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La voluntad no sólo tiende al bien, también se dirige hacia la libertad y el bien

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Academic year: 2021

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Semana 6

Presentación

L

a voluntad no sólo tiende al bien, también se dirige hacia la libertad y el bien se encarna en el actuar humano. Para el hombre de hoy la palabra libertad tiene una resonancia casi mágica. De alguna manera, la libertad es la suprema aspiración del hombre, la meta de sus esfuerzos comunitarios y personales. Sin embargo, la libertad no es ser ni sustancia ni facultad ni acto: es sólo una característica de algunos actos volitivos.

Objetivos específicos

Tema y subtemas

III.3 Significado humano de la libertad

III.4 Libertad y amor

III La libertad

El alumno analizará la dimensión del significado humano de la libertad, como •

camino ético para el hombre.

El alumno valorará el amor como máxima obra de la libertad. •

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III.3 Significado humano de la libertad

La libertad es esencialmente interior: existe dentro de una persona, aparte de elec-ciones y alternativas externas que, a menudo, se piensa forman parte de la libertad.

Viktor Frankl describe su experiencia de libertad en un campo de concen-tración, lugar en el que se despojó a los prisioneros de todo: posesiones, esta-tus, identidad. Con el tiempo, luego de años, sólo pudo demostrar que se puede despojar a un hombre de todo, excepto de la última de las libertades humanas, excepto de la posibilidad de elegir una actitud en cualquier conjunto de circuns-tancias; elegir la propia modalidad. Esta libertad interna, subjetiva y existencial, significa advertir que puedo vivir yo, aquí, ahora, de acuerdo con mi elección. Esa clase de coraje es la que permite a una persona aceptar la incertidumbre de lo desconocido, significados que surgen de escuchar con sensibilidad y apertu-ra las complejidades de nuestapertu-ra experiencia. Es la carga de responsabilidad que conlleva lo que uno quiere ser. Es el reconocimiento de ser una persona en evo-lución y no un producto final estático. El individuo que con esta profundidad y coraje reflexiona sobre sus propios pensamientos, llega a la singularidad y elige de manera responsable, puede tener la suerte de poseer cientos de posibilidades externas objetivas entre las cuales elegir, o puede tener la desgracia de poseer una sola opción. Sin embargo, en los dos casos existe la libertad.

Se han dado múltiples definiciones de libertad a través de distintas opinio-nes. Algunas han destacado por su carácter racional, y por tanto, propiamente humano.

Ya en el siglo iv a. C., Aristóteles pensaba que para que exista una acción moral es preciso que junto a la acción voluntaria, haya una libertad de elección o libre albedrío, ambas estrechamente vinculadas.

En la línea de los determinismos, algunos autores reducen la libertad a la conciencia de la propia necesidad, en cuanto que el hombre es un ser tan deter-minado como todos los demás que integran la Naturaleza.

La libertad para Kant, en el siglo xviii, no podía ser una cuestión física (la física está determinada por leyes, incluido el hombre), sino, una cuestión moral: el hombre es libre porque no es por completo una realidad natural. Así, por una parte, el mismo individuo sometido a los determinismos físicos, en cuanto es un ser natural más, puede considerarse libre como ser racional.

Para Jean Paul Sartre en el siglo xx, la libertad es condición de la acción; sólo hay libertad en la decisión: la libertad es una acción realizada por un ser. Sartre es uno de los representantes del existencialismo, escuela filosófica para la cual el hombre en su existencia individual y única tiene una importancia mayúscula. Sartre opina que cada individuo tiene siempre la posibilidad de elegir entre sus alternativas y que cada elección pertenece estrictamente al que elige.

La última de las libertades Definiciones de libertad Definición de Aristóteles Definición de Immanuel Kant Definición de Jean Paul Sartre

¿Soy yo el que elijo seguir viviendo; soy el responsable de mi mismo?

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Es difícil dar una definición de libertad. Las definiciones anteriores sólo son una muestra de la variedad de opiniones a este respecto, y aún así, parece que el concepto se nos escapa.

No obstante, existe un rasgo que parece ser el más determinante de la liber-tad, y es la idea de que es una conquista.

El hombre nace libre, y se hace más libre en la medida en que va conquistan-do sus objetivos. La libertad no se regala, es una conquista; de ahí que no exista la libertad absoluta.

