La verdadera felicidad yace en nuestro interior
Sant Rajinder Singh Ji MaharajBeneficios físicos, mentales
y espirituales de la
MEDITACIÓN
A
sí es el mundo. ¿Hay alguna esperanza de alcanzar la felicidad en nuestra vida? Mientras nos sintamos atraídos por las ostentosas joyas del mundo, continuaremos en esta rueda de desilusión. Nos hemos ol-vidado de que la verdadera joya nos espera internamente. La verdadera felicidad no está afuera; la verdadera felicidad se encuentra en nuestro interior.Introducción
: En casi todas lascharlas, Sant Rajinder Singh Ji Maharaj recalca la importancia de la meditación. Él también nos ha dado una variedad de razones para meditar. La meditación nos hará felices todos los días. Nos permitirá vivir más alegres y estar más salu-dables. La meditación es también la clave para la paz mundial. En esta primera lectura Maharaj Ji nos dice que la meditación es el medio para lograr la paz y la felicidad.
proceso lo llamamos concentración o enfocar nuestra atención, pero su denominación más popular es meditación.
La meditación es fácil. Uno de los grandes Maestros espirituales, Sant Kirpal Singh Ji Maharaj, solía decir que es como cerrar un cajón y abrir otro. Durante el tiempo de la medi-tación sencillamente ponemos los pensamientos del mundo, así como nuestros problemas en un cajón y lo cerramos. Luego abrimos el cajón de la meditación y nos concentramos solo en eso.
La meditación consiste en poner toda nuestra atención en el asiento del alma, que es un punto ubicado entre y detrás de las cejas. Si por algún tiempo podemos dejar de prestarle atención a nuestros ojos y oídos externos y nos concentramos en el asiento del alma, el tercer ojo u ojo único, nos conectamos con la fuente de felicidad y dicha que esperan por nosotros.
Pasar una hora concentrados en el tercer ojo ayudará a nuestra aten-ción a retirarse del cuerpo. Por lo general nuestras corrientes sensorias que nos dan las sensaciones de este mundo físico, están dispersas por el cuerpo. A medida que nos con-centramos en el asiento del alma las corrientes sensorias empiezan a retirarse de nuestras extremidades. Ascienden desde los pies y pier-nas hasta el torso y por último se recogen por completo en el asiento La verdadera naturaleza del alma
es alegría pura. De hecho es el gozo mismo. Es solo cuando nos identi-ficamos con nuestro verdadero ser que nos volvemos gotas ambulantes de alegría sobre la Tierra. Secán-donos progresivamente, damos vueltas por el desierto de la Tierra en busca del océano. Necesitamos darnos cuenta de que dentro de no-sotros reposa un embalse de aguas refrescantes.
La forma de conectarnos con este estanque es muy sencilla. Solo se trata de nuestra atención. Pode-mos dirigir la atención a donde queramos. Podemos enfocarla en el cuerpo, enfocarla en la mente o concentrar la atención en nuestra alma. Por desgracia, desde la niñez nos han entrenado a enfocarnos en el cuerpo y la mente. Es natural que nuestros sentidos se involucren con facilidad en las actividades del mundo por medio de los ojos, los oídos, la nariz, la boca y la piel. Nuestros padres y profesores nunca nos enseñaron a enfocarnos en el alma. Si lo hubieran hecho ya seríamos expertos en conectarnos con la fuente de conciencia y gozo en nuestro interior.
Las instrucciones sobre cómo poner nuestra atención en el alma son del dominio de los maestros espirituales. Podemos aprender de un experto el proceso sencillo de experimentar el gozo puro de nuestra verdadera naturaleza. Este
del alma. Una vez que están en ese punto, una visión de Luz divina y Sonido celestial se abre para noso-tros. Somos testigos de la Luz y el Sonido que emanaron de Dios en el alborear de la Creación. Como una corriente, este torrente fluye de Dios hacia fuera a través de todos los pla-nos. También regresa a Él. Cuando nuestra alma se pone en contacto con esta corriente, puede viajar en ella y regresar a su origen.
