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Lesiones tumorales y pseudotumorales cardíacas: hallazgos en RM

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Academic year: 2021

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OBJETIVOS

Los tumores cardíacos son bastante infrecuentes, con una prevalencia estimada menor del 0.3% en series de autopsia y menor de la mitad en series ecocardiográficas. La mayoría de los tumores primarios cardíacos son benignos siendo el mixoma el más frecuente de ellos y lipomas y fibromas menos frecuentes. La afectación metastásica del corazón es unas 40 veces más prevalente, produciéndose por invasión directa (mama, pulmón y esófago), dise-minación hematógena (linfoma, leucemia, melanoma maligno y ocasionalmente sarcomas) y a través de grandes venas (carcinoma hepático, carcinoma de células renales y adenocar-cinoma suprarrenal).

Los tumores primarios malignos son muy raros, la mayoría de origen sarcomatoso (angiosar-coma en adultos y rabdomiosar(angiosar-coma en niños). La causa más frecuente de masa cardíaca es el trombo.

El objetivo de nuestro trabajo es describir los hallazgos en RM de las lesiones tumorales y pseudotumorales cardíacas diagnosticadas por RM cardíaca en nuestro centro en pacientes con sospecha clínica o ecocardiográfica de masa cardíaca.

MATERIAL Y METODO

En nuestro trabajo realizamos un estudio retrospectivo de las masas cardíacas diagnostica-das por RM en nuestro centro en los últimos 6 años. En todos los pacientes existía sospecha clínica o ecocardiográfica de masa cardíaca.

El protocolo utilizado incluye secuencias en sangre negra potenciadas en T1 pre y postcontras-te, T2 y STIR, secuencias de cine y secuencias de perfusión basal y viabilidad miocárdica. Revisamos los estudios histopatológicos de los pacientes que fueron intervenidos, así como una revisión bibliográfica del tema en la literatura..

RESULTADOS

Presentamos una serie de 28 casos, 21 mujeres y 7 varones, de edades comprendidas entre 15 días de vida y 85 años con sospecha clínica o por ecocardiografía de masa cardíaca: En 20 pacientes (71.42%) se confirmó en RM masa cardíaca, de éstas sólo 12 (42.85%) eran de origen tumoral (5 mixomas, 2 fibromas, 1 fibroelastoma, 1 sarcoma, 1 Swanoma melano-cítico y 2 metástasis) y 8 (28.57%) eran masas pseudotumorales o patología no tumoral (2 trombos, 2 hipertrofias lipomatosas del septo interauricular, 1 fibrosis valvular, 1 fístula arterio-venosa coronaria, 1 inflamación xantotogranulomatosa y 1 válvula de Eustaquio prominente). En 4 pacientes (14.28%) no se encontró patología cardíaca pero sí extracardíaca (una ate-lectasia, un secuestro intrapulmonar, una hernia diafragmática y una compresión cardíaca extrínseca por cerclajes de esternotomía media).

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Representación en sectores de nuestros resultados (Figura 1).

La modalidad diagnóstica inicial indicada ante la sospecha de masa cardíaca es la eco-cardiografía transtorácica. Esta técnica es sencilla, barata y ampliamente disponible, pero presenta una serie de limitaciones como que es dependiente del operador, de caracte-rísticas del paciente como la obesidad, que tiene un field of view limitado y no permite una evaluación completa del grado de invasión cardíaca y las estructuras adyacentes. La ecocardiografía transesofágica no presenta las limitaciones de ventana acústica de la eco-cardiografía transtorácica pero es una técnica invasiva con un field of view relativamente estrecho.

La RM cardíaca es una técnica establecida en la evaluación de neoplasias cardíacas. No es invasiva y no utiliza radiación ionizante ofreciendo una imagen multiplanar sin restricciones de field of view. Esto permite confirmar la presencia de cualquier lesión ocupante de espacio, cardíaca o paracardíaca, determinar su localización y la extensión de la afectación, así como evaluar su impacto funcional y caracterización tisular.

