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RIEGO DEFICITARIO CONTROLADO

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(1)

INSTITUTO DE INVESTIGACIONES AGROPECUARIAS FONDEF CENTRO REGIONAL DE INVESTIGACION LA PLATINA i:

INIA

FONDO DE FOMENTO AL DESARROLLO

CIENTIFICO Y TECNOLOGICO 7

ec

ON

MINISTERIO

DE AGRICULTURA

RIEGO

DEFICITARIO

CONTROLADO

L. ell - SERIE LA PLATINA N° 70

Radl Ferreyra E.

Gabriel Sellés V. Sh.

Loreto Burgos R.

Santiago, Chile, 1998

(2)
(3)

TABLA DE CONTENIDG

INTRODUCCION

FRUTALES DE HOJA CADUCA

DURAZNERO

CRECIMIENTO VEGETATIVO Y REPRODUCTIVO ...sssosssssessssssssseeesessunnsssoeaneeeanie RESPUESTA AL DEFICIT HIDRICO ..

Estudios de déficit hidrico dutaiite el | endurecimiento de dal ce carozo 020 (Chile) a. Estudio de estrés en poscoseche ...

INDICES PARA CONTROLAR EL DEFICIT HIDRICO EN DURAZNERO ...

CIRUELO

ESTRES DURANTE EL CRECIMIENTO DEL CAROZO ...ssscsssssssesesssssessensessessans ESTRES EN POST COSEIIA scotia tor en rnivin es a fei seo av cuca adnan

ALMENDRO

CUCTEY FENOLO GIO ics occa dee ses bce cap oceccnn deen

EXPERIENCIAS CON RIEGO DEFICITARIO ....sssssssssvesssssssssessccessesssessnsensssssseesses

VID VINIFERA

CRECIMIENTO VEGETATIVO Y REPRODUCTIVO.... be

EFECTO DEL DEFICIT HIDRICO SOBRE EL DESARROLLO VEGETATIVO...

EFECTO DEL DEFICIT HIDRICO SOBRE EL FRUTO sescssesescsssssssntsnensne am

EFECTO DEL DEFICIT HIDRICO SOBRE EL RENDIMIENTO ...n.oneneomenne

EFECTO DEL DEFICIT HIDRICO SOBRE COMPONENTES QUIMICOS...

EFECTO DEL DEFICIT HIDRICO SOBRE LAS

CARACTERISTICAS ORGANOLEPTICAS DEL VINO ...csccstaseststineesenen

ESTRES HIDRICO EN CABERNET SAUVIGNON (CHILE) ...sassscssesessenensese

Crecimiento vegetative ...00

Desarrollo del fruto y rendimiento ... Acidez, fenoles y antocianinas ..

Calidad del vino y su ralacidaer con rele rendimiantox spesetd scaled ane taste [INDICES DE ESTRES ..

UVA DE MESA

REGIUERIMIENTOOS DEAS So ocscisencinnninntosinaitnsitasin

EFECTO DEL DEFICIT HIDRICO ..-nnsrennnettnnneisttnnniettennienst

DEFICIT HIDRICO Y DESORDENES FISIOLOGICOS ....sssnstnnnsteennsne

(4)

MANZANO

FASES DE CRECIMIENTO ....scessnsetesntnntesnntnittnnnitiinnninitinense

EFECTO DEL DEPICT HIDRICG iccssnsicnrinarannnmnmanmnnaninante

PERAL

NOGAL

EFECTOS DEL ESTRES HIDRICO ...sccssssssonsscsccesssssssseseesesssnsssssceeseessenasenseeseeeen

FRUTALES DE HOJA PERSISTENTE

CITRICOS

DES ARRON BO VEIN rosea tres rsanonconmnsenmnrunseeeienrsssneanenons

DESARROLLO FLORAL Y FRUCTIFICACION ....ssssssssssssessesnseneesnsesnesstneesee

APLICACION DE DEFICIT HIDRICO CONTROLADO o..ssssssssorsstessesnnensetnasnses

OLIVO

DESARROLLO VEGETATIVO Y PRODUCTIVO .eccscccsscsscssssscescsssescescessessescescenseeees

DESARROLLO FLORAL Y CRECIMIENTO DEL FRUTO .ssssssssssesesststenseneseenen

RESPUESTA AL ESTRES HIDRICO .uu.ccccssssssssscssccesssscesscsccsssserssssssstscseesessesseeseasessn

RIEGO DEFICITARIO: CONTROUADG

GAG RRB scesticchs Bihcceavcctelbcstwcsscuase

PALTO

CRECIMIENTO VEGETATIVO Y REPRODUCTIVO ...sssssssssessensessessessensssessssssee REQUERIMIENTOS HIDRICOS... Ast

DESARROLLO DE RAICES Y SU RELACION CON EL RIEGO ... RIEGO DEFICITARIO CHIRIMOYOS BIBLIOGRAFIA Almandite caccesceiunrnancannsianihanmiiamninimniannas A irene isp Earle eae pcn rca eons cn cmeecnesnennntae Laon aoc tomnpnnnNSaaNUaN Citricos....

Manin y Y per.

Nogal .... Se Aaa TAA emai an Va uae cae bans canis va bud ap CES cccsercnie yr teen verecapeesarerersomenerat dearenbdereaandialnapida bins Pst is Lr eee erage ecphuccailos aasnncuusiaueaniaiiheaannontiaansbocaniaiont

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64

(5)

INTRODUCCION

n las Ultimas décadas, atin en condiciones normales de precipi-

taciones, el agua se ha convertido en un recurso natural cada

vez mds escaso a causa de la mayor demanda originada por el

aumento de la poblacién y del desarrollo econémico social. El pro-

greso alcanzado por algunas naciones ha generado, incluso, una fuerte

competencia por el agua entre distintas actividades productivas, como son las minera, industrial y agricola.

En el caso de Chile, debido a que la mayor parte de su clima es entre

Grido y semidrido, no se puede mantener una agricultura sin riego. Tal

condicién hace que el sector consuma el equivalente al 90 por ciento

del agua disponible. Con ello se riega en forma permanente 1,2 mi-

llones de hectéreas, es decir el 38 por ciento de los suelos arables,

los cuales aportan entre un 60 y un 65 por ciento del producto geo-

grafico bruto sectorial.

Desde fines de la década de los 80, la escasez generalizada de

agua para la agricultura generé una fuerte necesidad de crear estrategias orientadas a mejorar la eficiencia de su uso. Un primer

paso fue el desarrollo del riego localizado, que permitié aumentar

la eficiencia de aplicacién del agua de riego desde un 45 6 un 50

por ciento, obtenida en riegos superficiales, a un valor cercano al

90 por ciento. Posteriormente se han desarrollado técnicas de ma-

nejo del riego en frutales como es el denominado Riego Deficitario

Controlado (RDC) para situaciones de disponibilidad limitada de

agua. Esta técnica se basa en reducir la cantidad de agua aplica-

da en ciertos periodos fenolégicos en que las plantas son menos sen-

sible ala falta de humedad -es decir que no se afecta significafivamente

el rendimiento ni la calidad de los fruto- y en mantener los riegos en

un cien por ciento de las necesidades de los Grboles durante los

periodos criticos, generalmente asociados a la floracién y a las pri-

meras etapas de desarrollo del fruto (Cuadro 1).

