• No se han encontrado resultados

NEFERTITI, FARAÓN de EGIPTO

N/A
N/A
Protected

Academic year: 2021

Share "NEFERTITI, FARAÓN de EGIPTO"

Copied!
9
0
0

Texto completo

(1)
(2)
(3)

¿Quién fue realmente Nefertiti? ¿Qué papel desempeñó en el periodo de Amarna?

El final del reinado de Akenatón está envuelto de la misma

confusión que impregna todo el periodo de Amarna. Igual

que otros egiptólogos, el astrofísico Juan Antonio Belmonte

sostiene que entre el faraón hereje y Tutankamón hubo otros

dos monarcas que gobernaron brevemente. Pero Belmonte

no solo lo cree, tiene pruebas científicas que demuestran

que el primero de esos faraones fue un misterioso personaje

llamado Semenkare, de quien sabemos casi nada, y el

segundo fue Nefertiti.

Fotograma del documental «En busca de tesoros perdidos - La odisea de Nefertiti» (ZDF), refleja el momento en el que el arqueólogo alemán Ludwig Borchardt descu-brió una escultura de la reina en el

(4)

«

Hallado busto pintado de tamaño real de la reina, de 47 cm. de altura. Los colores, como recién pintados. Tra-bajo excelente. Describir no aporta nada, hay que verlo». Así registraba el arqueólogo alemán Ludwig Borchardt, el 6 de diciembre de 1912, el hallazgo del busto poli-cromado de la enigmática esposa de Akena-tón, el más bello rostro jamás conocido. Nefertiti reinó durante el tan revolucionario cuan-to excelso contexcuan-to amarniense. Este periodo duró escasamente 20 años, pero su impacto fue enorme en la vida religiosa y cultural de Egipto, y dejó hondos surcos en la conciencia colectiva. Lo que hoy es Tell el-Amarna no era más que una extensa planicie de terreno yermo. Precisa-mente allí debía levantarse una de las ciudades más hermosas e innovadoras de la historia de Egipto: Aketatón. Fue fundada por Akenatón, concebida para ser la capital de su provocador monoteísmo, de gran trascendencia política y social en el Imperio Nuevo. Su expresión artística debía ser sublime para imponerse al defenestra-do dios Amón y su urbe tebana. Por eso, cuandefenestra-do Borchardt dirigió las excavaciones de principios de siglo XX hacia el valle de Amarna, entre Luxor y El Cairo, intuyendo que algo portentoso saldría a la luz, no se equivocaba. Descubrió el taller de Tutmose, el escultor de la corte y autor del exqui-sito busco de Nefertiti. Allí, entre ruinas, llevaba 3.500 años oculta la belleza inmortal de Nefertiti.

LA REINA CAUTIVA EN BERLÍN

Cuando Nefertiti llegó a Alemania encandiló al Kaiser Guillermo II, que se llevó consigo una répli-ca a su exilio holandés en 1918. Más tarde la reina embrujó a Hitler, que no solo se negó

rotunda-mente a restituirla a Egipto, la protegió de la des-trucción de la capital del Tercer Reich ocultándo-la en una mina de Turinga (este de Alemania. Las autoridades egipcias no han cesado de reclamar la devolución del busto, pero Nefertiti cautiva en Berlín, no puede volver a casa. Alemania alega que llegó al país de forma legal y que la pieza es demasiado frágil para ser transportada; por no mencionar que se trata de la atracción turística más emblemática y rentable de la capital.

Momento de la presentación de la busto de la reina Nefertiti en el lugar del hallazgo.

Nefertiti habría

ascendido como faraón al trono de Egipto antes que Tutankamón

El eje del templo de Atón está orientado a una hendidura en el horizonte por donde el sol se eleva a finales de febrero y de octubre. Esto pudo inspirar el nombre de la ciudad, Aketatón, el «Horizonte del Disco»

(5)

VIAJE AL PERIODO DE AMARNA

El capitán de nuestra travesía hacia Aketatón no podía ser otro que Juan Antonio Belmon-te, investigador del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC). Conocemos el papel de la ar-queoastronomía para entender cómo los seres humanos se han relacionado con el Universo, pero Belmonte explora todas las vertientes de esta disciplina, poniéndola al servicio de todo el tejido de las ciencias sociales, ya sean las relacionadas con la interacción social, con el sistema cognitivo humano o con la evolución de las sociedades.

