Empezar por aquí es básico para no confundir térmi-nos y concretar a qué térmi-nos referimos cuando habla-mos de personas con problemas de salud mental o trastorno mental.
La OMS define ‘salud’ como el estado de completo bienestar físico, mental y social, no sólo a la ausencia de afecciones o trastornos.
Esto significa que el concepto de ‘salud mental’ está relacionado con la promoción del bienestar físico y psíquico, la prevención de trastornos mentales y el tratamiento y recuperación de las personas con pro-blemas de salud mental.
La salud mental es, por tanto, algo que tenemos que cuidar. Prestarle atención será el primer paso para detectar, llegado el caso, un posible problema de es-tas características y afrontarlo.
Tener problemas de salud mental no tiene nada que ver con debilidad de carácter, ni es culpa de la per-sona. Un problema de salud mental no impide, ni mu-cho menos, tener una vida plena, conseguir un traba-jo, formar una familia o disfrutar de cualquier aspecto de la vida.
RASGOS DEFINITORIOS DE UN
PROBLEMA DE SALUD MENTAL:
—
Es una alteración de tipo emocional, cognitivo y/o del comportamiento en que quedan afectados pro-cesos psicológicos básicos como son la emoción, la motivación, la cognición, la conciencia, la conducta, la percepción, el aprendizaje o el lenguaje.
Esto dificulta a la persona con problemas de salud mental su adaptación al entorno cultural y social en el que vive y crea alguna forma de malestar subjeti-vo. En algunos casos, estos problemas pueden causar discapacidad. Sin embargo, con atención adecuada, muchas personas con trastorno mental pueden man-tener su autonomía y sus capacidades personales, sin presentar situación de dependencia alguna.
QUÉ ES UN TRASTORNO
MENTAL Y QUÉ NO
01.
SALUD MENTAL
-Es un estado de bienestar -Es imprescindible para estar sano -Permite ser consciente de las capacidades individuales -Es algo que hay que cuidar -Posibilita afrontar las tensiones normales de la vida
TRASTORNO MENTAL
-No es una culpa ni un castigo
-No es siempre hereditario -No es mortal ni contagioso -No significa menor capacidad intelectual -No tiene por qué ser crónico
No suele haber una sola causa. Por regla general, para que aparezca un problema de salud mental, debe de darse una combinación de factores genéticos, del en-torno social y de experiencias vividas.
Aunque puede haber personas con más predisposi-ción genética que otras a tener un trastorno mental, todos estos factores son desencadenantes:
-El abuso de sustancias farmacológicas
-El alcohol y las drogas
-El estrés
-Las situaciones sobrevenidas
-Malos hábitos nutricionales
-Las expectativas culturales y/o sociales
-Una vida familiar disfuncional
-Situaciones de exclusión social
-Situaciones de abusos
Por eso, es fundamental tener claro que todos po-demos sufrir a lo largo de nuestra vida algún tipo de trastorno mental. También, que se pueden recuperar o mejorar y que las personas con trastorno mental estudian, trabajan, tienen familia, hijos, amigos y ejer-cen sus derechos y obligaciones como cualquier otro ciudadano.
Los problemas de salud mental no suponen ningún impedimento para poder llevar una vida normalizada y estar plenamente integrado en la sociedad, siempre que cuente con los apoyos necesarios.
De ahí que una atención individualizada y continua, así como la eliminación de las barreras sociales invisibles (prejuicios, estigma...), sean elementos fundamentales para garantizar la igualdad de oportunidades.
FACTORES DESENCADENANTES
02.
¿PUEDO TENER YO UN PROBLEMA DE SALUD MENTAL?
Todos tenemos probabilidades de vivir con un trastorno mental, al igual que ocurre con muchos otros tipos de problemas de salud. De hecho, 1 de cada 4 personas puede tener un trastorno mental a lo largo de la vida.
LA CRISIS TAMBIÉN PERJUDICA
EL BIENESTAR MENTAL
Es una de las principales causas de baja laboral en los países desarrollados, ya que fomenta la aparición de depresión y ansiedad. En la última década, se ha incrementado un 40% el consumo de ansiolíticos en España y la tasa de personas diagnosticadas con depresión mayor ha pasado de un 30% a casi un 50%.
