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El Estado de Israel y los territorios palestinos - una visión del fenómeno de los asentamientos israelíes de Cisjordania de 1967 hasta la actualidad

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Academic year: 2020

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(1)Universidad de Los Andes Facultad de Ciencias Sociales Departamento de Ciencia Política. El Estado de Israel y los Territorios Palestinos Una visión del Fenóm eno de los Asentamientos Israelíes de Cisjordania de 1967 hasta la actualidad. Presentado Por: Jonathan Reinstein Peckel. Director: Luis Eduardo Bosemberg. Lectora: Arlene Tickner. Mayo del 2010.

(2) Contenidos. 1. Introducción 2. El Fenómeno d e los Asentamientos Israelíes de C isjordania (1967-?) •. El Nacimiento del Fenómeno de los Asentamientos: el argumento de la segurid ad. •. La Radicalización de la Ocup ación: el argu mento religioso. •. Mecanismos de Ap ropiación de Tierras en Cisjordan ia: el argu mento legal. 3. Conclusiones •. El fenómeno de los asentamientos como p ilar d e la intractability del conflicto y como motor del odio mutuo.. 4. Anexos 5. Referencias Biblio gráficas. 2.

(3) “The settlem ent policy of Israel is not a concise subject confined to the territories occupied during the war of 1967… The issue of settlem ent has been at the heart of the political Zionist m ovement since its inception and has been a central subject of debate within Zionism ever since. This fundam ental nature of the settlem ent issue has caused it to be one of the determ ining factors of the various political stream s in the Zionist m ovement and subsequently the Israeli state. It is intrinsically linked to other key questions such as religion and land. Settlem ent policy played –and continues to play– a mayor role in the Zionist confrontation with, and dispossession of, the Palestinian people.”. (Will, Donald S., 1982, p. 37). 3.

(4) Introducción “En conflictos con profundas raíces com unales y étnicas las identidades se encuentran siempre expandiéndose y reconfigurándose, ocasionando que los partidos se definan a ellos m ism os y a la base de su existencia en térm inos del conflicto m ismo y causando así que se nieguen a reconocer al “otro”. Esta situación dificulta severamente las negociaciones”. (Crocker, Osler Hampson & Aall, 2005, p. 14). Luego de y a más de 60 años de enfrentamientos, los problemas entre p alestinos e israelíes sigu en vigentes y la solución d e las confrontaciones p arece estar cada vez más lejos. Ambos p ueblos, constituidos bajo id entidades distintivas y con asp iraciones nacionales comp etitivas p or la consecución de la estadidad (sta tehood) sobre un mismo territorio son las p remisas que encontramos en el nú cleo de éste conflicto (MiltonEdwards, B., 2009). Las p erspectivas y ambiciones irrecon ciliables de los actores son las razones p ara que estos se encuentren sumergidos en la intransigencia y en el fondo d el panorama y acen los acu erdos de p az fallidos y y a casi olvid ados. La violen cia se ha convertido en un rasgo p ermanente del conflicto, siendo episódica p ero recurrente, y los actores se han resistido a los esfuerzos p or p arte de la mediación d e terceros p ara llegar a un arreglo p acifico. Ningun a de las p artes ha estado disp uesta a renunciar comp letamente al uso de la fuerza p ara conseguir sus objetivos p olíticos y casi todos los líderes que han llegado al p oder consid eran sus p osiciones como fundamentalmente irreconciliables, ocasionando que tanto israelíes como p alestinos tengan un may or interés en la continuación de los enfrentamientos que en la nego ciación y búsqueda de acuerdos p ara la consecu ción de un estado alternativo p osible y factible. En gen eral, se trata de un juego. 4.

(5) de suma cero en el que el hecho de que algún grup o gan e imp lica necesariamente que el otro p ierda y donde p or lo tanto, no ha habido esp acio p ara la p olítica.. Los expertos del Instituto de Paz de los Estados Unidos de América consid eran que en conflictos de este tip o, donde los enfrentamientos llevan tanto tiemp o, ocurren esencialmente dos situaciones: 1. Hacen p arecer imposible que los actores lo gren llegar a evitarlos; y 2. Se caracterizan por tener p rofundas raíces históricas y arduos antagonismos entre las p artes, p or lo que se considera que estos p ertenecen a la categoría de conflictos 1. insup erables (intractable con flicts ). Entre ellos, teniendo en cuenta las p articularidades esp ecíficas de cada uno, se p ueden enmarcar casos como el conflicto colomb iano, el de India-Pakistán y p or sup uesto, el p alestino-israelí.. A medida que se estudia la crisis p alestino-israelí se hace evidente cuan colosales son las dificultades que ap arecen a la hora de esclarecer la situación y lo arduo de los retos que se deben enfrentar cuando de buscar p osibles soluciones se trata. En este conflicto las relaciones entre los actores son muy comp lejas y se desarrollan en un p aisaje donde imp era una venenosa enemistad. Los p artidos se encuentran encerrados en una situación local bien delicad a con su p rop ia dinámica interna; y además están y han estado sumergidos en la lógica regional e internacional a través de la historia del conflicto mismo, hecho qu e no puede dejarse d e lado fácilmente.. 1. Intractable Con flict: El termino se refiere a conflictos obstinados, incorregibles, intratables, difíciles de resolver. Según los autores, estos conflictos se encuentran gen eralmente enclavados y atrap ados en las circunstancias geop olíticas del entorno regional esp ecifico d e cada uno y las causas de su in corregibilidad son a menudo diferentes a la fuente original de conflicto. 5.

(6) Una de las mayores causas del estancamiento en cuanto al p roceso de construcción de p az (peacebuilding) en el escenario se debe exactamente a la larga h istoria de este conflicto. Tal como lo afirma Step hen Cohen, “la p rolongada duración del conflicto ha adherido una nueva d imensión a su naturaleza intratable: una generación entera ha sido criada conociendo únicamente un estado de guerra perp etua frente al “otro”” (2005. p . 343). La cultura local de un conflicto p uede llegar entonces a ju gar un p ap el imp rescindible manteniendo en p ie las confrontaciones y a que “los antagonistas terminan encerrados en un conflicto p or virtud de una cultura de la venganza o del no comp romiso, lo que produce un ciclo sin fin de choqu es y antagonismos” (Crocker et al. 2005. p . x). Así, la guerra se ha arraigado como una forma de vid a en amb as sociedades y se ha convertido en p arte esencial d e la identidad d e ambos bandos. La comp lejid ad se hace ev idente y a que estas identidades se expanden, reconfiguran y p rofundizan constantemente y los actores terminan definiéndose a sí mismos y a su existencia en términos del conflicto mismo, rehusándose a acep tar la identidad del “otro”. La acumu lación de agrav ios que son incorp orados a las visiones históricas de cada b ando ocasion an que cada lado se vea a sí mismo como victima y cree o reinterprete símbolos religiosos y culturales que perp etúan el resentimiento y el conflicto (Crocker et al. 2005. p . 5-10). De esta manera, la violencia se conv irtió en un a forma de vid a para ambas sociedad es y desde hace años las gen eraciones nuev as nacen bajo el manto del conflicto y la guerra, lo cual genera que, tanto la comunidad internacion al como los actores mismos en conflicto, p refieran manejar la confrontación en v ez de resolverla.. 6.

(7) En suma, las identidades nacionales de ambos grup os se han mezclado con narrativas de victimización, op resión y odio y , debido a que la p osición de victimas de ambos grup os puede evidenciarse tanto histórica como contemp oráneamente, todas las acciones con resp ecto al “otro” p ueden ser justificadas. Hay que resaltar igualmente los choques 2. internos que se dan dentro de cad a narrativa de identidad nacional y las batallas internas entre p ersp ectivas rivales que ocurren dentro de cada grup o, lo que llev a finalmente a que la med iación y la intervención en el caso sea aún más difícil, p ues se deben tener en cuenta las division es internas de cada lado. Los intentos fallidos para establecer la p az (peacemaking) y su inconsistencia también hacen p arte de las causas del carácter irresoluble d e este intractable con flict, se han traducido en fracasos que alejan y erosionan las esp eranzas p ara futuros arreglos y han agravado las disp utas entre ambos bandos.. En este tip o de conflictos p rolongados y duraderos es característico que las causas de su 3. intractability sean a menudo bien diferentes de las causas originales de conflicto y , p or tanto, que las guerras traigan a las agendas nuevos asuntos y retos a resolver, que no estaban p resentes al princip io. Esto debe ser tenido en cuenta a la hora de estudiar el conflicto Israelí-Palestino y a que es imp rescindible abarcar su comp leja naturaleza y los hechos que h an contribuido al agravamiento de esa intratabilidad. Esto nos p ermitirá. 2. Las dos narrativas son el Nacionalismo Palestino y el Sionismo. Dentro del Nacionalismo Palestino encontramos p rincipalmente el choque entre Hamas y Fatah. Dentro del Sionismo encontramos las diferentes tendencias en el Estado israelí, que fluctúan entre izquierda, centro y derecha. 3 Carácter de irresoluble, obstinado, difícil de resolv er, p rolongado. 7.

