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Capítulo 45 Y yo quiero ser...Paleoantropólogo y Divulgador (Por Andrés Armendáriz Sanz)

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Academic year: 2022

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Fig. 1. Yacimiento de la Gran Dolina (Atapuerca-Burgos) Capítulo 45

Y yo quiero ser...Paleoantropólogo y Divulgador (Por Andrés Armendáriz Sanz)

Todos nos hemos preguntado alguna vez ¿Quiénes somos? ó ¿De dónde venimos? Si bien ambas preguntas fueron en gran parte respondidas por Darwin y Wallance en el siglo XIX, las pruebas más contundentes a estas cuestiones, las buscan y estudian los paleoantropólogos.

La Paleoantropología o Paleontología Humana es la disciplina científica que estudia el origen y evolución del Hombre a través del registro fósil. Es una rama más de la Paleontología, ciencia que estudia a los organismos (Biología) que vivieron en el pasado, por medio de los fósiles y que aparecen en las rocas (Geología). Es por ello, que la Paleontología, se encuentra a caballo entre ambas ciencias. Generalmente, los paleoantropólogos se forman en las titulaciones de Biología y/o Geología. No obstante, y más en los últimos años, la Paleoantropología debe apoyarse en muchas disciplinas:

Arqueología, Geocronología, Paleogenética, Antropología, Climatología, Primatología, Anatomía y otras más.

El trabajo inicial del paleoantropólogo es el de Campo, en concreto en los yacimientos, en donde mediante el estudio y preparación muy pormenorizada de los mismos: dibuja, fotografía, georeferencia, consolida, extrae y sigla los fósiles que más tarde en el laboratorio serán estudiados con un grado de detalle y minuciosidad extrema.

Estos trabajos se realizan de rodillas, en cuclillas o incluso tumbados, sumando además las condiciones ambientales del entorno: calor, frío, humedad. Además, en algunos yacimientos situados en cuevas, el acceso implica bajar por grutas muy estrechas, pertrechados con ropa de espeleología. Yacimiento como la Sima de los Huesos (Atapuerca) es un claro ejemplo de estas condiciones.

Si los fósiles que encuentra se parecen a nuestros huesos y/o a nuestros dientes, el paleoantropólogo puede tener las primeras pistas de que ha encontrado un antepasado nuestro, un verdadero fósil humano. En concreto se buscan aquellos huesos relacionados con nuestra forma de desplazarnos (sobre dos piernas) y que es el rasgo que más nos distingue a nosotros y a nuestros antepasados directos, de otros mamíferos y de los grandes simios. También algunos rasgos de nuestros dientes son las pistas más concluyentes para clasificar al fósil como humano. Es por ello que el paleoantropólogo debe conocer mucho nuestra anatomía ósea, es decir nuestro esqueleto, porque serán los fósiles de los huesos lo que (si hay suerte) encontrará en los yacimientos.

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2 Fig. 2. Equipo del MNCN-

CSIC analizando fósiles del yacimiento del Sidrón (Piloña-Asturias)

Excepcionalmente fosilizan otras evidencias de la vida de nuestros antepasados:

las pisadas o huellas (icnitas) son un ejemplo. Las huellas fósiles humanas más famosas del Mundo son las de Laetoli (Tanzania), con una antigüedad de 3,2 millones de años, se trata de un rastro de entre 2 ó 4 individuos que caminaron sobre ceniza volcánica humedecida. Este rastro fósil, nos confirmó que nuestro caminar ya estaba desarrollado en nuestros antepasados los Australopithecus. Las piedras talladas, también son otras pruebas de la vida de nuestros antepasados y que encontramos en los yacimientos paleoantropológicos, ahora bien, estas son estudiadas por los Arqueólogos. Las más antiguas halladas hasta ahora, tienen una edad de 2,4 millones de años.

El trabajo de Laboratorio comienza con la extracción de los fósiles de sus embalajes, bolsas, recipientes, etc. Una vez el fósil liberado de su envoltorio que lo preserva durante el transporte al laboratorio, se estudia utilizando para ello todo tipo de medios y tecnologías a su alcance: Tomografías, microscopios, escáneres, etc., a partir de su estudio en detalle, a veces recomponiendo piezas de distintas campañas de excavación, podemos obtener un buen fósil; por ejemplo: un cráneo en el que poder analizar todos sus rasgos y formular hipótesis de su vida y las relaciones de parentesco con otras especies.

Estos hallazgos y todo su estudio, que puede durar años, se publican en revistas científicas.

Una de las publicaciones más relevantes a nivel mundial realizada en España sobre Paleoantropología, se produjo en la revista Science en el año 1997 cuando el equipo de Atapuerca publicó el estudio de fósiles de una especie jamás descubierta;

fue por ello que propusieron un nuevo nombre a nuestro árbol evolutivo: Homo antecessor. Además, aquel hallazgo supuso el retrasar la presencia de homininos en Europa, hasta los 780.000 años. Hoy en día se piensa que los homininos llegaron a Europa hace algo más de un millón de años.

Los paleoantropólogos aplican mucho el “Actualismo”, es decir observan la naturaleza actual para intentar explicar y formular hipótesis sobre la vida de nuestros antepasados, ya que como ya dijimos, sólo encontraremos: huesos, dientes, piedras talladas, huesos de animales consumidos, fuegos, huellas y/o coprolitos. Además, aparecen incompletos y deteriorados. Así, un buen paleoantropólogo debe conocer el comportamiento (etología) de las especies animales más emparentados con nosotros y que son los grandes simios: Chimpancés, Gorilas y Orangutanes. Aprender de sus costumbres y comportamientos, para plantear (con la información de los fósiles) hipótesis sobre la vida de nuestros antepasados.

