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Los retos para la conservación de la biodiversidad en el Mediterráneo

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279 Med. 2011 Balance Catherine numa Programa de especies

UICN - Centro de Cooperación para el Mediterráneo por acuerdo con CIBIO - Centro Iberoamericano de Biodiversidad, Universidad de Alicante

Antonio troya

Director

UICN-Centro de Cooperación para el Mediterráneo, Málaga

los retos para la conservación de la biodiversidad en el Mediterráneo

Con una gran riqueza biológica y cultural, la región mediterránea se enfrenta al reto de proteger su bio-diversidad de las amenazas del mundo moderno: alto crecimiento poblacional, eliminación y fragmen-tación de los hábitats y sobreexplofragmen-tación de los re-cursos naturales. Los esfuerzos realizados para la conservación de la biodiversidad mediterránea en los últimos 40 años se ven reflejados en un gran nú-mero de convenios y acuerdos entre los países para identificar áreas prioritarias para la biodiversidad e implementar medidas para su protección y manejo. El reto de los próximos años será conseguir la imple-mentación de estos convenios de manera equipara-ble entre todos los países de la región.

El valor de la biodiversidad

La biodiversidad entendida como la variabilidad del conjunto de los seres vivos que habitan una región constituye un valioso patrimonio porque cada espe-cie, e incluso cada población, albergan en su geno-ma la inforgeno-mación de millones de años de adaptacio-nes evolutivas. Los beneficios actuales que estas

especies nos proporcionan son relativamente des-conocidos, así como lo son las insospechadas po-tencialidades de esta vasta fuente de información. La cuenca mediterránea se considera como una de las regiones más biodiversas del mundo. Sus condi-ciones particulares de clima e historia geológica han generado tal complejidad fisiográfica que existe una altísima diversidad de tipos de vegetación en fun-ción de una complicada mezcla de factores como clima, geomorfología, suelos, hidrología y usos del suelo. Esta situación permite la existencia de una de las concentraciones más importantes de plantas en-démicas del mundo. Se calcula que de las más de 22.500 especies de plantas que habitan en la re-gión, unas 11.500 son de distribución exclusiva. Es-tas cifras cobran más sentido cuando se comparan, por ejemplo, con las 6.000 especies de plantas pre-sentes en la Europa no mediterránea. Así, especies arbóreas simbólicas y de alto valor comercial como el cedro del Líbano, el argán del suroeste de Ma-rruecos, el liquidámbar o la palma datilera de Creta en Grecia y Turquía, se distribuyen exclusivamente en la región mediterránea.

Pero las plantas no son el único grupo altamente diverso en la región. Unas 319 especies de mamífe-ros (89 endémicas); 489 de aves (25 endémicas); 230 de reptiles (77 endémicas); 79 de anfibios (27 endémicas); y 253 de peces de agua dulce endémi-cas han sido registradas hasta el momento en la re-gión. Algo similar sucede en los ambientes marinos, ya que aunque el mar Mediterráneo comprende me-nos del 1% de la superficie marina mundial, alberga el 7% de las especies marinas de tamaño macros-cópico conocidas en el mundo, de las cuales entre un 25 y 30% son endémicas (tabla 14). La mayoría de las cifras de biodiversidad mencionadas hasta el momento sólo incluyen los grupos de organismos más conocidos y estudiados, pero ésta es única-mente una pequeña parte de las especies que

habi-Economía y territorio | desarrollo sostenible

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tan el Mediterráneo ya que solamente en el medio marino se calcula que existen en total unas 17.000 especies (Coll et al. 2011).

un “punto caliente” de biodiversidad

Los cambios en los paisajes y los ecosistemas te-rrestres han aumentado en las últimas décadas y especialmente en el Mediterráneo. Existe una pre-sión particular sobre los ecosistemas y su biodiver-sidad debida principalmente al turismo, la concen-tración urbana en las zonas costeras, la sobrepesca, el desarrollo de la agricultura intensiva y de riego y al abandono del manejo agropecuario tradicional. Al-gunos de los efectos generados por estas activida-des pueden ser fácilmente estimados; por ejemplo, los cambios en la cobertura vegetal. Se estima que solamente el 5% de la vegetación original permane-ce relativamente intacta en la región. Sin embargo, los efectos sobre la biodiversidad y el funcionamien-to de los ecosistemas, que derivan de la contamina-ción generada por estas actividades, son más difíci-les de identificar y cuantificar.