Existen muchas formas de afrontar y vivir la irrup-ción de un problema de salud mental. Tantas como personas.
Inicialmente, nadie está preparado para asumir este impacto y la noticia obliga a la persona a asumir co-metidos para los que habitualmente no está prepa-rada.
Por eso, hay una serie de necesidades que, indepen-dientemente del tipo e intensidad del trastorno, son básicas para cualquier persona que se enfrenta a esta noticia:
-Ser aceptada en su diversidad.
-Respeto a su propia capacidad de decisión.
-Tener autonomía para desarrollar tareas.
-Protección de sus derechos.
-Información sobre el trastorno mental.
-Información legal.
-Atención socio-sanitaria.
La familia y el entorno más cercano de la persona con un problema de salud mental también sufren los efectos del diagnóstico.
Ellos también necesitan tiempo para interiorizarlo, ya que algunos trastornos mentales pueden conlle-var importantes desajustes en el conjunto familiar y social, así como la aparición de sentimientos muy complejos y contradictorios como pueden ser la cul-pabilidad (respecto a uno mismo y a la persona con trastorno mental), la negación, el catastrofismo o la desesperanza.
Ante ello, lo más importante es la información y con-tar con el apoyo socioeconómico, sanicon-tario y profe-sional adecuado. Porque aparte de estos sentimien-tos, todos ellos lógicos, no podemos obviar que, en la mayoría de los casos (más de un 80%), los familiares pasan a asumir roles de cuidadores para los que care-cen de la formación y los recursos necesarios.
¿Y AHORA QUÉ? NECESIDADES
PERSONALES Y FAMILIARES
03.
SENTIMIENTOS DE LA PERSONA RECIÉN
DIAGNOSTICADA
-Incertidumbre -Culpabilidad -Miedo -Negación -Estigma
-Incapacidad para abstraerse del tema
CONSECUENCIAS
-Ruptura de planes futuros
-Pérdida de relaciones sociales -Pérdida de empleo -Situaciones de
desamparo -Vulneración de
Derechos Humanos -Rechazo del
diagnóstico -Soledad
A nadie le gusta sentirse juzgado, apartado, discrimi-nado o perder sus derechos por algo de lo que no es responsable ni de lo que hay que avergonzarse. Hay pequeños gestos de apoyo que pueden ayudar a eli-minar los prejuicios y estigmas que existen en torno a los problemas de salud mental:
1.Establece un trato basado en el respeto, la igualdad y la confianza en sus capacidades, evitando el pater-nalismo y la lástima.
2.Escucha de una forma activa y sin prisas a las per-sonas con problemas de salud mental. Presta atención especial a sus comentarios, dedícale tiempo a conocer sus necesidades.
3.Respeta su intimidad. Si la persona quiere hablar de su trastorno, escucha atentamente. Evita realizar preguntas invasivas y/o morbosas.
4.Antes de tomar una iniciativa que puede crear ma-lestar, pregunta cómo la puedes ayudar y qué necesita.
5. Mantén una actitud de apoyo, respetando su ca-pacidad de decidir sobre los diferentes aspectos que pueden influir en su vida (laboral, social, personal, etc.)
6. Evita conductas autoritarias. Habla de forma cal-mada y asegúrate de que comprende la información.
7. Ante situaciones de malestar psíquico, no minimices sus sensaciones y huye de frases como “anímate”, “a muchas personas les pasa” o “seguro que no es nada”.
8. Si se producen situaciones como alucinaciones visuales o auditivas, no discutas lo que ve, siente u oye. Explícale que no lo percibes e intenta llevar la conversación a otras temáticas que cambien su foco de atención.
9. Evita culpabilizarlos en casos de falta de motiva-ción, energía o interés por las cosas porque puede estar motivado por el trastorno o ser un efecto se-cundario de la medicación.
TRÁTAME CON NATURALIDAD
04.
HAZTE ESTAS PREGUNTAS
¿Cómo me afectaría que me hicieran sentir mal por parecer diferente? ¿Cómo me sentiría si me apartaran por tener un problema de salud?