(8) tener una mejor p ersp ectiva a la hora de p roponer p osibles caminos hacia la construcción de la p az en la región.. Sobre esta base, la presente investigación intentará esclarecer có mo han in cidido el fenómeno y las p olíticas de asentamiento territorial israelí en la intractability d el conflicto Palestino-Israelí p ara demostrar có mo se h a agud izado la confrontación y cómo éste se ha convertido en uno de los may ores obstáculos, si no en el may or, para lograr una solución definitiva d el conflicto. Asimismo, se buscará comp robar la medida en que el crecimiento de los asentamientos ha contribuido a la p erp etuación de la violen cia. Para esto se abordará el fenómeno desde su nacimiento (razones de ser) y se explicará cómo se ha dado la evolución de la situación a través de la historia y hasta el día de hoy . El estudio de este fenómeno permitirá v isualizar la magnitud del p roblema de los asentamientos israelíes y su p eso sobre el conflicto Israelí-Palestino en general.. Para la realización de éste trabajo se utilizaron diversas fuentes históricas e intelectuales. Se utilizaron algunos libros de referencia general así como libros directamente relacionados con la p roblemática palestino/israelí y algunos artículos de revistas esp ecializadas. Se tuvieron en cuenta también algun as Resoluciones de la ONU frente al conflicto, la Ley Internacional Humanitaria y más esp ecíficamente la Cuarta Convención 4. de Ginebra Relativa a la Protección de las Personas Civiles en Tiempos de Guerra . Otra gran fuente fue la información y los datos que han h echo disp onibles organ izaciones 4. Estos p rotocolos son la p iedra angu lar del Derecho Internacional Humanitario. Los documentos oficiales co mp letos se p ueden encontrar en la Pagin a del Comité Internacional d e la Cruz Roja. En: http ://www.icrc.org/web/sp a/sitesp a0.nsf/html/genevaconventions 8.

(9) como Peace Now, B’Tselem, la Fundación para la Paz en el M edio Oriente (Foundation for M iddle East Peace) y el Instituto p ara los Estudios Palestinos (Institute for Palestine Studies). El estudio emp ezará reco giendo los antecedentes históricos del fenómeno d e los asentamientos. Se p artirá desde el nacimiento de los primeros asentamientos p ara esclarecer los hechos más relevantes en cuanto al tema y a p artir de estos se intentará plasmar cómo ha evo lucion ado la situación hasta nuestros días. Para tal p rop ósito, se dividirá esta sección a p artir de los tres argumentos p rincip ales que se dieron frente al fenómeno d e los asentamientos. Finalmente, se buscara resaltar có mo el fenó meno d e los asentamientos ha contribuido a la intractability del conflicto y cómo éste agravó los antagonismos y el odio mutuo entre los bandos.. Es indisp ensable señalar aquí que la critica hacia el Estado de Israel p resentada en este ensay o estará orientada de manera constructiva. El ideal sería que los individuos de ambos pueblos estuvieran comp rometidos a velar p or el resp eto del “otro” como entidad humana y p or tanto con derechos iguales a los de todo ser humano p or naturaleza. Esto para que la vida p ueda ser vivid a p lenamente p or ambos p ueblos, p ara que la p oblación de ambos p ueda moverse libremente a través de las fronteras territoriales y p ara que se logre el desarrollo íntegro d el nivel de v ida social, econó mico y cultural de la región. Por esta razón, la investigación se centrará en un asunto fundamental que es motivo d e debate en el momento en que se escrib en estas lín eas y que ahora más que nunca necesita ser resuelto. Se trata de la p regunta p or la cuestión Palestina, p or la consecución de su verdadera estadidad y su reivindicación histórica como nación.. 9.

(10) El Fenómeno de los Asentamientos Israelíes de Cisjordania (1967-?) “Four decades have past since The 1967 War, after which Jewish citizens of Israel began to settle beyond the border of their State in contravention to International Law, which prohibits an Occupying State from transferring population into an Occupied Territory”. (Zertal, Idith & Eldar, Akiva 2007. pp. x.). El territorio de Cisjord ania constituy e tan solo unos 5.800 kiló metros cuadrados. 5. ap roximad amente (incluy endo Jerusalén Oriental). Para hacerse a la idea de su magn itud es p reciso considerar que bajo estas dimensiones territoriales Cisjord ania cabe unas 179 veces 6 dentro del territorio de nuestro p aís. Cisjordania, Gaza7 y Jerusalén Oriental son los lugares base de los actuales Territorios Palestinos, territorios que sup uestamente constituirían el Estado Palestino y cuya soberanía legitima debería p ertenecer entonces a la Nación Palestina y por tanto al gobierno de este p aís, a la Autoridad Nacional Palestina y a los ciudadanos del pueblo Palestino como tal.. Sin embargo, con tan solo ver un map a de Cisjordan ia y Jerusalén Oriental (ver map as anexos) se hace evidente el p roblema de fondo que existe en cuanto a la soberanía territorial de los Palestinos. Actualmente, a p esar de que los Territorios Palestinos son 5. Según los datos del atlas disp onible en la base de datos de Colu mbia International Affairs Online (CIAO) con datos de “The Economist Intelligen ce Unit” accesible a través del p ortal de la biblioteca de la univ ersidad. 6 Colombia tiene alrededor de unos 1.038.000 kilómetros cuadrados según los datos en CIAO. 7 Gaza tiene alrededor de 365 kiló metros cuadrados. 10.

(11) reconocidos internacionalmente, la soberanía territorial de los árabes/p alestinos se ve violada p or la p resencia de incontables asentamientos israelíes y junto a ellos de incontables p uestos del ejercito israelí ubicados estratégicamente p ara “p roteger” la zona, controlar todo el flujo de p ersonas que se mueven a través de ella e intentar mantener bajo su control el monop olio de la segurid ad en toda la región.. En Cisjordan ia h abitan un p oco más d e 2,191,000 Palestinos y , a su lado, alrededor de 276,000 colonos Israelíes. Mientras tanto, en Jerusalén Oriental viven más o menos 8. 253,300 Palestinos y 179,000 Israelíes , quienes habitan en los barrios considerados 9. ilegales p or la comun idad internacion al. Desde el co mienzo del p roceso de Oslo en 1993 hasta la actualidad, sucesivos gobiernos israelíes han continuado construy endo en los asentamientos (incluyendo los barrios de Jerusalén Oriental) incluso mientras se conducían negociaciones de paz. El mensaje recibido p or los Palestinos es claro: la nego ciación con Israel no resulta en un acuerdo o una solu ción, sino más bien en la dup licación del numero de colonos y en la clausura de áreas dentro de los territorios p or medio de b loqueos de carreteras y p uestos de control. Esto se p uede afirmar p orque, en efecto, luego de las nego ciaciones de Oslo, se dup lico el numero de colonos viviendo en los asentamientos (Peace Now). La continua construcción en los Territorios Palestinos ha erosionado las p osibilidades de llegar a un acuerdo factible que imp lique dos Estados para dos p ueblos. Debido a esto, hoy en día estamos más cerca de que la solución al. 8. Según los datos de la organización Peace Now (2009). Los Acuerdos de Paz de Oslo de 1993 fueron un as negociaciones entre Israel y la Organización para la Liberación de Palestina (OLP). Particip aron en su consolidación Isaac Rabin y Yasser Arafat. La firma de los acuerdos supuso el reconocimiento de la Autoridad Palestina p or Israel.. 9. 11.