(6)

Para aplicar RDC a una produccién comercial se requiere adaptar un

programa de riego probado en un experimento. Para ello se debe

conocer claramente las condiciones de suelo, clima y material vegetal

de la zona en que se encuentra el huerto y relacionarlas con las de la

zona donde se realizé el ensayo correspondiente. Como la técnica

consiste en regar a intervalos temporales con menos agua (porcenta-

jes) de la que se utiliza en una dosis considerada éptima, sin que se~

provoque dajfios al cultivo, es necesario obtener informacién confiable

que permita calcular el nivel dptimo de riego para cada cultivo y cada

una de las zonas donde se desea establecer un régimen de riego de-

ficitorio. Esta informacién se refiere al cdlculo de las necesidades de

agua a partir de datos de evaporacién de bandeja, coeficientes de cultivo, que se obtiene de estaciones meteorolégicas y, el conocimien-

to de periodos criticos, a través de la experimentacién en el campo.

En esta publicacién se amplia la informacién aparecida en el boletin

Serie La Platina N° 67 “Manejo del riego en condiciones de restric-

cién hidrica”, en relacién a experiencias nacionales y extranjeras de riego deficitario controlado en duraznero, vid, manzano, peral, olivo, citricos y almendro. También se dan ciertos antecedentes de sus re-

querimientos de agua, como una orientacién para el manejo del rie-

go en condiciones de restriccién hidrica, para especies en que no se

han hecho estudios especificos en este tema, como es el caso de palto,

chirimoyo y nogal.

Cuadro 1. Periodos criticos en frutales en que el agua

no puede faltar.

Citricos Floracién a cuaja; fase de crecimiento répido del fruto Olivo Previo a floracién a crecimiento final el fruto

Manzano y peral = Cuaja a poco antes de cosecha Duraznero Crecimiento rapido del fruto Damasco Crecimiento rapido del fruto

Cerezo Crecimiento rapido de! fruto a poco antes de cosecha Nogal y Almendro Crecimiento del fruto y desarrollo de la semilla

Vid Brotacién a floracién (cuaja); cuaja a crecimiento del fruto

(7)

FRUTALES DE HOJA CADUCA

CRECIMIENTO VEGETATIVO

Y REPRODUCTIVO

El crecimiento vegetativo de los durazne- ros, lo mismo que cualquier planta de hoja caduca, presenta una mayor tasa de cre- cimiento de brotes durante la primavera,

periodo que coincide con las dos primeras

etapas de crecimiento del fruto (Chalmers

y Wilson, 1978 y Chalmers ef al, 1981).

A medida que avanza la temporada y se acerca el cambio de estacién, el crecimien- to va siendo menor hasta no detectarse. Un déficit hidrico en primavera trae como consecuencia una menor Grea foliar.

Algunos estudios recientes indican la po-

sibilidad de controlar el crecimiento vege-

tativo sin alterar la calidad de la fruta a

través de una reduccién del aporte de

agua durante periodos de crecimiento del

fruto menos sensibles a la falta de agua.

El fruto, como todo carozo, sigue una curva de crecimiento que se divide en tres

fases (Figura 1). La fase | se extiende des-

de plena flor hasta el inicio del endureci-

miento del carozo. En esta etapa crece répidamente, producto de una activa di-

visién celular alcanzando, segun la varie-

dad, entre un 35 y un 45 por ciento por ciento de su tamafio final. Durante la fase Il, © periodo de endurecimiento del caro-

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DIAS DESPUES DE PLENA FLOR (DDPF)

6-SEPT.

FASE | : DIVISION CELULAR DEL FRUTO

FASE Il : ENDURECIMIENTO DEL CAROZO

FASE Ill: ELONGACION CELULAR DEL FRUTO

Figura 1. Curva de crecimiento del fruto de duraznero tardio (cv. kakamas)

(8)

zo y desarrollo del embrién, el crecimien- to del fruto es muy lento (Richards y Rowe, 1977). Por Gltimo, durante la fase Ill, que abarca desde el término del endurecimien- to del carozo hasta la maduracién del fru- to, el crecimiento de nuevo se acelera a

causa, principalmente, a la elongacién ce-

lular, ademés disminuye la firmeza de la

pulpa -debido a que la pared celular se

hace mds delgada-, el color de fondo cambia y los sélidos solubles aumentan.

La fase || es mas larga en las variedades

tardias y casi imperceptible en las varie-

dades tempranas, pero en general se es-

pera que un estrés hidrico afecte poco el

tamafio de los frutos, puesto que su tasa de crecimiento en esa efapa es prdctica- mente nula.

RESPUESTA _

AL DEFICIT HiDRICO

Con respecto a frutales hay poca infor- macién cuantitativa sobre las respuestas

al déficit hidrico en distintas etapas

fenoldégicas y resulta a veces contradicto- ria.

En duraznero, Vidaud ef al (1987) consi-

deraron el periodo comprendido entre

inicios de endurecimiento del carozo (fase

||) hasta el fin del crecimiento de brotes

como el mds sensible a déficits (periodo

critico), ya que se afecta el rendimiento

(tamafio y némero de frutos). Los efectos

del estrés durante la fase final de creci-

miento del fruto (fase Ill) los consideran

de poca importancia.

8

Distinto es lo que exponen otros autores (Chalmers et al, 1983) que concluyen que

el suministro reducido de agua durante

las primeras etapas de crecimiento del fru-

to, es decir, desde fase | hasta fin de crecimiento de brotes, no afecta el tama-

fio final del fruto ni el rendimiento. Otros

resultados obtenidos por Chalmers et al

(1981) indican que es posible aplicar una tasa de riego equivalente al 12,5 por ciento por ciento de la evaporacién du- rante las dos primeras etapas de creci- miento (fases | y Il), sin que disminuya la calidad del fruto ni los rendimientos. In-

cluso Li et al (1989), encontraron que,

algunas veces, el déficit hidrico aplicado

durante esas mismas etapas puede ser

beneficioso para reducir la caida prema-

tura de frutos, lo que incrementarfa la

produccién en comparacién con arboles

regados normalmente.

Finalmente, basdndose en el grado de in-

hibicién del crecimiento que produce el

déficit hidrico, sefalan que la sensibilidad

de distintos érganos del duraznero puede

ser colocada en el siguiente orden, de mayor a menor: incremento del didmetro de brotes, elongacién de brotes, creci- miento del fruto y expansién del Grea foliar.

En relacién a la produccién de yemas flo-

rales segin Li ef al (1989), hubo un au-

mento en drboles que recibieron déficit

hidrico durante cualquier fase de desa-

rrollo del fruto en relacién con e! trata-

miento con riego normal. Huguet ef al

(9)

(1990), obtuvieron resultados similares y agregan que, al parecer, un suministro hidrico restringido en las fases | y Il de crecimiento del fruto reduce la incidencia

de pudricién en postcosecha.

De acuerdo a lo expuesto por los distin- tos autores, salvo excepciones, se puede concluir que en frutos de carozo, como el duraznero, es posible lograr una dis- minucién del crecimiento vegetativo sin alterar la calidad de la fruta y su rendi- miento, a través de una reduccién del

aporte de agua a la planta durante las

dos primeras fases de crecimiento del fruto

(I y Il). Este efecto se explicaria por una

menor competencia entre los puntos de

crecimiento vegetativo y reproductivo, in- duciendo asf una mayor capacidad de elongacién celular durante la fase Ill, mo- mento en que el suministro hidrico se ha normalizado (Chalmers ef al, 1981).

Estudios de déficit hidrico durante

el endurecimiento del carozo

En un estudio realizado por INIA durante

tres temporadas, en la variedad tardfa

Kakamas regada por goteo, se probaron

distintos regimenes deficitarios de riego

en la fase Il de crecimiento del fruto. En

los riegos deficitarios, al comienzo de la

temporada o fase | se aplicé muy poca

agua para agotar las reservas del suelo,

de modo que en la fase |! la planta fuera

atectada por el estrés. En la fase Ill, en todos los tratamientos se regé con la mis- ma cantidad de agua (100 por ciento de reposicién de la evapotranspiracién maxi- ma, ETM). En estas condiciones se dismi- nuyé el abastecimiento de agua hasta en un 34 por ciento en relacién al de un ré- gimen normal. Esto quiere decir de 4.615

m*/ha utilizados en un régimen normal, a

3.040 m%/ha en un régimen deficitario regado en cada etapa con el 25 por ciento del agua (Cuadro 2).