El viaje comienza en el tercer ojo. Al colocar nuestra atención allí, el alma empieza su viaje a la fuente fi-nal de felicidad. Esto es lo que signi-fica la meditación. Cuando nuestra concentración se enfoca en este pun-to de partida vemos luces de diver-sos colores. Luego vemos un cielo, las estrellas, la luna y el sol internos. Al llegar a los límites del plano astral nos vemos, ya no en nuestro cuer-po físico, sino en el cuercuer-po astral. Nuestro Maestro espiritual aparece en su forma radiante de Luz para guiarnos a través del viaje interno. Bajo su dirección, podemos por fin atravesar el plano astral, el causal y el supra causal hasta llegar a los reinos puramente espirituales.
En cada una de las tres regiones inferiores estamos cubiertos por una capa asociada con ese plano. Tene-mos un cuerpo astral, un cuerpo causal y en el plano supra causal un delgado velo de ilusión. A medi-da que nos elevamos más, vamos desechando sucesivamente cada una
de estas cubiertas. Por último todas ellas se eliminan y nos erguimos en nuestra verdadera gloria como almas puras. En esa etapa nos fundi-mos de nuevo en Dios.
Hemos escuchado sobre personas que han tenido experiencias cerca-nas a la muerte. Debido a un acci-dente repentino o una enfermedad, su cuerpo es declarado clínicamente muerto pero, por los milagros de la medicina, regresan a la vida. En una encuesta Gallup de 1982, ocho millones de personas dijeron que ha-bían tenido una experiencia cercana a la muerte. Cuando regresaron al cuerpo, hablaron de haber atravesa-do un túnel hasta llegar a un sitio de luz sobrenatural, allí fueron recibi-dos por un ser radiante de luz que los envolvió con más amor y calidez del que jamás habían experimenta-do en la Tierra. Estaban tan llenos de felicidad y dicha que no querían regresar a este mundo. Esto es solo un ejemplo que nos da una idea de la felicidad incomparable que hay en los reinos internos. Al verificar que somos almas estaremos en este estado de dicha por siempre.
Dios y el alma son eternos, son conciencia y dicha absoluta. Están en un estado de felicidad perpetua. En ese estado todos nuestros deseos y anhelos por las cosas de este mundo se disipan. Estas cosas se vuelven me-ras trivialidades comparadas con la asombrosa alegría interna. En algún momento de nuestra vida hemos
ción de los sufrimientos.
No hay nada mágico en la medita-ción. Es algo que cualquier persona, desde un niño hasta a un anciano, puede aprender. Si hubiéramos aprendido en nuestra juventud cómo enfocar la atención interna-mente, ya se habría convertido en un hábito. Seríamos capaces de ha-cerlo a voluntad en el momento que quisiéramos. Pero nunca es tarde para asimilar esta técnica. Al apren-der a meditar podemos perfeccionar el arte de dirigir la atención hacia la fuente de felicidad en nuestro inte-rior. Entonces podremos beber de la fuente de alegría eterna cada vez que lo deseemos.
Al aprender a meditar estaremos protegidos de los dolores y triste-zas de la vida. Estaremos siempre sintonizados con la felicidad interna y la irradiaremos a los demás. Es por eso que Sant Kirpal Singh Ji Maharaj siempre decía: «Estén alegres». A través de la meditación podemos encontrar la felicidad eterna. § experimentado una gran euforia,
tal vez cuando nuestro equipo gana un partido de fútbol, recibimos un aumento largamente esperado o se cumple cualquiera de nuestros sueños. Durante ese lapso de tiempo, estamos tan perdidos en esa alegría que todos los demás problemas de repente parecen triviales. Dejamos de lado cualquier dificultad previa porque no queremos distraernos de nuestro momento de gloria y felicidad. Esto es solo un pequeño ejemplo para mostrar cómo conec-tándonos con la felicidad interior nos puede traer tanta dicha que los problemas del mundo desaparecen. Aquellos que aprenden a medi-tar pueden transferir su atención a la fuente de felicidad interna aún en medio del dolor. Es verdad que todavía tienen que sobrellevar los dolores y tristezas de la vida externa pero estos dolores y tristezas no les afectan. Están bebiendo de la fuente eterna de felicidad interior, lo que amortigua el dolor y retira su
aten-«Si verificamos la Luz de Dios
dentro de nosotros, si la
experimentamos personalmente,
entonces podremos ver la misma luz
de Dios brillando en los demás»
N
uestra alma es natural-mente íntegra y sana. Nuestra alma vive en un estado de verdad, dicha y amor. Lo que no es sano es que nos hayamos olvidado de ella. Lo que nos está causando “enfermedad” es que no somos conscientes de que somos almas. En cambio, nos identifi-camos a tal extremo con nuestra mente, el cuerpo y el mundo que perdemos de vista una parte esencial de lo que somos, nuestro aspecto espiritual.Estar desconectados de nuestra esencia interna o alma nos causa dolor. Este dolor puede manifes-tarse como una inquietud conti-nua por algo que no conocemos. Andamos afanados tratando de
encontrar la felicidad en activi-dades externas y nos sentimos confundidos cuando la felicidad que creíamos poder alcanzar nos elude. Sabemos que nos falta algo, pero no sabemos qué es. Lo que estamos buscando ya está dentro de nosotros. Lo que nos puede brindar felicidad es nuestra alma.
