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Seccion2 La Vagina en Un Pedestal - Bobby Rio

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Academic year: 2021

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Sección 2

La Vagina En Un Pedestal

Por

Bobby Rio

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Estamos listos para comenzar la siguiente sección de El Paradigma del Seductor. En esta sección vamos a hablar sobre la idea de quitar a las mujeres y sus vaginas del pedestal. Muchas personas escucharon esta frase por primera vez en una escena de la película Virgen a los 40, en la que uno de los personajes le dice a Steve Carell “¿Sabes cuál es tu problema? Pones a la vagina en un pedestal”. Creo que esa línea identifica a muchos de los hombres que luchan por atraer a la mujer que quieren. Y esa es la idea, que ponen a la mujer y a su vagina en un pedestal. Lo que quiero decir con poner a una mujer o a la vagina en un pedestal, es que hay tipos que tratan a las mujeres, al sexo y a la vagina como si fueran fuerzas divinas inalcanzables. Cuando en realidad tan sólo son un objeto más, una cosa más, una persona más, algo que existe al igual que nosotros.

Recuerdo cuando era más joven, antes de perder mi virginidad, que la idea de meter mi pene adentro de una mujer me resultaba demasiado extraña. Solía pensar en ello, y ni siquiera alcanzaba a comprenderlo. Había acumulado tanto en mi mente, que de sólo pensarlo me entraba el cerebro en cortocircuito y no podía siquiera desentrañarlo. Cuando pones a la vagina en un pedestal, lo que pasa es que pones a una mujer a una altura demasiado elevada como para alcanzarla. Significa que estás construyendo un muro imposible de escalar. Y muchos tipos, de los que vamos a hablar hoy, de los que venimos hablando en este programa, han quitado a la mujer del pedestal. Aprendieron de muy jóvenes que las mujeres son igual que los hombres.

Esta idea de quitar la vagina del pedestal es algo de lo que hablábamos siempre con mis amigos cuando recién empezábamos a tratar de resolverlo, y de averiguar por qué a algunos tipos les iba realmente bien con las mujeres mientras que otros parecían luchar toda la vida con eso. Y pudimos determinar que los tipos a los que les iba bien con las mujeres sabían instintivamente que ellas eran igual que ellos. Mi amigo Justin tiene un dicho, que solía usar como consejo cuando sentía que le daba nervios hablar con una chica, o cuando alguno de mis amigos se enamoraba de una chica a la que realmente no conocía aún. Él decía, “recuerda que las chicas van al baño. Esa chica con la que te da miedo hablar se sienta en el inodoro, a veces se constipa, lee la Cosmo en el baño. Aunque yo conocía esta idea de manera instintiva, que las chicas son

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condicionaban a creer que las mujeres son cosas sagradas. Fueran las películas viejas en las que el tipo está perdidamente enamorado de la chica, o las películas de mi adolescencia en las que a la chica le gusta el príncipe perfecto por lo que el chico tendría que hacer algo heroico para ganarla. Ya sabes, el tipo de mentalidad que muchos de nosotros aún cargamos. Incluso aunque sepamos lógicamente que no es la manera que debería ser, tenemos esta mentalidad subyacente de que las mujeres son criaturas divinas. Y necesité de una explosión, digamos, para sacarme esa mentalidad de encima. Me gusta decirle a los tipos que permitan la explosión. Lo que quiero decir es que tienes delante tuyo este mundo imaginario, donde ves a las mujeres y cómo lucen. Las ves allí, todas vestidas y arregladas, y ves la manera en que las representan en las películas y todo eso. Pero no alcanzas a ver detrás de escena. Y cuando llegas a ver detrás de escena, de repente, se produce la explosión y vuelve la realidad. Y toda esa persona en la que creías, repentinamente, queda destrozada en mil pedazos.

