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VIH EN EL NIÑO. NIÑO DE 2 AÑOS Y 8 MESES DE EDAD CON DESCENSO EN EL CRECIMIENTO E INFECCIONES RECURRENTES. Situación Clínica.

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VIH EN EL NIÑO.

Situación Clínica.

Julián es un niño de de 2 años y 8 meses de edad, nacido en un pe- queño poblado de nuestra provincia, que concurre a consultorios externos para iniciar sus controles de salud luego de mudarse por cuestiones laborales de su mamá.

Es hijo de madre soltera, vive junto sus dos hermanos de 10 y 5 años de edad respectivamente, los cuales son hijos de padres di- ferentes.

Fue controlado en su localidad de origen, en un consultorio del CAPS donde se le realizan los controles de salud y enfermedad desde los 18 meses.

Durante el último control se evalúan los siguientes datos:

Peso: 10.200kg (pc: debajo del 3) talla: 89 cm (pc 10) IMC: 13.49 Buena entrada de aire bilateral, ruidos cardiacos normofonéticos, soplo sistólico suave, sin irradiación, pulsos distales presentes y simétricos.

Abdomen blando, depresible, globuloso. Se palpa reborde hepá- tico a 4 cm.

Pelo ralo y seco.

Poliadenopatías laterocervicales y axilares bilaterales de 6 mm de diámetro.

Resto del examen físico sin particularidades.

Vacunas completas acorde a calendario nacional y provincial.

Se decide revisar historia clínica del paciente y antecedentes pe- diátricos y perinatológicos.

Historia Clínica.

Paciente sibilante recurrente, con tres internaciones previas por crisis obstructivas luego de los 18 meses.

Presento tres episodios de parotiditis unilateral.

Una internación por neumonía complicada referida por la mama al año y 4 meses

Al interrogatorio la madre refiere que presentó muguet de difícil resolución con tratamiento con nistatina en los primeros meses de vida.

Episodios recurrentes de diarrea persistente con coproparasitoló- gico y cultivo normal

Curva crecimiento durante el último año:

NIÑO DE 2 AÑOS Y 8 MESES DE EDAD CON

DESCENSO EN EL CRECIMIENTO E INFECCIONES RECURRENTES.

Autores: Cúneo Cecilia. / Pailemán Liana. / Vazquez Jonatan. (Residentes) Hospital Municipal de Agudos Dr. Pedro Ecay, Carmen de Patagones.

Residencia de Pediatria.

Comentario de experto: Dra. Mariana Ceriotto.

Médica Infectólga - HZGA Blas Dubarry - Mercedes - Pcia. De Buenos Aires.

Directora de Investigación y Docencia de FUNDASAMIN - Fundación para la Salud Materno Infantil.

15 20

5 25

10

5 10 25 50 75 90 97

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0 1 2 3 4 5 6

30

NIÑAS

FIGURA 1. Curva de peso para edad.

18 MESES

Peso 8.900kg (pc 10) Talla: 79 cm (pc 10)

24 MESES

Peso: 10 kg (pc 10) Talla: 84 cm (pc 10)

Historia Clínica perinatal.

Recién nacido de término/Peso adecuado. (37 semanas/3.200 gr) Apgar 9/10

Dos controles de embarazo. Madre tabaquista (10 cigarrillos al día) Serologías: Determinación cualitativa de Ac-IgG anti rubeola ne- gativa, Determinación cualitativa de Ac IgG antitoxoplasma ne- gativa; Pruebas reag en 1T: Pruebas reagínicas RPR y VDRL nega- tivas y determinación de HBsAg negativa.

30 MESES Peso: 10 kg (pc 3) Talla: 87,5 (pc 10)

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Parto eutócico. Alta a las 48 horas de vida, alimentado con pecho materno exclusivo hasta los 2 meses.

Debido al estado clínico actual, se interpreta el cuadro como una caída en la curva de crecimiento respecto al peso, riesgo nutricio- nal. Considerando los antecedentes previos de infecciones recu- rrentes y los hallazgos perinatales, se decide solicitar durante los controles sucesivos los siguientes estudios:

Laboratorio: Hemograma, hepatograma, orina completa, copro- parasitológico, hormonas tiroideas, proteinograma, inmunoglo- bulinas. Ecografía abdominal.