Para determinar el estado hidrico de las plantas se midié la tensién de la savia en

el xilema (conducto por donde circula la

savia). En la fase II de crecimiento se pro-

dujo un estado creciente de estrés en los

drboles sometidos a regimenes deficitarios

controlados, a diferencia de los que reci-

Cuadro 2. Cantidad de agua aplicada (m*/ha) por etapa y

acumulada en durazneros cultivar Kakamas (1994/1995).

Normal (T1) 756,35 1.324,57 2.516,27 4.615,19 100,0 75% Normal (T2) 567,40 1.007,00 2.516,27 4.090,67 88,6 50% Normal (T3) S/7,50 671,25 2.516,27 3.565,02 77,2 25% Normal (74) 188,95 335,33 2.516,27 3.040,55 65,9

(10)

bieron un riego normal o testigos (100 por ciento de la evapotranspiracién real, ETR). Luego en la Fase Ill, cuando se volvié al

riego pleno los drboles se recuperaron.

Largo de ramillas: el crecimiento de las ramillas se ve ligeramente afectado por

el estrés de agua (Figura 2). Estos resulta-

dos podrian hacer pensar en el uso del

déficit hidrico controlado, como sistema de manejo en huertos de alta densidad para disminuir los costos de poda, pero, como se indica mds adelante, no sucede asf. Calibre de la fruta: en las distintas etapas de crecimiento y a través de las

temporadas de estudio, hubo una leve di-

tferencia en el calibre de la fruta a la co- secha, siendo de 2,5 a 3,4 mm de menor didmetro en los tratamientos mds estresa-

dos (figuras 3 y 4).

En trabajos realizados en California, ade-

mas del estrés en la fase II, se disminuyé

el aporte de agua en un 75 por ciento

después de la cosecha en durazneros

tempranos, encontrando resultados simi-

lares a los obtenidos en los ensayos del

INIA, para duraznos tardfos. En los dis-

tintos estudios realizados en California,

también se analizé la cantidad de fruta

por calibre comprobdandose que, aunque

la fruta con déficit sdlo tenia un didmetro

menor de 1 6 2 mm, produjo una dismi-

nucién de la rentabilidad cercana al 17

por ciento. Sin embargo, en peso seco de

fruto no hubo diferencias, por lo que si

esta fruta se vendiera como fruta seca, se podria ahorrar una cantidad importante

de agua sin afectar la produccién.

CENTIMETROS

&

20

{_} 1992/93 [i 1993/94 4904/95 | | | 0 : T1 T2 3 14 NORMAL 75% 50% 25%

NORMAL NORMAL NORMAL TRATAMIENTOS

Figura 2. Largo final de brofes de duraznero, promedio por temporada, con distintos regimenes de riego.

(11)

80 [) 1992/93 HB 1993/94

MILIMETROS

T1 T2 T3 T4 NORMAL 75% 50% 25%

NORMAL NORMAL NORMAL TRATAMIENTOS

Figura 3. Didmetro final promedio de frutos por temporadc: en duraznero tardio Kakamas.

6,3 Ee = o &34 5 PERIODO x DEFICIT HIDRICO nL = | aw 43 ° ©

tu

Ss 33-4 ‘< a 23

| | | |

| ] | 4956 70 84 98 112 126 140 154 168

DIAS DESPUES DE PLENA FLOR (DDPF)

Figura 4. Crecimiento del duraznero tardio Kakamas en relacién a disfintos tratamientos de riego.

(12)

Estudio de estrés en

postcosecha

En California se ha trabajado con duraz- no Regina, de cosecha temprana. Esta

variedad en el Hemisferio Sur se cosecha

a fines de noviembre. Gran parte de la temporada estos Grboles no tienen fruta

(Figura 5,B), por lo cual se estudié el efec-

to de déficit hidrico en postcosecha, pe-

riodo que se extiende hasta la caida de hojas. Los tratamientos de riego, proba-

dos por varios afios, fueron tres: uno con

riego normal, uno medio, con el 50 por

al A

ee la

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S

TIEMPO i a FRUTO ~~ BROTE ——— EMBRION

Figura 5. Curva de crecimiento del fruto en duraznero A) tardio y B)

temprano,en relacién al brote y embrién.

12

ciento del normal, y uno seco, con un 20 a un 25 por ciento del normal (David Goldhammer, 1995, comunicacién per- sonal).

Crecimiento de ramillas: los drbo-

les con déficit hidrico posteriores a la co- secha, presentaron un menor crecimiento vegetativo (peso de poda) y ramas mds pequenas. Sin embargo, los investigado- res que realizaron este estudio vieron que no existia ningén beneficio con respecto a la disminucién de los costos de poda,

porque los podadores tenfan que realizar

el mismo némero de cortes en los drboles. Floracion y fructificacion: con los tra- tamientos mds secos aumenta el numero de flores (Figura 6) con respecto al riego normal. Se trata de un efecto bastante

comtn con los estrés de agua en postco-

secha, pero en el afio siguiente aumenta también el nbmero de frutos mellizos -que estén en un mismo pedicelo- , que no son

comerciales.

En el tratamiento con déficit severo, en California, el porcentaje de fruta doble fue muy alto, alcanzando un 30 por cien- to de toda la fruta del drbol (Figura 7). Para superar el fendmeno, se comprobé que era necesario dar riegos normales o

déficits menos severos durante el periodo

de diferenciacién de! ovario, el cual se

extiende desde agosto a mediados de sep-

tiembre (equivalente a febrero y media-

dos de marzo en el Hemisferio Sur). El

(13)

DE

FLORES

100% ETR 50% ETR 25% ETR NORMAL MEDIO SECO

RIEGO POSTCOSECHA

Figura 6. Efecto del déficit de agua en poscosecha sobre el numero de flores por longitud de brote en una

variedad de durazno de cosecha

femprana.

wo oO N a uJ =

3

— —_ oa L &

100% ETR 50% ETR 25% ETR NORMAL MEDIO SECO

RIEGO POSTCOSECHA

Figura 7. Efecto del déficit de agua en poscosecha sobre el ndmero de

frutos mellizos de una variedad temprana de duraznero.

leando gran cantidad de fruta, pero se

aumentan los costos de esta labor, al dis- minuir el rendimiento de los operarios. Rendimiento y calibre de la fruta: no se observaron diferencias signiticati-

vas entre los distintos regimenes de rie-

go, por lo tanto, en durazno de cosecha temprana, se puede ahorrar una gran cantidad de agua en postcosecha, sin te- ner un efecto negativo sobre el rendimien-

to,

Los resultados expuestos corroboran un

estudio anterior (Johnson et al, 1992) de

riego deficitario en poscosecha, realiza- do durante cuatro afios, también en California.

