Quién dice que es malo tener vida de perros

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(1) PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATOLICA DE CHILE FACULTAD DE COMUNICACIONES . Quién dice que es malo tener vida de perros. POR Valentina Pozo Olavarrieta. Proyecto presentado a la Facultad de Comunicaciones de la Pontificia Universidad Católica de Chile para optar al grado académico de Magíster en Periodismo Mención Prensa Escrita. Profesor guía: Paulina Valenzuela Gerlach Marzo, 2011 Santiago, Chile .

(2) . . A ti que nunca dejaste de creer en mi. .

(3) Índice Nº de páginas I. II.. INTRODUCCIÓN………………………………………………………………………………………………………..p.4 REPORTAJE……………………………………………………………………………………………………………….p.6 . III.. BIBLIOGRAFÍA…………………………………………………………………………………………………………..p.13 . .

(4) I. Introducción La idea del reportaje nace principalmente de la curiosidad, la observación y de un evidente crecimiento en la oferta de artículos para perros, sumado a campañas tipo Dog Lovers y a la, creencia inicial, de una baja en la tasa de natalidad. El reportaje tiene 3 elementos. Primero, el desarrollo económico que ha tenido Chile en los últimos 25 años, que se ve reflejado en la mejora de la calidad de vida y en el acceso a bienes de segunda necesidad. Segundo, la creciente baja en la natalidad. En 1950 existían cinco niños por mujer y hoy, este porcentaje está en 1,9, por lo que siquiera se alcanza a equilibrar el número de nacidos para generar un recambio en la población. Chile está envejeciendo. Tercero, es el creciente mercado de las mascotas, específicamente de los perros, que existe en Chile. La ligazón de estos tres elementos es básicamente la siguiente: Chile está teniendo características propias de un país desarrollado, tanto en materias económicas como sociales. Para conseguir un mayor desarrollo, un país tiene que producir más y para eso debe capacitar a su población. Actualmente una parte de los chilenos están extendiendo sus estudios más allá del pregrado, para poder optar a mejores puestos laborales o mantener los que tienen, ya que la movilidad laboral obliga a los individuos a un constante perfeccionamiento. La baja en la tasa de natalidad responde al fenómeno anterior. Al dedicarle más tiempo al estudio y al trabajo las personas comienzan a aplazar la paternidad. Además existe un fenómeno llamado D.I.N.K (double-‐income; no kids), en el que parejas jóvenes deciden no tener hijos para poder optar a una mayor calidad de vida o por la imposibilidad de brindarles una educación de buena calidad debido a los altos costos. Hay una sociedad más individualista, en la que cada cual debe surgir por sus propios medios y por tanto quiere aprovechar de mejor manera sus tiempos libres y su dinero. Los perros entran en esta perspectiva en el momento en que el ser humano necesita entregar afecto, aún cuando lo ajetreado de la vida moderna no lo permita y por tanto busca refugio en estos animales, tendiendo o no a la humanización. No existen estudios similares a lo planteado en este reportaje. No se puede corroborar, a menos que se haga un estudio empírico, que las personas que no tienen hijos los reemplazan con perros, sin embargo, si corren como fenómenos paralelos. La relevancia del tema va más allá de la banalidad que muchos podrían asociar con la tenencia de perros, con la compra de vestuarios y la humanización, ya que, hay una .

(5) carencia social y un desapego entre las personas que los ha hecho volcar sus afectos en estos animales y un mercado que supo sacar provecho de esta situación. Actualmente existen cementerios, urnas con motivos especiales, hoteles (con distintas estrellas), tratamientos sicológicos, flores de Bach, acupuntura, un inmenso mercado textil, pastelería, peluquerías y accesorios que cuentan con tecnología de movimiento o antibacteriana. Hay incluso comida especial para evitar enfermedades como cálculo renal, propias de algunas razas. El ítem mascotas y servicios veterinarios ha sido incluido en el cálculo del Índice de Precios del Consumidor (IPC). La gente está gastando un porcentaje no menor de sus sueldos en productos y servicios para perros, lo que a la larga podría incluso generarle trastornos a la mascota, la cual podrían generar en él una conducta agresiva. El perro como tal, está en el escalón más bajo de mando en la jerarquía de una familia, sin embargo, cuando las personas los humanizan, generan cambios de conducta que los hacen asumir un acenso irreal, que al ser arrebatado podría generar agresividad. Me explico, si se acostumbra al perro como un ser más de la familia, se le viste, se le pone un lugar en la mesa, se le deja dormir en la cama, él siente que su papel en la manada es mayor y por lo tanto pasa a ser el líder. Al querer que elimine estos hábitos, se podría generar una descompensación y agresividad. Las principales dificultades que encontré al minuto de gestionar el reportaje fueron varias, en primer lugar la incredulidad de los profesores respecto a él y el acceso a la información, ya que como mencioné antes no existen estudios de este tipo. La manera en que sustente este reportaje fue mediante cifras oficiales del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) y la encuesta Casen, además de entrevistas con sociólogos especializados en familia y estructuras sociales, y economistas dedicados tanto a micro como macro economía En el colegio médico veterinario de Chile, no existe un “censo” de la cantidad de clínicas veterinarias existentes en la Región Metropolitana, sin embargo reconocen un crecimiento de un pequeño retail en ellas. .

