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Especies amenazadas 39

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Especies

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Diagnosis

Esta especie se caracteriza por presentar el cuerpo más o me-nos cilíndrico, sin crestas late-rales. Cabeza ancha y deprimi-da dorsalmente, orificios nasa-les con largos barbillones pun-tiagudos, boca en posición subterminal con dientes peque-ños y muy juntos entre sí. Pe-dúnculo caudal sin quillas late-rales ni fosetas precaudales. Aletas más bien grandes y an-chas; la primera dorsal es con-siderablemente mayor que la segunda y esta última es aproximadamente igual a la anal; aletas pectorales, dorsa-les y anal redondeadas (Cervi-gón y Alcalá 1999).

Coloración: Dorso y lados del cuerpos pardo uniforme, que puede variar según los ejempla-res y las localidades, desde par-do oscuro a amarillento; ventralmente es más claro. Los ejemplares pequeños tienen puntos negruzcos muy destaca-dos por todo el cuerpo y franjas transversales más oscuras en el cuerpo y aletas; con la edad

es-Orden Orectolobiformes Familia Ginglymostomatidae Especie Ginglymostoma cirratum (Bonnaterre, 1788) Nombre común Pejebobo, tiburón gato, gatas, nodriza

Categoría Nacional VU A2ad

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un metro de profundidad) hasta por lo menos 30 m. Se encuentra fre-cuentemente en arrecifes coralinos o rocosos, sobre parches arenosos, en canales que conectan zonas de manglares y en bancos de arena. Especie activa y veloz de noche, durante el día es muy lenta y des-cansa sobre la arena o en cuevas. A menudo se presenta en cardú-menes o en pequeñas agregaciones de unos 3 a 40 individuos (Cama-cho y Galvis 1980, Beltrán y Vergara 1990, Compagno et al. 1995, Cervigón y Alcalá 1999).

Se alimenta principalmente de in-vertebrados como calamares, ca-marones, cangrejos, langostas (Cervigón y Alcalá 1999), erizos, pulpos, gasterópodos y bivalvos, además incluye en su dieta peces, inclusive bagres marinos, lisas, tamboriles y rayas látigo, ocasio-nalmente sus estómagos contie-nen algas. Su mecanismo de ali-mentación es por succión debido a la forma y tamaño de la boca (Compagno 1984a, Compagno et al. 1995).

Ovovivípara; durante el período in-trauterino, los embriones se nutren del vitelo disponible en gran canti-dad en sus sacos vitelinos. El nú-mero de crías oscila entre 21 y 28, las cuales al nacer miden de 27 a 29 cm (Compagno 1984a, Compagno

et al. 1995, Cervigón y Alcalá 1999).

La talla de maduración es de 2.25 m para los machos y 2.30 m para las hembras (Compagno 1984a). Por sus hábitos sedentarios se adapta muy bien al cautiverio, es-tado en el cual ha llegado a vivir hasta 24 años, lográndose la repro-ducción en confinamiento (Compagno 1984a, Cervigón y Alcalá 1999). Es una especie utilizada en investigación debido a su fácil ma-tas marcas suelen desaparecer

(Cervigón y Alcalá 1999).

Talla: Alcanza una talla aproxima-da de 3 m, aunque excepcional-mente puede llegar a los 4.30 m (Cervigón y Alcalá 1999).

Distribución

geográfica

En el Atlántico Occidental se en-cuentra desde el nordeste de los Estados Unidos hasta el sur de Brasil, incluyendo Bermuda, todo el mar Caribe y el golfo de México. En el Atlántico Oriental, en las costas de África desde las islas de cabo Verde hasta Gabón (Cervigón y Alcalá 1999). Pacífico Oriental desde Baja California y golfo de California hasta el Perú (Allen y Robertson 1994).

Registrada en las ecorregiones

Pa-lomino: Camarones; Tayrona: bahía

Concha (Camacho y Galvis 1980);

Magdalena (Rey y Acero en prensa); Morrosquillo: bahía de Cispatá

(INVEMAR 2001); Archipiélagos

Coralinos (Dahl 1971, Patiño y

Flórez 1993); Darién (Gómez 1972);

Archipiélago de San Andrés y Provi-dencia (Garzón y Acero 1983a, Mejía et al. 1998). En el Pacífico

colom-biano en las ecorregiones Baudó: Togoromá, Naya: Boca Candelaria (Rubio 1988a); Malpelo (Rubio et al. 1992) y Gorgona (Rubio et al. 1987, Franke 1992).

Ecología

Es una especie demersal, vive en aguas tropicales y subtropicales, sobre las plataformas continenta-les e insulares desde la zona intermareal (a menudo a menos de

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nejo y resistencia, pues puede per-manecer hasta 20 a 30 minutos fue-ra del agua (Beltrán y Vergafue-ra 1990).

Amenazas

En el Caribe colombiano es objeto de pesca, especialmente en la cos-ta continencos-tal. Se captura con lí-neas, anzuelos, redes de enmalle, redes de fondo fijas, redes de arras-tre de fondo, arpones y palangres. Es de alto valor por su piel extraor-dinariamente gruesa y resistente de la cual se obtiene un cuero de excelente calidad; también se uti-liza en ocasiones como lija. Aun-que su carne es de baja calidad se utiliza en fresco y salada para con-sumo humano, así como para la elaboración de harina; de su híga-do se extrae aceite (Compagno et

al. 1995, Cervigón y Alcalá 1999).

Como habitante de los arrecifes coralinos, el deterioro de estos puede afectar seriamente su super-vivencia. En los últimos años se ha visto cómo los arrecifes del Ca-ribe colombiano se han degradado constantemente y la cobertura del coral ha disminuido como conse-cuencia de las enfermedades, el blanqueamiento coralino y los da-ños físicos sufridos por causas naturales o antropogénicas. Facto-res como el calentamiento global del agua, turbidez, sedimentación y contaminación son en gran me-dida los responsables de este de-terioro. En San Andrés ha habido una tendencia sostenida de reduc-ción de cobertura coralina, de 70% en los años 70, a menos de 25% en el 2000 (Garzón-Ferreira y Rodríguez-Ramírez 2001).

En los últimos 10 años, en más de 100 horas de observación subma-rina, los autores han visto menos de cinco individuos en los arreci-fes del Caribe continental colom-biano, mientras que en aquellos oceánicos la especie es relativa-mente frecuente. En el Pacífico colombiano, esta especie es poco común.

Medidas de

conservación tomadas

Ninguna para la especie, sin em-bargo parte de su área de distribu-ción se encuentra protegida por los Parques Nacionales Naturales Tayrona, Corales del Rosario y San Bernardo, Gorgona y “Old Provi-dence and McBean Lagoon”; así como por el Santuario de Fauna y Flora Malpelo y el Área de Manejo Especial los Corales del Archipié-lago de San Andrés, Providencia, Santa Catalina y Cayos, declarada además como la Reserva de Biosfera “Sea Flower”.

Medidas de

conservación

propuestas

Se debe establecer la veda total, simultáneamente con estudios de las poblaciones en el Caribe y Pa-cífico colombianos. Adicionalmente se debe propender por la conser-vación del hábitat, especialmente los arrecifes coralinos y las zonas estuarinas de manglar.

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Diagnosis

El género Carcharhinus se carac-teriza por presentar la segunda aleta dorsal considerablemente más pequeña que la primera; menos de 40 hileras de dientes en cada mandíbula. Los pliegues labiales son cortos, casi imper-ceptibles o rudimentarios y los orificios nasales pequeños (Cervigón y Alcalá 1999). Esta especie posee un cuerpo fusi-forme, moderadamente esbelto. Rostro largo y puntiagudo, su longitud es aproximadamente igual o levemente menor que la anchura de la boca y mayor que la distancia entre los orificios nasales (Compagno et al. 1995). Presenta unas manchas negras en los extremos de las aletas que caracterizan bien a esta especie; carece de crestas dérmicas entre las aletas dor-sales. El origen de la primera dorsal se encuentra por detrás de la axila de la aleta pectoral, pero por delante del extremo de su borde interno (Cervigón y Alcalá 1999).

Carcharhinus limbatus

Orden Carcharhiniformes Familia Carcharhinidae Especie Carcharhinus limbatus (Müller y Henle, 1839) Nombre común Tollo aletinegro, tiburón macuira Categoría Nacional

VU A2c para el Caribe LC para el Pacífico

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Carcharhinus limbatus

y Franke 1992) y Malpelo (Rubio et

al. 1992).

Ecología

Es una especie de hábitos pelágicos, muy activa y de natación rápida, que se encuentra principal-mente en aguas costeras continen-tales e insulares y ocasionalmen-te oceánicas. De aguas ocasionalmen-templadas, resiste bajas salinidades y no es raro que sea abundante en las proximidades de áreas estuarinas pero no penetra en agua dulce. Es frecuente que forme grandes aso-ciaciones en o cerca de la superfi-cie (Beltrán y Vergara 1990, Cervigón y Alcalá 1999).