En resumen, de acuerdo a los anteceden- tes sefalados, se concluye que en duraz- nos de cosecha tardia, al aplicar déficit hidricos controlados en la fase de endu- recimiento del carozo, se logra fruta con un calibre levemente menor, que podria

atectar en cierta medida la rentabilidad

del cultivo al comercializarlo en fresco, sin embargo, el peso seco de la fruta es igual a la de los Grboles que recibieron un riego normal. También es importante

destacar que con esta prdctica se podria

llegar a ahorrar un 34 por ciento del agua

que requiere el cultivo y que es la que se

debe aplicar en un régimen normal de rie-

go. Lo importante es controlar el grado

de estrés que sufran los drboles. En cuanto

a las variedades de cosecha temprana,

como ni el calibre de la fruta ni el rendi-

miento se ven afectados por el estrés de

(14)

postcosecha, en California se recomien-

da que los agricultores utilicen déficit

hidricos controlados con un 25 por cien- to del total de agua requerida, excepto durante el periodo de diferenciacién del ovario, en que se debe dar un riego nor-

mal o déficit menos severos (ej. 75 por

ciento del agua requerida). En nuestras condiciones este periodo se extenderia entre febrero y principios de marzo, lo que debe ser corroborado en estudios con

otras variedades.

iNDICES PARA

CONTROLAR EL DEFICIT

HiDRICO EN DURAZNERO

Para aplicar los déficit hidricos controla-

dos es factible usar varios indices. Uno es el contenido de humedad en el suelo, debiéndose mantener un déficit de hume- dad aprovechable (DHA) de 50 a 75 por

ciento lo cual se puede establecer indi-

rectamente con el uso de tensidémetros o de Watermarker.

Otro indice es la tensién del agua en el

xilema de la planta, que se mide con una

bomba de presién tipo “Scholander”. Por ejemplo, en un déficit hidrico se puede

controlar que durante la segunda fase la

tensién de la savia en le xilema lleque a

valores de entre 0,8 y 1 Megapascales,

antes del amanecer.

La informacién obtenida en duraznero tar-

dio podria ser aplicada en ciruelo y la de

duraznero temprano en cerezos y damas-

cos.

CIRUELO

En ciruelos no se tiene antecedentes na- cionales del efecto del estrés hidrico, no obstante como ya se indicé, la informa-

cién obtenida para duraznos de cosecha

tardia podria ser adecuada para la espe-

cie. Esto es posible debido a que la curva

de crecimiento del fruto es igual para to-

dos los carozos (figuras 1 y 5a). En todo

caso existen antecedentes extranjeros so-

bre el estrés en esta especie.

En un estudio disefiado con el propésito

de definir el minimo de agua requerida

por los ciruelos para sobrevivir durante periodos de severa escasez, se observé

que aplicando un 50 por ciento de la

evapotranspiracién del cultivo (ETc) duran- te la temporada, se reduce signiticativa-

mente el rendimiento, tamafio del fruto y

crecimiento del tronco. Un afio después

los arboles vuelven a su produccién nor-

mal, lo que indica que el ciruelo es tole-

rante a la falta de agua (Proebsting ef al

1981).

ESTRES DURANTE EL

CRECIMIENTO DEL CAROZO

En una investigacién realizada en Califor-

nia en ciruelos variedad D’agen, durante

tres afios se observé la respuesta del ren-

dimiento y calidad del fruto al déficit

hidrico en diferentes etapas de su

(15)

TO riego con 100% de reposicién de la ETc durante toda la temporada.

Ti suspensién del riego durante la fase |

del fruto.

T2 suspensién durante toda la fase || o

de crecimiento lento del fruto. T3 suspensién durante la primera mitad

de la fase Il.

T4 suspencién durante la segunda mitad

de la fase Il.

T5 suspensién del riego durante la fase Ill o de crecimiento acelerado del fru-

to.

T6 suspensién del riego en poscosecha

(desde el 15 de febrero hasta el fin

de la temporada).

Los tratamientos en que se suspendié el

riego cuando los requerimientos de la

planta son bajos (T1, T3 y T6) recibieron

un 25 por ciento o menos de agua que el control y se consideraron de estrés muy

bajo. En T4 y T5, se disminuyé el riego

entre un 24 y un 39 por ciento, califican- dose como estrés moderado. Finalmente,

en T2 el riego disminuyé en un 59 por

ciento con respecto al control y fue el tra- tamiento con déficit mds severo.

Los resultados muestran una reduccién mds severa del crecimiento cuando se

privé de agua por periodos mas prolon-

gados y en periodos en que la demanda

de agua es mas alta (T2). La falta de agua

durante toda la fase II (la mas severa sus-

pensién del riego) estuvo asociada con un incremento en la floracién y una re- duccién significativa del tamafio del fru- to. Ademds se observé que los tratamien- tos que produjeron mayor cantidad de fru- ta, sobre nueve ton/ha de fruto seco (10, T1, 13, TS ¥ 16), repercutieron negativa- mente en la carga frutal del afio siguien-

te, mientras que rendimientos inferiores

(T4 y T2) la aumentaron, por lo tanto, es posible mantener una carga frutal épti- ma cada afio de manera que no perjudi-

que la del afio siguiente. Esto indica que

el periodo mds sensible al déficit compren-

de la segunda mitad de la fase II hasta el

fin de la fase Ill de crecimiento del fruto.

ESTRES EN

POSTCOSECHA

Durante tres afios en Calitornia, en cirue- las de la variedad Red Beaut, de cosecha

temprana, se impuso un déticit hidrico de

poscosecha (Johnson et al, 1995). Du-

rante la temporada de crecimiento, es decir desde la brotacién hasta la cose- cha, todos los tratamientos fueron rega- dos con un 100 por ciento de la evapotranspiracién del cultivo.

TO Tratamiento control recibid 100 de la evapotranspiracion.

T1 Tratamiento estresado recibié el 50 por ciento del agua aplicada en el con- trol.

(16)

T2 Tratamiento estresado sometido a seis ciclos de riego donde se alternaron tres semanas con y sin riego.

En ciruelos con estrés hidrico en postcose- cha, a diferencia de lo que sucede en duraznero temprano, la aparicién de fru-

tos mellizos fue leve y tampoco se obser-

vé aumento de floracién en la temporada

siguiente como consecuencia de los tra- tamientos de riego.

El almendro se adapta muy bien a diver- sas condiciones de humedad en el suelo,

aunque la respuesta productiva es més

favorable a medida que aumenta el su-

ministro de agua. Luego para someterlo

a un régimen de riego deficitario contro-

lado es igualmente necesario conocer su

ciclo fenolégico (Figura 8).

CICLO FENOLOGICO

La brotacién del almendro comienza tem- prano en la temporada. EI crecimiento se

inicia con las reservas de carbohidratos

almacenados en la temporada anterior,

en brotes terminales y laterales. Asi se

produce una rdépida expansién de la copa del arbol, hasta mediados de noviembre.

Luego, a medida que el crecimiento en

longitud disminuye, el brote comienza a

engrosar por el crecimiento secundario

derivado de la actividad del cambium. Esta

actividad puede continuar durante todo

el verano si las condiciones hidricas son favorables, no obstante, si el déficit se produce desde comienzos de brotacién, se atecta el crecimiento secundario inci-

diendo negativamente sobre la formacién

de tejido de reserva y por consiguiente

sobre la capacidad de almacenaije de re-

servas para el afo siguiente.

|______@ FLORACION _ @ PRIMERAS HOJAS-

@ CAIDA DE HOJAS

“Ti | T

AGO SEP OCT NOV oz DIC ENE FEB MAR ABR MAY

(17)

El ciclo reproductivo se inicia la tempora-

da anterior, la induccién floral ocurre aproximadamente durante el mes de fe- brero. En el invierno se desarrollan las distintas partes florales a expensas de re-

servas almacenadas en tejidos lefiosos. A

partir de la floracién que ocurre aproxi- madamente en julio, comienza a crecer al fruto alcanzando su maximo tamafo a principios de noviembre. Esta primera fase

de crecimiento compite por el agua con

la parte vegetativa. A partir de noviembre se inicia la segunda etapa, donde se de- sarrolla el embrién y se endurece la cas- cara (endocarpo). Puede durar todo el mes de noviembre o hasta inicios de di- ciembre; un déficit hidrico durante esta fase puede resultar en un menor desarro- Ilo del embrién, lo que implica una re- duccién del peso seco del grano y su ca- lidad. Durante la tercera fase se produce la acumulacién de materia seca y termina

el endurecimiento de la cdscara. Esta eta-

pa se puede prolongar hasta la cosecha. También existen periodos especificos de caida de frutos, de los cuales el mds im- portante es el que ocurre en diciembre, considerado un proceso natural donde el Grbol regula la carga que es capaz de lle- var a buen término. El estado del drbol y la disponibilidad de agua, entre otras condiciones, es determinante de la inten- sidad de esta caida.

