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Valoración crítica La casa de Bernarda Alba

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Academic year: 2020

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La casa de Bernarda Alba representa la cima del teatro de Federico García Lorca. Se estrenó en Buenos Aires en 1945 (en España, la primera representación no se produjo hasta 1964) y en ese mismo año y en el mismo lugar también apareció la primera edición.

1.- Argumento

La acción de La casa de Bernarda Alba se desarrolla en un pueblo cualquiera de Andalucía, y su argumento gira en torno a la firme decisión de Bernarda, a la muerte de su segundo marido, de imponer para sí y para sus hijas un luto de ocho años de duración. La rigurosidad del luto, el aislamiento es completo y absoluto.

El autoritarismo sin sentido de Bernarda va a chocar violentamente contra los deseos de gozar de la vida y del amor de sus jóvenes hijas, que no se resignan con un futuro de ver pasar los días como si estuvieran en un convento o en la cárcel. Esta situación provoca la rebeldía en las hijas, desde la mayor, Angustias, que no es una adolescente, tiene 39 años, y es la prometida de Pepe el Romano, hasta la pequeña, Adela, que cuenta con 20 años y que mantiene relaciones amorosas a escondidas con el prometido de su hermana. Pero este hombre, Pepe el Romano, es pretendido también por Martirio… para todas es el símbolo de la pasión y de la libertad fuera de las normas impuestas por Bernarda Alba.

La supuesta muerte de Pepe el Romano a manos de Bernarda Alba cuando es sorprendido rondando la cosa a horas inoportunas, lleva a Adela al suicidio. De nuevo muerte y silencio. Todo vuelve a empezar.

2.- Género

García Lorca subtituló la obra <<Drama de mujeres en los pueblos de España>> pero se cree que es una tragedia y que formaría una trilogía con Bodas de sangre y Yerma, ya que parecen tener elementos comunes como: sus protagonistas son mujeres, el elemento sexual actúa como motor de la acción; acaban de modo trágico ya que la muerte es el punto final en ellas y el ambiente es rural.

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La casa de Bernarda Alba es un drama puro, austero y sobrio que se fundamenta en la realidad.

3.- Estructura

Dividida en tres actos continuados, prescindiendo de la división en escenas, presenta la acción centrándose en el drama interior de los personajes y en sus frustraciones individuales.

La trama puede dividirse al modo clásico en planteamiento, nudo y desenlace, función que cumplen cada acto respectivamente y estos además culminan con un cierre climático más intenso que el anterior: el encierro de María Josefa, el linchamiento de la hija de la Librada y la muerte de Adela.

La obra tiene una estructura circular ya que la muerte del marido de Bernarda y de Adela al final ocurre fuera de escena. La obra comienza y se cierra con silencio y campanas de duelo; Lorca refuerza así un universo en el que todo se repite, idea que potencia al reflejar el conflicto principal del drama en otros conflictos secundarios: el cortejo de Angustias y Pepe repite el de Poncia y Evaristo el Colorín, Adela y la hija de la Librada comparten la vivencia de la sexualidad a contracorriente y el final trágico, la hija de Prudencia padece un desorden familiar análogo al de Bernarda…

4.- Personajes

Nos encontramos con un amplio grupo femenino cuyos miembros apenas se singularizan, con lo que se sugiere que algunos de los problemas reflejados en la obra afectan a todas las mujeres en general.

La mayor parte de las mujeres son de edad semejante, con atuendo similar e incluso sus nombres suenan parecidos. Bernarda trata a sus hijas como títeres sin voluntad, como si fueran una sola y éstas actúan al unísono.

 Bernarda. Mujer de sesenta años que ha enviudado dos veces. Bernarda es una mujer autoritaria que cree a ciegas en la sociedad patriarcal. El personaje marca su poder llevando un bastón que recuerda el cetro de Júpiter. Está obsesionada por la honra, fruto de una educación conservadora, tiene ideas inamovibles sobre la familia, la religión, la sexualidad y la división clasista de la sociedad, y asume los valores del patriarcado. Aunque este poder y valores es cuestionado por casi todas las mujeres. Parece una máscara para esconder un profundo miedo al mundo que le rodea, que considera una amenaza, de ahí el enclaustramiento en la casa con su familia.

