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SECCION INFORMATIVA Y BIBLIOGRAFICA

CROIRE EN DIALOGUE. CHRETIEN DEVANT LES RELIGIONS, LES EGLISES, LES SECTES por René Girault y Jean Ver-nette, (Coll. Croire). Limoges, Droguet et Ardant, 1979. 513 págs. 20 x 15 cros.

Es bien conocida y señalada la actitud de diálogo que carac-teriza a la Iglesia católica, desde el Concilio Vaticano II y más con-cretamente desde el Pontificado del Papa Juan XXIII. En la docu-mentación conciliar vibra vivamente el deseo de una ruptura de las barreras que impedían la comunicación de la Iglesia católica con las Confesiones cristianas no católicas; de la Iglesia católica con las Re-ligiones no cristianas; de la Iglesia católica con el mundo (con el hom-bre). Hay un camino largo por recorrer. No podemos decir que los resultados obtenidos con la actitud del diálogo sean ya el alcance de la meta deseable. Pero continuos testimonios de apertura del espíritu, de capacidad de valoración de lo humano, de lo religioso de la huma-nidad, de lo cristiano auténtico de las confesiones eclesiales no cató-licas, merecen ser proclamados y reconocidos explícitamente.

La presente obra es testimonio de ese espíritu. Ya en 1976, el teólogo suizo Th. Rey-Mermet comenzó la publicación de una colec-ción titulada "Croire", que ha ofrecido tres volúmenes: el primero, Pour une découverte de la foi, 1976; el segundo, Vivre la foi dans les sacre-ments, 1977; el tercero, Vivre la foi avec le Concile Vatican II, 1979. La intención constante, en todas estas publicaciones, ha sido la de presen-tar de manera renovada, con la preocupación continua de un retorno a las fuentes y de una expresión adaptada para el hombre de hoy, las realidades de la fe vivida. La preocupación por contribuir al diá-logo religioso y eclesial se ha manifestado especialmente en la tercera de las obras mencionadas, en la cual el autor examina de manera muy sugestiva y afortunada la documentación del Concilio en este sentido. Precisamente esa preocupación dialogal ha llevado al autor y editor de esta colección a pedir a especialistas en la materia, René Girault y Jean Vernette, una contribución sobre la relación dialogal con las religiones no cristianas, con las confesiones no católicas y con las sectas. Punto de partida para la presentación de estos aportes es, en alguna forma, la doble realidad constatable en nuestros días, la de la secularización (desacralización) y la de la nueva apertura general a lo sagrado (a la religión).

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Girault parte de la distinción establecida en Oxford por Zae-hner, el mejor especialista probablemente en historia comparada de las religiones, entre religiones místicas (hinduismo, budismo, taoísmo) y religiones proféticas (Israel, islam, zoroastrismo), las primeras basadas más en una experiencia religiosa personal, las segundas en una reve-lación. A ellas se añaden las religiones de pueblos sin escritura, que cuentan cerca de cien millones de adeptos, casi todas africanas. El au-tor muestra los valores y los límites de las religiones y subraya el derecho de ser respetadas que se merecen todas las culturas, respeto dentro del cual es perfectamente posible la proclamación del llana-miento cristiano. Una atención especial es dedicada por el autor a la relación del cristianismo con el hinduismo, el budismo y el judaísmo. El problema ya no es tanto, si los adeptos de estas religiones se sal-van, sino el de la significación de la Iglesia, desde la perspectiva de las religiones, y el de la significación de las religiones, desde la pers-pectiva de la Iglesia. En alguna forma, la Iglesia aparece como el punto de confluencia posible de toda la búsqueda humana y religiosa, sin que eso signifique la necesidad de un planteamiento sincretista de la bús-queda de la unidad.

Por su parte, Jean Vernette, autor de la obra Sectes et réveil religieux, en 1976, verdadero especialista en el problema de las sectas religiosas, afronta este tema en la presente obra. Este complejo pro-blema es analizado con una gran apertura de espíritu, con grande ob-jetividad y sin el apasionamiento que podía ser esperado, aún desde la idiosincracia de ciertas sectas. Más bien, para el autor, hay que des-cubrir detrás del fenómeno complejísimo de las sectas la nueva bús-queda de lo sagrado, que caracteriza el interés actual del hombre. Muchas veces no encuentra él, por razones diversas, la posibilidad de adherir a los grandes movimientos religiosos institucionalizados de la humanidad y logra satisfacer el deseo, que se presenta en su búsque-da, en las llamadas sectas. El fenómeno tan diversificable merecía el léxico que añade el autor sobre las sectas (págs. 473-504), de una gran utilidad. Frente a la problemática planteada, el autor señala expresa-mente la necesidad de la clara afirmación de la fe católica, pero sin la negación de una actitud de apertura a lo que constituye la signi-ficación propiamente dicha de la búsqueda manifestada en las sectas.

