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El mal de ojo en Toledo

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Academic year: 2020

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(1)UNIVERSIDAD DE CASTILLA-LA MANCHA FACULTAD DE HUMANIDADES DE TOLEDO Departamento de Filosofía, Antropología, Sociología y Estética. TESIS DOCTORAL EL MAL DE OJO EN TOLEDO D. Pedro Pablo Salvador Hernández Director Dr. D. Gerardo Fernández Juárez.

(2) 2.

(3) UNIVERSIDAD DE CASTILLA-LA MANCHA FACULTAD DE HUMANIDADES DE TOLEDO Departamento de Filosofía, Antropología, Sociología y Estética. TESIS DOCTORAL. EL MAL DE OJO EN TOLEDO D. Pedro Pablo Salvador Hernández. Director Dr. D. Gerardo Fernández Juárez Toledo, 2015. 3.

(4) 4.

(5) A Yolanda. 5.

(6) 6.

(7) ÍNDICE. 1. Introducción ………………………………………………………………… 11 2. Agradecimientos …………………………………………………………… 15 3. Marco metodológico …………………….……………………………....... 19 3.1. Objetivos e hipótesis …………………………………………………. 19 3.2. Metodología de investigación ……………………………………….. 25 3.3. Referencias medicina popular, antropología médica y mal de ojo 33 3.3.1. Antropología Médica ………………………………………….. 35 3.3.2. Medicina popular en España …………………………………. 37 3.3.3. Mal de ojo y antropología …………………………………….. 45 4. Salud y enfermedad, una visión desde la antropología ………………. 67 4.1. Biomedicina ……….………………………………………………… 68 4.2. Concepto de salud ………………………………………………….. 76 4.3. Modelos explicativos………………………………………………... 79 4.4. Proceso, complejo y dispositivo asistencial……………………….. 83 5. Medicina popular …………………………………………………………. 87 5.1. Medicina hipocrática…………………………………………………. 95 5.2. Medicina popular y religiosidad …………………………………….. 99 6. Curanderos ………………………………………………………………… 113 6.1. Tipologías de curanderos ……………………………………………. 121 6.2. Iniciación, gracia y don ………………………………………………. 127 6.3. Santos, conjuros y eficacia simbólica ………………………………. 133 7. Síndromes de filiación cultural …………………………….....……….…. 139 7.1. Definición ………………………………………………………………. 139 7.1.1 La posesión ………………………………………………………. 143 7.1.2 Los nervios ……………………………………………………….. 144 7.1.3 El susto …………………………………………………………… 147 7.1.4 El tarantismo …………………………………………………….. 149 7.1.5 Mal de ojo ………………………………………………………… 150 7.2. Etiología………………………………………………………………….152 7.3. Diagnóstico…………………………………………………………….. 156 7.4. Tratamiento …………………………………………………………… 160 8. Mal de ojo en Toledo ………………………………………………………. 167 8.1. Superstición ……………………………………………………………. 169 8.2. Definición y etimología ……………………………………………….. 173 8.3. Aojados ………………………………………………………………….180 8.4. Aojadores …………………………………………………………….… 184. 7.

(8) 8.5. Entendidas, desaojadoras y curanderas ………………………….... 188 8.6. Síntomas ……………………………………………………………….. 191 9. Etiología del mal de ojo …………………………………………………… 199 9.1. La envidia ………………………………………………………………. 199 9.2. El poder de la mirada ………………………………………………… 207 9.3. Fuerzas físicas: efluvios, irradiaciones y fuerzas magnéticas …… 213 9.4. Otras fuentes del mal de ojo ………………………………………... 217 10. Diagnóstico ………………………………...............……………………… 221 10.1. La prueba del aceite …………………………………………… 223 10.2. Pasar el agua …………………………………………………… 238 10.3. Método de la medición ……………………………………….... 238 10.4. Mirar el pelo …………………………………………………….. 239 10.5. Otros métodos diagnósticos ………………………………….. 240 11. Tratamiento ………………………………………………………………… 245 11.1. Oraciones ………………………………………………………. 247 11.1.1. Transferencia…………………………………………… 248 11.1.2. Método de aprendizaje ……………………………….. 253 11.1.3. Rima y musicalidad ……………………………………. 254 11.1.4. Persistencia del número tres y sus múltiplos ………. 256 11.1.5. Recurrencia de Jesús, María y la Santísima Trinidad 259 11.1.6. La introducción del nombre del paciente ……………. 260 11.1.7. Correlación de santos con partes del cuerpo ……… 261 11.2. Santiguaciones ………………………………………………... 264 11.3. Remedios religiosos ………………………………………….. 265 11.4. Teleterapia mirando el pelo ……………………………….. 267 11.5. Cuerno de ciervo ……………………………………………. 268 11.6. Dormir …………………………………………………………. 270 11.7. Método de la medición ………………………………………… 270 11.8. Ahumado ………………………………………………………. 272 11.9. Imponer las manos…………………………………………….. 272 11.10. Otros remedios ………………………………………………… 275 12. Medidas preventivas ……………………………………………………… 279 12.1. Sistemas Preventivos ………………………………………… 281 12.2. Amuletos ………………………………………………………. 293 12.2.1. Amuletos religiosos ………………………………….. 295 12.2.1.1. Evangelios …………………………………………….. 297 12.2.1.2. Escapularios …………………………………………… 301 12.2.1.3. Medallas ……………………………………………….. 303 12.2.1.4. Cruz de Caravaca …………………………………….. 304 12.2.2. Amuletos profanos ……………………………………. 309 12.2.2.1. La higa…………………………………………………… 309 12.2.2.2. Cintas de colores ………………………………………. 311. 8.

(9) 12.2.2.3. Lunas ……………………………………………………. 314 12.2.2.4. Ojo turco ………………………………………………… 315 12.2.2.5. Hueso de corazón de venado ………………………… 316 12.2.3. Amuletos compuestos ………………………………… 319 12.3. Rituales ………………………………………………………... 323 13. Estudio de casos …………………………………………………………. 325 13.1 Caso I: Una curación milagrosa ……………………………….. 325 13.2 Caso II: Sobre el círculo ………………………………………… 330 13.3 Caso III: El poder de la fe ………………………………………. 336 13.4 Caso IV: Teodora, 42 años curando …………………………… 344 14. Conclusiones ……………………………………………………………... 361 15. Anexos …………………………………………………………………….. 369 Anexo 1: Glosario ………………………………………………………… 369 Anexo 2: Fichas técnicas amuletos ………………................................ 375 Anexo 3: Ficha bibliográfica ……………………………………..……….. 428 Anexo 4: Fichas de curandero …………………………………………… 429 Anexo 5: Ficha bibliográfica………………………………………………. 430 Anexo 6: Mapa de localidades investigadas ……………………………. 437 Anexo 7: Material del estudio de caso II ……………………………..… 438 Anexo 8: Índice de imágenes ………………………………………..…… 458 Anexo 9: índice de cuadros …………………………………...........……. 460 16. Bibliografía …………………………………………………………………. 461. 9.

(10) 10.