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pretende alumbrar una saga de niños libres. Es decir, en ella se proyectan los deseos y frustraciones de todas las hijas de Bernarda. A pesar de su locura la anciana advierte con lucidez el destino de las jóvenes. María Josefa es una victima inocente sacrificada por alguien más poderoso, de ahí que se la relacione con Cristo: no en vano su nombre remite a María y José, alude a Belén en una nana que canta en la noche y aparece en escena con una oveja, símbolo cristiano del sacrificio.

 Adela. Es la hija más joven de Bernarda. Está marcada por un poderoso anhelo de libertad, que expresa en cualquier acción que realiza. Adela sólo consigue la liberación por medio de un final de raíz romántica: el acto consciente y rebelde, pero desesperado, del suicidio. Se la compara, al igual que a su abuela, con Cristo, pues encarna el amor y es sacrificada por quien la engendró. Su actitud supone una denuncia hacia la moral burguesa, al tiempo que sitúa la libertad sexual en el centro de la emancipación femenina. Adela es natural e instintiva. Su abuela y ella funcionan como personajes espejo uno del otro.

 Martirio. Tiene 24 años. ES enfermiza, no agraciada físicamente y de compleja personalidad. Su comportamiento muestra una psicología perturbada por la frustración sexual, que manifiesta en el temor y rencor hacia los hombres como en una destructiva pasión y terribles celos. Su insatisfacción sexual se revela en su gusto por la ropa interior y el robo del retrato de Pepe el Romano. Los celos que siente se convierten en comentarios mordaces hacia Angustias y Adela, su antagonista, actuando de forma parecida a Bernarda, con la que mantiene una relación de dependencia y odio. Martirio será la responsable última del suicidio de su hermana.

 Angustias. Es la hija mayor de Bernarda, fruto de su primer matrimonio. Tiene 39 años. Es la más fea de las hermanas, enfermiza, caprichosa, un tanto infantil y resulta patéticamente frívola al tratar de suplir su juventud y atractivo con polvos en la cara y usando perfumes, exhibiendo el poder económico que posee sobre sus hermanas. Su personalidad y comportamiento son parecidas a los de Bernarda, incluso cuando se enfrenta a ella establece el mismo código, usando el poder económico para cuestionar la autoridad materna. Ella nunca discute el sistema basado en las apariencias y convenciones, como demuestra su relación con Pepe.

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la diferencia de sus hermanas que sufrir insomnio para vigilarse las unas a las otras.

 Magdalena. Mujer de 30 años, muestra desinterés por el entorno. Parece ser la favorita del padre y esto hace que convierta el pasado infantil en una idealización y que sea su forma de evadirse. Su vida queda reducida a permanecer sentada en una sala oscura y esta perspectiva le hace comprender que el matrimonio es algo lejano para ello y que le llevará a apoyar sin fisuras el código moral de su madre. Su lenguaje es hiriente.

 Poncia. Mujer murmuradora y enredadora que engarza con el arquetipo de criado que ya aparecía en La Celestina. Servil con el amo, aunque le guarda profundo rencor. Este personaje establece conexión entre distintas esferas: las clases altas y bajas, con la madre y las hijas, el exterior e interior de la casa, y ha conocido la sexualidad y su represión. Sus comentarios humorísticos e irónicos facilitan la distensión dramática pero esto no anula su crueldad y su permanente defensa de los valores de la comunidad, de la que teme ser expulsada por sus orígenes (su madre es prostituta). Así la casa de los Alba le sirve de coraza frente a esa amenaza.

 Hombres. La ausencia de personajes masculinos contrasta con la presencia de lo masculino en los diálogos de las mujeres. Las referencias a los hombres del pueblo son constantes, y el deseo de acercarse a ellos desencadena tensiones, envidias y odios dentro de la casa. Pepe el Romano, aunque nunca entra en escena, es una figura omnipresente. Un retrato de él pone al descubierto los deseos reprimidos de las hijas de Bernarda y su figura se convierte en la representación del machismo dominante en el mundo rural; esto queda demostrado en el modo en que trata a Adela.

5.- Espacio

Sólo hay un espacio escénico: la casa. Esta es definida como algo negativo (infierno, convento, cárcel, manicomio…), aunque algunos personajes ven en ella un refugio que les protege de lo externo.

