesar de su frecuencia y las repercusiones que pueden tener sobre la calidad de vida, las afecciones podológicas suelen no ser tenidas en cuenta por las personas de edad avanzada. El desconocimiento de cómo actuar ante patologías comunes de los pies lleva a la creación de hábitos podológicos poco saludables que, en la mayoría
de los casos, agravan el estado inicial6.
Con el Programa de Podología Itinerante se lleva a cabo una campaña de sensibilización y educación de la población, en cuanto a los cuidados de los pies se refiere, a la vez que se pretende conocer en profundidad a un tipo de población que cada día se enfrenta a patologías podológicas y reco-nocer cada una de las necesidades que pueden
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nados, en grupos de dos personas. Cada grupo se encargó de dar atención podológica a 8 municipios. Esta recogida se realizó durante los meses de Enero a Abril de 2006, tiempo de duración del Programa de Podología Itinerante. La atención se prestó en horario de 10:00 a 14:00 y de 15:00 a 19:30 y en días laborales para favorecer la parti-cipación de la población diana.
La recogida de datos se llevó a cabo durante la atención podológica, a través de la historia clínica y un cuestionario de hábitos.
Con la finalidad de realizar un buen diagnóstico los podólogos encargados se reúnen previamente para unificar criterios.
se lleva a cabo a través de la anamnesis, el diag-nóstico y tratamiento y la cumplimentación del cuestionario de hábitos podológicos.
Este estudio es de tipo no experimental, descrip-tivo y transversal o de prevalencia.
Para el análisis de los datos se utiliza el programa SPSS, se introducen los datos recogidos, se rea-liza el tratamiento adecuado de los mismos y se obtienen los siguientes resultados.
Resultados
Perfil de la población
La población objeto de este estudio son personas de 65 años o más, con una media de edad de 75 años (desviación estándar 6,23) y una edad máxi-ma de 97 años.
El 72,2% de la población en estudio eran mujeres, frente al 27,8% de varones.
En cuanto al patrón de patologías sistémicas, el 16% de la población presentaba diabetes mellitus y un 34% padecían hipertensión arterial.
Hábitos podológicos de higiene
¿Con qué frecuencia asea sus pies?
Más de la mitad de la población (55%) aseaba sus pies una vez al día, el 41,3% lo hacía de 2 a 3 veces a la semana, el 22% una vez a la semana, el 4% aseaba sus pies varias veces al día, y el 0,2% lo hacía una vez al mes (Figura 1).
¿Aplica crema a sus pies? ¿Con qué frecuencia?
El 45,6% de la población estudiada afirmaba que aplicaba crema a sus pies, frente al 54,4% que no lo hacía.
La mayoría lo hacía una vez al día (34,7%), o cada 2-3 días (31,7%). El 15,4% una vez a la semana, el 12,7% una vez al mes, el 1,5% aplicaba crema varias veces al día, y el 3,9% nunca aplicaba crema en sus pies (Figura 2).
¿Quién realiza el cuidado de sus uñas?
Excepto un 1% de la población que afirmaba que nadie realizaba el cuidado de sus uñas, la mayoría lo hacían ellos mismos (65,2%) o buscaban ayuda. El 4,5% pedían ayuda a la enfermera, el 12,2% a un familiar, el 1,9% acudía a la peluquería, el 0,7% al esteticista, el 0,2% al ATS, el 3% a otra persona, y tan sólo el 11,3% acudía al podólogo para dicho cuidado (Figura 3).
Figura 1. Frecuencia de aseo de los pies
Figura 2. Frecuencia de aplicación de crema a los pies
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¿Qué dificultades tiene para cortar sus uñas?Ante la tarea de cortar las uñas, el 67,4% de la población tenía problemas de movilidad para realizar el cuidado de sus uñas, el 20% decía tener uñas muy gruesas que dificultaban su corte, el 9,5% presentaba problemas de vista para realizar este cuidado y el 2,5% manifestaba otra dificultad (Figura 4).
