Niñas y niños que hacen niños y niñas
Sinopsis
El embarazo precoz o adolescente, según la Organización mundial de la salud, ocurre en mujeres entre los 10 y 19 años. En su mayoría, se los considera como indeseables, producto de relaciones sexuales sin anticoncepción. Una adolescente en embarazo sufre las mismas dificultades de una mujer adulta, además de mayor desprotección y complicaciones en la salud. A menudo, una situación socioeconómica precaria acarrea consecuencias irremediables o fatales, tanto para la madre como para el bebé. En Colombia, el fenómeno del embarazo precoz constituye un problema de salud pública. La estadística indica un embarazo adolescente por cada cinco jóvenes. En la población desplazada, el 30% de las jóvenes entre los 13 y los 19 años, se embarazan. Es crucial visibilizar esta problemática que tiende a ocultarse o a ignorarse, al tiempo que se sensibiliza y valoriza a la población vulnerable. Este ensayo fotográfico propone una pregunta más amplia en torno a la problemática: ¿cómo suscitar las condiciones de posibilidad para que las adolescentes ejerzan sus derechos y libertades?
Descripción
El embarazo adolescente es aquel que, según la Organización mundial de la salud, ocurre en mujeres entre el inicio de la edad fértil y los 19 años. En su mayoría, se los considera como indeseables, producto de relaciones sexuales forzadas o sin anticoncepción. Puede llegar a término con el alumbramiento o ser interrumpido por el aborto legal o ilegal. En Colombia, el fenómeno del embarazo precoz constituye un problema de salud pública. La estadística indica un embarazo adolescente por cada cinco jóvenes1, y en la población
desplazada, uno por cada tres2.
El embarazo precoz subraya la inequidad de género al tiempo que reafirma a las mujeres en una posición de desventaja. Las hace propensas a una vida marcada por subsecuentes tipos de violencia. En tal situación, con demasiada frecuencia se ven vulnerados los
Derechos Humanos de las adolescentes y los de sus hijos, en particular, en lo que tiene que ver con la educación académica y sexual, la salud, y el libre desarrollo. Los proyectos de vida, en especial los de las mujeres, se ven alterados, frenados o abandonados, mientras se educa a los hijos en ambientes desfavorables. Durante el paso de la niñez a la edad adulta, es necesario que los hombres y las mujeres cuenten con garantías institucionales, sociales y culturales más acordes a la realidad, que aseguren una educación desprovista de tabú, humanista y competitiva.
Las adolescentes embarazadas se ven enfrentadas a las mismas dificultades de una mujer adulta, sumadas mayor desprotección y preocupaciones sobre su salud, seguridad alimentaria y desarticulación socioeconómica. El embarazo precoz está asociado a niveles bajos de educación, a mayor pobreza, y a múltiples situaciones de inestabilidad familiar y social. Si ocurre fuera del matrimonio genera estigma social y laboral; y si ocurre al interior de este, implica un debate respecto a comportamientos biológicos y culturales. Es vital considerar las repercusiones del embarazo precoz sobre el estatus y las aspiraciones de las mujeres.
Algunas de las causas principales del embarazo adolescente tienen que ver con la escasa educación sexual en relación con el placer; la falta de información sobre los métodos anticonceptivos y su utilización; la vergüenza de utilizarlos; la falta de información franca y directa en las campañas institucionales de prevención; las presiones sociales enlazadas a los roles de género; los sentimientos de culpa asociados a creencias religiosas; el consumo de bebidas alcohólicas y drogas que reducen la inhibición o que estimulan la actividad sexual no deseada; la influencia de los medios de comunicación; el ataque a la autoestima; la exposición a la violencia doméstica; el abuso sexual; la violencia durante el noviazgo; y la violación, entre otras.
También está ligado a las luchas de poder asociadas a territorios y al status socioeconómico; y quizá, a la ausencia de un proyecto de vida basado en una vocación; o mejor, al vacío de oportunidades para desarrollar perspectivas personales, lo que convierte el embarazo adolescente en un proyecto de vida en sí mismo. Ocurre, en
algunos casos, que los padres incitan a sus hijas, consciente o inconscientemente, a buscar un compañero proveedor.
Este proyecto de fotografía como documento social, antropológico y artístico, busca aunar su voz a los esfuerzos y programas ya existentes a propósito de esta problemática. Valoriza y concientiza a los jóvenes, al tiempo que propone una pregunta más amplia: ¿cómo suscitar las condiciones de posibilidad para que las adolescentes ejerzan sus derechos y libertades?
A causa de normas que impiden difundir los testimonios reales de los menores de edad, hemos creado una puesta en escena, en la cual se representan escenarios socioeconómicos donde el embarazo adolescente es común. Las fotografías procesadas a color, en diversos planos y lugares, evidencian una identidad y un ámbito colectivo con la intención de acercar a los espectadores lo más posible a la realidad.
La educación es tradicionalmente comprendida como obediencia a los cánones sociales y al imperativo cultural. En este ensayo fotográfico, la supuesta madre adolescente reconstruye la ciudad y sus lugares icónicos, en escuela estética y erótica. En tal contexto, la transgresión del desnudo en el espacio público se erige como símbolo de transparencia y ritual de inversión, los cuales, re-codifican tanto el espacio como el cuerpo mismo. La poética de la imagen irrumpe en lugares donde la educación sentimental es ignorada, apoyando la noción de que lo privado es público y político. El cuerpo actúa como dispositivo de ruptura frente a hábitos de pensamiento y costumbres establecidas, a partir de una sintaxis simbólica que pendula entre el drama de una realidad social y el gozo. Así pues, la representación del cuerpo, en esta veintena de imágenes, propone variados niveles de lectura que invitan al espectador a reflexionar y a desarrollar un sentido crítico en torno a su función y destino.
