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Filosofía y ciencia en la Revista de filosofía: condiciones de una reconciliación

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Academic year: 2021

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Filosofía y ciencia

en la

Revista

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condiciones de una reconciliación

8±€88±†88†oŒb*

RESUMEN: La Revista de filosofía. Cultura-ciencias y educación (Buenos Aires, 1915-1929) es un proyecto pionero en la Argentina en lo que hace a la tematización de la filosofía. En sus textos se elabora una definición, un método y una función propias de la disciplina, en un contexto de importantes cambios políticos en Argentina. En el artículo analizamos conceptualmente la propuesta y la inscribimos en ese contexto. Intentamos reconocer de ese modo el significado de un proyecto editorial que puede leerse como una importante apuesta por repensar el vínculo entre la filosofía y las ciencias de cara a las necesidades políticas y culturales del país.

PALABRASCLAVE: Revista de Filosofía, Filosofía, Ciencias, Cultura, Política.

ABSTRACT: The Revista de filosofía. Cultura-ciencias y educación (Buenos Aires, 1915-1929) is a pioneering project in Argentina in the reflection about the philosophy. In its texts we find a definition, a method and a function for the discipline, in a context of im-portant political changes in Argentina. In this article we analyze conceptually the proposal and its inscription in that context. We try to recognize the significance of an editorial pro-ject which can be read as a significant commitment to rethink the link between philosophy and science in the face of political and cultural needs of the country.

KEYWORDS: Revista de Filosofía, Philosophy, Sciences, Culture, Politics.

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E

n 1915 José Ingenieros funda en Buenos Aires la *bÇ´¼8Yb

-†´n€8¡Á†¼Á±8VObŒO8´ÊbYÁO8O‘ŒV¦ue fue œuFliOada | as-¼a 1929V inOluso ¼rasOendi‘ la ‰uer¼e de su fundador¡on es¼a œroœues¼aV¼an¼o Ingenieros Oo‰o los in¼eleO¼uales ÊOien¼€oOos ¦ue œar¼iOiœaron en el œroÊeO¼o œonen de ‰anioes¼o una fuer¼e Çolun¼ad œor ÇolÇer a reÇisar algunos de los suœues¼os ‰9s F9siOos del disOurso Oons¼ruido œor ellos ‰is‰os |as¼a ese ‰o‰en¼o¡,al Oo‰o lo desOriFe sOar ,er9n œara el Oaso del ‰is‰o IngenierosV all€ se oFserÇa el ¼r9nsi¼o de un Oien¼ioOis‰o radiOal a una reqeÉi‘n soFre las œroFle‰9¼iOas é¼iOas ʜol€¼iOasV¦ue el anOla„e en las OienOias f€siOo-na¼urales |aO€a dif€Oil for-‰ular¡1+i Fien los saFeres Oien¼€oOos son ¼odaǀa el oF„e¼o de ‰uO|os de

los ar¼€Oulos reOogidos en la œuFliOaOi‘nV és¼os no Oons¼i¼uÊen en aFsolu¼o los ¼e ‰as œriori¼arios de la ‰is‰a¡+e desœliega all€V en Oa‰FioV un aFaniOo de Oues¼iones ¦ue reOla‰an el e„erOiOio de «nueÇos saFeres¬V¦ue se aglu¼ i-nan en lo ¦ue e‰œieÍa a deonirse Oo‰o el Oa‰œo de las |u‰anidades ÊV en œar¼iOularV de la olosof€a¡

El oF„e¼iÇo de la *bÇ´¼8V sos¼iene ugo Biagini siguiendo las ao r-‰aOiones del œroœio IngenierosV es «desœer¼ar el gus¼o œor las aO¼iÇ ida-des ‰en¼ales¬V2«es¼udiar œroFle‰as de Oul¼ura suœerior e ideas generales 1 Es i‰œor¼an¼e seŽalar ¦ueVœara el Oaso de IngenierosV no es œroœia‰en¼e la *bÇ´¼8

Ybo†´n€8 el œri‰er in¼en¼o de a‰œliar el |oriÍon¼e de la OienOia¡,er9n adÇier¼e ¦ue son esos aŽos ¦ue ¼ransOurren en¼re 1911 Ê 191sV el ¼ie‰œo del eÉilio de Ingenieros en EuroœaV los aŽos en ¦ue Oo‰ienÍa a diÇisarse un desœlaÍa‰ien¼o en es¼e sen¼ido¡ iOe ,er9n soFre «El |o‰Fre ‰edioOre¬V el ¼eɼoVœara élV‰9s reœresen¼a¼iÇo de es¼e

‰o‰en¼oU«si Fien se ‰an¼ienen eɜresa‰en¼e inÇarian¼es el na¼uralis‰o FiologiOis¼a

Ê eÇoluOionis¼aV as€Oo‰o la ad|esi‘n al œosi¼iÇis‰o Ori‰inol‘giOoV¼a‰Fién irru‰œen un Oon„un¼o de noOiones e¼iOis¼as ¦ue se engarÍan r9œida‰en¼e Oon OonsideraOiones soFre la relaOi‘n de los in¼eleO¼uales Oon el œoder œol€¼iOo¬¡ sOar ,er9nV´cŒtb

-Œb±´UœbŒ´8±†8Œ8O‘ŒV Buenos AiresV AlianÍaV 19g¸Vœ¡·Î¡el ‰is‰o ‰odoV la eɜerienOia de la ran uerra Ê la leO¼ura ¦ue |aOe Ingenieros de és¼a es o¼ro de los ele‰en¼os ¦ue aÊudan a dar sen¼ido a es¼a noÇedad en su œroduOOi‘n¡ An¼e la O

on-¼unden¼e Oa€da de los Çie„os ‰odelos ¦ue œone de ‰anioes¼o la guerraV se reOla‰a la neOesidad de desarrollar Ê sos¼ener nueÇos Çalores ‰orales ¦ue Oon¼riFuÊan a la orien¼aOi‘n del œorÇenir¡¡ José IngenierosV«El suiOidio de los F9rFaros¬V en ´ ¼b‰œ´ŒÁbǐ´V Buenos AiresV El‰erV 195·¡

2 ugo BiaginiV Elena Ardissone Ê*aÂl +assiV8±bÇ´¼8Ybo†´n€8¡Á†¼Á±8VObŒO8´Ê

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¦ue eÉOeden los l€‰i¼es de Oada esœeOialidad Oien¼€oOa¬V«i‰œri‰ir uni-dad de eɜresi‘n al naOien¼e œensa‰ien¼o argen¼ino¬Ê «Oon¼riFuir a la renoÇaOi‘n de los géneros Ol9siOos de la olosof€a žœsiOolog€aV é¼iOaV l‘giOaV es¼é¼iOaV‰e¼af€siOaŸVOuÊo reOonoOi‰ien¼o es la œre‰isa na¼ural de ¼oda elaForaOi‘n olos‘oOa¬¡3 En las œ9ginas de la *bÇ´¼8 enOon¼ra‰os algunos

de los œri‰eros ensaÊos argen¼inos ¦ue ¼ra¼an de sis¼e‰a¼iÍar una de¼ er-‰inada OonOeœOi‘n del saFer olos‘oOoV de darle un lugar Ê una direOOi‘n en la -niÇersidad Ê de reOonoOer œara és¼e un œaœel esœeO€oOo en la O on-for‰aOi‘n de la Oul¼ura naOional¡os ¼raFa„os ¦ue œuFliOan all€¼an¼o el ‰is‰o IngenierosVOuan¼o Oolegas Oo‰o *odolfo *iÇarolaV Alfredo ol‰oV arlos ¡ BungeVeoœoldo auœas o regorio Ber‰anVœor no‰Frar s‘lo algunosVOonfor‰an un a‰œlio Oorœus de elaForaOiones ¼e‘riOas soFre las |u‰anidadesV¦ue da Ouen¼a de la eÉis¼enOia de un i‰œor¼an¼e deFa¼e soFre la Oues¼i‘n¡