Durante la etapa comprendida entre me-

diados de diciembre hasta mediados de

febrero (curva de peso seco del grano,

Figura 8), no se requieren grandes apor- tes de agua, aunque un corte total del suministro tampoco es recomendable (Goldhamer y Shackel, 1990; Girona et

al, 1994). En el periodo de poscosecha

el Grbol requiere de una tasa fotosintética activa, siendo fundamental la humedad para asegurar las reservas que dardn ini- cio al crecimiento en la temporada si- guiente.

Dado que la produccién del almendro comprende un ciclo de dos afios, es im- portante considerar que los efectos de un

estrés hidrico sobre la induccién y dife-

renciacién floral se comenzardn a ver re-

flejados recién en el segundo afo.

EXPERIENCIAS

CON RIEGO DEFICITARIO

En ensayos realizados en almendro en Tarragona, Espana (Girona, 1992), con

un tratamiento de riego deficitario con-

trolado consistente en aplicar el 100 por ciento de las necesidades hidricas desde

inicios de brotacién hasta que finaliza el

crecimiento de las ramillas, y luego sdlo

el 20 por ciento de la evapotranspiracién

del cultivo (ETc) hasta la recoleccién (Fi-

gura 8, fase IV), se consiguié un 40 por ciento de ahorro de agua en relacién al testigo regado sin restriccién.

La produccién media en el tratamiento de- ficitario (1.531 kg/ha) fue menor al tra- tamiento sin déficit (1.982 kg/ha), sien- do el peso fresco del grano el compo- nente del rendimiento mds afectado, aun-

(18)

que también disminuyé el peso en fresco y en seco de la cdscara. Si se considera el alto grado de restriccién a que fueron sometidos los arboles, podria decirse que la diferencia de rendimiento es leve y que

la eficiencia del uso del agua es alta. En

el mismo ensayo, debido a que la hume-

dad del suelo no alcanzé a ser restituida

con el riego en poscosecha, se constaté

un estrés hidrico del drbol en la fase de

crecimiento vegetativo de la temporada

siguiente. Para evitar este problema, en especial en zonas con precipitaciones in- suficientes para llenar el perfil, se podria

dar un riego en invierno. Los resultados

expuestos, evidentemente son de alto in-

terés para las zonas de cuitivo de almen-

dros, donde los recursos hidricos suelen ser muy escasos.

En ensayos similares en California, Gold- hammer y Schakel (1990) consiguieron

ahorros de agua del orden del 58 por cien-

to regando al 80 por ciento de la ETc has-

fa que se completara el tamafio exterior

del fruto y finalizara el crecimiento vege-

tativo (mediados de noviembre). Luego se

siguid con riegos al 60 por ciento de la

ETc hasta que se completara el tamafio de

la pepita (mediados de diciembre), para continuar durante la fase de aumento de peso seco de la pepita, con un 40 por cien-

to de la ETc hasta finales de diciembre y

un 60 por ciento de la Etc hasta la reco-

leccién (mediados de marzo). La produc-

ciones obtenidas fueron similares a las del

tratamiento testigo y coinciden con las ob-

servaciones de Girona (1992).

Las diferencias entre las estrategias de rie-

go deficitario controlado utilizadas por

estos autores, se deben esencialmente a las caracteristicas de las variedades de

almendro utilizadas. Las variedades culti-

vadas en Estados Unidos son de cdscara

blanda y precisan de mayor cantidad de

riego durante la fase de aumento de peso de la semilla. Estas, en condiciones de

sequia tienden a formar un elevado né-

mero de “pelonas”, en las que el pellejo queda adherido a la cdscara dificultando la separacién y adquiriendo en el merca- do precios considerablemente bajos. En resumen, es posible reducir el aporte

hidrico en un 40 por ciento del tedrica-

mente necesario logrando rendimientos cercanos a los obtenidos en condiciones dptimas de riego. Sin embargo, para ase- gurar un buen rendimiento en el almen-

dro usando estrategias de riego deficita-

rio controlado, es necesario un seguimien-

to constante del contenido de agua en el

suelo aplicando, cuando sea necesario, riegos en invierno, para evitar situacio-

nes de estrés en periodos criticos.

VID VINIFERA

En vides viniferas, en especial Cabernet

Sauvignon, se han realizado estudios que

indican que es posible reducir en forma importante el riego, lo que se traduce en un menor rendimiento, pero se logra a

(19)

Las variedades para vino requieren me- nos agua que las de mesa. En iguales con-

diciones agroclimdticas y para un calor

etectivo de 1.900 a 2.200 dias grado, se

determinéd que las primeras necesifan en-

tre 6.000 y 7.000 m?/ha de agua por

temporada, mientras que las segundas,

entre 7.500 y 9.000 m*/ha.

CRECIMIENTO VEGETATIVO

Y REPRODUCTIVO

En condiciones de humedad adecuada, la tasa de crecimiento del brote es muy

alta al inicio de la temporada siendo maxi-

ma cerca del periodo de floracién, luego

disminuye rapidamente hasta el momen-

to de la cosecha.

El crecimiento del fruto forma una curva en la que se distinguen tres etapas (Mullins etal, 1992) (figura 9): PINTA CUAJA

40 - 60 47 - 100 82-155 DIAS DESPUES DE CUAJA

Figura 9. Curva de crecimiento del frufo en vid (Vitis vinifera L.)

La etapa | corresponde al perfodo inicial, en el que se produce un répido crecimien- to por divisién y expansidén celular. Se caracteriza por el crecimiento de la semi-

lla y el pericarpio, y un pequefio desarro-

Ilo del embrién. La divisién celular del pericarpio ocurre hasta tres semanas des- pués del momento en que se produce flo- racién (antesis) y luego es seguida por la expansién celular. Durante esta etapa hay una gran acumulacién de dcidos y una

alta tasa respiratoria; dura aproximada-

mente entre 40 y 60 dias.

La etapa Il se caracteriza por un gran cre- cimiento del pericarpio y por la madura-

cidén de la semilla. El contenido de cloro-

fila, la fotosintesis y la tasa respiratoria

disminuyen. La acidez titulable alcanza su

méximo. Aunque el metabolismo en ge- neral disminuye, el desarrollo del embrién

es rdpido y casi siempre alcanza su mdxi-

mo tamafio durante esta etapa. La baya

se mantiene firme y verde hasta el final

de la misma. Dura entre 7 y 40 dias, lo

que determina la maduracién temprana

0 tardia del cultivar.

En la etapa Ill la baya pierde firmeza y comienzan a aparecer los pigmentos antocianos (pinta) para desarrollar el co- lor tipico del cultivar. El rapido crecimien- to en este periodo es debido solamente a la expansién celular. Las bayas alcanzan su maximo tamafio y maduran. Hay una reduccién de la respiracién, progresiva acumulacién de azicar y disminucién de la acidez titulable. Dura entre 35 y 55 dias.

