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Conocimiento y actitud frente a la violencia de género de prestadores de salud, Iquitos 2015

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FACULTAD DE ENFERMERÍA

CONOCIMIENTO Y ACTITUD FRENTE A LA VIOLENCIA DE GÉNERO DE PRESTADORES DE SALUD

IQUITOS 2015

Tesis para optar el Título Profesional de Licenciada (o) en Enfermería

AUTORES:

Bach. Enf. FERNANDEZ GALLARDO, Margarita Bach. Enf. KUJI CHIMPA, Nelson

ASESORA:

Dra. Maritza E. VILLANUEVA BENITES

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Conocimiento y actitud frente a la violencia de género de prestadores de salud Iquitos 2015.

AUTORES: Fernández Gallardo Margarita, Kuji Chimpa Nelson.

RESUMEN

El objetivo del estudio fue determinar la relación existente entre el conocimiento y la actitud frente a la violencia de género de los prestadores de salud Iquitos 2015. El método empleado fue el cuantitativo, diseño descriptivo, transversal, prospectivo. La muestra estuvo conformada por 256 prestadores de salud que laboran en 02 Hospitales y 05 Centros de Salud de Micro Redes de Iquitos, obtenida mediante la fórmula de proporciones para poblaciones finitas. Se utilizó un instrumento que contenía el cuestionario de conocimientos sobre violencia de género de Siendonés y la escala de actitudes en violencia de contra la mujer de Chuquimajo (confiabilidad de 0.91 y 0.81 respectivamente). Los datos fueron analizados en el programa estadístico SSPS versión 21.0. Los resultados mostraron que la edad promedio fue 38,1 +9,0 años, 43,0% son casados, 39,8% tiene entre 1 a 5 años de tiempo laboral. El 39,8% de los prestadores mostro un nivel alto de conocimiento sobre violencia de género, el 83,6% tiene una actitud neutra frente a la violencia de género, el 11.7% actitud desfavorable y solo el 4.7% tiene una actitud favorable. Se obersvó relacion estadística significativa entre categoría profesional y nivel de conocimiento (p=0,000) ; área de trabajo y nivel de conocimiento (p=0,003) ; no existe relación estadística significativa entre las variables demográficas-laborales con la actitud. Se encontró que existe relación estadística significativa entre el conocimiento y la actitud (p=0,012).

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Knowledge and attitude towards the gender violence of health providers Iquitos 2015.

AUTHORS: Fernández Gallardo Margarita, Kuji Chimpa Nelson.

ABSTRACT

The objective of the study was to determine the relationship between knowledge and attitude towards gender violence of health providers Iquitos 2015. The method used was quantitative, descriptive, transversal and prospective design. The sample consisted of 256 health providers who work in 02 Hospitals and 05 Micro Network Health Centers of Iquitos, obtained through the proportions formula for finite populations. An instrument containing the knowledge questionnaire on gender violence of Siendonés and the scale of attitudes in violence against women of Chuquimajo (reliability of 0.91 and 0.81 respectively) was used. The data were analyzed in the statistical program SSPS version 21.0. The results showed that the average age was 38.1 +9.0 years, 43.0% were married, 39.8% had between 1 and 5 years of working time. 39.8% of the providers showed a high level of knowledge about gender violence, 83.6% had a neutral attitude towards gender violence, 11.7% had an unfavorable attitude and only 4.7% had a favorable attitude. There was a significant statistical relationship between professional category and level of knowledge (p = 0.000); Area of work and level of knowledge (p = 0.003); There is no statistically significant relationship between demographic-labor variables and attitude. We found a statistically significant relationship between knowledge and attitude (p = 0.012).

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DEDICATORIA

A Dios, por permitirme llegar a este momento tan especial en mi vida. Por los triunfos y los momentos difíciles que me han enseñado a valorarlo cada día más.

A mis padres, por su amor, trabajo y sacrificios en todos estos años, gracias a ustedes he logrado llegar hasta aquí y convertirme en lo que soy. Es un privilegio ser su hija, son los mejores papás.

A mi hermano, por estar siempre a mi lado y apoyarme como amigo. Gracias por todo y a pesar de las peleas, somos hermanos y siempre estaremos juntos.

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DEDICATORIA

Al creador de todas las cosas, el que me ha dado fortaleza, cuando a punto de caer he estado; por ello, con toda la humildad que de mi corazón emana, dedico mi trabajo a Dios Jehová.

De igual forma dedico esta tesis a mis padres Angélica y Marcelino, porque han sabido formarme con buenos sentimientos, hábitos y valores, lo cual me ha ayudado a salir adelante en los momentos más difíciles.

A mi hermano Esaú, que siempre ha estado junto a mí brindándome su apoyo, muchas veces poniéndose en el papel de padre.

A mi compañera de vida Niria Elizabeth, por creer en mí y servir de motivación para lograr mis metas. Gracias a tu apoyo moral en todo este tiempo.

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RECONOCIMIENTO

- A los miembros del jurado calificador Dra. Luz Cubas Pérez de Pacheco, Dra. Juana E Fernández Sánchez; por sus valiosas sugerencias que nos permitieron culminar el trabajo de investigación.

- A nuestra asesora Dra. Maritza E. Villanueva Benites, por su apoyo incondicional, moral y profesional durante la elaboración de la tesis.

- A los trabajadores asistenciales del Hospital Regional de Loreto, Hospital Apoyo Iquitos y de los Centros de Salud (San Juan Bautista I-4, Moronacocha I-3, Bella Vista Nanay I-4, San Antonio I-3, Fernando Lores 1-II, 1ero de Enero1-II, 6 de Octubre 1-3, 9 de Octubre1-3, Cardozo1-3, Progreso I-2, Modelo I-2, América I-3, los Delfines I-2, Quistococha I-1), por su valioso tiempo e información que nos brindaron al momento de la recolección de datos.

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ÍNDICE DE CONTENIDO

Pág. CAPÍTULO I

1.1. Introducción 01

1.2. Problema de Investigación 04

1.3. Objetivos 05

CAPÍTULO II

2.1. Marco Teórico 06

2.2. Definiciones Operacionales 30

2.3. Hipótesis 32

CAPÍTULO III

3.1. Método y Diseño de Investigación 33

3.2. Población y Muestra 34

3.3. Técnica e Instrumento 37

3.4. Procedimiento de Recolección de Datos 38

3.5. Análisis de Datos 38

3.6. Limitaciones 39

3.7. Protección de los Derechos Humanos 39 CAPÍTULO IV

4.1. Resultados 40

4.2. Discusión 56

4.3. Conclusiones 61

4.4. Recomendaciones 62

4.5. Referencias Bibliográficas 63

Anexos

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ÍNDICE DE TABLAS

Pag. Tabla 1. Características del prestador de salud. Iquitos 2015. 40 Tabla 2 Conocimientos del prestador de salud frente a la violencia

de género Iquitos 2015.

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Tabla 3 Actitudes del prestador de salud frente a la violencia de género Iquitos 2015.

47

Tabla 4 Características sociodemográficas - laborales y el conocimiento de los prestadores de salud frente la violencia de género Iquitos 2015.

49

Tabla 5 Variables demográficas - laborales y actitud frente a la violencia de género de prestadores de salud. Iquitos -2015.

52

Tabla 6 Conocimiento versus actitud frente a la violencia de género de prestadores de salud Iquitos-2015.

