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(1)

EL MARKETING PROMOCIONAL Por Alba Massó del Valle

Hace varios años que se ha comenzado a utilizar este término y no se ha

podido hallar hasta el momento el responsable de dicha expresión; de la misma

manera nadie hasta el momento ha definido este concepto.

En la bibliografía existente no es posible encontrar difinición alguna del

concepto Marketing Promocional. Todos los intentos por describirlo terminan en

volver a expresar, aunque remosada y algo ampliada, el tradicional concepto de

Promoción.

Esta definición tradicional se refiere a la Promoción de Venta como el

conjunto de técnicas usadas para fomentar en los consumidores el deseo de

comprar. En lo etimológico, proviene del latín y es la fusión de dos términos: pro

(hacia fuera) y movere (mover, cambiar de lugar); la acepción indoeruropea de

mover es empujar.

En 1983, en su libro “Introducción a la Publicidad”, Pedro Billorou,

distinguía a la Promoción como una técnica de audiencia múltiple o individual,

con un canal de comunicaión personal, con costo a cargo del anunciante, remitida

al cumplimiento de objetivos comerciales y separada del Merchandising. (1)

Más adelante Don Schultz realiza un aporte importante a la formación del

concepto Marketing Promocional. En su libro “Comunicaciones Integradas de

Marketing” destaca la importancia sinérgica de un Plan de Comunicación de

Marketing (2):

La Camara Argentina de Empresas de Marketing Promocional (CAMPRO)

divide a las acciones comunicacionales en dos grandes rubros: Publicidad y

Promoción, y avanza en este terreno ubicando en esta última las siguientes

herramientas:

• Punto de venta

• Via pública

• Ferias y Exposiciones

• Eventos y Convenciones

• Promociones al Trade

• Megapromociones

(2)

De esta forma se va reconociendo el valor de importantes herramientas

promocionales, las cuales –con su indiscutible éxito en los resultados de las

empresas- pasan a conformar los elementos que le van dando forma al Marketing

Promocional. Éstas, en las definiciones tradicionales de Promoción de Venta,

quedaban excluidas.

Herramienta Táctica o Estratégica?

Esta es una de las cuestiones más trilladas en el ambiente de la promoción

y publicidad. La promoción en sí misma no es ni táctica ni estratégica, los

hombres de marketing y comunicación, según su actitud, otorgan una u otra

condición a la herramienta.

El enfoque táctico de la promoción, es una medida de corto plazo que se

utiliza como respuesta ante circunstancias tales como la iniciativa de la

competencia o una liquidación de stock de fin de temporada. El enfoque

estratégico, en cambio, contempla la promoción desde el mismo momento que

diseña el marketing mix del producto, la encolumna dentro de una serie de

programas de marketing y la respalda con una planificación estratégica que

contiene objetivos propios que responden a los objetivos de marketing y al

posicionamiento del producto.

No es que en el enfoque estratégico la táctica no existe, todo lo contrario.

La táctica constituye realmente la mecánica de la promoción y muchas veces es el

secreto de su éxito.

Una forma de concebir a la promoción como estratégica es reconocer el

concepto de experiencias de consumo. En un mercado donde los productos y

servicios se van transformando en commodities, las experiencias del consumidor

son la base de la diferenciación.

La experiencia sucede cuando una empresa utiliza intencionalmente sus

servicios como soporte para crear un acontecimiento momorable. Los productos

(3)

PRODUCTOS TANGIBLES

SERVICIOS INTANGIBLES

EXPERIENCIAS MEMORABLES

Existen infinidad de formas para crear esos acontecimientos memorables,

pero no es tan fácil de lograr, sobre todo si no se tiene en claro este concepto.

Aquellos que entienden a la promoción como una herramienta táctica seguramente

jamás pensaron el momento en que el consumidor se “encuentra” con la

promoción como una experiencia memorable.

Numerosas empresas han conseguido éxitos descomunales desarrollando

no solo campañas promocionales, sino verdaderas estrategias de marketing

apelando a esta condición de “acontecimiento memorable”. Una de ellas ha sido

Harley Davidson con su café-restaurant. Si se pregunta a los expertos en marca si

las motocicletas y los restaurantes tienen algún punto en común, recurrirán a una

serie de criterios para evaluar esa relación: complementariedad, sustituibilidad,

relación entre los atributos, afinidad tecnológica, congruencia en la imagen, etc.

