PARTICIPACIÓN DE ORGANISMOS MUNDIALES, CORPORACIONES PRIVADAS Y GOBIERNOS AFRICANOS DENTRO DE LAS CRISIS SANITARIAS DE MALARIA, ÉBOLA Y CORONAVIRUS EN NÍGER, REPÚBLICA DEMOCRÁTICA
DEL CONGO Y ETIOPÍA
Participación de Organismos mundiales, corporaciones privadas y gobiernos africanos dentro de las crisis sanitarias de malaria, ébola y coronavirus en Níger, República
Democrática del Congo y Etiopía
Oswaldo González Beltrán y Laura Parra Beltrán Universidad Pontificia Bolivariana
Tabla de contenido 1. PREGUNTA DE INVESTIGACIÓN ... 3 2. OBJETIVOS ... 3 2.1 OBJETIVO GENERAL ... 3 2.2 OBJETIVOS ESPECÍFICOS... 3 3. JUSTIFICACIÓN ... 3 4. MARCO TEÓRICO ... 5 5. BIBLIOGRAFÍA ... 9
1. Pregunta de investigación
¿Cuál es el conjunto real y verídico de las causas y consecuencias que surgen de la administración de las organizaciones mundiales durante las crisis sanitarias malaria, ébola y coronavirus en la República Democrática del Congo, Etiopía y Níger?
2. Objetivos
2.1 Objetivo general
Analizar las problemáticas existentes en los países con mayores índices de problemas sociales y relatar la ineficiencia presencial de las entidades territoriales, los organismos globales y las organizaciones no gubernamentales.
2.2 Objetivos específicos
Determinar las problemáticas frecuentes existentes en República Democrática del Congo, Etiopía y Níger y sus respectivas labores realizadas por los organismos humanitarios durante la situación sanitaria de 1990 hasta el actual coronavirus.
Contrastar los problemas internos y aquellos generados por las crisis sanitarias con las soluciones brindadas por los organismos en la República Democrática del Congo, Etiopía y Níger.
Especificar las causas de las problemáticas causadas por la Malaria, Ébola y Coronavirus durante los años de 1990-2020 en la República Democrática del Congo, Etiopía y Níger.
3. Justificación
La investigación está basada en un conjunto de causas, participantes y efectos generados por las crisis sanitarias Malaria, Ébola y Coronavirus que han surgido desde los años 90 hasta la actualidad, las cuales abordan problemáticas sociales, políticas, diplomáticas y económicas en la República Democrática del Congo, Etiopía y Níger. Además, la búsqueda del verdadero grado de participación de organizaciones mundiales, entidades privadas y gobiernos, demostrando así el impacto en las pérdidas y daños humanitarios que han ocasionado cada integrante en este conflicto por medio del título, cargo público o privado y poder que poseen en el entorno. A esto se le suma el evalúo de la manera en la que han
movilizado recursos y personas, bajo qué condiciones han sacrificado a la población y qué han logrado obtener a cambio para llevar a cabo este conflicto de gran magnitud.
La participación de la OMS, ONU, ACNUR, gobiernos nacionales y de empresas farmacéuticas y médicas toma un rol esencial para el rumbo de la investigación. Comprobar y verificar la verdadera relación y vínculo que han creado y que aún mantienen estos organismos en los territorios africanos, donde el provecho y beneficio personal que han adquirido bajo el sacrifico de millones de personas ha sido incalculable y, como adición a esto, las pruebas, opiniones y relatos de los ciudadanos sobre lo que realmente ocurre en los países y de otros medios, como periodistas y personajes que han estado intentado demostrar la corrupción y malversación de fondos que han logrado surgir en este tipo de organizaciones desde hace años, ya que son los únicos que podrían hablar con veracidad sobre la realidad allí vivida.
Los países africanos son aquellos que tienen los índices mundiales más elevados de pobreza extrema, condiciones precarias, hambruna, corrupción, analfabetismo, entre otras variables que hacen de estos territorios una lucha interminable por lograr sobrevivir, donde las bajas condiciones infrahumanas y conflictos de décadas que llevan azotando y exacervando la vulnerabilidad de los ciudadanos han hecho parte de su historia milenaria. En el lapso de 30 años, entre 1990 a 2020 han ocurrido tres eventos que han causado un hito para la población africana y la humanidad entera, donde la República del Congo, Etiopía y Níger han sido referentes por los trágicos números de muertes, donde han logrado ratificar a nivel mundial la baja calidad de vida y poco poder adquisitivo con los que cuentan estos tres países y, no siendo sorprendente, la mayoría de la sociedad no logra una vida con los pilares básicos para una sana convivencia y en dónde los recursos que se logran obtener son desviados del propósito común de beneficiar a las poblaciones.