Las ventajas de la RM cardíaca sobre otras técnicas de imagen ampliamente accesibles como la ecocardiografía es la mejor resolución y contraste en partes blandas, la mayor capacidad de caracterización tisular, fields of view mucho más amplios, y la capacidad de demostrar afectación mediastínica y pulmonar adyacente en procesos malignos. Otra ventaja añadida es la reproductibilidad, que permite el estudio comparativo y evaluación de cambios en tama-ño y apariencia. Entre las desventajas se encuentran la necesidad de sincronización cardíaca, en pacientes con arritmia se pueden producir artefactos de adquisición con la subsecuente

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degradación de la imagen. Otra limitación importante de la RM cardíaca es la incapacidad de demostrar la presencia calcio, por lo que debe ser combinada con radiología convencional o tomografía computarizada.

LESIONES TUMORALES

1) TUMORES BENIGNOS

Mixoma:

Es la neoplasia cardíaca primaria más frecuente. La mayoría se manifiestan en adultos, con una edad media de aparición de 50 años, afectando con mayor frecuencia al sexo femeni-no. Aparece de forma esporádica, aunque el 7% de los casos son familiares o se asocian al síndrome de Carney (mixomas cardíacos y cutáneos, pigmentación de la piel, tumores testi-culares, fibroadenomas de mama, hiperplasia de la corteza suprarrenal y gigantismo).

Más del 80% de los pacientes son sintomáticos y representan al menos uno de los síntomas de la triada clásica descrita: signos de obstrucción de las válvulas auriculoventriculares, cua-dro constitucional, o episodios embólicos.

Muy raramente, los mixomas pueden sufrir transformación maligna.

Macroscópicamente, la mayoría son lesiones ovoides o esféricas, con contornos lisos y lobu-lados. Microscópicamente los mixomas son heterogéneos con áreas quísticas de sustancia mixoide rica en polisacáridos, con focos de trombosis, depósitos de hemosiderina, fibrosis y calcificación (en 56% de los casos).

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El 90% son neoplasias solitarias de localización auricular afectando con mayor frecuencia a la aurícula izquierda y en un 10-20% a la aurícula derecha (Figuras 2 y 3). La mayoría se originan en el septo interauricular alrededor de la fosa oval. En orden descendente de fre-cuencia, se localizan en aurícula derecha y en ventrículo derecho, siendo extremadamente raros en el ventrículo izquierdo.

En el estudio con cardio-RM, el 90% de los mixomas presentan una señal heterogénea aunque un pequeño porcentaje son homogéneos. En secuencias T1 son predominantemente isointen-sos con respecto al miocardio y en menor proporción son hiperintenisointen-sos o hipointenisointen-sos con respecto al mismo. Son hiperintensos en secuencias potenciadas en T2. Es característico el realce heterogéneo de la lesión tras la inyección de gadolinio, aunque ocasionalmente pue-den mostrar realce homogéneo. En secuencias GE, como las de cine GE o SSFP, presentan muy baja señal debido a un artefacto de susceptibilidad magnética. Este artefacto se debe a los productos de degradación de la hemoglobina en áreas de hemorragia, trombosis o de-pósitos de hemosiderina en el interior del tumor y se manifiesta como una pérdida de señal muy acentuada.

El principal diagnóstico diferencial del mixoma incluye trombo atrial o fibroelastoma papilar. Puede ser difícil diferenciar trombo de mixoma en RM debido a que ambos pueden presentar señal heterogénea con áreas de calcificación; sin embargo la mayoría de los mixomas se ori-ginan en la parte anterior del septo interauricular mientras que la mayoría de los trombos se localizan posteriormente en la aurícula izquierda. Además los mixomas presentan realce con el contraste mientras que los trombos, en la mayoría de los casos, no. Los fibroelastomas

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papilares son mucho más pequeños y muestran diferentes características de intensidad de señal (1,2,3).

Rabdomioma:

Representa el 90% de los tumores cardíacos en niños, siendo generalmente diagnosticados antes del primer año de edad. Se considera un hamartoma y en el 50% de los casos se aso-cia a esclerosis tuberosa. La mayoría de los pacientes son asintomáticos y algunos de ellos se diagnostican al realizar una ecografía prenatal. Otros generalmente presentan clínica rela-cionada con obstrucción del tracto de salida del ventrículo izquierdo o arritmias. La mayoría de estas lesiones presentan una regresión espontánea por lo que la cirugía no es necesaria de forma general. Algunos pacientes sintomáticos requieren cirugía.