Para algunos esa inquietud interna es el deseo de entender los misterios de la vida. En algún momento en la vida puede que co-mencemos a preguntarnos: ¿quié-nes somos?, ¿de dónde venimos y a dónde vamos después de esta vida?, ¿cuál es el propósito de la existencia?, ¿existe el alma?, ¿existe Dios? Sin respuestas precisas a estas preguntas a veces nos senti-mos ansiosos. Queresenti-mos conocer las respuestas pero no sabemos cómo encontrarlas. Los libros y las Escrituras pueden decirnos lo que los santos y místicos del pasado dijeron sobre estos temas, pero debido a nuestra mente moder-na y científica queremos pruebas directas. Al no haber pruebas siempre tenemos una pregunta insistente en la cabeza y dudamos si las Escrituras o testimonios de los santos del pasado son verda-des o mitos. Queremos creer que son verdades, pero la inclinación intelectual y científica de nuestra mente está insegura y se pregunta: «¿Dónde podemos conseguir esta prueba?».
Sant Rajinder Singh Ji Maharaj
Sanándonos y sanando
a nuestro mundo
comprensión a las respuestas de aquellas preguntas que nos tenían intrigados en la vida. Comenza-mos a comprender que soComenza-mos más que el cuerpo y la mente; somos almas, llenos de dones espirituales de mucho más valor que cualquier cosa que pudiéramos adquirir en este mundo. Alcanzamos la paz porque aprendemos las respues-tas a los misterios de la vida y la muerte y sabemos que vamos a sobrevivir más allá de la muerte del cuerpo físico. Comprobamos que somos almas, llenos de amor, paz y felicidad eterna. §
Hay una solución sencilla para ayudarnos a reconocer como alma y de esta manera poder funcionar como un ser humano íntegro. Esa técnica para conectarnos con nuestra alma es la meditación. Hemos visto como la meditación nos puede ayudar a reducir la tensión sanando nuestro cuerpo y mente. Uno de los beneficios más grandes de la meditación es que nos puede poner en contacto con nuestro núcleo esencial, nuestra alma. En la quietud de la práctica de la meditación retiramos nuestra atención de los pensamientos del mundo, del cuerpo y la mente.
Cuando nos sentamos en la quietud experimentamos nuestra alma. Al identificarnos con el alma entonces empezamos a percibir a través de la conciencia espiritual. Un mundo completamente nuevo se abre para nosotros. Nuestra alma está inmersa en una dimen-sión interna. Al identificarnos con el alma podemos percibir un reino de Luz, Amor y Música interior. El alma se absorbe en las visio-nes de Luz interior y panoramas celestiales acompañados de una Música divina. Por medio de una absorción más profunda en estas manifestaciones internas, el alma comienza a experimentar esos estados de los cuales hemos leído en las Escrituras de las religio-nes. Entra en un reino de Luz y armonía celestial y alborea la
Sant Kirpal Singh Ji
solía decir, es
difícil volverse un
ser humano en el
verdadero sentido
de la palabra, pero
una vez lo logramos
no es nada difícil
encontrar a Dios.
Esta es la meta
más elevada de la
existencia humana.
Llegué
de la oficina hace unos 20 minutos. Estaba guardando mi bicicleta en la terraza cuando Raji salió de la ha-bitación y me dijo: «¡Papi! ¿Puedes conseguirme la maravillosa lámpara de Aladino?» Tenía en las manos un libro bellamente ilustrado: Aladino y su lámpara maravillosa. Mi reacción fue: «¿Por qué? ¿Qué harás con esa lámpara?» «Quiero volar a América para estar con Maharaj Ji –respondió al instante». Me pareció gracioso, esperé un momento y entonces dije: «Sí, puedes conseguir la lámpara de Aladino. Maharaj Ji tiene muchas lámparas de esas y puede darte una».Él dijo: «Pero Maharaj Ji está en América». Le respondí: «Siéntate, recuérdalo y él vendrá a ti como de costumbre y puedes pedirle la lám-para cuando venga».