(11) 1.- INTRODUCCIÓN. Esta investigación es fruto del azar. Aún recuerdo las imágenes del documental sobre las atarantadas de Ernesto de Martino que el profesor Gerardo Fernández Juárez nos mostró en la clase de antropología de la salud y la enfermedad a través de la pantalla del aula. Especialmente, la escena de los músicos tocando a un ritmo frenético para exorcizar a una mujer que rotaba sobre sí misma tumbada en el suelo, agitando los pies y las manos en una especie de trance mágico que salpicaba con espasmos y convulsiones. Y todo ello, era producido, aparentemente, por una especie de posesión generada por la simple picadura de una tarántula. Era la constatación de que la antropología me había atrapado, abrazándome como un pulpo con sus ocho tentáculos. Ser antropólogo respondía a una inquietud que, de algún modo, me permitía encontrar respuestas a preguntas sobre el ser humano mucho más lógicas que ninguna otra disciplina había logrado en mi experiencia personal. Además, lo podía hacer formando parte de la comunidad que investigaba, que en el fondo era la manera de aprender más “naturalmente humana” que conocía: mediante el descubrimiento personal sobre el terreno y el uso de los cinco sentidos. El objeto de estudio te elige a ti. Después de un inocente intento de realizar una investigación que concibiera un análisis comparativo entre la medicina popular boliviana y la medicina tradicional de Castilla-La Mancha, fui acotando mi objeto de estudio hacia la medicina popular en mi región. Como, aun así, la experiencia era inabarcable, acepté los consejos (siempre ponderados y maduros de mi paciente director de investigación) de circunscribirme a los síndromes culturales en el ámbito de la provincia de Toledo. Finalmente, caí rendido ante la evidencia del hecho de que estudiar un solo síndrome, el mal de ojo (o fascinación para las fuentes latinas), era una tarea más que suficiente para el propósito de una investigación. Aún así, he ido descubriendo que cada línea de desarrollo (que se ha ido abriendo a lo largo del trabajo de campo, de la consulta de fuentes secundarias o de cualquier conversación informal) sólo permite acercarse a un fenómeno superficialmente e intentar comprender “esa pequeña historia que los seres humanos nos contamos sobre nosotros mismos” ya sea a través del mal de ojo en Toledo, de. 11.

(12) una pelea de gallos en Bali o del intercambio de unos collares y conchas en las islas Trobriand. El conocimiento es como el Aleph de Borges: una pequeña esfera del tamaño de una canica puede contener el Universo entero y, efectivamente, lo contiene. Por encima todo, he disfrutado del proceso. Previamente, mi periodo de formación académica en la Universidad de Castilla-La Mancha fue un transcurso de expansión personal inmenso. Tuve unos profesores que amaban la antropología y que supieron transmitirnos la pasión por esa experiencia del oficio de antropólogo. Y gocé de unos compañeros con los que asistir a clase era un estímulo intelectual, ya que cada uno procedía de una formación académica diferente, creándose en las aulas el caldo de cultivo para debates intensos, polifónicos y educativos. A esto se sumaba que simultáneamente cinco campus universitarios compartíamos el tiempo mediante las clases por videoconferencia, lo cual añadía diversidad de puntos de vista al espacio de aprendizaje. Convivir con los curanderos y curanderas es algo que te transforma. No sé si ha sido un sexto sentido a la hora de escoger a los diferentes especialistas con los que he tratado, pero todos, sin excepción tenían fe en el poder de curar ya sea a través de un medio u otro y ninguno, sin excepción, ha tratado de lucrarse a través del ejercicio de su profesión. No me cabe duda de que existen personas que se aprovechan de discursos oportunistas ante la aflicción, pero quizás el tratamiento y diagnóstico del mal de ojo tienen una relación directa con el altruismo del curandero y con la creencia en la pérdida de la gracia por cobrar en muchos casos. Y decía que la experiencia es transformadora, porque ante el dolor, el sufrimiento y la enfermedad hay un colectivo humano que pone al servicio de la comunidad sus dones para, precisamente, contribuir al bienestar ajeno. Luego, la práctica los ha hecho comprender implícitamente el poder de la palabra, la eficacia simbólica, lo terapéutico de la escucha, o lo tranquilizador del contacto. Vivir una investigación con personas cargadas de generosidad, es en sí misma una razón que compensa cualquier esfuerzo. Por otro lado, escuchar y convivir con personas afectadas de mal de ojo, es un ejercicio continuo de reflexión sobre. 12.

(13) muchos de los males que aquejan a nuestra sociedad contemporánea. Algunos, no difieren de aquellos fascinados del periodo romano (envidia, rencillas personales, ajustes de cuentas), pero también nuestra sociedad contemporánea tiene sus patología propias fruto de una sociedad insatisfecha, asimétrica y estructuralmente injusta: estrés, ansiedad, dolores crónicos, distorsiones emocionales, adicciones, bulimias, anorexias, etc. En el fondo, muchas de ellas interpretadas por muchos sujetos susceptibles de ser mal de ojo en un intento paralelo para explicarse el mundo Todo está relacionado. Esta no es una investigación sobre el mal de ojo desde una perspectiva de la supervivencia de un síndrome cultural con antecedentes de miles de años, es un intento de dialogar sobre la complejidad de nuestra especie bajo la indagación en una creencia en un tiempo y en un contexto, el mal de ojo en el entorno de Toledo en la actualidad. Durante estos años de búsqueda hemos pretendido encontrar fogonazos de significados que dan sentido a una experiencia y, sobre todo, disfrutar del trabajo de campo, aprendiendo de las emociones y los sentimientos de personas que enferman y de personas que curan. Porque somos naturaleza, pero sobretodo, somos cultura.. 13.

(14) 14.

(15) 2. AGRADECIMIENTOS. Esta tesis tiene dos referentes clave: Yolanda, mi mujer por estar a mi lado a lo largo de esta investigación con el reto de la enfermedad que nos ha obligado a repensarnos como personas y que tanto nos ha ayudado a comprender lo que de verdad importa porque todos somos efímeros. Gracias Yolanda. El profesor Dr. Gerardo Fernández Juárez, mi Director de Tesis, por ser un modelo de aprendizaje, una persona de referencia, por saber dirigir mi investigación como un mago con hilos invisibles y por tener confianza y paciencia conmigo durante estos años. Gracias Gerardo. Además, hay muchas personas que me han hecho el camino muy motivador e ilusionante: Mis profesores antropólogos a lo largo de la carrera: A Juan Antonio Flores Martos, por proporcionarme una sólida formación en teoría y métodos, rigurosa y precisa. Sus fundamentos están presentes en cada paso que doy como antropólogo. A Javier García Bresó, por enseñarme a mirar al arte con ojos de antropólogo y por su valor al darme paso a la docencia. A Débora Ávila, por estar a la vanguardia de la Antropología, por practicar la enseñanza con horizontalidad y por mostrarme lo estimulante de la Antropología política. A Luisa Abad, por su capacidad de trabajo, de superación y por debatir con tenacidad en cada clase con los alumnos, con pasión, haciéndonos amar la ciencia de la cultura. A María Isabel Jociles, por su exigencia en la enseñanza de la práctica del trabajo de campo, porque sólo con esfuerzo y autocrítica se pueden hacer investigaciones con alma.. 15.