Se alimenta de cefalópodos, crus-táceos y peces como sardinas, bagres, pargos y tiburones peque-ños (Castro 1983, Cervigón y Alcalá 1999). Las hembras maduran sexualmente entre 1.2 y 1.9 m de LT, los machos maduran entre 1.3 y 1.8 m. Es una especie vivípara con saco placentario, el número de embriones varía de 1 a 10, aunque lo más común son 4 a 7; la gesta-ción dura entre 10 y 12 meses. Las tallas de las crías al nacer oscilan entre 38 y 72 mm (Castro 1983, Cervigón y Alcalá 1999), con un pro-medio de 60 cm (Compagno et al. 1995).

Amenazas

Se captura principalmente con palangres, anzuelos o redes de enmalle y de arrastre. La piel es usada en la manufactura de varios subproductos y del hígado se ex-trae aceite (Cervigón 1992). Su car-ne es apreciada y sus aletas alta-Coloración: Variable en los

adul-tos, puede ser gris azuloso, gris oscuro, café o bronce oscuro; con la parte ventral blancuzca o amari-llenta. Generalmente todas las ale-tas tienen sus punale-tas negras; con el crecimiento, las pectorales re-tienen el color negro, las otras se pueden aclarar. Algunas veces es notoria una banda clara en los cos-tados del cuerpo (Rubio 1988 b). Talla: Máximo 2.5 m, común hasta 1.5 m (Cervigón 1992 y Compagno

et al. 1995).

Distribución

geográfica

Se encuentra en aguas tropicales y subtropicales. En el Atlántico Oc-cidental, desde el nordeste de los Estados Unidos hasta el sur del Brasil incluyendo el golfo de Méxi-co y el mar Caribe, tanto cerca como lejos de la costa (Cervigón y Alcalá 1999). En el Pacífico Orien-tal desde Estados Unidos hasta Perú (Compagno et al. 1995) y en la mayoría de islas oceánicas (Rubio 1988 b).

Registrada para el Caribe colombia-no (Acero et al. 1986) en las ecorregiones Guajira, Palomino,

Tayrona (Rey y Acero en prensa); Magdalena: La Boquilla y bahía de

Cartagena (Alvarez y Blanco 1985);

Morrosquillo (Dahl 1964); Darién; y Archipiélagos Coralinos: islas del

Ro-sario (Beltrán y Vergara 1990). En el Pacífico colombiano ha sido re-gistrada en las ecorregiones Baudó: ensenada de Docampadó (Rubio 1988); Buenaventura: Golfo de Tor-tugas (Rubio 1988a); Sanquianga (Rubio y Estupiñan 1990); Naya: bahía Guapi, punta Ají (Rubio 1988b); Gorgona (Rubio et al. 1987

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Carcharhinus limbatus

En el Caribe colombiano la población de esta especie ha disminuido drásticamente y no se captura comercialmente. En el Pacífico colombiano forma parte de las pesquerías tradicionales pero su abundancia ha disminuido en los últimos años.

Medidas de

conservación tomadas

El Acuerdo No 00013 de octubre 12 del 2000 estableció la cuota de pesca del tiburón aletinegro en 5900 ton en los espacios marítimos jurisdiccionales del Pacífico colombiano para la vigencia del año 2001. Parte del área de distribución del aletinegro se encuentra protegida por los Parques Nacio-nales Naturales Corales del Rosario y San Bernardo, Gorgona y el Santuario de Fauna y Flora Malpelo. Categoría global: de Bajo Riesgo, LR nt, pero la población del Atlántico Norte se considera Vul-nerable, VU A1bcd + 2cd (Hilton-Taylor 2000).

Medidas de

conservación

propuestas

En el Caribe colombiano se propone una veda para recuperar las poblaciones disminuidas. En el Pacífico, donde aún es abundante e importante como recurso pes-quero se debería realizar un estudio poblacional y biológico para poder reglamentar su pesca.

mente comerciales en el mercado internacional (Hilton-Taylor 2000). Los hábitos costeros de esta es-pecie la hacen muy vulnerable a la presión pesquera y a la alteración antropogénica de los hábitats estuarinos y de manglar, los cua-les utiliza como área de crianza (Hilton-Taylor 2000).

En general las ciénagas y lagunas costeras del Caribe colombiano han sufrido un deterioro acelerado debido a la contaminación que reciben por el aporte de los ríos que desembocan en ellas. Las descar-gas de aguas servidas de las zonas urbanas, contaminantes industri-ales y agroquímicos de las zonas rurales están causando un impacto negativo sobre estos ecosistemas. Unos de las más perjudicados son la bahía de Cartagena y cuerpos de agua aledaños, los cuales han llegado a un estado de máximo deterioro por la anoxia predo-minante en la mayor parte del fondo (Marín 2001). Dicha contaminación también afecta a los manglares asociados a estos cuerpos de agua los cuales se han degradado aceleradamente en el Caribe colombiano. Además, tensores antrópicos como las interrupciones de los flujos hídricos han propiciado la hipersalinización de los suelos, ocasionado mortandades de bosques. Asimismo, el relleno de sus suelos, para desarrollo urba-nístico con fines turísticos, la tala irracional de bosques con fines económicos y para la creación de fincas camaroneras son factores que atentan contra estos ecosis-temas denominados frágiles (Casas-Monroy 2001).

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Orden Rajiformes Familia Pristidae Especie Pristis pectinata Latham, 1794 Nombre común

Pez peine, pejepeine, guacapá

Categoría Nacional

CR A2a

Diagnosis

Presenta entre 24 y 32 pares de dientes en la espada o sierra. El origen de la primera aleta dor-sal se encuentra sobre el origen de las pélvicas; la aleta caudal no tiene un lóbulo ventral definido (Cervigón 1992). Coloración: Pardo grisáceo a gris oscuro en la parte dorsal, pálido o blancuzco en la región ventral. Los márgenes de las aletas son más pálidos que el color adyacente a ellas (Rubio 1988 b).

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Talla: Alcanza 5.5 m de longitud (NOAA 2001).

Distribución

Geográfica

Se encuentra a ambos lados del Atlántico; en el Atlántico Occiden-tal desde Nueva York y Bermudas hasta Brasil y la parte norte del golfo de México (Crvigón y Alcalá 1999). Tambien en el Pacífico americano (Allen y Robertson 1994). Registrada para el Caribe colombiano (Acero et al. 1986) en las ecorregiones

Tayrona, Magdalena: Ciénaga Grande

de Santa Marta, Golfo de Salamanca y Bahía de Cartagena (Franky y Rodríguez 1976, Rey y Acero en prensa); Morrosquillo: en la bahía de Cispatá, donde se adentra por el río Sinú por lo menos hasta Montería (Dahl 1964) y Darién: en el Urabá Chocoano (Gómez 1972). En el océano Pacífico colombiano (Rubio 1990) ha sido registrado en las ecorregiones Pacífico Norte: bahía Cupica; Baudó: boca Charambira;

Buenaventura: Golfo de Tortugas; Sanquianga; Naya: boca

Yuru-manguí y boca Candelaria (Rubio 1988a,1988b, Rubio y Estupiñan 1990).

Ecología

Especie eminentemente costera, que puede encontrarse en las bahías y penetrar grandes distan-cias a través de las desembo-caduras de los ríos. Prefiere los fondos arenosos y fangosos de poca profundidad donde es posible encontrar uno o varios individuos enterrados entre la arena y el fango

con sus aletas dorsales fuera del agua (Rubio 1988b).

Normalmente se alimenta de pequeños organismos que viven en-tre el fango, el cual remueve con la sierra. También ataca cardúmenes de sardinas y otros peces pequeños (Cervigón y Alcalá 1999).

Pueden vivir hasta 25-30 años y alcanzan la madurez sexual a los 10 años (NOAA 2001). Ovoviví-paros, las hembras pueden contener de 15 a 20 embriones que en el momento de nacer tienen unos 60 cm de LT (Cervigón y Alcalá 1999).

Amenazas

Es extremadamente vulnerable a la sobrepesca debido a la propensión de quedar enredada en las redes de arrastre, a su hábitat restrin-gido y la baja tasa de crecimiento poblacional en la mayoría de áreas de distribución. En el Atlántico la reducción en la abundancia del pez peine ha sido causada principal-mente por la captura incidental en diversas pesquerías, agravado por la degradación del hábitat (NOAA 2001). Su carne es apreciada (Cervigón 1992) y su sierra se utiliza para decoración o como curiosidad.

Esta especie ha sido prácticamente desaparecida de grandes áreas de su rango de distribución original en el Atlántico Norte (Mediterráneo, costas de Estados Unidos y golfo de México), Bermudas y Atlántico Suroccidental, por pesca y altera-ción del hábitat (Smith-Vaniz et al. 1999, Hilton-Taylor 2000). Actual-mente en Norte América se restringe a las costas de la Florida únicamente, pero se sabe por

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distribución del pejepeine se encuentra protegida por el Parque Nacional Natural Sanquianga. Categoría global: En Peligro, EN A1bcd+2cd (Fowler en Hilton-Tay-lor 2000).

