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La(s) tortillera(s) y la(s) mujere(s) salvaje(s) The Tortillera(s) and the Savage Women(s)

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Academic year: 2022

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Sinópsis

Texto performático sobre la trayectoria de dos artistas lesbianas mexicanas que viajan al sur del continente para la creación de una manada que a través de un laboratorio corporal encuentran a su propia mujer salvaje creando su rito y conocimiento a través del erotismo lésbico.

Palabras clase

Lesbianismo, feminismo, performance, artes en vivo, danza, ritual

Abstract

Performative text about the path of two Mexican lesbian artists that travel to the south of the country for the creation of a pack through a body base laboratory where together they found their own savage woman creating their rite and knowledge through lesbian eroticism.

Key words

Lesbianism, feminism, performance, live arts, dance, ritual

La(s) tortillera(s) y la(s) mujere(s) salvaje(s)

The Tortillera(s) and the Savage Women(s)

(2)

La(s) tortillera(s)

y la(s) mujere(s) salvaje(s)

MARÍA LUISA VELÁZQUEZ PARTIDA

TESIS PRESENTADA COMO REQUISITO PARCIAL PARA OPTAR AL TÍTULO DE MAGISTER INTERDISCIPLINAR EN TEATRO Y ARTES VIVAS

Directora de tesis: Zoitisa Noriega Co-director: Alejandro Jaramillo

Línea de investigación: Artes Vivas, performancia y política Ilustradores: Ixel Mejia

Diagramación: Tik Michel

Universidad Nacional de Colombia Facultad de Artes

Maestría Interdisciplinar en Teatro y Artes Vivas Bogotá, Colombia

2021

Prólogo

Esta no es una ficción.

Esta es una experiencia real que habla de un amor entre dos mujeres, que se abren como una flor a otras, otrxs. Es una obra de intensa transformación, que conecta a otrxs seres, a otrxs formas de existir, pensar y relacionar.

Esta no es una ficción.

Es un espacio que conecta el lesbianismo en sus distintas formas de amar. Desde el amor romántico al amor salvaje, desde el amor entre dos, tres, diversas mujeres queers, cuerpas. Es el lugar que abre espacio para las conexiones que se inician entre la piel y los pelajes y se tornan órganos desnudos completamente vulnerables y salvajes que al encontrar su bando, se tornan intensas relaciones de fuerzas que nos enseñan a traspasar todo y cualquier pensamiento de límites. Es esta fuerza que las mantiene vivas y unidas con el pasar de los años, en la pasada o en la futura. En constante movimientos de transformación entre las fronteras líquidas de los fluidos. En constante “migración a otros estados de la carne”, así como dice la autora.

Esta no es una ficción.

Es un tiempo que convoca a la brujería, a la magia, a la transmutación y a los cuidados colectivos. Estados que llevan a las mujeres salvajes a conectarse con sus colas que se conectan con el suelo generando relaciones entre la tierra y el territorio cuerpa. Como una complicidad entre nosotras, nuestras pieles, nuestros olfatos y nuestras excitaciones. Las pieles marcadas por los caminos tatuados borrando fronteras pero señalando las memorias de los tránsitos.

Esta no es una ficción.

Es un lugar que habla sobre la realidad diaria de estas cuerpas.

Elisa Ribeiro

A ellas, las cuerpas que transmutan de esta manera:

La primera línea es la más difícil, la más dolorosa.

Siente el primer roce y comienza a vaciar.

Con la intensidad de 4.3 se vacía la cuerpa masoquista, utiliza la piel como frontera.

Con intensidad dolorística la piel se convierte en pelaje y su desnudez en un órgano de metáforas, rituales de libertad y hechizos en tinta.

Crea su propia mitología, se diseña como el cyborg1. Se reclama como territorio de un travestismo silvestre,

se trenza a su amante.

Devora sus raíces en busca del Mitlán2 provocando el encuentro con el Xoloitzcuintle3 del descenso.

Ofrenda sus alas migratorias a las diosas Coatlicue4, Xochiquetzal5 y Mitlántecutli6

En el entrenamiento de la carpa y la calle encuentra su felinidad y consume su veneno ofidio para cambiar de piel.

Grita consignas en lenguas prohibidas, lenguas temidas.

Abre las piernas para sangrar con seducción bestial.

Vibrando ante la mirada de la virgen lesbiana.

Acciona insolente y desnuda, corre por los techos, moviendo los dedos, pronunciando sus rezos.

En el movimiento salvaje de una nostalgia de cola se abraza de complicidad femenina, en un festín de cuerpas sudorosas se reconoce en el movimiento constante de su columna

serpenteantes.

1. Cyborg: Es una criatura compuesta de elementos orgánicos y dispositivos cibernéticos, generalmente con la intención de mejorar las capacidades de la parte orgánica mediante el uso de tecnología.

2. Mitlán: referencia al inframundo de la cultura Mexica.

3. Xoloitzcuintle: es una raza canina prácticamente sin pelo estrechamente relacionado con la cultura Mexica, ya que se cree es el guía al inframundo.

4. Coatlicue: En la mitología Azteca, es la diosa de la fertilidad, patrona de la vida y de la muerte, guía del renacimiento.

5. Xochiquetzal: en la mitología Mexica es la diosa de la belleza, las flores, el amor, el placer amoroso, y las artes.

6. Mitlántecutli: en la mitología Mexica, Zapoteca y Mixteca es el dios del inframundo y de los muertos.

.02.

.03.

.04.

2100

La tortillera y la mujer salvaje han viajado 3 210 kiló- metros al sur para llegar a la ciudad de Bogotá con deseos de hacer un máster en artes. Emigraron en dirección contraria a los grandes flujos, en búsque- da de una bruja feminista para crear acontencimien- tos que aportarán a seguir construyendo el imagi- nario discursivo de las feministas latinoamericanas.

2021

Mirando de frente los tiempos que se avecinan, sin- tiendo las marcas y sensaciones que ha dejado so- bre sus cuerpas un año pandémico, faltan fuerzas para adentrarse en la creación. Con la herida abierta de la incertidumbre y una luz clara dentro de la os- curidad que nace encendiendo la hoguera convier- ten la casa en un taller de movimiento, exploran los pocos medios con los que cuentan para sembrar la semilla del gesto en más cuerpas.