En mi caso, la idea de la explosión se produjo en la universidad. Estaba saliendo con una chica que estaba en una fraternidad. Muchas de la chicas de las fraternidades eran muy guapas. Quiero decir que eran la clase de chicas que los tipos del campus se quedaban mirando y con las que querían salir. Eran el tipo de chica que si estuviera en tu clase te pasarías todo el tiempo mirándola, queriendo tener el coraje de invitarla a salir. Así eran estas chicas. Y vivían todas juntas en la casa de la fraternidad. Y como yo estaba saliendo con una de estas chicas, me volví una figura regular allí. Y como que bajaban la guardia delante mío, porque yo era el novio de una de las chicas. Ya no sentían que tenían que impresionarme. Lo interesante era que cuando echas un vistazo al detrás de escena, puedes ver cómo son las mujeres en realidad. Ves a chicas charlando sobre qué tipos probablemente tengan penes grandes, qué tipos serían buenos en la cama, qué tipos probablemente apesten en la cama. Ves a chicas devorando en McDonald's a las 3 AM después del bar, tratando de arreglar sexo casual por teléfono. Ves chicas. Entras al baño y ves las bañeras atascadas con vello púbico. Ves a las chicas sin maquillaje, sin sus vestidos elegantes. Las ves paseándose. Las ves quejándose de que algún tipo no las llama, o preguntándose por qué aquel tipo no quiso besarlas en la cita, o llorando porque un tipo les habría dicho que eran demasiado pegajosas. Quiero decir que puedes imaginar que estas chicas, que sueles mirar fijamente en clase, en realidad son chicas simpáticas. Y no quiero decir que antes no lo fueran, pero uno suele tener esta idea de que son criaturas perfectas, cuando en realidad no lo son. Es un poco gracioso, porque hay un dicho que me gusta repetir, que por cada chica hermosa que hay, tienes a un tipo que está aburrido de tirársela. Al pasar tiempo en sus casas de fraternidad, lo puedes ver por tu cuenta. Puedes ver cómo estas chicas que todo el mundo piensa que son perfectas y que cualquier chico tendría suerte de salir con ellas, en realidad no tienen tanta ventaja. Los tipos que salen con estas chicas, que ya las conocen, no hacen lo imposible por complacerlas. Como que se alejan para hacer que las chicas los persigan. Y estas chicas persiguen. Se comportan hambrientas y pegajosas porque eso es lo que hace la gente. Los hombres y las mujeres persiguen lo que no pueden tener.

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Tener una novia también te permite entrar al mundo oculto de las mujeres, porque cuando llegas a conocer bien a tu novia y ambos se sienten cómodos, comenzarán a compartir cosas sobre sus amigos. Ya sabes, ella te contará sobre sus amigas, te dirá cuál tiene candidiasis crónica, cuál no se depila, cuál está medicada, o cuál sufre de ansiedades o inseguridades serias. Y llega a aprender todo esto sobre las mujeres. Esto es lo que separa a los tipos que son perseguidos por las chicas, de los tipos que se quedan en clase mirándolas, teniendo relaciones imaginarias pero sin tener nunca el coraje de invitarlas a salir. Los tipos que pueden comportarse de manera natural con las mujeres, a los que llamaremos seductores en este programa, hace tiempo que se dieron cuenta de esto. Se dieron cuenta de que la hermosa Pamela de cuarto grado no era tan distinta a ellos. Y nunca la trataron distinto. Por lo tanto, Pamela de cuarto grado tampoco los trataba de manera diferente. Y así es como se crearon su manera de ver el mundo, su paradigma. El paradigma en el que estos tipos viven es que las mujeres y los hombres son exactamente iguales, que las mujeres son tan sólo una extensión de los hombres. Son como tus amigos. Son lo mismo. No son especiales. Y como estos tipos vieron así a las mujeres, toda la vida, ellas nunca los vieron como inferiores. Porque aprendieron a ver a los tipos que las ponen en el pedestal. Un tipo que pone a la vagina en un pedestal de la el poder a la mujer. Y cuando le das el poder a una mujer, ellas comienzan a darlo por sentado. Y comienzan a resentir tu actitud, y a considerarte inferior. Estos tipos nunca le dieron el poder a la mujeres. Así que las mujeres en sus vidas estuvieron siempre admirándolos. Ese paradigma que tienen estos tipos es una manera mucho más poderosa e impactante de conseguir mujeres.