(20)

EFECTO DEL DEFICIT HIDRICO SOBRE EL

DESARROLLO VEGETATIVO En el caso de vides para vinificacién, en diversos estudios (Gurovich, 1989; Schultz y Matthews, 1988; Poni et al, 1993; Van Zyl, 1984, entre otros) se ha sefalado que

un déficit de agua produce disminucio-

nes significativas del Grea foliar, del cre- cimiento del brote y, en casos extremos, ocasiona una fuerte defoliacién. Esta re- duccién del crecimiento esta asociada con el cierre estomatico inducido por el estrés,

para evitar la pérdida de agua desde la

planta por transpiracién, lo que implica

ademés una reduccién de la fotosintesis

por la menor asimilacién de anhidrido

carbénico (CO,).

EFECTO DEL DEFICIT HIDRICO

SOBRE EL FRUTO

En climas templados el inicio del primordio

y diferenciacién floral ocurre durante la

temporada anterior -aproximadamente

entre noviembre y diciembre- luego, cuan-

do se rompe la dormancia al comenzar

la siguiente primavera, las flores comple-

tan su diferenciacién, polinizacién, fertili- zacién y desarrollo del fruto hasta su madurez (Srinivasan y Mullins, 1981). Por lo tanto, en una etapa determinada du- rante la temporada de crecimiento, se tie-

nen en la vid tejidos reproductivos en dis-

tintas etapas de desarrollo, lo que podria

explicar los distintos efectos producidos

por un estrés hidrico aplicado antes y des-

pués de pinta sobre el desarrollo de la

baya y el primordio que le dio origen

(Matthews y Anderson, 1989).

En cuanto al desarrollo del fruto, Creasy

y Lombard (1993), encontraron que con déticits antes de pinta, el diadmetro de ba- yas es menor a las que se producen con

déficits después de pinta y con régimen

de riego continuo, produciendo, ademas, marchitamiento y retraso de la madura-

cién. Deducciones similares obtuvieron

Bravdo et al (1985); Puyo, (1992) y

Matthews y Anderson (1989), quienes concluyen que, probablemente, la falta de

agua antes de la pinta inhibe la division

celular, principal responsable del creci-

miento de las bayas en sus primeras eta-

pas de desarrollo. Ademés coinciden en que la curva de crecimiento del fruto no se ve afectada por el déficit hidrico.

Hardie y Considine (1976), determinaron

un periodo critico comprendido entre flo-

racién y cuatro semanas después de aper-

tura de la flor, en el cual la falta de agua seria responsable del menor tamafo del fruto. Ademds, observaron una mayor re- sistencia al déficit hidrico cuando las ba- yas han alcanzado cuatro milfmetros de didmetro. Esto es debido seguramente a la progresiva acumulacién de aztcares

que favorece la entrada de agua a las

células de la baya. Van Zyl (1985), por

su parte, estimé que la sensibilidad del

crecimiento de la baya al déficit hidrico

seria mayor durante las etapas | y Il de

(21)

En cuanto a la madurez de la baya, Matthews y Anderson (1988) no encon- traron efecto del déficit hidrico sobre la maduracién del fruto. Otros autores en cambio, determinaron una maduracién

mds temprana debido a la falta de agua

(Poni, 1994 y Cornejo, 1991).

EFECTO DEL DEFICIT HIDRICO

SOBRE EL RENDIMIENTO

El némero de racimos por planta, el né-

mero de bayas por racimo y el peso de

bayas son los componentes del rendimien-

to final de la vid, y en general las opinio-

nes coinciden en que este se reduce a me-

dida que disminuye el contenido de agua

(Becker y Zimmermann, 1984; Matthews y Anderson, 1989 y Puyo, 1992, entre otros).

Matthews y Anderson (1989) y Becker y

Zimmermann (1984) afirman ademas que se obtienen mayores rendimientos con dé- ficit después de pinta en relacién con dé- ficit antes de dicho periodo y que el ren- dimiento esté relacionado con el némero

de bayas por racimo, pero no con el peso

de las bayas.

El ndmero de racimos por planta es fun-

cién del ndmero de yemas dejadas a la

poda, por los brotes que produce cada

yema y por el ndmero de racimos en cada

brote (Smart, 1974). Mientras que el nu-

mero de bayas por racimo esté determi-

nado por el némero de primordios flora-

les formados en la temporada anterior, por

lo tanto la falta de agua durante la pri-

mera temporada, sélo afectarfa la cuaja. Matthews y Anderson (1989) observaron que el nimero de bayas por racimo esta-

ria determinado por el contenido de agua

en la vid durante el periodo anterior a pinta, resultados que coinciden con Puyo

(1992).

El peso del racimo y sus componentes,

especialmente el peso de la baya, han sido

sefialados por varios autores como los

pardmetros mas sensibles a las condicio- nes de humedad del suelo (Tosso y To- rres, 1986 y Smart,1974). Observacio- nes similares hicieron Bravdo et al (1985), quienes ademés afirman que el volumen

de agua aplicada a la vid estaria directa-

mente relacionado con el peso de poda e

indirectamente con la relacién rendimien- to/peso de poda.

EFECTO DEL DEFICIT HIDRICO

SOBRE COMPONENTES

QUIMICOS

Los componentes quimicos del vino tam- bién se ven afectados por el déficit hidrico,

lo que posteriormente influye en calidad

final del producto.

Con respecto a los sélidos solubles, Sotomayor y Lavin (1984) y Puyo (1992), encontraron un retardo en la acumula-

cién de azicar debido al aumento del ren-

dimiento en parras regadas de acuerdo

a sus necesidades, lo que se tradujo en

un menor grado alcohélico. Sin embargo estos resultados contrastan con otros en

que los sélidos solubles fueron significa-

21

(22)

tivamente menores en tratamientos sin déficit, en comparacién con tratamientos

con déficit antes y después de pinta, pro-

duciendo un vino con mayor graduacién alcohélica (Matthews et al 1990), En cuanto a la acidez titulable en el mos- to y en el vino también hay discrepancias. Becker y Zimmermann (1984), Goldfarb

(1995), Matthews et al (1990) y Goodwin

y Macrae (1990) coinciden en que se pro- duce un incremento en tratamientos con déficit hidrico, especialmente después de

pinta, mientras que con régimen de riego

continuo la acidez es menor. Por el con- trario, Sotomayor y Lavin (1984) y Hepner et al (1985) determinaron mayor acidez total en vides sin déficit. El pH del vino, en general no muestra diferencias signifi- cativas entre tratamientos con riego con- tinuo y con déficit hidrico (Matthews et al,

1990 y Goodwin y Macrae, 1990).

Los fenoles tienen una fuerte influencia

sobre las propiedades organolépticas y

estabilidad ffsico quimica del vino. Las

sustancias polifendlicas se encuentran presentes en numerosas partes del raci- mo, siendo la pulpa del grano la que con- tiene la menor cantidad. Su distribucién relativa es aproximadamente la siguien- te: pulpa 6 por ciento, escobajo 20, oru- jos 36 y semilla 38 por ciento. Dichos

compuestos pertenecen a dos grandes

grupos: los dcidos fendlicos y los fenoles

de naturaleza flavénica. El segundo gru-

po es el mds importante de la uva puesto que a él pertenecen los antocianos y anto-

xantinas, responsables del color, y las catequinas y leucoantocianos que dan origen a los taninos del vino (Loyola, 1981).

La cuticula (orujo) esta asociada a com-

puestos aromaticos y polifenoles que se

generan durante la fermentacién alcohé-

lica. El exceso de estos compuestos dan origen a una mayor cantidad de taninos en el vino que alteran sus caracteristicas sensoriales. Lo anterior estaria relaciona- do con el tamafio de la baya, el cual dis-

minuye en la medida que aumenta la fal-

ta de agua, produciendo un deterioro en

la calidad del vino en Cabernet Sauvignon

(Becker y Zimmermann, 1984).