Serologías: enfermedad celíaca, HIV y VDRL Radiografía de tórax.

Reflexiones.

Elabore sospechas diagnósticas.

Los datos positivos encontrados a partir de los estudios solicita- dos fueron:

Hemograma: anemia, trombocitopenia, linfopenia marcada Hipogamaglobulinemia

Enzimas hepáticas elevadas 3 veces valor de referencia.

Serología positiva para HIV (ELISA y prueba confirmatoria por Western Blot)

El diagnóstico de HIV en este paciente, más allá de la concepción netamente biologicista, nos debe hacer reflexionar, que el médico que atiende niños debe garantizar la salud como un derecho, y ar- bitrar los medios para asegurar el acceso oportuno a una atención

integral, que logren aumentar la sobrevida y mejorar la calidad de vida de las niñas, niños y adolescentes con VIH.

Es necesario como médicos pediatras, asumir el análisis de la problemática social de las familias con VIH/sida (discriminación, aislamiento, etc.) y comprometerse a garantizar la accesibilidad a los sistemas de salud desde una perspectiva multidisciplinaria, la socialización de los niños y el conocimiento de su enfermedad.

El proceso de atención de los niños y adolescentes implica no so- lamente la resolución de los problemas biomédicos sino también un acercamiento con las familias, en el sentido amplio, con su en- torno social y cultural.

Comentarios.

VIH EN NIÑOS.

La información disponible sobre la situación epidemiológica de los niños, niñas y adolescentes con VIH, en nuestro país, es limitada.

No obstante ello, la información disponible es suficiente para construir un diagnóstico de situación de estos grupos y esbozar líneas de acción así como brechas en el conocimiento a ser salda- das en el futuro.

En el siguiente gráfico observamos, una disminución total de pacientes infectados por HIV en todos los grupos etarios en los últimos 10 años, destacando un descenso significativo en la po- blación de 0-14, años producto de las mejoras en las medidas de prevención perinatales; así mismo se observa poca variabilidad en el número de pacientes diagnosticados de 20-24 años donde la causa más frecuente son las relaciones sexuales desprotegidas.

Fuente: Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica, Ministerio de Salud. 2010.

FIGURA 2. Diagnóstico de infección por VIH por año y grupo de edad. Argentina 2001-2010.

0 a 14 2001 15 a 19 20 a 24

2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010

0 100 200 300 400 500 600 700 800

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De acuerdo con la edad al momento del diagnóstico, casi el 99%

de los casos se diagnosticaron antes de los 14 años de edad y solo el 60% antes del año de vida. La detección luego del primer año, que limita el impacto positivo de las intervenciones terapéuticas, es aún muy alta.

Aspectos generales del virus de la inmunodeficiencia humana.

Es un retrovirus del género Lentivirus, existiendo dos tipos de HIV, el tipo 1 es el más distribuido a nivel mundial mientras que el tipo 2 se encuentra preferentemente en África occidental y sur de Sahara.

La adsorción del VIH a las células blanco está mediada por la inte- racción entre la glicoproteína de envoltura gp120 y las moléculas CD4 que están presentes en la superficie de linfocitos T inmadu- ros y linfocitos T de helper CD4+ (LT CD4+). Estos receptores se pueden encontrar en menores concentraciones en la superficie de monocitos, macrófagos y células dendríticas presentadoras de antígeno.

Luego del ingreso del core viral, el genoma viral (ARN de cadena simple) sufre un proceso de retrotranscripción que lo convierte en ADN de doble cadena. Esta reacción es llevada a cabo enteramente por la Transcriptasa inversa. El ADN resultante es transportado al núcleo donde se constituirá el estado de “provirus”.

Clínica.

Primoinfección.

La infección inicial o primoinfección está frecuentemente acom- pañada por una enfermedad leve, tipo mononucleosis, con ade- nopatías, fiebre, cefaleas, mialgia, odinofagia, rash cutáneo y malestar general.