Entonces, ¿cómo es que estos tipos desarrollaron este paradigma y cómo podrías hacerlo tú también? Primero, una de las cosas que siempre recomiendo, y que tiene muchas, muchas, muchas ventajas, es tener amigas mujeres. Verás, estos tipos eran amigos de las pequeñas Suzie, Jennifer y Katie en el patio de juegos. Le hablaban a estas chicas. Llegaron a conocerlas. Bromeaban con ellas. Hay un dicho, sabes, que todo lo que funcionaba en el patio del cuarto grado funciona ahora. Es cierto. Y estos tipos en cuarto grado no se quedaban con los demás tipos, nerviosos por hablarle a las chicas. Estaban hablando y coqueteando con las chicas. Y les daba una idea de naturalidad, de que eso era normal. Así que cuando hablas con estos tipos, estos seductores ni siquiera pueden comprender la idea de asustarse frente a las chicas, o de no saber hablarles, porque les resultaba natural. Y se dieron cuenta a una edad muy temprana de que los chicos en realidad tienen el poder. Puede sonar radical para ciertas personas. Ya sabes, porque los chicos no tienen el poder, porque lo tienen las chicas. No es cierto. Las mujeres tienen poder frente a la vasta mayoría de hombres que las ponen en el pedestal Pero para los hombres que no lo hacen, son ellos los que tienen el poder. Así como expliqué que cuando estaban todas esas chicas en la casa de la fraternidad, había tipos que las ponían en el pedestal Aún así, estas chicas perseguían, rogaban a los tipos con los que salían. Los tipo que comprenden esto adquieren el poder, justamente porque son muy pocos.

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Esta idea de que los hombres tienen el poder se diluye después de la secundaria y la universidad. Pero al terminar la escuela, puedes ver nuevamente que son los hombres los que tienen el poder. He aquí el por qué: porque un tipo gracioso, divertido y atractivo no necesita sentar cabeza. Debes comprenderlo. Generalmente, un tipo gracioso, divertido y atractivo se está divirtiendo demasiado como para pensar en sentar cabeza. Pero una mujer atractiva sabe que tiene una vida útil limitada. Tiene un reloj biológico funcionando. Tiene hijos que hacer. No quiere llegar a ser una treintañera soltera que va de un bar al otro. Simplemente no quiere eso. La sociedad le ha hecho creer que debe sentar cabeza y tener hijos a una edad temprana. Así que estas hermosas jóvenes están más apuradas que los tipos que salen con ellas. Los tipos piensan, “tengo esta hermosa joven, fácilmente podría conseguir otra. ¿Por qué tendría que sentar cabeza con ésta?” La mujer, por el otro lado, piensa “tengo este tipo, es bueno, debería encerrarlo para que se case conmigo y tengamos hijos, y así cumplir el sueño americano”, algo que le inculcaron en la mente de las mujeres. Esto significa que, en última instancia, son los hombres los que tienen el poder. Porque los hombres no están apurados. No tienen un reloj biológico funcionando. Los hombres no hacen bebés, en el sentido de disparar bebés de la vagina. Los hombres no tienen fecha de expiración. No se preocupan si a los 35 años son demasiado viejos como para tener hijos. Así que las mujeres están bajo esta presión particular, que los hombres no tienen. Quiero decir que yo tengo 32 años, y lo observo todo el tiempo. Cuando te cruzas con una mujer de mi edad, una chica con la que quizás fui a la escuela, la chica más linda de la escuela, y la ves ahora, con desesperación en sus ojos, como si se le estuviera terminando el tiempo si aún es soltera. Por otra parte, los tipos que tienen treinta y que les va bien con las mujeres nunca piensan en sentar cabeza. Están ganando dinero, son libres, tienen mujeres para elegir. Esa es la diferencia. Y por eso los hombres tienen el poder.