El ritmo de destrucción de los ecosistemas de la re-gión hace que esta rere-gión tan rica en especies ex-clusivas sea considerada un punto caliente de biodi-versidad o «hotspot». Este término se ha asignado a las zonas del planeta con una cantidad elevada de especies endémicas, únicas de ese lugar, y con un hábitat en proceso de destrucción en los últimos años, lo cual hace que su conservación sea priorita-ria para evitar un daño irreparable a la biodiversidad mundial.

En este escenario de pérdida acelerada de biodiversi-dad se hace necesaria la utilización de instrumentos de medición que permitan evaluar de alguna manera la magnitud y evolución de este proceso. Con el fin de medir la probabilidad de extinción de las especies, la Unión Internacional para la Conservación de la Natu-raleza (UICN) ha desarrollado las ‘Categorías y Crite-rios de la Lista Roja’, diseñadas de manera que permi-tan medir el nivel de amenaza para todas las especies vivientes usando criterios precisos y cuantificables.

El ritmo de destrucción de los

ecosistemas de la región hace que

esta región tan rica en especies

exclusivas sea considerada un

punto caliente de biodiversidad

o «hotspot». Este término se ha

asignado a las zonas del planeta

con una cantidad elevada de

especies endémicas

Los resultados de la Lista Roja para el Mediterrá-neo confirman los problemas medioambientales que sufre esta zona y las amenazas sobre la alta biodiversidad que alberga: 54 especies de mamí-feros, algunos endémicos como la foca monje del Mediterráneo, el macaco de barbería o el lince ibé-rico se encuentran en grave peligro. Igualmente, más de 142 peces endémicos de agua dulce, y en total unas 442 especies de animales y plantas han

TABLA 14 Biodiversidad en la región Mediterránea*

total estimado

de especies Especies endémicas Especies en peligro

Especies con datos insuficientes Plantas 25.000 11.700 119 1 1 Plantas acuáticas 473 2 150 73 12 Aves 601 16 22 0 Mamíferos 334 89 54 30 Ballenas y delfines 8 0 5 3 Anfibios 106 68 27 0 Reptiles 355 170 46 19

Peces de agua dulce 253 2 253 142 41

Peces marinos 600 74 47 180

Cangrejos de agua dulce 12 5 1 0

Libélulas y caballitos del diablo 165 23 31 6

Fuente: UICN.

*Número total estimado de especies, especies endémicas y especies incluidas en la Lista Roja de especies amenazadas de UICN con alguna categoría de amenaza de extinción (En Peligro Crítico, En Peligro y Vulne-rable). El número de especies con datos insuficientes refleja el alto grado de desconocimiento de algunos grupos en la región.

1 Se han evaluado hasta la fecha 50 especies de plantas en 12 islas del Mediterráneo.

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sido catalogadas como amenazadas de extinción. La cifra es seguramente mayor pero hasta el mo-mento sólo han sido evaluadas cerca de 3.000 es-pecies de algunos grupos de organismos, princi-palmente vertebrados o especies de hábitos terrestres. El grado de desconocimiento de las es-pecies es muy alto incluso para grupos bien estu-diados como los mamíferos.