Sotomayor y Lavin (1984) encontraron menor concentracién de fenoles e inten- sidad colorante en vinos provenientes de

vides con riego continuo durante toda la

temporada, que de vides con déficit

hidrico. Matthews y Anderson (1988) de-

terminaron que la menor concentracién

de fenoles se debe a un efecto de dilu-

cién producido por el aumento del tamo-

fio de la baya. No obstante, al realizar

mediciones por superticie de la baya, el contenido de fenoles resulté ser indepen- diente de su tamajfio, por lo tanto, efecti- vamente aumentan frente a un déficit

hidrico. Por ultimo, afirman que esta re-

lacién entre el déficit hidrico y fenoles en la baya es de gran importancia debido al rol que cumplen en la determinacidn del color, amargor y astringencia del vino.

(23)

Ademés indican que es de vital importan-

cia diferenciar los tipos de fenoles que

aumentan frente a un déficit hidrico, pues- to que no todos producen efectos positi-

vos sobre las caracteristicas organolépti-

cas del vino. Al parecer, los de tipo no

flavonoides serian mds sensibles al déficit hidrico, pero estos contribuyen poco a la astringencia y amargor.

Puyo (1992) hallé mayor contenido de fenoles solubles en tratamientos con défi- cit hidrico antes de pinta con respecto a

tratamientos con déficit después de pinta

y con régimen de riego continuo.

Matthews ef al (1988), coinciden con este

autor y ademéds cuantifican esta diferen-

cia, encontrando aumentos hasta de un 30 y un 15 por ciento en vides que se sometieron a un déticit hidrico antes y

después de pinta respectivamente, en re-

laci6n con vides mantenidas bajo riego continuo,

En cuanto al color del vino, observacio-

nes hechas por Matthews et al (1990) in-

dican que su desarrollo seria mds sensi-

ble al contenido de agua en la vid duran-

te las primeras etapas del proceso de ma-

duracién. La respuesta general al déficit

y el reconocimento de la importancia de la primera fase de la maduracién del fru- to en la sfntesis de antocianinas, podria facilitar el mejoramiento de la produccién

de la vid en variedades tintas.

Bravdo et al, (1985) comprobaron una relacién directa entre el déficit hidrico y la intensidad colorante. Matthews et al

(1990) coinciden con lo anterior, deter- minando un mayor valor en tratamientos con déficit hidrico antes de pinta, segui- do del tratamiento con déficit después de dicho periodo; sin embargo no encontro- ron diferencias en cuanto al matiz. Resul- tados similares obtuvo Puyo (1992), quien

ademas enconiré la mayor intensidad co-

lorante en tratamientos con déficit hidrico

durante toda la temporada.

EFECTO DEL DEFICIT HIDRICO

SOBRE LAS CARACTERISTICAS ORGANOLEPTICAS DEL VINO

En algunos estudios se han encontrado

efectos positivos del estrés hidrico sobre la calidad del vino, mientras que en otros los resultados son contrarios o bien nu- los, por eso es esencial considerar el efec- to del déficit en varias etapas del creci- miento vegetativo y del fruto y el efecto del riego sobre el balance entre el creci-

miento vegetativo y el rendimiento. Se ha

investigado poco sobre los cambios en el

manejo del vifiedo que pueden alterar el medio en que se desarrolla la vid, de ma- nera de controlar las caracteristicas sen- soriales del vino. La composicién de sdli-

dos solubles en la uva depende del con-

tenido de agua en la vid, sin embargo no

se conoce el grado en que esta depen- dencia se ve reflejada en el vino.

Segin Goldfarb (1995), investigaciones realizadas durante cinco afios por pro- ductores de California Estados Unidos, muestran que en tratamientos con déficit hidrico después de pinta aplicando un 70

(24)

por ciento de las necesidades de riego de

la vid, se obtiene un vino con mayor aci-

dez, menor pH y mayor intensidad del color lo que determina mejor calidad. In- dica ademds que un déficit superior a éste

incrementa ain mds el color pero reduce

demasiado los rendimientos y que la vid

con riego continuo sin déficit produce

mayor rendimiento, pero un deterioro im- portante en la calidad del vino. Asimis- mo, Bravdo et al (1985), encontraron menor calidad global del vino en trata- mientos sin déficit hidrico durante la tem-

porada en relacién a regimenes con un

grado moderado de déficit, lo que coin- cide plenamente con Sotomayor y Lavin (1984) quienes realizaron experimentos en la variedad Pafs. Estos resultados los atri- buyen al aumento exagerado de produc-

cién en vides sin déficit hidrico, lo que

deteriora la calidad del producto final. En otras publicaciones se explica que el exceso de riego entre la pinta y cosecha influye en forma negativa en la calidad

del vino, esencialmente por una estimu-

lacién del crecimiento vegetativo en for- ma no deseada en el curso de este perio- do (Bravdo et al 1985), por eso algunos autores recomiendan la disminucién del aporte de agua durante la maduracién con el fin de retardar el crecimiento con- tinuo de los sarmientos (Goldfarb, 1995; Goodwin y Macrae, 1990).

No obstante, Becker y Zimmeman (1984),

no encontraron influencia del déficit hidri- co aplicado entre pinta y cosecha en la

calidad del vino en relacién con tratamien- to sin déficit hidrico. Mientras que Puyo

(1992), encontrd mayor calidad global e

intensidad del olor en el vino de tratamien-

to con régimen continuo de riego, y la

menor calidad correspondié a tratamien- tos con déficit hidrico antes de pinta. No encontré diferencias sensoriales en aci- dez y el grado de astringencia estuvo inversamente relacionada con el volumen

de agua aplicada, siendo mayor en tra-

tamientos sin riego durante toda la tem- porada y menor en el tratamiento con ré- gimen de riego continuo.

ESTRES HIDRICO EN CABERNET SAUVIGNON (CHILE)

En el Centro Regional de Investigacién La Platina (Burgos, 1996; Almarza, 1997), se midié durante dos temporadas en Cabernet Sauvignon el efecto del estrés

hidrico en distintos estados fenoldgico,

utilizando cuatro regimenes de riego:

T1 Reposicién de agua en un 100 por

ciento de la evaporacién real del cul-

tivo durante toda la temporada (4.408

m*/ha, temporada 94/95 y 4.272 m°/

ha, temporada 95/96).

T2 Reposicién de agua en un 40 por cien- to de la evapotranspiracién real del

cultivo durante toda la temporada

(1.763 m%/ha, temporada 94/95 y

(25)

T3 Sin riego hasta la pinta (etapas | y Il) y reposicién del 100 por ciento de la evapotranspiracién real del cultivo en

el resto de la temporada (1.709 m3/

ha, temporada 94/95 y 1.840 m°/ha, temporada 95/96).

T4 Reposicién del 100 por ciento de la evapotranspiracién real del cultivo hasta la pinta y sin riego en el resto

de la temporada (2.699 m3/ha, tem-

porada 94/95 y 2.432 m°/ha, tem-

porada 95/96).

Parte de los resultados de este trabajo, que relacionan el desarrollo y calidad de las bayas con la calidad del vino, se en- trega a continuacién.

Crecimiento vegetativo

Se observé en ambas temporadas de ex-

perimentacién una significativa disminu-

cién de la tasa de crecimiento de los bro-

tes en los tratamientos en que se redujo (T2) o suprimié (T3) completamente el suministro de agua entre la etapa de brotacién y pinta (I y Il). Esto se puede explicar por el hecho de que, en condi- ciones de humedad adecuada, la tasa de crecimiento del brote es muy alta al inicio de la temporada siendo maxima cerca del

periodo de floracién, luego disminuye

rapidamente hasta el momento de la co-

secha (Figura 10). Entonces, el periodo de brotacién hasta la floracién seria el

mas sensible a la falta de agua.