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ÍNDICE DE GRÁFICOS

Pag. Gráfico 1 Nivel de conocimiento del prestador de salud frente a la

violencia de género. Iquitos -2015

42

Gráfico 2 Actitud del prestador de salud frente a la violencia. Iquitos 2015

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CAPITULO I

1.1. INTRODUCCIÓN

La violencia de género es un grave problema de salud pública a nivel mundial por sus consecuencias sobre la salud mental, física y sexual siendo consecuencia y causa de la inequidad de género1.

Según las Naciones Unidas, la violencia de género es todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino, que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, incluye amenazas, coacción arbitraria de la libertad, tanto en el ámbito público como en la privada. Esta definición implica, además, la discriminación, el sometimiento y sub-ordinación de las mujeres en los diferentes aspectos de su existencia2.

Este tipo de violencia; es un crimen y un delito histórico universal que comienza en los albores de la civilización y subsiste hasta nuestros días. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS)3 señala que el 30% de las mujeres de todo el mundo sufren violencia de género por parte de sus parejas que está vinculado al poder, privilegios y control masculino, afectando a las mujeres independientemente de edad, color, raza, religión, nacionalidad, opción sexual o condición social.

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las mujeres reciban apoyo legal, psicológico para la recuperación de su autonomía. Se ha reportado como barreras la falta de privacidad, el corto tiempo de la consulta y la ausencia de protocolos de atención; también se han reportado barreras que indican la persistencia de creencias tradicionales como la de considerar el problema de la violencia un asunto privado. Aproximadamente un 20% de las mujeres que consultan en los servicios sanitarios padece esta situación5; aunque el motivo por el cual consultan no siempre es una lesión directa de la agresión, sino que suele ser una manifestación sub aguda o encubierta y, en muchas ocasiones, no es más que una vía involuntaria de pedir auxilio. A pesar de que los servicios sanitarios son un punto clave para el abordaje de este tipo de violencia, rara vez los profesionales sospechan la existencia de esta situación y sólo se identifica un 1% del total estimado de casos de mujeres maltratadas6. Otro aspecto del tratamiento inadecuado es el desinterés profesional, caracterizado por actitudes como la falta de atención y cuidado hacia la solicitud de las mujeres que han vivido violencia de género en la pareja. Ello puede constituir un riesgo para que ellas sean re-victimizadas y retornen a la relación. Dicha postura reduce la posibilidad de que ellas revelen la experiencia de maltrato a una persona profesional que les parezca fría e impersonal (Hathaway et al. 2002). La violencia fue, es y, seguramente será un tema que atraviesa las vidas de las personas, por ser un fenómeno que se vincula a las relaciones sociales y, por ende, a las relaciones de poder. Por ello, cada vez ha ocupado mayor interés el estudio del tema7.

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violencia sexual, la tasa de prevalencia en el ámbito nacional es de 8,4% al 9,3%, mientras que en la región selva del 8,3% al 11% (Instituto Nacional de estadística e Informática, 2014)8.

Los resultados obtenidos, constituyen aportes valiosos porque brindan conocimientos científicos claros sobre los conocimientos y las actitudes frente a la violencia de género del prestador de salud, beneficiando en el fortalecimiento de políticas y diseño de estrategias contra la violencia de género en la región Loreto.

Señalar además que la capacitación, la competencia, la motivación y el compromiso del equipo profesional sumado a la disponibilidad de tiempo de la consulta son elementos esenciales para garantizar la efectividad de la intervención en casos de violencia de género, lo que permitirá comprender valores y concepciones de género, la percepción de las causas y consecuencias de la violencia y sus efectos que afectan la interacción entre usuarias y los servicios de salud que dificultan la atención.

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1.2. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

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1.3. OBJETIVOS

1.3.1. Objetivo General:

Determinar la relación existente entre el conocimiento y la actitud frente a la violencia de género de los prestadores de salud Iquitos 2015.

1.3.2. Objetivos Específicos:

Caracterizar a los prestadores de salud: edad, sexo, estado civil, categoría profesional, área de trabajo y tiempo laboral.

Identificar el conocimiento de los prestadores de salud frente a la violencia de género.

Identificar la actitud de los prestadores de salud frente a la violencia de género.

Relacionar las características sociodemográficas y laborales con el conocimiento y actitud de los prestadores de salud hacia la violencia de género.

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CAPITULO II 2.1. MARCO TEORICO

2.1.1.ANTECEDENTES.

Lozano C, Roche F, Hernández M et al. (España, 2014)9 identificaron la formación en violencia de género de los profesionales sanitarios y el conocimiento del protocolo de actuación en violencia de género, así mismo averiguaron la relación entre conocimiento de los protocolos sobre violencia de género y el haber recibido formación con la detección de maltrato. Fue un estudio transversal, observacional y descriptivo. La muestra estuvo compuesta por 119 profesionales sanitarios de Murcia (España): el 82,9% no conoció si existe un protocolo sobre violencia de género y un 92,4% no había recibido nunca formación específica. El 74,8% no detecto un caso de malos tratos. Por tanto, el conocimiento de los protocolos de actuación y el haber recibido formación específica está significativamente relacionado (p<0,005) con la detección de malos tratos. Concluyeron que la formación en conocimiento de los protocolos y una mayor sensibilización en los profesionales sanitarios incrementarían el número de detecciones de maltrato, reduciendo problemas crónicos de salud y gasto sanitario.

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Los resultados obtenidos mostraron evidencia cualitativa acerca de los recursos externos que contribuyen y obstaculizan el cese o reducción del maltrato. Concluyeron que el conocimiento empírico de esos factores tiene implicaciones prácticas al revelar que el cese y/o reducción de este problema no depende sólo de factores individuales, sino también de la interacción de un conjunto de recursos personales, sociales e institucionales.

Arredondo A, Broco M, Alcalá T et al. (España, 2012)11 mediante un estudio transversal descriptivo analizaron el nivel de conocimientos, opiniones, barreras organizativas percibidas de los profesionales de atención primaria, ante el problema de violencia de género. Administraron una encuesta anónima y auto administrada a todos/as profesionales de salud. El 70,7% de profesionales creen que este es un problema importante y 91,7% que habitualmente pasa desapercibido. El 55,2% conocen las obligaciones legales que tienen cuando la detectan, 51,8% piensan que existen barreras organizativas, como la presión asistencial (29%), falta de formación específica (23,5%), desconocimiento del procedimiento a seguir (11,8%) y de las competencias de cada profesional (7%). En conclusión, el nivel de conocimientos es medio para todas las categorías profesionales estudiadas, excepto para trabajo social que es alto.

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más del 60 % del personal de salud explorado mostró desconocimiento con relación a qué tipo de atención brindar, curso a seguir, existencia de metodología, y perfeccionamiento en la atención, frente a casos de violencia doméstica. Concluyeron que la preparación de los médicos y enfermeras de los equipos básicos de salud, sobre violencia doméstica, es escasa en las dimensiones cognitivas y procedimentales, aunque menos insuficiente en la dimensión axiológica, ya que estos se identifican con la existencia y grado de afectación que esta problemática causa en gran medida sobre la salud de la población, pero también reconocen la necesidad de capacitación al respecto para pacientes y para el personal que los asiste. Esta insuficiencia radica en la carencia de un diagnóstico desarrollador e integral de este fenómeno que incide en la salud de la población, la calidad del desempeño profesional y el impacto de la misión del servicio de salud en la comunidad que abarca, lo cual sugiere la necesidad de incluir temas de este tipo en los planes de estudio de las carreras de las ciencias de la salud.

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y fomentar la formación en el personal y utilización de protocolos con pautas de actuación desde los servicios de salud.