(6) II. Reportaje . Una mercado en alza: Quién dice que es malo tener vida de perros . En los últimos 25 años los chilenos, con el aumento del poder adquisitivo, han experimentado un cambio en sus hábitos de consumo y una creciente tendencia en el acceso a bienes y servicios suntuarios. Esto sumado a una baja en la tasa de natalidad, ha llevado a que los perros ocupen un nuevo sitial en la sociedad, a tal punto que las mascotas y los servicios veterinarios formen parte de la canasta básica familiar del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) , al igual que la carne, las verduras y el pan. Por Valentina Pozo. Todos han sido avisados. Las invitaciones ya han sido repartidas. Es un día de fiesta para los padres y la cumpleañera. El lugar ya ha sido decorado, hay globos, velas, manteles y collares hawaianos. La torta, los cupcakes y los dulces ya están listos. Uno a uno comienzan a llegar los invitados, cada cual con su mejor traje y recién salidos de la peluquería. En una mano el regalo, en la otra la correa y de ella cada uno de los pequeños y peludos invitados. Es un cumpleaños de perros. Los 50 contertulios varían son de distintas razas, todos bien vestidos y listos para celebrar junto a Paris, una pequeña Chihuahua, su natalicio en el Parque Araucano de Las Condes. Sí, los perros chilenos del siglo XXI tienen fiestas de cumpleaños, dormitorios privados, baños especialmente adaptados para ellos con productos de Spa y toallas de microfibra, platos con censores de movimiento que ayudan a que su comida se mantenga fresca, ropa para distintas ocasiones y joyeros para situaciones especiales. El mercado de los perros en Chile se ha sofisticado. Desde hace al menos cinco años están quedando atrás las dos o tres góndolas de supermercado que exhibían collares, comida y correas. Hoy en el mundo del retail hay pasillos dedicados exclusivamente a ellos, en los que pueden encontrarse camas, bolsos de transporte, juguetes, productos de belleza, alimento, vitaminas y vestuario que para fechas significativas, como fiestas patrias o Navidad de no más de 35 centímetros. Atrás quedaron los años en que a los perros se les dejaba en el patio, se les daban las sobras de la comida y se les abrigaba con algún chaleco dado de baja. Actualmente hay un floreciente mercado para ellos. Se ofrecen alimentos de mayor calidad y en algunos casos, que cubran necesidades específicas por raza. Se ofertan camas que repelen las bacterias; zapatos, calzones de celo con blondas y se les lleva a la peluquería periódicamente. .