El deseo de conspirar la futura desde las propias nostalgias que habitan la cuerpa de la mujer salvaje y las formas de amar de la tortillera se hacen pre- sentes para invocar al animal, para revelarse ante la domesticación católica, para amar, coger, tatuarse, soñar y curar una nostalgia de cola.

Comienzan a blasfemar.

“La blasfemia nos protege de la mayoría moral interna y, al mismo tiempo, insiste en la necesidad comunitaria”

Manifiesto Cyborg Donna Haraway

(3)

Cartografía

• Cholula •

• Costa Esmeralda •

• Toluca •

• Tagangá •

(4)

Esta es la historia de un camino, de un andar que se conjura, que avanza por carreteras, camina y vuela, cargado de experiencias, dividido en dos, con poderes de transformación.

Es una historia de una mujer que ama a otra mujer; de viajes, pañuelos, máscaras y aprendizajes. De la nahuala7, la domadora del circo, Cholula y Bogotá, del pasado que conspira

la futura, de una época pandémica y la creación de comunidades utópicas y salvajes, salvajes.

Una historia sobre el vuelo de la mariposa, las fuerzas de las cuerpas, el encuentro bioseguro, el laboratorio, el pensamiento-creación y la sensual hechicería. De artes vivas, de

gestos y huellas, de preguntas y cómplices, de lo extraño y lo familiar, del espacio, el Parque Nacional y la ciencia ficción.

Un camino de cubrebocas, cabarets, iglesias, besos, kilómetros, palabras, de cuerpas, miedos, fuerzas y animalas del hogar y la salvaje ciudad.

Un camino del tiempo y la magia.

Una historia de mujeres King Kong8, de menstruaciones y cuerpas sin úteros, de la calle, la academia y la indisciplina, la protesta y embriaguez, de conversaciones de madrugada y humo de

marihuana.

Esto es una somateca9, una cartografía10,

Una aguja de tatuaje que teje la telaraña de la cyborg, una mujer de dos cuerpas, una fiesta del orgullo y una nostalgia de cola.

7. Nahuala: También llamado nagual o nawal. Dentro de las creencias mesoamericanas, es una especie de brujo o ser sobre- natural que tiene la capacidad de tomar forma animal.

8. Mujeres King King: referencia al texto de teoría King Kong de Virgine Despentes

9. Somateca: un aparato somático denso, estratificado, saturado de órganos gestionados por diferentes regímenes biopolíticos que determinan espacios de acción jerarquizados en términos de clase, de raza, de diferencia de género o sexual.

10. Cartografía: Técnica de trazar mapas o cartas geográficas.

1900

La primera vez que la mujer salvaje y la tortillera se encontraron, la primera vez que se besaron los la- bios vivían en Cholula11 y fue ahí que transmutaron, que se amaron. Bajo un manto de cabellos negros y crespos se probaron el sexo, se entraron por las venas, se alojaron en sus regazos, se tomaron de las manos, se mordieron las nalgas, besaron sus pezo- nes y durmieron complacidas abrazadas.

Se rompieron el corazón, cayó de un hielo que lo sostenía, una pared que se rompió, y en un encuen- tro cósmico lo limpiaron del miedo en la ducha de una casa que era ajena, la casa de la amante, una casa ahora de ellas.

1901

Se convierten en muégano12, cada noche que se aman, solas o acompañadas, con cada roce de la piel, se derriten más la una en la otra, en cada orgasmo se penetran más dentro en las entrañas, mirada tras mirada de unos ojos de almendra se su- mergen más en sus almas.

En una noche con olor a sexo, con las sábanas mo- jadas por el sudor de las cuerpas se convierten por primera vez en la mujer monstruosa de dos cabe- zas. Cuerpas fundidas que caminarían juntas, se ne- cesitaban para avanzar, para amar, una cuerpa de cuatro piernas, dos estómagos, cuatro nalgas, las fronteras de las pieles desdibujadas. Sus lenguas besan más bocas para que habitando la otra amen más; para seguir migrando de una cuerpa a otra, la suya, la de ella, la de otras.

“El lesbianismo es necesario para compren- der el modo en que se articula lo humano en nuestra cultura. La lesbiana nos habla de si misma y al hacer esto nos habla al mismo tiempo de las identidades que no se autode-

nominan lesbianas.”

Las lesbianas (No) somos mujeres Beatriz Suárez

11. Cholula: un municipio del estado mexicano de Puebla

12. Muégano: Dulce típico mexicano, hecho con trocitos cuadrados de harina de trigo fritos y pegados unos con otros con miel.

Salimos de la ducha, todavía con agua en las cuerpas nos metimos bajo las sábanas, nos miramos

las tres, nos besamos por turnos, toco una espalda y una nalga, las pieles son distintas y mis manos resbalan, llego a sus sexos, ellas se miran y se besan, sus humedades me empapan los

dedos, invitantes, acaricio con mis pulgares, recorro cada labio, se toman de las manos y

comienzo a entrar.

.06.

.07.

.08.

.09.

2008

En México a las lesbianas las llaman tortilleras, en Colombia, areperas. Mujeres que aman, desean, sue- ñan, besan a otras mujeres. Existen en nuestras ca- sas, en la calle temen ser acosadas y en la intimidad se entregan con mil formas distintas de amar.

En las construcciones heteropatriarcales existen dos tipos de lesbianas, la de la pornografía y la ma- chorra; la primera es una representación del deseo de los onvres13, generalmente son actrices hetero- sexuales dirigidas por ellos para pretender coger y generar la excitación del falo que la mira. La segun- da es la tía solterona que viste con ropa de onvre, que siempre está rodeada de “amigas” y replica la misoginia heteropatriarcal en sus relaciones íntimas, de las que nadie da reparo de existencia.

Pero las lesbianas son muchas más que estas dos categorías, las cuerpas deseantes exploran otros rincones, de las cuales la visualidad sexual hetero- patriarcal no logra ni imaginar. Existen las lesbianas Butch, Soft butch, Dyke, Stud, Stem, Chapstick Les- bian, Femme, Lipstik Lesbian, Golden star, Hasbian, por nombrar algunas de las que la cultura pop les ha dado a través de los años. Por medio de series, películas y libros, podemos llenarnos de cartografías Queer14, pero claro está que las etiquetas cambian en cada latitud, las formas de relacionarnos e iden- tificarnos son tantas que podrían crear todo un uni- verso imaginario.