En lo ¦ue sigue a¼ende‰os a algunos de los desarrollos ¦ueV al Çersar soFre es¼a ¼e‰9¼iOaV aœareOen en los n‰eros œuFliOados en¼re el iniOio de la *bÇ´¼8V 1915 Ê 191g¡os de¼ene‰osVœri‰ero ʜrinOiœal‰en¼eV en la OonOeœOi‘n de la «olosof€a¬¦ue se esFoÍa all€Vœara luego analiÍar las O onse-OuenOias ¦ue es¼a deoniOi‘n œresen¼aV¼an¼o en lo ¦ue |aOe a la relaOi‘n de la olosof€a Oon las o¼ras OienOias Ê disOiœlinas desarrolladas en el œa€sVœor ese en¼onOesV en el esœaOio esœeO€oOo de la -niÇersidad de Buenos AiresV Oo‰o al ǀnOulo ¦ue se es¼aFleOe en¼re la olosof€a Ê la œol€¼iOa¡ El Oor¼e O ro-nol‘giOo deriÇa de dos raÍonesV una de €ndole œr9O¼iOaV¦ue resœonde a la i‰œosiFilidad de aFarOar en un ar¼€Oulo de es¼as OaraO¼er€s¼iOas la ¼o¼alidad de los n‰erosVÊ la o¼ra se desœrende de una adÇer¼enOia de uis *ossi i¦ue aOaso œodr€a disOu¼irsei aOerOa del giro ¦ue dar€a la *bÇ´¼8 |aOia 191gV aŽo en ¦ue se œoli¼iÍar€a de ‰anera ‰anioes¼a¡4 A partir, entonces, 3 FY¡, p¡·¡

4 ice *ossi, «la apoliticidad originaria de la *eÇista ser9, en parte, de„ada de lado¡ A

partir de 1919 la *eÇista to‰ar9 una posici‘n pol€tica de fuerte co‰pro‰iso con la

*eÇoluci‘n *usa, siguiendo la ‰is‰a inqeÉi‘n ideol‘gica ¦ue su director¬¡uis *ossi,

«os proÊectos intelectuales de José Ingenieros desde 1915 a 1925U la crisis del posi-tiÇis‰o Ê la olosof€a en la Argentina¬, en José Ingenieros Ê An€Fal (once, *bÇ´¼8Yb o†´n€8¡Á†¼Á±8VObŒO8ÊbYÁO8O‘Œ, Bernal, UNQ, 1999, p¡ 5½¡

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de ese diagn‘stico de *ossi, nos interesa estudiar c‘‰o Ê por¦ué conciFe de un ‰odo particular la olosof€a una puFlicaci‘n de pretendido corte acadé-‰ico ¦ue se propone ocupar el centro de la escena uniÇersitaria¡

***

En lo ¦ue |ace a la pri‰era cuesti‘n, la deonici‘n de «olosof€a¬, es i‰ -portante recordar el traFa„o de Jorge otti soFre la recepci‘n de ant en Argentina¡+i Fien no nos interesa tratar a¦u€ la recepci‘n de ant, este teÉto es uno de los pocos estudios, referidos a la época, en ¦ue se aForda con precisi‘n la cuesti‘n de la olosof€a¡otti inscriFe su lectura en el de-Fate positiÇis‰o-antipositiÇis‰o¡l sostiene ¦ue la cr€tica ¦ue reciFen los desarrollos positiÇistas en torno a la olosof€a idesarrollos entre los ¦ue se destacan los de Ingenieros— se centra en la denuncia, de base kantiana, de ¦ue el do‰inio del discurso biologicista, o lo ¦ue es lo ‰is‰o, el ca-r9cter «o‰nico‰prensiÇo¬ atribuido a la biolog€a, ter‰ina por in|ibir las posibilidades de elaboraci‘n de postulados ‰orales Ê pol€ticos¡

Esta lectura per‰ite percibir uno de los nudos centrales de lo ¦ue nos interesa analiÍar a¦u€U el conqicto entre la eÉplicaci‘n biologicista del ‰undo Ê las posibilidades de interÇenci‘n pol€tica en él¡ El interés de Ingenieros Ê sus conte‰por9neos —la ‰aÊor€a proÇenientes del ca‰po de la ‰edicina— por deonir las |u‰anidades Ê la olosof€a, en particular, responde, en parte, a la ÇisualiÍaci‘n de ese conqicto ¦ue destaca otti Ê a la necesidad de to‰ar partido ante él¡as noÇedades aportadas por la biolog€a en los Âlti‰os aŽos |ab€an conducido, |asta ese ‰o‰ento, a ela-borar una cr€tica deÇastadora a los principios funda‰entales del discurso ilustrado en ‰ateria ‰oral¡ibertad Ê responsabilidad eran denunciados co‰o puras ¦ui‰eras, carentes de asidero real, por no poseer ǀnculo alguno con lo eÉperienciable¡e igual ‰anera, las cr€ticas reca€an sobre las traducciones pr9cticas de dic|os principios, por e„e‰plo, en el ca‰po „ur€dico¡5 ter‰inaban por presentarse co‰o t€‰idos esboÍos de un ‰ o-delo pol€tico ¦ue, en el ‰arco de los grandes ca‰bios sociales producidos

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en Argentina en ese entonces, otorgaba una i‰portante centralidad a las instituciones de control social¡5

En ca‰bio, la pregunta por la olosof€a Ê las |u‰anidades intentaba aÇanÍar en otra direcci‘nU analiÍada en claÇe olos‘oca, coincide con la pregunta por los funda‰entos de las acciones pol€ticas ʉorales Ê, en ese sentido, puede reconocerse cierta cercan€a con la preocupaci‘n kantiana¡ +in e‰bargo, no conduce |acia el ‰is‰o lugar¡os autores de la *bÇ´¼8 reconocen el proble‰a Ê, a diferencia de sus propuestas anteriores, se abocan a|ora a pensarlo, pero sin aceptar la soluci‘n kantiana¡6 Ellos ven

en ant «una doctrina superada por los avances de la ciencia¬ al tie‰po ¦ue «uno de los co‰ponentes del revival idealista¬¡7os caracteriÍaciones ¦ue

ponen de ‰anioesto tanto el |ec|o, en el ¦ue insiste otti, de ¦ue no co-noc€an a fondo la doctrina kantiana, cuanto la centralidad ¦ue aÂn otorgan a las ciencias f€sico-naturales¡8

5 +obre esta cuesti‘n |aÊ traba„os i‰portantes para consultarU BeatriÍ*uibal, Yb†t€8

Yb†OŒ¼±†´O8†¡ ÁbŒ´Ï±b´V—ggÎ-—ÀÎ, Buenos Aires, entro Editor de A‰érica

atina, 199½¶ assi‰o (avarini, Œ¼±† Ê Y‰Œ8O‘Œ¡ ,b±€8´ O±‰Œ†‘tO8´ FÁ±tÁb´8´ Ê œ±ÊbO¼ |btb‰‘ŒO, Buenos Aires, Siglo XXI, 2ÎÎ2¶ugo 2eÍÍetti,