Cuando iba a la universidad trabajé un tiempo en el restaurante Charlie Brown. Nada cura el mal del pedestal como trabajar de mesero con mujeres. Si estás en un punto en tu vida en el que trabajar de mesero puede tener sentido, a media jornada o a tiempo completo, si estás en la universidad, o si recién la terminas, o si quieres tener un círculo social realmente íntimo, lo recomiendo muchísimo. Verás, nada te curará del mal del pedestal mejor que un trabajo de mesero con mujeres. Porque se estarán viendo en el absolutamente peor momento. Tendrás manchas de guacamole en la camisa. Tu cabello estará alborotado. Olerás como la comida. Estarás corriendo como un pollo sin cabeza tratando de atender tus mesas. Estarás agotado. Y con el caos y el aburrimiento del trabajo se cae lo que yo llamo la máscara social. Es como si los hombres y las mujeres se pusieran una máscara social cuando conocen gente, cuando van a un bar, o en cualquier situación social. Suelen ponerse una máscara. Pero en una situación como la de trabajar de mesero junto con mujeres, esa máscara se cae. Y lo raro es que cuando se quitan la máscara social, las mujeres se pueden enamorar de tipos que nunca hubieran imaginado. Porque no usar la máscara tiene un tipo de comodidad sexy. Noté eso por primera vez cuando trabajaba en un restaurante. No podía comprender por qué algunos de los tipos con los que trabajaba, que no eran buenos con las mujeres, que no eran seductores ni apuestos, que

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carecían de las cualidades que yo suponía las chicas querían de un tipo, se acostaran con muchas de nuestras compañeras, hermosas chicas en realidad. Y no lo pude comprender por mucho tiempo. Lo que finalmente descubrí es que estas mujeres sentían intimidad con estos tipos, porque se veían en el peor momento. Se veían los verdaderos rostros. No se veían con las máscaras sociales puestas. Por eso nos gusta estar con amigos. ¿Alguna vez estuviste con un grupo de amigos, simplemente riéndose y pasándola bien, y de repente llega alguien que no conoces? Entonces sientes como si tuvieras que actuar distinto, de manera apropiada, y tuvieras que cambiar lo que eres. Eso suele suceder cuando las mujeres conocen hombres. Sienten que tienen que cambiar lo que son. Tienen que actuar de manera apropiada. No pueden ser ellas mismas. Y lo hacen porque los hombres las ponemos en un pedestal.

A estos tipos a los que llamamos seductores les va tan bien con las mujeres porque no esperan que sean perfectas. No las ven como seres perfectos. Las ven con todos sus defectos, aún así las encaran. A las mujeres les resulta mucho más atractivo que ser puestas en un pedestal, por un par de razones. Primero, como dijimos, es muy cómodo estar con alguien que te ve como eres y que no te esté poniendo en un pedestal, porque te permite ser tú mismo, igual que cuando estás con amigos. Y así es como se siente la química. Sientes química con alguien con quien te sientas cómodo. Es mucho más fácil sentir esa química con alguien que no te ponga en el pedestal. La otra razón por la que estos tipos son más atractivos que los que las ponen en un pedestal, es que la mujer sabe que el tipo no la ve como un ser perfecto y que aún así la encara. Se siente especial por eso. Siente que un tipo, que tiene muchas opciones, la elige a ella. Aunque vea a través de mis mentiras, sin mi máscara social, e igual me encara. Eso es mucho más atractivo que pensar “este tipo me tiene en un pedestal. Probablemente tenga esta visión imaginaria de todas las mujeres. Probablemente no haya estado con muchas mujeres. Eso no es atractivo”. Las chicas no quieren estar con esos tipos