2010

Existen lesbianas que en apariencia son cualquier mujer preocupada por cómo la verán, una máscara de maquillaje, ropa seductora, una cuerpa en forma, y muchos tatuajes, a veces las uñas largas, los la- bios rojos y la mirada coqueta para seducir a quien se cruce por el andar, bien podría pasar por hete- rosexual, pero la intensidad en la mirada solo quie- re cruzar con la de otras mujeres, ser proveedora y tomar los roles “masculinos” en la casa, ser descui- dada, sentarse con piernas abiertas y disfrutar de penetrar a la compañera, eructar, ser sucia, odiar cocinar y amar seducir, ser sobre protectora, imitar las acciones de onvres para acercarse a las amantes, entregarse para hacerlas venirse sintiéndose ama- das y excitarse con su humedad, con su gemir, con los dedos dentro y las cuerpas erizadas.

Cuando se piensa en el sexo penetrante como la úni- ca manera de hacerlo; el deseo, lo erótico, la sensi- bilidad de la piel, los besos en los tobillos, los dedos en la boca, las mordidas en las costillas, no entran en la categoría. En el imaginario heterosexual, las lesbianas no tienen sexo, les hace falta una verga, y entonces se preguntan ¿cómo es que follan?

Las tortilleras tienen sus formas, tienen carne y de- seo, diez dedos en las manos, juguetes en distintos tamaños, colores y formas, que vibran o succionan y más que eso tienen lenguas juguetonas, roces por todo el cuerpo, el movimiento, la piel, las humeda- des, los cambios de temperatura, la ternura radical.

Las retóricas de la cartografía gay y lesbiana son tan opuestas que podrían identificarse una en términos de utopia de desterritorialización de los espacios y de su régimen de sexualización dominante, y otra en términos no ya de distopía o agrofobia, sino más bien de lo que podríamos denominar topofobia, del rechazo de toda espe-

cialización y horror a toda cartografía.

Cartografías Queer Paul B. Preciado

13. Onvres: en redes sociales se le conoce así a esa especie varonil que es heterosexual, sigue patrones establecidos por el patriarcado y cree saber lo que una mujer necesita y debe pensar/hacer.

14. Queer: es una palabra que describe una identidad de género y sexual diferente a la heterosexual y cisgénero.

Being lesbian and raised Catholic, indoctrinated as straight, I made the choice to be queer.

Borderlands/ la frontera Gloria Anzaldúa

la compañera, eructar,ser sucia, odi

arcocinar ylas de la compañera,eructar,ser sucia

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(5)

• Tajín •

• Tlaxcala •

la compañera,eructar,ser sucia

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(6)

1805

En Cholula la colonización dejó su marca, una pirá- mide enterrada bajo una iglesia. Los rumores dicen que en sus cuatro barrios hay 365 iglesias, es men- tira, ese es solo el total de las cúpulas pero ¿para qué tantas iglesias? Son espacios de culto, conectan con aquello que no se sabe nombrar, muchas fueron espacios rituales ancestrales, otras simplemente la iglesia de la cuadra pero todas tuvieron un objetivo, adoctrinar, enseñar las formas del buen vivir a los

“salvajes” de la región, llegaron y se impusieron en el pensamiento.

La gente cargada de culpa teme lo desconocido, se ha desprendido de sus cuerpos, le teme a sus de- seos, aprendió a rechazar lo no “moral”, lo invisibili- za, castiga y nombra como pecado, se organiza para decir no y quitar derechos, sale a las calles con aires combativos a exigir que depravados dejen a sus hi- jes en paz.

2116

Ellas se apropian del insulto, lenchas, putas y traves- tis, zorras, marikas y tortilleras. Salvajes se nombran desde la diferencia. Aplauden sus rarezas y existen - resisten y, ante tus ojos, se besan en las puertas de

Me despierto húmeda y desnuda, con mi vulva dilatada. Me acerco a mi amante y comienzo por pegar mi cuerpo a su espalda, mis manos deslizan por su costado desde su hombro hasta sus piernas,

una y otra vez con la finalidad de despertarla, beso su nuca, le respiro cerca de la oreja. Ella

despierta , mi mano comienza a subir ahora por el centro de su cuerpo, como si lo partiera por

la mitad para abrirme paso, mis dedos tocan su esternón sin tocar sus senos, mi mano se posa sobre sus clavículas, la jalo hacia mi para que sienta mis pezones erectos sobre su espalda y le

beso el cuello, suspira y abre su boca, mi mano baja y se extiende sobre sus senos, mi pulgar toca el pezón derecho, el anular el izquierdo y

haciendo ligeros círculos, ella despierta por completo.

tus templos, la mujer salvaje y la tortillera se aman en tus puertas. Se tatúan sus insultos, tanto los han escuchado que los han encarnado, ahora los usan como escudo, como lo han hecho lxs pensadorxs lesbotransbofeministas, desde la latitud antropo- fágica15 de latinoamérica, se devoran las entrañas para descolonizarse y nombrarse desde la otredad insultada.

“Un microactivismo que desarme las formas del amor, la propiedad de los cuerpos contra la exclusivi- dad sexual, los afectos adheridos a cierta genitalidad,

las formas del placer y los usos de nuestros cuerpos que la heteronormatividad grabó a fuego en nuestras existencias.”

Escribir contra sí misma Valeria Flores

1915

La mujer salvaje se apropia de su cuerpa, se deja explorar, después de tantos años entrenando para seguir formas, busca salir de ellas, encontrarse y ha- bitarse como territorio de acción.

15. Antropofagía: Acción o costumbre humana de comer carne de seres de su misma especie.

Yo hoy recuerdo tus labios suaves, tus manos en mi cintura pegándome a tu pecho, tu lengua caliente abriéndose paso entre mis labios. La gente nos miraba desde afuera de la iglesia, nos apoyaban; por dentro de la reja la gente nos ofendía, pero el mundo no existía, solo

podía sentir el sabor de tu saliva.

.11.

.12.

.13.

.14.

Mi cuerpa como territorio, mi territorio como cuerpa.

Es el espacio entre mis costillas, el dolor del cólico y la sangre en el calzón,

el grito de indignación.

El ritmo de la marcha y la máquina.