(12) 10. conflicto esté más bien p or el lado de la constitución de un Estado binacional , p uesto que Palestinos e Israelíes viven hoy bajo el control de Israel y bajo su soberanía.. La realidad que h a dado forma a la configuración de la relación entre ambas sociedades constituy e lo que analistas como R ashid Khalidi, Walid Khalid i y el difunto Edward Said 11. calificarían como la matriz de control Israelí . Esta matriz de con trol es la causa de que el p ueblo Palestino se en cuentre bloqu eado actualmente y la razón por la que sus derechos se ven cond icion ados, coartados y restringidos día a día. En este sentido, la libertad p ara moverse de un lugar a otro dentro de los territorios ocup ados (incluy endo Jerusalén Oriental), de estos hacia Israel o entre estos y Gaza, es uno de los índices que demuestra la p aulatina, continua y drástica reducción de los derechos de los Palestinos. La ocupación militar israelí ha impuesto un régimen de control que constantemente sofoca a este p ueblo y que intenta mantenerlo encerrado en su p rop io territorio valiéndose del argumento de la segurid ad resp aldado p or su p oderío militar.. La existencia de los asentamientos israelíes en lo que hoy en día serían los Territorios Palestinos es una muestra de la intransigencia de la p olítica exterior israelí. Ya hace 30 años, algunos exp ertos hacían una critica a la p olítica israelí d ebido a qu e en ella existe “una interp retación cerrada y escasa del significado y el rango de la autonomía Palestina 10. Siempre se ha discutido si la mejor solu ción de las confrontaciones entre p alestinos e israelíes es la división del territorio en disp uta en dos Estados diferentes o la consecu ción de un Estado binacional donde ambos p ueblos gobiernen e imp ere la democracia. La existencia d e los asentamientos ha erosion ado las p osibilidades d e establecer un territorio autónomo p alestino fácilmente. 11 Termino original de R ashid Khalidi (2006-2007) en “Stateless in Palestine”, capitulo 6 de “The Iron Cage: The Story of The Palestin ian S truggle for Sta tehood”. Boston, Massachussets, U.S.: Beacon Press Books. 12.

(13) evidenciada p or la p olítica oficial enunciada p or el gob ierno de llenar Cisjordania de asentamientos judíos” (Yaniv, Avner & Yishai, Yael; 1981. p . 1105). En el p resente se puede afirmar que aquella p olítica aún se encuentra vigente y constituye uno de los may ores obstáculos, sino el p rincip al, en cuanto al arduo p roceso de construcción de p az entre Israelíes y Palestinos.. Hoy en día existen 121 asentamientos reconocidos p or el Ministerio del Interior israelí como “comunidades” en Cisjordania y 12 más en las tierras de Jerusalén Oriental. Al lado de estos existen más de cien “p uestos de avanzada” que no son reconocidos oficialmente. Israel h a rob ado miles de kilómetros de tierra Palestina p ara establecer a su población civil mientras les prohíbe a los palestinos su uso y hasta el paso p or estas tierras. Los asentamientos se han constituido así en la manifestación más visible, potente y tangible de la p osición de p oderío de Israel y de su continua lucha p ara la p revención de la creación de un Estado Palestino genuino. Estos rep resentan el desafío existencial tangible a los esfuerzos p alestinos p or establecer su soberanía e indep endencia.. 13.

(14) El Nacimiento del Fenómeno de los Asentamientos: el argumento de la seguridad “When it was over, the June 1967 war, also known as the Six Day War, found the Palestinians, like m ost of the Arab World, in shock and almost completely paralyzed. The Palestinian people were once m ore divided into categories stemm ing from a new geo-political situation. Although the dichotom y between refugees and non-refugees rem ained intact, other communities of people in the West Bank, the Gaza Strip and Israel were united by the sheer fact of being under the control of Israel”. (Pappe, Ilan, 2006, p. 186). El conflicto israelí-p alestino tiene unas p rofundas raíces históricas. Ya han p asado más de cien años desde el establecimiento de la p rimera colonia sionista en Palestina en 1882. Desde ese entonces emp ezaron los roces entre judíos y árabes/p alestinos en la región. El asentamiento en las tierras fue uno d e los p ilares de la ideología sionista que, con el p asar de los años, mostró el imp acto que tuvo sobre la vida de los palestinos y sus tierras.. La Guerra de los Seis Días (1967) marcó de manera d efinitiva el conflicto entre los ciudadanos d el Estado de Israel y la sociedad Palestina. Sus consecuencias tuvieron unos efectos contundentes sobre las dinámicas de amb as sociedades. Esta guerra abrió las puertas p ara la radicalización de la co lonización sionista. Todos los gobiernos israelíes de ahí en adelante –fueran del Partido Laborista (izquierda) o del Likud (derecha)– abolieron p or razones prácticas la p artición de facto de Palestina efectuada por la ONU en 1947 bajo la Resolución 181 la cu al legitimó la existencia de dos Estados hermanos contiguos: uno judío y uno árabe/p alestino y la cual dejó a la metróp olis de Jerusalén como un corpus separatum que sería ad ministrado como un enclave internacional.. 14.

(15) Para antes de la guerra del 67, las fronteras del Estado de Israel eran las que habían sido establecidas con el Armisticio de 1949, qu e daría fin a la Primera Guerra Árab e-Israelí de 1948 y en el cual se estableció la llamad a Línea Verde p ara sep arar a Israel de Jerusalén Oriental y Cisjordania. Así, Jordania controlaba la soberanía sobre Cisjordania y Jerusalén Oriental mientras que Egipto tenia la jurisdicción sobre Gaza. Luego de esta corta guerra, Israel terminó ocup ando un territorio tres veces may or que su p rop io Estado, el cual incluía toda la península d el Sin aí, Cisjord ania (incluy endo por sup uesto Jerusalén Oriental), los Altos del Golán y Gaza. Junto con esta conquista territorial, Israel también obtuvo el control sobre una p oblación de más de un millón de p alestinos los cuales eran habitantes de Jerusalén Oriental, Cisjordania y Gaza (M orris, 2001, p . 329-346). Estos sucesos socio-políticos darían forma a los p roblemas territoriales que hoy en d ía constituy en el corazón del conflicto y que comp onen uno de los may ores obstáculos en cuanto a la construcción de la p az en la región. Por esta razón, “a medida que ha p asado el tiempo, mayores segmentos de la co munidad judía de Israel han llegado a ap reciar el imp acto negativo que esta guerra de solo seis d ías tuvo sobre sus vidas” (Pap p e, 2006, p . 183-184).. En los primeros días desp ués de la gu erra, bajo el gobierno del p artido Laborista en Israel, las nuevas conquistas territoriales fueron consid eradas como un a ventaja y un bien político intercambiab le a la hora d e negociar la p az con los Estados árabes vecinos. Sin embargo, esta p osición fue d ejada de lado gradu almente y en su lugar tuvo prep onderancia el argumento de la seguridad y del establecimiento de un as fronteras más defendibles p ara el Estado de Israel. Para este fin el gobierno adoptaría el “Plan Allon”. 15.

(16) el cual prop onía anexar al p aís el máximo territorio p osible y el mínimo de p oblación Palestina. Bajo esta racion alidad se inició una p olítica de asentamiento en los territorios cuy as consecuencias no fueron estudiadas a fondo ni p revistas p or el gobierno israelí, y que sería la causa de la consecuente evolución del conflicto Israelí-Palestino. Los palestinos se vieron viviendo bajo la realidad del control militar total israelí, situación que evolu cionó ráp idamente hacia una o cup ación civil de su territorio y que h asta hoy en día sigue siendo característica del ord en socio-p olítico del Medio Oriente.. En Noviembre de 1967 la ONU se p ronunció en contra de la posición israelí con la Resolución 242 en la que se hizo un llamado al Estado de Israel p ara que retirase sus fuerzas de todos los territorios que había conquistado en la guerra y retornase a las fronteras p revias, a cambio de p az y reconocimiento. La resolución resaltaba claramente la ilegitimidad de la ocup ación israelí de los territorios capturados en la guerra. Sin embargo, tal co mo lo afirma Ny e, “la resolución contenía algunas ambigüedades deliberadas y a que no se refería a todos los territorios sino únicamente a “territorios” imp licando así que algunos p odían no ser devu eltos” (2009, p . 182-192). Asimismo, la resolución fue amb igua frente al estatus de los p alestinos y a que no reconoció a estos como Nación sino que los d escribió simp lemente como refu giados dejando p or fuera la cuestión p rimordial en cuanto al conflicto. En general, esta resolución sería comp letamente p asada p or alto p or el Estado de Israel y la situación seguiría su curso hacia aquella de la ocupación a través de enclaves.. 16.