los factores de amenaza

Una buena proporción de la diversidad del Medite-rráneo ha estado ligada a la actividad humana. Pro-bablemente no existe otra región en el mundo don-de el don-desarrollo don-de los ecosistemas haya estado tan íntimamente asociado con los grupos humanos por tanto tiempo. Y es que además de los miles de especies de animales y plantas, el Mediterráneo está habitado por una gran diversidad de culturas. La población actual se calcula en unos 452 millo-nes de habitantes, sin contar los 170 millomillo-nes de turistas que visitan la región cada año, y se calcula que será de 523 millones para el año 2025. En la zonas costeras la población aumentará de los 143 millones de habitantes en el año 2000 a 174 millo-nes para el 2025 (UNEP/MAP-Plan Bleu, 2009). Sin embargo, el impacto de la actividad humana ha sido diferente entre el norte y el sur de la región, a causa de las diferencias en los niveles de aridez, el uso del suelo, las condiciones socioeconómicas y sobre todo la presión demográfica. Actualmente la disparidad económica entre los países de la Euro-pa mediterránea y los Euro-países de la región sur y este del Mediterráneo es cinco veces su Producto Inter-no Bruto (UNEP/MAP-Plan Bleu, 2009). El actual modelo de desarrollo económico aumenta la pre-sión sobre el ambiente, y la pobreza, por su parte, aumenta la dependencia sobre los recursos

natu-rales. De esta manera la pérdida de biodiversidad afecta el potencial de crecimiento económico re-duciendo el bienestar de las poblaciones humanas (salud, alimentos, servicios ecosistémicos) y limi-tando sus opciones. Los retos y posibilidades para la conservación de la biodiversidad están por lo tanto influidos en buena parte por la inequidad económica.

la respuesta: alcanzar objetivos comunes

Ante la necesidad de minimizar y retrasar la pérdida de biodiversidad se requieren respuestas colecti-vas por parte de las instituciones internacionales, los gobiernos y la ciudadanía. Así la gobernanza, entendida como la gestión de políticas sociales o ambientales, permite encarar esta situación me-diante la puesta en común de la experiencia y el conocimiento de cada uno de los agentes sociales e institucionales implicados y son la base para ha-cer frente a los desafíos en la conservación de la biodiversidad. Una señal del avance en este tema son los numerosos acuerdos multilaterales firma-dos y ratificafirma-dos durante los últimos 40 años para proteger la biodiversidad en la región (véase grá-fico 29).

GRÁFICO 29

número de las declaraciones de áreas pro-tegidas en los países mediterráneos (cate-gorías iuCn i-iV)*

4.500 4.000 3.500 3.000 2.500 2.000 1.500 1.000 500 0 1910 1930 1950 1970 1990 2010 2030

Fuente: UICN y UNEP. *El número de áreas protegidas en el Mediterráneo ha aumentado considerable-mente en los últimos 40 años, pero aún se necesita mayor capacidad de los actores implicados para diseñar y ejecutar planes de manejo en estas áreas.

TABLA 15 datos básicos de la región Mediterránea

Extensión (km2)

2.085.292 Vegetación remanente (km2) 98.009

Especies evaluadas a nivel regional en la Lista Roja. 2.948 Especies amenazadas de extinción 368

Especies extintas † 16

Población humana (habitantes) 452.000.000 Áreas protegidas (km2) en las categorías I-IV* 316.739 Fuente: UICN, UICN y UNEP, Conservación Internacional.

† Extinciones registradas desde el año 1500.

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TABLA 16 Convenios internacionales relevantes para la conservación de la biodiversidad en los países mediterráneos

Convenio de

Barcelona Convenio ramsar Convenio CitES

Convenio de diversidad

Biológica Convenio de Berna

Convenio Africano para la Conser-vación de la naturaleza y los recursos

naturales Convenio de Bonn directiva Hábitats

Albania Argelia Bosnia y Herzegovina Croacia Chipre Egipto Eslovenia España Francia Grecia Israel Italia Jordania Líbano Libia Malta Marruecos Mónaco Montenegro Serbia * Siria Territorios Palestinos Túnez Turquía

*En proceso de incorporación.