8 †OÁ±8 bŒ †8 ϱtbŒ¼Œ8, Buenos Aires, (aid‘s, 19g5¶ila ai‰ari, ϜbŒ8´ ÁŒ Yb†ŒOÁbŒ¼b¡±‰bŒVO8´¼tÊOÁ†¼Á±8bŒ†8ϱtbŒ¼Œ8V—ggÎ-—pp, Buenos Aires, Siglo XXI, 2ÎÎs¡osotros ‰is‰os |e‰os analiÍado el te‰a enU¡¡aloone, ¡ aloone, «egislar la supervivencia¡ Saber ‰édico Ê control de la peligrosidad en los desarrollos cri‰inol‘gicos de José Ingenieros¬, en *bÇ´¼8Yb´¼±8Yb†b±bO|, n‰¡ss, Buenos Aires, Instituto de istoria del erec|o¡ En |ttpU¹¹ÈÈÈ¡scielo¡org¡ar¹

pdf¹r|d¹nss¹nssaν¡pdf Ê en ¡¡aloone, «(sicolog€a, delincuencia Ê control social¡

Una lectura de los aportes de José Ingenieros a los debates en torno a la cuestión cri‰inal¬, en -ŒÇb±´¼8´¡*bÇ´¼8Yb†´n€8Vb±bO|Êœ†€¼O8, n‰¡ 1·, adrid, Universidad arlos III, enero de 2Î1½¡ En |ttpU¹¹universitas¡id|bc¡es¹n1·¹1·-Î5¡pdf¡

6 abe destacar la eÉcepción ¦ue constituÊe *odolfo *ivarola, ¦uien rescata ‰uc|o

‰9s el pensa‰iento de ant, aun¦ue sin a|orrar cr€ticas al olósofo ale‰9n¡

7 Jorge Dotti, 8†b¼±8t‘¼O8¡*bObœO‘ŒYb8Œ¼bŒÏ±tbŒ¼Œ8VYb´Ybb†±‰8Œ¼O´‰

|8´¼8b†¼±bŒ¼8, Buenos Aires, acultad de ilosof€a Êetras-UBA, 1992, p¡ 11s¡

8 Es interesante recordar ¦ue |asta ese ‰o‰ento, en Argentina, las lecturas de ant

son escasas Ê se realiÍan en su totalidad en el ‰arco de los debates en torno al derec|o penal¡ En ese sentido, ‰9s ¦ue referirnos al conoci‰iento Ê la visión ¦ue tendr€a Ingenieros de la olosof€a kantiana, en los tér‰inos de Dotti, ¦uiÍ9 convenga li‰itarnos a considerar la posición de este autor en relación con la recepción ¦ue se |ac€a a¦u€ del olósofo ale‰9n¡ De este ‰odo, resulta relevante recordar el fuerte

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Sobre la cuestión, se destacan en la *bÇ´¼8 las intervenciones de dos autores conocidos por su aonidad con el olósofo ale‰9nU Ale„andro orn Ê*odolfo *ivarola¡ A‰bos ‰anioestan sus preocupaciones ético-pol€ticas en relación con las cuales suelen ‰encionar el no‰bre de ant¡ Sin e‰ -bargo, ni el pri‰ero, ¦uien onal‰ente se convertir9 en uno de los princi-pales cr€ticos del positivis‰o Ê defensor del kantis‰o, ni el segundo, un intelectual ‰9s co‰pro‰etido con el proÊecto Ê la l€nea de la *bÇ´¼8, e‰banderan la causa ético-pol€tica con la ogura de ant¡ Un buen e„e‰plo de ello lo ofrece orn, cuando, en 191·, |aciendo un repaso por la o lo-sof€a conte‰por9nea aor‰a la persistencia, aun en el universo do‰inado por la ciencia, de una necesidad |u‰ana de generaliÍaciones abstractas, de preguntas ‰etaf€sicas¡ Ante el ‰ecanicis‰o eÉtre‰o, el futuro decano de la acultad de ilosof€a Êetras feste„a lo ¦ue considera una reciente vuelta de la ‰irada olosóoca |acia el al‰a co‰o portadora de una « espontanei-dad creadora¬, ¦ue ani‰a la vida, Ê el |ec|o de ¦ue all€ se recurra o nal-‰ente a la ‰etaf€sica¡ A|ora bien, esa vuelta de la ‰irada no es para él, sin e‰bargo, un regreso a ant¡ SegÂn orn, son otros los no‰bres ¦ue, percibe, co‰ienÍan a sonar cuando se ve agotada la solución positivistaU son 2erlaine, en poes€a, Anatole rance, en prosa, ÊietÍsc|e en ilosof€a¡9

En el caso de Ingenieros la posición puede resultar aÂn ‰9s a‰biguaU él insiste en denunciar el «dog‰atis‰o¬ de la olosof€a kantiana, pero lo proble‰9tico de ese dog‰atis‰o radica, a su „uicio, en ¦ue éste se utiliÍa para co‰batir la ‰etaf€sica Ê con ello la olosof€a ‰is‰a¡ Ingenieros sale

rec|aÍo de Ingenieros a la lla‰ada Escuela l9sica de derec|o penal, ¦ue reto‰a alguna conceptualiÍación kantiana¡ Al reconocer ¦ue ése es un 9‰bito de interés de Ingenieros, parece ‰9s productivo |ablar de sus diferencias con las derivas de la

olosof€a kantiana en nuestro ‰edio ¦ue de sus diferencias con la olosof€a kantiana

‰is‰a¡ Sobre las lecturas de ant entre los representantes locales de la Escuela

l9sica se puede consultar el traba„oU,|o‰as Duve, «¨Del absolutis‰o ilustrado al liberalis‰o refor‰ista§a recepción del ódigo (enal b9varo de 1g1½ de (¡ J¡ A¡ von

euerbac| en Argentina Ê el debate sobre la refor‰a del derec|o penal |asta 1921¬, en *bÇ´¼8Yb´¼±8Yb†b±bO|, n‰¡ 2·, Buenos Aires, 1999, pp¡ 125-152¡

9 Ale„andro orn, «orrientes de la olosof€a conte‰por9nea¬, en *bÇ´¼8Ybo†´n€8¡

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en defensa de la olosof€a nada ‰9s Ê nada ‰enos ¦ue contra ant¡10(ero

al elaborar esa defensa nuestro autor se vale de una nueva deonición de olosof€a e, incluso, de ‰etaf€sica¡ Ingenieros |abla, desde el pri‰er n -‰ero de la *bÇ´¼8, de «olosof€a cient€oca¬, ése es el nuevo no‰bre de la olosof€a Ê de la *bÇ´¼8, su órgano de difusión¡11

as particularidades ¦ue se le atribuÊen a esta nueva olosof€a supo-nen una deonición de «raÍón¬ diferente en todo a la kantiana, ʦue, por lo tanto, no puede ser co‰prendida sobre la ‰atriÍ de a¦uel pensa‰iento, co‰o sugiere la lectura de Dotti al denunciar la inco|erencia de Ingenie-ros¡ Esta‰os, en ca‰bio, ante una deonición estricta‰ente biológica de una raÍón ¦ue, por lo tanto, presenta una constitución Ê unas funciones €nti‰a‰ente ligadas al ‰undo de la eÉperiencia¡ En el ‰odelo de Inge-nieros, la apuesta a redeonir la raÍón va aco‰paŽada de la posibilidad de redeonir ta‰bién la ‰etaf€sica¡12

o ¦ue vuelve lla‰ativa Ê provocativa la posición de Ingenieros es su voluntad de ‰antener, contra el ale‰9n, el no‰bre de «‰etaf€sica¬, al otorgar, no obstante, un nuevo sentido al concepto¡ En general, Ingenie-ros e¦uipara «‰etaf€sica¬ con «olosof€a¬, Ê a‰bos conceptos son utiliÍ a-dos indistinta‰ente para dar cuenta de ideas ¦ue no est9n atadas direc-ta‰ente a la eÉperiencia, aun¦ue per‰aneÍcan ligados a ella¡,al co‰o lo percibe Ingenieros, el proble‰a ¦ue presenta la olosof€a kantiana es la separación anal€tica de dos ‰undos, el de la ciencia Ê el de la raÍón pr9 cti-ca¡ En contraposición, la virtud de la nueva ‰irada es la reconciliación de