Durante ella es frecuente determinar altos valores de carga viral plasmática.

La alta viremia se acompaña de un descenso transitorio de LT CD4+ y en algunas ocasiones se han observado infecciones opor- tunistas en las primeras semanas, como consecuencia de un pro- fundo deterioro del sistema inmunológico por la alta tasa de re- plicación viral inicial.

El síndrome es generalmente autolimitado y se resuelve dentro de las doce semanas de la infección inicial, cuando se observa la respuesta inmunológica mediada por la producción de linfocitos T citotóxicos (LT CD8+) y anticuerpos específicos (seroconversión).

Luego de esta respuesta, los niveles plasmáticos de carga viral suelen disminuir, aumentando el recuento de células CD4+, aun- que sin llegar a los niveles pre infección. Luego de la infección primaria por el VIH-1, se observa un prolongado período asinto- mático resultado del balance de la producción y eliminación del virus, creando un estado estacionario que se modifica cuando la replicación viral y la destrucción celular resultante exceden la ca- pacidad de control por parte de la respuesta inmune.

Formas de presentación clínica.

Progresores rápidos (15-20%) síntomas graves y precoces de inicio antes del año de edad, con manifestaciones tales como retraso pondoestatural, encefalopatías, infecciones graves, neumonía por pneumocystis jiroveci, candidiasis oral persistente y dismi- nución de linfocitos CD4.

Progresores lentos (70-80%) Pueden permanecer asintomáticos durante los primeros años.

Evolucionando oligosintomáticos, siendo las manifestaciones más frecuentes las infecciones respiratorias, parotiditis y Herpes Zós-

ter recurrentes, hepatoesplenomegalia y neumonía intersticial linfoidea.

No progresores (5%) Asintomáticos hasta los 12-15 años.

Categorías clínicas.

Categoría N: asintomático

Niños que no presentan signos o síntomas atribuibles a infección por VIH o que tienen solo una de las alteraciones enumeradas en la clase A.

Categoría A: síntomas leves

Niños con dos o más de las alteraciones enumeradas a continua- ción, pero sin ninguna de las alteraciones enumeradas en las cla- ses B y C:

LinfadenopatÍas (>o = 0,5 cm en más de dos sitios; si son bilatera- les se considera un sitio)

Hepatomegalia Esplenomegalia Dermatitis

Hipertrofia parotídea

Infecciones recurrentes o persistentes de vías aéreas superiores;

sinusitis, otitis media

Categoría B: síntomas moderados

Niños con síntomas diferentes de las enumeradas en las clases A y C, que son atribuibles a infección VIH:

Anemia (<8g%) neutropenia (<1000/mm3), trombocitopenia (<100000/mm3), que persisten 30 días o más.

Meningitis bacteriana, neumonía o sepsis (un único episodio) Candidiasis orofaríngea (muguet) persistente durante más de 2 meses en niños mayores de 6 meses

Miocardiopatía

Infección por citomegalovirus que comienza antes del mes de edad

Diarrea recurrente o crónica Hepatitis

Estomatitis recurrente por herpes simple (HSV) más de 2 episo- dios en un año

Bronquitis, neumonitis o esofagitis por HSV que comienzan antes del mes de edad

Más de 1 episodio de infección por herpes zoster, o infección que compromete más de 1 dermatoma

Leiomiosarcoma

Neumonía intersticial linfoidea (LIP) o hiperplasia pulmonar lin- foidea (HPL)

Nefropatía Nocardiosis

Fiebre persistente (>1mes)

Toxoplasmosis que comienza antes del mes de edad Varicela complicada

Categoría C: síntomas graves

Infecciones bacterianas graves, múltiples o recurrentes (por lo menos 2 en un periodo de 2 años, confirmadas por cultivo) sepsis, neumonía, meningitis, artritis osteomielitis, absceso de un órga- no interno o cavidad corporal (excluyendo otitis media, abscesos superficiales de piel o mucosas, e infecciones relacionadas con catéteres)

Candidiasis esofágica o pulmonar (bronquios, tráquea, pulmón) Coccidiodomicosis diseminada o extrapulmonar (excepto el com- promiso de ganglios cervicales)

Criptococosis extrapulmonar

Criptosporidiosis o isosporidiasis con diarrea persistente de más de un mes de duración.