(7) La casa de la abuela Camila Loyola tiene 24 años y es relacionadora pública del Hospital Clínico de la Universidad de Chile. Está casada y aún no tiene hijos, al menos no humanos, como dice ella, ya que Paris y Baruc, de dos años y dos meses respectivamente, ocupan el ciento por ciento de su tiempo maternal. “Me dedico completamente a ellos, son mis hijos”, cuenta divertida, mientras sostiene al pequeño Chihuahua negro que aún no sobrepasa los 500 gramos. Para ella sus perros son todo. No los lleva a hoteles caninos, evita dejarlos solos y los lleva al veterinario al menor estornudo. Cada mañana, antes de ir a trabajar, ella y su esposo, Gabriel Castro, los pasan a dejar a la casa de “la abuelita”: “En la noche espero a que llegue mi marido y nos vamos a nuestro hogar”, dice Camila. Entre alimento, visitas al veterinario y accesorios, en un mes normal los Castro-‐ Loyola pueden gastar $50.000, cifra que en ocasiones especiales como Año Nuevo o Halloween aumenta, puesto que los precios del vestuario son altos: “Son más caros que los de humano. Un polerón puede llegar a costar hasta $25.000, ya que la mayoría son importados. Los precios son como de ropa de guagua”. Nuevo ítem en la canasta familiar Según los datos estadísticos, los gastos en mascotas presentan una tendencia al alza en el presupuesto familiar de los chilenos. Tanto es así que ya están incluidos en el cálculo de la canasta básica del Índice de Precios del Consumidor (IPC) que realiza el INE y en el estudio sobre “Cambios en las pautas de consumo de los chilenos” de mayo de 2008 del mismo organismo. Este cambio ha sido posible, entre otros factores por el desarrollo económico que ha experimentado Chile en los últimos 25 años. El nivel de vida de los chilenos ha mejorado. Sobre este fenómeno explica el economista y docente de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Rolf Lüders: “Sin duda, el aumento del PIB per cápita se traduce en la práctica –casi sin excepción-‐ en mejoras en la calidad de vida de los habitantes y lo mismo ha sucedido en Chile: mejores estándares alimenticios, mejoras de salud y vivienda, más entretención, etc.”. Por su parte Joseph Ramos, doctorado en economía y docente de la Universidad de Chile agrega que el nivel de vida de los chilenos se ha triplicado. “Hay 3 veces más de todo. Lo que para las personas se traduce en que en 1985 tal vez la cuarta parte de la población tenía televisor a color y hoy un 95% tiene. Que en 1985 un 40% tenía refrigerador, hoy un 90%, antes 30% tenía lavadora, ahora un 85%”. Denise Tala Socióloga de la Universidad de Chile, agrega que “nuestra sociedad gusta cada vez más del ‘vivir bien’, de la comodidad, la cual se ha facilitado por medio de la ‘democratización del crédito’. El que permite acceder a bienes materiales que reportan comodidad personal y gratificación instantánea, lo cual conlleva muchas veces a un consumo donde se pierde el sentido práctico .

(8) transformándose en un consumo simbólico, es decir, permite ser reflejo de lo que quiero que otros reconozcan en mi”. Disponer de mayores recursos explica que el alto gasto que algunas familias realizan en mascotas no varíe, incluso en tiempo de crisis. Según un estudio del Pet Food Institute de 2009, sobre “Hábitos de compra y consumo de alimentos para mascotas”, realizado en seis ciudades del país a hombres y mujeres desde 18 años y de todos los estratos socioeconómicos. Casi el 80% daba a sus animales comida envasada y en periodo de crisis un de ellos 84,3% no cambiaron esta forma de alimentación. No sólo en comida se concentra la demanda de bienes y servicios para perros. Manuel Torres vendedor de Tomyto For Pets, una tienda de accesorios, pastelería y organización de eventos para mascotas cuenta que debido al “éxito y la demanda” hace 7 meses dejaron la plataforma online que usaron por más de 4 años para comercializar sus productos, para instalar un local en Providencia. “El rango de gastos de nuestros clientes es variable, porque una persona puede gastar $150.000 en una tarde y otra $30.000. La gente invierte en sus mascotas, ya no son los animales del patio, sino que son parte de la familia”, explica Torres. Expresa que la mayoría de sus visitantes son “matrimonios jóvenes que no quieren tener hijos y tienen un perrito que cuidan como si lo fuera”. Más desarrollo, menos hijos Un fenómeno paralelo al progreso económico ha sido el de la baja en la tasa de natalidad de 5 hijos por mujer en los años 50 a sólo 1,9 en la actualidad, según cifras del INE. El economista Rolf Lüders enfatiza que “es normal que a medida que aumenta el nivel de ingreso de un país, caiga la tasa de natalidad. Son varios los factores que explican el fenómeno: junto con el aumento del ingreso tienden a mejorar los sistemas de seguridad social (los hijos son el seguro para los padres en sociedades pobres), mejoran los sistemas de salud (mueren menos hijos), educar y mantener los hijos se hace más caro, etc. Todos esos factores se dieron en Chile.” Coincide con esta visión Dante Contreras, economista y docente de la Universidad de Chile quien afirma que es natural que los países que transitan al desarrollo, como el nuestro, experimenten una fuerte caída en la tasa de natalidad. “Las familias quieren gastar más en la educación de sus hijos y probablemente en una más cara, por lo tanto, el número de hijos que están dispuestos a tener disminuye, para ofrecerles una calidad razonable”, indica Contreras. Una parte de la población chilena sigue una tendencia que hasta fines del siglo XX se observaba en países desarrollados: un porcentaje de sus parejas jóvenes deciden postergar la Paternidad. Además, una parte de la población está considerando extender sus estudios superiores más allá del pregrado. Las razones son varias, una de ellas se vio .