Medidas de

conservación

propuestas

Se debe establecer la veda total. registros en museos e información

de los pescadores, que anterior-mente fue muy común en todo su rango de distribución (NOAA 2001). En Colombia no se conoce su estatus real, pero se sabe que la abundancia ha disminuido drás-ticamente, al punto que no hay registros de la especie en los últimos diez años.

Medidas de

conservación tomadas

Ninguna para la especie en Colom-bia, sin embargo parte del área de

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Orden Rajiformes Familia Pristidae Especie Pristis perotteti Müller y Henle, 1841 Nombre común Pez sierra Categoría Nacional CR A2a

Diagnosis

Se distingue por tener menos de 20 dientes a cada lado de la si-erra (Cervigón y Alcalá 1999). Tiene el origen de la primera aleta dorsal muy por delante del origen de las pélvicas, aleta cau-dal con un lóbulo ventral bien definido (Cervigón 1992). Coloración: Dorso pardo uniforme con algunos tintes dorados. Parte ventral blanca o amarilla blancuzca (Cervigón y Alcalá 1999).

Talla: Puede alcanzar más de 6 m de LT y un peso de 600 Kg, pero es común hasta los 4 m (Cervigón 1992, Cervigón y Alcalá 1999).

Distribución

geográfica

Se encuentra a ambos lados del Atlántico y en el Pacífico; en el Atlántico Occidental desde Florida hasta Santos, Brasil y el norte del golfo de México (Cervigón y Alcalá 1999). En el Pacífico Oriental, desde México hasta Perú (Allen y Robertson 1994).

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Registrada para el Caribe colombiano (Acero et al. 1986), en las ecorregiones Magdalena: en la bahía de Cartagena y frente a la isla de Salamanca (Franky y Rodríguez 1976, Álvarez y Blanco 1985);

Morrosquillo: bahía de Cispatá

(Dahl 1964); Dahl (1971) menciona que se han capturado ejemplares de esta especie en el río Magdalena, hasta Calamar y en el río Sinú, hasta Betancí. En el Pacífico colombiano ha sido registrada en las ecorregiones

Baudó: bahía Cuevita; Buenaven-tura: bahía de Málaga, bahía de

Buenaventura, desembocadura del río San Juan y golfo de Tortugas;

Naya: punta Coco y Yurumanguí; Sanquianga (Rubio 1988 b, Rubio y

Estupiñán 1990).

Ecología

En Venezuela se encuentra princi-palmente en aguas costeras salobres y dulces, en fondos muy someros generalmente fangosos donde se entierra. Penetra en aguas dulces y asciende por los ríos; se ha encontrado en el río Amazonas hasta Manaos, a 1340 km del mar (Rubio 1988 b, Cervigón y Alcalá 1999). Se alimenta de pequeños peces gregarios y organismos del fondo utilizando la sierra para escarbar el sustrato y para matar sus presas cuando persigue cardúmenes de peces (McEachran 1995).

Amenazas

En Venezuela se captura principal-mente en la pesca de arrastre camaronera (Cervigón 1992) y ésta es su principal amenaza. El pez sierra está muy pobremente

estu-diado. Su longevidad, lenta tasa de crecimiento, maduración tardía y bajo número de descendientes por camada dan como resultado una tasa intrínseca de crecimiento poblacional muy lenta; este factor sumado a su propensión excep-cional para ser capturado por las redes de pesca comercial y a su hábitat restringido, lo hacen extremadamente vulnerable a la sobrepesca (NOAA 2001).

Esta especie tenía una amplia distribución en el ámbito mundial anteriormente, pero se ha notado una drástica declinación en su abundancia. En Europa ha desa-parecido y se sabe que su estado de conservación en el Lago Nicara-gua y otros lugares de Centro América es bastante grave (Hilton-Taylor 2000). En Colombia la situación de la especie es crítica, pues en los últimos 10 años no se han observado ejemplares.

Medidas de

conservación tomadas

Ninguna para la especie en Colom-bia, aunque parte del área de distribución del pez sierra se encuentra protegida por el Parque Nacional Natural Sanquianga. Categoría global: En Peligro Crítico, CR A1abc + 2cd (Hilton-Taylor 2000).

Medidas

de conservación

propuestas

Se debe establecer la veda total de la especie.

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Comentarios

Esta especie es muy similar y posiblemente conespecífica de

Pristis microdon Latham, especie del

Indo Pacífico con la cual se ha confundido (Allen y Robertson 1994). Así mismo ambos nombres pueden ser sinónimos de P. pristis Latham (Eschmeyer et al. 1998b).

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Orden Elopiformes Familia Megalopidae Especie Tarpon atlanticus (Valenciennes, 1847) Nombre común Sábalo, tarpón Categoría Nacional EN A2ad + 3d

Diagnosis

Presenta el último radio de la dorsal prolongado en un largo filamento, con escamas ciclo-ides muy grandes. La mandíbula inferior robusta y prominente; boca oblicua con el extremo anterior en posición dorsal y dientes pequeños dispuestos en bandas. La distinción entre

Tarpon y Megalops se basa

fundamentalmente en carac-teres osteológicos del neuro-cráneo, entre los cuales puede citarse que en Tarpon el extremo posterior del maxilar sobrepasa una vertical trazada por el borde posterior del ojo y en Megalops no lo alcanza (Cervigón 1991).

Caracteres merísticos: Dorsal: 13-16; anal: 22-25 radios; branquiespinas de la rama in-ferior del primer arco branquial 32-35 (Cervigón 1991).

Coloración: Parte dorsal azul verdosa oscura con reflejos plateados. Lados del cuerpo y parte ventral blanco plateado. Aletas pélvicas blancas y pec-torales amarillentas (Cervigón 1991).

Talla: Alcanza 2.5 m y hasta 130 Kg de peso (Cervigón 1991, Cataño y Garzón-Ferreira 1994).

Distribución

geográfica

Se encuentra en el Atlántico tropical y subtropical. En las costas de América, desde Virginia en Estados Unidos, hasta el sur de Brasil, incluyendo el mar Caribe, Bermudas y el golfo de México (Cervigón 1991, Cataño y Garzón-Ferreira 1994).

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cambios bruscos de temperatura (Riaño y Salazar 1982). Está asociado a planos de inundación. Soporta bajas concentraciones de oxígeno y puede respirar aire atmosférico (García y Solano 1995). Residente de la CGSM (Santos-Martínez et al. 1998) la cual usa como zona de refugio y alimen-tación de alevinos (Santos-Martínez y Acero 1991).

Especie carnívora, se alimenta principalmente de peces (80% de la dieta en peso), como sardinas, anchoas y lizas; consume pocos invertebrados aunque en tallas menores su importancia es notablemente mayor (Riaño y Salazar 1982, Cataño y Garzón-Ferreira 1994, Santos-Martínez et

al. 1998).

Alcanza la madurez sexual a 1.2 m aproximadamente, a los 19 Kg las hembras y 10 Kg los machos (Dahl 1971, Chacón 1993). Tiene una alta fecundidad (García y Solano 1995), estimada en 12 millones de huevos en una hembra de 2 m y unos 70 Kg de peso (Dahl 1971, Cervigón 1991). La reproducción ocurre en abril-mayo (Dahl 1971), para lo cual forma agrupaciones de 25 a 250 individuos. En Colombia hay registros de estas agrupaciones pero no en tiempos recientes (García y Solano 1995).

La larva leptocéfala en su primera fase o de crecimiento aumenta de talla hasta unos 28 mm, durante esta fase no ingiere alimento. En la fase de decrecimiento lepto-cefálico la talla se reduce a unos 13 mm y comienza a ingerir alimento, esta fase tiene una duración entre 20 y 25 días. En la tercera fase o de crecimiento alevínico el cuerpo comienza a adquirir la forma de juvenil con los Registrado para Colombia en las

ecorregiones Guajira: bahía Portete y plataforma del departamento (Manjarrés et al. 1988, Garzón-Ferreira 1989); Palomino (Rey y Acero en prensa); Tayrona (Acero y Garzón 1987a); Magdalena: bahía de Cartagena, ciénaga de Tesca, plataforma continental del golfo de Salamanca y ciénaga Grande de Santa Marta (Franky y Rodríguez 1976, Álvarez y Blanco 1985, Ospina y Pardo 1993, Rueda y Santos-Martínez 1997, Navajas 1998);

Morrosquillo: en la bahía de Cispatá,

ciénaga de la Caimanera y Tinajones (Gómez 1972, López et al. 1991, Patiño y Flórez 1993, INVEMAR 2001); Archipiélagos

Coralinos: islas de San Bernardo; Daríen; Archipielago de San Andrés y Providencia (Barriga et al. 1969).

También se distribuye en las cuencas de los ríos Atrato, Sinú, San Jorge y en el bajo Magdalena y bajo Cauca (García y Solano 1995).

