TEXTOS
ESENCIALES
Colección Textos esenciales dirigida por Luis Benítez Ilustración de tapa: Fernando Martínez Ruppel Textos esenciales. Sigmund Freud es editado por EDICIONES LEA S.A. Av. Dorrego 330 C1414CJQ Ciudad de Buenos Aires, Argentina. E-mail: info@edicioneslea.com Web: www.edicioneslea.com ISBN 978-987-634-928-4 Queda hecho el depósito que establece la Ley 11.723. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su almacenamiento electrónico o mecánico. Todos los derechos reservados. © 2013 Ediciones Lea S.A.
Introducción
Sigmund Freud nació el 6 de mayo de 1856, en Příbor, Moravia, población que entonces formaba parte del Imperio austríaco y actualmente, de la República Checa. Falleció el 23 de septiembre de 1939, en Londres, Inglaterra, lo que le impidió asistir al desarrollo pleno de los horrores de la Segunda Guerra Mundial, aunque desde años antes y a través de sus trabajos y declaraciones periodísticas se mostró siempre escéptico respecto de la posibilidad de que el sistema social y cultural mundial lograra –alguna vez– dominar o siquiera reducir la inclinación humana por la violencia.
Aunque su pesimismo final terminó siendo confirmado por los hechos que siguieron a su muerte, lo que más destacamos de él y sus obras y aquello que lo ha consagrado como una de las figuras intelectuales más destacadas e influyentes del siglo pasado, es su contribución al conocimiento de las facetas más ocultas de la persona humana, fundamentalmente alcanzada por su mayor descubrimiento, que es el hallazgo del inconsciente y el método para analizar la psiquis y aun diagnosticar y curar muchas de sus patologías posibles.
En este volumen brindaremos un recorrido –lo más completo que resulta posible según el espacio que brindan
sus páginas– por aquellos textos que extrajimos del copioso legado que Freud nos dejó, buscando lo esencial de su pensamiento respecto del apasionante tema al que consagró su vida entera.
En función de facilitar al lector el entendimiento y la compresión de lo expresado por Sigmund Freud en estos trabajos –algunos de ellos vertidos en su versión completa y otros consistentes en fragmentos extractados de un texto mucho mayor– hemos orientado nuestra selección hacia la búsqueda de porciones de la obra freudiana que primeramente introduzcan en el pensamiento del genial investigador y luego desglosen los aspectos más importantes de sus descubrimientos clínicos y teóricos. En función de esta meta principal, los textos no aparecen ante el lector en un orden cronológico, en la secuencia temporal en que fueron escritos por Freud, sino que están ordenados en una secuencia conveniente para el propósito fundamental de este libro, un orden de exposición que posibilite ir de lo más sencillo e informativo hasta lo ya más complejo y exigente para la atención del lector. Sin embargo éste, al adentrarse en las partes finales del volumen, contará con mayores elementos de juicio e información, proporcionado por lo que antes ha leído, lo que le permitirá comprender mejor las porciones finales de esta selección.
Componen entonces nuestra recopilación los siguientes textos freudianos: Algunas lecciones elementales sobre
como su mismo título lo dice, puede brindarle al lector una conveniente introducción y una adecuada bienvenida a los conceptos fundamentales de la teoría y la experiencia del gran neurólogo vienés y padre de esta disciplina científica que revolucionó el siglo XX.
A continuación, de su famosa obra La interpretación de los
sueños, editada en 1900, seleccionamos un fragmento del
capítulo quinto, llamado Material y fuentes de los sueños, que sorprenderá a quien lo lea con las precisiones obtenidas por Freud en la clínica, la elaboración de su teoría personal y la discusión con sus colegas –no pocas veces áspera y apasionada– respecto de los orígenes que poseen los episodios oníricos.