Ninguno de estos criterios sirve para explicar por qué una fábrica de motos y un

restaurant encajan perfectametne en la realidad. No obstante, los restaurantes

temáticos, como el Harley Davidson Café, han cambiado la experiencia de comer

o cenar de millones de personas en todo el mundo. No lo han hecho en función de

ninguno de estos criterios de encaje, sino por las experiencias que han creado. La

experiencia de un Harley Davidson Café potencia la experiencia de una

motocicleta Harley Davidson. La estética del establecimiento amplía la

vinculación afectiva con la marca.

De la Promoción de Ventas al Marketing Promocional

El término Marketing Promocional es un concepto que paulatinamente ha

venido ocupando espacios cada vez más importantes en la literatura sobre

(4)

La expresión Promoción de Ventas asignada a las actividades de incentivar

la compra de un producto, queda sin poder de representatividad cuando la

promoción comienza a responder a objetivos estratégicos de marketing y a ser una

pieza clave del marketing mix.

Hasta ese momento era utilizada como herramienta operativa de

comunicación, netamente táctica y cortoplacista, no porque la propia herramienta

no fuera capaz de volar más alto, sino porque su utilización se encontraba en

manos de jefes de productos, muchas veces Juniors con escasa visión estratégica.

Los niveles jerárquicos no tardaron demasiado (o sí) en descubrir el poder

que posee la promoción para influir en los hábitos de compra y consumo y de

cambiar comportamientos. Los marketineros se percataron de que las

promociones integradas suelen ser proveedoras de valor agregado, seducen al

consumidor y lo predisponen a criterios de compra no exclusivamente basados en

los precios.

El tradicional esquema de Marketing Mix creado por McCarty y que por

varias décadas ha servido y sigue sirviendo de estructura fundamental para el

desarrollo de estrategias comerciales, entendía a la promoción de venta como un

elemento de la sumatoria de las herramientas de la variable Promoción o

Comunicación.

Marketing Mix

Publicidad

Promoción de Ventas

Producto + Precio + Plaza + Promoción Relaciones públicas

Venta Personal

(5)

El Marketing Promocional es un concepto que no modifica este esquema,

sino que lo aggiorna para que, a través del mismo, se puedan explicar el

espectacular crecimiento de la promoción, y su nueva función en la estrategia de

marketing.

En esta nueva ecuación, la promoción toma una nueva posición – además

de la tradicional – y es también un factor que multiplica a la tradicional sumatoria

de variables.

Entonces en el Marketing Promocional la fórmula del Mix Comercial

queda:

MARKETING MIX = P X ( P + P + P + P)

Esto se sustenta en que desde hace ya un tiempo la promoción viene

siendo utilizada para apoyar o como complemento de las distintas estrategias de

Producto, de Precio, de Distribución y obviamente de Comunicación.

El ejemplo más representativo es sin dudas el Desafío Pepsi en 1976 en

EEUU y muchos años después en Argentina, campaña que le permitió a PEPSI

conseguir un share muy cercano al de Coca Cola, nunca logrado hasta ese

momento.

La marca de apósitos adhesivos “Curitas”, a través de su alianza con el

canal infantil “Cartoon Network”, aumentó considerablemente su participación

de mercado pero además consiguió “agrandar la torta”, ya que ahora los chicos

reclaman que les pongan una curitas cuando se lastiman, debido a que el producto

les resulta divertido, familiar e inofensivo. Esta exitosa acción estratégica está

basada en una de las importantes herramientas de promoción como es la del

licencing, la cual es hoy una de las más importantes fuente de ingreso de grandes

compañías como Disney, grupos de rock, películas, equipos de futbol, béisbol y

hasta universidades.

Numerosas también son hoy las estrategias de precios que, para no pasar

desapercibidas o para evitar desposicionar al producto y hacer que el consumidor

lo reconozca como algo que le adiciona valor, acuden a una de las más eficaces

(6)

ni menos que descuentos de precio en cubierto, pero que si no existieran como

estimulante, el consumidor seguramente no reaccionaría ante ellos.

De todas las herramientas del mix de comunicación, la promoción es la

más apropiada para lograr rápidamente resultados mensurables. Históricamente,

ha sido percibida como una herramienta táctica, utilizada para resolver problemas

concretos de un producto, de un modo rápido y en corto tiempo, ya sea

incrementar ventas, reforzar la distribución de un producto o defender la marca

ante el ataque de un producto competitivo.

