¿Es pecado llegar tarde?
La cultura latinoamericana tiende a no valorar el llegar a tiempo tanto como lo hacemos en la cultura estadounidense. Por supuesto, existen excepciones particulares en esta generalización de ambas culturas. Pero en general, los latinoamericanos tienden a llegar tarde a las reuniones a los eventos programados.{{1}}[[1]]Sin embargo, en la mayoría de los casos sí tienden a llegar a tiempo al trabajo y a la escuela.[[1]] ¿Será pecado tener el hábito de llegar tarde? La respuesta típica en nuestros días es: “¡Por supuesto que no! Así como se hace en su cultura, y debemos respetar sus tradiciones”. Mi respuesta es: (1) depende y (2) también puede ser pecado llegar siempre a tiempo.
Es difícil determinar si una acción específica es pecado solo por el comportamiento. A menudo es necesario ver los valores y presuposiciones que yacen debajo del comportamiento o la costumbre. Las culturas tienen capas, como lo muestra la Figura 1.
Figura 1. Las capas de la cultura
¿Cuáles son los valores positivos detrás de llegar siempre tarde? Las personas usualmente señalan dos: (1) la importancia de las relaciones y (2) la importancia de disfrutar y experimentar la vida. Las personas llegan tarde porque están conversando y/o porque están profundamente involucrados con el momento presente. Ciertamente es bíblico valorar las relaciones al igual que disfrutar/experimentar a Dios y su creación en el presente.
Estos valores pueden ser contrastados con otros que son más importantes en la cultura de los Estados Unidos. En lugar de disfrutar del presente, o relacionarse con las personas, nosotros tendemos a enfocarnos más en manejar el tiempo para lograr alcanzar las metas. Somos buenos para eso. Este también es un valor bíblico porque la Biblia nos dice que debemos sojuzgar la tierra.
Entender estos valores nos ayuda a hallarle sentido a comportamientos como el llegar siempre tarde. La Figura 2
compara y contrasta estos dos sistemas de valores.
Figura 2. Dos sistemas de prioridades legítimos
La letra M representa el valor de alcanzar las metas. La letra D representa el valor de Disfrutar. La cultura M es una cultura en la que lograr las metas tiene prioridad sobre disfrutar la vida. Idealmente estos dos valores son igualmente importantes, pero la presuposición es que lograr las metas usualmente viene primero y lleva a disfrutar la vida. Esto se puede ver en el Paso 1 en cada cuadro. Esto a su vez te lleva de vuelta a lograr metas (Paso 2). Así que trabajas toda la semana para disfrutar tu día libre el fin de semana.
La Cultura E en la Figura 2 es una cultura en la cual el disfrute tiene prioridad sobre lograr las metas. Idealmente estos dos valores son igualmente importantes, pero la presuposición es que el disfrute viene primero y esto lleva a alcanzar las metas. Es en la fuerza del disfrute que uno va y logra las metas.{{2}}[[2]]Bíblicamente podrías decir que esto es lo mismo que pasar el día de reposo al primer día de la semana. Si lo que estamos resaltando es el valor de las relaciones, diríamos que relacionarse bien con otros les ayuda a confiar en uno de modo que pueden decir lo que realmente piensan. Esto, a su vez, lleva a tomar mejores decisiones y así, un mejor logro de metas.[[2]]
Una cosmovisión centrado en Cristo nos obliga a llevar este análisis un poco más allá. Es posible —y es muy común— que se les dé demasiada importancia a ciertos valores en ciertas culturas. Bíblicamente diríamos que se convierten en ídolos. Cuando como individuo tu sentido de valor está amarrado a controlar el tiempo para lograr las metas, entonces estás confiando en tus propias habilidades en lugar de confiar en Cristo. Por otro lado, si tu sentido de valor está amarrado a tus relaciones con los demás para influenciarlos o pedirles favores, estás confiando en tus habilidades en lugar de confiar en Cristo. Tengo un amigo latinoamericano que me dijo una vez que quería enviar a sus hijos a las mejores escuelas —no para que tuvieran una buena educación, sino para que pudieran conocer gente de influencia y hacer una red de personas que podrían ser útiles en el futuro. La idolatría cultural{{3}}[[3]]Al igual que la individual[[3]] crea un escenario en el que las personas usan sus valores por necesidad más que como una bendición para servir a otros. Si tu sentido de valor está amarrado a lograr metas o al disfrute, entonces te verás motivado a lograr metas o a disfrutar. Idealmente los usarías con libertad en la medida en que la situación lo amerite para ser de bendición en el reino de Dios.