Ahora Raji está sentado en el cuarto de al lado con las manos juntas, las piernas cruzadas y los ojos cerrados, te escribo sobre lo que ha sucedido entre nosotros. Le he dado una pista, muéstrale el camino, te corresponde a ti darle la lámpara de-seada; y he aquí que Raji ha recibido su lámpara, dice que te encontraste con él, que lo acariciaste y prometis-te regresar a Delhi para su próximo cumpleaños». §
La paz interna por medio de la meditación
Sant Rajinder Singh Ji Maharaj
C
uanto más nos ponemos en contacto con la Luz y el So-nido, más dicha experimen-tamos. Este estado de paz y alegría permanece con nosotros al retornar al plano físico. Se vuelve parte de nuestra vida diaria.Al dominar la meditación bajo la dirección de un Maes-tro espiritual, no solo logramos la realización personal sino que nos volvemos instrumentos para traerles paz y alegría a quienes nos rodean. Cuando nos fundimos en el Creador, reconocemos que todos los seres vivientes son hijos del único Padre. Comprendemos que la luz de Dios que está dentro de nosotros está dentro de todos los demás. Comprendemos que todos somos hermanos y herma-nas en el Creador. Es en esta etapa en la que desarrollamos un amor verdadero por todos, por nuestro
«La verdadera
felicidad no está
afuera; la
verdadera
felicidad se
encuentra en
nuestro interior»
INTRODUCCIÓN:La meditación es la clave para la paz externa también. La paz que surge de nuestro interior alcanza a quienes nos rodean y al apren-der más y más personas a medi-tar, acontecerán grandes cambios en este mundo. En la siguiente charla, titulada «La paz interna por medio de la meditación», Maharaj Ji explica cómo la paz interna conduce a la paz externa.
prójimo y por toda la Creación. Nos volvemos embajadores del amor de Dios. Irradiamos amor a los demás. Empezamos a cuidar de los demás. Trascendemos las etiquetas que la sociedad les impone a las personas. No discriminamos a la gente por su riqueza, color de piel, religión o nacionalidad. Tenemos que volver-nos seres humavolver-nos íntegros. Sant Kirpal Singh Ji solía decir que si so-mos cristianos, seaso-mos verdaderos cristianos. Si somos judíos, seamos verdaderos judíos. Si somos hin-dúes, seamos verdaderos hindúes. Si somos sijs, seamos verdaderos sijs. Si somos musulmanes, sea-mos verdaderos musulmanes. Esto
significa que vivamos nuestra vida según la esencia de cada religión. Esa esencia es conocernos a no-sotros mismos, conocer a Dios y desarrollar amor por todos. Todas las religiones nos enseñan que somos hijos de Dios y que debemos tener amor en nuestro corazón por cada persona que nos encontremos. Si verificamos la Luz de Dios dentro de nosotros, si personalmente la ex-perimentamos, entonces podremos ver la misma luz de Dios brillando en los demás. Cuando la paz llene nuestro corazón, ella se irradia de nosotros. Si cada persona tiene esta comprensión, habrá verdadera paz en este planeta.
Al lograr la paz interna tam-bién podemos alcanzar la paz externa. Algunas personas piensan erróneamente que el sendero de la meditación es un sendero de escapismo. Creen que es necesario refugiarse en una cueva o sentarse en la cima de una montaña como ermitaños. Pero la meditación no lleva al escapismo; por el contrario, nos hace sentir más vivos. Es una de las formas más efectivas de trabajar activamente por la paz externa. Los Maestros de Ciencia de la Espiri-tualidad nos alientan a mantener una vida equilibrada en el mundo. Al tiempo que nos ocupamos del progreso espiritual, llevamos una vida productiva cumpliendo con todas nuestras responsabilidades.
«Secándonos
progresivamente,
damos vueltas por
el desierto de la
Tierra en busca
del océano.
Necesitamos
darnos cuenta de
que dentro de
nosotros reposa un
embalse de aguas
refrescantes»
«Lo que nos está causando
“enfermedad” es que no somos
conscientes de que somos almas.