La obra es de una utilidad teológica y pastoral indiscutible y, como se dijo más arriba, es de verdad uno de los testimonios que de-ben ser reconocidos sobre el camino de apertura iniciado desde el Con-cilio.

A. Ramírez

SIGNS OF HOPE AND JUSTICE, Ed. Jether Pereira Ramalho. Gi-nebra, World Council of Churches, 1980, 134 págs. 21 x 14,5 cm.

La misión de la Iglesia, que en todo tiempo y muy especial-mente en el actual, ha sido definida como un servicio histórico (dia-conía histórica), ha sido recordada con una fuerza especial desde el

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Concilio Vaticano II (Constitución Pastoral Gaudium et Spes), desde las afirmaciones del magisterio pontificio (en especial la Evangelii Nun-tiandi) y del magisterio local (por ejemplo de Medellín y de Puebla). Esta misión no es simple. Se podría designar como misión profética y podría insistirse en varias direcciones de la misma: por ejemplo, uno de sus aspectos es el de la denuncia. Numerosos testimonios del ejer-cicio eclesial de la misión profética en este sentido podrían ser seña-lados. También se ha hablado de la dimensión de anuncio, que debe caracterizar positivamente a la misión. Pero el anuncio no deberá ser simplemente de ideales aún no alcanzados, sino que podrá consistir en la proclamación de testimonios del logro de estos ideales, en determi-nados acontecimientos históricos: sería entonces la proclamación rea-lizada de una esperanza, que sí es realizable. Se habla hoy mucho del deseo de una pastoral de grande alcance, en función de la esperan-za, que podría tener precisamente esta preocupación.

Esta obra del Consejo Mundial de las Iglesias es uno de esos testimonios de la pastoral de la esperanza, de gran alcance: presenta los signos, algunos signos, de la esperanza realizada: hechos y gestos, ideas y declaraciones que "expresan la acción del Espíritu Santo en las Iglesias". Los signos señalados en especial: la convergencia de ac-ciones eclesiales, surgidas desde distintos horizontes; reconocimiento del papel de los pobres por las Iglesias; compromisos de las Iglesias en relación con el mundo contemporáneo. Es esta obra un ejemplo del testimonio que, diversificado como convenga, podría ser presentado ante el mundo de los hombres por la Iglesia en todos sus niveles.

A. Ramírez

SOCIALISME ET HUMANISME. EMMANUEL MOUNIER ET TEIL-HARD DE CTEIL-HARDIN por Gérard-Henry Baudry. (Colección: "Cahiers Teilhardiens, 5). Lila, 60bd. Vauban (chez l'auteur), 1978. 111 páginas.

Los proyectos del humanismo y del socialismo son de una importancia apasionante en nuestros días. Relacionarlos es la preocu-pación que tiene el autor de la presente obrita, muy interesante y su-gestiva, por medio de la presentación del pensamiento de dos grandes pioneros de muchos aspectos de la búsqueda humana y social con-temporánea: el padre del personalismo, Emmanuel Mounier, y el hom-bre en quien convergieron muchos caminos científicos, humanísticos, teológicos, el P. Teilhard de Chardin. Autores aparentemente lejanos en la vida, pero mucho más cercanos de lo que pueda creerse. Ambos en búsqueda de un ideal humano y social, que podría caracterizarse por los nombres que han adquirido sistemas bien determinados filo-sófica y políticamente. El problema del humanismo tiene, en cierta forma, en cuanto proyecto, un itinerario más coherente; el del socialis-mo presenta una mayor complejidad, si tiene que ser medido desde sus realizaciones concretas. De estos dos buscadores de los mejores ideales para el hombre se puede entresacar como anhelo común, el de "un humanismo de cara humana", como tal vez lo han compren-

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PI

dido, por ejemplo en Africa, Senghor y otros. El presente número

de nuestra Revista ha publicado un artículo sobre el Padre Teilhard

y ha hecho, en otro lugar, numerosas referencias al personalismo. Es

esta la razón por la cual recensionamos esta obra, cuya lectura hará

que se encuentren, desde el aporte que por separado ofrecieron estos

dos eminentes hombres de nuestro siglo, los temas que también han

sido presentados por separado.