CdB (Convenio de Diversidad Biológica): El convenio establece tres objetivos principales: la conservación de la diversidad biológica, el uso sostenible de sus componentes y el comercio y reparto equitativo de los beneficios derivados del uso de los recursos genéticos.

CitES (Convenio sobre Comercio Internacional de Especies amenaza-das de fauna silvestre): El convenio busca asegurar que el comercio internacional de especímenes de animales silvestres y plantas no ame-nacen su supervivencia. El acuerdo contiene varios grados de protec-ción para más de 33.000 especies de plantas y animales, y establece un sistema de regulación para las importaciones y exportaciones con el fin de evitar la sobreexplotación de las especies incluidas en la lista.

Convenio Africano para la Conservación de la naturaleza y los recursos naturales: Es un convenio regional que insta a los estados contratantes a adoptar las medidas necesarias para asegurar la conser-vación, utilización y desarrollo del suelo, agua, flora y fauna de acuerdo con los principios científicos con la debida consideración a los princi-pales intereses de las personas.

Convenio de Barcelona: El objetivo del convenio es reducir la conta-minación en el mar Mediterráneo y proteger y mejorar el ambiente mari-no en esta área, contribuyendo así a su desarrollo sostenible.

Convenio de Berna, o convenio de conservación de la vida silvestre europea y sus hábitats naturales: Sus objetivos son conservar la vida silvestre y la flora en sus hábitats naturales, especialmente aquellas

es-pecies y hábitats cuya conservación requiere la cooperación de varios estados así como promover tal cooperación. Aunque esta convención es específica para Europa, Túnez y Marruecos son observadores forma-les del convenio.

Convenio ramsar: El convenio mantiene una lista de humedales de importancia internacional y trabaja para promover el buen uso de todos los humedales con el fin de preservar las características ecológicas que se derivan de estos sistemas.

CMS (Convenio sobre Especies Migratorias) o Convenio de Bonn: El objetivo del convenio es conservar las especies migratorias terrestres y marinas en peligro de extinción a lo largo de su rango de distribución. Las partes se comprometen a esforzarse por la protección estricta de estas especies conservando o restaurando los lugares donde viven, mitigando los obstáculos para su migración y controlando otros facto-res que puedan poner sus poblaciones en peligro.

directiva Hábitats: El objetivo de esta directiva es la conservación de la biodiversidad mediante la conservación de los hábitats naturales, así como de la fauna y de la flora silvestres en el territorio de los estados miembros. Para ello se ha creado una red ecológica de zonas especia-les de conservación, denominada Natura 2000. Para aportar mayor coherencia a la red, se han previsto otras actividades en materia de vi-gilancia y seguimiento, reintroducción de especies indígenas, introduc-ción de especies no indígenas, investigaintroduc-ción y educaintroduc-ción.

GoBErnAnZA En El MEditErránEo: ConVEnioS dE rElEVAnCiA intErnACionAl rElACionAdoS Con lA ConSErVACión dE lA BiodiVErSidAd

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El desarrollo e implementación de las políticas de manejo de los recursos naturales requieren el desa-rrollo y medición de indicadores sobre el estado de la biodiversidad. Por ejemplo, la evaluación sobre el riesgo de extinción de las especies en el Mediterrá-neo es un indicador relevante para las iniciativas políticas regionales tales como el Convenio de Bar-celona. En este sentido, la Lista Roja aporta una idea sobre el estado de la biodiversidad y datos científicos para el desarrollo de las políticas de con-servación y manejo de los recursos naturales. Estos datos permiten determinar si un país ha cumplido o no sus compromisos y objetivos bajo los distintos acuerdos internacionales, como por ejemplo el ob-jetivo de detener la pérdida de la biodiversidad para el 2020, tal como se acordó en el Convenio de Di-versidad Biológica (véase tabla 16). En este

con-texto, las áreas protegidas constituyen el núcleo fundamental de los esfuerzos para proteger las es-pecies y los ecosistemas amenazados y cada vez más se reconoce su papel esencial, no sólo como proveedores esenciales de servicios ecosistémi-cos, sino como elementos fundamentales en las es-trategias de mitigar el cambio climático.