Ecología

El sábalo forma cardúmenes o nada solitario (Riaño y Salazar 1982). Posee una gran movilidad y capacidad para recorrer grandes distancias en aguas abiertas (Chacón 1993). Es extremada-mente eurihalina; puede remontar ríos por una distancia consider-able, así como vivir en aguas hipersalinas de lagunas litorales y desde aguas costeras hasta oceánicas en áreas insulares. Sin embargo, parece concentrarse de preferencia en aguas salobres estuarinas, con vegetación de manglar, especialmente las larvas una vez que han abandonado la fase inicial pelágica. La repro-ducción se efectúa en el mar (Cervigón 1991, Cataño y Garzón-Ferreira 1994). Resistentes a

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En la CGSM la situación de este recurso es preocupante, pues se capturan los juveniles para criarlos en cultivos de engorde, donde todos los ejemplares son sacrificados y no existe una cuota de devolución al medio. Adicionalmente, el deterioro de las áreas de manglar afecta negativamente a la especie, pues es su zona de criadero natu-ral (Grupo Ecología Pesquera, INVEMAR. Com. Pers.). Consi-derando que los ejemplares menores de 1 m, de gran aceptación en los mercados, son aún inma-duros, es obvio que los individuos que llegan a reproducirse al menos una vez son muy escasos.

Según las estadísticas pesqueras del INPA (2002), la captura del sábalo se mantuvo alrededor de las 10 ton por año al principio de la década de los 90; en 1996 tuvo un incremento significativo, a 134.92 ton, disminuyendo drásticamente para los siguientes tres años a menos de 2.5 ton por año.

Medidas de

conservación tomadas

Ninguna para la especie, sin em-bargo parte de su rango de distribu-ción se encuentra protegido por el área de influencia de la Vía Parque Isla de Salamanca, el Santuario de Fauna Flora de la CGSM y la Reserva de Biosfera y Humedal RAMSAR de la CGSM.

Medidas

de conservación

propuestas

Se propone una veda total por cinco años. Se debe prohibir el cultivo de engorde del sábalo en la CGSM o caracteres de adulto (Riaño y

Salazar 1982, Cervigón 1991). Puede vivir hasta 16 años (García y Solano 1995).

Amenazas

La pesca con dinamita ha sido utilizada sobre los cardúmenes de sábalo desde hace más de 30 años. Dahl (1971) advierte que este método criminal podría disminuir la abundancia del recurso, lo que fue confirmado por Franky y Rodríguez (1976) quienes obser-varon la merma en las densidades de sus poblaciones debida al uso de la dinamita en aguas cercanas a la costa y en las ciénagas salobres de la isla de Salamanca, pues éstas son áreas de recluta-miento de la especie y con esta práctica se están eliminando las larvas masivamente.

El sábalo solía utilizar las ciénagas del bajo Magdalena como área de alimentación; debido al deterioro ambiental de estos cuerpos de agua, ha disminuido su presencia en ellos. En general las ciénagas y lagunas costeras del Caribe colombiano han sufrido un deterioro acelerado debido a la contaminación que reciben por el aporte de los ríos que desembocan en ellas. Las descargas de aguas servidas de las zonas urbanas, contaminantes industriales y agroquímicos de las zonas rurales están causando un impacto negativo sobre estos ecosistemas. Una de las más perjudicadas es la bahía de Cartagena y cuerpos de agua aledaños, los cuales han llegado a un estado de máximo deterioro por la anoxia predomi-nante en la mayor parte del fondo (Marín 2001).

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proponer que exista una cuota de devolución al medio. Una vez recuperada la población, se debe reglamentar la talla mínima de captura y propender por la conservación de las áreas de manglar (Grupo Ecología Pesquera, INVEMAR. Com. Pers.).

Comentarios

Megalops atlanticus Valenciennes es un

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presentan bandas plateadas laterales que desaparecen con la edad y puntos oscuros en el dorso (Rubio 1988b). Talla: En el Pacífico colombiano llega hasta 185 - 195 mm (Zapata et al. 1992).

Orden Clupeiformes Familia Engraulidae Especie Cetengraulis mysticetus (Günther, 1867) Nombre común Carduma, agallona, sardina Categoría Nacional VU A3d

Diagnosis

Esta especie presenta el cuerpo comprimido, su espesor es mayor que la altura del pedúnculo caudal. Línea ventral externa más cóncava que la dor-sal. Maxilar redondeado en el extremo distal y no alcanza la articulación de la mandíbula. La aleta pélvica está insertada más cerca del origen de la anal que de la base de la pectoral (Maldonado y Remolina 1979). Escamas cicloides delgadas, fácilmente caedizas, presentan generalmente tres lobulaciones en el borde anterior (Ruiz et al. 1970 en Maldonado y Remolina 1979).

Caracteres merísticos: Dorsal: 15-17, anal: 19-27, pectoral: 14-16 radios; branquiespinas largas, delgadas, de 48-75 en la rama inferior del primer arco branquial (Whitehead y Rodríguez-Sánchez 1995). Coloración: Gris azuloso en el dorso, vientre claro y flancos plateados, especialmente a los lados de la cabeza. Los juveniles

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Distribución

geográfica

Es una especie tropical y subtropi-cal del Pacífico oriental. Se distribuye desde el golfo de Cali-fornia hasta el norte del Perú (Whitehead y Rodríguez-Sánchez 1995).

Registrada para el Pacífico colom-biano en todas las ecorregiones (Zapata et al. 1992), específica-mente en Pacífico Norte: en bahía Cupica, bahía Solano y Utría;

Baudó: Docampadó y boca

Togoromá; Buenaventura: bahía Málaga y bahía de Buenaventura (Rubio 1984b, Rubio 1988b); Naya: bahía de Guapi; Sanquianga (Rubio y Estupiñán 1990); Tumaco: Tumaco y cabo Manglares (Maldonado y Remolina 1979, Rubio 1988b) y

Gorgona (Rubio et al. 1987).

Ecología

Es una especie pelágica, costera y estuarina que normalmente se encuentra hasta 8 km mar afuera, hasta profundidades de unos 25 m. Forma grandes cardúmenes que al parecer se desbandan y reagrupan con gran rapidez, generalmente sobre fondos fangosos o fango-arenosos, cerca de la boca de los ríos (Whitehead y Rodríguez-Sánchez 1995). Las larvas aparecen a lo largo de toda la costa colombiana, pero su abundancia es baja excepto en noviembre y diciembre cuando alcanza cifras elevadas por ser ésta su época de desove (Beltrán-León y Ríos 2000).

Se alimenta de diatomeas en la fase juvenil y de organismos bentónicos en la edad adulta, también ingiere un poco de fango (Zapata et al. 1990, Whitehead y Rodríguez-Sánchez 1995).

La talla de la primera madurez en las hembras está entre los 125 y 130 mm, aproximadamente a los siete meses de edad, con pesos entre 29.50 y 33.86 gr. Presenta un desove anual, entre octubre y enero. La proporción de machos y hembras es de 1:1. (Zapata et al. 1990, Maldonado y Remolina 1979).

Amenazas

Es considerado el primer recurso entre los pequeños pelágicos y la especie de mayor captura en el Pacífico colombiano. Se utiliza en la producción de harina de pescado para la elaboración de concentrado para animales. Se captura con atarraya y redes de cerco, en zo-nas de poca profundidad y soporta una de las presiones naturales más fuertes, ya que se constituye en la base alimenticia de muchas especies de peces y varios grupos de aves (Maldonado y Remolina 1979, Zapata et al. 1992).

Los individuos de carduma de uno o dos años de edad son los que soportan en gran parte la pesquería en el Pacífico colombiano. El éxito o falla de un desove en un año dado la afecta mucho más que a aquellas pesquerías apoyadas sobre un recurso con amplio rango de grupos de edad (Zapata et al. 1992).

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La captura de la carduma ha aumentado ostensiblemente desde la década de los 80. En 1986 ésta fue de 38 ton, cifra que se incrementó a mas de 20000 ton a partir de 1992, aunque en 1999 esta captura disminuyó a 15000 ton (INPA 2002).

Medidas de

conservación tomadas

Resolución 1152 del INDERENA de mayo 13 y septiembre 24 de 1975 por medio de la cual se establece una época de veda durante el mes de diciembre para la pesca de carduma, en aguas jurisdiccionales del océano Pacífico colombiano. El Acuerdo No 00013 de octubre 12 de 2000 estableció la cuota de pesca de la carduma en 30000 ton en los espacios marítimos jurisdic-cionales del Pacífico colombiano para la vigencia del año 2001. Los Parques Nacionales Naturales Sanquianga y Gorgona protegen parte de su área de distribución.

Medidas

de conservación

propuestas

Zapata et al. (1992) proponen las siguientes recomendaciones para esta especie con el fin de manejar racionalmente el recurso y evitar su sobreexplotación:

Extender la veda de la carduma a los meses de noviembre y

diciembre, época en la cual se re-produce. Así mismo se recomienda que la veda sea ágil y susceptible de implementarse en el momento apropiado de manera que la especie complete libremente el período de reproducción.

Permitir el ingreso de máximo 10 barcos a la pesquería de la carduma, manteniéndose un monitoreo permanente para observar su comportamiento ante un incremento del esfuerzo pesquero, de manera que el cupo esté cerrado hasta que se conozca más sobre la dinámica poblacional de la especie y se establezca el esfuerzo pesquero óptimo.