III.4 Libertad y amor

El significado de la libertad aparece con mayor claridad en relación con el amor. El acto supremo de la libertad es el amor, y no se puede hablar de auténtico amor si éste no es libre. De hecho, no hay amor sin libertad. El hombre no puede reali-zarse plenamente si no es en el don y la comunión.

El amor es, por la tanto, el contenido fundamental de la libertad. Libertad y amor no son etapas sucesivas de un proceso, porque son inseparables. La libertad comienza allí donde comienza el amor, y el amor donde comienza la libertad.

No se puede pensar que el hombre libre deba elegir entre amor y egoísmo: el hombre que no ha elegido el amor no es libre; y quien escoge el egoísmo: no es libre; el hombre que decide hacer aquello que quiere, en realidad hace sólo aquello que quieren las fuerzas externas o internas de su vida que no son él mis-mo. El egoísmo reprime las posibilidades más bellas y más grandes. Por esto, las concepciones egoístas o hedonistas de la libertad son represivas.

El egoísmo es una forma de dependencia alienante, incluso cuando se pre-senta en nombre de la libertad. Dependencia de los instintos a los que se da rien-da suelta, por los cuales se es manipulado y atropellado. Dependencia también de los demás; paradójicamente el egoísta que tiende a subyugar a los otros es, en realidad, esclavo de sí mismo. Él, que siempre espera recibir sin dar, tiene nece-sidad de los demás y se expone al fracaso. En cambio, quien ama, se encuentra frente a los demás en una postura de donación, y por ello se encuentra en un estado de profunda libertad respecto de ellos.

No se puede amar sin ser uno mismo y sin elegir al otro. Querer el bien del otro no significa imponerle un elemento externo, sino promover su libertad. Sólo quien ama la libertad del otro, ama de verdad.

Relación entre el amor y la libertad Libertad y conquista

Descripción del egoísmo

¿Conoces a alguien totalmente libre?

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El amor es la realización más completa de las posibilidades del hombre. Éstas encuentran en el amor la plenitud más grande del propio ser. El amor es la actua-lización máxima de la potencialidad de cada la persona. El amor es el acto que engrandece de forma más completa la existencia de la persona.

El amor del hombre y de la mujer que no rebase el simple deseo sensual sería inmaduro, o por lo menos, incompleto, porque el amor sensual no agota lo esen-cial del amor entre personas. No es suficiente desear a la persona como un bien para uno mismo, es necesario además querer el bien para dicha persona.

El amor del hombre y de la mujer no puede dejar de ser un amor simple de sensualidad, pero ha de tender a adquirir una profunda benevolencia.

El amor auténtico es el que no se contenta con los valores reales en la persona amada, sino que la empuja a su ideal aún no conseguido. El amor es, entonces, una postura vital que nos hace descubrir lo valioso de las cosas pequeñas, dife-rentes, adversas, reconfortantes, que se encuentran en la vida cotidiana.

El amor no desecha nada, saca lo bueno que hay en todo; afirma en su supre-ma bondad todo lo que de forsupre-ma inescrutable surge de la nada; tolera todo lo que no puede ser alabado ni admirado, y aún bendice, con serenidad, el momento en que hay que padecer. Lo genuino del amor se demuestra con plenitud cuando no se ven las faltas de la persona amada, e incluso se ama a pesar de esas faltas.

El amor ama y ve en ello algo más que lo que tiene y posee en sus manos. El agua del amor hace cada vez más sediento al que la bebe.

El amor es lo perfecto, es el bien supremo, no es una más entre las innume-rables fuerzas que promueven el bienestar personal. Ni es por esto por lo que es valioso y encumbra a los que aman, sino que él mismo, la plenitud amorosa de la persona, la existencia y vida más alta, firme y rica cuyos corona y emblema son el movimiento mismo, eso es lo valioso.

El amor, por su propia esencia, desecha una reserva hipotética como si se dijese “te amo o te respeto si tú me amas a mí”. Un amor con reservas o condicio-nes no vale la pena, es indignante. No llega al núcleo de la persona, que pide una donación sin reservas como algo inequívoco y perteneciente a él.