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Coll B, Echeverría T, Farràs Ú et al. (España, 2008)15 evaluaron la opinión del personal sanitario de un hospital frente al fenómeno de la violencia doméstica en un estudio descriptivo de prevalencia, usando un cuestionario con diseño ad hoc. Preguntaron a 321 profesionales, seleccionados aleatoriamente, acerca de la violencia doméstica y su relación con la salud. En los resultados respondieron 287 profesionales. La mayoría de encuestados (87,1%) consideró que era un problema importante, pero no lo consideraban un problema de salud. El 60% consideró que podía tener un papel relevante en la detección de esta situación. En general, valoraron como muy baja su preparación para atender a este tipo de pacientes. El personal de enfermería era más sensible al problema y se consideraba más preparado que el personal médico. Concluyeron que los profesionales de la salud están sensibilizados frente al problema de la violencia de género, pero no lo consideran un problema de salud y aducen falta de preparación para abordar este tema.

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contaba con seis módulos que incluían temáticas relacionadas con todo lo anteriormente explorado en el instrumento, además de estrategias definidas a utilizar por los profesionales de enfermería frente a la violencia familiar, posteriormente evaluaron los contenidos impartidos durante el desarrollo del programa con un instrumento similar al anteriormente aplicado, donde se pudo constatar que aumentaron los conocimientos del grupo muestral en cuanto al manejo de la violencia familiar por parte de estos profesionales de enfermería, cumpliéndose el objetivo central del estudio

Herrera C y Agoff C. (México, 2006)17 realizaron un estudio cualitativo con 30 médicas/os y enfermeras/os del sector público, con el objetivo de conocer en profundidad las concepciones y prácticas frente a la violencia doméstica. Una encuesta reciente puso en evidencia que la mayoría de los profesionales de salud no conocen la Norma Oficial Mexicana que establece los criterios de atención de estos casos. Los resultados de las entrevistas evidenciaron que no existen diferencias entre los profesionales a nivel de la atención, y que además la atención resulta inadecuada. Por otra parte, constataron la existencia de un repertorio de significados sociales en torno a la violencia que provienen de la tradición cultural y que dificultan una adecuada atención a este problema.

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través de la "Encuesta de Violencia contra la Mujer por parte de su pareja: Opinión del Personal de Salud". Para el análisis estadístico, utilizaron un modelo de regresión logística para evaluar el conocimiento sobre normas, guías e instituciones de referencia a los casos de violencia de género y actitudes. En los resultados participaron 136 enfermeras (tasa de no aceptación de 9.4%). El promedio de edad fue 37 años, no tenía pareja 52.9% de las encuestadas, la proporción de enfermeras generales fue 51.5%, tenían estudios carrera técnica post secundaria 47.1% y laboraban en el turno matutino 54.4%. El conocimiento sobre la violencia de género del personal fue 92.6% nulo a bajo y 7.4% medio. Los factores asociados con la actitud cognitiva y conductual de rechazo con la violencia de género fueron: tener edad de 23 a 35 años (RM 2.93 IC 95% 3.0-8.0), familiares con violencia (RM 2.47 IC 95% 1.13-5.37) y nivel de bachillerato (RM 5.03 IC 95% 1.20-10.21). El ser autora de violencia tiene una actitud afectiva desfavorable hacia la violencia de género (OR 5.30 IC 95% 11.08-25.88). Las barreras institucionales y personales para la identificación de los casos de violencia de género, fueron 74.3%. En conclusión, requirieron sensibilizar y capacitar para identificar y referir a los casos con violencia de género, además de implementar programas de salud mental para las enfermeras que sean autoras o víctimas de violencia.

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Atención Integral a la Mujer, Niñez y Adolescencia en el primer nivel de atención del MINSA, durante los meses de abril a junio de 2003. Midieron la actitud de acuerdo con una escala tipo Likert y construyeron un índice de conocimiento sobre las normas de atención. Obtuvieron la información por medio de un instrumento de auto aplicación. Utilizaron un modelo de regresión logística para evaluar la asociación de la actitud con diversos factores, así como con el conocimiento sobre las normas de atención. La actitud de rechazo hacia la violencia fue de 76.06%. En el análisis multivariado, los factores asociados con la actitud de rechazo fueron la profesión médica (RM 6.5, IC 95% 2.70-15.82), al igual que los niveles medio (RM 4.3, IC 95% 1.87-10.26) y alto (RM 3.3, IC 95% 1.03-10.75) de conocimiento sobre las normas de atención y la cercanía de familiares o amigos que han sido víctimas de violencia (RM 3.2, IC 95% 1.56-6.80). La escasa capacitación sobre el tema (59.9%), el temor a involucrarse en asuntos legales (52.6%) y el carácter privado de la violencia (50.7%) constituyen las barreras más importantes para la identificación y la referencia de las víctimas. En general, el personal de salud presentó valores altos en la actitud de rechazo hacia la violencia de género.

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violencia doméstica y la actitud del personal médico hacia la atención, en la consulta, de mujeres maltratadas. Construyeron un índice de conocimiento, además de un análisis multivariado de los datos en donde el 90% de los entrevistados nunca ha recibido capacitación en violencia contra la mujer. La actitud afectiva y cognoscitiva del personal médico que recibió capacitación sobre el tema fue más favorable hacia la identificación y atención de mujeres maltratadas que llegan a consulta médica, en comparación con los que no la recibieron. Sobre el nivel de conocimiento acerca del tema, 21% de los entrevistados mostró un nivel bajo, 63% medio y 16% alto. En el personal médico, con nivel de conocimiento medio y alto, se observó 2.1 y 6 veces respectivamente una actitud afectiva más favorable respecto a la identificación y canalización de casos de mujeres maltratadas en comparación con el personal con nivel de conocimiento bajo. Las médicas mostraron 2.3 veces mejor actitud para identificar y canalizar mujeres maltratadas. El personal médico con interés por capacitarse en el tema mostró 7.6 veces mejor actitud que el personal no interesado.

2.1.2.BASES TEORICAS

2.1.2.1.Magnitud de la violencia de género

Se considera a la violencia como toda forma de interacción humana en la que se busca cumplir un objetivo o lograr un fin, causando daño o perjuicio a otra persona mediante el uso de la fuerza. La violencia es un fenómeno esencialmente humano, una realidad histórica que cambia en diferentes formas, tiempos y versiones21.

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coexistencia de diversas identidades (raza, clase, edad, pertenencia étnica, entre otras), que cause muerte, daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico a una persona, tanto en el ámbito público como en el privado. Se trata de aquella violencia que ocurre en un contexto de desigualdad sistemática que remite a una situación estructural y a un fenómeno social y cultural enraizado en las costumbres y mentalidades de todas las sociedades y que se apoya en concepciones referentes a la inferioridad y subordinación basadas en la discriminación por sexo-género.

Desde hace varias décadas la violencia de género es considerada como un problema de salud pública23 que conlleva daños a la salud física y mental de las mujeres, y por tanto es un factor de demanda de los servicios de salud. Es un problema social debido a la discriminación, la desigualdad y las relaciones de poder que establecen los hombres sobre las mujeres. Este tipo de violencia tiene consecuencias graves para la salud y la vida de las mujeres e impone costos económicos considerables, tanto en la familia como en los Servicios de Salud. Se estima que la violencia de género llega a restar uno de cada cinco días de vida saludable de la mujer, lo que se traduce en una menor calidad de vida24.

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Estos datos reflejan que la violencia de género es un fenómeno universal que persiste en todos los países del mundo y que repercute de manera muy negativa en las mujeres que lo sufren, siendo una de las causas de perdida de años vida en las mujeres de entre 15 y 45 años, por encima de guerras, accidentes de tráfico y los diferentes tipos de cáncer26.