Desarrollo del fruto

y rendimiento

Como ya se explicéd, el desarrollo del fru-

to forma una curva en la cual se distin-

guen tres etapas (Figura 9). Una inicial de crecimiento muy rapido, dado principal- mente por divisién celular, en la cual hay

LARGO DE BROTES (cm) | fe FLORACION o- st

PINTA 30 11 25 9 23 7

SEP OCT OCT NOV NOV DIC DIC ENE ENE FEB FEB MAR MAR 21 5 19 2 16 2 16 MAR 30

Figura 10. Efecto del déficit hidrico sobre el crecimiento de brotes, cultivar Cabernet Sauvignon. Temporada 1994/95.INIA La Platina.

(26)

una gran acumulacién de dcidos y alta

tasa respiratoria. En la segunda fase se

produce la maduracién de la semilla, el metabolismo en general disminuye y el desarrollo del embrién es rapido; la du- racién de esta etapa determina la madu- racién temprana o tardia del cultivar. La tercera etapa se caracteriza por un au- mento del crecimiento de la baya, esta vez dado por expansién celular, hay una reduccién de la fasa respiratoria y de la

acidez. En la Figura 11 se observa la evo-

lucién del crecimiento de bayas con los

distintos regimenes de riego.

De acuerdo a los resultados obtenidos en

el ensayo, el tamafio de bayas puede ser

controlado por el riego. En el Cuadro 3

se observa que cuando existié un aporte normal de agua, el famafio y némero de

bayas por racimo fue mayor, lo que se ve

reflejado en los rendimientos. La cosecha

1.4

se realizé con valores de alrededor de 23° Brix (13° alcohdlicos). Se puede inferir

ademds que el déficit hidrico produjo una

disminuci6n significativa de la induccién floral.

Acidez, fenoles y antocianinas

La acidez titulable fue significativamente mayor en el tratamiento con déficit hidrico después de pinta (14). En cuanto al pH,

en la temporada 94/95 no hubo diferen-

cia estadistica entre los distintos tratamien- tos, mientras que en la temporada 95/96

el pH més bajo se obtuvo en el tratamiento

T4 (Cuadro 4).

Los contenidos de fenoles y antocianinas

influyeron directamente sobre la intensi-

dad colorante del vino (Cuadro 4). Estos

fueron significativamente mayores en el

mosto proveniente de plantas sometidas

a algin grado de estrés hidrico, en rela-

1,2 1,0 0,8 — 0,6 — DIAMETRO (cm) 0,4 — 624

30 V7 31 16

NOV bic bic ENE

ENE FEB MAR

Figura 11. Efecto del déficit hidrico sobre el crecimiento del fruto cultivar Cabernet Souvignon. temporada 1994/95. INIA La Platina

(27)

Cuadro 3. Efecto del riego sobre el tamano, ndmero de bayas

por racimo y rendimiento por hectdrea.

Tl 1,12 a 1,36a 11,34 a 140,34 223,0a 21,41a 22,67 a 12 0,96 b 1,21 b 10,30 b 138,50 167,7¢ 16,54b 16,44 ab T3 0,82 c 0,82 c¢ 9,52 b 125,20 137,3d 13,54b 11,85 b

4 0,95 b 1,22b 10,44 ab 129,64 190,06 17,09b 11,16 b

(She Sy gS

Valores con igual letra no difieren entre si segin la prueba de comparacién multiple de Duncan.

(p<0,05).

Cuadro 4, Efecto del riego sobre el pH, acidez total, fenoles totales, antocianinas e int ensidad colorante en el vino

Cabernet Sauvignon. Regién Metropolitana.

Tl 339 a (S/:@ S070 550¢ T2 3310 340b 5,57b 5,53 be T3 «=63,58a 3476 563b 5,60b T4 33la 330c¢ 663c 5,730 0,47b 054d 0,72¢ 0,77d 0,82 ¢ 0,72a 0,70c 0,84b 08lc¢ 0,99 be 0754 0,770 0,92a 0,894 1,22 ab 0,680 0,73b 0,83b 0,84b 1,214 Se eee ee SS Se

Valores sequidos de igual letra no difieren estadisticamente entre si de acuerdo a la prueba de comparocién multiple de Duncan. (p<0,05).

D.O.= Densidad dptica

cién al tratamiento testigo, en que el agua

se repuso en un 100 por ciento. El conte- nido de antocianinas fue mayor cuando no se regé hasta Ia pinta y luego se repu- so el total del agua (T3).

La relacién inversa entre el contenido de fenoles en el vino y el tamafo de la baya, coincide con lo determinado por Soto-

mayor y Lavin (1984) y Matthews (1988).

Es decir a menor tamafio de la baya el

contenido de fenoles es mayor.

(28)

Calidad del vino y su relacién

con los rendimientos

Con respecto a la calidad global (Cua-

dro 5), se observé un aumento significa-

tivo en tratamientos en los cuales se res-

tringié el aporte hidrico con respecto al

tratamiento sin déficit hidrico (T1). Entre

los tratamientos con déficit no se detec-

taron diferencias signiticativas, sin embar- go, el vino de mejor sensacién global fue

el proveniente del tratamiento sin riego en-

tre pinta y cosecha (T4), mientras que el

peor tratamiento fue el que tuvo un 100%

de reposicién de la evapotranspiracién

durante toda la temporada (T1). Estos resultados son similares a los obtenidos

por Goldfarb (1995) y Hepner ef al

(1985), quienes sostienen que un déficit

hidrico tiene un efecto positivo sobre la calidad del vino debido probablemente

a la reduccién del rendimiento.

Cuadro 5. AnGlisis sensorial del vino.

TI 12,3 b 3,5 b T2 18,8 ab 49a T3 20,0 a 4,34 T4 23,84 48a SS

Valores seguidos de igual letra no tienen diferencia significativa, de acuerdo a la pruebo de comparacién multiple para variables no paramétricas de Nemenii.

28

Entre los rendimientos y los pardmetros de calidad del vino, a menudo y dentro

de ciertos rangos de produccién, se da

una relacién inversa: a mayor produccién,

menor calidad. Esto se debe a que el ni-

vel de produccién esté muy ligado al ta-

majfio de las bayas que, como se dijo, tie-

ne alguna relacién con la calidad del vino

que se obtenga. También puede estar in-

fluyendo el hecho de que al disminuir el riego, los racimos quedan expuestos a una luminosidad mayor, a causa del menor crecimiento vegetativo que se produce en

condiciones de estrés. La mayor lumino-

sidad, ademas de inducir una mejor ma-

durez (sdlidos solubles) aumenta el con-

tenido de fenoles y antocianinas que de- terminan el color del vino.

Estos resultados, aunque preliminares,

complementan estudios extranjeros reali- zados en condiciones diferentes a las nuestras, que concluyen que el riego es una herramienta dtil para modificar, al- gunas cualidades de la materia prima esenciales en la elaboracién del vino,

como es el caso de la acidez total, que se

vio aumentada por el déficit hidrico pos-

terior a pinta (Cuadro 4). Los compues- tos fendlicos totales y antocianinas au- mentan frente a cualquier tipo de estrés. En cuanto a las caracteristicas sensoria- les del vino, aunque no se enconiré dife-

rencia significativa entre los distintos tra-

tamientos con déficit, se observa que un estrés después de pinta mejora los atri- butos del vino, en especial los relaciona- dos con el aroma.

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