Ante la presencia de hiperqueratosis y/o helomas en sus pies ¿cómo lo solucionó?
Tan sólo el 28,9% de la población en estudio que presentó en algún momento de su vida un problema de hiperqueratosis y/o helomas acudió al podólogo para buscar solución a su problema, además el 14,9% aplicó callicida para dar reme-dio a dicho problema, el 9,7% utilizó algún tipo de cuchilla, el 10,9% afirmaba emplear piedra pómez, el 4,9% acudió a la peluquería, el 7,4% a la enfermera, el 0,6% al médico, el 0,3% a la ATS y el 22,6% buscó otro tipo de solución (Figura 5).
¿Quién es el profesional de referencia ante un problema en sus pies?
El 35,5% de la población objeto de estudio afirmaba tener al podólogo como referente ante un problema en sus pies, el 26,2% no tenía a nadie de referencia, el 7,9% al médico, el 6,1% a la peluquera/o, el 5,1% al enfermero, el 3,3% al traumatólogo, el 2,3% al esteticista, el 0,9% al fisioterapeuta, el 0,5% al ATS y el 12,1% a otros (Figura 6).
Importancia del cuidado de los pies
La mayoría de la población estudiada consideraba importante el cuidado de sus pies (99,3%) y de-fendía una revisión anual de los mismos (98,9%).
¿Cree necesario que el podólogo este en el sistema sanitario público?
El 98,9%, una vez conocida la figura del podólo-go, creía necesario que el podólogo estuviese en el Sistema Sanitario Público, prácticamente la totalidad de la población, ya que la gran mayoría encontraba dificultades para acudir a este tipo de servicios (Figura 7).
Conocimiento de la fi gura del podólogo
El 54,2% decía conocer la figura del podólogo, frente al 45,8% que no la conocía.
Figura 4. Dificultades para cortar las uñas
Figura 5. Ante la presencia de hiperqueratosis y/o helomas en sus pies ¿cómo lo solucionó?
Figura 6. Profesional de referencia ante un problema en los pies
Figura 7. ¿Cree necesario que el podólogo esté en el sistema sanitario público?
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El 60,7% de la población estudiada era la primera vez que iba al podólogo, frente al 39,3% que ya había ido otras veces.
¿Qué le impide ir al podólogo?
Los impedimentos que encontraba la población de estudio para acudir al podólogo eran en el 61,2% de los casos las dificultades económicas, en el 8,9% la distancia al podólogo más cercano, el 4,4% tenía problemas de movilidad, el 4,1% falta de tiempo y el 21,3% presentaba otro tipo de dificultades (Figura 8).
Conclusiones
Los pies, son elementos insustituibles para la marcha y el equilibrio y requieren una especial atención. De ahí que observarlos y cuidarlos sea imprescindible dentro de la asistencia geriátrica integral del anciano, máxime cuando la patología del pie es casi constante a estas edades.
La participación masiva de las personas de edad avanzada en el Programa de Podología Itine-rante ha puesto de manifiesto la gran demanda de cuidados podológicos que existe en este tipo de población. Entre los participantes, un 72,2% han sido mujeres, frente a un 27,8% de hombres,
frecuencia de patologías podológicas en el sexo femenino y/o por el rechazo de los hombres a participar en este tipo de programas.
En cuanto a las enfermedades sistémicas pade-cidas por la población en estudio, un 16% eran diabéticos y un 34% presentaban hipertensión arterial. Este tipo de enfermedades son de gran importancia a la hora de diagnosticar algún problema en los pies, ya que muchas veces son la causa de múltiples patologías.