Este tipo de sucesos han sido el “pan de cada día” de sus vidas, no hay rumores de cambio y mucho menos propósitos transcendentales que conduzcan al desarrollo de las naciones. Difícilmente se podrá generar una variación en la estructura de los sectores que competen en cada país, pues dentro de los intereses que prevalecen en ellos, no se ve instancia
alguna que se pretenda tratar de dirigir con modalidades distintas a las particulares y corruptas. Cada una de las situaciones allí vividas y observadas, dejaron de ser algo momentáneo a pasar a límites culturales, donde el impacto y magnitud de los efectos de cada acción han llevado a puntos tan críticos como la normalización de cada hecho, lo cual termina siendo cruel e irrisorio para unas poblaciones que piden a gritos la presencia debida y correcta de los organismos que, en términos normales, deberían estar metiendo hasta la espalda por hacer prevalecer sus derechos fundamentales y controlar los actos que hacen de esto una estabilidad desalmada y sanguinaria.
4. Marco teórico
La investigación aborda cuestiones clínicas y médicas las cuales cumplen un papel esencial ya que son las causas externas más importantes y difíciles de erradicar, la malaria o también paludismo “causado por parásitos del género Plasmodium, que se transmiten al ser humano por la picadura de mosquitos hembra infectados del género Anopheles, los llamados vectores del paludismo. Hay cinco especies de parásitos causantes del paludismo en el ser humano, siendo dos de ellas –P. falciparum y P. viva– las más peligrosas” (OMS, 2018), de igual forma el ébola y el actual coronavirus son actores principales dentro de la investigación cada uno respectivamente es “un virus de la familia Filoviridae y género Filovirus, causante de un síndrome viral agudo conocido como fiebre hemorrágica por Ébola. Una vez que ha tenido acceso al cuerpo, en principio se dirigirá a infectar monocitos, macrófagos y otras células del sistema mononuclear fagocítico” (Scielo, 2014) y “Los coronavirus (CoV) son una amplia familia de virus que pueden causar diversas afecciones, desde el resfriado común hasta enfermedades más graves, como ocurre con el coronavirus causante del síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS-CoV) y el que ocasiona el síndrome respiratorio agudo severo (SRAS-CoV)” (OMS, 2020).
La investigación expone la participación de organismos de cooperación a nivel mundial, los gobiernos de la República Democrática del Congo, Etiopía y Níger y empresas farmacéuticas, el poder e influencia que han ejercido en las vidas de los ciudadanos de los países africanos. La experimentación y ensayos de vacunas o medicamentos en África se ha demostrado y comprobado, es un hecho verídico que causó controversia y polémica en
especial por su fama en el mercado, sin embargo, habían estado haciendo este tipo de actividades desde comienzos de los 90, el caso Pfitzer frente a la cura para la meningitis ha sido de los más conocidos y el cuál ha generado indignación a nivel mundial, según un articulo de investigación se afirma “Los ensayos de este tipo generan incógnitas sobre la ética y las ganancias empresariales en una frontera de globalización donde la compañías farmacéuticas ejercen gran influencia” (Zibell García y Matías Villavicencio Molina, Guillermo Esteban, 2017).
La compañía estadounidense logró controlar y manipular a la población aprovechándose de su poco - por no decir nulo – conocimiento sobre lo que realmente estaba ocurriendo. Tomaron ventaja de la vulnerabilidad que representaban los niños, mujeres y hombres de Nigeria: “Se divulgó también que a través de las entrevistas que el Hospital de Enfermedades Infecciosas de Kano no tenía un comité de ética en el momento en que se llevó a cabo el experimento” (Nwabueze, 2003). Los ensayos causaron daños irreparables e inmovibles para la calidad de vida de las personas a las que se les aplicó el prototipo y luego posteriormente el fármaco Trovan, generó actos incomprensibles para la mayoría de ciudadanos provenientes de cualquier lugar del mundo “Los efectos colaterales hepáticos han incluido 5 muertes por causa de toxicidad del hígado y 4 pacientes requirieron trasplante de los 140 casos reportados desde la aprobación de Trovafloxacacin en Febrero de 1998” (Drugside Trust, 2009).