(16) A Juan Oliver Sánchez Fernández, por ponernos los pies en la tierra, por mostrarnos a los antropólogos clásicos y por ser independiente hasta las últimas consecuencias. A Mónica Cornejo, por darnos las clases más creativas y preparadas que he visto en toda mi vida, por enseñarnos a pensar y por hacernos bucear en la selva de los símbolos y en los misterios del cognitivismo sin perder el humor. A Angélica Gómez, por ayudarnos a dar sentido a la evolución histórica del pensamiento antropológico. A Julián López García, por enseñarnos a amar la antropología de lo cotidiano, sin perder la capacidad de elaborar investigaciones fascinantes siempre mostradas con sencillez. A Andrés Barrera González, por permitirnos indagar en la Anthropology at home, con elegancia, rigor y serenidad, facilitándonos una base inmensa de contenido etnográfico de nuestro país. A Rafael Díaz Maderuelo, por ser un profesor extraordinario, por recordarnos siempre la importancia de recurrir a fuentes primigenias y originales y por descubrirnos el apasionante mundo de la alimentación. A Jesús Mejías, mi paisano, compañero de instituto y al final profesor y amigo. Por último, a Gerardo Fernández, porque antes de Director de investigación fue mi docente y porque sus clases me mostraron mi camino. Cómo no, a mi familia: a mi madre, mi padre y mis hermanas por existir y a la persona que mejor me cuida, Isolina, mi segunda madre. A la Universidad de Castilla-La Mancha por su apoyo con las becas y el soporte para mi investigación en Bolivia. A José María Narbona y a Pablo Sanguino por estar siempre alerta sobre posibles amuletos que pudieran ilustrar mi investigación. Por último, a todas las personas que han abierto sus casas y han dedicado su tiempo a esta investigación: Entendidas, curanderos, hueseros, “herpetólogas”, masajistas, desaojadoras, aojados, enfermeras, médicos, porteros (con especial mención de Antonia Arquero, un apoyo incondicional) que me han facilitado el acceso. A todos los amigos y compañeros de trabajo. 16.

(17) que siempre me habéis hecho el camino viable. Aunque por razones de confidencialidad permanezcáis en el anonimato, espero que vuestra labor siga contribuyendo a facilitar la vida de los demás. Gracias, amigos y amigas.. 17.

(18) 18.

(19) 3. MARCO METODOLÓGICO Y ESTADO DE LA CUESTIÓN Esta sección analiza los objetivos, e hipótesis sobre los que se sustenta nuestra investigación, la justificación de nuestro trabajo, los objetivos e hipótesis que nos han guiado, la metodología de trabajo que hemos seguido y, finalmente, un análisis sobre el estado de la cuestión sobre la medicina popular y sobre la producción bibliográfica acerca del mal de ojo. 3.1. OBJETIVOS E HIPÓTESIS Esta investigación está motivada por la constatación de lo que los antropólogos denominamos una anomalía. Es decir la observación de una discrepancia, o una aparente contradicción al contemplar la realidad. Detectamos en pleno siglo XXI que a pesar de disponer de una situación en la que la sanidad pública (precarizada en el último lustro) vuelve a ser universal en España, paradójicamente, continúa habiendo personas de nuestro entorno que aún acuden a curanderos, u otras formas de medicina al margen de la medicina académica. También observamos que la creencias en síndromes culturales como el mal de ojo, los nervios o patologías de etiologías inespecíficas como la fibromialgia y la fatiga crónica (así como otros trastornos que están entre los límites del médico y del curandero como afecciones de la piel fruto del estrés, por citar un ejemplo) tienen una gran vigencia o experimentan un repunte considerable. De hecho, en el período de los últimos cinco años, 2010-2015, se ha producido en España una profunda crisis económica que ha afectado significativamente al sistema de salud del Estado, propiciando una migración de la consulta del médico a la casa del curandero. Como ejemplo, podríamos afirmar que una parte significativa de los ciudadanos de Toledo, conocen a Milagros, la curandera de Bargas, una especialista en medicina popular relacionada con los huesos, con una fama sin precedentes en el marco de la medicina popular. No sólo no ha podido retirarse una vez que decidió jubilarse y cerrar las puertas de su consulta, sino que su puerta tiene una clientela. 19.

(20) creciente. De las conversaciones informales que hemos mantenido, podemos deducir que el número de personas que han visitado a la curandera de Bargas, al menos una vez en su vida, supera las expectativas más optimistas: la inmensa mayoría de las personas que conocemos en la ciudad o han ido personalmente a ver a Milagros (por una torcedura, un esguince u otro tipo de lesión) o conocen a alguien (familiar o amigo) que ha estado en la curandera. ¿Cómo es posible que parte de la sociedad toledana siga yendo a la curandera disponiendo de una excelente unidad de traumatología en Toledo con prestigiosos especialistas reconocidos en toda España? ¿Por qué confían en la huesera de Bargas cuando existe un grado en fisioterapia en la Universidad y una. red. completísima. de. fisioterapeutas. profesionales. formados. adecuadamente? ¿Cómo puede convivir una ciudad con la paradoja de disponer de uno de los centros más importantes del mundo en investigación sobre lesiones medulares dentro del Hospital Nacional de Parapléjicos y, simultáneamente, hay gente que espera pacientemente para ser atendida por una curandera sin una titulación académica oficial? La problematización 1 , que podemos hacer de éste y otros elementos anómalos, es inmensa. Veamos otras cuestiones: ¿Por qué Mercedes, la curandera de herpes de Polán, trabaja 365 días al año, tiñendo a sus pacientes la piel con un mejunje aplicado con una pluma de gallina que evidencia y exhibe su tratamiento públicamente? ¿Por qué sus pacientes prefieren a una curandera a un dermatólogo o al médico de cabecera? ¿Cómo puede ser que Mercedes haya tratado de “herpes internos” a pacientes en la UCI del Hospital Virgen de la Salud de Toledo? ¿Cómo es posible que personas con titulación universitaria lleven amuletos compuestos en el bolso para protegerse del mal de ojo? ¿Podemos creer que políticos de alto nivel consulten a una especialista ritual para que proteja su salud de ataques mágicos de la oposición? ¿Cómo puede haber en la localidad toledana de Polán más de una docena de 1. Problematizar, según Rosana Guber, es “un proceso de desnaturalización de lo real” (Guber 1991:290). Para que una situación social requiera de una investigación se debe plantear un problema, o una serie de interrogantes que sólo, o fundamentalmente, puedan ser resueltos a través de un estudio adecuado, formulando una serie de interrogantes. Esto es problematizar, desarrollar “un proceso por el cual el investigador va reconociendo la necesidad y pertinencia de los términos (y cuestiones) que plantea” (Guber 1991:283).. 20.