(9) reflejada en la Encuesta de Caracterización Socioeconómica Nacional (CASEN) de 2009, donde se muestra que a mayor escolaridad del jefe de hogar, menor es la posibilidad de caer en la pobreza. Es decir, entre aquellas familias que son dirigidas por personas con 8 o menos años de escolaridad existe un 17%, el que se reduce a 3,8% entre aquellos que tienen de 17 en adelante. El sociólogo y subdirector del Centro de Investigación en Estructura Social (CIES) Carlos Ruiz repara en que lo anterior se debe principalmente a los altos niveles de rotación laboral. “Tengo que obtener cada vez más calificaciones para mantener la plaza que tengo y no digo para aspirar a más, sino para seguir donde estoy”. “Esto se vive de forma más fuerte en las capas medias de la sociedad. Aquí la mujer va a introducir otro elemento, va a pensar ‘no puedo tener un hijo antes de sacar mi magíster, antes de terminar muchas cosas’ y con esto estamos hablando de que se pospone la edad tradicional de parto”, agrega Ruiz. Fabiola Rivera, licenciada en Sociología de la Universidad de Chile, interpreta las cifras que muestran la baja en la tasa de natalidad. “Alguien que está en la disyuntiva entre ser pobre de clase media o subir un poco más y estabilizarse económicamente deja de considerar una opción tener hijos. Creo que el fenómeno de las mascotas se debe a la poca afectividad y sociabilidad que tenemos con las otras personas en el trato real, es decir, que te sientas satisfecho relacionándote con otros. En ese contexto claro que un perro llega para llenar esos vacíos”. Dante Contreras explica que en la medida que los países se desarrollan, tanto hombres como mujeres tienen un mayor costo-‐oportunidad en lo laboral, es decir, “el mercado del trabajo es más rentable y queremos participar en él. Eso significa, dedicarle menos tiempo al hogar, y por lo tanto, hay menos tiempo para criar hijos”. Contreras subraya que en el presupuesto familiar han aumentado los recursos que destinan a salud y educación. “Eso tiene que ver básicamente con que en la medida en que los países se van desarrollando, las familias quieren gastar más en la educación de sus hijos y probablemente en educación más cara, por lo tanto, el número de hijos que están dispuestos a tener disminuye”, explica. En esos contextos, se da la posibilidad para la mascota, cuya crianza y sostén es evidentemente más barato y menos demandante que el de un ser humano. ******* Patricia Calfio, de 29 años, es maquilladora y trabaja de forma independiente. Hace poco más de 4 años está casada y hace la misma cantidad de tiempo tiene una Dachshund pelo de alambre, Florencia o Flo Botas, como la conocen sus familiares y amigos. No tiene hijos. Cuenta que quiere tenerlos y que no lo ha hecho “por motivos de trabajo. Me falta estar bien establecida primero para poder desaparecerme un poco. Me encantaría tener hijos y que se relacionaran con ella”. .

(10) De momento, “Flo es como un hijo para nosotros. La cuido igual que si lo fuera. Ignacio, mi marido, es muy sobreprotector, tiene que saber siempre dónde está y si no la escucha, por ejemplo en media hora, la empieza a llamar. Siempre estamos pendientes de que no le falte nada. Para mi ella es como un hijo”, dice Patricia. Al igual que Paris, Flo Botas también tiene ropa y ciertos privilegios en el hogar, por ejemplo: uno de los tres sillones que hay en el departamento “es suyo y por esos tiene sus juguetes arriba. Come Hills ID especial para problemas intestinales, tiene una escalera para subirse a nuestra cama y cada vez que Ignacio viaja le trae premios especiales, ya que es delicada del estómago”. Entre cuidados clínicos, comida, juguete y accesorios Ignacio y Patricia pueden llegar a gastar $35.000 mensuales en Flo. Sin embargo, el mercado para perros no se limita a vestuario, juguetes y alimentos. La salud también es un ítem de creciente importancia y sofisticación. Actualmente sus cuidados no se dejan al azar sino que están a cargo de profesionales. Consultado Fernando Álvarez, vicepresidente del Colegio Médico Veterinario de Chile (Colmevet) sobre la cantidad de clínicas veterinarias que hay en la Región Metropolitana, responde. “Eso no lo maneja nadie, no hay ningún sistema estadístico ni de nosotros, ni de la Sociedad de Médicos Veterinarios Especialistas en Pequeños Animales (MEVEPA), ni del sistema de salud. Sólo tenemos estimaciones y pensamos que debe haber algo más de 500 entre clínicas, consultorios y hospitales”. Cuenta que “las clínicas veterinarias están pasando de haber sido centros médicos a ser cada vez más un pequeño retail, en el sentido de que están agregando todo tipo de accesorios y alimentos”. Según Álvarez esto se debe a que es necesario “compensar los ingresos. Si hay más clínicas, la única forma de aumentar las ganancias es a través de esto”. Astrid Concha, médico veterinario y etóloga sostiene que “dentro de la veterinaria lo que más vende es la peluquería, los accesorios y el alimento, más que la consulta en sí”, sumado a crecientes terapias conductuales para perros derivadas de trastornos de “ansiedad por separación” en perros. Hay quienes han visto en esto una oportunidad de negocios. Olga Baeza es trabajadora social, Gerenta General y una de las dueñas de ISAPET, “la única Isapre para mascotas que hay en Chile”. Llevan 8 meses funcionando y ya cuentan con más de “300 afiliados” de los que “un 60% son perros”, cuenta Baeza. Disponen de 6 planes de salud que van de $6.500 a $23.000, en los cuales hay “libre elección de veterinarios o clínicas, cobertura de enfermedades preexistentes y una política de no discriminación por edad o sexo. La cultura está avanzando en este sentido, las personas están incorporando a las mascotas como un miembro más de la familia y por lo mismo las afilian”, cuenta Baeza. .