Hoy ha comenzado a ser utilizada para alcanzar objetivos estratégicos de

marketing y eso se debe –precisamente- a esta condición de generar respuestas

medibles y a que se ha convertido en herramienta necesaria para complementar las

estrategias de cualquiera de las variables del marketing mix. Ante un consumidor

saturado de ofertas, cualquier acción de marketing debe ir acompañada de

incentivos que hagan más atractiva la opción.

Resulta cada vez más difícil producir un cambio en el comportamiento de

compra de los consumidores cuando no le ofrecemos un incentivo. En las últimas

dos décadas el cliente maduró y se dio cuenta que podía exigir más y que él tenía

la última palabra.

La promoción ha recorrido un largo camino donde se fue ganando un lugar

destacado en las empresas. Según Kotler (1), fueron varios los factores que

contribuyeron al crecimiento rápido de la promoción de venta, sobre todo en el

mercado de consumo. El autor categoriza a estos factores en dos tipos: los

internos y los externos. Entre los factores internos de la empresa Kotler menciona

que, en tanto que la alta gerencia acepta más la promoción como un instrumento

de ventas efectivo, más gerentes de producto están calificados para utilizarla, y

estos mismos gerentes se encuentran hoy muy presionados para incrementar sus

ventas. Y como factores externos presenta que la cantidad de marcas en el

mercado se ha incrementado, los competidores emplean las promociones con

mayor frecuencia, muchas marcas están en paridad, los consumidores tienen

mayor orientación hacia los tratos, es decir a negociar, el canal demanda mayor

negociación al fabricante y la eficacia de la publicidad se ha reducido debido al

(7)

En nuestro país la promoción aparece tímidamente en los años 70 en un

contexto caracterizado por una gran inestabilidad política, social y económica.

Estos años fueron de grandes tensiones en toda la sociedad, debido a las luchas

ideológicas. La economía se caracterizaba por ser totalmente cerrada,

proteccionista, con alta intervención estatal y alta inflación, lo que en conjunto

generó empresas poco ágiles, de baja productividad y escaso nivel de

competitividad.

Nos encontrábamos ante un mercado masivo y de demanda, en donde las

empresas productoras ejercían un poder hegemónico en la cadena de valor. La

marca seguía siendo el valor supremo.

En estos años comienza el crecimiento del self service. La actividad de

distribución se encontraba atomizada y era absolutamente extensiva, donde

ocupaba un importante lugar el canal mayorista.

En cuanto al sector de las promociones, éste estaba conformado por

proveedores de “autopartes”, con una carencia total de generalistas en la materia,

limitando las técnicas promocionales a operaciones de campo de bajo perfil y

mínima creatividad.

Durante los 80 el mercado paulatinamente tiende a transformarse en un

mercado de oferta. Se comienza un proceso de transferencia de poder desde las

empresas productoras hacia el trade. En cuanto a los canales de distribución,

comienza el proceso de modernización, profesionalización y crecimiento del self

service, iniciado por un hito en este sector: el desembarco de la primera cadena

extranjera, Carrefour en el año 82.

Con tal motivo, las promociones comienzan a adquirir preponderancia a

través de su activa participación en el punto de venta. La logística y la necesidad

de cobertura geográfica se vislumbran como necesidades vitales para el éxito de

las mismas. Se otorga importancia a la creatividad en las acciones promocionales

– cualidad que sólo se exigía a la publicidad hasta ese momento - y se inicia

además la oferta de servicios especializados.

Llegan los 90, que dan lugar al fin de los paradigmas del estancamiento.

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la consecuente apertura económica que éstos generan, promovieron un aumento

progresivo de la competencia hasta llegar a la hipercompetitividad.

La globalización envía también señales acerca de la necesidad de alianzas

y fusiones estratégicas: “nadie es lo suficientemente grande como para ir solo”.

Este fenómeno de concentración se extiende a todos los sectores y comienza con

lo que sería un nuevo hito en la distribución con el arribo del principal player a

nivel mundial: Wall Mart, cadena cuya facturación global supera el PBI de países

como Chile, Venezuela o Colombia. A partir de allí, se produce una carrera de

nuevas aperturas de bocas de venta que se extiende a nivel nacional.