Como no podía ser de otra manera, este as-trofísico también sucumbió siendo muy joven al embrujo del Antiguo Egipto –«El mosquito de la egiptomanía me picó pronto», confiesa–, haciendo de él uno de sus más rigurosas y re-conocidas voces.

Juan Antonio Belmonte.

© I

A

C Belmonte se hace escuchar alto y claro. Su obra

«Pirámides, templos y estrellas» (Ed. Crítica, 2012) es un fabuloso libro sobre el conocimiento que los egipcios tenían del cielo y el uso que hicie-ron del mismo. Su comprensión del cosmos dio lugar a la aparición del calendario de 365 días anuales y al cómputo de tiempo en 24 horas, al zodiaco de Dendara, a la orientación de templos y pirámides, al techo astronómico de la tumba de Senenmut… Leyendo los astros, este investiga-dor nos descubre hechos fascinantes del pasa-do faraónico. Pero su lectura no es astrológica, podría decirse que es literal porque respeta los estadios del método científico: formula hipótesis que verifica mediante la observación y la experi-mentación. De esta manera, las páginas de este libro se han llenado de respuestas probadas a muchos de los tradicionales misterios egipcios. Pero este artículo está dedicado a Nefertiti, ra-zón que nos catapulta directamente al epílogo de la obra –«ADN, vino y eclipses: El enigma Dahamunzu»–, donde, teniendo en cuenta evi-dencias genéticas, epigráficas, arqueológicas y ciertos eventos astronómicos, Belmonte se atreve a desmadejar el ovillo del desconcer-tante periodo de Amarna, estableciendo para el mismo una cronología diferente para los últi-mos soberanos de la XVIII Dinastía y principios de la XIX. En este contexto, Nefertiti habría as-cendido como faraón al trono de Egipto antes que Tutankamón.

LA REINA QUE TRAICIONÓ A EGIPTO

Pensábamos que Akenatón ejerció su rei-nado entre 1353 a.C. y 1336 a.C. Pero usted afirma que la cronología de Amarna se tam-balea a la luz de datos astronómicos. ¿Puede explicarlo?

(6)

Por partes, entonces el levantamiento de la nueva ciudad solar de culto, Aketatón, ¿tiene también conexión y significado astronómicos? JAB: El «Horizonte de Atón» –significado de Aketatón– se erigió de forma que el eje princi-pal de sus templos se dirigiese hacia un elemen-to del horizonte que recordase el nombre de la ciudad al amanecer de finales de febrero en su época de fundación, en el Año 5 de Amenhotep IV (luego Akenatón). Dado que sabemos que el eje terrestre se va desplazando, nos permite cal-cular el momento en el que el astro rey asomaba por ese punto exacto en el paisaje –un valle que recuerda al signo jeroglífico de una montaña–, en el mes y año del levantamiento de la ciudad, y fijar la fecha en torno al año 1336 a.C.

Esta nueva cronología lo cambia todo y ofrece nuevas respuestas a los más llamativos interro-gantes de este inquietante periodo. Por ejem-plo, destaca un misterioso personaje femenino a quienes los egiptólogos llevan años intentan-do identificar: Dahamunzu.

JAB: Dahamunzu fue la viuda de un rey egipcio que escribió al rey hitita Suppiluliuma pidiéndole un hijo para convertirlo en su esposo y rey de Egipto: «Mi esposo ha muerto. No tengo ningún hijo varón, pero dicen que tú tienes muchos. Si me das a uno de tus hijos, se convertirá en mi esposo». Suppiluliuma envió a Zannanza, pero el príncipe fue asesinado por el camino.

Históricamente, la versión más aceptada re-conoce en Anjesenamón, Gran Esposa Real de Tutankamón, a la reina viuda de los textos hititas. Autores como Nicholas Reeves y más recientemente Rolf Krauss, especialistas en el periodo de Amarna afirman, sin embargo, que se trataba de Nefertiti. Tras desmenuzar todas las propuestas, usted coincide con ellos. Pero no solo al contemplar la nueva cronología amar-niense, además ha cotejado este planteamiento con otras evidencias científicas. ¿Cómo queda el puzzle? ¿Cuáles han sido las piezas clave? JAB: No hay pieza clave, es como un rompeca-bezas y todas las piezas deben encajar al mismo tiempo… Sucede cuando se combina la astrono-mía, la epigrafía hitita, la arqueología y la biolo-gía molecular, así se obtiene la respuesta sólida.