Mi país de origen y el apartamento en la hoguera.

A mi cuerpa la recorren carreteras, la dividen en parcelas, se organiza en sistemas

y se etiqueta.

¿Cuántas violencias atraviesan mis venas?

Son las mismas que las de mi tierra.

Ha sido colonizada, violada, masacrada, institucionalizada, vendida, comprada y rematada.

Dividía en género, clase y raza.

En mi cuerpa como territorio Mi piel es la frontera del afuera,

el contenedor del adentro,

un espacio común y propio invadido por lo vellos, se deconstruye y construye ante tu mirada.

Mi carne se consume, mis palabras resuenan,

mi miedo quema, mi pasado me da fuerza.

Mi territorio como cuerpa, es mi lugar de acción.

Los colores de mis luchas, el chile que me pica los labios,

la biblioteca popular.

La calle de mi casa, mi caminar.

Salimos de Cholula haciendo el amor en el auto,…

buscamos un terreno, una calle vacía, algún lugar donde estacionarnos que no estuviera muy a la vista, lo encontramos, nos pasamos al asiento de

atrás, comenzamos a besarnos y en el bochornoso calor nos desnudamos. Nos acariciamos con urgencia,

nuestras manos aprietan suavemente los senos, las nalgas, jalan para acercar más las cuerpas, me coloca sentada sobre ella, toma mis nalgas y me invita a moverme para frotar nuestras vulvas, su brazo derecho rodea mi cintura en busca de mi

humedad, la encuentra y se pierde en ella.

(7)

• Xalapa •

• Veracruz •

• Cdmx •

• Puebla •

(8)

Pongo el primer pie sobre el escenario, camino lentamente, un pie detrás de otro con un movimiento zigzagueante en mis hombros. Mis ojos buscan conectar

con los del público de manera amenazantemente seductora, traigo un leotardo blanco que con la luz sobre mi cuerpa deja ver mis pezones, comienza a sonar mi canción, Feeling Good – The muse, me paro al centro

del escenario, levanto mi mano y tomo el tubo del candelabro que con una winch mecánico me levanta 5

metros sobre el suelo.

1902

Una rama de los hermanos Atayde16 se une con in- versionistas restauranteros y deciden montar un espectáculo de circo cabaret, donde incluirán baila- rinas, teatreros y Clowns17 callejeros. La mujer sal- vaje encuentra en esta unión una oportunidad para explorar su animalidad añorada, subirse a la carpa y cumplir el deseo de viajar y transmutar en el camino.

La ley acaba de cambiar con respecto a los espec- táculos circenses, el gobierno confiscó todos los animales de los circos del país, y en unas cuantas hectáreas los abandonan “rescatados” del cautive- rio a su suerte, creyendo que sus instintos nunca explorados saldrán a flor y recrearán una pequeña sabana en algún lugar del país.

Ahora el circo tiene que reinventarse.

1916

La comunidad del circo está basada en apellidos, lo que la vuelve patrilineal, envolviendo un sinfín de prácticas misóginas donde las mujeres son adornos para los trucos de los onvres, usan ropa pequeña, sonríen muy amplio y adornan el escenario mientras ellos hacen demostraciones de fuerza.

La mujer salvaje los intimidaba, ganaba fuerza y se rehusaba a ser su adorno, se vuelve su domadora, dictando la manera en que se habita el escenario, un espacio que antes era de ellos.

Comenzó como bailarina, a reemplazar elefantes, tigres, leonas y aprendió a volar, su cuerpa nunca había estado tan lista, era fuerte, tenía confianza, se permitía ser un animal de instintos musculares, con- fiaba en sus manos para sostenerse a 5 metros de altura, su cervicales soportaban todo su peso, y co- menzó a imaginar cómo su piel cambiaría para vol- verse esa animala en el escenario de 360 grados de una carpa; recordó lo que buscaba, cambiar de piel.

Les voló la mente, qué peligro era en los camerinos, cuando sus mujeres se cambiaban, de qué forma entender que ellos la adornaban ahora a ella, esa animala que ahora habitaba su carpa y amenazaba todo lo preconcebido.

1917

Tomaron el arco norte rumbo a Guanajuato18, don- de conocerían al macho mexicano que cambiaría su práctica. Él y su tropa daban un intensivo en el mar- co del Festival Internacional del Cervantino y como mujer monstruosa de dos cuerpas, logran ganar un espacio para participar.

La ciudad está llena de callejones, la recorren a pie buscando espacios para habitar con imágenes, comenzaron a conjurar a la bruja, a jugar con sus políticas y sus formas visuales, montan altares para atarse y aprenden sobre la ternura radical con la cual tratar las cuerpas propias y ajenas.

La práctica ritual se hace presente, desnudas, san- grando, llenas de consignas políticas que protegen ante la mirada ajena, notan la posesión de sus cuer- pas. Un estado alterado de conciencia que acompa- ña la presencia vuelve y se posa en sus miradas, se apodera de sus cuerpas y les da el valor de seducir.

“El componente material y encarnado del deseo como actividad psíquica cuyos efectos en el sujeto constituyen una especie de hábito o conocimiento del cuerpo, lo que el cuerpo “conoce” o, mejor aún, ha llegado a conocer sobre sus metas instintivas.

Al resignificar la demanda de amor, las prácticas sexuales y sociales del lesbianismo pueden (re) orientar efectivamente las pulsiones proporcionando un (nuevo) terreno somático y representacional para el trabajo de la fantasía.”

La práctica del amor:

deseo perverso y sexualidad lesbiana Teresa de Lauretis

16. Atayde: Apellido de una familia tradicional cirquera de México.

17. Clowns: Payaso

La performance es una forma de ser y estar en el espacio, frente a o alrededor de un público específico. También una mirada in- tensificada, un sentido único de propósito en el manejo de objetos, compromisos y palabras y al mismo tiempo, una “actitud”

ontológica hacia el universo.

En defensa del arte del performance Guillermo Gómez Peña

18. Guanajuato: es una ciudad mexicana, capital del estado del mismo nombre, situada en el municipio de Guanajuato.

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.19.

La habitación en hostería del Frayle fue testigo de un sexo drogado, las pupilas dilatadas por el LSD recorren

desesperadas la piel, las manos saben perfectamente qué hacer, el estado alterado por una droga, por la

performace nos hace estar mas cerca, gemir mas fuerte, que el sabor de la saliva sea más dulce y que por nuestras

vulvas escurran ríos.