Otra ventaja que tienen estos tipos es que tienen un cierto nivel de comodidad y aceptación con las mujeres, algo que tú querrás lograr también. Quiero decir que estos tipos comprenden lo que sucede. Recibo muchos correos electrónicos de mis clientes y de otros entrenadores. Y muchos tienen problemas para procesar cosas sobre mujeres porque las ponen en un pedestal. Y cuando sucede algo que se sale de lo que querían, quedan descolocados. No pueden comprender que una mujer con la que salieron una vez no les devuelva las llamadas. No lo pueden comprender, porque en sus mentes una mujer es una criatura perfecta que nunca dormiría o saldría con tipos que en realidad no le gustaban. Y esto les complica los resultados. El seductor, este tipo del que estamos hablando, que se maneja con las mujeres con naturalidad, sí comprende que a las mujeres les gusta el sexo, que quieren tener sexo, y a veces una mujer puede salir con un tipo sólo porque en ese momento estaba excitada. Saben que algunas mujeres conllevan problemas. Yo solía trabajar con una chica llamada Jackie. Y Jackie va a tener

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hablábamos de ella. Igual salíamos con ella. Pero sabíamos que si salía contigo se acostaría con tu mejor amigo. Porque es ese tipo de chica. ¿Y sabes qué? Muchos de mis amigos se acostarían con ella. Así es la humanidad. Ciertas personas son así, y punto. A algunas chicas les gusta jugar. Conocíamos a esta chica, que se sentía más atraída si creía que te estaba robando a alguien más. Sabes, algunas chicas pueden ser verdaderas perras. Lisa tenía actitud fuerte. Me hacía comentarios que me provocaban ganas de abofetearla. Pero igual terminábamos en la cama, porque me di cuenta de que ella es así. Que eso es lo que hacen las chicas. Tú sabes que si te involucras con una chica cuando está borracha, quizás lo haya hecho sólo porque estaba de buen humor. No significa que te escogió a ti de entre todos los tipos del mundo para besarte. Y los seductores comprenden esto. Les sale naturalmente. Si se acuestan con una chica y después ella no devuelve los llamados, no se preocupan por ello. Porque no ponen a las chicas en un pedestal, se dan cuenta de que quizás la chica sólo haya querido acostarse con alguien. Otros tipos se obsesionan con eso, lo analizan y se enloquecen pensándolo. Y le dan más importancia que la que realmente tiene.

¿Por qué deberías quitar a las mujeres del pedestal? Una buena razón es lo que yo llamo perseguir a Raven. Cuando terminé la universidad me fui a vivir con unos amigos en una casa. Y quedaba a cinco minutos de nuestra antigua universidad. Era, básicamente, una casa de fraternidad glorificada. Piensa en la película, Old School. Si no la has visto, réntala. Excelente película. Bueno, así éramos nosotros. Hacíamos un par de fiestas al mes, algunas de las cuales fueron absolutamente legendarias. Pero eventualmente la cosa comenzó a volverse repetitiva. Ya sabes, el mismo tipo de sexo borracho de sábado por la noche. Y ya no era tan emocionante como antes. De repente aparece Raven. Raven era una adorable chica italiana que había comenzado a venir a nuestras fiestas, con la diferencia de que no era como las demás chicas. Era distinta de todas las otras chicas que venían a las fiestas. Tenía algo especial, un factor que nos tenía, a mis amigos y a mí, completamente enloquecidos. Todos comenzamos a perseguirla. Tres de nosotros, Dan, Jeff y yo, comenzamos a competir por ver quién la conseguía primero. Y no sólo queríamos acostarnos con ella. Nos imaginábamos abrazados en el sofá, yendo juntos al museo, presentándosela a nuestros padres. ¡Sí!Los tres estábamos dispuestos a arrojar la toalla por ella. Y ninguno la había siquiera besado. He aquí nuestro error fatal. La idealizamos, y comenzamos a ajustar nuestro juego en función de ella. Pensábamos que lo que funcionaba con las otras chicas con las que nos acostábamos no podría funcionar con Raven. Al menos es lo que nos decíamos a nosotros mismos, que las jugadas que funcionaban con este tipo de chicas de menor categoría nunca podría funcionar con ella. Y los tres nos volvimos una especie de versiones mutadas de nosotros mismos. Y es que una vez que comienzas a desviarte del plan, pierdes. Anteriormente, mis jugadas con las chicas eran bastante simples: darle de beber un par de tragos, hacerla reír un poco, intentar besarla, y terminar. Pero por algún motivo, todos pensábamos que con Raven había que hacer más. Supongo que ya habrás deducido el final de la historia. Ninguno de nosotros consiguió salir con ella. Pero no es ahí donde termina la historia.