EL PUZZLE CASA

Si aceptamos la propupesta de Belmonte, Smenekare es la momia KV55. Akantón y Nefertiti solo enjendraron hijas, motivo por el cual el faraón decidiría compartir el trono con su hermano menor, Smenekare, para asegurar la suceción. Smenekare, viudo de su propia hermana KV35YL (Baketa-ton es la única hija de Amenhotep

III y Tiyi mencionada en Amarna), tenían un hijo pequeño, Tutanka-món, a quien desde ese instante se le pudo llamar «hijo del rey». Entonces Akenatón le entregó a su hija Meritaton como Gran Esposa Ral. Pero sus planes se frustran al morir prematuramente el corregente. Akenatón optó entonces por asociar al trono a su reina Nefertiti, que sí le sucedió. En el año 17 de su gobierno, Ake-natón muere y Nefertiti escribe al rey hitita Suppilulima para tomar a uno de sus hijos como esposo y convertirlo en rey de Egipto. No ha sido fácil segurile la pis-ta a Nefertiti, máxime porque en sus tres años de gobierno, la Dahamunzu de los hititias adoptó múltipleas y difererentes apelati-vos; y Tutankamón, a su llegada al trono, se encargó de borrar la memoria de la soberana.

(7)

La contribución de la arqueología y la crono-logía ha sido crucial para establecer la dura-ción de los reinados. Al combinarse con la epi-grafía, sitúa en un marco temporal adecuado el reinado hitita de Mursili II, contemporáneo de Tutankamón, cuyos gobiernos habían sido prácticamente paralelos. Sabemos por los tex-tos hititas que los eclipses eran considerados como presagios de la muerte del soberano. En los anales de Mursili II, hijo y segundo sucesor del gran Suppiluliuma, se recoge la mención de un presagio asociado al sol que podía ha-ber supuesto una amenaza para la vida del rey. Identificándolo con un eclipse solar del año 1312 a.C. obtenemos una referencia temporal acorde con los hechos históricos.

Finalmente, la biología molecular ha permitido establecer los lazos familiares entre la familia real de Amarna con un altísimo grado de pro-babilidad.

¿Entonces, Nefertiti, a pesar de fracasar en su intento de gobernar junto a un rey enemigo, logró no obstante reinar como faraón?

JAB: Posiblemente ya era soberana con todos los derechos tras la muerte de su esposo. El fracaso de su nueva idea, simplemente la dejo como faraona única durante al menos tres años.

EL ESQUIVO SEMENKARE

Entre 2007 y 2009 Zahi Hawass coordinó una fascinante investigación sobe las momias del periodo de Amarna. Secuenciaron los ADN de las ya conocidas momias de Tutankamón, Amenhotep III, de su suegro Yuya y de su mu-jer Tuya (madre de Tiyi). Se sumaron al estudio otras piezas no identificadas: un varón hallado en la misteriosa tumba KV55 del Valle de los Reyes y otras cuatro momias femeninas. Dos de ellas, denominadas Dama Anciana (KV35EL) y Dama Joven (KV35YL), fueron descubiertas en la tumba de Amenhotep II (KV35); las otras procedían de la pequeña tumba KV21. Por últi-mo, se analizaron los dos fetos encontrados en la tumba de Tut.

Once personalidades de las que se obtuvieron datos reveladores. Amenhotep III, Tut y el

va-LAS DOS CARAS

DE NEFERTITI

En 2009 conocíamos el verda-dero rostro de la reina de Ake-natón, cuyo nombre significa «la belleza ha llegado».

Una tomografía computarizada

(8)

entre ambos reinados. Así pues, de todo este galimatías, usted deduce que Tutankamón no pudo ser hijo de Akenatón. Sin embargo, en un relieve de arenisca encontrado en Her-mépolis, el joven príncipe aparece referido como «el hijo del rey, de su propio cuerpo», ¿de quién era vástago entonces? ¿Cómo que-da el árbol genealógico de la familia real de Amarna?

JAB: El joven Tut era hijo del varón enterrado en la tumba KV55 que, a no ser que Nefertiti le fuese infiel a su esposo y Anjesenamón no fue-se hija de Akenatón, no puede tratarfue-se de este último. Por tanto, si el príncipe Tutankamón era el hijo de un rey, como atestiguan las fuentes, no puede ser otro que Semenkare.