2015

Algunos estilos de danza no tienen un buen sabor.

La competencia por la mejor forma, espectaculari- zación de las virtudes técnicas, la separación inatra- vesable con la corporiedad del público, su abstrac- ción y sus faltas de política en virtud de los grandes pasos, alejaban a la mujer salvaje de los modos del lenguaje aprendido.

La tortillera por su parte se volvió tatuadora, encon- tró un nuevo oficio donde explotar su lenguaje ar- tístico; comenzó a diseñar la piel cyborg de la mujer salvaje, comenzando a aparecer las primeras modi- ficaciones de la continua migración a otros estados de la carne.

“El cyborg aparece mitificado precisamente donde la frontera entre lo animal y lo humano es transgredida, lejos de señalar una separación entre la gente y otros seres vivos, los cyborgs señalan apretados acoplamientos inquietantes y placenteros.”

Manifiesto Cyborg Donna Haraway

19. Temazcal: del náhuatl temazcalli, hace referencia a un ritual ancestral y a un baño de vapor empleado en la medicina tradicional y la cotidianidad de los pueblos del centro de México.

20. Temazcal de hielo: Referencia al trabajo de grado de María Luisa Velázquez, performance duracional donde existía una instalación de cuatro paredes de hielo.

21. Muy Machx: Colectiva de arte del performance creado en 2018 por María Luisa Velázquez y Marine Ixel Mejía Peralta.

1918

La conexión con el tiempo ritual en la performance las hechizó, entendieron qué era lo que buscaban en el Temazcal19 de hielo20, una forma de exponer sus políticas en movimiento, la danza se convirtió en material y la animala les permitió entrar en otro estado, el de la nahuala que en movimiento invoca la posesión de las fuerzas.

Cada paso que daban conjuraba, las cambiaba, las migraba. Avanzaron por carretera rumbo a Puerto Vallarta, allí la mujer salvaje cayó de un trapecio y para sanar una fractura de radio y cubito montaron un altar que se llevó el mar y comenzaron a invocar una colectiva Muy Machx21.

There is a magic aspect in abnormality and so-called deformity. Maimed, mad, and sexually diferent people were belived to possess supernatural powers by primal cultures magico-religious thinking.

Borderlands/ la frontera Gloria Anzaldúa

(9)

• Puerto Vallarta •

(10)

Porque somos Muy Machx y amamos sin poseer

Somos Muy Machx y luchamos juntxs para sublevar la futura Somos Muy Machx y viajamos por carretera

Somos Muy Machx y creamos juntxs nuevas comunidades Somos Muy Machx y te contaminamos la mente con nuestros deseos

Somos Muy Machx y te invitamos a acostarte en nuestra cama Somos Muy Machx y nos besamos en las puertas de las iglesias

Somos Muy Machx y cruzamos todas las fronteras Somos Muy Machx y te miramos a los ojos en nuestros momentos

más salvajes.

Ella, fruta prohibida, negra, amante, compañera, mejor amiga.

Yo, la rubia que se fue con ella, blanquita fina.

Ella, cuerpa de piel morena.

María, buga, convertida, conquista favorita.

Ella, todos los dolores y su sanadora.

Maliquetzal, bruja, curandera y lienzo.

Ella, maestra, sabia que camina.

Luisa, Super hard fem, la intensa favorita.

Ella, cachorra herida y delicada, le lamo las heridas para borrarle las cicatrices.

Yo, cirquera, proveedora y animadora.

Ella, la puerta para todas mis amantes.

Wicha, marihuanera, bailarina, autista.

Ella, los besos de madrugada, los sexos húmedos de sus amoras Marily, rebelde, loca y migrante.

Ella, sensualidad que duerme a mi lado.

Yo, tu compañera, guía y brújula.

Ella, la fuerza,

el campo de espárragos y la cuidadora del fuego.

Yo, cuerpa blanca, privilegiada de acento extraño.

Ella, lesbiana, la butch, la andrógina.

Nosotras, vulva dilatada y el orgasmo escapista.

Ella duda ser ella, pero detestaría ser él.

Yo , la María Lusia que enmarca.

Ella, ya no es ella pero tampoco él, elle es Marine Ixel.

Yo soy de elle y de muchas más.

2117

La Jauría de Mujeres salvajes se denomina Muy Machx, como un juego más para reapropiarse de lo que no es suyo. Asumen las responsabilidades de su libertad, después de años, la tortillerx y la mujer salvaje toman piel en muchas cuerpas, las de la cu- erpa colectiva que se rebela ante la moral católica de gente bien, profana antiguas iglesias tatuándose en su altares y continúa caminando con las colas en alto.

1919

El fuego de la vela les llevó a Madrid, migraron al viejo mundo, donde conjugaron cabarets en el bar- rio anarquista, se encontraron con una colectiva de bolleras con quienes reclamar calle. Con ellas las su- dakas se tomaron plaza Colón y a ritmo de cumbia 60 lesbianas bailaban con un trío de enmascaradas latinoamericanas.

Los rituales comenzaron a ser en tinta y una semilla de la vida, una llave abre caminos y un beso de en- trañas les regresó a México, antes de volar al sur. En actos de brujería, reclamaron las cuerpas de las que faltan, en el fervor del nacimiento de un movimiento radical feminista mexicano.

“ Se propone hablar de un cuerpo post-biológico, que practica un sexo no naturalista, fuera de los cánones tradicionales de división sexual.”

La pornografía como tecnología de género.

Lucia Egaña

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.22.

.23.

.24.

Estoy recostada sobre la camilla, mi cuerpa suda, está caliente. Ometeotl22 ,la miro a los ojos y la

aguja comienza a entrar, siento la piel siendo cortada y me mojo, respiro profundo y exhalo con un

suspiro, la línea es larga y gimo, el dolor y el placer desdibujan sus fronteras, grito y mi vulva escurre, la aguja raspa y a mi cuerpa la recorre un

escalofrío, el agua calma el calor y el ardor me eriza los pezones, mi piel cambia, un nuevo hechizo

la habita.

2020

La búsqueda de una erótica, una carnalidad, una Canibalia23 se volvieron deseos y una nostalgia de cola se hizo presente para cruzar.