Pueden darse en cualquier localización, aunque son más frecuentes en los ventrículos. Son lesiones intramiocárdicas (intramurales) situadas en el septo o en las paredes ventriculares, que miden un promedio de 3-4 cm aunque pueden alcanzar un gran tamaño. La mayoría de los casos son lesiones múltiples. Con cardio-RM presentan una señal intermedia o lige-ramente hiperintensa con respecto al miocardio en T1 y en T2. Con contraste se realzan de forma semejante al miocardio.

A veces los tumores se presentan en forma de nódulos miliares inferiores a 1 cm, disemina-dos. En estos casos hablamos de rabdomiomatosis y el hallazgo con cardio-RM es el de un engrosamiento miocárdico difuso (1, 3).

Fibroma:

Es un tumor de tejido conectivo formado por fibroblastos entremezclados con fibras de co-lágeno. Es el segundo tumor benigno cardíaco más frecuente en niños después del rabdo-mioma. Se considera un tumor congénito y suele diagnosticarse en el primer año de vida. Los pacientes son asintomáticos aunque pueden presentar arritmias o fallo cardíaco. Se ha asociado a casos de muerte súbita.

Macroscópicamente son tumores lisos, sólidos, de localización intramiocárdica, más fre-cuente en el septo o en las paredes libres ventriculares. Los fibromas pueden alcanzar un gran tamaño y causar obstrucción al tracto de salida. Microscópicamente están compuestos por fibroblastos; pueden tener calcificación (25%), sin embargo no suelen tener hemorragia, áreas quísticas ni necróticas.

En el estudio cardio-RM son lesiones homogéneas, isointensas con el miocardio en T1 e iso-intensas o hipoiso-intensas en T2. Esa hipointensidad se debe a la existencia de tejido fibroso y a la posible calcificación. Debido a su naturaleza densa, fibrosa, esta lesión muestra poco o ningún realce con el contraste, pero el gadolinio es útil para delimitar mejor estos tumores intramurales del miocardio normal adyacente.

Si una masa cardíaca intramural en un niño es solitaria, de localización ventricular y con baja señal en T2, probablemente corresponderá a un fibroma. Si la tumoración es múltiple o el paciente tiene signos de esclerosis tuberosa, el rabdomioma será el diagnóstico más probable (1,3).

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Fibroelastoma Papilar:

Este tumor está formado por tejido conectivo denso avascular recubierto por endotelio. Como el mixoma, su etiología no está clara, algunos autores piensan que se trata de un proceso reactivo y otros que es un hamartoma. En series quirúrgicas, representan un 10% de todas las neoplasias primarias cardíacas y son el segundo tumor benigno primario cardíaco tras el mixoma. Los fibroelastomas derechos son normalmente asintomáticos. Afectan por igual a ambos sexos y la edad media de presentación está alrededor de la sexta década.

Macroscópicamente, son tumores pequeños (frecuentemente <1 cm). Están compuestos por excrecencias frondosas ancladas al endocardio por un pedículo pequeño. Más del 90% emergen de la superficie valvular, haciéndolas las neoplasias más frecuentes en esta locali-zación (válvula aórtica>mitral>tricúspide>pulmonar) (Figura 4). Los síntomas del fibroelas-toma típicamente están relacionados con la embolización de trombos, lo cuales se originan en este tumor.

Debido al contenido de tejido fibroso estos tumores tienen baja intensidad de señal en se-cuencias potenciadas en T2.

Aparecen en el 90% de los casos como masas pequeñas y móviles ancladas a la válvula por un pedículo corto. Debido a su pequeño tamaño y localización (válvulas en movimiento) hace difícil su visualización en TC, sin embargo debido a los recientes avances en secuencias rápi-das RM, la visualización de la válvula durante el ciclo cardíaco es posible. Pequeñas masas ancladas a las válvulas podemos visualizarlas con bastante precisión mediante RM. Estas lesiones no suelen presentar captación tras la administración de contraste.