(21) entendidas en activo para curar el mal de ojo? ¿Qué pasa en Villasequilla cuando se extiende y populariza entre adultos y jóvenes el aprendizaje de las oraciones de mal de ojo sin tener la necesidad de la gracia para poder mirar el aojo? ¿Por qué aumenta la venta de amuletos como la higa, el ojo turco, la mano de Fátima, o la cruz de Caravaca en las tiendas de regalos de Toledo, abriéndose incluso una tienda para asuntos mágicos en la calle Sillería del casco histórico? ¿Cómo se entiende que una sociedad joven, educada bajo el paradigma científico crea que una mirada de envidia puede afectar a la salud? ¿Por qué determinadas familias de alto nivel socioeconómico recurren a una curandera sin estudios para curar a sus hijos de herpes o a sus caballos del mal de ojo? ¿Qué sucede en nuestra sociedad para que personas de todas las clases sociales y de todos los niveles educativos, nos pidan números de teléfono de curanderas para mirarse el mal de ojo, contactando con nosotros a través de nuestra web personal, del correo electrónico, llamándonos por teléfono, parándonos por la calle, utilizando intermediarios, etc.? ¿Cómo nos podemos explicar que una mujer menor de treinta años compatibilice las visitas al ginecólogo con sesiones de masaje de Julián en Sonseca, en ambos casos para quedarse embarazada? ¿Por qué la curandera de Nambroca, prefiere no transmitir a su hija las oraciones del mal de ojo hasta que no termine de criar a sus hijos por el miedo de generarle un estrés añadido ante el volumen ingente de trabajo que aún existe para atender a personas aojadas?, etc. Nos parecía bastante coherente iniciar una investigación que tratara de reflexionar sobre todas estas cuestiones. Era necesario preguntarse por el fenómeno de la salud y la enfermedad en la provincia de Toledo. Pensamos que tenía sentido embarcarse en una investigación etnográfica hoy, en el siglo XXI, porque es ahora cuando necesitamos explicarnos cómo la sociedad contemporánea, o al menos, parte de ella dota de significado su experiencia ante el dolor, la enfermedad y la muerte. Necesitábamos saber cuál era la visión del mundo, cuál era la mentalidad que hacía compatible el universo virtual con la herencia de costumbres y creencias mágicas ancestrales originadas en culturas no literarias. El objeto de nuestra investigación, aparte de documentar etnográficamente la existencia de un patrimonio cultural. 21.

(22) material e inmaterial, ha sido analizar los elementos simbólicos y cognitivos que se estructuran alrededor de esta construcción social. Estudiar el mal de ojo como paradigma entre los síndromes culturales, trasciende del hecho puntual de generar un cuerpo de conocimientos en esta materia. Somos antropólogos y estamos marcados por nuestra vocación holista, el mal de ojo ha sido una excusa para ponernos a investigar, pero hemos tratado de conocer el fenómeno sin renunciar a vivir la experiencia de compartir las prácticas y las ideas de una personas que viven con fe la creencia en fascinación. Nuestra intención última, aparte de profundizar sobre la cosmología de un grupo humano que cree en una serie de patologías étnicas ha sido, desde una perspectiva socio-antropológica, esforzarnos por aprender algo sobre nosotros mismos, como especie, como humanos y como miembros de una sociedad. Si hemos sido capaces, simplemente, de acercarnos ligeramente a este objetivo, todo nuestro trabajo, habrá merecido la pena. Los objetivos de nuestra investigación podrían ser formulados, de forma esquemática del siguiente modo: Objetivo general OG: 1).- Conocer el fenómeno del mal de ojo en la provincia de Toledo dentro del ámbito de la medicina popular y 2).- analizar cómo influye en las prácticas y representaciones de los actores sociales implicados. Objetivos específicos OE1: Identificar la existencia de síndromes culturales en Toledo y su provincia y estudiar casos concretos y las prácticas y representaciones asociadas a los mismos OE2: Analizar diferentes perspectivas sobre la idea de salud y enfermedad en el marco de la medicina popular. OE3: Descubrir las diferentes estrategias que utilizan los terapeutas populares para tratar la enfermedad, analizando factores cognitivos y simbólicos.. 22.

(23) OE4: Identificar los diferentes itinerarios terapéuticos que llevan a cabo los usuarios de la medicina popular. OE5: Estudiar las causas de la posible existencia del mal de ojo en Toledo, así como sus antecedentes históricos y su potencial evolución como síndrome cultural. OE6: Conocer el proceso de construcción social que gira en torno al mal de ojo: prevención, etiología, diagnóstico y tratamiento. OE7: Investigar medidas preventivas contra el mal de ojo, así como documentar fotográficamente aquéllos potenciales amuletos vinculados con esta enfermedad cultural. HIPÓTESIS Reflexionando sobre todas las preguntas que hemos desarrollado en la problematización, consideramos una serie de hipótesis basándonos, en nuestra intuición que es una forma de razonamiento lógico-simbólico-abstracto, en nuestra experiencia de investigación previa e, inevitablemente, en el sentido común. Sin embargo, el sentido común, ese juicio reflexivo e inteligente con que nos enfrentamos con eficacia a la realidad, sabemos que está sometido a “pautas de juicio definidas históricamente […] (inscrito en el marco) de un sistema cultural” (Geertz 2004 [1983]:96), lo que nos obliga a contrastar nuestras hipótesis con la investigación. Necesitamos validar o refutar estas intuiciones previas mediante la lógica de la investigación etnográfica. Hemos partido de una hipótesis básica para el desarrollo de esta investigación. Esta hipótesis fue la directriz orientadora de todo nuestro trabajo y fundamentalmente, ha sido el tronco del que se han ido ramificando otra serie de hipótesis subalternas. La hipótesis principal plantea que los síndromes culturales y la práctica de la medicina popular son parte de una realidad evidente en nuestro territorio. Por ejemplo, en Toledo, existen numerosos curanderos. Asimismo, hay personas que van al médico de la Seguridad Social para que les receten antibióticos ante una infección de garganta y a la curandera de Villasequilla para curarse la culebrilla, una especie de herpes. Los itinerarios terapéuticos de los procesos de algunos pacientes contienen. 23.

(24) una alternancia, o una convivencia entre la medicina académica y la medicina popular. Las estrategias personales para enfrentarse al fenómeno de la salud y de la enfermedad responden al sistema cultural en el que vive cada sujeto. En nuestra cultura, constatamos que la presencia de factores pertenecientes al campo de la medicina tradicional es permanente. De estas observaciones y sus correspondientes reflexiones asociadas, nos surgió la siguiente hipótesis: HG: La creencia en el mal de ojo en la provincia de Toledo persiste en la actualidad como una parte del cuerpo de creencias integrado en la medicina popular, la cual forma parte del sistema médico paralelo y complementario de la medicina académica. A esta hipótesis general, le añadimos una serie de hipótesis secundarias que complementaban nuestro punto de partida: HS1: El mal de ojo es un síndrome cultural vivo que evoluciona mediante su adaptación y adecuación a la realidad contemporánea de los pacientes, los especialistas terapéuticos y la comunidad social afectada. HS2: La medicina popular dispone de un sistema de atención capaz de asumir la dimensión social y cultural de la enfermedad. HS3: Los curanderos derivan a los pacientes que no pueden atender al sistema médico oficial, lo cual preserva a la medicina popular de riesgos innecesarios y refuerza la eficacia de sus especialistas. HS4: La medicina académica, cada vez más deshumanizada y precarizada expulsa del sistema médico oficial a determinados pacientes con creencias tradicionales muy arraigadas consolidando la vigencia de la medicina popular. A lo largo de esta investigación, que se ha prolongado durante cinco años, el objeto de estudio que se inició en un intento abarcar los síndromes. 24.