Como consecuencia inevitable de todo esto, el comercio minorista presenta

una marcada tendencia a polarizarse en los formatos de super e hipermercados,

cubriendo las expectativas de consumidores que buscan precio, rapidez,

concentración de producto, etc. Pero la concentración no sólo es exclusiva en el

comercio de consumo masivo, sino que se manifiesta rápidamente en rubros tales

como los Shopping Centers, las cadenas de Fast Food, los locales de música, las

casas de electrodomésticos, los servicios médicos, los medios de comunicación, la

banca, etc.

Transcurrida media década del nuevo siglo se confirma que más allá de los

cambios económicos o políticos, la concentración ha sido el rasgo relevante en los

últimos tiempos y que vino para quedarse.

En toda esta etapa de cambio, juega un papel principal el consumidor, que

se encuentra envuelto en un proceso de revalorización del individuo y por

consiguiente cambia radicalmente su conducta y su actitud; basada ahora en la

búsqueda de la variedad y diversidad de ofertas y el reclamo de innovación.

La publicidad siempre se caracterizó por responder lentamente a los

cambios en la sociedad. Alvin Tofler ya en los 70 creó el término

“desmasificación” (3), y sin embargo los publicistas y marketineros hicieron la

vista gorda y siguieron planificando y anunciando para un público formado por

millones de almas que según lo observado en los comerciales eran todos iguales

en edad, nivel socioeconómico y sexo; sin imaginar ni remotamente que tuvieran

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La evolución de la tecnología fue posibilitando la diversificación de los

medios, permitiendo que las acciones de marketing sean más personalizadas y

dirigidas hacia el target de la marca. La aparición de la TV por cable le otorgó a

la promoción la capacidad de direccionar la comunicación hacia las audiencias

buscadas y generar una interacción antes inimaginada.

Pronto surgieron las acciones conjuntas de acciones promocionales con

enormes campañas publicitarias de apoyo, cuyo ejemplo más representativo es sin

dudas el Desafío Pepsi en 1976 en EEUU y muchos años después en Argentina,

campaña que le permitió a PEPSI conseguir un share muy cercano al de Coca

Cola, nunca logrado hasta ese momento.

El viejo enfoque de invertir millones en espacios publicitarios para

alcanzar un mercado masivo, ha quedado absolutamente perimido y hoy no es más

que una tendencia que encontró su punto de inflexión en los ´90, cuando

comienzan a aparecer nuevos modos de generar contactos con el consumidor y

con ello el Marketing Directo y el Data Base Marketing o nuevos conceptos

como el Relationship Marketing de Regis McKenna (4).

La industria de la promoción comenzó a transitar sobre los hombros de la

tecnología. Las bandas magnéticas dieron lugar a promociones tan novedosas

como efectivas. El recompensar a los clientes leales a través de programas de

recompensas le dio a American Airlines la posibilidad de quitarle a United

Airlines el liderazgo del mercado.

En un mundo con cada día más opciones para elegir, crece la importancia

del marketing promocional como un camino emprendido por las marcas en la

búsqueda de influenciar a los consumidores en el momento de la verdad, cuando y

donde la decisión de compra tiene lugar.

No existen estadísticas elaboradas por organismos calificados acerca de

la distribución de la inversión en comunicación en Argentina, pero los más

calificados protagonistas del sector coinciden en que las disciplinas below the line,

básicamente representadas por la promoción y el marketing directo representan

(10)

Según los datos de la revista Promo de Estados Unidos, las inversiones de

la industria de la promoción en 2002 crecieron un 7,6% superando a la inversión

publicitaria que fue de 7,1%.

Alberto Borrini opina en su libro “La empresa transparente” (5) que el

mayor encanto de la promoción es su rapidez, pero además aparece como más

flexible y más adaptable a situaciones cambiantes, que exigen acciones urgentes y

circunstanciales. Las recesiones económicas suelen espolear a la promoción en

desmedro de la publicidad. Por otra parte la promoción es más participativa que

la publicidad convencional, acorta la distancia con el público y estimula

respuestas que dejan un rédito que puede ir más allá de los resultados.

La oferta de medios es cada vez mayor, más el marketing directo más el

telemarketing. La dispersión y el zapping llega a índices nunca vistos. El número

de señales en los cables está en crecimiento y los medios son cada vez más caros,

no en valores absolutos, sino en su valor relativo al considerar el costo por

contacto.

La publicidad televisiva está experimentando su peor crisis desde que

nació. Ocurre que la probabilidad de que un potencial consumidor esté frente a la

pantalla en el momento en que el spot de un determinado producto sale al aire, es

tan chica, que los anunciantes ajustan como nunca sus presupuestos publicitarios.