En cuanto a los artes de pesca, no permitir la disminución en el ojo de malla en los boliches utilizados actualmente (1 ¾ de pulgada) para que no haya presión sobre los individuos inmaduros. Así mismo, se debe evitar el uso del boliche en la primera milla náutica, ya que este método arrasa el fondo. Recabar la información que haga falta para hacer una análisis de poblaciones virtuales (APV) para que, junto con las estimaciones directas de las evaluaciones, se constituya en una herramienta para la administración del recurso. Realizar una rutina mensual de monitoreo que permita mantener una estrecha vigilancia sobre los aspectos biológicos de este recurso, ya que al parecer se afecta ante cambios drásticos del medio ambiente.

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Diagnosis

El género Ariopsis se caracteri-za por presentar dos pares de barbillones mentonianos de sec-ción circular, igual que el par de los maxilares. Sin un surco transversal en la parte superior del rostro, que une entre sí los dos orificios nasales posterio-res. Parte posterior de los dos primeros arcos branquiales con tres a cinco branquiespinas, las cuales son muy pequeñas y es-tán situadas solamente en la rama superior de cada arco. Dientes del paladar pequeños, distribuidos en dos parches a cada lado (Cervigón 1991). Sur-co medial carnoso en la depre-sión de la cabeza corto, no al-canza hasta los ojos.

Caracteres merísticos: Aleta pectoral: I,10, branquiespinas anteriores en el primer arco: 17-20, branquiespinas anteriores en el segundo arco: 19-24. Coloración: Gris oscuro a gris azuloso. Vientre de color blan-co azuloso.

Talla: Alcanza tallas de 80 cm LT pero normalmente se

captu-ran de 40 cm LT (Taylor y Menezes 1978).

Distribución

geográfica

Aparentemente endémica de Colom-bia (Dahl 1971). Taylor y Menezes (1978) incluyen en el rango a Vene-zuela, pero Cervigón (1991) dice que

Orden Siluriformes Familia Ariidae Especie Ariopsis bonillai (Miles, 1945) Nombre común Bagre, chivo cabezón, bagre cazón

Categoría Nacional EN B1+ 2cd

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el género Ariopsis no ha sido regis-trado en las costas venezolanas, sin embargo, un ejemplar de A.

bonillai colectado en el golfo de

Ve-nezuela se encuentra depositado en la colección de la Universidad Central en Caracas.

Registrada para el Caribe colombia-no (Acero et al. 1986) en las ecorregiones Magdalena: ciénaga de Tesca y ciénaga Grande de Santa Marta (Riaño y Salazar 1982; Toro y Villa 1983, Galvis 1984, Santos-Martínez y Acero 1991) y

Morrosquillo: bahía de Cispatá

(INVEMAR 2001) y Daríen: (Rey y Acero en prensa).

Ecología

Individuos de esta especie se ven en cardúmenes o solitarios (Riaño y Salazar 1982). Tienen hábitos costeros y bentónicos y se les en-cuentra principalmente sobre fon-dos fangosos en aguas turbias dul-ces y salobres, como lagunas costeras, partes bajas de los ríos, estuarios, ciénagas y zonas de manglar (Taylor y Menezes 1978, Riaño y Salazar 1982).

Estos bagres son carnívoros vora-ces, su alimentación cambia de acuerdo con la talla y se basa prin-cipalmente en invertebrados bentónicos como crustáceos y poliquetos aunque incluye tam-bién insectos, peces, algas y detri-to (Riaño y Salazar 1982, Toro y Villa 1983, Santos-Martínez 1998). A los cuatro a cinco meses de edad alcanzan la diferenciación sexual. Los machos son de menor tama-ño, debido posiblemente a una in-terrupción del crecimiento

duran-te el prolongado periodo de incubación ya que ellos guardan los huevos en la boca y por tanto es-tán inhabilitados para ingerir ali-mento (Galvis 1984). La talla aproximada de madurez sexual es de 41 – 44 cm LE (Galvis 1983, Santos-Martínez 1998).

En la ciénaga de la Virgen el deso-ve se da en la época de lluvias y baja salinidad, en los meses de septiembre a diciembre, con su máximo pico en noviembre (Riaño y Salazar 1982, Toro y Villa 1983). En la ciénaga Grande de Santa Marta (CGSM) la época de desove parece cubrir todo el año, con un desove masivo en los meses de abril a julio (Galvis 1983). En ge-neral tiene una baja fecundidad, de 24 a 36 huevos por hembra madu-ra (Toro y Villa 1983, Galvis 1983, Santos-Martínez 1998). Tienen cui-dado parental, con incubación bu-cal por parte de los machos proge-nitores durante 50 a 70 días (Toro y Villa 1983).

Amenazas

Por ser prácticamente endémica de Colombia y tener una distribución tan restringida, la destrucción del hábitat es una de las principales amenazas, situación altamente preocupante, ya que en general las ciénagas y lagunas costeras del Caribe colombiano han sufrido un deterioro acelerado debido a la con-taminación que reciben por el apor-te de los ríos que desembocan en ellas. Las descargas de aguas ser-vidas de las zonas urbanas, conta-minantes industriales y agroquí-micos de las zonas rurales están causando un impacto negativo so-bre estos ecosistemas. Una de las más perjudicadas es la bahía de

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Cartagena y cuerpos de agua ale-daños, los cuales han llegado a un estado de máximo deterioro por la anoxia predominante en la mayor parte del fondo (Marín 2001). Desde la década de los ochenta, esta especie ganó una gran impor-tancia económica en la CGSM de-bido al empobrecimiento de las pesquerías tradicionales, llevando a su extracción intensiva a lo lar-go de todo el año sin ningún tipo de control de talla mínima de cap-tura ni vedas. Galvis (1984) consi-deraba que la abundancia del chi-vo cabezón en la ciénaga era alta, pero advertía que ya entonces el nivel de explotación era mayor que el óptimo tanto para machos como para hembras. En un período de evaluación que comprende desde 1993 hasta el 2001, las tallas me-dias de captura oscilaron entre 26 y 31 cm, muy por debajo de la talla media de madurez (41 cm), notándose una disminución pau-latina a lo largo del tiempo. En la actualidad, prácticamente la tota-lidad de las capturas son de indi-viduos juveniles, muchos de los cuales se utilizan para la alimen-tación de sábalos que se crían para engorde en cautiverio; situación bastante desfavorable para el chi-vo cabezón, pues en los criaderos compran todas las tallas captura-das, aun si son muy pequeñas (Grupo Ecología Pesquera, INVEMAR. Com. Pers.).

En pasados eventos de mortandad masiva en la CGSM, en julio y agosto de 1994, junio de 1995 y parte de 1996, el chivo cabezón fue una de las especies más afectadas. Esto tal vez debido a que por sus hábitos bentónicos está más ex-puesta a las condiciones anóxicas y altas concentraciones de cianobacterias que se presentan en

las capas profundas de la columna de agua. Esto sin contar con el es-tado de deterioro ambiental que presenta la CGSM, lo cual puede afectar gravemente la superviven-cia de esta especie, teniendo en cuenta su distribución restringida y su endemismo en Colombia (Gru-po Ecología Pesquera, INVEMAR. Com. Pers.).

Medidas de

conservación tomadas

Esta especie endémica tiene en la CGSM uno de sus principales lu-gares de distribución, área que ha sido declarada como Reserva de Biosfera y Humedal RAMSAR. Su rango de distribución se encuen-tra dentro del área de influencia de la Vía Parque isla de Salamanca y el Santuario de Fauna y Flora de la CGSM.

Categoría global: En Peligro, EN B1+ 2cd (Acero en Hilton-Taylor 2000).

Medidas

de conservación

propuestas

Debido al estado en que se encuen-tra el recurso y la alta presión pesquera que se ejerce sobre los individuos juveniles, se propone una veda total por cinco años para permitir su recuperación, después de lo cual se debe reglamentar la talla mínima de captura y las épo-cas de veda (Grupo Ecología Pesquera, INVEMAR. Com. Pers.). Conjuntamente con estas medidas debe hacerse un mantenimiento regular de las obras hidráulicas en

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los ríos y caños que provienen del río Magdalena y aquellos que bajan de la Sierra Nevada de Santa Mar-ta y alimenMar-tan la ciénaga, esto con el fin de mejorar la calidad del agua y mantener en buen estado las po-blaciones de otras especies que podrían servir de alternativa a los pescadores (Grupo Ecología Pesquera, INVEMAR. Com. Pers.).

Se debe regular el uso del método pesquero conocido como boliche. Todas estas medidas deben ir acompañadas de una sensibiliza-ción de la poblasensibiliza-ción por medio de la educación ambiental, así como el establecimiento de mecanismos de vigilancia y control efectivos (Grupo Ecología Pesquera, INVEMAR. Com. Pers.).

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Diagnosis

El género Arius se caracteriza por presentar dos pares de barbillones mentonianos, de sección circular igual que el par de los maxilares. Parte poste-rior de los primeros arcos branquiales sin branquiespinas. Esta especie no presenta un canal transversal en la parte su-perior del rostro, que une entre sí los dos orificios nasales posteriores. Placa predorsal (placa ósea en la parte superior del cráneo) en forma de escudo con una hendidura en la parte anterior. Los barbillones maxi-lares son cortos, en los adultos apenas alcanzan el borde oper-cular o lo sobrepasan ligera-mente y en los juveniles no llegan al extremo de las pecto-rales (Cervigón 1991).