Aunque la violencia de género ha existido desde siempre, es hoy en día cuando se ha tomado más conciencia de la gravedad del problema y sus implicaciones. Esto ha contribuido al desarrollo de políticas que protegen y defienden los derechos de las mujeres.27

Un marco importante en la lucha contra la violencia de género fue la creación del Decreto Supremo que aprueba el “Plan Nacional contra la Violencia de Género 2016 - 2021”, en el artículo 1 de la Constitución Política del Perú en la Ley N°28983 que establece el marco normativo, institucional y de políticas públicas en los ámbitos nacional, regional y local, garantizando a mujeres y hombres el ejercicio de sus derechos a la igualdad, dignidad, libre desarrollo, bienestar y autonomía, impidiendo la discriminación en todas las esferas de su vida, pública y privada, propendiendo a la plena igualdad28.

2.1.2.2.Tipos de violencia de género.

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más común, siendo además el más difícil de detectar, pues la mayoría de las víctimas no son conscientes de lo que sufren29.

b. Violencia física: comprende cualquier acción que implique el uso de la fuerza y cuya intención es causar daños físicos como: golpes, empujones, palizas, quemaduras, heridas, tirones de pelos, intento de estrangulamiento30.

c. Violencia sexual: se refiere a situaciones en las que se obliga a la mujer a mantener cualquier tipo de contacto sexual (posturas, gestos, formas de vestir, actos, etc.) en contra de su voluntad. En este sentido hacen diferencia de tres conceptos:

- Agresión sexual: aquellos actos sexuales en los que se usa violencia o intimidación.

- Abuso sexual: se produce cuando el agresor se aprovecha de una situación de superioridad respecto a la víctima que le impide actuar con libertad.

- Acoso sexual: refiriéndose a la proposición de actos sexuales en cualquier ámbito, provocando en la víctima una situación intimidadora y humillante.

d. Violencia laboral: El acoso laboral es el conjunto de comportamientos intencionales, hostiles y poco éticos, dirigidos a ocasionar daños en las víctimas y que son sistemáticos, frecuentes y duraderos. El hecho de ser mujer incrementa el riesgo de sufrir acoso psicológico en el ámbito del trabajo31.

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la mujer disponer de él o conocer los ingresos y el patrimonio familiar32.

f. Violencia ambiental: son una forma de violencia contra el entorno material o afectivo de la mujer que la daña psicológicamente, como por ejemplo destrozar enseres de la casa u objetos de la mujer, especialmente aquellos que tienen un valor sentimental para ella33.

g. Violencia comunitaria: puede ser perpetrada por cualquier persona, particularmente desconocidas, aunque no se descarta que puedan ser también familiares o conocidas. Algunas formas que puede adoptar son la violación, el abuso sexual, la violencia callejera a través de insultos o frases alusivas a la sexualidad de la mujer y la intimidación. También incluye la trata de personas, la prostitución forzada, el acoso y el hostigamiento sexual. Los espacios son diversos como centros de recreación, medios de transporte, vía pública o cualquier34.

h. Violencia social: se describe como aquellos comportamientos que tienen como fin provocar el aislamiento social de la víctima (familia y amigos).

2.1.2.3.Ciclos de la violencia de género. Existen diferentes patrones de maltrato que explican el proceso de la violencia de género, el más utilizado para describir las etapas de causas de la relación violenta es el denominado “ciclo de la violencia” propuesto por Leonor Walker en 1979, en el que se establecen 3 fases que se detallan en:

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los primeros indicios de violencia física. La mujer se cree capaz de controlar estas situaciones y se confía en su desaparición.

b. Explosión o agresión. Es donde se produce las agresiones físicas, psicológicas y sexuales. La mujer suele denunciar o pedir ayuda durante esta fase.

c. Calma, reconciliación o luna de miel. El agresor se arrepiente y pide perdón utilizando estrategias de manipulación afectiva (regalos, caricias, promesas y disculpas). La mujer suele encontrarse esperanzada y confía en que la situación cambiara. A medida que los comportamientos violentos se afianzan esta fase tiende a desaparecer, provocando la aproximación temporal de los episodios violentos.

2.1.2.4.Perfil del hombre agresor: Los hombres violentos niegan su violencia y atribuyen el problema a su mujer. Ellos se autoerigen como víctimas que necesitan compasión y que carecen de una comunicación adecuada, razón por la cual se expresan con la ira35. Entre los hombres agresivos podemos encontrarnos con diferentes tipologías, así destacamos:

a. Personalidades narcisistas: caracterizadas por utilizar la debilidad del otro para engrandecerse. Son personas intolerantes ante las críticas, dominantes, seductores, no empáticas, critican a todos, no admiten reproches, no son responsables de lo negativo y necesitan al otro para controlarse.

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c. Personalidades obsesivas: definidas como perfeccionistas sobre todo en la dimensión profesional, en el plano social son conformistas y respetuosos con las leyes; y en la vertiente personal, les resulta difícil convivir y temen los excesos emocionales.

d. Personalidades paranoicas: contempladas como meticulosas, perfeccionistas, dominantes y con escaso contacto emocional. Asimismo, destacan los sujetos Bordeline caracterizados por su irritabilidad, rabia, reacciones emocionales intensas, cambios de humor y relaciones conflictivas.

e. Perversos narcisistas: son manipuladores, mentirosos, adaptados socialmente, inmaduros, tranquilos, fríos, egocéntricos, con deseo de poder, y con capacidad de control emocional.

2.1.2.5.Indicadores de la violencia de género. Se ha observado en los últimos años un aumentado de las denuncias por maltrato, aun existiendo un gran número de mujeres que no denuncian su problema. Por ello resulta importante que la sociedad en general y particularmente los profesionales de la salud conozcan las señales o indicios que pueden sugerir situaciones de violencia de género para facilitar su detección y actuar en su contra. Siendo los principales indicadores:

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b. Indicadores psicológicos: agresividad e irritabilidad, ansiedad, baja autoestima, dependencia emocional, depresión, estrés, insomnio, intentos de suicidio, temor y trastornos alimenticios.

c. Indicadores de utilización de los recursos sanitarios: acudir siempre acompañada de su pareja, consultar de forma repetida sin justificación, dar explicaciones incoherentes, híper frecuentación de los Servicios de Urgencias, incumplimiento de citas, ingesta crónica de tranquilizantes y retraso en la solicitud de asistencia prenatal.

d. Indicadores laborales: absentismo (abandono de desempeño de funciones), baja productividad, cambios frecuentes de empleo y retrasos habituales.

2.1.2.6.Factores de riesgo en la violencia de género: Con respecto a los factores de riesgo de la violencia de género, cabe destacar que todas las mujeres independientemente de su edad, clase social o raza, tienen riesgo de sufrir algún tipo de agresión a lo largo de su vida, es decir, no existe un perfil definido de mujer maltratada. Sin embargo, algunos estudios señalan que existen determinados factores que se relacionan con una mayor ocurrencia de casos de violencia de género, entre los que se encuentran: edad menor de 35 años, desempleo, abuso de alcohol y drogas, divorcio previo, bajos ingresos y bajo nivel educativo.

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2.1.2.7.El personal de salud frente a la detección y atención de la violencia de género.

En la presente investigación se estableció la relación existente entre el nivel de conocimiento y la actitud frente a la violencia de género del prestador de salud, por lo que a continuación se describe bases teóricas relacionadas a ambas variables.