A. Ramírez

TEXTBUCH ZUR GESCHICHTE ISRAELS. Kurt Galling (Ed.). In

Verbindung mit E. Edel und R. Borger. 31

edición revisada.

Tubinga, J.C.B. Mohr (Paul Siebeck), 1979. XI, 109 págs.,

4 mapas.

Esta pequeña obra, cuya traducción probablemente no se

de-jará esperar, constituye un interesante instrumento de trabajo para el

estudio de la historia de Israel. Contiene numerosos textos egipcios,

hebreos antiguos, cuneiformes, arameos y griegos. Textos

naturalmen-te seleccionados del mundo profano, en una obra comparable, en su

medida (para estudiantes especialmente) con las grandes ediciones de

Gressmann y de Pritchard. La primera edición fue publicada en 1950;

la segunda, sensiblemente revisada, en 1968. La presente edición es

prácticamente idéntica con la segunda.

A. Ramírez

FORMACION DE CATEQUISTAS por Carmelo Bueno. (Colección

"Palabra Nueva"). Salamanca, 1978. 106 páginas.

Trata de algunos puntos básicos para una reflexión sobre la

formación de catequistas. Comienza haciéndonos ver qué es

catequi-zar hoy y al mismo tiempo proponiendo una elocuente respuesta a

nuestra consideración: "Es vivir la fe a la intemperie de la libertad".

Dice a los catequistas que no son "adoctrinadores"

única-mente, sino testigos que enseñan con la vida, y que catequizar "es

vivir, es evangelizar y es hacer Iglesia".

Muy bien fundamentado en los últimos documentos de la

Iglesia sobre catequesis, va informando sobre sus principios que son

continuación de lo que San Pedro pedía en una carta dirigida a los

primeros cristianos: "Dios está con vosotros; haced que se vea".

También hace notar que los catequistas deben formar una

comunidad, una escuela, un equipo responsable en donde se vayan

ventilando los diversos problemas que se van presentando, para

vi-virlos como propios porque "la catequesis no es hobby sino un

com-promiso".

Sus capítulos los pone en forma de "encuentros" en un total

de doce. Después de cada "encuentro", según mi parecer como

ca-pítulos de la obra, tiene una bibliografía muy enriquecedora.

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Tres capítulos o "encuentros" están dedicados al hombre. En el primero trata de las etapas del desarrollo y aunque lo hace muy brevemente le dedica buena metodología y en esa brevedad deja con buenas y precisas inquietudes sobre este tema. En el segundo capítulo en el cual explica la metodología de las reuniones nos destaca cómo "el catequista es a la vez catequizando". En el tercero se refiere a la juventud y da los pasos que se pueden seguir en una reunión, ha-ciendo ver al mismo tiempo que la juventud está adquiriendo la con-ciencia de clase y que sería imperdonable que los catequistas no to-maran esto como de gran significación en los tiempos en que vivimos.

Como la catequesis es el encuentro de Dios y el hombre no podía omitir el comentar esta idea: lo hace poniendo como documento de reflexión "el Dios en quien no creo" de J. Arias. Mediante esta ne-gatividad va llevando, poco a poco, a lo que verdaderamente es Dios; y para reforzar este encuentro termina con una serie de pasajes bí-blicos, que efectivamente pueden hacer el encuentro real y fructífero.

Pero en el capítulo siguiente "Al encuentro con Jesús", nos advierte que ese encuentro DIOS-HOMBRE sólo se hace en Jesús por-que "sólo en Jesús se hace catepor-quesis y sólo allí se acaba y se realiza a profundidad"; y para metodología de este estudio indica los pasos que se deben seguir para llegar a descubrirlo: Antiguo Testamento, Nuevo Testamento, poetas, artistas, teólogos, políticos, etc. que desfilan por la mente con el acervo de frases, de obras, de conceptos que han emitido. Termina con "La ficha de Jesús", que en forma original y viva deja una verdadera imagen del Salvador.