(17) Lo p rimero que hizo el Estado de Israel un a vez adquirió el control sobre Cisjord ania fue declarar esta área como “territorio bajo custodia” e imp oner un gobierno militar en la zona. De ahí en ad elante las Fuerzas de Defensa Israelíes (Israeli Defense Forces) se convirtieron en las encargadas de mantener la seguridad y el orden civ il en la región, y sobre ellas recay ó la resp onsabilidad de p reservar los derechos y el bienestar de los palestinos. A pesar de esto, el ejército se resp aldó en el nuevo estatus legal dado a la tierra p ara actuar indiscrimin adamente frente a cualqu ier forma de resistencia política, armada o p acífica (Papp e, I., 2006). La Corte Sup rema de Justicia israelí devino en el órgano encargado de v elar por la legitimidad del régimen d esde p rincip ios de la ocup ación. Según Pap pe, éste es el único caso en la historia de las guerras modernas en donde una autoridad judicial civil co mo la Corte Sup rema de Justicia sup ervisa un gobierno militar, significando así que la población h abitante de estas áreas tiene la 12. op ortunidad de ap elar a ella . Sin embargo, las ap elaciones de los ind ividuos o colectivid ades palestinas no tuvieron nunca cabida frente al ejército y a que éste abogaba por la legitimación de sus actos en el nombre de la segurid ad (2006, p . 197). Esto condujo a que en la práctica, la p oblación p alestina fuera desp ojada de sus derechos básicos humanos y civiles gracias a la sup remacía ilimitada del argumento de la segurid ad, el cual se encontraba siempre detrás de la sev eridad d esmesurada con la que se le p ermitía actuar a las fuerzas militares israelíes. Además, la p osibilidad de p oder ap elar a las cortes israelíes era un a tramp a para los p alestinos y a que equivalía a reconocer la soberanía israelí en sus territorios ocup ados.. 12. Esto significa que la Corte Suprema israelí debió hab er defendido los derechos palestinos al igual que los de los ciudad anos israelíes. 17.

(18) Algo muy imp ortante que se debe resaltar acá es la man era en que el ejército israelí fue cómp lice d e los asentamientos la mayoría del tiemp o (exceptuando las redadas llevad as a cabo p ara desmantelar algunos de ellos). Los asentamientos constituían una sup uesta ventaja de seguridad para el Estado como p uestos de avanzada y por eso existió siemp re una estrecha alianza entre colonos y militares. Los h abitantes de los asentamientos constituy en en p otencia una esp ecie de p aramilitares al servicio de Israel. Se les da entrenamiento y se les p rovee de armas p ara su p ropia p rotección lo cu al exp lica la razón por la que estos muchas veces deciden tomarse la justicia bajo sus prop ias manos (Zertal, Idith & Eldar, Akiva, 2007, p. 318). A medida que los asentamientos israelíes crecieron se incrementaron también los incidentes en los que colonos judíos atacaron a los palestinos.. Tal como lo afirma Pap p e, “desde princip ios de la ocup ación, juristas internacion ales comentaron sobre la ilegitimidad d e la resolución Israelí de mantener los territorios como un área ocup ada sin adherirse a los requerimientos sancionados por la Convención de Ginebra p ara el tratamiento de estas áreas” (Papp e, I., 2006, p . 197). El gobierno Israelí hizo todo lo posible p ara evitar ser limitado p or las normas y p receptos de la ley internacional y con el tiemp o quedó muy claro cómo estas normas fueron sistemáticamente violadas p or el Estado de Israel. A través de años de ocup ación bajo el ausp icio del sistema legal Israelí se hizo evidente la magnitud de las violaciones. Mediante varios métodos ilegales y con la ay uda, el ausp icio y hasta el sop orte del Estado y sus instituciones, Israel confiscó una gran cantidad d e territorios sobre los que la población Palestina no p odía probar derechos de p rop iedad y estos fueron utilizados p ara. 18.

(19) el asentamiento judío, lo cual está completamente p rohibido bajo la jurisdicción internacional.. En un artícu lo escrito tan solo 10 años desp ués de la Guerra de los Seis Días y del nacimiento del fenó meno de los asentamientos, Ann M osley resaltaba como el mand ato israelí había alterado sustancialmente los territorios de C isjordania y traía a la luz la ilegitimidad de la ocupación b asándose en que: “el establecimiento de asentamientos civiles era una violación del Articulo 49 de la Convención de Ginebra para la Protección de Personas Civiles en Tiempos de Guerra, el cual prohíbe la transferencia de población de la potencia ocupante a los territorios ocupados” (Otoño, 1977, p. 27).. El Estado de Israel p asó p or alto la ley internacional aferrándose a que la Convención de Ginebra sí p ermitía el establecimiento de puestos de seguridad. Esta afirmación p erdió su peso a medida que salió a la luz la manera como estos supuestos p uestos militares eran ráp idamente transformados en enclaves civiles. La Convención d e Ginebra tamb ién estip ula que el Estado ocup ante no debe hacer cambios dentro del territorio que priven a la p oblación local en base p ermanente de sus beneficios y esto es p asado p or alto p or Israel p ara construir asentamientos, exp rop iar tierras p alestinas y construir infraestructura dentro de los territorios. La autora señala igualmente como algunas fuentes p rivadas de inversión y la Agencia Judía habían gastado y a p ara ese entonces millones de dólares en carreteras, lín eas eléctricas, tubos y pozos de agua, sistemas de irrigación y en vivienda pública y p rivada dentro de los territorios, y cuy os beneficios serian exclusiv amente p ara los colonos israelíes. En general, M osley estaba en lo correcto cuando afirmaba, ya hace más de 30 años, que “el p rop ósito de la p olítica de asentamiento israelí es auto-evidente:. 19.

(20) los asentamientos han sido diseñados p ara p revenir que el territorio vuelva alguna vez a manos del control árabe” (Otoño, 1977, p . 35).. Uno de los casos más rep resentativos de las contradicciones entre el Estado de Israel y los asentamientos se da en 1979. El 5 de junio el ejercito confiscó unos 700 dunams de tierra (700.000 metros cuadrados) con p rop ósitos militares, p ertenecientes al p ueblo palestino de Rujib situado al sudeste de la ciudad de Nablus. Dos días desp ués de la orden se inició la construcción del asentamiento de Elon Moreh en la tierra confiscada. En objeción a esto, los dueños de la tierra ap elaron a la Corte Sup rema de Justicia argu mentando que la confiscación era ilegal y a que el ejército la basaba en necesidades de seguridad mientras que la tierra estaba realmente siendo utilizada p ara la construcción de un nuevo asentamiento. La rép lica de la corte, como había sido en casos similares, fue que el establecimiento del asentamiento era en verdad requ erido p ara p rop ósitos militares. En resp uesta, los mismos colonos del grup o de Elon Moreh presentaron un memorando en donde rechazaron la interp retación de que la confiscación seria temporal y para p rop ósitos militares. Los colonos dejaron claro que su intención era la de establecer un asentamiento civil perman ente, fundado con p rop ósitos ideológicos y p olíticos. Esto por supuesto contradecía lo que sostenía el Estado. La Corte terminaría pronunciándose en contra del establecimiento del asentamiento en esta tierra y declarando que el uso del argu mento de que las tierras habían sido “confiscadas con p ropósitos militares” era inconsistente. De ahí en adelante, el Estado de Israel fue forzado a dejar de usar el argu mento de “confiscación con p ropósitos militares” como med io p ara ap oderarse de tierra que era prop iedad p rivada Palestina p ara la construcción d e asentamientos (Peace. 20.

(21) Now, 2006. Zertal, Idith & Eldar, Akiva, 2007). Este caso, sin duda, saca a relucir la ilegalidad de todo el fenómeno de los asentamientos y la forma en que el Estado se ap rovechó de los p alestinos bajo el argumento de la segurid ad. “Como consecuencia de los acontecimientos de 1967 y posteriores, el problema palestino ganaría tal reconocimiento que éste no podría ser ignorado por más tiempo. La ocupación de los T erritorios Palestinos pondría a Israel de frente cara a cara con una larga y movilizada población Palestina. Las actividades de la Organización de Liberación Palestina (OLP) harían de ésta y sus reclamos una causa reconocida mundialmente” (Ram, Uri. 1993, p. 56).. La p erpetuación de la ocup ación durante veinte años sobre los Territorios Palestinos desató la p rimera insurrección civil Palestina contra el Estado de Israel en 1987, la llamada p rimera In tifada. Esta ap lastó la ilusión de coexistencia entre los ocupados y ocup antes y así salió a la luz el d año que con el tiemp o alcanzó el régimen militar en los territorios, la continua op resión y la exp lotación a la p oblación Palestina. La Intifada demostró la fragilidad d e los asentamientos y desterró comp letamente y de una vez p or todas el argumento de la segurid ad y a que los colonos se convirtieron en una carga p ara la segurid ad de Estado. Los p alestinos se mostraron entonces cansados d e tolerar las injusticias cometidas contra su p rop iedad y contra su forma de vida en los territorios.. 21.