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Un par de meses después, otro de mis amigos terminó acostándose con ella, y en la primera cita, quisiera aclarar. Siguió saliendo con ella por un año. Al término del año, el tipo ya estaba cansado de acostarse con ella, la hallaba insoportable y aburrida, y engordaba a diario. No era lo que había pedido. Y terminó. ¿Cuál es la moraleja? Es que mis tres amigos y yo desperdiciamos tres meses persiguiendo a Raven. La pusimos en un pedestal. Cambiamos nuestras jugadas. Caminábamos sobre cáscaras de huevo. Y estábamos tan aterrados de la posibilidad de arruinarlo, que nunca hicimos las jugadas. Y la realidad es que Raven no era especial. No pertenecía al pedestal. Y mi amigo, el que logró salir con ella, usó una jugada que había usado antes incontables veces. Entonces, la pregunta que quiero hacerte es, ¿estás persiguiendo a Raven? ¿Vas a buscar una chica que hayas idealizado al punto de que ella ya no pueda satisfacer tus expectativas? Y no sólo eso, ¿vas a arruinar tus posibilidades de estar con ella al esperar tanto? ¿Creyendo que ella es algo que no es? Tengo un dicho, que a veces tienes que tener la honestidad suficiente para decirte a ti mismo que ella no es la indicada. Una historia similar a la de Raven es la de mi amigo Bill, que estuvo cinco años enamorado de Melissa. La había conocido en la universidad. Nunca hicieron nada juntos. Pero él siempre la quiso. Siempre creyó que ella era la chica que lo haría feliz. Así que a cada chica con la que salía la comparaba con Melissa. Y siempre pensaba que sería mucho mejor salir con Melissa. Melissa es más bonita. Es más inteligente. Todo eso. Bueno, Bill termina saliendo con Melissa. Se ponen de novios. Y lo mismo que mi otro amigo con Raven de repente Bill quiere otras chicas. Ya no soporta a Melissa. No puedes tener una conversación con él sin que el tipo saque a colación sus críticas a Melissa. Así son las cosas. No puedes perseguir a Raven. No puedes poner a las chicas en un pedestal.

¿Y cómo dominamos esta mentalidad? ¿Cómo hacemos que este paradigma se vuelva parte de nuestras vidas? Un par de cosas que recomiendo. Lo primero, si es posible, es conseguir un trabajo a medio tiempo con mujeres. O hacer una actividad en la que se caigan las máscaras sociales. Atender mesas, o trabajar de cantinero, son excelentes oportunidades para conocer mujeres sin máscara social. No estoy hablando de los clientes que atiendes. Estoy hablando de tus colegas. Querrás encontrar un lugar en el que trabajen muchas chicas. También puede ser hacer trabajos de caridad. Si haces trabajos de caridad con chicas, es probable que se caigan las máscaras sociales. Especialmente en lugares difíciles, que son como si fueran trinchera, alimentando a personas sin techo, o dándole medicamentos a personas en África, algo así. Definitivamente vas a ver mujeres reales. Y ella va a verte como eres. Y vas a comprender esto. También las ligas deportivas. Hay muchísimas ligas de voley, bolos, softbol. Y las mujeres tienden a bajar la guardia en ellas, porque se están divirtiendo y practicando deportes. Son excelentes oportunidades para bajar tu guardia con mujeres.