(25) culturales con carácter general, ha ido reformulándose y centrándose en una sola patología étnica, el mal de ojo. Las hipótesis han ido matizándose gradualmente. Igualmente, se han enriquecido nuestras conclusiones finales, ya que, sin renunciar al estudio de los síndromes culturales previstos inicialmente, hemos podido profundizar y ampliar considerablemente nuestros conocimientos que hemos obtenido tanto de fuentes secundarias como del trabajo de campo. 3.2. METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN La metodología2 de esta investigación se ha basado en la utilización de materiales bibliográficos, y en la aplicación de las técnicas de investigación cualitativas características de la etnografía a través del trabajo de campo: observación participante, grupos de discusión, entrevistas en profundidad, historias de vida y conversación informal. Mediante la lectura de los materiales bibliográficos, hemos intentado disponer de una visión de conjunto lo suficientemente amplia como para abordar el trabajo de campo con una fundamentación teórica sólida que nos ayudara al diseño de la investigación y la formalización final del objeto de estudio. En este sentido, hemos creído conveniente analizar artículos especializados sobre nuestro objeto de estudio; manuales de etnografía; monografías sobre antropología médica, curanderismo, medicina popular, etc.; compilaciones de artículos; actas de congresos, seminarios, talleres, etc.; artículos periodísticos; encuestas con carácter histórico; catálogos de museos; enciclopedias de medicina académica; recetarios de medicina popular; artículos internacionales de especial relevancia; así como todos aquellos elementos procedentes de fuentes secundarias que pudieran sumar información a nuestra investigación:. diccionarios,. publicaciones. periódicas,. tesis,. tesinas,. manuscritos, informes estadísticos, planes de salud, etc. 2. La vocación holista nos recuerda a Rivers cuando explicaba que la etnografía no pude ser divisible cuando la realidad es indivisible “porque los dominios o ámbitos que los civilizados, reconocen como «política», «religión», «economía», etc., en las sociedades primitivas son interdependientes e inseparables” (Rivers en Velasco 2006:35).. 25.

(26) De este trabajo, hemos elaborado una base de datos con fichas de cada uno de los documentos que hemos estudiado. Estas fichas recogen aspectos de las lecturas que nos han parecido relevantes, tanto para disponer de un recurso estructurado y ordenado por temas que nos facilitase la investigación, como para disponer de reflexiones personales que dieran forma al proceso de indagación. En el anexo, puede verse la estructura y un ejemplo concreto de estos modelos de fichas con los que hemos trabajado. Básicamente, cada ficha recoge nombre del autor, título de la obra, bibliografía completa, tipo de texto, tema, subtema, contenidos de interés (resumen de entresacados de citas), extractos literales, referencias bibliográficas de interés adquiridas en la lectura del texto, comentario personal y dudas. Realmente, la bibliografía, es inferior al volumen de información manejada, en cuanto a fuentes secundarias se refiere, que son muchas más de las que están. A lo largo de esta investigación, la propia redefinición del objeto de estudio nos ha conducido a seleccionar las fuentes secundarias relacionadas fundamentalmente con un solo síndrome cultural, el mal de ojo. Sin embargo, hemos estudiado bibliografía relacionada con muchos otros síndromes culturales, tales como el herpes, posesiones, tarantismo, nervios, etc., así como otras patologías étnicas que tienen lugar en América Latina como el susto o el chucaque 3 , por poner unos ejemplos. Afortunadamente, disponemos de toda una vida para poder volver a todas estas fuentes secundarias y enriquecernos más como persona porque la expansión y ramificaciones de nuestra curiosidad no tiene límites. Para la obtención de un abanico “completo” de publicaciones acerca de antropología médica, salud popular, curanderismo, mal de ojo, etc., consultamos las bases de datos que la Universidad de Castilla-La Mancha pone. a. nuestro. servicio. (REBIUM,. CSIC,. etc.). e. hicimos. un. uso. complementario de internet a través de buscadores de recursos bibliográficos, tanto públicos como privados. Hay que señalar, en este sentido, que internet es un territorio inagotable de recursos que, por supuesto, requieren de un cotejo y de un criterio académico a la hora de discriminar el trigo de la paja. Pero también es un 3. Estos síndromes culturales son descritos a lo largo de la investigación, en el capítulo de los síndromes de filiación cultural.. 26.

(27) granero de ventanas epistemológicas 4 para una investigación, de recursos escritos y visuales, de espacios de opinión como foros, blog o páginas web en los que las personas se expresan libremente, permitiéndonos un acceso privilegiado al campo de las prácticas y las representaciones del fenómeno de la salud y de la enfermedad. Por ejemplo, los foros sobre el mal de ojo en la red son espacios de información con un nivel de detalle de los particularismos locales extraordinario para indagar sobre tratamientos y elementos preventivos. La observación participante ha sido la herramienta que nos ha permitido una inmersión cultural en el campo de la salud y la enfermedad dentro de la medicina popular. Las observaciones han tenido lugar en diferentes municipios de la provincia de Toledo, en las salas de espera de curanderos y entendidas, dentro de los espacios terapéuticos de atención. Por ejemplo, hemos tenido la oportunidad de presenciar en la localidad de Sonseca un tratamiento completo llevado a cabo por Julián (de cuatro sesiones semanales de una hora de duración) para conseguir, a través del masaje, que una paciente se quedara embarazada 5 . Hemos pasado tardes enteras sentados en la casa de Esperanza, en Polán, viendo como miraba el mal de ojo a varios pacientes. También en Polán, hemos comprobado el rito de Mercedes para curar el herpes, aplicando una pluma de gallina mojada en vinagre, tinta china y pólvora. Teodora nos acogió amablemente en su casa de Carpio de Tajo en más de cinco ocasiones para mostrarnos cómo interpretaba el oráculo del aceite, incluso nos miró el mal de ojo y nos rezó las oraciones cada vez que la visitamos. En Nambroca, asistimos a tres diagnósticos de aojo con pruebas de aceite. En Villaseca de la Sagra hemos conocido a tres generaciones de curanderas del mal de ojo que conviven compartiendo pasado, presente y futuro de esta patología. Con Antonia hemos visitado a más de una decena de personas que pueden curar el aojo en Villasequilla, con una suerte de transferencia de las oraciones que prescinde de la gracia, en Consuegra, 4. Una ventana epistemológica es aquella situación en la que surgen nuevas oportunidades de conocimiento dentro del objeto de estudio que estamos analizando, es decir son momentos en los que se nos abren líneas de investigación o caminos para el acceso a temáticas no previstas previamente. 5 Al final, nuestra informante consiguió quedarse embarazada y, actualmente, espera su segundo hijo. Tras años de espera, quizás habrán tenido algo que ver los masajes de Julián y su terapia en Sonseca.. 27.