Los prestadores de salud son actores clave en el proceso de prevención, detección, atención y seguimiento de los problemas originados en la violencia de género. Sin embargo, al parecer este sector no ha respondido de manera efectiva, como se informa también en otras partes del mundo. Estudios previos con prestadores de salud han informado que la detección de personas afectadas por violencia de género es superior y en los que el nivel educativo sobre el tema de la violencia de género de las personas encuestadas es mucho mayor, y el desconocimiento sobre las normas y protocolos de atención es la variable predictora de las actitudes de los profesionales.

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problema o a concebirlo como algo privado, en lo que no se debe intervenir.

Se hace así evidente que los prestadores de salud se encuentran en un lugar de tensión, donde confluyen de manera conflictiva discursos imaginarios sobre lo público y lo privado, sobre la familia, las normas de género y la autoridad, y en particular sobre la violencia intrafamiliar, y que resultan de un proceso amplio de socialización, educación y formación profesional.

A. Conocimiento sobre normas y protocolos de la violencia de género.

La atención de la mujer maltratada que acude a los Servicios de Salud, requiere que el personal de Salud (médicos, enfermeras/os, trabajadores sociales y psico1ogos/as, principalmente) tenga conocimiento, sensibilidad y la capacitación suficiente para atender la violencia de género; dado que son los primeros en entrar en contacto directo con las mujeres. Existen pocos estudios que dan cuentan sobre cómo se identifican los casos de violencia y como se debe canalizar cada situación, dependiendo de la problemática de que se trate, como pueden ser los de carácter legal, la protección del personal de salud, así como los derechos de las mujeres a ser atendidas en una institución de salud36.

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24

los cambios en el conocimiento, actitudes y prácticas de los proveedores con el transcurso del tiempo37.

En algunos estudios se ha informado que los profesionales del estudio consideran que no están lo suficientemente formados sobre la temática de Violencia de Género. Asumen esta falta de formación como una de las principales barreras para la detección. Esta escasa preparación también les impide actuar de forma correcta. Todos los interrogados consideraron que debía obtenerse más formación sobre este tema38. Algunas formas de recabar información sobre el conocimiento, actitudes y prácticas de los proveedores incluyen encuestas y la recolección de datos cualitativos a través de discusiones de grupo u otros métodos de participación con proveedores. Los datos cualitativos pueden proporcionar una comprensión en profundidad de las perspectivas de los proveedores. Los datos cuantitativos facilitan la medición de cambios durante el transcurso del tiempo.

(35)

25

B. Actitud frente a la violencia de género.

El personal de salud es producto de la misma tradición cultural, no necesariamente juzga de manera negativa las actitudes que dan soporte al abuso contra la mujer. En un estudio realizado por Agoff (2006) con la finalidad de identificar las barreras en la atención de la mujer mexicana violentada, se informó que las mujeres entrevistadas señalan no acudir a los servicios de salud para solicitar ayuda. Suelen evitar hacerse “visibles” en los servicios de atención por vergüenza o desconfianza, y cuando acuden por lesiones o malestares causados por la violencia, constatan que los médicos se muestran indiferentes40.

La actitud es definida como el estado mental y neural de disposición organizado a través de la experiencia, que ejerce una influencia directa o dinámica sobre la conducta del individuo ante todos los objetos y situaciones con los que se relaciona41.

a. Componentes de la actitud: Zazzo y Balmonte señalan los siguientes componentes:

- Afectivo: consiste en la evaluación de la respuesta emocional.

- Conductual: es la conducta explícita dirigida hacia un objeto o persona.

(36)

26

creencias evaluativas son más importantes para la actitud como concepto de disposición, estos últimos abarcan las creencias acerca de las cualidades deseables o indeseables, aceptables o inaceptables y buenas o malas.

-

Emocional: se refiere a las emociones o sentimientos ligados con el objeto de la actitud. Los adjetivos bipolares usados frecuentemente al estudiar los elementos de éste componente son amor, odio, gusto, disgusto, admiración, desprecio y otros que denoten sentimiento de tipo favorable o desfavorable.

- Reactivo o de tendencia a la acción: incorpora la disposición conductual del individuo a responder al objeto, se acepta generalmente que hay un lazo entre los componentes cognitivos particularmente las creencias que expresan cualidad deseable o indeseable, aceptable o inaceptable, etc., y la disposición a responder al objeto (comportamiento).

C. El actuar de los profesionales sanitarios ante la violencia de género.

(37)

27

detectar, sospechar y notificar las agresiones por maltrato, ya que los profesionales de la salud no pueden permanecer ajenos a este problema de salud pública. Sin duda, su intervención es necesaria para la prevención, la detección, el tratamiento y la orientación de este complejo problema. En donde es imprescindible un abordaje integral y que, además, exista una coordinación amplía con otros profesionales e instituciones del Sector Salud, en particular en el ámbito de la atención primaria44.

El proceso de atención básico en los servicios de Atención Primaria y Urgencias, debe iniciarse con una anamnesis minuciosa que permita identificar problemas existentes o potenciales y realizar una valoración adecuada del estado de la víctima para poder activar los recursos necesarios para su atención. Por ello, los profesionales de la salud, en concreto de Atención Primaria, son un valioso recurso para la detección y el abordaje de la violencia de pareja hacia la mujer, tal y como se recoge en la “Guía de Apoyo en Atención Primaria para abordar la violencia de pareja hacia la mujer”, en donde señala que, a pesar de la alta prevalencia de la violencia de pareja hacia las mujeres, se detecta poco y suele ser en fases tardías. Las mujeres víctimas de malos tratos acuden durante años a los Centros de Salud antes de reconocer y consultar por violencia45. Algunos estudios también ponen de manifiesto una percepción insuficiente desde los servicios sanitarios como problema de salud (14).

(38)

28

miedo a denunciar, identificándose tres actitudes diferentes y bien definidas: la denuncia abierta de lo ocurrido, la no denuncia simulando el hecho y la no denuncia manteniendo una actitud pasiva y neutral.

El grado de sensibilidad y el estado de alerta de los profesionales de la salud condiciona profundamente la capacidad de intervención del sistema sanitario. Suele ser el primer lugar de protección social al que acuden las víctimas, pudiéndose convertir así en lugares idóneos para la detección precoz. Probablemente el desconocimiento y desmotivación de los sanitarios sean los pilares básicos que fomentan la infra detección47.

Durante todo el proceso de atención deberá mantenerse informada a la mujer sobre todos los procedimientos y exploraciones que se le realizaran, así como su finalidad, obteniendo previamente su consentimiento para llevarlos a cabo.

Cabe destacar que, de los distintos profesionales sanitarios, médicos, enfermeros (as), técnicos (as) de enfermería por las características de su formación, son tal vez los que establecen en el ámbito asistencial una relación más cercana con los pacientes y en consecuencia ejercen un papel fundamental en la prevención de la violencia de género; por esta razón resulta básico que estos profesionales estén sensibilizados con el problema y adecuadamente formados en este campo48.

(39)

29

(40)

30

2.2.DEFINICIONES OPERACIONALES

A. Variable Independiente

Conocimientos de prestadores de salud sobre violencia de género: Constituye la variable independiente del estudio; definido como el conjunto de conocimientos actualizados que posee el prestador de salud, respecto a la persona afectada por violencia de género.

Definición Operacional. Se midió en cinco indicadores en función del porcentaje de respuestas obtenidas:

- Conocimiento Muy alto : más del 81% de respuestas correctas - Conocimiento Alto : 61- 80% de respuestas correctas - Conocimiento Medio : 41- 60% de respuestas correctas - Cocimientos Bajo : 21- 40% de respuestas correctas

- Conocimiento Muy bajo : Menos o igual del 20% de respuestas correctas

B. Variable Dependiente

Actitud frente a la violencia de género:

Constituye la variable dependiente del estudio; definido como el estado mental y neural de disposición para responder, organizado por la experiencia, directiva o dinámica, sobre la conducta respecto a todos los objetos y situaciones con los que se relaciona.