Contrario al amor en la actualidad, es el llamado amor libre, es muy peligro-so porque se presenta con frecuencia como fruto de un sentimiento verdadero, mientras que destruye al amor de verdad. En la actualidad, infinidad de familias se han disgregado debido al amor libre. Seguir el verdadero impulso afectivo en nombre de un amor libre de condicionamientos, en realidad, significa hacer al hombre esclavo de los instintos humanos. El amor libre explota las debilidades humanas dándoles un cierto marco de nobleza con la ayuda de la seducción y con el apoyo de la opinión pública. Así se trata de tranquilizar el verdadero sentido humano, creando una coartada moral.

Sin embargo, no se toman en consideración todas sus consecuencias, espe-cialmente cuando las sufren el amante utilizado o los hijos privados del padre o de una madre, y condenados a ser, de hecho, huérfanos de padres vivos.

En la actualidad, se habla de la búsqueda constante del máximo de felicidad: una felicidad utilitarista, entendida sólo como placer, como satisfacción inme-diata del individuo, por encima o en contra de las exigencias objetivas del verda-dero bien.

El amor de pareja

Características del amor

El peligro del amor libre

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El proyecto basado en una libertad orientada con sentido individualista, o sea, una libertad sin responsabilidad, constituye la antítesis del amor, incluso como expresión de la civilización humana. Cuando este concepto de libertad encuentra eco en la sociedad, se alía fácilmente con la debilidad humana, se ma-nifiesta muy pronto como una sistemática y permanente amenaza para la familia. A este respecto, se pueden citar muchas consecuencias nefastas, documentables a nivel estadístico, que destruyen el amor en los diversos ámbitos en los que se expresa, con inevitables repercusiones en el conjunto de la vida social.

En una escena de la película: El tercer hombre, dirigida por Carol Reed, el

protagonista —un hombre mal vestido, de cabellos largos y sucios, que vende penicilina envenenada— sube a la torre que se yergue sobre una plaza y desde allí muestra a su amigo la masa de gente que hormiguea abajo y le dice: “Yo nun-ca haría daño a un hombre en particular, pero no me importa nada sembrar la muerte en la masa. Vista desde aquí, la humanidad es una masa anónima que no suscita en mí ningún sentimiento. ¿Qué me importa si mi penicilina en vez de salvar vidas las mata?”.

¿Cinismo? No. Con motivaciones diversas, es precisamente lo que se hace en nuestros días. En una situación de guerra nadie osaría enviar a la muerte a una patrulla de soldados si tuviera que escoger individualmente a los hombres que la componen. Pero, por lo contrario, se puede diezmar un ejército entero porque en la guerra, el hombre individual es una parte perdida en la masa abs-tracta del grupo.

Todo hombre aspira a realizarse en armonía con la propia identidad respetan-do la dignidad de los otros. La crisis del amor es hoy la crisis del hombre, que no reconoce su dignidad personal y, por eso, no respeta la dignidad de los demás.

El siglo xx es, sin duda, una de las épocas en las que más se ha hablado del hombre y de los derechos humanos. Sin embargo, es uno de los periodos en el que se han vivido las angustias más profundas, las violaciones sistemáticas de los derechos y la pérdida del sentido del hombre. Salvar al individuo de la multitud, defender los derechos de la persona frente a la explotación de la sociedad y del Estado, es la alternativa del hombre para su auto afirmación individual, para en-contrar así al hombre.

El hombre sólo puede encontrar su plenitud mediante la entrega sincera de sí mismo. Sin este concepto del hombre, de la persona, no puede haber civiliza-ción; recíprocamente, sin la donación, es imposible este concepto de persona y de comunión entre personas. Porque en la tarde de la vida seremos examinados en el amor.

La antítesis del amor

La crisis del amor

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Reactivos de autoevaluación

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Instrucciones: Selecciona la respuesta correcta.

1. Se puede despojar a un hombre de todo, excepto de:

a. el dinero.

b. la última de las libertades humanas. c. la paciencia.

2. Para que exista una acción moral es preciso que junto a la acción voluntaria, haya una libertad de elección o libre albedrío, ambas estrechamente vinculadas.

a. Aristóteles b. René Descartes c. Jean Paul Sartre

3. Algunos autores reducen la libertad a la con-ciencia de la propia necesidad, en cuanto que el hombre es un ser tan determinado como todos los demás que integran su naturaleza.

a. Los determinismos b. Los naturalistas c. Los moralistas

4. No puede ser una cuestión física, sino, una cues-tión moral: el hombre es libre porque no es ente-ramente una realidad natural.

a. Platón

b. Immanuel Kant c. Karl Marx

5. La libertad es condición de la acción; sólo hay libertad en la decisión: la libertad es un hacer que realiza un ser.

a. Jean Paul Sartre b. Escobar

c. Baruch Spinoza

6. El significado de la libertad aparece con mayor claridad en relación con el:

a. Acto ético b. Libertinaje c. Amor

7. El hombre no puede realizarse plenamente si no es:

a. con sus amistades. b. en el don y la comunión. c. con el conocimiento científico.