(11) Compañía y redes sociales Paula Jotar tiene 29 años. Es docente universitaria y no tiene hijos. Es soltera y dueña de Sally Kay, una Yorkshire que le regaló su madre. “Quería un perrito que pudiera estar siempre conmigo. También una ‘pequeña muñequita’ para vestir linda”, cuenta. Considerando ropa, accesorios, comida y veterinario Paula puede gastar $30.000 en Sally Kay a quién le ha creado un perfil en Facebook, mediante el cuál y entre sus más de 450 amigos, la pequeña pudo establecer una relación con Chester Alarcón otro Yorkshire. A diciembre de 2010 existen 7.564.720 perfiles de chilenos en Facebook, de los cuales, al menos 117.020 han expresado que les gustan los perros por lo que la tendencia a promocionar accesorios por estos medios cobra sentido. Jimena Urzúa es de Osorno. Hace 3 años que vive en Santiago debido al trabajo de su esposo y hace siete que Tomás, un poodle, es parte de su vida. Luego de una dolorosa separación, Jimena sintió que se había quedado sola, que no tenía a quien brindarle cariño. Sus hijos ya estaban grandes y empezando a hacer sus vida. “Nunca había tenido una mascota y era un compromiso enorme. Así que tuve que empezar a buscar mucha información. Para mi esto fue igual, en otra dimensión claro, que tener un hijo”, cuenta. Los gastos mensuales bordean los $ 60 mil, los que se destinan a comida, ropa, accesorios, juguetes, peluquería y golosinas. La cantidad de consultas veterinarias están sujetas a las necesidades de Tomás, sin embargo, anualmente se le hace un chequeo completo que este año alcanzó los $100 mil y una limpieza dental. A Jimena le sorprende la forma en que ha aumentado esta tendencia y cómo tantas personas están “volcando sus afectos en animalitos por la dificultad de hacerlo en seres humanos. He visto que para muchas parejas jóvenes es una opción antes de tener un hijo, tener un perrito, pero no lo comparto. Creo que eso es postergar una etapa importante de cada uno”. La postergación e individualismo del que habla Jimena, bien podría explicarse con lo que el sociólogo Carlos Ruiz llama “sociedad deficitaria”. “Con el fin de la dictadura se desmantelan las viejas protecciones desarrollistas del modelo económico. El individuo puede contar con más oportunidades, pero tiene que ganárselas solo”. “También está la desafiliación a la iglesia, todas las entidades que estructuraban un sistema de personalidad desaparecen. Por tanto “se tiende a buscar un reemplazo a estas formas de apego y ahí es donde podrían aparecer los animales, sobre todo entre la gente que vive sola o parejas sin hijos”, agrega Ruiz. Tan parte de la familia es Tomás que tiene una pieza, un closet y un baño casi exclusivamente para él, para sus juguetes, comida, ropa, accesorios, toallas y .