Comenzaron por desempacar la maleta amarilla ex- poniendo su continua migración. Cruzar la frontera, cambiar de lenguas, proyectar imágenes sobre las cuerpas, mostrar lo que se oculta, tomar el espacio y habitar los deseos se volvieron una práctica para convocar la indisciplina.

Comenzó la pandemia y con ella el confinamiento y en ese encierro en un departamento con sólo una vista hacia los tejados, invocaron a la Nahuala, la bruja con poderes de transmutación que se deja po- seer por los animales que la habitan, la mujer salvaje buscó el cruce corriendo desnuda por los tejados, la tortillera marcó con la mosca de las artes vivas su costillas.

El deseo por encuentros en la carne les llevó al Parque Nacional, comenzaron por un ejercicio de parafraseo de la pieza “Aparente” de Lourdes Gor- bet, llevando a Colombia un imaginario mexicano.

El parque les suscita la búsqueda de una animalidad en el bosque, el paisaje se vuelve envolvente, es fácil habitar salvaje en el espacio natural, la comodidad se instaura en el colectivo, y el parque se vuelve un salón de clases. La piel no se siente segura para ex- ponerse, en el aire se siente la densidad de las agre- siones que las compañeras han vivido en este espa- cio. Bajo la lluvia volando por los aires recuerdan el circo; ese animal vuelve a estar presente en la piel, nace el deseo de ser más y comienzan a convocar.

23. Canibalia: Referencia al texto de Carlos Jauregui, “Canibalia. Canibalismo, calibanismo. Antropofagia cultural en Americalatina.”

They are fascinated by what they call the “magical” mind, the “savage” mind, the participation mystique that says the world of the imagination- the world of the soul- and of the spirit is just as real as physical reality.

Borderlands/La frontera Gloria Anzaldúa 22. Ometeotl: en la mitología Mexica es el dios/diosa de la creación. Como Señor y Señora de la dualidad, con el nombre en conjunto de carácter dual.

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• Metepec •

• Ixtapan de la sal •

• Acapulco •

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Caminábamos a contra corriente de un arroyo, estábamos solas, cobijadas por el heno de los árboles y el musgo de las piedras, subimos la montaña y perseguida por el asecho de tu cámara comienzo a despojarme de la ropa, te seduzco; ya desnuda y temblando de frío encuentro la roca más amplia y me recuesto sobre ella con las piernas

abiertas, apenas llegas te sumerges en mi, me recorres y ahora todo es calor, con mi espalda

arqueada y contigo dentro gimo suavemente.

Cierro los ojos, frente al fuego de una vela, pido permiso para cruzar:

Gracias por entrar en mi cuerpa, acompañarme, permitirme significar y sostener.

Por favor perdóname por olvidar llamarte, si te he traicionado, si he fallado con superficialidades.

Te siento entrar como vibraciones en el alma, salir por mis manos para proteger mi espacio, conectándome con la tierra, trayendo el

presente a mi mirada.

Te amo porque sin ti no entendería la realidad, no sabría transmutar, erotizarme, pararme ante aquellos que me miran,

la mujer salvaje se viste de las pieles de animales al desnudarse.

Se expande para tomar el espacio, la cola se hace presente en el movimiento de mi columna, desde el suelo los asecho.

La serpiente de mi cola me regresa del Mictlán y en el fervor de mi movimiento Coatlicue - Tonantzin me posee.

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Con los elementos del altar la mujer salvaje y lx tortillerx hacen un llamado:

Salvajes!

Cuerpas valientes, vengo a hacerles un llamado,

a convocarlas para una laboratoria sensual-sensorial, donde buscaremos habitar una sensación profunda de lxs cuerpxs,

construiremos un lenguaje, una atmósfera sonora una comunidad futurista.

Quiero invitarlas a rediseñarse, a erotizarse y desnudarse, a bailar junto a sus hermanas.

A rugir, mugir, aullar, respirar e incomodar.

Descubrir la poética del trance y el poder político de nombrarse.

Necesitaremos de aquelarres, de juegos, de encuentros en la carne, apertura y disposición para la posesión, de ese instinto que te grita desde las entrañas para crear un gesto de “recluta-

miento” para que en la futura seamos más.

Dicho esto, hago un par de aclaraciones…

Nace de un deseo de cruzar fronteras y conjurar la futura. Habla sobre todo del camino, lo que nos trajo hoy aquí y nos llevará al mañana, sobre crear una colectiva, una jauría aullante, de rozar lxs cuerpxs. Es sobre un instinto salvaje(a) que habita en los silencios de un movimien-

to infinito, que se articula en la columna vertebral que mueve su cola.

Es una apuesta del monstro migrante, una historia de amor, sexo y lesbianas, de cuerpxs sin órganos, revoluciones sexuales-sensuales, del paso del tiempo y la hechicería.

Lo salvaje es una irreverencia, una reapropiación, una forma, un deseo de dejar de ser humano e intentar ser algo más, un híbride, inacabadx en continua transmutación.

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Un grupo de mujeres responde, comienzan una laboratoria en la sala del apartamento donde lo salvaje aparece como una intuición que habita las

cuerpas, una necesidad de cruce, una búsqueda por reapropiarse, traen con ellas una imagen que represente lo salvaje y el ejercicio de la escritura libre

se comienzan a vaciar.

Lo salvaje

Lo salvaje, siempre fuera de las jaulas, siempre mostrando las garras, camuflaje, agilidad y ahora que lo pienso la cola es como la vara de sabiduría de la mujer ancestral. Su color y

templanza siempre está cambiando.

Viajando a donde va mi cuerpa, puede matar y puede salvar, savage, wild.

Devore mi jaula, me la trague entera, cada pedazo, crudo y sangrante, la mate.

Es el encuentro con la sangre, el fluido, los olores, la viscosidad. Escuchar las pausas, entender los silencios.

Venimos al mundo sin etiquetas, venimos o existimos para seguir eternos ciclos.

Lo salvaje, es lo que pasa lejos de lo impecable, de lo inmaculado de sus huesos, denso, lo contradictorio de juntarse en el lodo, en el pantano, en la placenta.

Nadie puede contenerla, tenerla, sostenerla.

Salvaje es la conciencia de la vida, de sus ciclos,

para mi no hay nada mas salvaje que el mar, her tempes, her rage, su belleza.