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Enfermedad por citomegalovirus que comienza después del mes de edad (en un sitio diferente de hígado, bazo o ganglios linfáticos) Retinitis por citomegalovirus con pérdida de la visión

Encefalopatía: presencia de por lo menos uno de los siguientes hallazgos progresivos durante como mínimo dos meses en au- sencia de una enfermedad concomitante diferente de la infección VIH que pudiera explicarlos:

Falta de adquisición de pautas madurativas, pérdida de pautas ya adquiridas o pérdida de la capacidad intelectual medida por tablas estándar de desarrollo o pruebas neuropsicológicas

Disminución del crecimiento cerebral o microcefalia adquirida demostrada por mediciones del perímetro cefálico, o atrofia cere- bral demostrada por tomografía computada o resonancia magné- tica nuclear (para niños <2 años se requieren controles por imá- genes seriados).

Déficit motores simétricos adquiridos, manifestados por 2 más de los siguientes ítems:

paresias, reflejos patológicos, ataxia, trastornos de la marcha.

Infección por virus herpes simple con úlceras mucocutáneas per- sistentes de más de 1 mes de duración o compromiso bronquial, pulmonar o esofágico de cualquier tiempo de duración en niños mayores de 1 mes de edad.

Histoplasmosis diseminada o extrapulmonar (excepto el compro- miso de ganglios cervicales)

Sarcoma de Kaposi Linfoma cerebral primario

Linfoma de Burkit o inmunoblástico, linfoma de células grandes o de fenotipo inmunológico desconocido

Infección por Mycobacterium tuberculosis diseminada o extrapul- monar

Otras especies de Mycobacterium o especies no identificadas, di- seminadas (excepto el compromiso de pulmón, piel o ganglios cervicales o hiliares)

Infección por Mycobacterium avium complex o Mycobacterium Kan- saii diseminada (excepto el compromiso de pulmones, piel, ade- nomegalias cervicales o hiliares)

Neumonía por Pneumocystis jiroveci Leucoencefalopatía multifocal progresiva Sepsis recurrente por Salmonella no typhi

Toxoplasmosis cerebral que comienza después del mes de edad Síndrome de consunción en ausencia de una enfermedad concu- rrente diferente de la infección por VIH que pudiera explicar los siguientes hallazgos:

Diarrea crónica (2 o más deposiciones por día, más de 30 días) o Fiebre intermitente o continua documentada por 30 días o más.

Diagnóstico.

Debido a que por transferencia transplacentaria los anticuerpos maternos del tipo IgG pueden estar presentes en el niño hasta los 18 meses de vida, las pruebas diagnósticas a utilizar varían de acuerdo a la edad del paciente.

En menores de 18 meses el diagnóstico puede realizarse con dos métodos virológicos (ARNplasmático, ADN Proviral)

Las pruebas de diagnóstico virológicas en el recién nacido ex- puesto perinatalmente deben realizarse entre los 14 y 21 días de vida, entre 1 y 2 meses (privilegiando si es posible que la muestra de sangre sea colectada dos semanas después de haber sido cum- plimentada la profilaxis) y entre los 4 a 6 meses de edad.

Para los recién nacidos con alto riesgo de infección por el VIH, como son los bebés nacidos de mujeres infectadas que no reci- bieron terapia antirretroviral prenatal o de aquellas que tuvieran cargas virales superiores a 1000 copias/ml cercanas al momento del parto, se recomienda la realización de ensayos virológicos en- tre las 24 y las 72 horas del nacimiento.

Es importante resaltar que, independientemente de la evaluación de riesgos, la toma de muestra temprana, dentro de las primeras horas, permite aprovechar una oportunidad única de tener mues- tra del niño en virtud de la hospitalización de madre-hijo.

Un niño se considera infectado cuando tiene dos pruebas viroló- gicas positivas en dos muestras de sangre distintas, independien- temente de su edad.