¿Cómo reaccionaría si algún día me quitaran mis derechos?
¿Cómo me sentiría si no tuviera trabajo y ni siquiera me dieran la oportunidad de demostrar mis capacidades y mi valía?
¿Cómo me afectaría si mis amistades o mi familia me apartaran de su lado?
¿Cómo me sentiría si no pudiera opinar sobre mi propia vida?
comunicacion@consaludmental.org
La desinformación y la falta de conocimiento sobre salud mental, así como la existencia desde hace si-glos de mitos infundados y erróneos sobre las perso-nas que tienen trastornos mentales produce que, en muchas ocasiones, la sociedad discrimine y rechace a estas personas, algo que también las desalienta a hablar sobre ello y a pedir la ayuda o el apoyo que puedan necesitar.
Esas actitudes de rechazo, tan comunes, se materiali-zan cada día en forma de vulneración de sus derechos civiles, sociales, políticos, económicos… Y, también, hu-manos. Esto provoca situaciones surrealistas para mu-chas personas con problemas de salud mental, como:
-No acceder o no mantener un empleo
-No tener derecho a votar
-No poder manejar sus propios asuntos nómicos (pedir un préstamo, ser propietarias
de bienes, disponer de una cuenta bancaria…)
-Ser atadas en camillas de hospital durante horas
-Barreras para vivir de forma autónoma
-Que acudan las fuerzas y cuerpos de dad a los ingresos hospitalarios involuntarios
-No disponer de la atención social y sanitaria adecuadas
-No ser tomada en consideración su opinión cuando se determina un tipo de tratamiento
-Impedimentos para formar una familia, por ejemplo, a través de la esterilización forzosa
-Ser objeto de campañas publicitarias que ran en torno a la burla y la perpetuación de
falsos mitos
Darle la vuelta a ese dato, que indica que el 75% de las personas con trastorno mental se han sentido al-guna vez discriminadas en algún ámbito de su vida, es posible si se procura: por un lado, una actitud so-cial más respetuosa con la diversidad y la dignidad humanas y, por otro, si se establecen y hacen cumplir leyes y normas que acaben con las desigualdades y que garanticen el respeto a la dignidad, así como la comprensión de la diversidad humana.
¿IGUALDAD DE DERECHOS
Y DE OPORTUNIDADES?
05.
05
LO QUE HACE FALTA ES:
-Aumentar el nivel de concienciación sobre la igualdad de derechos y de oportunidades -Que el modelo con el que se atienda la salud mental tenga como marco un enfoque de derechos -Fomentar el respeto a la autonomía y a la dignidad personal -Desarrollar sistemas de apoyos para la toma de decisiones que respeten la autonomía, voluntad y preferencias de las personas
-Modificar la legislación para que tengan derecho a votar, independientemente de su situación jurídica
-Garantizar servicios de apoyo para la vida e integración en comunidad
comunicacion@consaludmental.org
Un problema de salud mental no tiene por qué supo-ner impedimento para obtesupo-ner un empleo. Sin embar-go, la baja inserción laboral de las personas con tras-torno mental es una de las principales barreras para su integración social. Esto se debe, en gran medida, a los prejuicios sociales que aún mantienen muchos empre-sarios y administraciones públicas a la hora de contra-tarlas y/o mantenerlas en sus puestos de trabajo. Por ello, es necesario sensibilizar al tejido empresarial para fomentar la contratación y eliminar los mitos re-lacionados con esta personas.
Porque, como para el resto de la sociedad, el trabajo para quien tiene problemas de salud mental es un ca-mino hacia la normalización, una fuente de identidad que ofrece sentimientos de utilidad y motivación y facilita una vida autónoma e independiente.
Además, en estos casos, tener un empleo (o conser-varlo después de ser diagnosticado) tiene una fun-ción terapéutica, ya que cambia el rol de “enfermo” por el rol de “trabajador”.
Es imprescindible contar con un sistema de apoyos y adaptaciones que haga valer su derecho al trabajo como ocurre con otras discapacidades.