Mediante cine RM podemos evaluar el efecto de estos tumores sobre la función valvular (3, 4, 5).

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Shwannoma melanocítico:

El shwannoma melanocítico (Figura 5) es un tumor agresivo extraordinariamente raro. Con frecuencia se asocia con las raíces nerviosas espinales. Ha sido descrito en otras numero-sas localizaciones y como parte del síndrome de Carney, el cual incluye schwannomas me-lanocíticos, mixomas, hiperpigmentación e hiperactividad endocrina. Debe distinguirse del schwannoma clásico porque su comportamiento es impredecible. En el estudio RM, debido a las características paramagnéticas de la melanina, muestra alta intensidad de señal en T1 y baja intensidad en secuencias potenciadas en T2.

El diagnóstico diferencial preoperatorio entre melanoma maligno y schwannoma melanocíti-co es difícil incluso en biopsia. El shwannoma melanocítimelanocíti-co es un tumor de adultos jóvenes (6).

2) TUMORES MALIGNOS

Sarcoma:

Los sarcomas son neoplasias malignas de células mesenquimales. Constituyen la mayoría de neoplasias malignas primarias y el segundo tipo tumoral más frecuente después del mixoma. Se han descrito prácticamente todos los tipos de sarcoma en el corazón, siendo la clasifica-ción similar a la de los sarcomas extracardíacos. El tipo más frecuente es el angiosarcoma (37%), seguido del sarcoma indiferenciado o no clasificable, el histiocitoma fibroso maligno y el osteosarcoma. La edad media de presentación es la de 41 años. No hay predilección de sexo. Son muy infrecuentes en niños. La mayoría de sarcomas suelen ser masas grandes,

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de aspecto nodular, con márgenes irregulares. La resección quirúrgica es posible en menos del 50% de los casos y aunque raramente es curativa alarga la vida del paciente. También se asocia quimioterapia y radioterapia al tratamiento quirúrgico. La supervivencia media es de siete meses a dos años.

• Angiosarcoma:

Es el sarcoma cardíaco más frecuente en las series quirúrgicas. Es un tumor de células endoteliales. En el 75% de los casos se origina en la aurícula derecha. Se presenta como una lesión nodular única o múltiple que ocupa la aurícula derecha y que suele infiltrar miocardio y pericardio (caracterizado por disrupción de planos grasos, engrosamiento pe-ricárdico o modularidad asociada o no a derrame pepe-ricárdico hemorrágico). El derrame pericárdico es frecuente, hallazgo que junto a su localización en aurícula derecha, ayuda a diferenciarlo del mixoma. Un alto porcentaje de pacientes presenta metástasis en el momento del diagnóstico, más frecuentemente pulmonares.

El angiosarcoma suele presentarse como una lesión heterogénea en las secuencias T1, con áreas de baja, intermedia o alta intensidad de señal reflejando la presencia de tejido tumoral, necrosis y hemorragia. Las zonas de hiperintensidad de señal son debidas a he-morragia intratumoral. En secuencias potenciadas en T2 suelen tener apariencia hetero-génea predominantemente hiperintensa. Tras la administración de material de contraste estos tumores presentan un patrón de realce heterogéneo con marcado realce periférico (se ha descrito con apariencia de rayos de sol) y con áreas de necrosis central.

• Otros sarcomas:

Los otros tipos celulares de sarcomas, en particular el hitiocitoma fibroso maligno, el leio-miosarcoma y el osteosarcoma están situados preferentemente en la aurícula izquierda, lo que ayuda a diferenciarlos del angiosarcoma (1, 7, 8).