Los cuidados higiénicos de los pies son una de las tareas de mayor dificultad para las personas de avanzada edad. El ser el pie la zona más distal de nuestro cuerpo hace que no resulte nada fácil acceder a él, dificultando la necesidad de realizar su cuidado diario. Tan sólo el 55% de la población estudiada aseaba sus pies a diario, el resto lo hacía 2-3 veces a la semana (41,3%) o en menor frecuen-cia. Además menos de la mitad aplicaba crema a sus pies (45,6%), aun conociendo la importancia de la hidratación de la piel en estas edades. Otra de las tareas de gran dificultad es el corte de las uñas, ya que unido a los problemas de la movilidad, se encuentra la dificultad de cortar las uñas de mayor grosor. La mayoría de la población estudiada (65,2%), aun con gran dificultad, corta-ban las uñas ellos mismos. Entre las dificultades que encontraban, el 67,4% eran problemas de movilidad, el 20% afirmaba tener uñas demasiado gruesas y el 9,5% problemas de vista.
Uno de los datos más significativos ha sido que aun conociendo la alta prevalencia de onicopatías presentadas y la gran dificultad que encontraban a la hora de realizar el corte de sus uñas, tan sólo el 11,3% acudía al podólogo para realizar estos cuidados, el 12,2% pedía ayuda a un familiar y el resto de la población acudía a la enfermera, el ATS, la peluquería o al esteticista.
Ante la presencia de hiperqueratosis o helomas en sus pies, tan sólo el 28,9% acudía al podólogo como solución a su problema buscando la ma-yoría solución con malos hábitos podológicos, como el uso de callicida (14,9%) y la utilización de cuchillas (9,7%), o bien acudiendo a otros profesionales.
Como se puede observar existe una gran variedad de profesionales a los que acuden buscando solu-ción a su problema, de hecho el 26,2% no sabía a quien recurrir ante un problema en sus pies, tan sólo el 35,5% tenía al podólogo como profesional de referencia. El 7,9% piensa en el médico como referente, el 5,1% en la enfermera, el 3,3% en
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el traumatólogo y el 0,9% en el fisioterapeuta, entre otros.
Podemos concluir que existe una falta de conoci-miento de la figura del podólogo y de la podología como referente ante un problema en los pies, he-cho que se demuestra en que solamente el 54,2% conocía la figura del podólogo y en que el 60,7% era la primera vez que acudía al mismo.
¿Qué ocurre entonces, cuando la mayoría de la población estudiada, el 99% considera importante el cuidado de los pies y creía necesario que el po-dólogo, una vez conocidas sus funciones, estuviese dentro del Sistema Sanitario Público? Pues que a pesar de ello, el 61,2% de la población encontraba dificultades económicas para acudir a la consulta podológica, el 8,9% manifestaba inconvenientes para acudir a un podólogo cercano, el 4,4% tenía problemas de movilidad y el 21,3% presentaba otro tipo de dificultades.
Los datos manifiestan la necesidad de cuidados podológicos especializados dada la alta tasa de prevalencia de patologías del pie, lo cual pone de manifiesto que la prevención se debe realizar desarrollando programas socio-educativos sobre
hábitos higiénico-podológicos adecuados, para lo cual es necesario el conocimiento de todo lo que im-plica la Ciencia Podológica desde el punto de vista de prevención, tratamiento y rehabilitación, en base al desarrollo de la nueva ley de dependencia. En las últimas décadas la mejora en la calidad de vida en España (y en Galicia) es evidente aunque se hacía necesaria una ley en la cual se desarrollase la cobertura de las necesidades socio-sanitarias de la población más necesitada de nuestro país. Por ello la ley de dependencia y los programas socio-sanitarios desarrollados en las diferentes comunidades autónomas intentan cubrir en su gran mayoría las necesidades básicas de la per-sona mayor, tales como la higiene, alimentación, cuidados, etc. Pero se olvidan casi siempre de introducir los cuidados podológicos como una necesidad primordial para el desarrollo de dicha calidad de vida.
Es por tanto necesario que la Podología forme parte del equipo multidisciplinar en el ámbito de la salud pública, promocionando un cuidado asistencial y preventivo que mantenga o mejore la calidad de vida de la población.
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