Definición Operacional:

(41)

31

prestador de salud hacia la actitud, se utilizó la escala de Likert (a partir de la pregunta: 1 hasta la 35): muy de acuerdo, de acuerdo, indeciso, en desacuerdo y muy en desacuerdo. Consta de los siguientes indicadores:

(42)

32

2.3.HIPÓTESIS

(43)

33

CAPITULO III

3. METODOLOGIA

3.1.Método y diseño de investigación

a. Método: Se utilizó el método cuantitativo, porque las variables en estudio estuvieron manejadas en forma numérica, por lo que permitió realizar el análisis de dichas variables por medio de procedimientos estadísticos.

b. Diseño: En cuanto al diseño el estudio, es descriptivo, transversal y correlacional.

- Descriptivo: Es descriptivo, porque describió los hechos tal y como se encuentran en la realidad.

- Transversal: De corte transversal, porque los datos fueron recolectados en un determinado momento del tiempo.

- Prospectivo: La recolección se realizó luego de planificar el estudio

El diseño consta del siguiente diagrama:

M r

Especificaciones: M : Muestra O : Observaciones

Xy : Subíndices (Observaciones obtenidas de las variables) r : Indica la asociación entre las variables de estudio.

Ox

(44)

34

La población objeto del presente estudio estuvo conformada por todos los prestadores de salud de Iquitos que atienden a mujeres afectadas por violencia de género, que laboran en los establecimientos de salud de Loreto: Hospital Regional de Loreto, Hospital apoyo Iquitos, Red Maynas- ciudad: Micro red San Juan, Micro red Bellavista, Micro red Morona cocha y Micro red Belén.

Tabla 1.

Número de prestadores de salud de los establecimientos de salud. Iquitos. 2015 95%, nivel precisión 5%, los valores de p y q serán de 0.50.

(45)

35

z= 1.96 (punto crítico normal para un nivel de confianza del 95 %) p: 0.5 Proporción de la muestra.

q: 0.5 complemento de p. probabilístico estratificado, la fracción del estrato (Fh) corresponde a 0.184. La tabla 2 contiene la muestra final.

(46)

36 Tabla 2.

Muestra probabilística de los prestadores de salud de los establecimientos de salud. Iquitos. 2015

Se utilizó el muestreo por conglomerados, este método permitió identificar estratos de la población y establecer la proporción de elementos necesarios a partir de los distintos segmentos estratificados, de esta manera se aseguró que los diversos segmentos estén representados en la muestra en la misma proporción en que se presenta la población.

Criterios de inclusión:

- Prestadores de salud con tiempo laboral mayor a seis meses en los establecimientos seleccionados.

- Aceptación voluntaria para participar en el presente estudio.

Criterios de exclusión:

- Internos o residentes: Médicos/cas, Enfermeros/as, Obstetras, Odontólogos, Químico farmacéutico y Psicólogos.

(47)

37

3.3.Técnica e instrumentos

a. Técnica

La técnica que se empleó para recabar los datos fue la entrevista, que permitió interrelacionar con los prestadores de salud en estudio, donde se estableció un diálogo mutuo y a la vez facilitó la recolección de la información directa a los sujetos de la muestra en estudio.

b. Instrumentos

Se utilizó una batería de instrumentos (Anexo 03) que contiene las variables del estudio organizado en los siguientes aspectos:

- Características sociodemográficas del prestador: Contiene datos generales del mismo: edad, sexo, estado civil, categoría profesional que desempeña, tiempo de ejercicio laboral y categoría laboral.

(48)

38

- Escala de actitudes en violencia contra la mujer: Se utilizó la escala de Chuquimajo (2000)51, la cual contiene 35 ítems (Anexo 03) referidos a estereotipos y actuaciones frente a situaciones de violencia. Las opciones de cada ítem varían en términos de grados y bajo la forma de alternativas: Muy en acuerdo =MA; De Acuerdo = DA; Indeciso = I; Desacuerdo = D; Muy en Desacuerdo = MD, puntuando del 1 al 5 los ítems negativos y del 5 al 1, los ítems positivos así, los puntajes altos significan “actitud a favor” y los puntajes bajos “actitud en contra”. Tiene una confiabilidad de coeficiente Alfa de Cronbach 0,81.

3.4.Procedimiento de recolección de datos

Para la recolección de la información se ejecutaron las siguientes actividades:

a) Se estableció coordinación con los responsables de establecimientos de salud seleccionados.

b) Antes de la entrevista se estableció coordinación telefónica y presencial con el prestador de salud, con la finalidad de obtener el consentimiento informado.

c) La entrevista investigador-prestador de salud se desarrolló en los establecimientos de salud, durante las horas de mañana y tarde al término de su horario de trabajo.

3.5.Análisis de los datos

El análisis e interpretación de los datos en estudio se realizó de la siguiente manera:

(49)

39

La información fue codificada y procesada a través del paquete estadístico Statisstical Packge for the Social Sciencies (SPSS) versión 21,0 asimismo se empleó la estadística inferencial mediante la prueba estadística no paramétrica de libre distribución Chi–cuadrada (X2) y el Coeficiente de contingencia (C.C.) para determinar la asociación entre las variables en estudio.

El nivel de confianza para la prueba fue del 95% con un nivel de error α =

0.05. y la probabilidad de significancia menor de 0.05 (p < 0.05).

3.6. Limitaciones

- Poca disposición del tiempo del prestador de salud entrevistado.

- Poco interés de algunos profesionales prestadores de salud en colaborar con el proyecto.

3.7.Protección de los derechos humanos

- Este estudio fue aprobado por el Comité de Ética de la Facultad de Enfermería de la UNAP.

- Se solicitó el consentimiento informado en forma voluntaria, anónima y confidencial, informándoles sobre los objetivos del estudio.

- Al momento de la recolección de datos se garantizó su anonimato y solo los investigadores tuvieron acceso a los datos para realizar la presente información.

- Los resultados que se obtuvieron fueron confidenciales y utilizados para fines de estudio, en todo momento se tuvo en cuenta la ética y bioética en salud.

(50)

40

CAPITULO IV 4.1. RESULTADOS

4.1.1. Características del prestador de salud Tabla 1

Características del prestador de salud Iquitos 2015

M=Media aritmética; DS: Desviación estándar; NS: No significativo (p>0.05)

(51)

41

En la tabla 1 se observa que la edad media del prestador de salud fue de 38,1 años siendo mayor la edad en el sexo masculino (39,8) (p=0,022). El 80,1% son adultos intermedios, el 16,4% son adultos jóvenes y solo el 3,2% son adultos mayores. Concluyendo que el mayor porcentaje de prestadores de salud están en la edad de adulto intermedio del sexo femenino.

En cuanto al estado civil el 43% son casados; el 29.3% son solteros y convivientes el 22,7%, siendo mayor el porcentaje de casadas con un 25% (sexo femenino).

Respecto a la categoría profesional del prestador de salud, el 45,3% fueron enfermeras (os), 25% médicos, 21,9% obstetras, 5,1% odontólogos, 2,0% psicólogos y 0,8 Químico Farmacéutico, predominando las enfermeras y obstetras (36,3% y 17,2% respectivamente de sexo femenino) mientras que los médicos en forma mayoritaria son del sexo masculino (20,3%) (p<0.00).