(12) productos de belleza. “Entiendo que Tomás es un animalito, no un bebé y ahí es donde me pregunto si no he provocado que él no sea completamente feliz, no me cabe duda de que ha recibido amor, pero él siquiera ladra y digo: ‘Dios mío, he creado una personalidad absolutamente humana’. Él no se sabe defender, si salimos y ve otro perro que le ladra no sabe que hacer”, reflexiona Jimena. Recuadro Pero estos no son los únicos cambios que ha experimentado el mercado de los perros en Chile, ya que actualmente se pueden encontrar peluquerías con costos y servicios variados que van desde corte por $12.000 en el caso de un Schnauzer miniatura o $2.000 en el de una pedicure que incluye esmalte de colores. Asimismo existen hoteles caninos con gastos que varían entre $5.000 y $8.000 diarios dependiendo de la temporada. En ambos casos sólo se incluye el alojamiento y los paseos. La comida, juguetes y camas deben ser llevadas por el dueño, quien si no puede ir a dejarlo o a buscarlo debe considerar al menos $2.000 extras por concepto de movilización. También existe pastelería canina con precios que varían entre $1.500 los cupcakes con diseños especiales, $1800 las 6 unidades de galletas y $15.000 una torta para 12 perros. En Chile existen 2 cementerios para animales, uno es el Cementerio Parque de Asís, del Buin Zoo, que funciona hace 23 años y que tiene cerca de 9.000 mascotas sepultadas, sus costos varían entre $22.000 y $42.000 anuales, que incluyen una pequeña lápida y el Cementerio del Pilar con precios que van desde los $68.000 a los $78.000 según el tamaño del perro más una cuota anual de mantención de $50.000. Dentro del mercado funerario también se pueden encontrar urnas con diseños especiales en Ánforas Chile que cuestan desde $40.000. .

(13) III. Bibliografía Documentación y fuentes usadas durante la tesis. •. •. Material de “Chile en cifras” de la Universidad Andrés Bello y la consultora Datavoz, en el cual se analizan los cambios que ha tenido la sociedad chilena en base a datos históricos den Instituto Nacional de Estadísticas (INE) y la Casen. Estudios de Pet Food Institute sobre consumo, hábitos y tenencia de mascotas. . • • • • •. • • • •. Hábitos de consumo y compra de alimentos (Adimark 2009) Primer Estudio Nacional de Tenencia de Mascotas (Adimark/ 2008) Hábitos de Tenencia de Mascotas (Collect GFK/ 2007) Veterinarios y Alimentos de Mascotas (Cognitiva/ 2006) Radiografía del Mercado de Alimentos para Mascotas (Latin Panel/ 2005) . Encuesta Casen 2009. Documentación del diario. Referencias de: http://www.avma.org/ . Entrevistas: Economistas: • Dante Contreras (U. Chile -‐ presencial) • Joseph Ramos (U. Chile -‐ presencial) • Jorge Katz (U. Chile -‐ presencial) • Rolf Lüders U. Chile – vía mail) Sociólogos: • Fabiola Rivera (U. Chile -‐ presencial) • Carlos Ruiz (Sub Director Centro de Investigación en Estructura Social U. Chile -‐ presencial) • Denise Tala (universidad de Chile – Vía mail). Veterinarios: • Astrid Concha (Etóloga – presencial) • Fernando Álzares (vicepresidente colegio médico veterinaro – Telefónica) • Eduardo Baldrich (Representante PFI -‐ presencial) Dueños de Perros: Paula Jotar (Motivo: Compañía. Mail) Jimena Urzúa (Motivo: Carencias Afectivas -‐ Nido Vacío presencial) Camila Loyola (Motivo: Reemplazo Hijos presencial) Patricia Calfio (Motivo: Trabaja como independiente, no tiene estabilidad económica y por tanto no tiene hijos -‐ presencial)) Accesorios: • Tomyto Ropa para mascotas (Tienda producto exportados, primera pastelería canina en Chile aprovada por el SAG-‐ presencial)) • Macarena Carmona (Diseñadora de vestuario, se dedica a la venta online de vestimenta para perros – via mail) • • • •.

(14) •. Otros: • • • • •. . Claudia Flores -‐ Beautifuldog (Tienda Online ropa perros – via mail) Olga Baeza (Gerenta General Isapet -‐ Unica isapre para perros, el resto son seguros de salud o convenios -‐ presencial)) Gustavo Marwit (Prensa -‐ Cementerio Parque de Asís Buinzoo – Telefónica) Cementerio del Pilar (Costos y servicios – Telefónica) Iners (Crematorio de mascotas – Telefónica) Anforas Chile (venta de ánforas para mascotas – Telefónica). .