10 A „uicio de Dotti, se observa a¦u€ una i‰portante inconsistencia en el propio discurso

de Ingenieros¡a cr€tica de Ingenieros a ant ser€a, para él, «una ob„eción singular, si nos atene‰os a las continuas polé‰icas ¦ue el pensador argentino |a ‰antenido contra lo ¦ue consideraba divagaciones ‰etaf€sicas¬, Dotti, œ¡O¼¡, p¡ 1½g¡ Sin e‰ bar-go, co‰o sugeri‰os en lo ¦ue sigue, no esta‰os de acuerdo con la lectura de Dotti¡

11 José Ingenieros, ž«a Dirección¬Ÿ, «(ara una olosof€a argentina¬, en *bÇ´¼8Ybo†´

-n€8¡Á†¼Á±8VObŒO8´ÊbYÁO8O‘Œ, Buenos Aires, aŽo 1, n‰s¡ 1-½, 1915, p¡½¡

12 Sobre este te‰a se puede consultar el traba„o de Ana ar€a ,alak, «El proble‰a de la

conciencia en los pri‰eros desarrollos de acadé‰icos de la psicolog€a en ArgentinaU

José Ingenieros¬, en Á8Yb±Œ´YbbÁ±œ´O†t€8, vol¡ 1, n‰¡ 2, 2Îη, pp¡ 1½ 9-1s9¡

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a‰bos ‰undos ba„o el do‰inio del pri‰ero, lo ¦ue conlleva i‰portantes consecuencias en el ca‰po de la olosof€a pr9ctica¡

a cuestión, entonces, es có‰o pensar la olosof€a luego de la aor‰ a-ción, sin retorno, del do‰inio de la racionalidad biologicista¡a solución aparece de la ‰ano de la «olosof€a cient€oca¬U una olosof€a ¦ue niega la po-sibilidad de reconocer algÂn 9‰bito de reqeÉión independiente respecto de la eÉperiencia, ¦ue co‰bate con ello, segÂn sus pretensiones, todo in-tento de dog‰atis‰o¹aprioris‰o¡ En ese ‰arco se postula una nueva ‰ e-taf€sicaU la «‰etaf€sica de la eÉperiencia¬, con |ipótesis «ineÉperienciales¬, pero atadas a la eÉperiencia¡ As€ lo sostiene Ingenieros en el art€culo ¦ue abre el pri‰er n‰ero de la *bÇ´¼8¡ Al deonir esta nueva olosof€a diceU

si a sus proble‰as Ê cuestiones se conserva el no‰bre de ‰etaf€sica, la

olosof€a cient€oca aspira a constituirse co‰o una pura Ê si‰ple ‰etaf€sica

de la eÉperiencia¡KhLas conclusiones ‰9s generales de la eÉperiencia

cient€oca son la pre‰isa natural de toda elaboración olosóoca¶ los datos de

las ciencias f€sicas, biológicas Ê sociales nos per‰itir9n trans‰utar

radical-‰ente los géneros cl9sicos de la olosof€a¡13

En tér‰inos de Ingenieros, la olosof€a deone los «ideales¬, «faros de toda evolución cultural¬, «anticipaciones |ipotéticas sobre los resultados de la eÉperiencia venidera, tanto ‰9s leg€ti‰os Ê eocaces cuanto ‰aÊor es su funda‰ento presente¬¡14a olosof€a aparece ante el l€‰ite de la eÉ

-perienciaU cuando las ciencias no llegan a eÉplicar algo se recurre a las |ipótesis, ¦ue son eÉplicaciones ¦ue no se derivan directa‰ente de la eÉperiencia, aun¦ue ta‰poco la contradigan¡o sólo no |aÊ ene‰istad entre olosof€a Ê ciencia, sino ¦ue las posibilidades ‰is‰as de la olosof€a se derivan de su v€nculo con la eÉperiencia¡ Si bien se aor‰a ¦ue la olosof€a est9 atada al grado de desarrollo de la eÉperiencia, esto es, ¦ue su raÍón de ser es dar cuenta de a¦uello ¦ue la eÉperiencia no alcanÍa, enseguida se advierte ¦ue la i‰posibilidad de contradecir la eÉperiencia es, dic|a positiva‰ente, una condición de la olosof€a¡uanto ‰aÊor eÉperiencia

13 Ingenieros, œ¡O¼¡, p¡½¡ 14 FY¡, p¡

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|aÊa, ‰9s precisión |abr9 en los desarrollos de la olosof€a Ê ‰aÊor fe-cundidad para la olosof€a, ¦ue podr9«conocer ‰e„or a la |u‰anidad Ê al ‰undo en el ¦ue ella vive, para inducir orientaciones propicias a su propio bienestar¬¡15

Ese es el ob„etivo ¦ue recorre todos los art€culos de la *bÇ´¼8, la relación ciencia-‰oral-bienestar¡ Alfredo erreira, por e„e‰plo, en un ar-t€culo de 191g, se ocupa ta‰bién de la cuestión, vincula la intro‰isión de la ciencia en cuestiones ‰orales con el antidog‰atis‰o¡ All€erreira, preocupado por «la educación ‰oral¬, destaca la utilidad ¦ue i‰plica la ciencia para el desarrollo de la ‰oralU«la ciencia e‰pu„a al |o‰bre a con-¦uistar su propio destino, robusteciendo su poder¡os ‰uestra el radio de lo conocido Ê el ‰aÊor |oriÍonte de lo desconocido, i‰pregn9ndonos de ‰odestia, pero no de escepticis‰o¬¡16 Al |acerlo, la ciencia ata la ‰oral

a la eÉperiencia, de„a de lado las abstracciones co‰o fuente de sentido de ese 9‰bito Ê desconoce con ello cual¦uier pretensión de postulados ‰orales absolutosU«nuestro sentido Ê conciencia ‰oral KhL es relativa Ê ‰odiocable biológica Ê social‰ente¬¡17

a ‰oral, de esta ‰anera, se construÊe Ê se ‰odioca constante‰ente en función de las ideas Ê los descubri‰ientos de su tie‰po¡ Sin e‰bargo, aun¦ue en el nivel de contenido ‰oral no |aÊa principios irrefutables, por¦ue la eÉperiencia se encarga de actualiÍarlos per‰anente‰ente, en tér‰inos for‰ales, parece |aberse llegado a un estadio cul‰inante del ‰is‰o proceso evolutivo naturalU el desarrollo alcanÍado por una racio-nalidad ¦ue es antes ¦ue nada cientiocista, |ace ¦ue todo precepto ‰oral deba estar atado a la eÉperiencia, una eÉperiencia ¦ue se construÊe por el cruce de aspectos biológicos Ê sociales¡as condiciones for‰ales se traducen, onal‰ente, en postulados deter‰inantes para pensar el conte-nido ‰oralU«el libre albedr€o Kdice, valiéndose de uno de los ‰odos ‰9s usuales a¦u€ de no‰brar la libertad individualL es una ilusión sub„etiva¡ El

15 FY¡, p¡¸¡

16 Alfredo erreira, «Direcciones para la educación ‰oral¬, en *bÇ´¼8Ybo†´n€8¡Á†

-¼Á±8VObŒO8´ÊbYÁO8O‘Œ, Buenos Aires, aŽo s, n‰s¡ 1-½, 191g, p¡g½¡

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|o‰bre est9 deter‰inado por el te‰pera‰ento |eredado Ê ad¦uirido Ê por el ‰edio f€sico Ê social, en el cual actÂa, resultado a su turno de a‰ -bientes anteriores¬¡18