En cuanto al área de trabajo, el 59,4 % labora en servicios de hospitalización, el 19,1% en las estrategias sanitarias, el 17,2% en consultorios y otras áreas de trabajo 4,3%; siendo el grupo de mujeres quienes predominan en los servicios de hospitalización y estrategias sanitarias (31,7% 16,0% respectivamente), mientras que en consultorios predominan el grupo de varones (9,4%) (p < 0.00).

(52)

42

4.1.2. Conocimiento sobre violencia de género

Grafico 1

Nivel de conocimiento del prestador de salud frente a la violencia de género Iquitos 2015

Fuente: Elaborado por los investigadores

El gráfico 1 muestra el nivel de conocimiento de los prestadores de salud en violencia de género, mostrándose mayor el conocimiento alto con 39,8%, seguido de conocimiento medio 33,6%, conocimiento muy alto 15,6% y conocimiento bajo con 10,9%.

15.6

39.8

33.6

10.9

0 5 10 15 20 25 30 35 40 45

(53)

43

(54)

44 Tabla 2

Conocimiento del prestador de salud frente a la violencia de género Iquitos 2015

n %

El significado de “violencia doméstica” y “violencia de género” es lo mismo

Son similares 134 52,3

Hay diferencias 122 47,7

La violencia de género en nuestra sociedad es un problema

Muy frecuente 135 52,7

Bastante frecuente 80 31,3

Algo frecuente 30 11,7

Poco frecuente 11 4,3

La mayoría de personas que sufren violencia de género

Pasan desapercibidas 245 95,7

Comunican su situación 11 4,3

Conoces el fenómeno “iceberg” en violencia de género

No 191 74,6

Si 65 25,4

Conoces el porcentaje de casos que no son diagnosticados con medios actuales

50-70% 132 51,6

30-50% 61 23,8

70-90% 42 16,4

10-30% 21 8,2

Se asocian más la violencia a clases sociales

Las dos por igual 151 59

Bajas 96 37,5

Altas 9 3,5

Cuál de estos tres factores considera que influye más, en que exista malos tratos en nuestro medio

Nivel sociocultural bajo 141 55,1

Nivel socioeconómico bajo 81 31,6

Estar en trámites de separación/divorcio 34 13,3 Conoces las obligaciones legales ante sospecha de violencia de género

Si 174 68

(55)

45

Desfavorable, 11.7

Neutra, 83.6

Favorable, 4.7

4.1.3. Actitud frente a la violencia de género

Grafico 2

Actitud del prestador de salud frente a la violencia de género Iquitos 2015

Fuente: Elaborado por los investigadores

(56)

46

En la tabla 3 y tabla 3.1 se aprecia en forma detallada los ítems de la escala de actitudes del prestador de salud frente a la violencia de género, observándose que:

La mayoría está en desacuerdo en los siguientes ítems: es normal que el hombre golpee a su pareja (77,0%), que “el hombre haga sentir su poder con golpes” (68,4%), “conseguir respeto de su pareja con golpes” (63,3%), “humillar a su pareja cuando descuida su imagen personal” (10,9%), que la mujer debe alejarse totalmente de familiares y amigos” (62,1%), “la opinión del hombre es más importante que la de la mujer” (59%), “el cuerpo de la mujer le pertenece al hombre” (52,8%), “es apropiado la destrucción de objetos apreciados por la mujer” (53,5%).

(57)

47 Tabla 3

Actitudes del prestador de salud frente a la violencia de género Iquitos 2015

Actitud

Muy de

acuerdo De acuerdo Indeciso

En

mujer debe alejarse totalmente de familiares y amigos (as)

2 0,8 7 2,7 4 1,6 84 32,8 159 62,1

En la relación de pareja la opinión del

hombre es más importante que de la mujer 14 5,5 9 3,5 10 3,9 72 28,1 151 59,0

En la convivencia, el cuerpo de la mujer le

pertenece al hombre 14 5,5 16 6,3 11 4,3 66 25,8 149 58,2 Quitarle dinero a la esposa de los gastos

diarios es bueno para hacer sentir la importancia del hombre

16 6,3 13 5,1 6 2,3 72 28,1 149 58,2

La agresión física a la esposa es muestra de

interés del varón 10 3,9 12 4,7 17 6,6 70 27,3 147 57,4

Es adecuado levantar la mano a la mujer, si

esta da motivos a su pareja 8 3,1 12 4,7 6 2,3 85 33,2 145 56,6

otras mujeres que la pareja considera como mejores

Es malo que el hombre imponga autoridad

(58)

48

Tabla 3.1. Continuación

Actitudes del prestador de salud frente a la violencia de género Iquitos 2015

Muy de

Es necesario que el hombre consulte a su pareja para vender o alquilar una

Pienso que es responsabilidad de la mujer

el cuidado y atención de los hijos 6 2,3 25 9,8 15 5,9 125 48,8 85 33,2

Es malo que el hombre invierta dinero sin

consultar a la mujer 40 15,6 59 23,0 27 10,5 85 33,2 45 17,6

Es malo levantarle la mano a la mujer que

(59)

49

4.1.4. Relación entre las variables demográficas y laborales con el nivel de conocimiento frente a la violencia de género de prestadores de salud.

Tabla 4

Conocimiento de los prestadores de salud frente la violencia de género según características sociodemográficas y laborales Iquitos. 2015

(60)

50

En la tabla 4 se aprecia la distribución de las variables demográficas – laborales y el conocimiento de los prestadores de salud frente a la violencia de género.

Con respecto al sexo, se observa que el 28,5% del género femenino presento un nivel de conocimiento alto en comparación con el género masculino que presentó un nivel de conocimiento medio 13,7%. p=0,071 (p >0,05).

En cuanto a la edad se observa que el 30,5% de adultos intermedios presentan un nivel de conocimiento alto, el 8,2% de adulto joven presentan un nivel de conocimiento alto y el 1,6% de adulto mayor presentan un nivel de conocimiento medio; siendo el adulto intermedio con nivel de conocimiento alto 30,5%. p=0,800 (p>0,05).

Respecto al estado civil se observa que el 16,0% de casados presenta un nivel de conocimiento alto,12,5% de solteros presenta un nivel de conocimiento alto, el 9,8 de convivientes presentan un nivel de conocimiento alto y el 1,6% de separados/divorciados presenta un nivel de conocimiento bajo; concluyendo que, en los prestadores de salud, predomina el nivel de conocimiento alto que corresponde a los casados. p= 0,555 (p>0,05).

En cuanto a la categoría profesional del prestador de salud el 20,3% de enfermeras presentan conocimiento alto, 8,6% de médicos y obstetras con nivel de conocimiento alto, 3,7% de odontólogos con nivel de conocimiento medio, 1,2% de químicos farmacéuticos con conocimiento alto y 0,8% de psicólogos con conocimiento muy alto.; concluyendo que, en los prestadores de salud, predomina el nivel de conocimiento alto que corresponde a las enfermeras. p= 0,00 (p<0,05).

(61)

51

conocimiento medio y el 1,6% de otros servicios poseen conocimiento alto; concluyendo que, en los prestadores de salud predomina el nivel de conocimiento alto que corresponde al servicio de hospitalización. p = 0,003 (p < 0,05)

(62)

52

4.1.5 Relación entre las variables demográficas - laborales con la actitud frente a la violencia de género del prestador de salud.

Tabla 5

Variables sociodemográficas - laborales y actitud frente a la violencia de género de prestadores de salud Iquitos. 2015

(63)

53

En la tabla 5 se aprecia la distribución de las variables demográficas – laborales y la actitud de los prestadores de salud frente a la violencia de género. Con respecto al sexo, se observa que, el 53,1% de género femenino y 30,5% del género masculino presentan una actitud neutra; concluimos que en los prestadores de salud predomina la actitud neutra y ocurre con mayor porcentaje en el sexo femenino.