(15) 10. LUNES 15 DE OCTUBRE DE 2018. REPORTAJES. C5. VIERNES 19 DE NOVIEMBRE DE 2010 espectaculos@mercurio.cl. POR VALENTINA POZO OLAVARRIETA. T. odos han sido avisados. Las invitaciones ya han sido repartidas. Es un día de fiesta para los padres y la cumpleañera. El lugar fue decorado, hay globos, velas, manteles y collares hawaianos. La torta, los cupcakes y los dulces ya están listos. Uno a uno comienzan a llegar los invitados, cada cual con su mejor traje y recién salidos de la peluquería. En una mano el regalo, en la otra la correa y de ella cada uno de los pequeños y peludos invitados. Es un cumpleaños de perros. Los 50 contertulios son de distintas razas, todos bien vestidos y listos para celebrar junto a Paris, una pequeña Chihuahua, su natalicio en el Parque Araucano de Las Condes. Sí, los perros chilenos del siglo XXI tienen fiestas de cumpleaños, dormitorios privados, baños especialmente adaptados para ellos con productos de Spa y toallas de microfibra; platos con censores de movimiento que ayudan a que su comida se mantenga fresca, ropa para distintas ocasiones y joyeros para situaciones especiales. El mercado de los perros en Chile se ha sofisticado. Desde hace al menos cinco años están quedando atrás las dos o tres góndolas de supermercado que solo exhibían collares, comida y correas. Hoy en el mundo del retail hay pasillos dedicados exclusivamente a ellos, en los que pueden encontrarse camas, bolsos de transporte, juguetes, productos de belleza, alimento, vitaminas y vestuario para fechas significativas, como fiestas patrias o Navidad de no más de 35 centímetros. Atrás quedaron los años en que a los perros se les dejaba en el patio, se les daban las sobras de la comida y se les abrigaba con algún chaleco dado de baja. Actualmente hay un floreciente mercado para ellos. Se ofrecen alimentos de mayor calidad y en algunos casos, que cubran necesidades específicas por raza. Se ofertan camas que repelen las bacterias; zapatos, calzones de celo con blondas y se les lleva a la peluquería periódicamente.. Una creciente tendencia:. Los perros: el nuevo objeto del deseo chileno. La casa de la abuela Camila Loyola tiene 24 años y es relacionadora pública del Hospital Clínico de la Universidad de Chile. Está casada y aún no tiene hijos, al menos no humanos, como dice ella, ya que Paris y Baruc, de dos años y dos meses respectivamente, ocupan el ciento por ciento de su tiempo maternal. “Me dedico completamente a ellos, son mis hijos”, cuenta divertida, mientras sostiene al pequeño Chihuahua negro que aún no sobrepasa los 500 gramos. Para ella sus perros son todo. No los lleva a hoteles caninos, evita dejarlos solos y los lleva al veterinario al menor estornudo. Cada mañana, antes de ir a trabajar, ella y su esposo, Gabriel Castro, los pasan a dejar a la casa de “la abuelita”: “En la noche espero a que llegue mi marido y nos vamos a nuestro hogar”, dice Camila. Entre alimento, visitas al veterinario y accesorios, en un mes normal los Castro-Loyola pueden gastar $50.000, cifra que en ocasiones especiales como Año Nuevo o Halloween aumenta, puesto que los precios del vestuario son altos: “Son más caros que los de humano. Un polerón puede llegar a costar hasta $25.000, ya que la mayoría son importados. Los precios son como de ropa de guagua”.. Nuevo ítem en la canasta familiar Según los datos estadísticos, los gastos en mascotas presentan una tendencia al alza en el presupuesto familiar de los chilenos. Tanto es así que ya están incluidos en el cálculo de la canasta básica del Índice de Precios del Consumidor (IPC) que realiza el INE y en el estudio sobre “Cambios en las pautas de consumo de los chilenos” de mayo de 2008 del mismo organismo. Este cambio ha sido posible, entre otros factores por el desarrollo económico que ha experimentado Chile en los últimos 25 años. El nivel de vida de los chilenos ha mejorado.. 1990. Familias 10,5% Unipersonales 67,3% Biparentales 22,2% Monoparentales. En los últimos años los chilenos han experimentado un cambio en sus hábitos de consumo y con ello una tendencia al alza en el acceso a mercados y servicios para mascotas. A tal punto que este ítem forma parte del Índice de Precios del Consumidor (IPC) y es parte de la canasta básica familiar al igual que la carne, las verduras y el pan. Sobre este fenómeno explica el economísta y docente de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Rolf Lüders: “Sin duda, el aumento del PIB per cápita se traduce en la práctica –casi sin excepción- en mejoras en la calidad de vida de los habitantes y lo mismo ha sucedido en Chile: mejores estándares alimenticios, mejoras de salud y vivienda, más entretención, etc.”