Caracteres merísticos: Dorsal: I, 7, anal: 19-21, pectoral: I, 10-11, pélvicas: 6 radios; bran-quiespinas en la parte anterior del primer arco branquial generalmente 5+10-12 (Cervigón 1991).

Coloración: Gris uniforme claro o gris azulado hacia la parte dor-sal, ventralmente blancuzco,

barbillones maxilares blancuzcos o ligeramente grisáceos.

Talla: Probablemente alcanza más de un metro de longitud total y su peso puede ser de 12 Kg (Galvis 1983, Cervigón 1991). Para la ciénaga Grande de Santa Marta (CGSM) las tallas comerciales más comunes son entre 50 y 76 cm LT (Galvis 1983, Martínez y Acero 1991, Santos-Martínez et al. 1998). Orden Siluriformes Familia Ariidae Especie Arius proops (Valenciennes, 1840) Nombre común Bagre, chivo mozo Categoría Nacional

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Distribución

geográfica

De acuerdo con Cervigón (1992) se distribuye desde el norte de Colom-bia hasta la desembocadura del Amazonas, aunque Cervigón (1991) lo registra desde el sur de Panamá. Registrada para el Caribe colombiano (Acero et al. 1986) en las ecorregiones Guajira: bahía Portete (Garzón-Ferreira 1989);

Magdalena: bahía de Cartagena y

CGSM (Galvis 1983, Álvarez y Blanco 1985, Santos-Martínez y Acero 1991, Ospina y Pardo 1993);

Morrosquillo: bahía de Cispatá

(INVEMAR 2001).

Ecología

Parece tener preferencia por las aguas salobres y turbias, pero es extremadamente eurihalina; se encuentra tanto en estuarios de baja salinidad, como en aguas marinas y lagunas litorales hipersalinas, siempre en fondos fangosos someros (Galvis 1983, Cervigón 1991). Normalmente se captura solo en faenas nocturnas (Galvis 1983).

Es una especie carnívora, se alimenta de peces (Santos-Martínez et al. 1998). Madura sexualmente al año y medio o dos años (Galvis 1983). Desova todo el año, con un desove masivo entre junio-septiembre (Santos-Martínez

et al. 1998). El número de huevos

de cada hembra se encuentra en-tre 63 y 214 (Galvis 1983 y Santos-Martínez et al. 1998).

Amenazas

Ya que las ciénagas y estuarios constituyen el hábitat principal de esta especie, la degradación de estas es una amenaza para su supervivencia. En general las ciénagas y lagunas costeras del Caribe colombiano han sufrido un deterioro acelerado debido a la contaminación que reciben por el aporte de los ríos que desembocan en ellas. Las descargas de aguas servidas de las zonas urbanas, contaminantes industriales y agroquímicos de las zonas rurales están causando un impacto negativo sobre estos ecosistemas. Una de las más perjudicadas es la bahía de Cartagena y cuerpos de agua aledaños, los cuales han llegado a un estado de máximo deterioro por la anoxia predo-minante en la mayor parte del fondo (Marín 2001).

Esta especie es capturada en la CGSM con diferentes métodos de pesca. Debido a la reducción de los tamaños de ojo de malla que se ha dado, los individuos que se capturan son cada vez más pequeños, con la circunstancia agravante de que no se sabe con certeza la talla media de madurez para esta especie (Grupo Ecología Pesquera, INVEMAR. Com. Pers.). El deterioro ambiental de la CGSM indudablemente ha influido en la disminución de las poblaciones de chivo mozo, el cual casi no se encuentra dentro de la ciénaga, sino en la zona costera. Las capturas han disminuido paula-tinamente; ya en 1994 solo se pescaban un poco más de 2000 Kg/ año y en el 2001, la captura tan solo fue de 700 Kg/año (Grupo Ecología Pesquera, INVEMAR. Com. Pers.).

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Medidas de

conservación tomadas

El chivo mozo tiene en la CGSM uno de sus principales lugares de distribución en Colombia y ésta ha sido declarada como Reserva de Biosfera y Humedal RAMSAR. Además, parte de su área de distribución se encuentra prote-gida por el área de influencia de la Vía Parque Isla de Salamanca.

Medidas

de conservación

propuestas

Debido a la casi desaparición del recurso, se propone una veda total por cinco años para permitir su recuperación, después de lo cual se debe reglamentar la talla mínima de captura y las épocas de veda. Paralelamente, deben reali-zarse investigaciones tendientes a actualizar los conocimientos de la

especie y a llenar los vacíos que se tienen en cuanto a su biología y ciclo de vida (Grupo Ecología Pesquera, INVEMAR. Com. Pers.). Conjuntamente con estas medidas debe hacerse un mantenimiento regular de las obras hidráulicas en los ríos y caños que provienen del río Magdalena y aquellos que bajan de la Sierra Nevada de Santa Marta y alimentan la ciénaga, esto con el fin de mejorar la calidad del agua y mantener en buen estado las poblaciones de otras especies que podrían servir de alternativa a los pescadores (Grupo Ecología Pesquera, INVEMAR. Com. Pers.). Se debe regular el uso del método de pesca conocido como boliche. Todas estas medidas deben ir acompañadas de una sensi-bilización de la población por medio de la educación ambiental, así como el establecimiento de mecanismos de vigilancia y control efectivos (Grupo Ecología Pes-quera, INVEMAR. Com. Pers.).

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67

Orden Ophidiiformes Familia Bythitidae Especie Saccogaster melanomycter Cohen, 1981 Nombre común Ninguno conocido para el área Categoría Nacional VU D2

Diagnosis

Orificios nasales negros, como cubiertos de hollín, separados de las órbitas por un área blanca. No presenta escamas en la cabeza ni en el cuerpo. Cuerpo comprimido relativa-mente corto. Línea lateral con-tinua. Color café claro (Cohen 1981).

Caracteres merísticos: Dorsal: 74, anal: 37, pectoral: 18, pélvica: 1, caudal: 10 radios; vértebras: 45, branquiespinas del primer arco branquial: 3. Talla: 66 mm LE (Cohen 1981).

Distribución

geográfica

El único espécimen conocido fue colectado en la ensenada de Gayraca en la ecorregión

Tayrona (Cohen 1981).

Ecología

Colectada a 7.5 m de profundidad, en un arrecife de coral (Cohen 1981).

Amenazas

No existen registros de esta especie en ninguna localidad diferente, ni se

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Saccogaster melanomycter

Medidas de

conservación tomadas

Se encuentra protegido dentro del área del Parque Nacional Natural Tayrona. Categoría global: Vulner able, VU D2 (Acero en Hilton-Tay-lor 2000).

Medidas

de conservación

propuestas

Básicamente se debe conservar el hábitat. Aunque esta área está protegida por el sistema de Parques, se deben establecer medidas de control efectivas que permitan una vigilancia real sobre los ecosistemas que incluye. han colectado más ejemplares

después de su descripción origi-n a l . P o r s e r a p a r e origi-n t e m e origi-n t e endémica de un área tan res-tringida, su principal amenaza es el deterioro del hábitat. En los últimos años se ha visto cómo los arrecifes del Caribe colombiano se han degradado constantemente y la cobertura del coral ha disminuido como consecuencia de las enferme-dades, el blanqueamiento cora-lino y los daños físicos sufridos por causas naturales o antro-pogénicas. Factores como el calentamiento global del agua, t u r b i d e z , s e d i m e n t a c i ó n y c o n t a m i n a c i ó n s o n e n g r a n m e d i d a l o s r e s p o n s a b l e s d e este deterioro.

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Orden Batrachoidiformes Familia Batrachoididae Especie Batrachoides manglae Cervigón, 1964 Nombre común Guasa lagunar, sapo lagunero Categoría Nacional VU B2a

Diagnosis

El género Batrachoides se distingue de los demás géneros de la familia presentes en América por tener el cuerpo cubierto de escamas cicloides, pequeñas y embebidas en la piel, además por la presencia de dos espinas suboperculares. Esta especie se distingue de B.

surinamensis por poseer menor

número de radios en las aletas dorsal y anal (D III, 28-29, A 24-27 en B. surinamensis). Región basal de las aletas pectorales con escamas. Cabeza ancha, perfil frontal casi circular en los adultos y ligeramente aguzado en los juveniles. Mandíbula in-ferior sólo ligeramente promi-nente. Dientes de la mandíbula superior peque-ños, dispuestos en una banda que se estrecha hacia la parte posterior (Cervigón 1991).

Caracteres merísticos: Dorsal: III-22-24, anal 20-22, pectoral 19-20 radios, branquiespinas en la parte inferior del primer arco branquial: 7 (Cervigón 1991).