En cuanto a la edad se observa que el 65,2% de adultos intermedios, el 15,2% de adulto joven y el 8,2% de adulto joven presentan actitud neutra. p = 0,223 (p > 0,05).

Respecto al estado civil se observa que el 35,5% de casados, 24,6% de solteros, 19,1% de convivientes presenta, 4,3% de separados /divorciados presentan actitud neutra; concluyendo que, en los prestadores de salud, predomina la actitud neutra que corresponde a los casados. p = 0,990 (p >0,05).

En cuanto a la categoría profesional del prestador de salud el 37,9% de enfermeras, 22,3% de médicos, 17,6% de obstetras, 4,3% de odontólogos y 08% de psicólogos y químico farmacéutico tienen una actitud neutra; concluyendo que, en los prestadores de salud, predomina la actitud neutra con un mayor porcentaje en la enfermera. p=0.173 (p >0,05).

En relación al área de trabajo el 50,0% de servicios de hospitalización 15,6% de estrategias sanitarias, 15,2% de consultorios, 2,7% de otros servicios tienen una actitud neutra; concluyendo que, en los prestadores de salud, predomina la actitud neutra frente a la violencia de género que, corresponde al servicio de hospitalización. p=0.169 (p >0,05)

(64)

54

entre 20años a más y el 7,8% que laboran entre 16 a 20 años presentan una actitud neutra. Concluyendo que, en los prestadores de salud, predomina la actitud neutra que corresponde a los que tienen un tiempo laboral entre 1 a 5 años. p=0,740 (p>0,05)

4.1.6. Conocimiento Versus Actitud frente a la violencia de género del prestador de salud

Tabla 6

Conocimiento versus actitud frente a la violencia de género de prestadores de salud Iquitos. 2015

Conocimiento Desfavorable Neutra Favorable total p

n % n % n % n %

Muy alto (81% o

más) 9 3,5 31 12,1 0 0 40 15,6

Alto (61 al 80%) 12 4,7 88 34,4 2 0,8 102 39,9 CC=0,245

Medio (41 al 60%) 8 3,1 69 27 9 3,5 86 33,6 p=0,01 2

Bajo (40% o menos) 1 0,4 26 10,2 1 0,4 28 11.0 Total 30 11,7 214 83,7 12 4,7 256 100.0 Fuente: Elaborado por los investigadores CC=Coeficiente de Contingencia

(65)

55

(66)

56

DISCUSIÓN

Es indiscutible que el prestador de salud se encuentra en una posición privilegiada para identificar situaciones de violencia de género en las mujeres que acuden a los servicios de salud; sin embargo, no siempre se hace. La literatura señala que existen varios factores implicados en esta situación, como el conocimiento y la actitud de rechazo o aceptación que el personal tenga ante la violencia de género.

Los hallazgos de este estudio, demuestran la relación evidente entre el conocimiento y la actitud frente a la violencia de género de los prestadores de salud (p<0,05).

En general el 55,4% de la población estudiada presentó conocimiento alto y muy alto (39,8% y 15,6% respectivamente), seguido de conocimiento medio (33,6%) y bajo (10,9%). Estos hallazgos son superiores a los informados por Lozano et al. en España (2014) quienes detectaron que solo el 7,6% de profesionales de la salud tenia conocimientos adecuados sobre violencia de género. Del mismo modo Baró et al. en Cuba (2011) identificaron que más del 60 % del personal de salud explorado mostró desconocimiento frente a casos de violencia doméstica.Alemán et al. en Argentina (2010), también reportaron que el 49,7% de personal presentó conocimientos poco o nada suficientes, entre el 81,7 % y 88, 6 %, se reconoció como medianamente o poco capacitado en la detección de violencia de género. Así mismo los resultados de Mendoza et al. en México (2006) encontró que el 92.6% tuvo conocimiento nulo/bajo y en el estudio de Rodríguez et al. en Nicaragua (2005) encontró que el nivel de conocimiento de los profesionales es medio-alto (59.6% medio, y 20.6%, alto).

(67)

57

trabajador Social –Nutricionista, fisioterapeutas y auxiliar en enfermería respectivamente. De otra parte, el tiempo de permanencia en el servicio, en Iquitos fue mayor que en las demás muestras (9,68 + 8,0 años), mientras que en los otros estudios se reporta el 43,4% llevaba más de siete años trabajando en la institución; (Alemán 2010) y en el estudio de Rodríguez et al. en Nicaragua (2005) afirma que los profesionales de salud llevan más de 10 años en el servicio. El instrumento de recolección de datos podría ser otro factor que explicaría las diferencias, pues cada uno de los estudios mencionados utilizó diversos instrumentos, a excepción de que existen similitudes con el estudio realizado en Nicaragua.

Uno de los aspectos que se juzga como importante en la valoración de conocimientos sobre la violencia de género, son las obligaciones legales del prestador de salud ante la detección de casos de violencia; en la muestra estudiada se encontró que solo el 68% conoce las obligaciones legales. Estos hallazgos son ligeramente superiores a los reportados por Arredondo et al. (España, 2012) quienes revelaron que el 55,2% de prestatarios conocen las obligaciones legales; Larrauri et al. en España (2010) también informaron que un 54,6% de los encuestados desconoce las consecuencias legales de la no declaración de un caso evidente de violencia de género. Así mismo Alemán et al. indicaron que el 72,5% de los entrevistados desconoce las obligaciones legales del personal de salud. Los hallazgos mencionados pueden ser efecto de las propias percepciones del prestador de salud. Algunos autores como Herrera (México, 2006) revelan que los prestadores tienen desconfianza generalizada en todo lo referente a cuestiones legales; y Rodríguez (México, 2005) señala que el prestador de salud tiene temor a involucrarse en asuntos legales (52.6%).

(68)

58

informados por Arredondo (España, 2012) quien informó conocimiento medio para todas las categorías profesionales estudiadas (enfermeras 34%, médicos 31,1%) y Méndez et al. (México, 2003) indican que el personal médico mostró un nivel de conocimiento bajo 21%, 63% medio y 16% alto con esto se observa mayor nivel de conocimiento entre las médicas en comparación con los médicos.

Estos puede deberse probablemente a los contenidos de los planes de estudio de las diferentes carreras de ciencias de la salud, los psicólogos adquieren competencias profesionales orientadas al diagnóstico, tratamiento de la violencia como fenómeno sicosocial, en este estudio el 45,3% fueron enfermeras, el plan de estudios se aplica la gestión del cuidado humano es holístico, considera a la persona, inmersa en el contexto familiar y comunitario según niveles de prevención y atención en salud, basados en fundamentos científicos, tecnológico y ético con enfoque intercultural y ecológico aplicando el proceso del cuidado de enfermería. Algunos estudios han encontrado en la medicalización una barrera importante en la detección de la violencia de género esto podría explicar la diferencia con las otras profesiones

Una tercera parte de los profesionales encuestados piensa que los malos tratos afectan más a clases sociales bajas y más de la mitad creen que están influidas a un bajo nivel cultural, siendo similar estos resultados a los estudios realizados por Siendones et al. en España (2002). Errónea la percepción que tienen de esta realidad, ya que en la actualidad y si incluimos a todas las formas de violencia de género, doméstica y malos tratos, ésta afecta prácticamente por igual a todas las clases sociales y solo con una actuación multidisciplinaria e integral es posible reducir este delito contra la Salud Pública.

Referencias

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