Así como la mantis sin reparo devora, ella no tiene límites, ella no tiene fin, no sabe donde termina y donde empieza su forma.

Ella, él, elle.

Disfrutar de tu gozo, de la existencia de cada uno de tus poros, tus pelos, tu cabello, tu peso.

El cosquilleo repentino llega hasta las conexiones cerebrales, dejo de mirar, de sentir solo hacia adentro para conectar con tus ritmos.

Toda el agua moviéndose dentro de mi cuerpa, cambia siempre y ella ama, se mueve, baila.

Lo salvaje es el origen. el aquí y ahora, es el canto del tambor, de mi cola a mi garganta, cuando tu cuerpo se acerca, cuando tu cabeza roza mi espalda, la mujer chamana es mi

ideal de mujer salvaje.

La aceleración de la respiración, reconocer tu cuerpa, detallar cada parte.

Salvaje es la capacidad de cuidarnos y mantener a salvo la especie.

Al extender su ritmo, su sabor salado no se puede consumir, ni comprar, ella es libre, como nunca antes.*

*(cadáver exquisito realizado con textos del laboratorio Movimiento salvaje escritos por sus partici- pantes)

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• Guerrero •

• Madrid •

• Barranquilla •

• Barranquilla •

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2021

Lo salvaje habita las cuerpas como un deseo de la nahuala, un autoerotismo animal, la necesidad de encuentros en la carne en la época del covid, las fi- estas clandestinas, las madres solteras, las marchas por la dignidad. Es un instinto de la piel masoquista, de cambiar los pronombres, habitar los tránsitos, ser agua, caer en abismos y crear manada.

Lo salvaje está en la calles, en los hogares, en las camas de quienes se aman sin etiquetas, de mastur- barse en las noches frías y desnudarse para tomar el sol, aparece cuando desbordamos nuestras in- tensidades y sudando al ritmo de una guaracha en algún bar de mala muerte en México o Bogotá. Lo invocan en un laboratoria de mujeres en una época de confinamiento y un virus mutante.

She, the symbol of the dark sexual drive, the chathonic (underworld), the femine, the serpentine movement of sexuality, of creativity, the basis of all energy and life.

Borderlands/ La frontera Gloria Anzaldúa

2121

La manada de mujeres salvajes exploran su colum- na vertebral para encontrarse con una nostalgia de cola, una extremidad fantasma que servirá para acariciarse. En un comienzo lento, reconocen sus adentros, sus huesos, se ponen en contacto con la articulación de sus 24 vértebras, la ubicación de sus sacros y pintan el espacio con el coxis.

Invocan la serpiente que habita sus columnas, la mi- ran a los ojos, se dejan seducir para cambiar de piel y dejarla a su andar, y así comenzar a rediseñarse en el descenso, la entrada al deseo.

Bailando guaracha se encuentran con la piel y bus- can tocar cada uno de sus rincones, detrás de las rodillas, la nuca, la entrepierna con el hombro, la es- palda con los antebrazos. Mezclan sus cuerpas en un cúmulo sudoroso, en el encuentro de un abrazo, en la búsqueda de un espacio, se acarician con sus colas imaginarias, en una urgencia de cercanía la piel se vuelve una oreja para escuchar a todas.

Entre caricias y respiraciones sus cuerpas se acer- can, se besan los pies, se reconocen a través del olfato, en el contacto de sus pieles desnudas se si- enten seguras, acompañadas. Nacen dudas, llegan a sentirse expuestas pero encuentran un manto de complicidad femenina que les acompaña, en las fronteras de su piel en continua transformación.

“El mito de mi cyborg trata de fronteras transgre- didas, de fusiones poderosas y de posibilidades peligrosas que gentes progresistas pueden explorar como parte de un necesario trabajo político.”

-Manifiesto cyborg Donna Haraway

Es de madrugada, todas las ventanas del apartamento están empañadas, nueve mujeres en una piscina inflable en Bogotá.

El ambiente huele a menta, marihuana y ginebra, el aceite escurre por nuestras piernas, nuestras manos deslizan de una piel a otra, de un muslo a una rodilla, de un pie a una entrepierna, es casi un trance, el movimiento es constante y

la energía dilatada del gozo se respira en el aire.

La piel

La piel sudada. Mirar la piel desde adentro ¿dónde empieza la piel? ¿en los huesos?

La piel que cambia, que habla de nuestros estados y temperaturas, llena de pelos invisibles,

el calor la hace suave y entonces amo tocarla.

Es donde empiezan y terminan nuestras cuerpas.

Es por la piel que me conecto con mis sueños, con mis miradas internas y se comunica con otras.

Nunca se está tan cerca con una persona desconocida si no es por la piel, somático.

La piel como un ser que sueña, la olvido, aunque la recuerdo cuando duele, cuando se rompe.

Mi piel es un saco que me contiene y me vacía en la caricia de tu cola, receptora del viento, del frío, del calor que quema, cambias.

Mi piel tiene colores y texturas.

Piel suave, piel seca, piel que me cuida y tengo que cuidar, sus textos, sus cambios.

Mi piel es una frontera que se abre, transpira,

el encuentro de piel con piel, mi mano, mi palma tocando mi pecho, mi estómago, una se encuentra con la otra, se tocan.

La piel como una puerta, una frontera del adentro y el afuera.

Lienzo de historias, de huellas, memoria eterna del recuerdo, me vacía al roce con la tuya, con una ternura radical y salvaje.

Sentí también la piel de la serpiente.

Rompe, cuelga, se adapta, transmite intimidad que me permite amar algo que no sabía, y me entrego.

Disfruto cuando me mojo, recipiente de caricias, me muestra frágil, móvil, activa, arengada y despiadada.

Húmedas, secas, calientes, peludas, acuosas.

No siempre se siente la piel aunque este en toda mi cuerpa, la piel suave, la piel que comunica,

se eriza cuando me tocan y me revela alterada, Lunares que me hacen vigilar, tatuajes que me conectan.

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Me observa temerosa y excitada.

Mi piel guarda el paso del tiempo, las marcas, las heridas. La piel, esa cáscara, corteza, forro, cobertor que protege, aísla y conecta.

La piel es la columna y baila.