El caso Pfizer es la punta del Iceberg de lo que realmente ha vivido la población africana, la experimentación en estos territorios es un hecho comprobado, las compañías y los gobiernos reconocen y son conscientes de los daños que pueden ocasionar al realizar este tipo de procedimientos, en especial una farmacéutica de la dimensión y experiencia como la estadounidense, “Según la declaración de Helsinki que regula este tipo de actividades, se violaron los artículos 5, 8, 20 y 24, además de las evidentes violaciones a las convenciones de la ONU y a las leyes nigerianas” (Las farmacéuticas y su negocio africano: el caso Pfizer. Castro Castillo Marcela, 2007).
Frente al caso de la malaria que de igual forma ha cobrado miles de victimas en el territorio africano, desde el año de 1967 se comenzó con la patente de dicha enfermedad, por
Ruth Nussenzweigl, David Clyde en 1975, Richard Carter y David Chen también en los ochenta, Stephen Hoffman entre 1989 y 1999, Manuel Elkin Patarroyo 90s y desarrollada con financiación de la empresa farmacéutica GlaxoSmithKline y de la Fundación Bill y Melinda Gates 2010 (La historia de la Malaria, La biología estupenda, 2017), Sin embargo, por más involucramiento internacional que se tenga para “combatir” estas enfermedades, ha resultado inútil en ciertos momentos cada una de estas participaciones, ya que se ha comprobado cuales son los verdaderos intereses en medio de tanto voluntariado para el tratamiento de las mismas. Claro ejemplo de esto lo fue el veredicto de una prestigiosa publicación medica internacional que, para el año 1996, tenía como portada:”
La vacuna antimalárica elaborada por el investigador colombiano Manuel Elkin Patarroyo no es más eficaz que un vulgar placebo, afirmó un equipo de investigadores internacionales citados por la revista médica británica The Lancet, que comenzará a circular hoy en el mundo”, esto manifiesta un sinnúmero de dudas, ya que, en vez de abundar justificaciones y métodos científicos verídicos, solo abundaban preguntas por resolver. La problemática seguía y Patarroyo estaba inmerso en su afán por impactar a la sociedad necesitada de estas soluciones, donde se estimaba qué tan verídica podía ser su cura, o si su único interés era generar protagonismo a partir de una crisis sanitaria que ha tenido azotado a todo un continente (El Tiempo, 1996).
Por otro lado, en problemáticas sanitarias más actuales, se encuentra el Covid-19, del cual se tienen antecedentes de afectación en las poblaciones desde finales del año pasado y, por controles gubernamentales, se hizo viral para mediados del 2020. Esta pandemia ha tenido presencia en todos los continentes, donde alrededor de 25 millones de personas en el mundo han terminado contagiadas y un sinnúmero de las mismas han fallecido. Estos resultados han sido como consecuencias de una combinación entre variables sociales y políticas, donde en medio de tanta incertidumbre, todos los gobiernos han tenido que tomar decisiones tan drásticas que incitan a la población a buscar maneras de sobrevivir y, en medio de esa búsqueda, se terminan condenando a fatales finales. Esto no vendría siendo algo
impactante de observar cuando se conoce los tipos de gobiernos que se tienen en cada nación y sus respectivos resultados darían muestras de ello, donde se percibe a simple vista que los intereses económicos han estado por encima de los sociales y, no siendo más, sus políticas de estado van direccionadas a mantener las oligarquías políticas a las que pertenecen (Revista Internacional de sociología y política social, 2020).
Cuando se habla de corrupción en ámbitos sanitarios y por supuesto de manera general, no podría ser la excepción gran parte de los países africanos, donde los más observados, pero menos tratados son aquellos que peores realidades han asumido en décadas tras décadas. Esta afirmación no es efímera dentro de los análisis, pues las evidencias y los estudios así lo demuestran, tal y como lo hace Transparency International (agencia evaluadora de la percepción que se tiene ante los países y la corrupción de los mismos) en la última publicación con respecto a los resultados de los estudios realizados, donde siendo una constante, los países africanos terminan siendo los de menor puntaje (32/100) ante estas situaciones, lo cual no es extraño de analizar. Resultados como estos están relacionados con los que se muestran ante el tratamiento que le han dado a la pandemia, pues la situación es tan crítica, que la OMS percibe: “un “desastre inminente” y que puede convertirse en una “tormenta brutal” si no se toman medidas urgentes”, con esto se anticipa un colapso fatal en sus centros de atención, ya que como es apenas evidente, los procesos de atención en la salud de estos países son deprimentes, vulnerables y despiadados. Esta es la consecuencia que pagan las poblaciones por permanecer bajo regímenes que solo confabulan a favor de sus arcas y sus aliados, mientras las poblaciones siguen desalentadas y moribundas (Fernanda Paúl, BBC News Mundo, 2020).
5. Bibliografía
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