(28) Teresa nos pasó las oraciones, privilegio que nos satisfizo significativamente al constatar que empezábamos a ser uno de los suyos. El colectivo gitano de un espacio complejo de nuestro territorio se abrió a nosotros facilitándonos acceso a unas prácticas cerradas que nos han permitido ver cómo prevenir y cómo producir el mal de ojo. Con otros curanderos y curanderas hemos podido tener la estimulante experiencia de vivir como espectadores privilegiados, en primera persona, la realidad a la que se enfrentan especialistas, pacientes y familiares de afectados de síndromes culturales. Todos estos momentos son marcos informativos preñados de significado. Están cargados de símbolos, de gestos, de conversaciones informales llenas de contenidos que poco a poco hemos ido volcando en nuestro diario de campo con el objeto de dar forma a la investigación. También, la información obtenida a través de esta metodología nos ha permitido triangular 6, es decir, verificar la información que habíamos extraído de libros, entrevistas, informes, etc., siendo una herramienta de gran utilidad para pulir datos y detectar pequeños detalles, aparentemente insignificantes, pero que consolidan a la investigación. La observación participante lo que busca es encontrar sentido en los fenómenos investigados. Con la mera observación, los actores sociales sujetos de estudio no padecen ningún tipo de imposición para dar sentido a sus vidas, aparte de la imposición de la presencia del investigador en el campo. No obstante, hemos tratado de controlar la reflexibilidad, es decir hemos intentado ser conscientes de que existen unos efectos de nuestra presencia como investigadores sobre los datos que recogemos, por formar parte del mundo social que estudiamos (Hammersley 1994 [1983]:30). Los antropólogos no somos moscas en las paredes, somos seres humanos que influimos en los acontecimientos. La neutralidad no existe, siempre afectamos en alguna medida a la situación observada. Pero, para producir conocimiento y obtener información primaria, la observación participante es un instrumento excelente, 6. La triangulación es un concepto que las ciencias sociales hemos tomado prestado de la navegación y de la orientación. Consiste en “la comparación de la información referente a un mismo fenómeno pero obtenida en diferentes fases del trabajo de campo, en diferentes puntos de los ciclos temporales existentes en aquel lugar o, como ocurre en la validación solicitada, comparando relatos de diversos participantes (incluido el etnógrafo) implicados en el campo” (Hammersley 1994 [1983]:250).. 28.

(29) aunque hay que hacer un esfuerzo de vigilancia continuo sobre los efectos secundarios de nuestra presencia. La entrevista en profundidad, también conocida como entrevista etnográfica o entrevista abierta es una técnica de investigación que hemos aplicado para ver cómo los curanderos y los usuarios de los servicios de la medicina popular reconstruyen su sistema de representaciones sociales y cómo perciben sus prácticas individuales y colectivas. Esta técnica de investigación es de gran eficacia para analizar comportamientos pasados, presentes y para ver el punto de vista de la persona entrevistada sobre su conducta futura. También, nos ha permitido acceder al análisis de los discursos sociales en torno al fenómeno de la salud y la enfermedad. La preparación de cada entrevista suele ser bastante sistemática7. En primer lugar, buscamos lo que en antropología se conoce como porteros, personas que nos dan acceso al campo. Estas personas son las que tienen una relación privilegiada con los informantes y se encargan de facilitarnos el contacto inicial para poder entrevistar a nuestros sujetos de estudio 8 . En segundo lugar, establecemos la hora de la cita y definimos el lugar. Siempre intentamos que el lugar de entrevista esté sometido al menor número posible de interrupciones y elementos que puedan producir distracción, pero no siempre ha sido posible9. En tercer lugar, preparamos cuidadosamente el guion de entrevista (ver anexos), que generalmente responde a un cuerpo de preguntas teóricas relacionados con los objetivos de nuestra investigación. Nunca hemos llevado a las entrevistas ningún tipo de papel con un listado de preguntas. Lo que hemos hecho ha sido memorizar las preguntas e interiorizar el esquema de la línea indagatoria correspondiente a cada entrevistado. 7. Algunos textos fundamentales en los que nos hemos apoyado para el trabajo previo de la preparación de entrevista han sido: “Comprender” (Bourdieu 1999: 527-543), “La imposición de los puntos de vista en la entrevista etnográfica.” (Jociles 2006:9-40), “La entrevista y las formas de organización de la experiencia” (Bourdieu 2003 [1973]:237-253), “Los relatos nativos: escuchar y preguntar” (Hammersley 1994 [1983]: 141-174), así como el texto ”La lógica del Inglés no Standard” de William Labov (1985 [1972]:145-168) 8 Sólo la curandera de Bargas, Milagros, ha rechazado ser entrevistada por nosotros debido a que sufrió una entrevista con cámara oculta por un equipo de televisión, lo que le hace desconfiar de cualquier entrevista. 9 La transcripción de entrevistas afectadas por fuentes de ruido durante la conversación dificulta enormemente el trabajo, sin embargo con tiempo, repeticiones y mucha paciencia, hemos sido capaces de transcribir todas las entrevistas que hemos grabado.. 29.

(30) Nuestro objetivo, invariablemente, ha sido tener una entrevista fluida, sin imposiciones, dejando fluir la conversación, estando abiertos a la improvisación y manteniendo una actitud vigilante frente a la apertura de nuevas ventanas epistemológicas. Hemos grabado, siempre que nuestro informante nos lo ha permitido, las entrevistas y, posteriormente, las hemos transcrito. De esta forma hemos elaborado una completa base de datos de entrevistas, cuyos fragmentos pueden verse integrados literalmente a lo largo de esta investigación. El grupo de discusión es una herramienta que pretende extraer el sentir mayoritario de un grupo sobre un tema concreto. Es un termómetro del discurso dominante acerca de la materia particular y pretende obtener información de un grupo concreto mediante el debate sobre un tema propuesto por un moderador o coordinador del grupo de discusión. Hemos puesto en marcha dos grupos de discusión de manera espontánea en nuestra investigación. El primero de ellos fue en un taller de bolilleras de Toledo, en el que las mujeres que aprendían esta forma de artesanía popular, se ofrecieron a participar en un grupo de discusión improvisado, al ver una entrevista que realizábamos a Albina sobre el mal de ojo. De esta experiencia, obtuvimos más de tres horas grabadas de los turnos consecutivos de clase de bolillos, en los que las reflexiones sobre medicina popular fueron realmente educativas. El segundo grupo de discusión tuvo lugar en la consulta de Julián de Sonseca, masajista y curandero, que casi siempre tiene un grupo de personas esperando a ser atendidas. Mientras esperábamos para entrevistar a Julián y tras explicar a los pacientes el motivo de nuestra visita, les preguntamos sobre la posibilidad de hacer un pequeño grupo de discusión sobre medicina popular. Las personas allí reunidas se mostraron encantadas y, como en la experiencia precedente, extrajimos una información realmente valiosa del sentir mayoritario acerca del fenómeno de la salud y la enfermedad desde una perspectiva subalterna. Las historias o relatos de vida, realizados desde la perspectiva etnográfica, han sido un complemento de la investigación cualitativa. Siguiendo a Daniel Bertaux entendemos el relato de vida como “aquella narración en la. 30.