La aparición de los PNT (publicidad no tradicional) llamados así a los

“chivos” publicitarios dentro de los programas son un intento de “atrapar” al

consumidor y obligarlo a prestar atención al anuncio. Así vemos como todos los

protagonistas de novelas compran en Garbarino o Frávega, y en forma totalmente

descolgada del guión, recomiendan el consumo de alguna marca de cosmética o

alimento. Pero asegurarse de esta forma que la publicidad se escuche hace

resignar al anunciante la posibilidad de darle un posicionamiento al producto a

través de una pieza creativa, basada en las verdaderas motivaciones de los

consumidores.

Desde un punto de vista, un canal de TV compite con un supermercado,

habida cuenta que el anunciante debe decidir, con el mismo presupuesto

(11)

un supermercado, donde su producto tendrá una performance extraordinaria en el

mismo momento del acto de compra.

No es que se estén reduciendo los presupuestos comunicacionales, sino

que se están reacomodando hacia inversiones de alto impacto y alto retorno, como

son las promociones, el marketing directo, el merchandising y los eventos.

Hoy la reasignación presupuestaria está causada por un cambio en las

prioridades en favor de aquellas cercanas al punto de venta. Sabemos que tres de

cada cinco decisiones se toman en forma impulsiva frente a la góndola.

La publicidad no debe competir con la promoción; ambas herramientas

deben complementarse ya que cumplen con objetivos diferentes y tienen

aplicaciones diferentes. Sería difícil, sino imposible, imaginar un marketing mix

sin publicidad o sin alguna acción promocional. La publicidad genera una imagen

positiva de un producto y lo posiciona en la mente del consumidor. Luego la

promoción genera la acción, incentiva la compra y establece diferencias concretas

en un mercado donde la mayoría de los productos se parecen, donde las

diferenciaciones e innovaciones en los productos son rápidamente adoptadas por

los competidores.

Para que la promoción funcione, debe estar alineada con la estrategia de

marketing desde el mismo momento que ésta ha sido desarrollada. Para que el rol

de la promoción sea efectivo tendremos que revertir el bastardeo que se le ha

dado durante tanto tiempo, representando el manotazo de ahogado de un gerente

de marketing que no ha alcanzado los objetivos de ventas del período.

Desde que la moneda en Argentina se estabilizó, los consumidores

emprendieron un proceso de concientización acerca del valor de su dinero y a

estimar cuando se les ofrecía algún producto complementario de regalo o valorar

pequeños porcentajes de descuento, que en otros tiempos estuvieran eclipsados

por el efecto inflacionario.

Don Schultz, en uno de sus principales trabajos opina que los medios

masivos brindaban a los publicistas acceso al mercado masivo a un costo bajo por

unidad, el espejo perfecto de la mentalidad de producción masiva. Mientras los

medios masivos principalmente la televisión, reforzaban la mentalidad del

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impulsaban la era del individuo y ofrecían la clave para que el marketing afronte

esta nueva situación (6).

Toda la publicidad que haga una marca en televisión, prensa, revista, radio

o vía pública induce al consumidor a elegir su producto. Sin embargo, la decisión

final se realiza en el punto de venta. Si no tiene una posición destacada y es difícil

encontrarlo, o si su envase es poco llamativo, el consumidor no lo escogerá y todo

el trabajo y gasto hecho anteriormente en publicidad habrá sido inútil.

La estrategia promocional, entonces, deberá plantearse para hacer realidad

ese “imaginario” que los medios masivos, a través de la publicidad, construyeron

en la mente de los consumidores.

Referencias:

1. Introducción a la Publicidad. Billorou, Pedro y Robert Lauterborn. Ed.

Granica, Barcelona, 1993.

2. Comunicaciones de marketing integradas. Don Schultz, Stanley Tannenbaum

DIRECCIÓN DE MERCADOTECNIA. Philip Kotler. Prentice-Hall

Hispanoamericana SA, México, 1996.

3. LA TERCERA OLA. Alvin Toffler

4. MARKETING DE RELACIONES. Regis McKenna. Ed. Paidós, 1994.

5. LA EMPRESA TRANSPARENTE. Alberto Borrini. Colección Revista

Negocios. 1997.

6. CÓMO DIRIGIR LA PROMOCIÓN DE SUS VENTAS. Don E. Schultz y

Referencias

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