. Por su parte Joseph Ramos, doctorado en economía y docente de la Universidad de Chile agrega que el nivel de vida de los chilenos se ha triplicado. “Hay 3 veces más de todo. Lo que para las personas se traduce en que en 1985 tal vez la cuarta parte de la población tenía televisor a color y hoy un 95% tiene. Que en 1985 un 40% tenía refrigerador, hoy un 90%, antes 30% tenía lavadora, ahora un 85%”. Denise Tala Socióloga de la Universidad de Chile, agrega que “nuestra sociedad gusta cada vez más del ‘vivir bien’, de la comodidad, la cual se ha facilitado por medio de la ‘democratización del crédito’. El que permite acceder a bienes materiales que reportan comodidad personal y gratificación instantánea, lo cual conlleva muchas veces a un consumo donde se pierde el sentido práctico transformándose en un consumo simbólico, es decir, permite ser reflejo de lo que quiero que otros reconozcan en mi”. Disponer de mayores recursos explica que el alto gasto que algunas familias realizan en mascotas no varíe, incluso en tiempo de crisis. Según un estudio del Pet Food Institute de 2009, sobre “Hábitos de compra y consumo de alimentos para mascotas”, realizado en seis ciudades del país a hombres y mujeres desde 18 años y de todos los estratos socioeconómicos. Casi el 80% daba a sus animales comida envasada y en periodo de. 2006. Familias 13,2% Unipersonales 61,2% Biparentales 25.6% Monoparentales. crisis el 84,3% de ellos no cambió esta forma de alimentación. No sólo en comida se concentra la demanda de bienes y servicios para perros. Manuel Torres vendedor de Tomyto For Pets, una tienda de accesorios, pastelería y organización de eventos para mascotas cuenta que debido al “éxito y la demanda” hace 7 meses dejaron la plataforma online que usaron por más de 4 años para comercializar sus productos, para instalar un local en Providencia. “El rango de gastos de nuestros clientes es variable, porque uno puede gastar $150.000 en una tarde y otro $30.000. La gente invierte en sus mascotas, ya no son los animales del patio, sino que son parte de la familia”, explica Torres. Expresa que la mayoría de sus visitantes son “matrimonios jóvenes que no quieren tener hijos y tienen un perrito que cuidan como si lo fuera”.. Más desarrollo, menos hijos Un fenómeno paralelo al progreso económico ha sido el de la baja en la tasa de natalidad de 5 hijos por mujer en los años 50 a sólo 1,9 en la actualidad, según cifras del INE. El economista Rolf Lüders enfatiza que “es normal que a medida que aumenta el nivel de ingreso de un país, caiga la tasa de natalidad. Son varios los factores que explican el fenómeno: junto con el aumento del ingreso tienden a mejorar los sistemas de seguridad social (los hijos son el seguro para los padres en sociedades pobres), mejoran los sistemas de salud. 2009. Familias 13,8% Unipersonales 58.6%Biparentales 27.6% Monoparentales. (mueren menos hijos), educar y mantener los hijos se hace más caro, etc. Todos esos factores se dieron en Chile.” Coincide con esta visión Dante Contreras, economista y docente de la Universidad de Chile quien afirma que es natural que los países que transitan al desarrollo, como el nuestro, experimenten una fuerte caída en la tasa de natalidad. “Las familias quieren gastar más en la educación de sus hijos y probablemente en una más cara, por lo tanto, el número de hijos que están dispuestos a tener disminuye, para ofrecerles una calidad razonable”, indica Contreras. Una parte de la población chilena sigue una tendencia que hasta fines del siglo XX se observaba en países desarrollados: un porcentaje de las parejas jóvenes deciden postergar la paternidad. Además, una parte de la población está considerando extender sus estudios superiores más allá del pregrado. Las razones son varias, una de ellas se vio reflejada en la Encuesta de Caracterización Socioeconómica Nacional (CASEN) de 2009, donde se muestra que a mayor escolaridad del jefe de hogar, menor es la posibilidad de caer en la pobreza. Es decir, entre aquellas familias que son dirigidas por personas con 8 o menos años de escolaridad existe un 17%, el que se reduce a 3,8% entre aquellos que tienen de 17 o más años de estudios. El sociólogo y subdirector del Centro de Investigación en Estructura Social (CIES) Carlos Ruiz repara en que lo anterior se debe. 1950 – 2010: 5 - 1,9 Hijos..