Estar desconectados de nuestra esencia
interna o alma nos causa dolor»
Tenemos que ganarnos el sustento honestamente. Cuidar de nuestra familia. Debemos prestar ayuda a las necesidades de nuestros vecinos, nuestra comunidad, nues-tra sociedad, la nación y el mundo. Cualquier tarea que asumamos, debemos llevarla a cabo de la mejor manera posible.
El sendero espiritual es doble. Logramos la iluminación interna y la paz para nosotros, y entonces usamos nuestros talentos y habili-dades, y el regalo de nuestra vida humana para hacer del mundo un lugar mejor y más pacífico. Si so-mos médicos debeso-mos ser el mejor médico posible. Si somos carpinte-ros debemos ser el mejor carpintero posible. Si somos músicos debemos ser el mejor músico posible. De esta manera mejoramos nuestra socie-dad y la calisocie-dad de vida de los que nos rodean. Al desarrollar nuestra
vida interna y externa nos conver-timos en seres humanos completos. Encontramos la realización y la paz para nosotros y ayudamos a otros a alcanzarla también.
Tal vez no podamos eliminar todos los problemas del mundo pero con la meditación podemos lograr la paz y la felicidad. Podemos hacer nuestra vida familiar más serena, amorosa y atenta. Pode-mos ayudar a cambiar la sociedad en que vivimos. Podemos ser una fuente de paz para los que nos rodean. Si llevamos una vida en la cual somos atentos y amorosos con los demás, nos convertiremos en seres humanos ideales. Sant Kirpal Singh Ji solía decir, es difícil volver-se un volver-ser humano en el verdadero sentido de la palabra, pero una vez lo logramos no es nada difícil en-contrar a Dios. Esta es la meta más elevada de la existencia humana. §
Mi esposo Willi y yo fuimos
iniciados en 1963.
Teníamos una relación amoro-sa muy entrañable. En el año1989, después de una serie de quebran-tos de salud que culminaron en varios derrames cerebrales, llegó a ser paciente de un centro de reposo en Brannenburg, Alema-nia. Para entonces él ya no podía hablar; su comunicación era solo a nivel emocional.
Cuando fui a visitar a Sant Ra-jinder Singh Ji en Chicago en 1991 le pedí que me permitiera estar presente junto a Willi cuando el Maestro se lo llevara de este mun-do. El Maestro Rajinder asintió con la cabeza y me dio una palma-dita de consuelo en el hombro.
El Maestro cumplió su pro-mesa. Estando en el trabajo, recibí
Introducción: Los Maestros
a menudo nos dicen que la meditación nos da la fortaleza para enfrentar las adversidades y cambios en la vida. También nos enseñan que la meditación nos da el conocimiento y la preparación para la muerte para que podamos hacer esa transición felizmente. En este capítulo de Flores de gracia veremos cómo la meditación le dio a Ingrid Michael la fortaleza para enfrentar la muerte de su amado esposo Willi.
una historia
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una tremenda fuerza. Fue algo que nunca había experimentado antes. Al principio pensé que tal vez era mi tiempo de partir tam-bién—que el Maestro me iba a lle-var. Pero entonces toda la tristeza y el dolor de la separación por la muerte de Willi desaparecieron y me sentí tan llena de felicidad y gratitud que podía haber bailado de alegría. Cuando por fin lle-gó el médico, extendió su mano para saludarme pero no pude corresponderle—las corrientes sensorias se habían retirado de mis extremidades por completo. Aún horas más tarde, cuando tuve que atender algunas actividades, sentía como si mi cuerpo, y en especial mi cabeza, hubiera sido atravesado por una energía po-derosa y mi cara estaba radiante como si el sol brillara sobre ella. § una llamada telefónica del
cen-tro de reposo diciéndome que el estado de Willi había empeorado. Su respiración era entrecorta-da y tenía fiebre. Al pasar más tiempo con él en los días que siguieron, me di cuenta de que el fin estaba próximo. Estaba en un coma profundo. Un día llegué al hospital justo cuando él daba sus últimas respiraciones. La enfer-mera comentó sobre la forma tan serena en la que él había partido y añadió: «Ahora sé que él la estaba esperando».
Permanecí otros 45 minu-tos a solas con Willi hasta que llegó el médico. Lo mejor que podía hacer era meditar y así fue como sucedió algo inexplicable y maravilloso. Al cerrar los ojos fui arrastrada hacia el interior por