Si bien el contenido de la ‰oral es ca‰biante, su dependencia respec-to de la eÉperiencia ofrece, en la argu‰entación de erreira, otro ele‰ento a favor de esta nueva racionalidadU la ‰oral ¦ue se desprende de la eÉ perien-cia es susceptible de ser respetada porque se deriva de necesidades reales antes que de abstracciones¡a cita que introduce de Bert|elot, un qu€‰ico francés conte‰por9neo, es ‰uÊ elocuenteU

el |9bito de observar Ê raÍonar sobre las cosas¶ el inquebrantable respeto de la verdad Ê la obligación de inclinarse sie‰pre ante las leÊes necesarias del ‰undo eÉterno, i‰pri‰en en el esp€ritu un sello indelebleU al respetar las leÊes de la sociedad al igual que las de la naturaleÍa Ê a concebir el derec|o de los otros Ê el respeto que se les debe, co‰o una ‰is‰a for‰a del propio derec|o Ê la propia independencia personal¡19

***

a percepción de un déocit en las ciencias naturales, en lo que |ace a las posibilidades de ofrecer |erra‰ientas para la reqeÉión Ê la deonición de la ética Ê la pol€tica, es el aspecto ‰9s destacado de los debates intelectuales del ‰o‰ento Ê uno de los te‰as ‰9s recurrente en las p9ginas de la *b

-Ç´¼8¡ Esto nos sitÂa ante una nueva cuestiónU qué lugar ocupan la olosof€a Ê las |u‰anidades, a|ora co‰prendidas en un sentido novedoso, en el concierto general de las ciencias Ê có‰o se concibe la convivencia entre a‰bos saberes en el ‰arco general de la Universidad¡

Sobre este punto es i‰portante tener presente el libro de ristina er-n9ndeÍ, ´cŒtbŒb±´Ê†´´8Fb±b´‰Yb±Œ´¡ En él presenta una serie de proble‰as que parecen centrales a la |ora de considerar el lugar otorga-do a la olosof€a en el panora‰a de las ciencias, Ê que resu‰en los debates

18 FY¡, pp¡ 91 Ê 92¡ 19 FY¡, p¡gs¡

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que se suscitaban en las p9ginas de la *bÇ´¼8U el de la especialiÍación, el de la utilidad o el interés que subÊace en el conoci‰iento, Ê el de la «pro fe-sionaliÍación¬¡,res cuestiones que, si bien pueden analiÍarse de ‰anera deslindada, se ligan €nti‰a‰ente¡a cr€tica a la especialiÍación, que carac-teriÍar€a los Âlti‰os desarrollos en el ca‰po del conoci‰iento, se asienta en pri‰er lugar, en el |ec|o de que ésta quita centralidad a las ciencias naturales Ê las desconoce co‰o base obligada de todo conoci‰iento po-sible Ê, por otra parte, en la visualiÍación del escaso lugar que poseen, de |ec|o, los saberes |u‰anistas en la for‰ación general de los cient€ocos Ê de los profesionales¡20 De la ‰ano de esta cr€tica a la frag‰entación de

la ciencia, que ‰uc|as veces se presenta co‰o cr€tica a la transfor‰ación de la ciencia en técnica, se denuncia el |ec|o de que el ‰óvil para el progreso de los saberes especialiÍados no es la contribución al desarrollo del conoci‰iento en general o de la cultura en particular, sino el privilegio de los intereses particulares de los individuos o grupos que los fo‰entan¡ A su veÍ, a‰bas deociencias se ligan con una tercera que se deone co‰o la «profesionaliÍación de los saberes¬¡ Estas ciencias co‰parti‰entadas, desplegadas por individuos que sólo persiguen al practicarlas una utili-dad precisa Ê personal, conducen a la conoguración de un ‰odelo de cien t€oco diverso, al que se defend€a dentro de los grupos consagrados |is tórica‰ente a estas tareasU el profesional¡a cuestión de la profesio-naliÍación ser9 un te‰a ‰uÊ recurrente al intentar plantear el papel de la Universidad¡(ara los autores que intervienen en la *bÇ´¼8, en referencia a este te‰a se su‰an dos ele‰entos a considerar Ê resolverU por una parte, el escaso lugar otorgado a las |u‰anidades |asta la fec|a, quiÍ9 por el efecto ‰is‰o que tuvieron sobre la Universidad la i‰agen de la ciencia Ê el progreso que fo‰entaba el positivis‰o, del cual, Êa lo sabe‰os, no reniegan¡5 por la otra, las condiciones actuales de la co‰posición social del pa€s, que |an |ec|o que la Universidad se transfor‰e en un espacio

20 Esta cr€tica puede verse con detalle en el traba„o de Ingenieros, «a olosof€a cient€oca

en la organiÍación de las universidades¬, escrito en 1915 para el II ongreso ient€oco

(ana‰ericano Ê publicado en 191¸ en la *bÇ´¼8, en el que se destaca, pri‰ero, el car9cter cient€oco de la olosof€a Ê, por tanto, su vinculación con las ciencias naturales,

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de for‰ación de profesionales en diversas ‰aterias Ê|abilidades, al des-cuidar su rol de generadora de conoci‰ientos¡21

Son varios los art€culos que eÉpresan este aspecto de las deoniciones¡ As€ lo |ace el traba„o de Alfredo ol‰o de 1915U con el ob„eto de analiÍar en qué ‰edida la olosof€a |a sido considerada en los planes de estudio de la educación oocial en Argentina, ol‰o cuestiona dura‰ente el des-plaÍa‰iento de la for‰ación olosóoca, en virtud de la i‰posición de una racionalidad atenta sólo a saberes derivados de las ciencias psicof€sicas¡ Discute lo que lla‰a «la apoteosis de lo relativo Êonito¬, «lo eÉcesivo de la reacción psicof€sica que pretendió reducirlo todo a |ec|os Ê a factores espec€ocos¬,22 que |a ido ‰9s all9 del 9‰bito acotado a la producción de

ciertos saberes para instalarse co‰o paradig‰a de la for‰ación de los |o‰bres o individuos, Ê recla‰a, ante ello, una enseŽanÍa olosóoca que ofreÍca a los „óvenes una cultura general, capaÍ de e‰beberlos de « princi-pios superiores¬Ê ale„arlos del «e‰piris‰o frag‰entario¬¡23

En un sentido si‰ilar se eÉpresa Ingenieros en «a olosof€a cient€o -ca en la organiÍación de las universidades¬, de 191¸, en el que deoende la necesidad de que las universidades estén organiÍadas con base en un «siste‰a de ideas generales¬, cient€oco Ê a‰ericano, que coordine las

acti-21 Se observa aqu€, segÂn parece una cr€tica velada al escaso reconoci‰iento que ten€a

la acultad de ilosof€a Êetras, fundada en 1g9¸, quiÍ9 en algÂn sentido que aÂn no |e‰os indagado, a su perol teórico-pol€tico¡ SegÂn (ablo Buc|binder «la crisis cultural de on de siglo¶ la necesidad creciente de diferenciar la pr9ctica de las |

u-‰a nidades de otro tipo de profesiones Ê fortalecer, en consecuencia, el rol de las instituciones culturales¶ la necesidad de ­espiritualiÍar® la sociedad a partir, entre otras ‰edidas, de la transfor‰ación de su siste‰a educativo, constituÊen entonces el ‰arco en el que fue onal‰ente decidida, por el (oder E„ecutivo, la creación de la acultad de ilosof€a Êetras de la Universidad acional de Buenos Aires¬¡(ablo Buc|binder, ´¼±8Yb†88OÁ†¼8YYb†´n€8Êb¼±8´¡-ŒÇb±´Y8YYb ÁbŒ´ ϱb´, Buenos Aires, Eudeba, 199·, p¡ 2·¡