(22) La Radicalización de la Ocupación: el argumento religioso. Las motivaciones religiosas llev aron al establecimiento de un a p osición aún más extrema frente a los territorios de Cisjordan ia. Al lado del argumento de la seguridad floreció uno mucho más fuerte y el cual ocup ó un lugar p rimordial en cuanto al p roceso de asentamiento en las tierras. Este consiste en el argumento meta-histórico y religioso basado en la “redención del Antiguo Hogar Bíblico de Israel”. Con la conquista de los nuevos territorios, p ara muchos judíos tuvo primacía la idea de que se había retornado a las tierras del corazón del lejano Estado Hebreo y de esta man era se impuso la idea de que la soberan ía Israelí sobre éstos era algo comp letamente legítimo.. La guerra d el 67 p rovey ó imp ulso a las “políticas mesiánicas” dentro de la sociedad Israelí y así se dio la emergencia de una fuerza social extra-p arlamentaria nacion alreligiosa cuy os ideales fueron determinantes en cuanto a la p erp etuación de los enfrentamientos en la región y que dieron lu gar a una escalada d el conflicto y a existente. Se trata de Gush Emunim (The Bloc of The Faithful), el movimiento que aboga p or la soberanía israelí en los Altos del Golán, Gaza y Judea y Samaria (Cisjordania), y el cual 13. fue el princip al p romotor de los asentamientos en el territorio . Su visión llevó al establecimiento de comunidades civiles dentro del corazón de las tierras p alestinas debido a que según éstos, aquellas p ertenecen realmente al legend ario Estado bíblico de Israel. A p esar de que Gush Emunim solo se establece oficialmente como mov imiento hasta el año 1974, la “camp aña p or la redención” del legendario Estado bíblico de Israel. 13. Ver Gush Emunim en: http ://www.knesset.gov.il/lexicon/en g/gush_em_en g.htm 22.

(23) se inició desde los primeros días desp ués de la gu erra y fue liderad a p or aquellos individuos que luego constituirían la cab eza de ésta organización, la cual se convirtió en “el movimiento p olítico más sofisticado, influy ente y p eligroso que se h a dado desde la creación del Estado de Israel” (Zertal, Idith & Eldar, Akiva, 2007, p. xx).. La ideo lo gía de esta nueva fuerza nacionalista está basada en un sionismo maximalista, el cual aboga p or la consolidación de un Estado judío en todo el antiguo reino hebreo de la “Gran Tierra de Israel”. Además de esta p osición maximalista, es imp ortante destacar el carácter fund amentalista y religioso d e este movimiento que tiene sus raíces en el pensamiento y las ideas del rabino Abrah am Isaac Hacohen Kook y en las interp retaciones de su hijo Tzvi Yehuda Kook. Según el p ensamiento de estos rabinos, no existen tierras árabes en la región Palestino/Israelí ya que todas hacen p arte de la tierra bíblica de Israel y p or tanto la soberanía sobre cada p edazo de tierra en esta zona pertenece únicamente al p ueblo judío (Will, 1982, p. 40). De ahí que p ara esta corriente de p ensamiento el establecimiento del Estado israelí en 1948 sería simp lemente un p ilar para el comienzo de la “redención” del Estado Bíblico de Israel y p or tanto, la política como tal solo era vista p or estos individuos como una h erramienta cuando ésta servía a sus p ropósitos o como un obstáculo qu e tenía que ser p asado p or alto cuando se oponía a estos. De esta manera, el movimiento se consolidó como una fuerza de carácter nacion al extra-p olítico que no se introdujo como un nuevo p artido oficial a la p olítica sino que se mantuvo al margen de ésta para p oder conseguir sus objetivos de cualquier man era y hasta p asando por encima del Estado, sus instituciones democráticas y de la misma ley .. 23.

(24) Una de las muestras de la capacidad de Gush Emunim y de su modo de acción p rimario de asentamiento físico actual en el territorio fue el establecimiento del en clav e de Hebrón en 1968, uno de los casos más controversiales en cuanto al fenómeno de los asentamientos. Bajo el lid erazgo del rabino M oshe Levinger (uno de los líderes más imp ortantes del movimiento) un grupo de gente se introdujo en una misión religiosa y “guerrera” que terminó demostrando la gran cap acidad de los colonos israelíes p ara p asar por encima de cu alquier autoridad. Este grupo de gente p idió p ermiso tanto al gobierno Israelí co mo al ejército y al alcalde de Hebrón, el sheik M uhammad Ali Jabari, p ara p asar la noch e de p ascua en la ciud ad donde se encuentra la v enerad a Tumba de los Patriarcas. Cabe recalcar que estaba p rohibido en esa ép oca que civiles israelíes se quedaran en Cisjordania lu ego de que cayera la noche. El grup o se hosp edaría en el Park Hotel de Hebrón y sup uestamente p artiría en la mañana. Así, convencido por la p etición de este grup o de religiosos, el alcald e acep tó la p etición y suministró el permiso p ara que estos realizaran la ceremonia en su ciudad. Al día siguiente, el grup o declaró que h abía llegado para quedarse y p ara renovar el enclav e jud ío en Hebrón qu e hab ía existido hasta 1929 (Zertal, Idith & Eldar, Akiva, 2007, p. 19). De esta manera se estableció un barrio judío en todo el corazón de una ciudad árabe. La primera resp uesta p or p arte de la p oblación local fue la p rotesta frente a los intrusos y la escalada de la situación hizo necesario que una gran cantidad de fuerzas militares fueran convocadas p ara controlarla y p ara proteger a los ciudad anos israelíes. Los co lonos de este enclave se caracterizaron de ah í en adelante p or su hostilidad frente a la p oblación lo cal y esta localidad se conv irtió con el tiemp o en una fuente interminable de confrontaciones entre judíos y p alestinos que está visible hasta el día de hoy .. 24.

(25) Para Gush Emunim, “los palestinos no eran más que una manifestación moderna de los Cananitas y Amalequitas. [En tiempos bíblicos] contra los Amalequitas había una orden de venganza para matar todo hombre, mujer y niño. Por otro lado a los Cananitas se les darían tres opciones: quedarse bajo los términos de Israel, irse o hacer la guerra” (Will, 1982, p. 41).. Esto sin duda demuestra la visión cerrad a que el movimiento tiene frente a los p alestinos. Esta visión jugó un pap el determinante en cuanto al conflicto local. Gush Emunim se prop orcionó el lujo de confrontar directamente al pueblo palestino e hizo exp lícita su posición que apuntaba a la idea de sup lantarlos. Así, en los territorios se construy ó una cultura basada en el desp recio del “otro” empezando p or la posición de la may oría d e los colonos frente a la p oblación nativa Palestina. Con el p asar de los años, los p alestinos comp rendieron que los jud íos de los asentamientos se negaban a reconocer del todo su identidad y su derecho a “ser”, lo cual generó que la hostilidad frente a los “otros” fuera la única mon eda con la que se negociaría en la región. La o cup ación de los Territorios Palestinos se convirtió así en el camp o de batalla del conflicto p alestino-israelí y extin guió gradualmente las posibilidades de conviv encia entre ambas comunidades debido a la constante confiscación de más y más tierras p alestinas, a la hostilidad de los colonos frente al p ueblo p alestino y a la falsa creencia p or parte de la narrativa israelí de que ésta era una ocup ación legal, ilu minad a y benevolente.. En los noventas, los antagonismos en los asentamientos se hicieron más arduos y el movimiento de colonos demostró su incap acidad p ara hacer frente a la iniciación de un proceso de p az (las negociaciones de Oslo). Esto se puede afirmar a p artir de dos hechos violentos con los cuales los habitantes de los asentamientos y su ideología se encuentran. 25.