¿Quién fue Semenkare y cuándo reinó? JAB: Este elusivo rey fue un hijo de Amenhotep III y Tiyi, y posiblemente un hermano menor de Akenatón, según muestran las pruebas de ADN. rón de la KV55 resultaron estar vinculados por

vía parental. Pero la información más interesan-tes la consiguieron de los marcadores autosó-micos, que son los más utilizados en la casos de filiación y estudios forenses porque son he-redados en igual proporción de ambos proge-nitores. De manera que, (1) la Dama Anciana es hija de Tuya y Yuya, confirmándose que era la momia de la reina Tiyi; (2) Tutankamón es hijo de la Dama Joven y del varón de la KV55; (3) KV55 es hijo de Amnehotep III y Tiyi, (4) al igual que la Dama Joven; (5) y los fetos son hijas de Tut y de KV21A, de lo que deducimos ésta es Anjesenamón. Siguen sin identificar a KV55 y a la Dama Joven.

Hawass y su equipo propusieron que KV55 era Akenatón, convirtiéndole en padre de Tu-tankamón. Pero no consta en ninguna fuente que Akenatón tuviera una hermana que, ade-más, fuera una reina. Por otra parte, Tutanka-món le habría sucedido en el trono sin nece-sidad de que se interpusieran otros faraones

(9)

(*) Esta fecha es muy orientativa, se apoya en la decoración de la tumba de Meriere II.

FIGURA 1: Cronología propuesta en «Pirámides, Templos y Estrellas» para los últimos soberanos de la XVII Dinastia y los primeros de la XIX.

REY

AÑOS

FECHAS (a.C.)

GRAN ESPOSA REAL

Nebma’atre Amenhotep III 37 (1378-1342)-3 Tiyi

Neferkheperure Akhenaton 17 (1341-1325)-3 Nefertiti Neferneferuaton** Ankhkeperure Semenkhkare ¿? (1328*-?)-3 Meritaton

Ankh(et)kheperure Nefern-eferuaton**

3 (1324-1322)-3 Meritaton Nebkheperure Tutankhamon 10 (1321-1312) Ankhesenamon Kheperkheperure Ay 4 (1311-1308) Tuy

Djeserkheperure Horemheb 14 (1307-1294) Mutnedjemet Nebphetire Ramses I 2 (1293-1292)

Nenma`atre Sethy I 11 (1291-1280) Usirma`atre Ramses II 67 (1279-1213)

Su reinado es problemático y es muy proba-ble que o reinase de forma simultanea a Ake-natón o que lo hiciera de forma muy breve, tan solo unos meses, a su muerte; aunque

esta última posibilidad deja poco espacio a la usurpación de Ne-fertiti, alias Dahamunzu.

Llegados a este punto, ¿cuál es el cuadro cronológico que pro-pone para los faraones del pe-riodo de Amarna y comienzos de la XIX Dinastía?

JAB: Akhenatón reinó entre los años 1341 a.C. y 1325 a.C. Hacia el final de su tiempo ejerció con él la corregencia su hermano Se-menkare (no se puede determi-nar la fecha ni el número de años que estuvo en el trono, aunque sabemos que murió antes que Akenatón); finalmente, al deceso de Akenatón, habría reinado como faraón Ne-fertiti, como mínimo tres años antes de la lle-gada de Tutankamón en 1321 a.C. (Ver cuadro completo Figura 1). ¢

EL MALTRECHO BUSTO

DE AKENATÓN

Referencias

Documento similar

En el capítulo de desventajas o posibles inconvenientes que ofrece la forma del Organismo autónomo figura la rigidez de su régimen jurídico, absorbentemente de Derecho público por

b) El Tribunal Constitucional se encuadra dentro de una organiza- ción jurídico constitucional que asume la supremacía de los dere- chos fundamentales y que reconoce la separación

"No porque las dos, que vinieron de Valencia, no merecieran ese favor, pues eran entrambas de tan grande espíritu […] La razón porque no vió Coronas para ellas, sería

Cedulario se inicia a mediados del siglo XVIL, por sus propias cédulas puede advertirse que no estaba totalmente conquistada la Nueva Gali- cia, ya que a fines del siglo xvn y en

No había pasado un día desde mi solemne entrada cuando, para que el recuerdo me sirviera de advertencia, alguien se encargó de decirme que sobre aquellas losas habían rodado

De acuerdo con Harold Bloom en The Anxiety of Influence (1973), el Libro de buen amor reescribe (y modifica) el Pamphihis, pero el Pamphilus era también una reescritura y

The part I assessment is coordinated involving all MSCs and led by the RMS who prepares a draft assessment report, sends the request for information (RFI) with considerations,

De hecho, este sometimiento periódico al voto, esta decisión periódica de los electores sobre la gestión ha sido uno de los componentes teóricos más interesantes de la