Y para redondearle su tarea al catequista, no podría faltarle al autor, el encuentro con la Iglesia, para explicar que "nuestra tarea catequística se inscribe dentro del marco de la Iglesia y a la vez está haciendo crecer a esta Iglesia".

Y en dos gráficos sencillos que se encuentran al fin de la obra el autor sintetiza la tarea de la catequesis que es el cambio de los comportamientos personales, si en verdad se quiere que el mundo se va-ya estructurando de una manera más justa, más vivible, más cristiana.

Andrés Rosero Solarios

CATEQUESIS PARROQUIALES, por Matías Salazar. (Ediciones San Pío X), Madrid, 1979. 242 páginas.

En realidad muy de acuerdo con la terminología que usa el autor en la presentación de la obra la nota característica es la senci-llez, pero una sencillez difícil de lograr, que sólo se consigue cuando se tiene mucho recorrido en la profesión docente y en la vivencia cristiana. También de acuerdo, aunque sólo en parte, con que "el te-mario parece menos un tete-mario de catequesis y más un curso de for-mación humana". Pero es, precisamente, lo que actualmente se busca con terminologías de encarnación en la vida, de existencia, de situa-ción, etc., todo iluminado con la Palabra.

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La obra consta de cinco partes. Las tres primeras para niños

de 8 a 11 años que son los más entusiastas asistentes a las catequesis

parroquiales. La primera parte tiene 17 variados temas; la segunda 23

y la tercera 22.

Sin entrar en muchas técnicas de objetivos, estrategias,

acti-vidades, etc., y en verdad en circunstancias muy necesarias, su

pe-dagogía está bien precisa y determinada. Cada catequesis tiene un

mensaje práctico que debe manifestarse en una actitud de fe. Esto

lo expresa en forma tan natural y tan clara que ésta es, precisamente,

la cualidad que más admiro.

En el desarrollo de cada lección sigue las exigencias actuales

no sólo de la catequesis sino de cualquier clase pedagógicamente bien

llevada.

En su metodología, comienza con la experiencia humana tan

solicitada actualmente en la docencia. Sigue con la iluminación

cris-tiana tan recomendada en todos los documentos de la catequesis. La

experiencia cristiana se refiere a hechos sencillos sacados de la vida

de los alumnos en las diferentes edades y situaciones en que se

en-cuentren. En algunas partes la llama también "aplicación a la vida".

Termina la catequesis con actividades bastante bien definidas.

Estos pasos se mantienen casi unánimes en las tres primeras

partes, es decir, en las partes en las cuales se refiere a los niños de

ocho a once años.

En las dos últimas partes o sea en las que se refiere a los

alumnos de doce a catorce años, cambia un poco. También en estas

catequesis figura el "mensaje" que se conserva a través de toda la

obra. Pero en el desarrollo ya se introducen algunos apartes nuevos,

tales como: "A manera de notas", en las cuales se dan algunas

ob-servaciones para iniciar las reuniones; encuestas, posibles

compromi-sos, Palabra de Dios, palabra del hombre. Esto último, sobre todo en

la quinta parte. Esta palabra del hombre se ha puesto, lo explica el

autor, para que el adolescente vea "que personas de prestigio y de

valía intelectual y social, coinciden con la PALABRA DE DIOS".

Además, el libro va acompañado de cinco ilustraciones, de

pá-gina completa cada una, que le dan buena presentación y acaban con una

posible monotonía que hubiera tenido la obra sin esta iniciativa.

Se trata, pues, de una obra que abarca 62 esquemas que

pue-den ayudar muy eficientemente a quienes se dedican a catequesis

pa-rroquiales y, yo diría, a cualquiera otra catequesis con niños de ocho

a once años. Y tiene, además, 44 esquemas para quienes estén

cate-quizando a alumnos de doce a catorce años.

Es realmente una ayuda que Matías Salazar ha puesto al

ser-vicio de catequistas inquietos y también, agregaría, de catequistas

co-gidos por la escasez de tiempo, quienes encontrarán aquí ideas básicas,

metodología precisa y numerosos esquemas de rico contenido humano

y cristiano.

Andrés Rosero Bolaños

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Entrega

De la Fe en D

Por Ferna:

La Biblia y el

Por Berna:

La Mujer en 1

Por Lucía

Expresión Cósi

Por José

El Encuentro

Por Alberl

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