(26) directamente relacionados. El primero seria la masacre de Baruch Goldstein en la Tumba de los Patriarcas (1994) y el segundo el asesinato de Isaac Rab in (1995). El p rimer h echo es una muestra directa del nivel al que llegó la v iolen cia en los asentamientos. El 24 de Febrero de 1994 Baruch Goldstein entró a la Tumba de los Patriarcas, santuario sagrado tanto p ara judíos como p ara musulmanes, y abrió fuego contra las p ersonas que rezaban en esta ocasión, p or sup uesto árabes, matando a 29 e hiriendo más d e 100. Este hecho desató una serie de confrontaciones entre israelíes y palestinos alrededor de todo Cisjordania y de Gaza que adhirió más perdidas humanas p alestinas a las cuentas (Sp rinzak, Ehud. 1998). El 4 de Noviembre de 1995 en Tel Aviv, las esp eranzas p ara aislar la vio lencia y las p osibilidades de avanzar hacia la p az serían destrozadas cuando el noveno Primer M inistro de Israel Isaac Rabin (del Partido Laborista) fuera asesin ado p or Yigal Amir. El asesino fue p roducto del mismo ámbito cultural de Gush Emunim y de las corrientes extremas religiosas que se dieron en Israel. Este hombre hacía p arte de aquellos que se op onían a la devolución de la soberanía en los territorios ocup ados a los palestinos y estaba en contra de las nego ciaciones d e p az que había iniciado Rabin con la OLP. Este acto es la exp resión más extrema de violencia p olítica que se ha d ado en Israel y marcaría h asta nuestros días la situación, p ues desde ese entonces la d erech a ha logrado mantenerse en el p oder y las posibilidad es de n egociación entre las p artes en conflicto se han cerrado consid erablemente. Lu ego de estos dos imp ortantes hechos se dio un nuevo boom en cuanto al crecimiento de los asentamientos. Se establecieron más de cien desp ués de 1995 y esto se hizo bajo los ojos d e la recién formada Autoridad Nacion al Palestina la cu al obtuvo el control sobre algunas p artes de Cisjordania.. 26.

(27) Mecanismos de Apro piación de Tierras en Cisjordania: el argumento legal. Para entender el mecanismo de ap rop iación de tierras en Cisjordania se debe tener en cuenta que durante los dos siglos p asados este territorio estuvo bajo el dominio d e cu atro poderes diferentes: el imp erio Turco-Otomano, el Imp erio Británico, los Jordanos y los Israelíes. Cada uno de estos dejo una huella administrativa y legal que juega un p ap el significante en la realidad legal actual hoy en día.. Desde 1967 Israel ha hecho uso d e la legislación otomana d el siglo XIX p ara declarar tierras como “tierras del Estado”. De acuerdo con esta ley , todas las tierras son consideradas “tierras del Estado” a menos de que se comp ruebe lo contrario y p ara registrarlas como p rop iedad p rivada se deben trabajar durante p or lo menos 10 años. Si la tierra no ha sido registrada, quienes la trabajen y p aguen imp uestos sobre ellas, son considerados prop ietarios. Bajo esta ley también, si no se ha hecho uso p ráctico de la tierra durante tres años consecutivos, ésta se convierte en “tierra del Estado”. Israel también ha explotado el hecho de que durante el p eríodo otomano muy p ocos p edazos de tierra de Cisjordan ia fueron formalmente registrados p or un p rop ietario esp ecífico. Bajo el mandato británico y el jordano se inició un proceso de registro de tierras a los camp esinos y residentes que eran dueños de casas construidas en estas. En 1968, el Estado de Israel p aró el p roceso de registro en virtud de un a ord en del ejército que buscaba p revenir que se vio laran los derechos de los p rop ietarios (Peace Now, 2006). Sin embargo, en realidad, éste mandato d ejó miles de kiló metros cuadrados d e tierras fértiles sin registrar que eventualmente fueron declaradas “tierras del Estado”. Así, grandes. 27.

(28) porciones de tierra en Cisjordania fueron declaradas “tierras del Estado” por el hecho de no haber sido cultivad as.. Además de la declaración d e mu chas tierras co mo “tierras del Estado”, existieron otros métodos administrativos a través d e los cuales Israel se hizo al control de tierras de Cisjordania. Uno de los princip ales medios p ara adquirir tierra p rivada fue la “confiscación con p ropósitos militares” de la que y a se habló anteriormente y a partir de la cu al se generaron muchos de los asentamientos que existen hoy día. Israel h a faltado al derecho de p ropiedad de miles de p alestinos confiscando y ap oderándose de mu chas de sus p ropiedades y levantando en ellas diversos asentamientos. La prop ia información del Estado demuestra que sucesivos gobiernos a p artir de 1967 iniciaron la construcción y exp ansión de los asentamientos en tierras que se sabía p ertenecían a p alestinos individuales violando así la misma ley israelí, p uesto que ésta debe resp etar también el derecho p alestino a la p rop iedad mientras que Israel tenga la jurisdicción sobre los territorios.. En el año 1977 llegó p or p rimera vez al p oder la d erech a en el Estado de Israel. Esto tuvo rep ercusiones inmensas p uesto que de ahí en adelante se hizo oficial la p olítica de la no devolución d e las tierras de C isjordania y se dio lu gar a un a desaforad a colon ización de la región en la que p articip aron directamente instituciones del Estado. M enachem Begin, el Primer Ministro electo en este año demostró su ap oy o a los colonos de man era d irecta declarando que los territorios eran los territorios liberados que p ertenecían al p ueblo judío y declarando totalmente legales unos cu antos de los asentamientos (Zertal, Idith & Eldar,. 28.

(29) Akiva, 2007, p. 55). De esta manera, se hicieron más evicciones a los palestinos y se continuó con la exp ansión de los asentamientos en tierras palestinas de manera descontrolada y haciendo caso omiso frente a la existencia del derecho p alestino a la libre-determinación y cerrando cad a vez más las posibilidades para la emergencia en estas tierras de cualquier forma de Estado Palestino. Para este año existían ya 48 enclaves en Cisjordania y Jerusalén Oriental y muchos de estos fueron cimentados en tierras exp rop iadas a la p oblación p alestina directamente. Además de esto existían 25 asentamientos en los altos del Golán forjados la mayoría sobre p ueblos sirios destruidos en la guerra del 67 (M osley , 1977). Los hechos en el suelo fueron contundentes. Israel se exp andió justamente sobre territorios que no le p ertenecían bajo la ley internacional y adop tó una p olítica p ara la expansión de su soberanía estableciéndose p or la fuerza como la p otencia territorial domin ante en la región.. Es imp ortante resaltar aquí que no toda la sociedad israelí está de acuerdo con la ocup ación de Cisjordania. El movimiento Peace Now se creó en 1978 y desde el princip io, ésta organización recono ció al p royecto de asentamiento judío en los territorios palestinos como el p rincip al obstáculo p ara alcanzar la p az. Su lucha se con centra en demandar el alto a la construcción de nu evos asentamientos. La organ ización Peace Now prop one en la actualidad que es imp erativo entregar Cisjordania a la Autoridad Nacional Palestina y que el au mento de las colonias solo ay uda a aumentar las tensiones. Pea ce Now p osee un equip o dedicado a mostrar al p ublico lo qu e está ocurriendo en los asentamientos judíos y su misión es proveer datos e información constantemente y a que “p ara asegurar el futuro de Israel co mo un Estado judío demo crático, d ebe estar entre los. 29.