Principales reivindicaciones del colectivo en materia laboral:
-El cumplimiento y ampliación del cupo de re-serva en el acceso al empleo público hasta un 8% para las personas con discapacidad, con un número de plazas para las personas con trastorno mental correspondiente al 2% del total del colectivo.
-Facilitar que los puestos de trabajo se puedan adaptar a las personas con trastorno mental a través del sistema de apoyos y adaptacio-nes más recomendable a su situación personal (formación para el empleo, centros especiales de empleo, empleo con apoyos, etc).
PRIMERA BARRERA:
LA DISCRIMINACIÓN LABORAL
06.
LO QUE DICEN LOS DATOS
La tasa de empleo de las personas con trastorno mental es del 14,3%
Es la discapacidad con menor tasa de actividad (27,1%) 2 de cada 5 personas con trastorno mental aseguran haber sufrido algún tipo de discriminación laboral
En torno a la mitad de ellas, estaría dispuesta a aceptar cualquier tipo de trabajo
La creencia generalizada de que los problemas de salud mental están íntimamente relacionados con la violencia no tiene base científica alguna.
No es cierto que las personas con trastornos menta-les sean más agresivas ni tengan más probabilidades de cometer actos violentos ni delictivos que las per-sonas sin estos problemas.
Tampoco que sean peligrosas para la sociedad. De hecho, ocurre en más ocasiones que este colectivo sea víctima de agresiones, malos tratos y abusos que responsable de un acto violento.
Los sucesos esporádicos en que una persona con trastorno mental comete actos de violencia -bien ha-cia ellos mismos (incluido el suicidio), bien haha-cia su entorno familiar o social-, se deben en su inmensa mayoría a que ésta no sigue ningún tratamiento. En ocasiones, incluso a pesar de haber realizado esfuer-zos por su parte o la de su círculo más próximo por obtener atención sanitaria.
Por eso es fundamental que, en el ámbito sanitario, se realicen seguimientos individuales y continuados en el tratamiento a todas las personas con trastorno mental.
En el ámbito social y cultural, también es vital que los medios de comunicación informen de los problemas de salud mental desde un punto de vista positivo y no excluyente.
Porque relacionar los sucesos violentos con los tras-tornos mentales no sólo es falso en la mayoría de las ocasiones sino que, además, hace que se perpetúen ideas como que las personas con trastorno mental son violentas, agresivas y que actúan de forma irra-cional.
EL ESTIGMA DE LA VIOLENCIA
07.
¿VÍCTIMA O VERDUGO?
Tener un trastorno mental no convierte a la persona en alguien más violento. En muchas ocasiones, se confunden las causas reales de una agresión o conducta violenta, relegándola a un problema psiquiátrico cuando puede deberse a otras causas: -Situaciones de defensa personal -Problemas socio-económicos -Consumo de droga -Violencia de género -Factores educacionales En algunos casos, los actos violentos pueden ser consecuencia de una desatención social y sanitaria.
Si las personas con problemas de salud mental ya su-fren, en su conjunto, estigmas y prejuicios, hay ciertos grupos específicos dentro del colectivo que padecen además una doble discriminación por el hecho de ser:
PERSONAS SIN HOGAR
—
Se calcula que hay más de 30.000 personas sin ho-gar y que al menos un tercio de ellas tiene algún tipo de trastorno mental, aunque hay estudios que elevan esta cifra al 50%. En la actualidad, apenas existen re-cursos específicos de atención en salud mental para este grupo pese a que, con un tratamiento integral, pueden reintegrarse plenamente en la sociedad.
INMIGRANTES
—
Las situaciones de estrés, la falta de medios mate-riales y la responsabilidad de ayudar a la familia del país de origen son algunos de los factores que hacen que esta población tenga el doble de riesgo de tener un trastorno mental. Por eso es fundamental que se les atienda en el sistema público, tengan o no en ese momento permiso de residencia.
MUJERES
—
Aún es escaso el enfoque de género en la atención a la salud mental. Se han detectado casos en los que se dificulta el derecho a la maternidad, lo que supone una clara vulneración de los derechos humanos y de la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad.