Coloración: Presenta una gran variabilidad en la coloración. La parte dorsal de la cabeza, el dorso y los lados del cuerpo son de color pardo más o menos oscuro y uniforme, con tonos amarillentos o verdosos; presenta unas bandas transversales más oscuras, de disposición irregular, en los lados del cuerpo. Aletas con bandas alternantes oscuras y claras. Parte ventral blanca o manchada de pardo. Los juveniles presentan los colores más claros y abigarrados (Cervigón 1991).

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Talla: Alcanzan hasta 29 cm de LT y más de 350 gr de peso (Cervigón 1991). En la ciénaga Grande de Santa Marta (CGSM), se capturan tallas entre 8 y 20.8 cm LE (Santos-Martínez y Acero 1991).

Distribución

geográfica

Endémico del sureste del Caribe (Santos-Martínez y Acero 1991), en Venezuela y Colombia (Cervigón 1992). En la costa nororiental de Venezuela es una especie muy común mientras que en la región occidental es más bien escasa (Cervigón 1991).

En Colombia esta especie se encuentra en las ecorregiones

Guajira: bahía Portete

(Garzón-Ferreira 1989); Palomino: Camarones (A. Acero Obs. Pers.) y Magdalena: CGSM (Santos-Martínez y Acero 1991).

Ecología

Habita fondos fangosos someros muy cerca de la costa, en aguas neríticas. Penetra y es muy común en lagunas litorales hipersalinas con vegetación de manglares y en aguas salobres. Suele encontrarse bajo las piedras o en cuevas y formaciones coralinas (Garzón-Ferreira 1989, Cervigón 1991 y 1992). Resiste varias horas fuera del agua y tiene respiración cutánea secundaria (Cervigón 1991). Se alimenta principalmente de moluscos gasterópodos y en menor medida de crustáceos decápodos, especialmente jaibas del género

Callinectes. Aparentemente se

reproducen en cualquier época del año. Desovan en conchas vacías de moluscos, donde los huevos forman una capa continua, muy juntos entre sí. Al parecer los óvulos maduran simultáneamente. Los recién nacidos tienen una longitud total de 6 a 8 mm. (Cervigón 1991).

Amenazas

En Venezuela tiene importancia comercial y se pesca artesanal-mente con nasas o manualartesanal-mente con arpón (Cervigón 1992). Aunque en Colombia no tiene importancia económica y no se ejerce ninguna presión pesquera sobre esta especie, debido a su distribución restringida en el país su principal amenaza es el deterioro del hábitat. Las ciénagas y lagunas costeras del Caribe colombiano han sufrido un deterioro acelerado debido a la contaminación que reciben por el aporte de los ríos que desembocan en ellas. Las descargas de aguas servidas de las zonas urbanas, contaminantes industriales y agroquímicos de las zonas rurales están causando un impacto negativo sobre estos ecosistemas (Marín 2001). Dicha contaminación también afecta a los manglares asociados a estos cuerpos de agua los cuales se han degradado aceleradamente en el Caribe colombiano. Además, tensores antrópicos como las interrupciones de los flujos hídricos han propiciado la hipersalinización de los suelos, ocasionado mortan-dades de bosques. Asimismo, el relleno de sus suelos, para desarrollo urbanístico con fines turísticos, la tala irracional de

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71

bosques con fines económicos y para la creación de fincas camaroneras son factores que atentan contra estos ecosistemas denominados frágiles (Casas-Monroy 2001).

Medidas de

conservación tomadas

Parte del área de distribución del guasa lagunar se encuentra protegida dentro de la Reserva de Biosfera y Humedal RAMSAR de la CGSM, la Vía Parque Isla de

Salamanca y el Santuario de Fauna y Flora de la CGSM. Categoría glo-bal: Vulnerable, VU D2 (Acero en Hilton-Taylor 2000).

Medidas

de conservación

propuestas

Cualquier medida tendiente a mejorar las condiciones ambien-tales de la CGSM pueden contribuir a la conservación de esta especie. Se deben realizar estudios sobre su biología y ecología.

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Orden Mugiliformes Familia Mugilidae Especie Mugil liza Valenciennes, 1836 Nombre común Lebranche Categoría Nacional EN A2ad

Diagnosis

El género Mugil presenta la boca relativamente pequeña, situada en posición terminal con los dientes pequeños. Presenta en los ojos un párpado adiposo muy desarrollado. La especie se caracteriza por presentar la altura del cuerpo menor a las demás especies del género; un reducido número de hileras verticales de escamas a lo largo de la línea media del cuerpo (31 a 34 hileras hasta el origen de la caudal) y aletas dorsal y anal cubiertas basalmente por escamas sólo en la porción an-terior (Cervigón 1993).

Caracteres merísticos: Dorsal: IV-I, 8; anal: III, 8; pectoral: 16 a 18 radios (Cervigón 1993). Coloración: Dorso gris plateado más oscuro que la región ven-tral la cual es blanca plateada. Lados del cuerpo con líneas horizontales oscuras alternán-dose con otras claras que siguen las hileras de escamas. Aletas de color gris oscuro excepto las pélvicas que pueden ser

amarillas. Presenta una mancha negruzca en la base de la pectoral (Cervigón 1993).

Talla: Al parecer alcanza una talla próxima a 1 m y cerca de 9 Kg de peso (Cervigón 1993). Lamprea (1987) encontró un rango de talla en la ciénaga Grande de Santa Marta (CGSM) de 20 a 68 cm LT, siendo el rango de talla de 43 a 46 cm el más frecuente.

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73

Distribución

geográfica

Distribuida en el Atlántico Occi-dental tropical desde el sur de la Florida en los Estados Unidos, hasta Río de Janeiro incluyendo Bermudas y todo el mar Caribe (Cervigón 1993).

Registrada para el Caribe colombiano (Acero et al. 1986) en las ecorregiones Guajira: bahía Portete y plataforma del depar-tamento (Manjarrés et al. 1988, Garzón-Ferreira 1989); Magdalena: ciénaga de Tesca, bahía de Cartagena y CGSM (Riaño y Salazar 1982, Ospina y Pardo 1993, Santos-Martínez y Acero 1991, Rueda y Santos-Martínez 1997);

Morros-quillo: bahía de Cispatá y ciénaga

de la Caimanera (López et al. 1991, Patiño y Flórez 1993, INVEMAR 2001); Darién (Rey y Acero en prensa) y Archipiélago de San

Andrés y Providencia en la isla de

Providencia (Garzón-Ferreira y Acero 1983a).

Ecología

Es una especie eurihalina, o sea, vive en aguas desde dulces hasta hipersalinas. Se encuentra en aguas turbias a poca profundidad y generalmente cerca de la costa sobre fondos fangoso arenosos. Los juveniles son frecuentes en el interior de lagunas litorales en las cuales cumplen un período de crecimiento y engorde; los adultos se encuentran en mar abierto aunque también son comunes en áreas estuarinas de aguas salobres en la desembocadura de los ríos e incluso penetran en ellos (Suárez 1976, Riaño y Salazar 1982, Cervigón 1993).

Esta especie es consumidora primaria, tanto los alevinos como los adultos. Se alimenta de la capa superficial del fondo, seleccionan-do partículas finas, incluyenseleccionan-do sedimentos inorgánicos, detrito orgánico, algas filamentosas, diatomeas bentónicas y pequeños animales (Suárez 1976, Riaño y Salazar 1982, Cervigón 1993, Ospina y Pardo 1993, Santos-Martínez et al. 1998).

Migra al mar en cardúmenes con el propósito de efectuar el desove en el mes de septiembre o entre diciembre y febrero los prove-nientes de la CGSM (Lamprea 1987, Santos-Martínez y Acero 1991). En el caso de esta última, el desove se realiza en aguas marinas al sur de la bahía de Santa Marta, llegando en algunos casos hasta la bahía de Gaira; realiza un solo desove anual (Lamprea 1987). Para la CGSM la talla aproximada de madurez sexual es de 52 cm LE (Santos-Martínez et al. 1998).

Amenazas

Una de las principales amenazas sobre esta especie es la pesca con dinamita que se efectúa sobre los cardúmenes de reproductores que salen a desovar al mar, ya que, a diferencia de la lisa, el lebranche desova cerca de la costa. Los juve-niles que entran a las ciénagas lo hacen a una talla muy pequeña, lo que los hace presa fácil de los depredadores en las bocas de estos cuerpos de agua (Grupo Ecología Pesquera, INVEMAR. Com. Pers.). Debido a que la maduración del lebranche ocurre a grandes tallas, los ejemplares que se comercia-lizan son en su mayoría juveniles,

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lo que lleva a la disminución de los individuos reproductores. Las capturas del lebranche en el Car-ibe colombiano han disminuido ostensiblemente en los últimos años, aún teniendo en cuenta las fluctuaciones naturales de las pesquerías. Según las estadísticas pesqueras, en 1992 se capturaron 779.8 ton; en los años siguientes la captura fue significativamente menor, tanto que sumadas las de los siguientes siete años no alcanzan a ser el 15% de esta cifra, llegando a valores tan bajos como 0.26 ton en 1997 y 1.63 ton en 1998 (INPA 2001).