¿De qué otra manera podemos dominar esta mentalidad? Lee revistas de mujeres, como la Cosmo. Lee estas revista, y lo que verás es que comenzarás a sentir lástima por ellas. Verás que

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nuevos, que tienen que tener una piel perfecta, que tienen que tener cuerpos delgados. Y te das cuenta de que estas mujeres, todas las mujeres, son inseguras en algún grado. Ya sabes, ves a una chica que te parece hermosa. Pero esa chica mira revistas todo el día que tienen chicas que son mucho más hermosas que ella. Y en su mente, tiene que alcanzar esa expectativa. Quizás creas que no es así. Pero lo es. Es como cuando comienzas a ganar dinero, ves a la gente que gana más que tú, y piensas que sólo estás ganando un millón de dólares mientras hay gente que gana 100 millones, que estás en la ruina. Y así es como piensan estas chicas, que probablemente se vean bien pero no como las modelos que son tan hermosas. Ya sabes, estas chicas sí son hermosas. Pero son inseguras. ¿De qué otra manera puedes dominar esta mentalidad? Mira programas de televisión que se enfoquen en las mujeres, como Sexo en la ciudad o Chicas. Estos programas te dan un vistazo detrás de escena y ponen las cosas desde el punto de vista de las chicas. Y podrás ver que en realidad las chicas compiten por los hombres. A menudo, son las chicas las que persiguen a los hombres.

Por último, recomiendo lo que llamo un Avance de Facebook. ¿De qué se trata el Avance de Facebook? Ingresa a Facebook y busca a las mujeres que conoces desde hace años. Si estás escuchando esto y estás en la secundaria, quizás no resulte. Pero si tienes mi edad, si estás en tus treinta, y estabas enamorado de alguna chica en tu adolescencia, ingresa a Facebook y búscalas. Verás que están en decadencia. La chica que fue la reina del baile en la secundaria, ahora es obesa, horrible. Quizás tenga dos niños corriendo alrededor, y su vida sea miserable. Eso es lo que le sucederá a muchas de las chicas que pones en un pedestal. No son lo que piensas. Esa vida gloriosa que imaginaste con ella, no es lo que vive el tipo que la consiguió. Y cuando te das cuenta de esto, te sentirás mucho más cómodo al conocer chicas. Te permite ser tú mismo cuando estás con ella, y quitarla del pedestal. Así que si eres mayor te recomiendo que ingreses a Facebook a buscar a algunas de las chicas que te gustaban, o que creías que te gustaban. Y verás en lo que se convirtieron. Cómo lucen ahora. Y casi puedo garantizarte que, con la excepción de una o dos chicas, el 90% no será lo que creías. Así termina esta sección. Me gustaría que hicieras los ejercicios de los que hablamos. Haz el esfuerzo. Lee revistas de mujeres o mira algún programa de chicas, haz el Avance de Facebook. Pero lo más importante es que tengas en mente que las mujeres van al baño. Las mujeres no son perfectas. Las mujeres no pertenecen al pedestal. Las mujeres se sienten más atraídas por los chicos de lo que tú puedes ver. Ya sabes, una de las cosas que me resultan realmente irónicas es que la gente siempre dice que te ponen en la zona de amigos. Pero en realidad cuando tratas a una chica como si fuera un tipo más, no te pondrán en la zona de amigos. Cuando tratas a una chica como un amigo, ella terminará deseándote porque verá que no la pones en un pedestal. Cuando la tratas como si fuera una Diosa, allí es cuando te ponen en la zona de amigos. Pero si la tratas como si fuera uno más, terminará queriendo acostarse contigo.

Referencias

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