Metástasis:

La afectación metastásica del corazón es unas 40 veces más prevalente que las neoplasias cardíacas primarias, produciéndose por invasión directa (mama, pulmón y esófago), disemi-nación hematógena (linfoma, leucemia, melanoma maligno y ocasionalmente sarcomas) y a través de grandes venas (carcinoma hepático, carcinoma de células renales y adenocarcino-ma suprarrenal) (Figura 6). Como promedio se encuentra en un 12% de las autopsias realiza-das en pacientes con patología tumoral maligna y del 1% al 3% de las autopsias generales. La neoplasia primaria más frecuente es el carcinoma broncogénico, seguido de linfoma, leu-cemia y carcinoma de mama y esófago. Lo más frecuente es la afectación pericárdica con o sin invasión de miocardio subyacente. En aproximadamente un tercio de los pacientes con afectación cardíaca, se produce la muerte directamente atribuible a la invasión metastásica como resultado de taponamiento pericárdico, fallo cardíaco congestivo o por invasión arterial coronaria. En muchos casos la afectación cardíaca es desconocida pero son frecuentes las manifestaciones clínicas como derrame pericárdico o fallo cardíaco derecho. En cuanto a los síntomas de presentación podemos incluir disnea, dolor torácico y edemas periféricos. Tam-bién pueden producir arritmias.

La masa tumoral puede ser combinación de tejido neoplásico y trombo. El patrón de realce tras la administración de contraste puede ser útil para diferenciar trombo blando de la

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com-binación trombo y tumor; el tumor puede mostrar un realce heterogéneo mientras que el trombo blando no.

No existe un patrón específico de metástasis cardíaca; en general los tumores malignos muestran baja intensidad de señal en secuencias T1 y alta intensidad en secuencias po-tenciadas en T2, con grado variable de realce tras la administración de contraste. La única excepción son las metástasis de melanoma, que debido a las características paramagnéticas de la melanina su comportamiento es diferente (alta intensidad de señal en T1 y baja inten-sidad en secuencias potenciadas en T2).

El derrame pericárdico está frecuentemente asociado a la invasión metastásica de tumores primarios no cardiogénicos como el cáncer de pulmón (en un tercio de los casos), seguido de cáncer de mama, linfomas o leucemias. Con frecuencia es hemorrágico o serosanguinolento y muestra alta intensidad de señal en secuencias T1; en cambio el trasudado se muestra hipointenso en T1 e hiperintenso en secuencias T2. El diagnóstico diferencial de derrame pericárdico en pacientes con neoplasia primaria conocida incluye pericarditis inducida por radioterapia o fármacos, o proceso benigno idiopático (1, 9, 10).

Linfoma cardíaco primario:

El linfoma cardíaco primario es un tumor poco frecuente. Se considera primario si sólo afecta corazón o pericardio en el momento del diagnóstico sin evidencia de linfoma extracardiaco. Se trata habitualmente de linfomas no Hodgkin, de células B.

A pesar de que hay afectación cardiaca en 16-28% de pacientes con linfoma diseminado,

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el linfoma primario cardiaco es muy raro aunque su incidencia ha aumentado en pacientes con inmunodeficiencia, especialmente en pacientes con virus de inmunodeficiencia humana (VIH).

Son más comunes en cavidades derechas, especialmente la AD aunque pueden aparecer en cualquier cámara. Es habitual la afectación de múltiples cámaras (75%). Es frecuente la extensión a pericardio y la presencia de derrame pericárdico. Un hecho que puede diferen-ciarlo de los sarcomas es la rara afectación valvular y la presencia excepcional de áreas de necrosis en los linfomas. Son lesiones de señal intermedia tanto en secuencias T1 como T2 y baja señal en secuencias GE. Presentan un realce heterogéneo tras la administración de contraste.

El pronóstico del linfoma cardíaco primario es malo siendo fundamental el diagnóstico en estadíos iniciales de la enfermedad ya que la quimioterapia precoz es efectiva en su trata-miento (puede remitir y prolongar la supervivencia) (1).

Mesotelioma pericárdico:

Es una tumoración maligna derivada de las células mesoteliales que con frecuencia se ori-gina en la pleura (88,8%), ocasionalmente en el peritoneo (9,6%), infrecuentemente en el pericardio (0,7%) y raramente en la túnica vaginal testicular (0,2%).