PERSONAS MAYORES
—
El aislamiento en el que viven muchas personas ma-yores, sobre todo en las grandes ciudades, perjudica su salud mental e impide en bastantes ocasiones el acceso a una atención adecuada. En general, se debe potenciar su máxima autonomía, por lo que es nece-sario que el tratamiento no se limite a la medicación sino que se complemente con programas de rehabili-tación, integración social, ocio activo, etc.
DOBLES DISCRIMINACIONES
08.
MEDIDAS ESPECÍFICAS
Programas psicológicos de rehabilitación para personas sin hogar que no se limiten a cubrir únicamente las necesidades básicas (alojamiento, comida o ropa). Recursos sanitarios y sociales que tengan en cuenta la diversidad cultural de la población inmigrante y cómo perciben el trastorno mental. Incluir el enfoque de género en la atención a la salud mental.
Presencia de geriatras especializados en trastornos mentales en centros sociales y de mayores.
Ninguna persona con trastorno mental debería in-gresar en un centro penitenciario o en un hospital psiquiátrico penitenciario (Fontcalent, en Alicante, y Sevilla) por un delito cometido a causa de su tras-torno mental. En lugares como estos no se garantiza su derecho a un tratamiento mínimamente adecuado, tal y como reconoció la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2007.
La población reclusa con problemas de salud mental ronda las 20.000 personas en España. Es evidente la falta de recursos sanitarios y sociales para brindar a estas personas una atención específica, individualiza-da y adecuaindividualiza-da.
Es urgente la puesta en marcha de 3 tipos de medi-das:
a)Medidas preventivas como un diagnóstico precoz, la continuidad de los tratamientos y juicios a través de la figura de la mediación penal.
b) Medidas en las instituciones penitenciarias que aseguren la atención social y sanitaria dirigida a este colectivo.
c)Medidas de externalización y reintegración social que comiencen antes de que la persona abandone el centro penitenciario.
La falta de recursos y de atención específica está vocando un alarmante aumento de reclusos con pro-blemas de salud mental en centros penitenciarios, así como una mayor prevalencia de los trastornos. Esto origina nuevos problemas que podrían prevenir-se con medidas como una efectiva implantación de los programas-marco de atención integral para per-sonas con trastorno mental (PAIEM), la formación en salud mental de los profesionales penitenciarios o la modernización de los hospitales psiquiátricos peni-tenciarios.
LA EXCEPCIONALIDAD
DE LOS CENTROS PENITENCIARIOS
09.
EN CIFRAS
Uno de los últimos estudios del Ministerio del Interior señala que más del 25% de la población reclusa sufre algún tipo de trastorno mental. La prevalencia de trastorno mental en la población reclusa es alrededor de 5 veces superior a la población general. Los trastornos más comunes son: -Ansiedad
-Trastorno por uso de sustancias -Trastorno afectivo -Trastorno psicótico
La patología dual es un grave problema de salud no sólo por su creciente frecuencia en la sociedad actual, sino también debido a la escasa formación entre los profesionales de los diferentes dispositivos y la esca-sez de recursos específicos.
En general, las personas con patología dual se encuen-tran en una de las redes (adicciones o salud mental) donde limitan la atención a uno de estos problemas. Sin embargo, es necesario realizar una intervención integral que tenga en cuenta conjuntamente la inci-dencia de los trastornos mentales y de la adicción. Debido a su mayor complejidad y frecuencia en el abandono del tratamiento, en los casos de patología dual es aún más necesario aplicar las buenas prácti-cas en la atención en salud mental.
Además, es necesario sensibilizar a la sociedad, en especial a las personas más jóvenes, acerca del ries-go que supone el consumo de drogas en el desenca-denamiento de los trastornos mentales.
Tanto el alcohol como el cannabis, que son las sus-tancias más consumidas entre los jóvenes y no se perciben tan peligrosas como la cocaína o la heroína, pueden ser factores desencadenantes de trastornos como la depresión, la ansiedad o las alucinaciones. Es importante que los más jóvenes tomen conciencia de esta relación para que sean responsables en sus decisiones.
TRASTORNO MENTAL + ADICCIÓN
= PATOLOGÍA DUAL
10.