Comunidad, mi piel está un tu cercanía, en sentir tu olor en mi abdomen, en escucharte con mis piernas, sentirte con mi espalda, cambias y en cada pliegue,

en cada herida nueva cuentas el tiempo.

Cuando me toco mi piel se siente fría, mis límites-boundaries.

Deseos, sentimientos, movimientos, sangre, fuerza.

No logro resistirme al placer que genera sentir otra piel rozando suavemente mi cuerpa.

Compañera eterna, eres mi primer lenguaje,

Mi piel se expande y se marca, en movimiento conjunto y acompañado del calor.

Mi piel duele y sangra, se queja, cicatriza, recuerda.

La piel como órgano siente el calor de tu cuerpa.*

*(cadáver exquisito realizado con textos del laboratorio Movimiento salvaje escritos por sus participantes)

Más fronteras se desdibujan al tiempo que se en- cuentran con sus labios y comienzan a besarse.

Salen de su animalidad a través de un deseo román- tico y vuelven a ella con el rozar de sus narices, la atmósfera sonora es invitante, la guaracha como símbolo marika mexicano les sumerge en un trance, el sonido del orgasmo aflora los deseos de la mana- da, todas se reconocen deseantes de las otras en un cúmulo salvaje donde el olfato es guía y las colas acarician a la otra.

Abriendo la boca desmesuradamente se encuentra un sonido primario, sale para comenzar un acecho.

Hacerse conscientes de aquello que les mira para salir a reconocer a las otras, a invitarlas a habitar su instinto, comer tortillas y descansar seguras en la manada de la mujer salvaje y la tortillerx.

“Lo “lesbiano” aparece como una cualidad sin género en un cuerpo a-típico, y es la expresión que intenta dar cuenta de una experiencia que no puede nombrarse por completo.”

Experiencia – cuerpo, violencia – lenguaje Constanza Pastor

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Estoy sola en la cama, debajo de la almohada encuentro mi dildo rosa, lo enciendo y comienza a vibrar. Lo pongo sobre

mi clítoris y con ligeros movimientos comienzo escurrir sobre las sábanas, mi espalda se arquea, mi boca se abre y

se escapa un gemido suave; encuentro el punto exacto, mi respiración se agita, el calor sube, mis dedos se erizan,

no puedo más pero tampoco puedo detenerme, un hormigueo recorre mi vientre, sube hasta mi pecho y escapa por mi

garganta en forma de sonido.

Agradecimientos

A Zoitsa Noriega por su dirección en el proceso de creación de este proyecto y por recordarme la importancia de nombrarnos desde nuestras propias singularidades para seguir construyendo los feminismos.

A Paulina Oña, por conspirar con su brujería a la construcción de una manada y acompañarnos con su mirada y sensibilidad en cada paso que dimos juntas.

A Marine Ixel, mi compañere de vida por ser mi cómplice en todas mis fantasías creativas, prestarme sus manos para ilustrar nuestro camino, ser mi mayor crítico y así ayudarme a seguir creciendo mi lenguaje artístico.

A Romany Dear, por prestarme su cuerpa y su mirada en este proceso así como enseñarme las tan diversas formas que hay para cuidarnos entre todxs.

A Dania Useche, por enseñarme la importancia de dejarse cruzar, aceptar, entregarse y apropiarse esta construcción de manada salvaje e ilustrar los diversos momentos de nuestro laboratorio.

A Gyna Cruz, por ser mi parcera, aguantar todas mis formas y aceptar formar parte de esta manada de tortillerxs salvajes y aventarse a comenzar hacerse preguntas.

A Carmen Pineda, por ser la familia que una encuentra en el camino, conspirar una futura juntas y acompañarme de cerca en la escritura de esta huella.

Cómplices

Anzaldúa, G., 1987. Borderlands / La frontera: La nueva mestiza. 1st ed. San Francisco: Aunt Lute Book Company.

Haraway, D. J. (1991). Ciencia, cyborgs y mujeres.

La reinvención de la naturaleza (1.a ed., Vol. 1).

Ediciones Catedra.

Suárez Briones, B. (2013). Las lesbianas (no) somos mujeres. En torno a Monique Wittig (Ακαδημεια 5 ed., Vol. 1). 1.

Pastor, C. (2013) Experiencia-cuerpo, violencia- lenguaje: El cuerpo lesbiano de Monique Wittig como horizonte poético y político [en línea]. III Jornadas del Centro Interdisciplinario de Investigaciones en Género, 25, 26 y 27 de septiembre de 2013, La Plata, Argentina. Desde Cecilia Grierson hasta los debates actuales.

A Gladys Infante, por ser valiente y explorarse como mujer salvaje y tortillera y ser parte de nuestra manada.

A mi padre Carmelo Velázquez, por ser mi apoyo incondicional en esta vida y acompañarme siempre con su amor en mi camino.

A mi madre Vitaliana Partida, por ser mi maestra espiritual y enseñarme a conectar con mis ancestralidades desde niña.

A Andrés Arizmendi y José Marulanda por su compañía creativa en las partes técnicas de este proyecto.

A Sofía Mejía, Alejandra Marín, Jaidy Díaz, Rolf Abderhalden, Carlos Pérez y Alejandro Jaramillo por sus miradas y consejos en este proceso.

A Tik Michel que desde la distancia conspiró con las migrantes de la MITAV con el diseño de esta huella.

A Elisa Ribeiro por su compañía en el proceso de creación del gesto y ser la ladrona de esta huella.

A las mujeres salvajes, Michell, Juana, Natalia, Alexa, Sol, Helena y Katherin por acompañarnos en algún momento de este proceso.

Y a todas las que me habitan por permitirme ser salvaje.

Egaña Rojas, Lucía (2009) La pornografía como tecnología de género. La Fuga, 2009. ISSN: 0718- 5316

Lauretis, Teresa (1994) The practice of love: Lesbian sexuality and perverse de desier. Indiana University Press. First Paperback Edition.

Flores, Valeria (2009) Escribir contra sí misma: una micro-tecnología de subjetivación política. Buenos Aires desaforado.

Preciado, Paul B. (2008) Cartografía Queer, El flaneur perverso, la lesbiana topofóbica y la puta multicartográfica, o como hacer una cartografia

“zorra” con Annie Sprinkle.

Gómez Peña, Guillermo (2005) En defensa del arte del performance, Horizontes Antropológicos. Brazil.

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Referencias

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