Para la confirmación definitiva de ausencia de infección se requiere de una prueba serológica de anticuerpos a los 18 meses de vida, que documente la serorreversión.

En mayores de 18 meses el diagnóstico se realiza con dos pruebas serológicas positivas.

La 1era con técnica de ELISA y la 2da confirmatoria por Western Blot.

Seguimiento del paciente infectado.

El seguimiento del paciente infectado incluye:

• Prevención de infecciones oportunistas según clínica y CD4.

• Tratamiento antirretroviral específico de acuerdo a las reco- mendaciones.

• Evaluación de laboratorio (cuadro 2).

• Solicitar serologías: VDRL, toxoplasmosis, Chagas, hepatitis C (anti HCV), hepatitis B

CUADRO 1. Categorías inmunológicas basadas en el recuento y porcentaje de linfocitos CD4 en menores de 13 años.

LCD4 / mm3 % LCD4 / mm3 % LCD4 / mm3 %

> 0 = 1500 750 - 1499

< 750

> 0 = 1000 500 - 999

< 500

> 0 = 500 200 - 499

< 200

> 0 = 25 15 - 44

< 15

> 0 = 25 15 - 24

< 15

> 0 = 25 15 - 24

< 15

< 12 MESES 1 - 5 AÑOS 6 - 12 AÑOS

Categoría inmunológica

1 - sin compromiso 2 - compromiso moderado

3 - compromiso grave EDAD

Fuente: Soc. Arg. de Pediatría: Infeccion VIH/sida: Guía para pediatras. Diagnóstico, tratamiento y conductas clínicas. Ed. Fundasap, 2004.

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• (HBsAg, antiHBc) y CMV. Se realizará una evaluación inicial y se repetirá en casos de inmunosupresión severa o síntomas.

En niños con serología negativa para toxoplasmosis, se repe- tirá una vez al año. En niños con infección por CMV, se deben realizar controles oftalmológicos si presenta inmunosupresión grave.

• Solicitar exámenes complementarios por imágenes según sín- tomas y/o necesidad de control del paciente.

• Soporte psicosocial al niño y su familia, y apoyo en la escola- rización.

• Interconsultas: realizar un control neurológico, cardiológico, nutricional una vez al año.

Paciente expuesto perinatal.

El niño expuesto perinatalmente es aquel recién nacido hijo de madre HIV positiva al momento del parto.

Para el seguimiento de este paciente debemos considerar:

• Recepción del recién nacido con medidas de bioseguridad habi- tuales, evitando maniobras que puedan producir lesiones.

• Inhibir la lactancia materna. En caso de que el niño haya sido amamantado se deberá realizar una prueba virológica un mes después de la suspensión de la lactancia, además del segui- miento clínico y serológico posterior por 6 meses.

• Iniciar profilaxis con AZT (zidovudina) en las primeras 6-12 hs hasta las 4-6 semanas de vida, previa solicitud de hemograma y hepatograma.

• Indicación de suspensión de AZT: hemoglobina menor de 8 mg/dl, neutrófilos menores 750/mm3 y/o plaquetas menores de 50.000/mm3. Completada la profilaxis con AZT, se indicará profilaxis para Pneumocystis jiroveci con TMS a dosis 5 mg/Kg/

día tres veces por semana mientras se realiza el diagnóstico.

• Seguimiento clínico deberá ser mensual los primeros 6 meses y luego cada dos meses hasta el alta. Laboratorio: hemograma a las dos semanas y al mes para evaluar anemia, evaluar serolo- gías y laboratorio ampliado según antecedentes y estado clínico.

CUADRO 2. Exámenes complementarios en pacientes infectados.