Cuando estos valores se arraigan a la cultura de modo que se vuelve idolátrico, se crea un ídolo cultural. Las cosas se organizan de modo que resistir el ídolo sería como nadar contra corriente. La Figura 3 añade idolatría cultural al diagrama de la Figura 2.
Figura 3. Dos prioridades legítimas distorsionadas por la idolatría
La idolatría es representada simbólicamente por la exageración de la primera letra en cada par de valores, y por la correspondiente minimización del segundo valor. También se ve representada por la falta de relación entre los dos elementos en cada par de valores: es menos común que el primero lleve al segundo. El segundo elemento queda tan rezagado que se vuelve menos importante —no solo secundario—.
Entonces, ¿Será pecado llegar tarde? Depende. Llegar tarde en sí mismo no es pecado necesariamente. Según María y Marta{{4}}[[4]]Juan 11[[4]], Jesús llegó tarde. Pero era necesario que llegara tarde para revelar la gloria de Dios. Sin embargo, si llegar siempre tarde es el resultado de una necesidad idólatra por relacionarse con otros y/o disfrutar
del presente, entonces se vuelve pecado.
El mismo tipo de análisis puede hacerse con respecto a llegar a tiempo. Si llegar siempre a tiempo es consecuencia de una necesidad idólatra por controlar el tiempo para poder lograr las metas, entonces llegar a tiempo es pecado.
Es muy importante notar que los cuatro cuadros en la Figura 3 no representan un continuo con un equilibrio ideal en el centro. Esta perspectiva de continuo/equilibrio es el paradigma estándar y aceptado que controla la mayoría de los libros{{5}}[[5]]Incluso los libros cristianos.[[5]] sobre estudios culturales en la actualidad. La perspectiva del continuo/equilibrio se ve representada en la Figura 4.
Figura 4. El Paradigma no bíblico del continuo/equilibrio Dentro de esta perspectiva, la gente usualmente recomienda alejarse de los extremos, pero no hay pecado en ello. Al menos no lo enfatizan. El ideal es no irse demasiado lejos hasta los extremos. Si estás muy hacia un lado o el otro del continuo, solo muévete un poco hacia el centro. En esta perspectiva el tema de la cultura se considera paralelo a la Biblia y a una cosmovisión cristiana. Es un tema estrictamente científico. Mi perspectiva es que el tema de la cultura viene de dentro de una cosmovisión cristiana. La ciencia no está excluida, sino que debe ser juzgada a la luz de la Escritura. La Figura 5 muestra que pasar de la idolatría cultural a un sistema de prioridades legítimo es un asunto espiritual, que requiere del poder del Espíritu, de arrepentimiento y de fe. Ya que nuestra
cultura forma parte integral de nosotros, creo que se necesita toda una vida para revelar los efectos de la cultura sobre nosotros, y cómo el pecado afecta nuestra cultura. Así, la Figura 5 demanda una fe y arrepentimiento continuos.
Figura 5. La necesidad de un arrepentimiento y fe continuos
Aunque pueda ser difícil para nosotros discernir la diferencia entre la idolatría cultural y un sistema legítimo de prioridades, sabemos a partir de la Biblia que la diferencia es clara para Dios. Si nos cuesta es por causa del pecado que nos afecta. Debido a que nos cuesta mucho ver la diferencia, se necesita mucha oración, humildad y diálogo a la luz de la Escritura para ministrar juntos hombro a hombro. Al hacer estas cosas, el Espíritu Santo revela al pueblo de ambas culturas sus tendencias hacia la idolatría cultural.