El deterioro del hábitat es una grave amenaza sobre esta especie. Teniendo en cuenta que las ciénagas y lagunas costeras cumplen un papel importante en el ciclo de vida del lebranche, es preocupante la degradación de estos cuerpos de agua en el Car-ibe colombiano debida a la contaminación que reciben por el aporte de los ríos que desembocan en ellos. Las descargas de aguas servidas de las zonas urbanas, contaminantes industriales y agroquímicos de las zonas rurales están causando un impacto negativo sobre estos ecosistemas. Unos de las más perjudicados son la bahía de Cartagena y cuerpos de agua aledaños, los cuales han llegado a un estado de máximo deterioro por la anoxia predo-minante en la mayor parte del fondo (Marín 2001).

Medidas de

conservación tomadas

Ninguna conocida, aunque su rango de distribución se encuentra parcialmente protegido por el Parque Nacional Natural “Old Providence and Mc Bean Lagoon”, la Vía Parque isla de Salamanca y el Santuario de Fauna y Flora de la CGSM, ésta última declarada como Reserva de Biosfera y Humedal RAMSAR.

Medidas

de conservación

propuestas

Se propone una veda total por cinco años, conjugado con el monitoreo de las poblaciones para determinar si hay recuperación. Se debe buscar la forma efectiva de erradicar la pesca con dinamita. Ya que los ambientes estuarinos de manglar son los sitios de crianza de ésta y muchas especies, se deben monitorear y establecer una forma efectiva para su cuidado. Estas medidas deben ir acompañadas de una sensibilización de la población por medio de la educación ambiental, así como el estable-cimiento de mecanismos de vigilancia y control efectivos (Grupo Ecología Pesquera, INVEMAR. Com. Pers.).

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75

Orden Cyprinodontiformes Familia Poeciliidae Especie Gambusia aestiputeus Fowler, 1950 Nombre común Ninguno conocido para el área Categoría Nacional VU B1a(ii,iii)

Diagnosis

Tercer radio de la aleta anal y primero del gonopodio (órgano sexual derivado de la aleta anal) con procesos externos o espi-nas dirigidas hacia el ápice del mismo. Proceso terminal del quinto radio de la aleta anal y último del gonopodio con dos ganchos dirigidos hacia la base de éste. Hocico con puntos negros; barra inclinada debajo del ojo formada por 14 manchas poligonales oscuras; borde de las escamas oscuro; aleta cau-dal con siete puntos verticales en los dos tercios anteriores (Gómez y Victoria 1980). Caracteres merísticos: Dorsal: I, 6; pectoral: 13 radios (Fowler 1950).

Talla: Especie pequeña, alcanza 29 mm LT (Fowler 1950).

Distribución

geográfica

Sólo ha sido registrada para la ecorregión Archipiélago de San

Andrés y Providencia, en la isla de

San Andrés (Rosen y Bailey 1963).

Ecología

Habita en pozos de agua dulce ramificados y conectados subterrá-neamente con el mar, de manera que el nivel del agua cambia con las mareas (Fowler 1950). Encontrada también en una bahía de la isla de San Andrés, con presencia de manglares y praderas de fanerógamas (Gómez y Victoria 1980).

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Amenazas

Por su distribución tan restringida, la principal amenaza para esta especie es el deterioro del hábitat. No se conoce el estado de la población en la isla de San Andrés.

Medidas de

conservación tomadas

Ninguna para la especie en Colom-bia, sin embargo su distribución se encuentra protegida dentro del Área de Manejo Especial los Corales del archipiélago de San Andrés, Providencia, Santa Catalina y Cayos, declarada además como la Reserva de Biosfera “Sea Flower”. Categoría global: Datos Insuficientes, DD (Hilton-Taylor 2000).

Medidas

de conservación

propuestas

Es urgente realizar un estudio sobre el estatus taxonómico y biológico de la población sanandre-sana.

Comentarios

Algunos autores consideran esta especie como sinónimo de G.

nicaraguensis Günther, 1866, la cual

ha sido registrada además en Centro América, desde Nicaragua hasta Panamá (Rosen 1973). Teniendo en cuenta que esta distribución es aún restringida (menos de 5000 Km2) y que para su

categorización a nivel nacional sólo se está considerando la población de San Andrés, este problema en la definición de la especie no nos parece relevante para efectos de conservación en estos momentos.

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77

Orden Syngnathiformes Familia Syngnathidae Especie Hippocampus erectus Perry, 1810 Nombre común Caballito de mar. Categoría Nacional VU A3d

Diagnosis

Las características del género

Hippocampus son la presencia

de una cola prensil, sin aleta caudal y el eje de la cabeza per-pendicular al eje principal del cuerpo. Presenta tubérculos bien desarrollados y puntia-gudos en todas las tallas, algunos son más prominentes (Cervigón 1991).

Caracteres merísticos: Dorsal: 16-21; anal: 3-4; pectoral: 14-17 radios; anillos del tronco: 10-11, anillos de la cola: 31-38 (McEachran y Fechhelm 1998, Robins et al. 1986).

Coloración: Muy variable; puede ser verdosa o pardo-verdosa con el cuerpo cubierto de pequeñas manchas redondeadas pardus-cas, más oscuras y densas en la cabeza, más patentes y

pequeñas hacia la parte posterior del cuerpo y la cola. Pequeñas puntua-ciones blancas por todo el cuerpo (Cervigón 1991). También puede tener un patrón de coloración en forma de líneas oscuras (Palacio 1974).

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Talla: Puede alcanzar una talla de 19 cm de LT, desde el extremo superior, hasta el extremo de la cola (Cervigón 1991).

Distribución

geográfica

Esta especie se encuentra en el Atlántico Occidental desde Nueva Escocia y Bermudas hasta Argentina, incluyendo el golfo de México, las Ba-hamas y el Mar Caribe (McEachran y Fechhelm 1998).

Registrada para el Caribe colombiano (Acero et al. 1984) en las ecorregiones

Guajira: cabo de la Vela (Baruque 1978); Magdalena: bahía de Cartagena

(Álvarez y Blanco 1985); Archipiélagos

coralinos: islas del Rosario y San

Bernardo (Acero y Garzón 1985a);

Morrosquillo (Patiño y Flórez 1993) y Darién: golfo de Urabá (Palacio 1974).

Ecología

Habita en fondos muy someros en bahías, lagunas litorales o lugares protegidos, entre la vegetación de

Thalassia o entre las raíces de los

manglares con abundante flora y fauna epífita (Cervigón 1991). Se alimentan de pequeños copépodos y anfípodos (McEachran y Fechhelm 1998). Ejemplares mantenidos en acuarios se alimentan de pequeños crustáceos vivos (Cervigón 1991).

Presentan un marcado dimorfismo sexual, especialmente manifiesto en el perfil ventral del cuerpo y de la cola en su parte anterior, debido a la existencia de la bolsa incubadora en los machos. La talla de madurez es de 7 cm (Beverton y Holt 1959). Se reproducen durante todo el año. Los machos expulsan de 150-630

juve-niles en cada puesta, la cual puede ser hasta de tres camadas de juve-niles en un mes; el número y tamaño de los recién nacidos es directamente proporcional al tamaño del progeni-tor. A los tres meses de salir de la bolsa incubadora ya están en capacidad de reproducirse (Cervigón 1991).

Amenazas

Se utiliza para acuarios y para adornos. En el Caribe esta especie se considera amenazada dado el comercio de organismos vivos y disecados. Es capturada como pesca incidental en los arrastres camaro-neros. No se conoce el estado de sus poblaciones.

Medidas de

conservación tomadas

Parte de su área de distribución se encuentra protegida por el Parque Nacional Natural Corales del Rosario y San Bernardo. Categoría global: Vul-nerable, VU A2cd (Vincent en Hilton-Taylor 2000).

Medidas

de conservación

propuestas

La primera medida que se debe tomar es la realización de estudios que propenden por recabar información acerca de las poblaciones en el Car-ibe colombiano, ya que no se tienen datos de la abundancia real de esta especie en nuestras costas. Adicio-nalmente se debe conocer la situación del comercio de esta especie en el país. Evaluar la viabilidad de la reproducción en cautiverio con miras al repoblamiento.

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Orden Syngnathiformes Familia Syngnathidae Especie Hippocampus ingens Girard, 1858 Nombre común

Caballito de mar del Pacífico Categoría Nacional

VU A3d

Diagnosis

Hocico largo, redondeado, con espinas en la mejilla. Parte su-perior de la cabeza o coronet prominente, con una placa alta enfrente de la corona. Espinas en los ojos y en la mejilla muy desarrolladas; los machos comúnmente tienen una quilla. Las hembras sexualmente maduras tienen un parche oscuro debajo de la aleta anal (Lourie et al. 1999).

Caracteres merísticos: Dorsal: 18-21; anal: 4, pectoral: 15-17 radios. Anillos del tronco: 11-13, anillos de la cola: 37-41 (Lourie

et al. 1999, Beltrán-León y Ríos

2000).

Coloración: Variable, puede ser marrón rojizo, gris, amarillo y dorado. Puede tener líneas

blancas y oscuras que corren verticales en el cuerpo (Lourie et al. 1999). Talla: La talla máxima es de 30 cm (Humann y Deloach 1993).

Referencias

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