Continuando con nuestra propuesta, extrajimos de
Psicopatología de la vida cotidiana (1901) el punto noveno,
referido a los actos sintomáticos y casuales, que ilustrará al lector sobre la importancia que tienen para el psicoanálisis acciones que, aparentemente, carecen por completo de significado y pasan habitualmente inadvertidas en la vida cotidiana, pero que para el especialista son importantísimas fuentes de conocimiento respecto de las facetas más ocultas del paciente en tratamiento. Luego nuestro recorte de los textos freudianos toma su obra Lo inconsciente, editada en 1915 y mucho más específica en su tratamiento de este apasionante tema; continúa nuestra recopilación con el ítem titulado El mecanismo del placer y la psicogénesis del chiste, que integra un libro muy destacado de Freud, publicado
como El chiste y su relación con el inconsciente en 1905.
Completa este volumen un caudal relativo de notas al pie, absolutamente necesarias para facilitar la comprensión de los textos expuestos, donde –por ejemplo– puede perderse el genuino sentido de una frase sin conocer a quién se refiere Freud cuando habla (como el hombre de una inmensa cultura general que era) de otras obras y personalidades que podían ser muy famosos en su tiempo, fines del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX, pero que en la actualidad no resultan tan conocidos o francamente desconocidos para el lector medio.
Algunas lecciones elementales
sobre psicoanálisis
Cuando un autor tiene el propósito de difundir entre un público no especializado determinada serie de conocimientos (o los detalles de algún tipo de investigación, para expresarlo con una modestia mayor) debe elegir entre dos posibilidades para llegar a su objetivo.
Se puede comenzar sobre la base de lo que el lector conoce o supone que conoce y que es aquello que el lector estima como evidente, sin contradecirlo desde el inicio mismo. No faltará tempranamente la ocasión de estimular su atención respecto de ciertos hechos que, si bien son de su conocimiento, ha pasado por alto o entendido de modo imperfecto.
A partir de ello, se pueden presentar otros hechos que no son parte de los conocimientos del lector, lo que posibilitará que éste trascienda los límites de sus juicios iniciales, adquiera nuevos puntos de vista y considere hipótesis nuevas. A través de esta vía se lo puede inducir a participar en la construcción de una teoría nueva respecto del sujeto y se puede acceder –durante la labor desarrollada conjuntamente– al conocimiento de sus objeciones a esta teoría. Este método puede ser denominado “genético” y prosigue la senda que el mismo investigador ha recorrido con anterioridad. Pese a sus ventajas, este camino posee el defecto de no producir una impresión demasiado importante sobre el lector en su etapa de aprendizaje. El lector no se sentirá muy impresionado por aquello que ha visto emerger a la existencia y atravesar por un arduo estadio
de crecimiento, como sí lo impresionaría algo que se presentara ante él como un conjunto por completo cerrado.
Justamente este efecto es el que genera el procedimiento de presentación alternativo. Este puede ser denominado como “dogmático” y comienza por establecer sus conclusiones. Sus postulados necesitan suscitar la atención y la fe de aquellos que acceden a ellos y en su apoyo se expresa muy poco.
De tal modo, se corre el riesgo de que un lector de tipo crítico mueva su cabeza y exprese que “todo suena de una manera muy particular... ¿de dónde ha extraído tal cosa este sujeto?”. En los párrafos siguientes no voy a limitarme a emplear alguno de los señalados métodos de presentación, sino que voy a hacer uso de uno en ciertas ocasiones, en tanto que en otras usaré el otro. No me ilusiono respecto de lo arduo de mi trabajo. El psicoanálisis tiene escasas probabilidades de convertirse en algo estimado o popular y ello es así, no solamente porque lo que dice puede ofender los sentimientos de las personas.
Un obstáculo parecido está dado porque nuestra ciencia incluye determinada cantidad de hipótesis que se exponen a resultar muy extrañas para los habituales modos de pensar; es difícil señalar si estas hipótesis deben ser consideradas como postulados o como resultados de nuestra investigación. Ciertamente ellas se encuentran en contradicción con los puntos de vista más habituales, pero