(31) que un sujeto de estudio cuenta a otra persona un episodio cualquiera de su experiencia vivida” (Daniel Bertaux 2005:36). Precisamente, y en sintonía con este autor, nos hemos alineado con la afirmación realista de la historia de una persona que plantea que todo ser humano “posee una realidad previa a la forma en la que se cuenta independientemente de ella” (Daniel Bertaux 2005:36-37). Nos alejamos, por tanto de la posición “textualista” que niega cualquier tipo de realidad objetiva, defendiendo que sólo se puede acceder a la realidad discursiva constituida por los discursos. De hecho, pensamos que las historias de vida son un factor más adicional que nos deja reconstruir el escenario de la realidad. Por ejemplo, un curandero nos cuenta su experiencia vital, pero comparando su discurso con el de sus pacientes, con el de su familia, con la observación participante, con la entrevista en profundidad, con las conversaciones informales, etc., podemos superar la literalidad de su discurso reconstruyendo el puzle de la realidad. Realidad, por otro lado, que no negamos que esté teñida de nuestro sesgo. Pero, para ello, dentro de la antropología, existen herramientas para controlar ese sesgo: el esfuerzo consciente de mantener la distancia epistemológica, la comparación con otros datos cualitativos, la consciencia de la reflexividad, la propia triangulación y el reconocimiento de la intersubjetividad como síntesis de la dimensión social de nuestra investigación. La intersubjetividad es el acuerdo que establece el sujeto de estudio y el investigador en torno al significado o definición de una situación. Es una forma de establecer significados compartidos, de poder elaborar consensos en torno a nuestras construcciones cognitivas de la realidad. De este modo, hemos podido determinar aspectos cardinales de nuestra investigación de mutuo acuerdo con nuestros sujetos investigados. Por ejemplo, en una sesión de historia de vida de Julián, en la que nos explicaba cómo tuvo una experiencia con un ser sobrenatural, pudimos determinar de forma consensuada, cómo ese fue el momento de su adquisición de la gracia. De hecho, fue a partir de ese instante cuando empezó a curar, situación de la que él no era consciente y que nosotros redescubrimos mediante una indagación conjunta de ese fenómeno.. 31.

(32) Los relatos de vida han sido testimonios orientadores para nuestra investigación y fundamentalmente los hemos explotado en tres dimensiones. Primero con una función de exploración, de mera recogida de datos. En segundo lugar, a través de una función analítica. El hecho de transcribir, escribir, repasar, leer, revisar, etc. ha contribuido a perfeccionar el análisis basado en nuestras hipótesis y objetivos, etc. Por último, hemos visto el poder de la función expresiva de algunos relatos. El discurso intenso, complejo, versátil, creativo, rico y apasionado de muchos de nuestros sujetos de estudio (tanto curanderos como usuarios de los servicios) ha ampliado el repertorio de significados con los que nuestros informantes dan sentido a sus vidas. La función expresiva de los relatos de vida es inmensa, aportando una fuente riquísima de vocabulario y expresiones que ensanchan nuestra investigación. Nos gustaría poner en valor la infinidad de conversaciones informales que a lo largo del período de investigación hemos tenido de forma permanente sobre medicina popular, curanderismo, mal de ojo, síndromes culturales, medicina académica, etc. Hemos aprovechado cada momento en el que surgió la oportunidad para hablar con potenciales informantes, reorientando muchísimas charlas cotidianas hacia nuestro objeto de estudio: en la sala de espera del médico, en la consulta del neurólogo, en el centro de trabajo, en un trayecto en taxi, en una cena informal con amigos, y en tantos escenarios como han estado a nuestra disposición. El acervo popular sobre la medicina académica es inagotable. En el líquido amniótico de la cultura del siglo XXI la realidad de los síndromes culturales es patente y para ello, solamente hay que estar dispuestos a escuchar. Por último, quisiéramos destacar que la documentación fotográfica ha sido otro de los recursos que hemos utilizado para nuestra investigación. Hemos intentado capturar con imágenes nuestras visitas a curanderos, siempre que ha sido posible. De esta manera, hemos conseguido crear un nutrido fondo documental que permite el análisis visual a posteriori de ritos, escenografías de la curación, u otros elementos que en un primer vistazo pasan desapercibidos (como la decoración de la sala, disposición espacial de los clientes, vestuario de los pacientes, etc.) que pueden ser observados con detenimiento a través. 32.

(33) de una imagen ampliada. Todas las fotografías que aparecen en esta investigación han sido tomadas por nosotros. También, hemos tratado de crear un fondo documental de amuletos, la mayoría de nuestra propiedad, adquiridos a lo largo de años de curiosidad etnográfica en España o en viajes al extranjero. La fotografía etnográfica es “una fuente de conocimiento etnográfico de reconocimiento, identificación y comprensión, no sólo de la realidad que nos rodea, sino de nosotros mismos; de nuestro propio espacio-tiempo” (Ortiz García 2005:9). 3.3.. REFERENCIAS. SOBRE. ANTROPOLOGÍA. MÉDICA,. MEDICINA. POPULAR Y EL SÍNDROME CULTURAL DEL MAL DE OJO El peso fundamental de nuestra investigación, ha descansado sobre el trabajo de campo y la etnografía, atendiendo a la orientación y la naturaleza de la investigación que nos ocupa: la etnografía de un síndrome cultural en la provincia de Toledo Para ello, hemos tratado de recabar los datos “in situ”, a través de las herramientas habituales en la antropología (derivadas, básicamente, de la presencia en el terreno del investigador y sus cinco sentidos). Nos hemos apoyado en los instrumentos que más nos han facilitado el contacto directo con nuestros sujetos de estudio, como son: la observación participante en las clínicas o. las consultas de los especialistas terapéuticos; la entrevista en. profundidad con los usuarios de los servicios; la conversación informal con agentes relacionados con nuestros actores investigados; las historias de vida a las entendidas; o los grupos de discusión creados especialmente para determinados. colectivos:. pacientes,. especialistas. rituales,. curanderos,. médicos, etc. Pero, conforme hemos ido cerrando nuestro objeto de estudio y hemos ido adentrándonos en las numerosas ramificaciones que el mal de ojo ha generado, se ha producido de manera “natural” la necesidad de estudiar la producción de literatura etnográfica en relación con nuestra materia. Así, las fuentes secundarias han ido ganando peso en nuestra investigación como una. 33.