La oposición interior-exterior es uno de los ejes importantes que construyen la obra.

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los cascos de la jaca de Romano, el estruendo que el pueblo produce cuando sucede lo de la hija de la Librada.

El exterior es el espacio anhelado donde los sueños pueden realizarse: es sinónimo de libertad pero también donde planea el código inflexible, el honor que defiende Bernarda.

El mundo por lo tanto es un lugar insolidario, cruel, donde lo natural, instintivo se reprime, y esto es conocido por las hijas de Bernarda. Socialmente, el matrimonio es el sistema de salida, que no supone la emancipación sino que prolonga la falta de libertad y el sometimiento al patriarcado. Lorca denuncia que la sociedad entera, con sus valores cerrados impuestos por la burguesía, es una cárcel para aquellos que quieren aspirar a seguir sus propios impulsos e instintos y a realizar sus sueños de libertad.

Los espacios internos, aunque muchos no aparecen físicamente en la escena, adquieren valor simbólico. El corral es el ámbito del deseo (se producen los encuentros entre la Criada y Antonio María Benavides y donde Adela se encuentra con Pepe el Romano). También el caballo está relacionado con este significado.

Las habitaciones son territorio de deseos y frustraciones y privadas de libertad (todas están atentas a las conversaciones y el ruido nocturno).

Las puertas y ventanas son la esperanza y frustración ya que podrían facilitar el contacto con el exterior pero niegan la huida. Además las ventanas tienen rejas por lo que se interpone en el cortejo de los novios. Por el contrario, el mar adquiere connotaciones opuestas, ya que simboliza el amor sin barreras, la libertad y la fecundidad gozosa sobre todo en las palabras de María Josefa.

Lo mismo ocurre con alusiones al agua, río, sol y las estrellas que manifiestan el deseo que lucha con la búsqueda de satisfacción.

6.- El tiempo

Lorca no propone en la obra una progresión temporal explícita. Se nos indica que cada uno de los actos pasa en un día distinto: al final de cierta mañana de verano el primero, hacia las tres de la tarde el segundo y al anochecer el tercero, pero no precisa cuántos días, semanas o meses pasan entre los diversos actos. Las palabras y acciones de los personajes nos revelan que transcurre cierto tiempo en los entreactos, pero Lorca no aporta más datos: finge que respeta la unidad de tiempo pero en verdad no lo hace.

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no pasa: está inmóvil, lo mismo que las mujeres obligadas al encierro. Por este motivo tenemos la impresión de que la casa es un infierno, cuyas habitantes están obligadas a padecer eternamente la condena que se les ha impuesto.

7.- El lenguaje

El lenguaje de la obra es una traslación directa de la lengua popular andaluza, con sus refranes, comparaciones, refranes y frases hechas. Pero, en realidad, el autor ha procedido a una habilidosa recreación literaria de esa forma de hablar.

Esta recreación no tiene nada que ver con la realizada por el teatro comercial del primer tercio del siglo XX. En Lorca adquiere valores concretos en cada personaje. Bernarda, por ejemplo usa expresiones sentenciosas que reflejan su carácter autoritario, pues impiden toda posibilidad de diálogo. Sin embargo, María Josefa se vale del lirismo para expresar los instintos reprimidos y defender la validez del deseo y el afán de libertad. En otro sentido, la palabra se convierte en un arma de destrucción, pues los habitantes del pueblo se pasan la vida murmurando: en la obra se alude a las <<lenguas de cuchillo>>, <<el veneno de las lenguas>> o la <<crítica que no nos deja vivir>>. El propio acto de hablar se equipara con acciones como <<ladrar>>, <<tirar puñaladas>>, <<babosear>>, <<apedrear>>,<<clavar el cuchillo>>, entre otras.

Por otro lado, otro aspecto importante de la obra es la tensión que se produce entre el silencio y el monólogo (las hermanas se ven abocadas a él por la soledad y aislamiento en el que viven) y el diálogo (que, por su encierro, las mujeres de la casa se ven forzadas a establecer entre sí). Hablar, no sólo rompe el silencio, se convierte también en una herida que se inflige al otro y que obliga a una respuesta.

Verbalismo o silencio, todo lleva a la incomunicación y a la violencia, latente y efectiva, de un universo despiadado.

8.- Conclusión

Referencias

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