(30) 14. intereses más imp ortantes de Israel hacer un alto a la construcción d e asentamientos” . Asimismo, muchos p rofesores universitarios e intelectuales israelíes se han p ronunciado en contra de los asentamientos a través del tiemp o. Para estos, las consecuen cias d el fenómeno de los asentamientos sobre las p osibilidades de conseguir la p az son obvias y esto no solo ha tenido rep ercusiones frente a los palestinos sino frente a los todos los países árabes del M edio Oriente y frente al mundo entero y a la comun idad internacional: la ocupación consiste p ara éstos, el más grave p eligro p ara la legitimidad de la democracia israelí frente al mundo.. Según un informe de Peace Now. 15. (2006), los asentamientos están construidos en un 40%. sobre tierras p rivadas Palestinas. M ás de 3400 edificios en los asentamientos han sido levantados sobre tierras cuy os p rop ietarios son p ersonas palestinas. El Estado de Israel realizó toda esta emp resa conscientemente y p or tanto fue un violador de su p rop ia ley durante los años y a que violó los derechos de p rop iedad p rivada que según ésta deberían ser respetados. Además, todo el fenómeno de los asentamientos es consid erado comp letamente ilegal por la comunidad internacional y constituy e una violación a varias premisas de la ley internacional. Según esta ley, todos los asentamientos israelíes existentes en Cisjordania y Jerusalén Oriental son comp letamente ilegítimos y cualquier intento de anexarlos y anexar la tierra dond e están construidos es p or tanto ilegal. Tan solo en 1979 la ONU condenó estos hechos y declaró la invalidez legal de todos los asentamientos que hasta ese entonces habían sido establecidos p or Israel. 14. Tomado directamente d e la p ágina d e la Organización Peace Now: http ://www.p eacenow.org.il/site/en/p eace.asp?p i=43 15 Organización Peace Now, (Octubre, 2006). Breaking the Law in the West Bank-One violation leads to ano ther: Israeli Settlement Bu ilding on Private Palestinian Property. 30.

(31) Es también importante resaltar aquí que aunqu e el Estado de Israel ha confiscado h asta hoy casi el 50% de Cisjordan ia, este nunca h a anexado este territorio oficialmente, dejando su estatus como “despojos de la guerra”. Esto le ha p ermitido actuar bajo el gobierno militar que fue imp uesto en la zona desde 1967 y bajo la p remisa de que éstos son sus “territorios administrados”. Bajo este marco se han realizado incontables confiscaciones de tierras bajo p ropósitos militares dentro de Cisjordania. Israel ha actuado, desde hace y a más de cuarenta años de ocupación, haciendo caso omiso de la ley internacional y las limitaciones que ésta imp one sobre los cambios que una potencia ocup ante p uede hacer en territorios ocup ados. Además de esto, Israel no h a resp etado a la población habitante de estos territorios y se ha dedicado a limitar sus derechos y beneficios.. Los últimos 10 años han estado marcados por la recurrente vio lencia entre p alestinos e israelíes. A p esar de la retirada de Gaza en el 2005, la cual sería una fachada p ara 16. continuar con el régimen de o cup ación en C isjordania , la paz se encuentra cada vez más lejos de instaurarse. Israel tomó la decisión de lev antar un muro en C isjordania an exando muchos territorios más allá de la línea verde y algunos asentamientos, encerrando al pueblo palestino definitivamente. Este muro fue conden ado p or la Corte Internacional de Justicia pero Israel continúa con su construcción a pesar de esto. El futuro del conflicto aún es incierto y mientras tanto, Israel no ha detenido la construcción de asentamientos ni en Cisjordania n i en Jerusalén Oriental. Esta aún p or verse cómo evolucionará la. 16. A p esar de la retirada de los asentamientos de Gaza, el bloqueo militar israelí sigue en pie hasta nuestros días y los p alestinos se encuentran encerrados bajo la matriz de control israelí. 31.

(32) situación en los años venideros y mientras tanto, solo una cosa es segura, la sociedad Palestina segu irá p or ahora estando sometida al control del Estado de Israel.. El con gelamiento de la construcción de asentamientos es la demostración que el mundo está esperando de p arte de los israelíes. Esto demostraría que este p aís no es un Estado exp ansionista y seria el p rimer p aso para que así como la OLP recono ció el derecho de Israel a existir, Israel demostrara que reconoce el derecho de los p alestinos a tener un Estado prop io donde poder sentirse en casa y en p az y en donde éstos p odrían moverse libremente sin nin guna limitación. Para esto, el estatus de Cisjordania d ebe camb iar: d ebe pasar a manos de la soberan ía Palestina.. 32.

(33) Conclusiones El fenómeno de los asentamientos como pilar de la intractability del conflicto y como motor del odio mutuo “La cuestión del Estado palestino es una exigencia natu ral ya que éste se convertirá en el representante y protector del pueblo palestino, es la aspiración de m illones de ellos y se enmarca en la historia mundial: en el surgimiento de los Estados-Nación. Se trata del derecho inalienable a la auto-determ inación” (Bosemberg, 2009).. El p ueblo Palestino ha sido culp ado por la narrativa historiográfica conven cional israelí de ser el resp onsable de su p rop ia tragedia p or no haber acep tado la Resolución 181. 17. de. la ONU p ara la Partición de Palestina en 1947 siendo qu e en su momento, el rechazo p or parte de estos a la p artición se debió a una razón de facto que no todo el mundo conoce. A la hora de la p artición, los judíos de Palestina, quienes constituían menos de un tercio de la p oblación del p aís, eran p rop ietarios en total de menos d el siete p or ciento de las tierras, mientras que los árab es/p alestinos eran dueños de la gran may oría de estas. Sin embargo, la resolu ción de la ONU concedió a los judíos el 55,5 p or ciento del área total de Palestina y a los árabes/p alestinos el 45,5 p or ciento restante (Khalid i W., 1997). Esta injusticia legal contra la p rop iedad p rivada Palestina fue la razón del rechazo a la partición p or parte de los árabes/p alestinos y fue también el motivo de la consecuente Primera Guerra Árabe Israelí de 1948-1949, guerra que los israelíes cono cen como la Guerra de Independencia y que los Palestinos conocen como Al-Nakbah (La Ca tástrofe),. 17. Esta resolución fue la p rimera de muchas en cuanto al conflicto israelí-p alestino y destinaba el territorio de la Antigu a Palestina p ara ser dividido entre judíos y árabes/palestinos luego de que acab ara el M andato Británico en la región. 33.

(34) para referirse al éxodo masivo d e p alestinos ocasionado p or la escalada de la v iolencia en 18. la región y p ara recordar el nacimiento del p roblema de los refu giados .. Este hito marcaría el inicio oficial del conflicto Palestino-Israelí. De ah í en adelante, la cuestión Palestina ha qued ado en el aire y el Estado de Israel se ap rovechó de la situación de 1967 p ara intentar extinguir las posibilidades de emergencia de cu alquier forma de Estado Palestino conquistando y colonizando no solo las p ocas tierras p ertenecientes legítimamente a este pueblo, sino actuando también co mo si éste no existiera n i tuviera un derecho legitimo para hab itarlas. Esta es la razón p rimordial p ara considerar el fenómeno d e asentamiento israelí como un p ilar esencial d e la intractab ility d el conflicto israelí-palestino. Las políticas de asentamiento israelí confirman la negación p or parte de Israel de reconocer a la Nación Palestina y sus derechos, han ocasionado que las identidades se reconfiguren a través d e gen eraciones como las de “ocup antes” y “ocup ados” y han terminado germinando más odio entre ambas socied ades. La situación actualmente ha llegado al punto en el que toda acción israelí p ara acabar con el terrorismo es percibida p or los p alestinos como un acto p ara p rofundizar la ocupación y perp etuar su control, mientras que cualquier intento p alestino a resistirse a la ocup ación es visto p or Israel como un acto de terrorismo. Esto resalta el carácter de juego de suma cero en el que se h a convertido el conflicto y las razones p or las que casi se ha erosionado totalmente el esp acio para que la p olítica se dé entre las p artes.. 18. Ver UNRWA: the United Nations Relief and Works A gency for Palestine Refu gees in the Near East. Disp onible en http ://www.unrwa.org/index.p hp 34.

(35) La p rolongación de la ocup ación durante generacion es ha arraigado la hostilidad como un factor común a la id entidad y a la forma de v ida d e ambas sociedades y la realidad en Cisjordania se ha convertido en el caldo de cultivo p ara el surgimiento de nuevos antagonismos. Luego de y a más de 40 años de conflagraciones (desde la llegada d el fenómeno de los asentamientos de Cisjordania) ambos p ueblos parecieran no cono cer más que ese estado de guerra p erp etua frente al “otro” y ambos p ueden declararse las “víctimas” de los “otros” y a que la violencia ha sido recurrente en diversas formas y de ambos lados sea p or la razón que sea. Deb ido a esto, las persp ectivas de los actores en conflicto se han vuelto irreconciliables y el odio entre las partes se ha agudizado y se ha arraigado en las nuev as generaciones co mo algo innato.. El Estado de Israel op tó p or la p olítica de asentamiento en Cisjordan ia y no consideró las rep ercusiones que ésta tendría sobre la sociedad p alestina que allí habitaba, ni sobre su prop ia sociedad. Hoy se p uede afirmar que ésta p olítica aún existente es la causa primordial de la imp osibilidad de llegar a una solu ción d efinitiva al conflicto p alestinoisraelí ya que se trata de dos naciones comp itiendo p or la estadidad, p or tener una tierra en donde sentirse en casa y donde imp ere la soberanía p ropia de cada una; no donde una potencia se imp onga sobre unos y los declare condenados a someterse a ella. La ocup ación israelí h a p erp etuado la violen cia en C isjordania y es una mu estra de violencia en sí misma p or la forma como fu e concebida y p or el carácter como ésta se encuentra plasmada actualmente. La ocup ación p or p arte de Israel de las tierras p alestinas ha sido un motor del odio mutuo, de la ven ganza y de la violencia gracias a qu e la realidad en la tierra no ha sido aquella de la subordinación de p arte de los palestinos quienes se. 35.