(34) base documental sobre la que apoyar y completar nuestro análisis. La curiosidad por el conocimiento, nos ha hecho expandir la lectura a intersecciones con otras disciplinas u otros campos del saber. Hemos indagado (por dar unas muestras de nuestro recorrido interdisciplinar) en ámbitos que van desde la psicología social, a la etnohistoria; o desde la literatura renacentista, a los catálogos de amuletos. En este sentido, para orientarnos frente a un síndrome cultural tan común como el mal de ojo, hemos puesto el acento en tres ejes que nos han servido de anclaje, desde lo general a lo particular: La antropología médica, la medicina popular y el síndrome cultural del mal de ojo.. ANTROPOLOGÍA MÉDICA. MEDICINA POPULAR. SÍNDROME CULTURAL: MAL DE OJO. Fig. 1: Principales ejes de referencia bibliográfica.. Es decir, un marco general sobre Antropología Médica; un segundo eje que versa sobre la Medicina Popular en sentido amplio y, por último, las producciones etnográficas sobre el Mal de Ojo. En los tres casos, hemos tomado como referencias bibliográficas, especialmente, los trabajos llevados a cabo por antropólogos. Ahora bien, por una lógica consonante con nuestra línea de investigación, hemos analizado, mayoritariamente, obras específicas de nuestro territorio nacional tanto para la medicina popular en España, como para la patología étnica del mal de ojo. Nos gustaría hacer una pequeña revisión de las fuentes secundarias sobre las que nos hemos apoyado y que permitirán, igualmente, analizar una parte de la producción académica que nos ha servido de referencia.. 34.

(35) 3.3.1 ANTROPOLOGÍA MÉDICA La Antropología Médica es una subdisciplina de la antropología con un cuerpo de conocimientos con entidad propia (tan abundante que la convierte casi en una disciplina), dispone de una gran diversidad de enfoques teóricos y está en constante evolución. Es a partir de los años 60, cuando el término cobra carta de naturaleza al crearse la Organization for Medical Anthropology en el marco del encuentro anual de la Society for Applied Anthropology. En 1968, se puso en marcha su primer taller dentro de la American Anthropology Association (AAA) y en 1970 se constituyó como Society for Medical Anthropology con el fin de promover el estudio de aspectos antropológicos de la salud, la enfermedad, el cuidado de la salud y temas relacionados. La propia Society for Medical Anthropology define la antropología médica como: “[…] una subdisciplina de la antropología que se basa en la antropología social, cultural, biológica y lingüística para comprender mejor los factores que influyen en la salud y el bienestar (en sentido amplio), la experiencia y la distribución de la enfermedad, la prevención y el tratamiento de la enfermedad, los procesos de curación, las relaciones sociales dentro del proceso terapéutico, la importancia de la cultura y la utilización de sistemas médicos plurales. La disciplina de la antropología médica se basa en diferentes enfoques teóricos. Pone tanto énfasis en la salud desde una perspectiva popular como en la epidemiología biomédica, así como en la construcción social del conocimiento y de las políticas científicas, en el descubrimiento y verificación de hipótesis. Los antropólogos médicos examinan cómo la salud de las personas, la sociedad, y el estado del medio ambiente se ven afectados por las interrelaciones entre los seres humanos y otras especies; las normas culturales y las instituciones sociales; las políticas a nivel macro y micro; y las fuerzas de la globalización como cada uno de estos aspectos afecta en el ámbito local.” (Society for Medical Anthropology - 2015).. 35.

(36) La antropología médica no pone su acento hoy en día en recopilar aspectos relacionados con la salud como folcloristas del pasado o de sociedades no literarias, sino que dirige la investigación antropológica en relación con el fenómeno salud-enfermedad y atención, hoy dentro de las sociedades contemporáneas, preocupándose por una temática muy amplia y diversa. La cultura pasa a primer plano dialogando con aspectos sociales y políticos, considerando el papel del cuerpo, los procesos sociales y culturales, estudiando la experiencia de la enfermedad, la nutrición, las interacciones clínicas, la percepción del riesgo, el papel del medioambiente, las prácticas de salud domésticas populares, las reflexiones teóricas sobre la construcción social de enfermedad, así como una multitud de temas en un contexto de pluralismo asistencial. Vamos a desarrollar de forma más profunda, la evolución de las ideas a lo largo del tiempo dentro de la historia de la Antropología Médica en el capítulo inmediatamente posterior. Para evitar la recurrencia en las citas de estas obras aquí y más adelante, nos parece más oportuno remitirnos al mencionado capítulo. En todo caso, es obligada una mención al proceso y a sus referentes. Efectivamente, nuestros fundamentos teóricos se han ido nutriendo de las obras que los antropólogos han ido incorporando a la rama de la Antropología. conocida. como. Antropología. Médica.. En. esencia,. para. comprender la evolución de la antropología médica, nos hemos apoyado fundamentalmente en los desarrollos de análisis bibliográficos que se han llevado a cabo en cuatro obras. En primer lugar, los dos artículos, “Introducción al campo de la Antropología Médica” de Jesús M. de Miguel (1980:11-40) y “Bibliografía comentada sobre antropología Médica” de Joan J. Pujadas, Josep M. Comelles y Joan Prat (1980:323-353) de La Antropología Médica en España, un libro colectivo dirigido y coordinado por Michael Kenny y Jesús M. de Miguel (1980). En segundo lugar, en el artículo “Cuarenta años de antropología de la medicina en España (1960-2000)” de Enrique Perdiguero, Josep Mª Comelles y Antón Erkoreka (2000:353-446) del libro Medicina y Cultura, Estudios entre la antropología y la medicina coordinado por Perdiguero y Comelles (2000). Para completar el análisis bibliográfico, aunque con la forma. 36.

(37) de una revisión histórica de la Antropología médica (casi una genealogía en palabras del autor), el capítulo, “Medicina, ciencia y creencia. Una historia de la antropología médica”, del libro Antropología Médica de Ángel Martínez Hernáez (2008:11-44). Las tres obras son claramente complementarias entre sí, y las dos últimas se apoyan explícitamente en la primera, haciendo alusiones directas a la bibliografía comentada de 1980. La última es más propicia al análisis del desarrollo de la disciplina estimulada por la dicotomía entre ciencia y creencia, superando el ámbito territorial de la antropología médica en España. Por último, el artículo “Cartografías. Genealogía de la Antropología Médica en España” de Ángel Martínez-Hernáez, Enrique Perdiguero Gil y Josep María Comelles (2015) con una actualización sobre el proceso histórico de antropología médica en España, nos ha dado una visión panorámica que llega hasta en el momento actual. El texto analiza las diferentes escenas por las que ha pasado cronológicamente la antropología médica, desde el folclore u otr4as raíces históricas hasta su institucionalización, continuando con temas actuales (discapacidad, etnografía de profesiones e instituciones, psiquiatría cultural, pluralismo médico) y finalizando con un debate sobre el papel de la subdisciplina hoy y en el futuro. Pasamos a centrar el análisis ahora en el escenario de nuestras fronteras, visitando las ediciones de la literatura etnográfica sobre la medicina popular. 3.3.2. LA MEDICINA POPULAR EN ESPAÑA Tratar de datar el inicio de la literatura antropológica sobre la medicina popular en España es siempre un riesgo, ya que existen antecedentes del estudio de lo que denominaremos síndromes culturales, en las obras escritas como consecuencia de la interacción social con los pobladores de la América del. Descubrimiento. por. los. cronistas. de. Indias.. También,. hallamos. descripciones relacionadas con las prácticas y representaciones populares descritas en manuales de medicina popular como El Tesoro de los Pobres de tradición medieval o en actas inquisitoriales, así como en tratados renacentistas. 37.

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