No se ha demostrado una relación definitiva con la exposición al asbesto. Es un tumor que forma múltiples masas pericárdicas que ocupan el espacio pericárdico y constriñen el cora-zón, pero no suelen invadir el miocardio. La cardio-RM demuestra un engrosamiento peri-cárdico irregular, isointenso y homogéneo en T1 e hiperintenso y heterogéneo en T2 debido a áreas de necrosis y con marcado realce tras la administración de gadolinio (Figura 7). Frecuentemente va asociado a derrame pericárdico. El estudio con contraste además es útil para delimitar mejor el tumor pericárdico del miocardio.

El pronóstico global depende del momento del diagnóstico, aunque la supervivencia media de estos pacientes está entre seis y diez meses (1, 11).

Cortesía del Dr. Ardoy Ibáñez. Hospital General de Elche. Figura 7

Mujer de 61 años con historia de dos meses de evolución de dolor torácico y aumento de la disnea con el ejercicio.

RM: Extenso derrame pericárdico circunfe-rencial asociado a masa sólida pericárdica de contornos irregulares, homogénea que se extiende hacia el receso pericárdico superior y presenta marcado realce tras la adminis-tración de gadolinio, hallazgos compatibles con mesotelioma pericárdico y taponamiento

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3) LESIONES PSEUDOTUMORALES

Trombos:

Los trombos son la causa más frecuente de masa intracardíaca, siendo más frecuentes en cavidades izquierdas. Se dan en situaciones en las que se produce un enlentecimiento del flujo sanguíneo que predispone a la formación de trombos. Los situados en la aurícula iz-quierda se presentan en casos de fibrilación auricular o valvulopatía mitral y los localizados en el ventrículo izquierdo se asocian con alteraciones de la contractilidad global o segmen-taria, como ocurre en la miocardiopatía dilatada o después de un infarto de miocardio. Los situados en cavidades derechas se dan en pacientes portadores de catéteres centrales o provienen de trombos venosos que se han desplazado de las extremidades. Presentan un riesgo significativo de embolización en territorio sistémico o pulmonar dependiendo de su localización.

La cardio-TC no es una técnica de imagen utilizada para el diagnóstico de trombos cardíacos, aunque se pueden detectar de forma ocasional. La secuencia de cardio-RM más sensible para detectar trombos intraventriculares es la de realce tardío. En ella el trombo se identifica como una lesión intracavitaria de muy baja señal situada entre la sangre blanca de la cavi-dad ventricular y la imagen de hiperrealce en el área de necrosis o fibrosis miocárdica. En secuencias de cine GE o SSFP el trombo suele ser hipointenso con respecto al miocardio y con una señal mucha más baja que la sangre blanca de la cavidades. En ocasiones, trombos murales, isointensos con el miocardio, no son detectables con las secuencias de cine. Las secuencias SE son las menos sensibles en la detección de trombos. Estos presentan una señal variable en las secuencias SE, dependiendo de si son agudos o crónicos. Esta varia-bilidad depende de los productos de degradación de la hemoglobina del trombo. En la fase aguda son hiperintensos en T1 y T2. Los trombos crónicos organizados son hipointensos con respecto al miocardio, tanto en T1 como en T2.

La distinción entre trombo y tumor con cardio-RM se basa en las imágenes de cine y en las secuencias con contraste. En cine los trombos suelen presentar una señal baja debido a un artefacto de susceptibilidad magnética. Además, como regla general, los trombos no suelen captar contraste, a diferencia de los tumores. Una excepción a esta regla son los trombos organizados que pueden presentar realce en una secuencia de realce tardío y en secuencias SE T1 postgadolinio. Este realce se identifica en la periferia del trombo, a diferencia de los tumores que suelen captar también en la zona central. Por tanto, con la RM se puede dife-renciar entre trombo subagudo y trombo organizado. Esta distinción es importante, ya que la embolización es mucho más probable a partir de un trombo subagudo que de un trombo organizado.

Hipertrofia lipomatosa del septo interauricular

Se define como el depósito de grasa madura y fetal, no encapsulada, en el septo interauri-cular que excede 2 cm de diámetro transversal. Sin embargo no es debida a hipertrofia de los adipocitos, sino a un aumento de su número, por lo que el término que la define no es correcto. La infiltración grasa separa la fosa oval, hallazgo característico en ecocardiografía, TC y RM. A diferencia del lipoma cardíaco, la hipertrofia lipomatosa no está encapsulada y no es una neoplasia verdadera.