22 Alfredo ol‰o ž1915Ÿ, «os estudios olosóocos en nuestra enseŽanÍa oocial¬, en

*bÇ´¼8Ybo†´n€8¡Á†¼Á±8VObŒO8´ÊbYÁO8O‘Œ, Buenos Aires, aŽo 1, n‰s¡½-s, 1915, p¡ 2¸¡

23 Aclara‰os aqu€ que ol‰o distingue la for‰ación olosóoca de la for‰ación de o

ló-sofos, en el pri‰er caso, se trata de un aporte tendiente a instruir a los „óvenes de

«principios superiores¬ que sustenten una cultura general, ‰ientras que la for‰ación de olósofos supone el traba„o con los resultados de las diversas ciencias¡

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vidades que all€ se desarrollen Ê que posibilite el cu‰pli‰iento de su fun-ción prioritariaU la organiÍación de la cultura al servicio de la sociedad¡24a

atención que ol‰o destinaba al peligro de la especialiÍación, Ingenieros la dirige |acia los riesgos del dog‰atis‰o ciego en la cultura de su tie‰ -po¡ Desde all€ deter‰ina cu9l es el sentido de la universidad Ê sus saberes¡ Destaca una Ê otra veÍ la actualidad de aquella «olosof€a cient€oca¬ a la que nos referi‰os arriba¶ es este saber atado a la eÉperiencia Ê, por lo tanto, atento a un ‰étodo cient€oco Ê a un conteÉto que le ofrece el ‰aterial de estudio, el que debe proporcionar los ele‰entos para el desarrollo de un «siste‰a de ideas generales¬, que oriente «la co‰Ân sabidur€a de su época¬¡25

a causa de la ausencia actual de ese «siste‰a de ideas generales¬, Ingenieros la encuentra, precisa‰ente, en uno de los aspectos en que, sin e‰bargo, ‰9s |a progresado la universidad en los Âlti‰os tie‰pos, la for‰ación de profesionales¡ En ésta no |aÊ nada que propia‰ente per‰ i-ta agrupar las diversas 9reas de for‰ación con una Ânica Ê actual noción de «universidad¬¡ Sólo sobre la base de un siste‰a general de ideas, dice, puede |acerse real el papel que le cabe a la universidad en la sociedad¡

Desde la persistente insistencia en la necesidad de deonir la universi-dad en función del do‰inio de la ciencia —el siste‰a general de ideas en el que estar€a pensando— Ê de la atención a las particularidades del a‰ -biente —una universidad cient€oca Ê a‰ericana—, propone all€ un plan de organiÍación de la universidad tendiente a cu‰plir el ob„etivoU las faculta-des deber€an cubrir la for‰ación profesional, en tanto que la universidad deber€a encargarse de la for‰ación general¡«as acultades preparar€an técnicos en un do‰inio especial¶ la Universidad, los |o‰bres de ciencia sólida‰ente preparados por una cultura general en las otras disciplinas cient€ocas¬¡ A|ora bien, en esa distribución de tareas e incu‰bencias se destaca la acultad de «iencias orales¬, de «u‰anidades¬ o de «

ilo-24 José Ingenieros, «a olosof€a cient€oca en la organiÍación de las universidades¬, en

*bÇ´¼8Ybo†´n€8¡Á†¼Á±8VObŒO8´ÊbYÁO8O‘Œ, Buenos Aires, aŽo 2, n‰s¡ 1-½, 191¸, p¡ 2gg¡

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sof€a Êetras¬¡ Sobre ésta, a pesar de ser una facultad, recaen, a su „uicio, funciones generalesU las facultades de olosof€a deber€an ser «organis‰os destinados a las s€ntesis de las ideas generales que eÉceden los do‰inios particulares de cada acultad profesional¬¶26 sobre ella recae la for‰ación

de «doctores¬¡o obstante, Ê de acuerdo con la deonición de olosof€a que ensaÊ9ba‰os arriba, la olosof€a no se reduce a una ‰irada sintetiÍ a-dora que unioca lo diverso, sino que ella ‰is‰a se nutrir€a de lo diverso¡ os estudios de olosof€a, dice Ingenieros co‰pletando el plan, deber€an cursarse en las distintas facultades cient€ocas žciencias f€sico-‰ate‰9ticas, „ur€dico-sociales, ‰édico-biológicas, etc¡Ÿ, aunque all€ los alu‰nos de o -losof€a deber€an acceder, no a los conoci‰ientos en detalle, sino a los grandes resultados de las ciencias¡on este plan, asegura Ingenieros, «se enseŽar€a, de esa ‰anera, a ‰irar la realidad, Ê a inferir los posibles perfec-ciona‰ientos de la adaptación de la vida |u‰ana a la naturaleÍa, |aciendo traba„ar la i‰aginación sobre la base de la eÉperiencia¬¡27

A la preocupación teórica anterior, por deonir un ca‰po propio del pensar olosóoco que quedara contenido en el ‰arco episte‰ológico de las ciencias naturales, asegurado contra el dog‰atis‰o Ê la abstracción, se le su‰a ta‰bién la necesidad de recla‰ar un ca‰po espec€oco, aunque general, para este pensa‰iento¡ De este ‰odo, se protege a la olosof€a de algunas ‰anifestaciones del saber Ê de la cultura, que se evidencian atadas a los avatares Ê condiciones de las nuevas for‰as de interca‰bio cultural i‰puestas por el nuevo escenario social Ê econó‰ico¡ Antes sólo pod€a‰os ‰antener la olosof€a si la reconoc€a‰os devota a la ciencia, a| o-ra, da‰os un paso ‰9s Ê reconoce‰os que, as€ constreŽida, recla‰a un resquicio de autono‰€a ante las nuevas connotaciones e i‰plicaciones del «saber¬¡

26 FY¡, p¡½Îs¡

27 O¡O¼¡Estas deoniciones se diferencian de la propuesta de *icardo *o„as, para quien

|abr€a una desigualdad bastante ‰9s ‰arcada entre las ciencias Ê las |u‰anidades, Ê

en la que las ciencias se ocupan de cuestiones universales en tanto que las |u‰ anida-des deben atender a proble‰9ticas estricta‰ente nacionales¡¡ristina ern9ndeÍ,

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***

Si en algo se cifra el recla‰o por el reaco‰odo de las |u‰anidades en el concierto general de las ciencias Ê de las disciplinas universitarias, ello es „usta‰ente la productividad pr9ctica que se les reconoce¡ A pesar de |ablarse de «‰etaf€sica¬, la olosof€a, tal co‰o la presentan en la *bÇ´¼8, no recla‰a para s€ el lugar del conoci‰iento abstracto, ni en su origen, ni en su sentido¡a olosof€a es sie‰pre un saber ligado con una utilidad precisa, aunque general¡