(36) encuentran p risioneros en este juego sino que estos han optado p or adap tarse a esta situación manteniendo una constante lucha p or la emancip ación y por la libertad combinando diversas formas de p rotesta y de atacar a Israel. Esto trae a la luz las razones por las que la violen cia ha llegado a un circulo v icioso en la región que y a no se d ebe tolerar más.. Los Palestinos, quienes hoy en d ía abo gan por obtener su indep endencia como EstadoNación, han debido interactuar y enfrentar a los p oderes hegemónicos que han emergido en la región a través de la h istoria y la balanza de poder nunca ha estado a su favor. A pesar de esto, es esencial esclarecer aqu í que éste p ueblo p osee el derecho a su libredeterminación y con b ase a este derecho, a d eterminar libremente su condición p olítica y 19. a op tar por su desarrollo económico, social y cultural . Tal co mo el p rofesor Bosemberg lo señala (2009), los asentamientos son uno de los cuatro p untos que se deberían tratar en cualquier negociación de p az entre israelíes y palestinos. Los otros tres son: el Estado Palestino (fronteras definitivas y soberanía), la cuestión de los refugiados Palestinos y el problema de Jerusalén. Se p odría afirmar que el fenómeno d e los asentamientos es el may or obstáculo en cu anto al proceso de p az p ues si éste sigue en pie, no habrá tierras ni lugar en donde establecer un Estado Palestino bien definido, no h abrá p or tanto esp acio para que muchos de los refugiados p alestinos regresen ni tierras p ara que estos se asienten en ellas y Jerusalén Oriental seguirá siendo o cupada p or Israel y sus barrios ilegales. Lo p rimero a resolver es cual será el territorio de facto donde va a imperar la 19. Declaración de la Oficin a del Alto Comision ado p ara los Derechos Humanos sobre la Concesión de la indep endencia a los países y p ueblos coloniales, (Resolución 1514 (XV) de la Asamblea General, de 14 d e diciembre de 1960). Disp onible en: http ://www2.ohchr.org/sp anish/law/indep endencia.htm 36.

(37) autonomía y soberanía Palestina, y p or eso los palestinos también se han mostrado intransigentes pues no están disp uestos a aceptar la existencia de enclaves israelíes en su territorio.. El fenómeno de los asentamientos ha agravado por donde se lo mire el conflicto palestino-israelí, ha deteriorado la situación de la sociedad Palestina y sin duda ha sido un pilar p rimordial de la intractability del conflicto. Israel ha sido intransigente a p esar de que el mundo entero y la comunid ad internacional son testigos de la ilegalidad con la que se ha forjado la emp resa de los asentamientos. Estados Unidos, el tercer p artido más imp ortante en cuanto a este conflicto no h a sido lo suficientemente sensato frente al asunto y ha dejado que la situación evolucion e sin impedir su complicación. Este fenómeno deb e ser arrancado d e raíz p ara que las p osibilidades d e tener dos Estados legítimos p uedan resurgir y p ara esto es necesaria una may or p resión internacional hacia el Estado de Israel quien tiene bajo sus manos el control de la situación. De lo contrario, el escenario solo seguirá su curso y las confrontaciones solo se agud izaran más. Esto es inacep table en un mundo donde d eberían imp erar los d erechos humanos para que todas las socied ades que lo habitan puedan ded icarse a h acer de sus vid as el p royecto que estas quisieran que sea, económica, social y culturalmente. Se trata de p ermitir el florecimiento del capital humano y de convivir en paz p ara ap rovechar p lenamente los pocos años que venimos a hacer p arte como ciud adanos de la tierra.. La p rolongación del fenómeno de los asentamientos ha generado una cantidad de hechos que han agudizado el odio entre ambas sociedad es. Bajo este fenómeno han crecido. 37.

(38) gen eraciones enteras d e israelíes y p alestinos quienes se ven delimitados por las identidades de ocup antes y ocup ados, op resores y op rimidos. La p erp etuación de la ocup ación ha arrasado a través d el tiemp o con la p osibilid ad de construir un Estado Palestino contiguo y de establecer de una vez p or todas los p rimeros cimientos p ara emp ezar a construir la p az en el M edio Oriente. Israel como p otencia se ha jactado de su gran p oderío militar para mantener todo “bajo control” y continuar con su régimen a pesar de las visibles consecuencias negativas que esto ha traído sobre su reconocimiento a nivel internacion al y a p esar del gran criticismo que estas circunstancias han suscitado. Es hora de empezar a trabajar en el reconocimiento de los “otros” y de ver lo irracion al que es el mantenimiento de s ituaciones que p erp etúan la violencia. El fenómeno d e los asentamientos rep resenta un “tumor benigno” p ara el Estado de Israel y para su democracia y a que entre las tareas esenciales de todo gobierno se encuentra la de hacer cump lir la ley y p roteger la v ida, la prop iedad y los derechos de todas las p ersonas bajo su autoridad. Para Israel esta obligación ap lica no solo p ara los ciudadanos israelíes que viven dentro del Estado de Israel y en los territorios bajo su control sino tamb ién para los ciudadanos p alestinos que viven en los territorios ocup ados p or este país. Por eso, mientras Israel continué ocupando los Territorios Palestinos deberá velar p or que la realid ad que imp ere en la región sea la de la ley y la justicia p ara todas las p ersonas que la habitan p or igu al.. 38.

(39) Anexos IV. Convenio de Gine bra del 12 de agosto de 1949 relativo a la protección de bida a las pe rsonas civiles en tiempo de gue rra • • • •. Aprobado el 12 de agosto de 1949 por la Conferencia Diplomática para Elaborar Convenios Internacionales destinados a proteger a las víctimas de la guerra, celebrada en Ginebra del 12 de abril al 12 de agosto de 1949. Entrada en vigor: 21 de octubre de 1950. Firmado por Israel: 08.12.1949 Ratificado por Israel: 06.07.1951. SECC IÓN III - Te rritorios ocupados Artículo 49 - Deportaciones, traslados, evacuaciones •. Los traslados en masa o in dividuales, de índole forzosa, así como las deportaciones de personas protegidas del territorio ocupado al territorio de la Potencia ocupante o al de cualquier otro país, ocupado o no, están prohibidos, sea cual fuere el motivo.. •. Sin embargo, la Potencia ocupante podrá efectuar la evacuación total o parcial de una determinada región ocupada, si así lo requieren la seguridad de la población o imperiosas razones militares. Las evacuaciones no podrán implicar el desplazamiento de personas protegidas más que en el interior del territorio ocupado, excepto en casos de imposibilidad material. La población así evacuada será devuelta a sus hogares tan pronto como hayan cesado las hostilidades en ese sector.. •. La Potencia ocupante deberá actuar, al efectuar tales traslados o evacuaciones, de modo que, en la medida de lo posible, las personas protegidas sean acogidas en instalaciones adecuadas, que los desplazamientos se lleven a cabo en satisfactorias condiciones de salubridad, de higiene, de seguridad y de alimentación, y que no se separe, unos de otros, a los miembros de una misma familia.. •. Se informará a la Potencia protectora acerca de los traslados y de las evacuaciones tan pronto como tengan lugar.. •. La Potencia ocupante no podrá retener a las personas protegidas en una región particularmente expuesta a los peligros de guerra, a no ser que la seguridad de la población o imperiosas razones militares así lo requieran.. •. La Potencia ocupante no podrá efectuar la evacuación o el traslado de una parte de la propia población civil al territorio por ella ocupado.. 39.

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