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Aparece como una lesión localizada en el septo interauricular, con márgenes bien definidos, forma de reloj de arena, con las características de señal de la grasa en RM y sin realce tras la inyección de gadolinio (Figura 8).

Debido al depósito de grasa fetal (grasa parda) con alto metabolismo, en los estudio de PET puede observarse una marcada captación de FDG en el septo interauricular. Por este motivo, debemos tener siempre en cuenta los hallazgos del TC y la RM para evitar falsos positivos en la interpretación FDG-PET en estudios oncológicos (12, 13).

Suele presentarse en pacientes con edad avanzada y obesidad. La hipertrofia lipomatosa de septo interauricular es mucho más común que el lipoma cardíaco. Generalmente son asintomáticos aunque puede asociarse a arritmias como fibrilación auricular o bloqueos AV, probablemente secundario a interrupción de las vías septales de conducción (14).

Además de éstas, existen otros procesos, como la Fibrosis Valvular (Figura 9) o las afec-ciones inflamatorias, como la Inflamación Xantogranulomatosa (Figura 10), que pueden confundirse con lesiones tumorales por imagen. Es importante, también, el conocimiento de las estructuras anatómicas intracardiacas normales ya que pueden mostrar un aspecto “no-dular” con estas técnicas. La más habitual es la Válvula de Eustaquio prominente que se ve frecuentemente en los estudios de RM con una intensidad de señal similar a la del miocardio y no debe confundirse con tumores o trombos (1,3).

En nuestra serie tuvimos un paciente en el que se descubrió una Fístula Coronaria ante la

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Figura 9

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sospecha de tumor cardíaco (Figura 11). Esta entidad es una anomalía infrecuente (4% de todas las malformaciones cardíacas congénitas) y representa una comunicación anómala entre una arteria coronaria y una cámara cardíaca, seno coronario, arteria o vena pulmonar. La mayoría de ellas son congénitas aunque pueden ser adquiridas a consecuencia de un pro-ceso invasivo. La mayoría drena hacia el corazón derecho principalmente al ventrículo. Gene-ralmente constituye un hallazgo casual visible en método complementario realizado por otra causa y requiere solo seguimiento (15, 16). El tratamiento quirúrgico se realiza en pacientes sintomáticos (insuficiencia ventricular por shunt) con ligadura del tracto fistuloso. Hay casos descritos de tratamiento percutáneo con embolización selectiva transcateter (17, 18).

También es importante conocer que Patología Extracardíaca puede simular tumores cardía-cos. En nuestro estudio tuvimos 4 casos en los que una atelectasia pulmonar (Figura 12), una hernia diafragmática (Figura 13), un secuestro intrapulmonar y una compresión extrín-seca por cerclajes de esternotomía, ocasionaron problemas de diagnóstico diferencial con masa cardíaca en ecocardiografía.

Las tablas 14, 15, 16 y 17 muestran una representación esquemática de las principales características de las lesiones tumorales y pseudotumorales cardíacas.

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Figura 12

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Figura 14

Figura 15

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TUMORES CARDÍACOS

TUMORES CARDÍACOS BENIGNOS: HALLAZGOS RADIOLÓGICOS

Figura 15

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CONCLUSIONES

Los tumores cardíacos son infrecuentes. Aunque existe un considerable solapamiento tanto en su presentación clínica como en los hallazgos de imagen, hallazgos como la edad de pre-sentación (infancia o adultos), su localización, signos radiológicos de agresividad, la presen-cia de derrame pericárdico o pleural asopresen-ciados, y las características del tejido, pueden ayudar en la diferenciación entre tumores benignos y malignos.

La RM es una modalidad diagnóstica no invasiva que proporciona una visión anatómica mul-tiplanar del corazón siendo una herramienta eficaz que permite la confirmación y estudio de localización, extensión, comportamiento biológico, caracterización tisular y evaluación de la repercusión funcional de las lesiones cardíacas, tumorales y pseudotumorales, y yuxtacardía-cas permitiendo una aproximación diagnóstica fiable de benignidad o malignidad.

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