En un conteÉto signado por la ‰oderniÍación, por el do‰inio de la técnica Ê de los saberes especialiÍados, los intelectuales agrupados en torno a este proÊecto dicen advertir las debilidades de las ciencias para |acer frente a las proble‰9ticas éticas Ê pol€ticas que se desprend€an del nuevo escenario social¡28 El panora‰a pol€tico |ab€a ca‰biado Ê en el „

ui-cio cr€tico que dirigen a la de‰ocracia naciente, denuncian el do‰inio de la individualidad Ê la necesidad de elaborar un referente si‰bólico sobre el cual asentar la nacionalidad¡a utilidad social de los saberes |u‰anistas viene a presentarse con absoluta contundenciaU a ellos les cabe el traba-„o coordinado con las ciencias para descubrir los rasgos particulares del pueblo argentino —rasgos que la ‰is‰a eÉperiencia ‰uestra— para luego elaborar sobre éstos un ideal, algo que se conogura gracias a la eÉ perien-cia, pero que la eÉcede Ê que es condición de futuro¡ Aqu€ radica lo que Ingenieros deno‰ina «utilidad ‰oral¬ de la olosof€a¡29

A|ora bien, esa utilidad ‰oral, que Êa le asignaba un i‰portante car9cter pr9ctico, enseguida se co‰bina con una utilidad pol€tica¡ As€ se eÉpresan, entre otros, *odolfo *ivarola, Juan |iabra Ê José Ingenieros, al evidenciar una per‰anente necesidad de referirse al v€nculo o a la utili-dad de la olosof€a para con la pol€tica, pero funda‰ental‰ente para con el siste‰a pol€tico de‰ocr9tico¡ De cara ante las transfor‰aciones que

28 Una buena descripción de este conteÉto argentino Ê de la posición general que

adquieren los intelectuales ante el ‰is‰o puede leerse en el traba„o de José uis

*o‰ero, †Yb´8±±††Yb†8´Yb8´bŒ†8´ObY8Y8±tbŒ¼Œ8Yb†´t†XX, Buenos Aires, A-7, 199g¡

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se viv€an en Argentina por ese entonces, los autores se autoasignan un lugar prioritario en la dirección de la de‰ocracia, desplaÍan con ello tanto eÉpresiones no de‰ocr9ticas co‰o ‰iradas ingenuas Ê entusiastas acerca del ‰odelo¡os ate‰oriÍa que el gobierno quede en ‰anos de individuos sin preparación, sin conoci‰ientos, sin esa cultura que, dec€a Ingenieros, ofrece la for‰ación olosóoca¡ El peligro ‰aÊor de una repÂblica, aor‰a *ivarola, es «el de entregar el destino co‰Ân a la inspiración de si‰pat€as populares que pueden favorecer a quienes carecen de educación personal suociente para el gobierno¬¡30a ilustración se vuelve entonces condición

del e„ercicio de la de‰ocracia¡

Entre el dog‰atis‰o Ê la ignorancia, sus dos ene‰igos, los autores de la *bÇ´¼8 intentan pensar en la de‰ocracia¡ Una sutil pero per‰anente a‰bigÄedad se de„a ver en torno a la valoración de este siste‰a de gobier-no, Ê se insiste en la visualiÍación del peligro que i‰plica el poder puesto en ‰anos de quienes no cuentan con los conoci‰ientos suocientes ni para elegir gobernantes, ni para gobernar¡o se censura la de‰ocracia en s€‰is‰a, se cuestiona ta„ante‰ente su independencia respecto del saber¡ *ivarola es claro al plantear el €nti‰o v€nculo que liga a la olosof€a con la de‰ocraciaU no son lo ‰is‰o pero deben darse la ‰ano¡a olosof€a, dice, se ale„a de la pol€tica en la negación de la infalibilidad, porque la pol€tica requiere de ideas or‰es, que se eÉtraen, no obstante, de la olosof€a¡ Sin esas ideas la pol€tica se ‰alogra, no la gu€a un ob„etivo claro Ê co‰Ân, Ê sin ideas con base olosóoca, no la gu€a un ob„etivo real¡31a olosof€a, en

ca‰bio, con el ‰odelo que rige aqu€, se a‰para en la contingencia¡ Algo si‰ilar plantean Juan |iabra Ê Ernesto elson¡ El pri‰ero sos-tiene que a|ora ‰9s que nunca le cabe un rol central a la olosof€a en la

30 *odolfo *ivarola, «a actualidad pol€tica Ê los estudios de la acultad de ilosof€a Ê

etras¬, en *bÇ´¼8Ybo†´n€8¡Á†¼Á±8VObŒO8´ÊbYÁO8O‘Œ, Buenos Aires, aŽo ½, n‰s¡ 1-½, 191·, p¡½sΡ

31 n±¡FY¡, p¡½1sÊ*ivarola, «ilosof€a, pol€tica Ê Educación¬, en *bÇ´¼8Ybo†´n€8¡

Á†¼Á±8VObŒO8´ÊbYÁO8O‘Œ, Buenos Aires, aŽo 1, n‰s¡ 1-½, 1915, p¡½9¡ Es inte-re sante observar aqu€ la eÉpresión de aquello que plante9ba‰os en un principio respecto de la olosof€aU lo que da realidad a la pol€tica es su v€nculo con la olosof€a¶

ésta, concebida con el ta‰iÍ de las ciencias, aporta la eÉperiencia¡a olosof€a no es la que ofrece los ideales persistentes que ta‰bién |acen, sin e‰bargo, a la pol€tica¡

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pol€ticaU tiene que for‰ar a un pueblo que aÂn no est9 preparado para el e„ercicio de la de‰ocracia¡(ara él, la olosof€a Ê la ciencia se dan la ‰ano para oponerse a los pre„uicios Ê ser condición de posibilidad de la de‰ o-cracia¡a oposición a los saberes no sustentados en la eÉperiencia es, de acuerdo con su ‰irada, la base de una posible realiÍación o ‰ anifesta-ción del «senti‰iento de rectitud¬, propio de los |o‰bres, sobre el que se asienta la idea ‰is‰a de de‰ocracia¡(ara él «la ciencia representa la destrucción pac€oca pero segura del pre„uicio¬¡32a destrucción del pre-„uicio es tarea eÉclusiva de lo que lla‰a la «dirigencia cultural¬U el grupo de |o‰bres educados en el olegio acional, que deben tener un lugar en la acultad de ilosof€a Êetras, Ê que son diferentes de los «traba„ ado-res¬ que no poseen una cultura que los prepare «para el e„ercicio de las funciones directivas ‰9s altas¬¡33on lo cual, la dirigencia cultural trocar€a

sin inconveniente en dirigencia pol€tica¡

elson por su parte, en contra del «escolasticis‰o reinante en A‰ é-rica¬, rescata el ‰odelo prag‰atista de DeÈeÊÊ vuelve a aor‰ar, desde all€, la oliación entre eÉperiencia e inteligencia¡ Esa oliación es, una veÍ ‰9s, |abilitadora de una pol€tica de‰ocr9tica¡ En el ‰edio, entre la eÉ pe-riencia Ê la inteligencia por un lado Ê la de‰ocracia por el otro, se aor‰a la necesidad de un «pensa‰iento propio¬, algo que le falta a A‰érica por los pre„uicios ‰is‰os entre los que vive¡ Al a‰pliar, en co‰paración con |iabra, el universo social del e„ercicio de la de‰ocracia, elson eÉalta, valiéndose del olósofo nortea‰ericano, el rol de la educaciónU es ésta, al fo‰entar la curiosidad Ê la observación, la que ale„a la violencia que contiene toda autocracia¡ En el e„ercicio de la de‰ocracia con base en el saber cient€oco no podr€an ‰anifestarse li‰itaciones sociales, si todos son so‰etidos al ‰is‰o proceso de educación, todos deber€an ser su„ e-tos pol€ticos con igual legiti‰idad¡ En ese ‰odelo, son sólo raÍones de orden pr9ctico las que obligan a ‰antener, te‰poral‰ente, una deli‰

ita-32 Juan |iabra, «unción de las facultades de olosof€a en la cultura superior¬, en *bÇ´¼8