INICIAL < 24 MESES > 24 MESES SINTOMÁTICO > 24 MESES ASINTOMÁTICO

Hemograma X C / 3 meses C / 3 meses C / 6 meses

X C / 6 meses 2 C / 3 meses C / 6 meses

X C / 6 meses C / 6 meses C / 12 meses

X C / 3 meses 3 C / 3 meses C / 3 meses 3

X C / 6 meses C / 6 meses 4 C / 12 meses 4

X C / 3 - 6 meses C / 3 meses C / 6 meses 1

X C / 3 - 6 meses C / 3 meses C / 6 meses

Perfíl lipídico, amilasa, glucemia

Función hepática

Proteinograma completo Función renal

Población linfositaria CD4 Carga viral

Comentario de experto.

Dra. Mariana Ceriotto.

Médica Infectólga. HZGA Blas Dubarry. Mercedes.

Pcia. De Buenos Aires.

Directora de Investigación y Docencia de FUNDASAMIN.

Fundación para la Salud Materno Infantil.

La descripción del caso clínico presentado puede inscribirse en el marco de las oportunidades perdidas para la prevención de la ocurrencia de casos de VIH pediátrico. En Argentina se encuen- tran disponibles desde hace ya más de quince años y en forma gratuita, todas las herramientas necesarias para evitar la trans- misión perinatal del virus. Desde las guías de recomendaciones de procedimientos tanto nacionales como jurisdiccionales, los test diagnósticos para embarazadas y niños expuestos, la medi- cación ARV necesaria, la posibilidad de parto institucional según indicación obstétrica y hasta la provisión de leche de fórmula para neonatos. Sin embargo, el inadecuado control del embarazo y el periparto no permitió que tanto la madre como el niño accedie- ran a las medidas de prevención para la transmisión. En la mis- ma línea, y pese a presentar una serie de eventos clínicos de alta sospecha de infección por VIH, el diagnóstico se realizó en forma tardía, conllevando un mayor riesgo de complicaciones y secuelas para el niño.

A modo de análisis de oportunidades perdidas para la prevención, se listan las siguientes:

Oportunidad 1: Realización de estudios serológicos a la pareja de la mujer embarazada

La oferta de realización de test diagnósticos para VIH y Sífilis a la pareja de la embarazada que concurre al control, son una ac- ción recomendada en forma universal tanto a nivel nacional como internacional. Permite la detección de parejas serodiscor- dantes, tratamientos oportunos y una disminución del riesgo de la infección materna durante embarazo y lactancia. Sin embar- go como puede verse en el siguiente gráfico, la práctica de esta recomendación es aún muy insuficiente y se limita mayormente a la oferta de las parejas de mujeres detectadas como infectadas:

Fuente: Soc. Arg. de Pediatría: Infeccion VIH/sida: Guía para pediatras. Diagnóstico, tratamiento y conductas clínicas. Ed. Fundasap, 2004.

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CUADRO 3. Oferta test VIH a la pareja masculina de la mujer embarazada.

REFERENTES

HOSPITALES REFERENTES CENTROS DE

SALUD

Si la mujer es POS 71 % 52 %

Ns/Nc 1 % 2 %

Siempre 21 % 34 %

Nunca 7 % 12 %

Es importante recordar que debido a los altos valores de carga vi- ral plasmática durante las primeras semanas de la infección por VIH en la madre, el riesgo de transmisión perinatal es muy eleva- do, tanto intraútero, periparto y por lactancia materna.

Oportunidad 2: Repetición del tamizaje serológico al menos una vez en el tercer trimestre

Como parte del control adecuado del embarazo, en aquellas muje- res con tamizajes negativos del primer trimestre para VIH y sífilis y si su pareja no han sido detectada infectada, el tamizaje debe re- petirse en el tercer trimestre. Si su pareja hubiese sido detectada como infectada, el tamizaje debe repetirse en forma mensual. El diagnóstico de seroconversión en la mujer embarazada permite el inicio temprano de tratamientos ARV para ese escenario en parti- cular y la elección del modo de parto más adecuado.

Oportunidad 3: Realización de test rápido para VIH en el momento del parto

La realización de test rápido para VIH en el momento de la pre- sentación para el parto cuando no se dispone de una serología del tercer trimestre, permite la toma de decisión sobre el modo de parto más seguro, la administración de AZT IV, el inicio tempra- no de profilaxis con ARV combinados y la proscripción de la lac- tancia. También puede obtenerse la primera muestra diagnóstica del neonato, en primeras 48hs de vida, indicada en estos casos.