8. El hombre que decide hacer aquello que quiere, en realidad hace sólo aquello que quieren:

a. sus fuerzas externas o internas. b. sus fuerzas humanas.

c. su razón y su voluntad.

9. Es la realización más completa de las posibilida-des del hombre.

a. La voluntad b. La razón c. El amor

10. El amor sensual agota lo esencial del amor entre personas.

a. Verdadero b. Falso

11. Un amor con reservas o condiciones es: a. indignante.

b. pleno. c. satisfactorio.

12. La crisis del amor es hoy la: a. crisis de la actualidad. b. crisis del hombre. c. razón de la infelicidad.

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Lecturas complementarias

Glosario

Acto humano: Es el que nace de la voluntad libre: el hombre no es sólo la causa,

sino la causa libre; se requieren, por tanto, la conciencia y la libertad.

Amor: Es la tendencia a un bien conocido. La causa del amor es siempre el bien

conocido, que es el objeto del amor; el mal se ama solamente si se presenta con la apariencia del bien.

Libre albedrío: Es la característica de algunos actos volitivos, que nace de la

capacidad que el hombre tiene de ser árbitro, es decir, señor de las propias acciones, eligiendo entre varias alternativas posibles: de actuar o no ac-tuar, de hacerlo de una manera u otra.

Escobar Valenzuela, G. (2004). Ética, Introducción a su problemática y su historia. México: McGraw Hill.

Frade Perdomo, P., Rodríguez Lozano, V., & Albelo Martín, L. M. (1998). Ética. México: Pearson.

Lucas Lucas, R. (2002). El hombre Espíritu Encarnado. Salamanca: Sígueme.

Wojtyla, K. (1978). Amor y responsabilidad. Madrid: Razón y Fe.

Yepes Stork, R. (1996). Encuentra.com. Recuperado el 07 de abril de 2007, de Definiciones y clases de amor: http://www.encuentra.com/documento. php?f_doc=1518&f_tipo_doc=9

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Panel de verificación

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Instrucciones: Selecciona la respuesta correcta.

1. Se puede despojar a un hombre de todo, excepto de:

a. el dinero.

b. la última de las libertades humanas.

c. la paciencia.

2. Para que exista una acción moral es preciso que junto a la acción voluntaria, haya una libertad de elección o libre albedrío, ambas estrechamente vinculadas.

a. Aristóteles

b. René Descartes c. Jean Paul Sartre

3. Algunos autores reducen la libertad a la con-ciencia de la propia necesidad, en cuanto que el hombre es un ser tan determinado como todos los demás que integran su naturaleza.

a. Los determinismos

b. Los naturalistas c. Los moralistas

4. No puede ser una cuestión física, sino, una cues-tión moral: el hombre es libre porque no es ente-ramente una realidad natural.

a. Platón

b. Immanuel Kant

c. Karl Marx

5. La libertad es condición de la acción; sólo hay libertad en la decisión: la libertad es un hacer que realiza un ser.

a. Jean Paul Sartre

b. Escobar

c. Baruch Spinoza

6. El significado de la libertad aparece con mayor claridad en relación con el:

a. Acto ético b. Libertinaje

c. Amor

7. El hombre no puede realizarse plenamente si no es:

a. con sus amistades.

b. en el don y la comunión.

c. con el conocimiento científico.

8. El hombre que decide hacer aquello que quiere, en realidad hace sólo aquello que quieren:

a. sus fuerzas externas o internas.

b. sus fuerzas humanas. c. su razón y su voluntad.

9. Es la realización más completa de las posibilida-des del hombre.

a. La voluntad b. La razón

c. El amor

10. El amor sensual agota lo esencial del amor entre personas.

a. Verdadero

b. Falso

11. Un amor con reservas o condiciones es:

a. indignante.

b. pleno. c. satisfactorio.

12. La crisis del amor es hoy la: a. crisis de la actualidad.

b. crisis del hombre.

Referencias

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