Ybo†´n€8¡Á†¼Á±8VObŒO8´ÊbYÁO8O‘Œ, Buenos Aires, aŽo 1, n‰s¡ 1-½, 1915, p¡

1·2¡

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ción si‰bólicaU«la vida social, la civiliÍación, es un perpetuo eÉperi‰ento que recla‰a el tributo de la inteligencia |u‰ana para ‰e„orar la vida Ê la conducta a la luÍ de la eÉperiencia acu‰ulada¬¡34

***

En la propuesta de la *bÇ´¼8, en el conteÉto de la disputa por el do‰inio del ca‰po olosóoco a principios del siglo XX, se advierte que la deonición de la olosof€a que proponen sus autores, en ar‰on€a con una concepción del saber en la que do‰inaba el ‰odelo de las ciencias biológicas, pod€a traducir-se ta‰bién en for‰ulaciones pol€ticas¡ En pri‰er lugar, pudi‰os ver que ‰9s que un quiebre con un ‰odelo positivista, la *bÇ´¼8 sugiere cierta continuidad atravesada por la necesidad de adaptación de aquel esque-‰a a un nuevo lengua„e Ê a nuevas proble‰9ticas¡ A|ora bien, el des-pliegue de los otros ele‰entos nos per‰ite sugerir que las raÍones de ese reposiciona‰iento Ê de esa preocupación por ganar el do‰inio del ca‰po de la olosof€a —en el que aÂn no |ab€an participado los lla‰ados «positivistas¬— estriban en raÍones de orden ‰9s pr9ctico que teórico¡ De esta ‰anera, si en la distancia del ‰odelo kantiano pueden recono-cerse algunas i‰perfecciones teóricas Ê alguna falta de co|erencia, éstas pueden eÉplicarse al considerar el escenario en el que se despliegan sus argu‰entaciones¡ Si en el v€nculo entre ciencia ʉetaf€sica aparec€a un ‰alestar, ligado a la falta de claridad teórica en la pretendida conciliación entre los tér‰inos, reconoce‰os aqu€ las raÍones que eÉplican la voluntad de ligarlosU|ab€a que dirigir la cultura para dirigir la pol€tica, Ê en la direc-ción de la cultura se ‰ed€an algunas fuerÍas en conqicto¡ El ‰alestar que generaba el desarrollo tecnológico Ê los ca‰bios econó‰icos Ê sociales eran co‰partidos por un a‰plio sector de los intelectuales Ê escritores de entonces, pero al interior de ese grupo, las posiciones eran variadas Ê se aviÍoraba el predo‰inio de un discurso que se enfrentaba con esos datos de lo real, en virtud del sosteni‰iento de ideales ‰anioesta‰ente

conser-34 Ernesto elson, «unción de las doctrinas olosóocas en la vida social¬, en *bÇ´¼8Yb

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vadores¡os autores de la *bÇ´¼8 encuentran, en ca‰bio, en la olosof€a cient€oca una |erra‰ienta que, sin renegar del progreso Ê de los ca‰bios, puede pensar ‰9s all9 de lo que éstos i‰ponen¡5 la preocupación por la cultura, por la difusión de la cultura, Ê por el v€nculo entre ésta Ê la de-‰ocracia |abla ta‰bién del ‰odo en que se co‰pro‰et€an tanto con el saber, co‰o con las transfor‰aciones ‰9s estructurales¡

a *bÇ´¼8 da cuenta de una disputa en la universidad Ê en el ca‰po de la cultura en general, en un espacio que viv€a ‰uÊ de cerca las transfor-‰aciones sociales de los Âlti‰os aŽos¡ Se trataba de una universidad que abandonaba su car9cter elitista para a‰pliar su ca‰po de legiti‰ación, al incluir a diferentes sectores que avanÍaban sobre el do‰inio del espacio cultural Ê econó‰ico¡ Ante la a‰pliación del universo universitario Ê cul-tural, ante la eÉpansión Ê la apertura de la accesibilidad a la cultura Ê ante la transfor‰ación de los par9‰etros de valoración de esas eÉpresiones, el grupo de intelectuales, Êa legiti‰ados por el do‰inio de la ciencia, in-tentaba ‰antener la |ege‰on€a Ê encontraba en la antigua i‰agen de la olosof€a, co‰o ‰adre de las ciencias, una posibilidad relativa‰ente viable que, no obstante, recla‰aba algunos a„ustes¡ En el conteÉto de una facul-tad en la que ten€an i‰portante incidencia, pod€an recla‰ar la centralidad del saber olosóoco, cuÊo do‰inio aÂn no estaba puesto en disputa pero que se les aparec€a co‰o una poderosa |erra‰ienta de supervivencia¡35

Esta deonición de olosof€a Ê este pretendido do‰inio en la acade‰ia Ê la cultura se |acen aÂn ‰9s evidentes en sus reqeÉiones en torno a la pol€tica Ê a la de‰ocracia, Ê en el |ec|o ‰is‰o de que estas reqeÉiones tengan efectiva‰ente lugar en la *bÇ´¼8¡(or el contenido de los art€culos destinado a la cuestión pol€tica adverti‰os el intr€nseco v€nculo que se establece entre tres ele‰entosU aquella olosof€a que sólo ellos e„erc€an,

35 (recisa‰os aqu€ que en la ‰is‰a acultad de ilosof€a Êetras no era co‰pleto el

predo‰inio de esta posición¡*icardo *o„as |ab€a sido designado en 191½ profesor titular de istoria de la literatura argentina, constituÊéndose co‰o uno de los principales opositores ideológicos al proÊecto que encabeÍa Ingenieros¡ Sobre algunas de las diferencias entre *o„as e Ingenieros puede consultarse el traba„o de

ernando Degiovanni, ´¼bɼ´Yb†8œ8¼±8¡8OŒ8†´‰Vœ†€¼O8´OÁ†¼Á±8†b´Ê O8ŒŒbŒÏ±tbŒ¼Œ8, Buenos Aires, BeatriÍ2iterbo, 2Îη¡

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su centralidad en el 9‰bito de legiti‰ación por eÉcelencia de la cultura, la universidad, Ê una concepción de la pol€tica Ê de la de‰ocracia que la |ac€a subsidiaria del saber¡ A partir de estas nociones los autores recla‰ a-ban su protagonis‰o pol€tico, en oposición a otras eÉpresiones que se |ac€an presentes tanto a través de una caracteriÍación banaliÍadora de las ‰asas electoras, co‰o a partir del reconoci‰iento del poder del discurso nacionalista, que ganaba terreno en la cultura para luego avanÍar en la pol€tica¡a presencia ‰is‰a de esos art€culos en la *bÇ´¼8 es la clave que gu€a esta interpretaciónU¨a qué se deben estos desarrollos, en una revista que parece tener pretensiones teóricas, que incluÊe la te‰atiÍación de proble‰9ticas estricta‰ente olosóocas, cuando no cient€ocas, Ê la to‰a de posición ante ciertos debates candentes en el ca‰po de la olosof€a por ese entonces§¨A qué se deben estos desarrollos§ al |ec|o ‰is‰o de que la «utilidad pr9ctica¬, o pol€tica, era un ele‰ento singular de esa olosof€a que ellos deon€an Ê do‰inaban¡5, visto en el sentido inverso, la presencia de esos art€culos arro„a luÍ sobre los otros teÉtos que se publican all€U si era necesario deonir la olosof€a Ê su v€nculo con la ciencia, ello se deb€a, preci-sa‰ente, a raÍones e intereses pol€ticos¡ Era, aqu€ ta‰bién, la eÉperiencia la que dictaba los tie‰pos de las reqeÉiones teóricas¡

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Referencias

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