También deberán conocer muy bien la anatomía de estas especies para compararla con los fósiles hallados y con nuestro propio esqueleto. De esta manera, suelen llamar caracteres “primitivos” a aquellos rasgos que presentan los fósiles más parecidos a estos simios y caracteres “modernos” a aquellos rasgos que presentan los fósiles y que son similares a los nuestros.

Recientemente de algunos fósiles humanos se ha podido obtener ADN que quedó preservado en los huesos. Yacimientos españoles como el del Sidrón es un referente mundial de recuperación y estudio de ADN fósil neandertal. También en

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Fig. 3. Cráneo de Sahelanthropus tchadensis vivió hace 6,8 a 7,2 m.a.

nuestro país, los fósiles humanos más antiguos en donde se ha podido obtener ADN son los del yacimiento de la Sima de los Huesos (Atapuerca) de hace 430.000 años.

Antepasado más antiguo

Siendo rigurosos habría que remontarse al comienzo de la Vida, ya que estamos relacionados por Evolución con todos los grupos biológicos que han poblado la Tierra.

De hecho, nuestra clasificación comienza con el Reino de los Animales continua con el Filum de los Cordados, la Clase de los Mamíferos, el Orden de los Primates, la Familia de los Homínidos, la Tribu de los Homininos, etc., será en esta última subdivisión, donde suelen trabajar la mayoría de los paleoantropólogos.

La genética nos dice que humanos y chimpancés (la especie viva más emparentada con nosotros) tuvimos un antepasado común que vivió hace entre 7 y 5 millones de años. A partir de ese momento, cada linaje llevó su camino evolutivo. Es por ello que si queremos encontrar fósiles de nuestros antepasados más directos (llamados homininos) deberemos buscarlos en rocas con edades de entre 7 millones de años y la actualidad…, y ¡Eureka!

en el año 2002 se publicó el hallazgo de un cráneo y unos pocos dientes de un fósil en Chad (África) al que se llamó Sahelanthropus

tchadenis en rocas de esa edad y con rasgos más humanos que de chimpancé, por lo que hoy en día es considerado nuestro antepasado más antiguo.

Especies descubiertas

Aunque no hay acuerdo por parte de los paleoantropólogos, aproximadamente, se han catalogado unas 28 especies de homininos (todas extinguidas menos nosotros); si bien para simplificar la terminología, yo recomiendo tratar este grupo a nivel de Género.

Así, se han clasificado 7 géneros, de más antiguo a más moderno y con su cronología en millones de años (m.a.): Sahelanthropus (7,2-6,8 m.a.), Orrorin (5,8-6 m.a), Ardipithecus (5,2-4,3 m.a), Australopithecus (4,2-1,8 m.a), Kenyanthropus (3,5-3,2 m.a), Paranthropus (2,7-1,2) y Homo (2,4-Actualidad).

Árbol evolutivo

Tampoco hay consenso en este aspecto, por lo que hay varias propuestas. Sin embargo, sí están todos de acuerdo en que nuestro árbol es muy ramificado, nada que ver con la secuencia de evolución lineal que todos hemos visto alguna vez en libros y publicaciones poco científicas (Fig. 4 izda.).

De hecho, nuestro árbol se parece mucho a un arbusto con muchas ramas, quedando hoy en día solo nuestra rama. (Fig. 4 dcha.). A esta conclusión se ha llegado porque son Fig. 4. Recreación errónea de

nuestra evolución (izda.) y árbol evolutivo científico (dcha.) Dr. Ian Tattersall

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Fig. 5. Museo de la Evolución Humana en Burgos

muchas las especies descubiertas que coexistieron en los mismos periodos y a veces en los mismos hábitats; descartando así una evolución lineal. Nuestro árbol evolutivo no es muy distinto al de otras especies de mamíferos.

Yacimientos y Museos españoles con temática en Evolución humana

Hay muchos yacimientos visitables, os recomiendo los siguientes: Atapuerca (Burgos), Orce (Granada), El Castillo y Altamira (Cantabria), Ambrona y Torralba (Soria), Tito Bustillo (Asturias) y El Valle de los Neandertales (Madrid).

Museos o centros de interpretación con contenido de Evolución humana, hay menos, pero los siguientes son muy recomendables: De la Evolución Humana (Burgos) es el más importante por su contenido exclusivo en nuestra evolución, Nacional de

Ciencias Naturales, Arqueológico Nacional, Regional de Madrid (Madrid), Centro de Investigación de Altamira, De Prehistoria y Arqueología de Cantabria (Santander).

Para saber más:

[1] Arsuaga, J.L y Martínez, I. (1998): La especie elegida. Temas de hoy.

[2] Bermúdez de Castro, J.M. y otros (2004): Hijos de un tiempo perdido. Crítica.

[3] Rosas, A. (2015): Los primeros homininos. Los Libros de la catarata.

[4] Rosas, A. (2016): La evolución del género “Homo”. Los Libros de la catarata.

Andrés Armendáriz Sanz

Licenciado en Ciencias Geológicas especialidad de Paleontología U.C.M.

Divulgador científico en Evolución Humana. Miembro de los proyectos

Geodivulgar y Ciencia Sin Barreras U.C.M, de la Asociación Española para

la Enseñanza de las Ciencias de la Tierra (AEPECT), socio del Museo de la

Evolución Humana y de la Fundación Atapuerca y socio de la Sociedad

Geológica de España (SGE).

Referencias

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