10
TRATAMIENTO INDIVUALIZADO
En los casos de patología dual, es más necesario aún si cabe que la intervención sea integral y los tratamientos individualizados, además de:
-Coordinación entre profesionales con distintos perfiles -Mayor formación
específica -Más recursos
económicos y sanitarios -Programas de
intervención familiar
-Participación de la persona con problemas de salud mental en el desarrollo de su propio plan de atención
Por patología dual se entiende la existencia simultá-nea en una misma persona de un trastorno mental y de una adicción, ya sea por consumo de sustancias como el alcohol o las drogas, o por una conducta como, por ejemplo, el juego.
Estudios epidemiológicos aseguran que al menos el 70% de las personas que acuden a las consultas por adicciones sufren, además, trastorno mental. Tam-bién evidencian que, en la mayor parte de los casos, las manifestaciones del trastorno mental preceden a la adicción.
comunicacion@consaludmental.org
www.consaludmental.org
comunicacion@consaludmental.org
“Un
enfermo mental
que quiso matar a su
madre en Donostia
será internado en un
psiquiátrico”
—
“Tres violentos
sucesos en un mes
relacionados con
enfermos mentales
”
—
“El jurado halla
culpable de asesinato
al
esquizofrénico
que
mató a su tía porque
la culpaba de la
muerte de un perro”
ASÍ NO SE PROMUEVE
LA SALUD MENTAL EN POSITIVO
11.
11
“Arroja por las
calles 20.000 euros
y termina en el
manicomio
”
—
“En las cárceles no
hay presos,
hay
locos
”
—
“La '
esquizofrenia
' del
PSOE: los socialistas
se alegrarán si Rajoy
es investido”
—
“Aluvión
esquizofrénico
de
goles en Dortmund”
—
“La
perturbada
del
cuchillo vuelve a
hacer de las suyas
y ataca otra vez a
policías”
comunicacion@consaludmental.org
Contenidos que muestren los logros y las capacidades del colectivo: convi-vencia familiar, relaciones sociales, em-pleo, proyectos personales, etc. Mencionar los problemas de salud men-tal en la noticia sólo cuando sea necesa-rio para entender correctamente el hecho. En noticias relacionadas con sucesos violentos limitarse a describir los he-chos directamente observables sin des-tacar la enfermedad como único factor. Señalar la falta de recursos y el derecho de las personas con trastorno mental a recibir una atención adecuada.
Ilustrar las informaciones sobre salud mental con el material gráfico adecuado.
Fuera del contexto de salud, describir situaciones, cosas o personas con adjetivos como caótico, irracional, extravagante, apasionado,...
Contar con la opinión de los afectados, principalmente de las personas con en-fermedad mental y familiares.
Enfermo mental, trastornado, pertur-bado, psicópata, loco.
Esquizofrénico, depresivo, maníaco, anoréxico, psicótico.
Manicomio, psiquiátrico.
Reclusión, internamiento, encierro…
Incluir sólo noticias sobre salud mental en relación a problemas, actos violen-tos, y buscando titulares morbosos y extravagantes.
Mencionar los problemas de salud men-tal si éstos no son relevantes para la co-rrecta comprensión del hecho noticioso. Omitir información o proporcionar in-formación sesgada que perpetúe fal-sos vínculos entre enfermedad mental y conductas violentas o ilegales. Dar por hecho que el trastorno mental es incurable y obviar la falta de recursos para que se produzca la recuperación. Imágenes que transmitan aislamiento, que despierten compasión o sean de otro tipo de discapacidades.
Usar términos de ámbito médico como adjetivos en otros contextos: esquizo-frénico, paranoico, depresivo, anoréxi-co, etc.
Infravalorar el testimonio de las propias personas con trastorno mental como fuente de información imprescindible.
GUÍA DE ESTILO:
RECOMENDACIONES
12.
SÍ, POR F
AVOR
—
Persona con problemas de salud men-tal o trastorno menmen-tal.
Persona con/que tiene esquizofrenia, depresión, etc.
Centro de salud mental / centro de día / centro de rehabilitación.
Ingreso hospitalario en...
NO, GRACIAS
—
Terminología
C
ont