Permite también la derivación de la madre para un seguimiento e inicio de tratamiento que mejore su estado de salud y la posibili- dad de transmisión a través de la vía sexual.

Oportunidad 4: Realización de test para VIH , antes del alta obstétrica en primeras 48hs post parto

Si bien el tiempoa decuado para las más efectivas medidas de transmisión hubiera pasado en esta instancia, aún es posible iniciar profilaxis en el neonato, suspender la lactancia e iniciar diagnóstico en las primeras 48 hs de vida del neonato. Permite también la derivación de la madre para un seguimiento e inicio de tratamiento que mejore su estado de salud y la posibilidad de transmisión a través de la vía sexual.

Oportunidad 5: Correlación de los hallazgos clínicos durante el segui- miento del niño con su historia perinatal y la sospecha diagnóstica de infección por VIH

La lista de eventos clínicos y de alteraciones del normal desarrollo del niño de este caso, se encuentran entre los hallazgos comu- nes en niños infectdos por VIH. Un abordaje integrador del se- guimiento que contemple los datos de la historia perinatal podría haber contribuído a la sospecha diagnóstica.

El diagnóstico temprano y el inicio inmediato de tratamiento ARV en los niños infectados por transmisión perinatal se correlaciona no sólo con mayor sobrevida, sino también con menor progresión a SIDA y menor riesgo de encefalopatía. Por este motivo todo niño menor de dos años de vida con diagnóstico de infección por VIH debe iniciar tratamiento, independientemente de sus valores de CV y recuento de CD4.

Finalmente, si bien es posible observar grandes avances en la prevención del VIH en niños, queda aún mucho por hacer en tér- minos de prevención y diagnóstico temprano, y la siguiente es una lista de acciones sugeridas en ese sentido:

• Aumento de la pesquisa antes del embarazo (programas de sa- lud sexual y procreación responsable)

• Aumento de la oferta a la pareja masculina

• Priorización del acceso al testeo de adolescentes

• Revisión local de los procesos de acceso al diagnóstico y trata- miento

• Re entrenamiento de los equipos e incorporación de nuevos actores

• MINISTERIO DE SALUD REPÚBLICA ARGENTINA, ORGANIZACIÓN PANAMERICANA DE LA SALUD, SOCIEDAD ARGENTINA DE PEDIATRÍA, UNICEF: “Atención integral de niños, niñas y adolescentes con VIH”.

UNICEF. 2012 Dec;

• PANEL OF ANTIRETROVIRAL THERAPY AND MEDICAL MANAGEMENT OF HIVINFECTED CHILDREN: “Guidelines for the use of antiretroviral agents in pediatric HIV infection”. Feb 12, 2014 ; pp 1-316 . Disponible en <http://

aidsinfo.nih.gov/ContentFiles/ PediatricGuidelines.pdf>

• READ, J. S. and the Committee on pediatric AIDS: “Diagnosis of HIV- 1 Infection in children younger than 18 months in the United States, Pediatrics 2007; vol. 120, nº 6; e1547-e1562

• SIERRA, S.; KUPFER, B.; KAISER, R.: “Basics of the virology of HIV-1 and its replication”, J Clin Virol. 2005 Dec; 34 (4): 233-44.

• COORDINACIÓN SIDA/SECRETARÍA DE SALUD: Recomendaciones para la prevención de la transmisión vertical del VIH, Actualización 2004, GCBA, Buenos Aires, 2004.

• SOC. ARG. DE PEDIATRÍA: Infección VIH/sida: Guía para pediatras.

Diagnóstico, tratamiento y conductas clínicas. Ed. Fundasap, 2004.

• CERVIA, J.; KAPLAN, B.; SCHUVAL, S.; WEISS, S.: “Virologic testing in the management of perinatal HIV exposure”, AIDS Read. 2003; 13 (1): 39-46.

Bibliografía

Fuente: Boletín sobre VIH-Sida en ITS en Argentina. Diciembre 2013.

Referencias

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