El número de áreas protegidas

en el Mediterráneo ha

aumentado considerablemente

en los últimos 30 años

Las áreas protegidas constituyen el núcleo funda-mental de los esfuerzos para proteger las especies

MAPA 5 distribución de las áreas protegidas en el Mediterráneo*

Ia Ib II III IV V VI Sin categoría IUCN Categorías

Fuente: UICN y UNEP.

*La distribución de las áreas protegidas se distribuye inequitativamente en los países mediterráneos. Más del 90% de las áreas protegidas se ubican en el norte de la región.

Las categorías de gestión de las áreas protegidas de la UICN constitu-yen un marco internacional de referencia, reconocido por el Convenio sobre la Diversidad Biológica, para categorizar la variedad de modos de gestión de las áreas protegidas:

• I Protección estricta

• II Conservación y protección del ecosistema (Parque nacional) • III Conservación de los rasgos naturales (Monumento natural)

• IV Conservación mediante gestión activa (Área de gestión de hábi-tats/especies)

• V Conservación de paisajes terrestres y marinos y ocio (Paisaje te-rrestre y marino protegido)

• VI Uso sostenible de los recursos naturales (por ej., Área protegida con gestión de los recursos)

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amenazadas del mundo y cada vez más se recono-ce su papel esencial no sólo como proveedores esenciales de servicios de ecosistema y recursos biológicos, sino como elementos fundamentales en las estrategias para mitigar el cambio climático. Además, en ocasiones se han probado fundamen-tales para proteger ciertas comunidades humanas amenazadas y lugares de gran valor cultural y es-piritual. Sin embargo, el desarrollo de las activida-des de conservación en los países de la cuenca mediterránea es muy desigual. A pesar de que dis-ponen de una gran diversidad y de una elevada ri-queza de especies, algunos países tienen defi-ciencias estructurales y una falta de metodologías de trabajo que generan debilidades en la protec-ción de las zonas sensibles o importantes para la biodiversidad. Pese a todo ello, el número de áreas protegidas en el Mediterráneo ha aumentado con-siderablemente en los últimos 30 años. Más de 4.200 áreas con distintos grados de protección han sido declaradas en toda la región. Existe un claro sesgo hacia los países del norte del Medite-rráneo, ya que el 95% de las áreas con mayor ca-tegoría de protección (I-IV) se ubican en esta zona. Sin embargo, el número de áreas con algún tipo de manejo reglamentado ha ido aumentando en el sur del Mediterráneo y unas 200 áreas cuentan con alguna de las categorías de grado alto de protec-ción (categorías I-IV) en esta zona (véase mapa 5). Los datos presentados demuestran que la biodi-versidad mediterránea necesita mayor estudio, ya que aún se carece de datos suficientes y confia-bles que permitan las comparaciones en tiempo y espacio sobre su estado actual, las presiones ejer-cidas sobre los ecosistemas, y sus efectos en el tiempo. Si bien es cierto que la información sobre el estado de la biodiversidad en el Mediterráneo está aumentando y cada vez se halla más disponi-ble para los tomadores de decisiones, ésta se en-cuentra fragmentada, con poco cubrimiento de todos los países y sin suficientes análisis que

faci-liten la labor de los distintos actores involucrados. La confluencia en torno al mar Mediterráneo crea una fuerte interdependencia entre los países res-pecto a los impactos sobre la biodiversidad e ine-vitablemente su utilización y conservación implica a todos y cada uno de ellos. Es por ello que para conseguir buenos resultados de conservación de la biodiversidad es necesario desarrollar datos y metodologías comunes que permitan la implemen-tación de planes y políticas coordinadas.

Bibliografía

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Referencias

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